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Tras una gran marcha Aung San Suu Kyi ‘toca el poder’ en Myanmar

Hace cinco años Eloy Isorna escribió por primera vez sobre Aung San Suu Kyi, quien, puesta entonces en libertad tras concederle el Nobel de la Paz, iniciaba su carrera política hacia el poder. Siguieron en ATRIO otras muchas informaciones sobre ella. Para conseguir sus objetivos ha tenido que pactar y contar los votos que le aportarían favorecer más a los budistas que a los musulmanes. Nadie toca el cielo del poder sin dejarse jirones de ideales en la batalla... Aviso para navegantes. AD

Aung San Suu Kyi, del mito a la ‘realpolitik’ en Myanmar

La dama birmana, símbolo de la lucha por la democracia en Asia, se prepara con su partido para gobernar Myanmar tras la que se perfila como una gran victoria electoral

MACARENA VIDAL LIY, El PaísYangon 11 NOV 2015

Lo que sonaba impensable hace apenas cinco años parece cada vez más real: un Gobierno en Myanmar —antigua Birmania— de la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Aung San Suu Kyi. Los resultados preliminares apuntan a una victoria arrolladora. Adorada por sus conciudadanos, aclamada en Occidente durante años como un icono de los derechos humanos, le llega la hora de demostrar si las esperanzas depositadas en ella tienen razón de ser. Aunque la Constitución le impide presidir el país, nadie duda de que será la verdadera dueña del poder. Y la primera en dejarlo claro es la propia Suu Kyi: tomará “todas las decisiones como líder del partido vencedor”, ha declarado a la BBC.

Con 88 escaños adjudicados hasta este martes en la Cámara Baja, de un total de 330 de libre elección (los otros 110, el 25%, están reservados por ley al Ejército), 78 corresponden a la NLD. La premio Nobel de la Paz confía, según afirmó a la BBC, en que su partido logrará en torno al 75% de los votos, más del 67% que necesita para controlar el Parlamento.

En una entrevista con Channel News Asia, ha declarado que el nuevo presidente birmano “no tendrá autoridad” y será nombrado “únicamente para cumplir con la Constitución”. “Es la única manera lógica de hacerlo. En cualquier país democrático, el líder del partido ganador se convierte en líder del Gobierno. Si la Constitución no lo permite, tendremos que alcanzar un acuerdo para proceder según las líneas democráticas habituales”.

Aung San Suu Kyi está disfrutando del momento. Está a punto de culminar la batalla que empezó en 1988. Hasta entonces se había limitado a su papel de esposa de un profesor de la Universidad de Oxford, Michael Aris, y de madre de dos hijos. Pero un viaje ese año a Yangón para cuidar de su madre enferma coincidió con el estallido de manifestaciones masivas contra la junta militar que gobernaba el país desde 1962. La hija del héroe de la independencia birmana, el general Aung San, se puso al frente de ellas. Fue detenida y condenada a un arresto domiciliario que continuaría, con dos interrupciones, hasta 2010. Había nacido un mito.

En 1990, los militares, obligados por la presión popular, permitieron la celebración de elecciones. La Liga logró el 80% de los votos. Pero los comicios fueron anulados, y Myanmar viviría 20 años más como un paria internacional, bajo uno de los regímenes militares más opresivos del mundo y lastrada por durísimas sanciones.

Durante todo ese tiempo, La dama sirvió de inspiración a quienes deseaban un cambio democrático en su país. No cedió siquiera cuando su marido agonizaba en el Reino Unido, enfermo de cáncer. En el exterior le llovían los honores: en 1991 se le concedía el premio Nobel de la Paz, como ejemplo “del poder de los que no tienen poder”. Su vida era llevada al cine.

En su país se la venera por esa resistencia y como hija de su padre. “Tiene el mismo carácter que él. El mismo espíritu luchador, el mismo sentido de la moral, la misma disposición a defender sus ideas”, afirma con una sonrisa el veterano político Maung Maung Gyi, de 77 años, y que la conoce desde niña. Es ex secretario general de la Liga Antifascista para la Libertad de los Pueblos, el partido que fundó el general.

Su carisma —o su autoritarismo, según algunos— es tal que ha eclipsado a cualquier otra personalidad birmana. No importa que haya escogido un pragmatismo de hierro que le ha llevado a optar por el silencio frente a los abusos contra la minoría musulmana rohingya, para no enemistarse con su base de religión budista, y que esa posición le haya valido duras críticas de las organizaciones pro derechos humanos internacionales. Pocos de quienes acudían a votar el domingo podían explicar el programa electoral de la NLD. Pero la inmensa mayoría hablaba de su admiración por Madre Suu.

“La gente está ansiosa de librarse del mando de los militares. Esa es la gran prioridad, quieren un cambio”, explica Maung Maung Gyi. “Una vez que se imponga la democracia, ya se desarrollará la ideología”.

Porque, reconoce, la Liga es hoy por hoy “un partido basado en la personalidad, no tiene ideología”.

Otros van más allá y denuncian un estilo autoritario. El antiguo preso político y colaborador de la premio Nobel Myo Khin ha denunciado la “marginalización” de quienes dirigieron el partido en los años de plomo en favor de quienes no se atreven a desafiar a la líder.

La Nobel rechaza estas acusaciones: “Hemos sido capaces de sobrevivir porque tenemos el apoyo de la gente, y los Gobiernos que se basan en el apoyo del pueblo nunca son autoritarios”, asegura.

Y aunque insiste en que estará “por encima del presidente”, Maung Maung Gyi resta importancia a esas afirmaciones. “Es un ataque psicológico a los militares. Les está presionando”.

Porque, incluso si se confirma la goleada electoral de su partido, La dama aún tendrá que compartir el poder con los militares durante una temporada. La ley les reserva ministerios y competencias clave, y buena parte de la economía del país está directa o indirectamente bajo su control.

4 comentarios

  • ELOY

    Leo en EL PAÍS del 15-11-2015
     

     
    Las urnas han hablado en Myanmar (la antigua Birmania) y lo han hecho elocuentemente. Con el recuento oficial aún por concluir, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de Aung San Suu Kyi, ha sobrepasado con holgura la mayoría de dos tercios para poder gobernar y nombrar presidente. Los datos le conceden ya al menos 387 escaños en el Parlamento, muy por encima de los 329 que necesitaba.(…)”
     
     “(…) Los militares ocupan aún amplios espacios de poder: aunque solo han recibido un 5% del voto popular, por ley les corresponde el 25% de los escaños.
     
    Aung San Suu Kyi, de 70 años, no podrá presidir el país. Se lo prohíbe la Constitución, otro gesto de los militares contra ella. En respuesta, la premio Nobel de la Paz ha asegurado que estará “por encima” del jefe de Estado. La indiscutible líder moral ha pedido un diálogo de reconciliación nacional. Ante sí tiene problemas como los numerosos conflictos étnicos en las zonas fronterizas, el extremismo budista y el maltrato a la minoría musulmana rohinyá; Suu Kyi deberá hilar muy fino y combinar idealismo y pragmatismo. En esta nueva era para Myanmar, las esperanzas de cambio de sus millones de votantes aguardan.(…)”
     
    Enlace:

    http://elpais.com/elpais/2015/11/14/opinion/1447507503_974337.html

     

  • ELOY

     
    Leo en EL PAÍS digital que SUU KYI ganó por amplia mayoría las elecciones. Dice: 
     
     << Una nueva era se abre paso en Myanmar (la antigua Birmania). El partido de la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, podrá nombrar presidente, formar gobierno y poner fin a más de medio siglo de mando de los militares. Según el recuento de la Comisión Electoral Central tras los comicios del domingo, la Liga Nacional para la Democracia (NLD) ya cuenta con 348 escaños en ambas cámaras del Parlamento, por encima de los 329 que necesitaba para garantizar la mayoría absoluta y pasar por encima del 25% de asientos reservados por ley al Ejército.
     
     
     
    Con el 84,6% de los votos escrutados, la NLD obtiene 238 diputados en la Cámara baja y 110 en el Senado; en cambio, el gubernamental USDP consigue acumular únicamente 40 escaños. Los 42 adjudicados restantes se reparten entre diversos partidos étnicos. Estaban en juego 491 asientos.
     
     
     
    Los resultados garantizan que la NLD podrá proponer a dos de los tres candidatos a la presidencia del país, entre los que el Parlamento deberá elegir a uno. El tercer candidato viene seleccionado por los militares.
     
     
     
    Aunque Aung San Suu Kyi es la líder indiscutible de la NLD y la política más popular en Myanmar, no podrá, sin embargo, aspirar a la presidencia. La Constitución prohíbe ocupar el cargo a quienes sean padres de hijos con nacionalidad extranjera y los dos de la premio Nobel tienen nacionalidad británica.(…) >>
     
    Enlace:
     
    http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/13/actualidad/1447395503_778931.html
     
      
     
     
     
     
     

  • ELOY

    Gracias Antonio por este recuerdo a  la Señora  Aung San Suu Kyi, su lucha de tantos años y el mar (proceloso) de intereses y problemas que debe afrontar parar acercarse del arquetipo, que menciona, Oscar al ideal.

    Porque si algo hay que “forzar” será el “ser” para acercarlo al “deber ser”.

     

     

     

     

  • oscar varela

    Hola!

    Leo de A.D.:

    – “Para conseguir sus objetivos ha tenido que pactar y contar los votos que le aportarían favorecer más a los budistas que a los musulmanes.

    -“Nadie toca el cielo del poder sin dejarse jirones de ideales en la batalla... “-

    Aviso para navegantes.“-

    ……………………………….

    Me recuerda aquello de:

    (Conviene no obstinare) “en no distinguir los arquetipos y los ideales.

    * Los ideales son las cosas según estimamos que debieran ser.

    * Los arquetipos son las cosas según su ineluctable realidad.

     
    Si nos habituásemos a buscar de cada cosa su arquetipo, la estructura esencial que la Naturaleza, por lo visto, ha querido darles, evitaríamos formarnos de esa misma cosa un ideal absurdo que contradice sus condiciones más elementales.”-
    ……………………

    Supongo que son para festejar este tipo de aconteceres ¿no?

    ¡Vamos todavía! – Óscar.