Terapia de las Bienaventuranzas
“Parece que queremos crucificar al hombre en vez de liberarle”
Presenté ayer la primera lectura del día de los Santos: El Cielo del Cielo (Apocalipsis de Juan). Hoy quiero presentar la segunda, que es del evangelio: El Cielo en la Tierra, atrévete a ser feliz, por lo que eres y por lo que haces, como dice Jesús en Mt 5.
Desde el siglo XVIII en adelante se ha criticado al cristianismo por muchas cosas: Por un problema social (Marx), psicológico (Freud), de cultura científica (Comte…). Pero la crítica más fuerte de todas ha sido sigue siendo la de F. Netzsche, en Así habló Zaratustra (De los sacerdotes). A su juicio, los cristianos hemos hecho del evangelio anti-evangelio (dis-angelio):
Nietzsche piensa que los sacerdotes cristianos (él se fija sobre todo en los protestantes alemanes) han destruido el poder de la felicidad, han negado al hombre, han condenado la alegría…
“¡Oh, contemplad esas tiendas que esos sacerdotes se han construido! Iglesias llaman ellos a sus cavernas de dulzona fragancia….¡Oh, esa luz falsa, ese aire que huele a moho!… Ellos llamaron Dios a lo que les contradecía y causaba dolor: y en verdad, ¡mucho heroísmo había en su adoración! ¡Y no supieron amar a su Dios de otro modo que clavando al hombre en la cruz!
Mejores canciones tendrían que cantarme para que yo aprendiese a creer en su redentor: ¡más redimidos tendrían que parecerme los discípulos de ese redentor! Desnudos quisiera verlos: pues únicamente la belleza debiera predicar penitencia…”.
Dejo para otro día la crítica de Nietzsche, que supo ver el problema, pero no ofreció solución, ni supo indicar el lugar de la felicidad, ni la verdadera voluntad de vida de Dios y de los auténticos cristianos.
Pero todavía algunos que se dicen de Jesús caen (caemos) en la crítica de Nietzsche…Parece que queremos crucificar al hombre en vez de liberarle… Les imponemos leyes más que ofrecerles caminos de evangelio Cosas se esas se han oído y parecen oírse todavía en algunos discursos llamados cristianos…
En contra de eso, el verdadero Jesús que no quiso crucificar a los hombres sino “bajarles de la cruz” (y por eso asumió él la cruz de verdad, para que otros no murieran crucificados, cosa que Nietzsche no entendió…) nos sigue ofreciendo un programa de felicidad.
Atrévete a ser feliz…, desde el fondo de la vida, desde la voluntad del amor, desde la fidelidad a los demás… Atreveos a ser felices… Escuela de felicidad ha de ser nuestra iglesia… Ése quiere ser el mensaje del día de los Santos.
Para leer el artículo completo, pinche aquí, mi blog en Religión Digital
!Gracias Juanel, amigo!
Solo una cosa… hagas lo que hagas… !!!Vivelo con paz y armonía!!!
Te parece poco lo que llevas entre “manos”… ?? Ante todo y todas las “cosas” !siéntete … amado, abrzado, acogido, escuchado!
No vivas con inquietud el camino, solo… !haz lo que cada día te presente! No serás juzgado por cómo ves tú lo que haces, sino el corazón, la mente, que pongas en ello y después… déjalo pasar… porque cada día, lleba su afán.
Un abrazo entrañable.
n* piliar
Mª Pilar hace tiempo que no hablamos y tus palabras son siempre para mí formidables, me estimulan, me animan, me dicen sigue, sigue… Si mi interés y esfuerzo está puesto en los libros, en razonar y justificar mi fe, y con ello la de los demás, me confirmas que eso que hago está bien es mi camino, es mi respuesta personal a Jesús y su seguimiento, incluso me lo dices sabiendo que muchas de mis ideas no las compartes. Gracias.
Si el camino que traza Jesús en su proyecto pasa necesariamente por la cruz, mi cruz es pequeña y llevadera, pues aparte de ocuparme de la mala salud de mi mujer y darle todo mi cariño y mi vida, de llevar todo en mi casa, me dedico a romperme la cabeza haciéndome sin parar preguntas sobre la fe y buscar respuestas lo más razonables posibles. A veces me salta la pregunta de qué hago yo por el Reino, por la justicia, por atender a los pobres y necesitados, y es insignificante, unos cuantos euros a ciertas ONGs y punto. Me respondo que ya habrá otros implicados en ello, que ese es su camino y que yo no pinto nada en él. Eso sí, si alguien me pide ayuda directamente jamás negarla.
Como sabes yo quiero seguir a Jesús en la Iglesia Católica. Pero en general no apruebo mucho de lo que hace, ni tampoco acepto sumisamente sus directrices. Pero me sirve como GUÍA, me da los temas y problemas que me he propuesto racionalizar y justificar. Y aunque hayan cosas injustificables no me preocupa demasiado, pues tal vez más adelante entienda los motivos de la Iglesia y encuentre alguna vía para una justificación por pequeña que sea. Este trabajo lo encuentro apasionante.
Un cariñoso saludo a mi estimada amiga MªPilar
Mi estimado Juanel:
Los únicos responsables de como seguirlo, o no seguirlo, o seguirlo como cada cual sea capaz….
¡¡¡Es solo nuestra!!!
Él, invita a toda persona que lo quiera escuchar, pertenezca a una confesión religiosa o no, sea ateo, o no.
Porque ¡Vivir el hermoso Proyecto de Jesús!
Es intentar (cada cual sabe hasta donde, como, y porque) Su manera de caminar y actuar en la vida.
El no fundo una iglesia llena de normas, dogmas, mandamientos, estilos…
Cuando le preguntaron sobre la ley y sus mandamientos, ya sabemos todos como fue su respuesta.
“Respeta y ama a Dios (como cada cual le llame) por encima de todas las cosas… con todo tu corazón, con todas tus fuerzas (muchas o pocas… él no juzga como nos han repetido hasta saciedad, Él Ama) toda tu mente-espíritu… yyyy… el segundo es consecuencia del primero”:
¡¡¡Amarás a tu prójimo como a ti… mismo!!!
Ahí esta encerrada toda la ley y los profetas.
Él, no necesito muchas palabras, pero las que dijo…
¡Las vivió y por eso lo mataron!
Nosotros necesitamos cientos de libros; cada cual con el sentir de quien lo escribe… y lo más triste de todo esto es… que:
“Escuchamos” poco lo que Él nos muestra, leyendo… ¡sus palabras!
Es bueno y necesario leer, estudiar, aprender… pero caminando se hace camino, y es personal… de a pocos… solo cada cual puede hacerlo en verdad.
mª pilar
La cruz de Cristo no significa buscar el sufrimiento a modo masoquista, infligirnos castigos y penas gratuitos para expiar los pecados. Estos sufrimientos carecen en mi opinión de valor expiatorio. No podemos “comprar” a Dios para que nos sea propicio u olvide nuestras culpas ofreciéndole sacrificios. Cuando un confesor impone una PENA para redimir un pecado (excepto cuando aconseja oración lo cual no tiene ningún sentido calificar de “pena” o restaurar el daño producido que tampoco tiene sentido de pena sino de justicia), en mi opinión se equivoca. Este mundo NO es un Valle de Lágrimas, sobre todo cuando las lágrimas las provocamos nosotros.
Es muy importante para mí lo que dices Enara: “ Por eso los “pobres de espíritu” o “pobres de cualquier circunstancia” viven y comprenden o experimentan mejor cosas que quizás la gente que no se siente manipulada, o vejada o en situación de vulnerabilidad, y por eso, no “entiende” o “comprende” o “siente” que eso ocurre de verdad”. Es muy difícil reconocer y asumir situaciones injustas y comprometerse, para personas que están afincadas en su seguridad y bienestar. Ya lo decía Jesús es muy difícil que los “ricos” entren en el Reino, que sean sal y luz del mundo, pues la justicia es quizás algo bonito para ellos, pero es difícil que se sientan implicados. Para implicarse es necesario “vivir” y sufrir siendo o acompañando (con empatía, con com-pasión), a los que sufren haciéndose víctima como ellos, si por nuestras circunstancias no lo somos. La cruz de Cristo, el sufrimiento, cobra aquí un sentido profundo de salvación de toda la humanidad sin exclusiones.
No todos estamos en condiciones de seguir de este modo tan radical a Jesús, el de los campeones por la justicia como me gusta llamarles. Como nunca me he sentido capaz ni con condiciones para ese seguimiento radical, durante años me sentí excluido. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que yo no soy el que planifica ni escoge quienes son llamados seguir a Jesús de un modo u otro sino que es él el responsable. Lo importante es no negarle, seguir y aceptar la vida tal y como la vamos haciendo. Pretender tener papeles importantes en la economía de la salvación es simple manifestación de orgullo. Jesús sabrá lo que hace, por las circunstancias en las que nos vamos moviendo. Siempre le ha bastado con un grupo tal vez insignificante como los apóstoles de su tiempo, para su plan de salvación. No a todos nos corresponde ser levadura.
Entiendo que la perspectiva que se utiliza para tratar estos temas aquí es de corte filosófico o especulativo o racional o algún otro calibre que a mí se me escaparía de todos modos.
Y seguramente mis conceptos y mis palabras son demasiados romos para el nivel conceptual y de reflexión que se estila en esta página pero quisiera expresarme en mi lenguaje claramente barriobajero. Mi perspectiva es meramente testimonial y asumo mi condición de interlocutora no válida para la confrontación de argumentos dialécticos racionales.
En cuanto a la frase “ el verdadero Jesús que no quiso crucificar a los hombres sino “bajarles de la cruz” , es algo que no deja de interpelarme y por eso no puedo ahogar o silenciar la palabra y el hecho de que eso ocurre de verdad. No sé si podré explicarme, pero no creo que sea tan difícil de entender cuando la gente de a pie, como yo, lo entendemos, mejor, lo vivimos.
Que qué entiende por eso una persona corriente y moliente, pues que la persona que “sigue” o se “alimenta”, o “cree” en Jesús, o lo que ustedes quieran denominar, percibe, siente, constata, experimenta, se sorprende, “vive” que su “Espíritu” (de Jesus-Cristo) actúa en esa persona, de forma que ante cualquier situación que le pueda convertir en víctima, ( crucificada como símil), esa “fuerza” (pero, de verdad, tal cual) le ayuda a salir, o le ayuda a identificar la causa real de esa situación injusta o vejante o manipuladora y le ayuda a comprender la realidad de la situación, no la versión de la gente con más fuerza o poder de coacción le hace creer. Por eso los “pobres de espíritu” o “pobres de cualquier circunstancia” viven y comprenden o experimentamos mejor cosas que quizás la gente que no se siente manipulada, o vejada o en situación de vulnerabilidad, y por eso, no “entiende” o “comprende” o “siente” que eso ocurre de verdad. Saludos.
Es lógico y razonable pensar que la salvación colectiva de la humidad se encuentra en la justicia para todos sin exclusiones. (podría extenderme en esta proposición pero ahora me apetece decir otras cosas). Si la justicia se piensa sólo para unos cuantos, los míos, es evidente para mí que la salvación de la humanidad no la hemos alcanzado. El consentimiento o la indiferencia ante situaciones injustas funciona contra la salvación de la humanidad. La justicia no cae del Cielo (¿gracia?) sino que hay que lograrla entre todos. Mientras hayan sectores de la sociedad que por intereses de poder e influencia, despojen a sus “subordinados” de sus derechos, la injusticia persistirá. Si no se les hace frente asumiendo sus consecuencias incluso por encima del valor de la vida no podrá ser vencida. Muchos hay que no claudican cuando vienen los problemas por optar por los que sufren situaciones injustas. (El Sevicios de Koinonia en las lecturas diarias de Misa aparecen como efemérides unos cuantos asesinados por defenderlos). Jesús hizo lo mismo y fue asesinado.
Pero la estrategia de Jesús no fue romper las estructuras religiosas y políticas de su entorno, como hizo Mahoma, sino trabajando por remover las conciencias, las convicciones morales y religiosas de la gente. Una labor difícil, a plazo largo muy largo. Yo no digo que cambiar las estructuras religiosas y políticas no sea a menudo necesario, pero tal como demuestra una y otra vez la historia no es suficiente. La estrategia de Jesús se mueve en el plano definitivo, apunta a la salvación definitiva de la humanidad. Y esta salvación pasa inexorablemente por la cruz, ya me gustaría a mí que no que fuera así, sino todo el campo de flores, todo felicidad y abundancia, pero los individuos y las estructuras que producen situaciones injustas no cambian a menos que se les haga frente, por medios pacíficos evidentemente.
Si en la teología interpretando a Pablo se nos dice que Dios-el Padre, entregó a su Hijo al sacrificio para expiar el “infinito” e imborrable pecado humano, no sólo lo encuentro absurdo sino inmoral. Mi Dios- el Padre, no puede en ningún caso aplacar su supuesta cólera con un pecado atroz, el de un padre complacido al permitir torturar y sacrificar a su hijo. La aceptación de la cruz está siempre presente en los que se comprometen a fondo por la justicia, a muchos asesinan. Si Jesús acepta del Padre la función de salvador de la humanidad, “sabía” lo que ello implica Y LO ACEPTÓ, y con ello acompaña a todos los sedientos de justicia comprometidos hasta el final, pues él nunca claudicó sino que llegó hasta sus últimas consecuencias. Jesús nunca buscó la cruz, huía como podía cuando lo perseguían, hasta que lo trincaron.
Hola!
Leo una pregunta de rodrigo acerca de si ATRIO sigue manteniendo el Principio de:
– “no recurrir a citas de la biblia como petición de principio de autoridad.“-
La pregunta es más que “refrescante”: es “imprescindible”
No solo la “pregunta” sino la “respuesta” que le corresponda.
……………..
Cuando pienso en la “RESPUESTA”, no pienso tanto en la de la REDACCIÓN ATRIO, sino en la de los Cumpas atrieros.
Pienso que es de absoluta incompatibilidad con “Un lugar de Encuentro” el re-curso a una Autoridad IN-DUDABLE; en este caso el Texto bíblico.
Pienso que si algún Cumpa atriero usa las “citas bíblicas” (las haya dicho o no Jesús) está meando fuera del tarro, e.d. de Atrio; con la con-secuencia de que se discrimina solito y su aceptación de “dialogar” no es generosa sino “hasta por ahí nomás”.
Remedando a Cervantes podríamos decir:
-“¡Oye Sancho: con las Citas bíblicas hemos topado!“-
¿Se podrá seguir yendo todavía? – Óscar.
Recuerdo que hace muchos años, se tenía como un valor o principio o guía para los diálogos en ATRIO el no recurrir a citas de la biblia como petición de principio de autoridad. No lo encontré en las versiones de “sobre atrio” ni “proyecto atrio”. En los hechos, es cada vez más frecuente ese recurso en algunas personas que comentan.
¿Valdría la pena ratificar ese principio? ¿O expresamente aclarar que se ha abandonado? Pregunto, sólo para tener claridad
Todas las experiencias personales son respetables. Todas las vivencias desprendidas de una fe que quiere ser consecuente merecen toda la consideración debida, las sensaciones de estar, sentir y actuar con un ser que te acompaña y ama no puede ser discutidas si así es como la siente una persona y el alumbramiento de ideas sobrevenidas por una fe que nos hace entender cuestiones que no pueden ser explicada a la luz de la razón, ha de ser valorada como una posible ayuda para un mejor discernimiento.
Pero todo ese conjunto de descubrimientos personales lamentablemente son argumentos inexportables. Es decir, son impresiones subjetivas por aquello de responder a cierto solipsismo religioso y de cuya gratificante creencia no se puede disfrutar en el plano espiritual, si no se alcanza cierto grado de fe irreductible.
Convendremos que a parte de ese testimonio personal de creyente decidido, hace falta algo más. Se hace necesario un mínimo de racionalización que dé, en el siglo XXI, una cobertura inteligible a las creencias que ineludiblemente soporta a esa fe.
Y las creencias que soportan la explicación de por qué Jesús murió en la cruz por toda la humanidad, no las he obtenido.
La cruz de Cristo; escándalo y locura. En la época de S. Pablo ya era motivo de escándalo y locura en las primeras comunidades cristianas tanto para los paganos como para los judíos.
Para los contemporáneos era una superstición oscura e insensata.
Tal como entonces, mucha gente hoy sigue preguntase como Manuel” ¿Para qué hubo de morir en la cruz? ¿De qué nos tenía que salvar Jesús?
No he encontrado ninguna respuesta razonable a esta pregunta”
Pues supongo que la respuesta no está en lo razonable, y la respuesta va en la línea que dice Diaz Ayala; “Tal conocimiento no procede de nuestras actividades intelectuales, sino de la experiencia de “su presencia” en nuestras vidas. Ello es fuente de felicidad.”
Tal como entonces, algunos, no sé porqué, vivimos esa experiencia de liberación o resurrección que nos hace constatar que la experiencia de la cruz es la experiencia del amor ilimitado de Alguien por nosotros.
Juan 17 contiene 26 versículos. Todo un discurso cristológico que se tiene como dicho por Jesús. Eso es muy improbable que haya ocurrido. No había ningún amanuense a su lado y tan poco es sostenible pensar, que del 8 0 16% que se consideran palabras o pequeñas frases expresadas por Jesús pudiese corresponder a dichos porcentajes, todo ese capítulo integro de Juan.
La mayoría de los exégetas defienden, que aquello fue una reflexión teológica desde la interpretación paulina de Jesús. Una elaboración hecha bajo el nombre de Juan por las primeras comunidades cristianas 70 años dc.
Luego eso no es, con certeza historiográfica, palabra de Jesús. Tampoco parece que fuese inspirado por Dios a los sucesivos redactores neotestamentarios que elaboraron, modificaron y suprimieron innumerables párrafos que harían irreconocibles a la primera redacción de todos y cada uno de los textos evangélicos.
No es mi costumbre abrumar con frases tratando de buscar apoyo argumental, pero si sugeriría este libro: Jesús no dijo eso de Bart D. Ehrman. Aporta otros sugerentes puntos de vista alejado de lo puramente apologético.
Saludos
Hola Tomás. Comparto tus perplejidades y el cuestionamiento que te haces cuando sometes al escrutinio de la razón, cualquier aseveración insuficientemente soportada por el sentido común, la lógica y el pensamiento humanista que subsume, a mi entender, a esa visión humana que es inherente al cristianismo.
Yo añado, y por la deliberación que la ciencias hace sobre las creencias religiosas
Opino que aquello que no es comprendido por la razón, es muy difícil que pueda ser amado. Tarde o temprano nos hace pagar un precio, a veces costoso, pero tremendamente liberador. La incertidumbre, propia de la reflexión crítica, es la nueva compañera en esa emocionante singladura. Este es mi caso.
“Así habló Jesús, y dijo mirando al cielo: “Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a tí.
Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, conceda también vida eterna a todos los que tú le has dado.
Ésta es la vida eterna: que te conozcan a tí el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.”(Juan 17,1-3)
Tal conocimiento no procede de nuestras actividades intelectuales, sino de la experiencia de “su presencia” en nuestras vidas. Ello es fuente de felicidad.
Manuel, me parece muy acertado todo tu comentario, incluidos los calificativos aplicados.
Desde un punto de vista racional o emocional, me parece poco sostenible el dios que presenta el Antiguo Testamento, que calificas de “psicopata celoso” y que merecería otros muchos calificativos, desde caprichoso, colérico,vengativo,a injusto. Por eso me sorprende que tantos sigan dando validez y empleando en sus argumentarios textos humanos con tantas limitaciones, los atribuyan a revelación divina y los interpreten incluso bastante literalmente para trasladar la visión de cómo es Dios y cuál es su voluntad o sus designios.Con todos los respetos, por supuesto, para quienes así piensan o creen, en la medida que respeten igualmente al resto.
Pero el autor menciona al ” verdadero Jesús, que nos ofrece un programa de felicidad.
No sé cómo se puede saber quién y cómo fue el verdadero Jesus, y desde luego estoy lejos de poder creer en las interpretaciones oficiales y en las atribuciones divinas de los textos seleccionados como revelados.
Pero incluso con esos textos, me surgen muchas preguntas que hacen tambalearse la credibilidad y consistencia de ese Jesus y su programa de felicidad:
Bienaventurados todos los pobres y todos los que sufren, y me resulta balsámico . Pero no encuentro casi nada en el programa sobre si lo que queremos es que dejen de ser pobres y dejen de sufrir, y como.
Ni entiendo que no se toque una palabra de la vieja ley, arcaica y tribal.
Ni que sea motivo de enojo encontrar la explanada del templo con puestos de cambistas y de animales y no lo sean todas las personas torturadas, masacradas, esclavizadas que por allí coexistían.
Ni la contradicción entre tanta misericordia y tanta insistencia en condenados eternos que claman un poco de agua a los salvados, y estos sigan en su felicidad indiferente. Francamente, un cielo así, me parece prescindible, indeseable, sabiendo lo que hay debajo…
En fin, por no alargarme,muchas más preguntas que respuestas, que hacen que la Escuela de Felicidad que debe ser la Iglesia según el autor, sea como poco, poco presentable o apetecible…
Saludos cordiales.
Esto dice Xabier Pikaza
En contra de eso, el verdadero Jesús que no quiso crucificar a los hombres sino “bajarles de la cruz” (y por eso asumió él la cruz de verdad, para que otros no murieran crucificados,…
La soteriología cristiana es muy rara. Parece que la decisión que tomó por unanimidad la incomprensible triada, se hizo con el propósito de salvar a un perdido género humano mediante la humanización/encarnación de uno de sus componentes. Un componente cuya aparición en la tierra, sufriría un proceso tan inverosímil como las de otras semidivinidades del arco mediterráneo. Un componente, Jesús, que es una parte del trío y a su vez, la totalidad de una única entidad divina. Gracias a que es un dogma, se comprende perfectamente. Hoy, el creacionista contemporáneo que cree en la simultaneidad de la fe y la ciencia, tiene en la metáfora cuántica una magnífica oportunidad para hacerla algo más inteligible: Tres personas y un único dios se asemeja al fenómeno onda/partícula, depende de la forma en que la “observemos”.
Volvamos a la doctrina de la salvación cristiana ¿Para qué hubo de morir en la cruz? ¿De qué nos tenía que salvar Jesús?
No he encontrado ninguna respuesta razonable a esta pregunta. Con las que he tropezado son, a mi juicio, totalmente insatisfactorias. Serían éstas:
· Desde la perspectiva del pecado original, tiene poco fundamento entender hoy día, que Jesús nos salve con la hipótesis de Pablo sobre la redención de un pecado inexistente. Esencialmente, por tener presente el evolucionismo, y por consiguiente, la conversión automática en mito el famoso pecado de la soberbia perpetrado por Adán y Eva.
· Cabría otra salvación, la de la condena eterna. Pero Fraijó, en su excelente libro “Dios y el Mal” afronta la imposible teodicea, con su conjetura “La Esperanza Escatológica.” Es una salida inteligente a la confrontación amor y justicia. Si dios es justo no puede ser omnibenevolente. El dios justo de Jesús, en el juicio final, puede sancionar a una persona a la inenarrable condena eterna. Es absurdo compatibilizarlo con aquello de “Dios te ama”. Por eso su propuesta inteligible para la razón, es que si dios es impotente para evitar el mal (el moral y el natural) al final de los tiempos (ahí se manifestaría su “todobondad”), resarcirá a toda la humanidad por tanto sufrimiento inútil y sin sentido. Perseguidos y perseguidores descubrirán de un golpe, cuál es la explicación del porqué no pudo haberse evitado desde el principio, tanto despropósito. O nos salvaremos todos o no se salvará nadie Para un escéptico, eso no solo correspondería a la actitud de un dios amoroso y misericordioso, eso sería también el comportamiento de un dios lógico aunque todavía el Papa, no le tenga un destino agradable, que es lo que mereceríamos todos, a los que meten cizaña (¿qué significará eso?)
Un apéndice en este apartado: Es curioso el cuidado que se tiene de no mencionar a Yahvé como el padre de Jesús. Y Jesús no estaba adorando a otro Padre, que aquel que tuvo ese comportamiento de psicópata celoso en el AT. Jesús pudo acentuar la dimensión más benevolente de Yahvé, como así lo hacían otros profetas veterotestamentario. Jesús creía que desaparición del sufrimiento de Israel con la venida del Reino (extenderlo para toda la humanidad fue una ocurrencia de Pablo) acabaría con la ignominia que sufría el pueblo judío especialmente los más débiles. Pero Jesús no podía desprenderse de la otra faz de Yahvé no le faltó las oportunidades de destacar la ira de “Abba”. El padre al que apelaba Jesús era a Yahvé. Al Yahvé de su pueblo y del judaísmo.
· La última es la correspondiente a la salvación/liberación que supondría, seguir a Jesús con su Mandamiento Nuevo. Valdría de motivación imprescindible, en todo el proceso de desprendimiento de nuestras adherencias egoístas, tendencias destructivas para nosotros mismos y los demás, inclinación a la explotación de los otros y a un vivir sin código moral alguno. Estas conductas son nocivas tanto para la propia persona, para la sociedad y la naturaleza. La tesis de los que sostienen que ésta es la clave del mensaje fundamental de Jesús (las dos anteriores cada vez están perdiendo más solidez como argumentos explicativo de la salvación cristiana) carece, en mi opinión, de la consideración de argumento original, único e infalible como método de promoción y liberación integral de la persona. No. Desde que el hombre es hombre (sapiens) en su lucha por sobrevivir como especie, tuvo y tiene una necesidad imperiosa de encontrar los mecanismos adecuados de superación de las coacciones internas y externas para facilitar la interrelación entre individuos. El hombre tuvo la fortuna de provenir de la familia de los primates. Los primates colaboran juntos y luchan, por encontrar alimentos y establecer la defensa oportuna a los miembros de su grupo. Los bonobos, por ejemplo, encuentran sus fórmulas para liberar las tensiones entre los individuos. Eso es lo que ha hecho nuestra especie. No ha parado de buscar ententes de convivencia en y desde todas las culturas/religiones. La especie sobrevive mejor si hay acuerdos entre sus individuos. Y ha habido una razón biológica que los filósofos, humanistas, antropólogos y por último los sociobiólogos que la han comprendido como la Ley de Oro: No le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Todas las sociedades gratifican ese comportamiento y mucho más el altruista y sanciona, las actuaciones egotistas. Así pues el mandamiento nuevo (sublimado por la religión) es una expresión de lo que todas las culturas iban vislumbrando como la tentativa de convivencia más exitosa que la humanidad haya dispuesto hasta ahora. ¡Cuánto le aportaron al cristianismo las meditaciones de estoicos, epicúreos y cínicos impregnados como estaban, de ese sentimiento tan humano como es el de la alteridad!
Sigo buscando el motivo soteriológico por el que pretendidamente murió Jesús. Aunque la historiografía, si explica cuál pudieron las causa de su muerte.
Causas humanas, demasiado humanas.
Saludos
En cuanto leí:”un cura roba….”;me dije:”!ESPAÑOL!”
Hola!
Leo:
– “por eso asumió él (Jesús) la cruz de verdad, para que otros no murieran crucificados,
* cosa que Nietzsche no entendió”-
Pienso, con o sin Nietzsche, que yo tampoco!
¡Y menos en un Artículo que propone FELICIDAD en vez de SANGRE DERRAMADA!
Tal vez ¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.