Hoy se celebra la última sesión y mañana finaliza el Sínodo, un evento al que el papa Francisco había dado mucha importancia, dentro de su plan de reformas de la Iglesia. Quiso que participaran, con encuestas previas de opinión, todos los creyente del mundo. Pero, sobre todo en España, no sé tomó en serio la invitación, aunque ahí hemos estado desde el principio. Al final han dominado las luchas de poder internas en el episcopado mundial. Y la tendencia conservadora no se ha quedado esta vez en minoría, como la que capitaneó Ottaviani en el Vaticano II. ¿Creará una gran decepción este sínodo? ¿Sabrá reconducirlo al final Francisco? Muchos interrogantes abiertos. Hoy hemos querido elegir un artículo sobre esto, que informara más de lo que subyace a la reflexión del amigo Gil de Zúñiga, pero nos han parecido interesantes todas los recientemente publicados por Religión Digital, que aquí presentamos y enlazamos.
- Una magnífica entrevista de JM Vidal al joven émulo de Celso Alcaina, como oficial del Santo Oficio que ha decidido salir de muchos armarios: Krzysztof Charamsa: “En el clero católico hay muchos homosexuales reprimidos que odian a los que son gays como ellos”
- La Redacción de RD adelanta el documento final que será votado hoy: El Sínodo de la Familia podría decepcionar a progresistas y conservadores
- Si hay alguien que seguido y comentado con paciencia todo lo referente al Sínodo es nuestro Juan Masiá. He aquí su última reflexión: “¿Bendecirán las iglesias a parejas LGTB casadas civilmente?”
- José María Castillo adelanta cómo el papa, previendo una victoria conservadora, toma para sí la última palabra: “Será el Papa, con el G9, quien tomará las decisiones pastorales para la familia”
- José Manuel Vidal, director de RD, resume el documento final tibio que fue aprobado el sábado: Ni vencedores ni vencidos en el Sínodo.
Y si alguien quiere seguir hoy domingo en directo la Santa Misa en San Pedro con que acabará el Sínodo, conectar aquí:
De acuerdo con MªLuisa hay una estructura del comportamiento humano como la hay del lenguaje en nuestro cerebro. Y Santiago especifica que esa estructura hace referencia a tender a lo que está bien y desaprobar lo que está mal. Pero el contenido del bien y del mal como sucede con el contenido del lenguaje no es común a toda la humanidad, sino que depende de nuestra cultura y del aprendizaje.
Disiento completamente de lo que dices Santiago sobre las leyes. Las leyes son IMPUESTAS por los poderosos para la convivencia social según sus intereses. Repasa la historia legislativa sólo por encima, verás que comparadas con las de nuestras sociedades supuestamente democráticas, las calificaríamos de barbarie intolerable. Ha costado muchas vidas obtener legislaciones más justas pues no han tenido otro remedio para lograr los poderosos una convivencia pacífica, que atender las demandas primero burguesas y luego de la clase trabajadora. ¿O es que ya no recordamos el coste en vidas humanas para la obtención de derechos, por ejemplo el de una semana laboral de 40 horas, etc., etc.,? Si toda legislación partiera de un principio universal de moralidad ¿cómo explicas la enorme cantidad de leyes injustas? ¿Es que los legisladores eran unos malvados? Yo creo por el contrario que eran buena gente con buena voluntad, y que legislaban para sostener en concordia las sociedades que gobernaban, según su contexto, época y circunstancias.
La caída de los imperios, como el Romano, nada tiene que ver con la degradación moral de sus gentes. Esto se repite hasta la saciedad precisamente por los que quieren defender principios morales universales. Comparando la moralidad, con nuestros parámetros de medida, las diferentes épocas del Imperio Romano, se ve que no hay mayor degradación moral en el siglo IV que en el I d.C en la dinastía julio-claudia (Calígula, Nerón). Claro que si el valor moral se coloca en el HONOR de defender el régimen seudo-nazi del Imperio fuertemente militarista, pues ciertamente al inicio del imperio estaba ese sentimiento en auge y al final en declive. Mucho tiene que ver en ello el cristianismo ¡gracias a Dios! El nivel moral que sostiene imperios para mí es muy bajo.
ES CIERTAMENTE este relativismo moral el que está acabando con la sociedad humana actual..donde se pueden justificar TODOS los crímenes y caprichos de nosotros los humanos…con el abuso de nuestra libertad de decidir….como pasó ya con muchas sociedades entre las que sobresale el Imperio Romano…que fundamentalmente fue destruído desde dentro…por una intensa y gradual decadencia moral y por supuesto de costumbres…
Claro que subjetivamente podemos nosotros hacer todo lo que nos venga en gana…Sin embargo, de esta manera, la sociedad en si se convierte en un verdadero caos si, cada uno de nosotros queremos hacer lo que creemos que está bien cuando es precisamente lo contrario…Es por eso, que debe existir una norma objetiva sobre la moralidad…
Sin embargo, podemos podemos reconocer dentro de la especie humana la presencia de “principios morales universales” que de alguna manera están presentes en la conciencia humana, desde el intelectual mas refinado hasta el salvaje mas embrutecido…Es POR ESO, que siempre es reconocido como bueno el amor de los padres a los hijos y viceversa, se aprecia tambien la gratitud como un valor positivo y la magnimidad, la beneficencia,la honradez PERO otras se desprecian como el asesinato del inocente, la calumnia, la defraudación del salario, la traición etc. Podemos intentar de RACIONALIZAR Y JUSTIFICAR subjetivamente nuestros pensamientos, deseos y acciones desordenadas….pero sin embargo, siempre ha existido en el ser humano esta conciencia íntima anclada en lo profundo de nosotros…que nos dice que existe el mal y el bien….que hay cosas moralmente aceptables…y otras intrínsecamente desordenadas…
Pero este EFECTO es universal y constante desde la pre-historia, como principio general, de tender hacia lo que está bien y desaprobar lo que está mal, a pesar de que nosotros mismos muchas veces obremos en contra de nuestros principios morales naturales….Por eso, no se podría explicar que este efecto universal y constante presente en todas la razas, épocas y climas sin un principio y una causa también universal y constante que está presente, aun en confuso en la misma naturaleza humana..
PORQUE, ademas, si la moralidad dependiera exclusivamente de la “libre determinación de los seres humanos” en cualquiera de los aspectos o matices que propugnan los sitemas positivistas relativistas…entonces seguiría una seria de contradicciones absurdas: el legislador podría permitir el robo, el fraude, el engaño, el crimen etc. con lo cual no sería posible la ordenación de un orden moral universal, ni tampoco la mera convivencia en la sociedad humana….UNA LEY humana no podría llamarse jamas injusta o inmoral, no existiera un principio o norma del bien y del mal, INDEPENDIENTE de la voluntad humana, pero que está presente y escrita en su propia naturaleza..PERO que se SUPERIOR a la ley HUMANA, y que sea válida para TODOS los tiempos, climas y lugares…
Y es precisamente a nuestra imposibilidad de distinguir con claridad entre el bien y el mal, a pesar de desearlo, que existe un orden moral objetivo fundado en nuestra propia naturaleza e independiente de nuestra versatilidad y volubilidad para llegar a realizar el bien y evitar el mal…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
En esto sí que coincido con Juanel, en que no existe la moralidad sino que lo que existe es lo moral, lo fáctico, lo bueno, lo ético, etc., pero no el bien en sí, ni la moralidad en abstracto. También las reflexiones sobre la realidad moral habrán de superar todo “dualismo”, lo moral no afecta a los contenidos duales, bueno-malo, honesto-deshonesto, justo-injusto… sino a algo anterior y más fundamental a saber: la estructura radical del comportamiento humano.
¿Que la moral no es relativa? ¿Acaso hay un código moral absoluto de obligado cumplimiento para todo ser humano, pues es “conocido” por todos sin exclusiones? La realidad nos dice lo contrario. ¿Es que acaso no hay muchos modelos éticos diferentes que responden a moralidades diferentes? ¿No hay una ética y moral estoica distinta a la epicúrea etc., incluso no hay distintas formas de entender lo moral al comparar la diversidad étnica y entre grupos o tribus sociales? Esto simplemente es un dato sociológico que no es posible obviar. No es posible decir que todos tenemos el mismo código de conducta y para sostenerlo añadir que aquellos que se apartan de él no es porque piensen y sientan de otra manera, sino porque son unos malvados. ¿Cuántos pueblos no han hecho lo que ahora nos parecen barbaridades, como sacrificios humanos a los dioses, quemar infieles o herejes,… pensando y sintiendo que estaban haciéndolo bien, siguiendo un código moral que no es el nuestro?
Lo que está a nuestro alcance es ir avanzando poco a poco en el nivel ético y moral que tenemos, hacia lo que consideramos mejor por “razón dialógica”, (razón que incluye no sólo inteligencia racional, sino también la emocional, la espiritual, la religiosa,…). Por ahora tenemos que conformarnos con una ética y moral relativa con la mejor de la que seamos capaces, pero decir que las tenemos en grado absoluto, sólo refleja en mi opinión VOLUNTAD DE PODER, poder para imponerla a los demás y si no la aceptan discriminarlos como malvados.
Sin embargo, teniendo en cuenta lo anterior, yo creo por mi fe que avanzamos hacia la plenitud humana que incluye por supuesto una ética y una moral. Pero aún no estamos en ella. Por ejemplo, hasta hace nada estaba convencido de la inmoralidad de la homosexualidad, sin embargo, el movimiento de gais y lesbianas ha obligado a nuestra sociedad a repensarse las cosas, no para adquirir un espacio mayor de libertad que muchos piensan de libertinaje, sino justo por motivos éticos mejores.
gracias por todos vuestros comentarios En ellos no veo tampoco, como Román, tanta controversia…como, por el contario, cierta madurez para enfocar los diferentes aspectos en cuanto a la relación nuestra con la misericordia divina…Por eso, creo, como tu Isidoro, que la idea mas acertada y que se aproxima mas a la realidad de esta relación mutua es que Dios es PADRE…pero ES un padre mucho mas sabio, prudente, justo,equitativo, comprensivo y misericordioso que cualquiera de nosotros, humanos, podría ser, en ningun momento o época en el tiempo…Es por eso, Isidoro que la conciencia subjetiva ha de ser juzgada exclusivamente por Dios…ya que cuando hablamos del mal del pecado nos referimos a lo que vemos, a la experiencia, a las terribles consecuencias de nuestras acciones…Ignacio de Loyola, en su meditación sobre “el pecado”, se refiere a esto, cuando compara el pecado de soberbia de los ángeles, el pecado en el paraíso de la primera pareja humana por donde entró el mal moral en el mundo y finalmente el pecado en nuestro mundo…En este esquema de la Escritura, se nos presenta con mayor claridad la desigualdad de la culpa…pero tambien la desproporción del castigo de los dos primeros con ralación al último….porque ellos “pecaron una sola vez, yo muchas; ellos seducidos, yo seduciendo; ellos contra un solo precepto, yo quizás contra todo lo mandado” ¿Cual es la causa de tan misericordiosa proporción? Cristo es la causa” Cristo es el que misericordiosamente nos ha rescatado…nos rescata….y recapitula todo y todas las cosas en El..
Por eso, en última instancia solo vemos este misterio, como comenta Román que es el mal en el mundo…del que solo vemos una realidad externa y sus consecuencias…y nuestra conciencia interna…PERO sabemos, por la Escritura que el mal, interno o externo es lo opuesto a Dios..que es el amor en esencia…Nosotros solamente vemos las huellas…entendemos las palabras…vemos las consecuencias…aborrecemos su presencia…sin embargo, solamente Dios conoce en profundidad de esta gran ausencia del bien….y como El puede dirigirlo todo sin anular nuestra libertad….y como puede hacer brotar del mal, grandes bienes…
Por otro lado, quise resaltar la interpretación de la parabola hacia la distribucion de la gracia…pues se ha prestado a relativizar el mal…Pero supe que Isidoro podia referirse hasta que punto esta limitada la misericordia de Dios…ya que vemos que, por parte del Creador, es ilimitada e infinita…y la diferencia de la justicia humana y la divina…ya que esta última penetra profundamente la realidad y ve hasta las últimas causas y consecuencias nuestra conducta humana…Porque a pesar de toda la psicología humana y limitaciones impuestas a nuestra libertad, en última instancias somos libres para hacer el mal o el bien ya que tenemos la capacidad “unica” de poder decidir nuestra acciones…con todas las atenuantes y agravantes….
Por eso, Ratzinger en Spes Salve nos habla de nosotros mismos”ante el juicio en donde se encuentran, en primer lugar algunas persona”permeadas por Dios” donde sabemos que se encuentra ante El y en El. Otras pocas que han suprimido completamente todo amor en ellas…y donde no existe ya esperanza .y la gran mayoría de nosotros en los que todavía existe una apertura hacia la verdad, hacia el amor…es decir, consciente o incoscientemente buscamos hacia Dios..de alguna manera…En los avatares concretos de nuestras decisions, sin embargo, existe todavía compromisos con cierta clase de mal, todavía sin purificarse y que recurre una y otra vez, que nos impide mejorar, a pesar de nuestros buenos deseos”..Esto será lo que estará bajo la misericordia de Dios…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Isidoro,
yo no estoy viendo tanta controversia, sino que en el intrincado vericuelo de las exposiciones interpretativas, y tu las matizas hasta hacerlas muy sutiles, se tocan muchas teclas, como si de las manos del pianista sobre el teclado se tratase.
Yo no he afirmado ni negado la verdad absoluta, sino que es un asunto muy recurrente aquí. Sin ir más lejos ya lo mencionaban aquí mismo juanel y Santiago en comentarios muy anteriores. No te olvides de que la mentalidad “católica tradicional”, parte de los supuestos de verdades absolutas refrendadas por los dogmas y articuladas por la teología escolástica. Con ese mismo trasfondo ideológico, el columnista habitual Jose Arregui hace su “crítica” de esta semana, ésta vez a la revelación del Antiguo y Nuevo Testamento en un plano muy lineal. “La vuelta a la tortilla” que sería la versión española al “panqueque” del comentario de Oscar.
La misma palabra de Dios dice que la misericordia de Dios no tiene límites, Pero nó en boca de Jesús, que “da el Espíritu sin medida”, sino antes por voz de los profetas de Israel. Sin ir más lejos el Libro de la Consolación de Isaías(Capítulos 40-55)
Pero para entenderlo en toda su plenitud, lo cual es lo mismo que “experimentarlo”, debe de existir una conciencia clara de nuestra condición pecadora frente a Dios. El temoar de Dios ( su Justicia) nos lleva a su misericordia.
Aciertas de lleno cuando interpretas “Por la dureza de vuestro corazón” que al decir de Dios que tiene en cuenta la realidad humana, lo cual quiere explicar que estamos inmersos en nuestro contexto histórico-cultural. Y que para nosotros el origen del pecado es un enigma, y sólo lo identificamos por los resultados, especialmente por cuanto acontece en nuestro interior más íntimo ( en contra de la norma, pues eso es la conciencia, una balanza del bien y el mal desde nosotros mismos)
Es tan meridianamente claro lo que dices, que hasta los tratados bíblicos-teológicos más tradicionales, tratan del asunto de la Pedagogía Divina, porque se ve de forma tan progresiva la revelación que no puede ser objeto de ningún debate, salvo las interpretaciones de escuela muy sesgadas que desean ver en Dios una proyección humana (Tanto para defender lo absoluto de Dios, como lo absoluto del ser humano según que tipo de autonomía estemos defendiendo)
Amigos Santiago y Román:
Dices Santiago: “No porque diera lo mismo hacer el mal que el bien”, “esta parábola no habla de que el mal es relativo”, y “en Dios no hay relativismo moral”. Y Román dice “que no existe la Verdad Absoluta”.
Yo creo que no era esa, la cuestión que yo debatía, sino la del límite o no límite que puede tener la misericordia divina, y también indirectamente, sobre la necesidad de “entender” la revelación divina. Pero ya que vais por ahí, por ahí me meto.
Hay un pasaje muy interesante en los evangelios, que es el de la controversia sobre el divorcio. En ella Jesús empieza con esta frase: “Por la dureza de vuestro corazón, ….”
Yo lo entiendo como que Jesús nos enseña que las palabras y peticiones éticas y comportamentales de “Dios”, tienen en cuenta la realidad humana. Esto es lógico, y no podía ser de otro modo.
Cualquier padre sabe que no se le habla lo mismo a un hijo de 2, de 5, de 8, de 12, de 16, o de 30 años. El lenguaje y la escenografía hay que modularlo a las circunstancias del otro. Para instar al comportamiento que se considera adecuado, unas veces se dirá suavemente, en otros se chillará un poco, y hasta en casos se amenazará al hijo con una buena azotaina, o hasta con echarlos de casa a los mayorcitos, incluso aunque no se tenga la idea de hacerlo: son mentirijillas y argucias de padre/madre. Lo que nunca es concebible en un padre humano, y menos en uno divino, es que vaya a meter al hijo en un horno, o simplemente que le deje abandonado en una gasolinera o en el Carrefur.
Los humanos todavía somos unas bestias pardas, y antes lo eran mucho más que ahora. El mundo en la antigüedad era una orgía de violencia y de arbitrariedad. Si ahora estamos mal, antes estaban mucho peor, y lógicamente, para instar a ir avanzando en la evolución cultural y moral de la humanidad, había que amenazar. Incluso ahora, hay gente que por sus disfunciones comportamentales y de personalidad, o simplemente por su falta de cultura, no entienden las buenas palabras, y la sociedad se ve obligada a amenazar y cumplir esas amenazas.
Lo que la parábola citada yo creo que expresa, es que no se puede comparar la “justicia” de Dios, con la justicia humana. Esta es distributiva, mientras que la de Dios es misericordiosa. Y por eso esos razonamientos humanos, que son muy lógicos, no sirven para “Dios”.
Otro tema es el de la “relatividad del mal”. No es que el mal sea relativo objetivamente hablando, pero quizás si lo sea subjetivamente. Los males causados por un loco, o un hambriento, objetivamente existen, pero quizás no se le pueda castigar debido a su grado de libertad al actuar.
La idea de la libertad absoluta del hombre que es un postulado-base de la doctrina cristiana clásica, ha sufrido un duro golpe en el último siglo con los avances en psicología, neurología y en general con la antropología moderna. Y es uno de los muchos puntos que hay que tamizar, revisar y reinterpretar, en los escritos antiguos.
Al igual que Jesús, dice: “En tiempos de Moisés, se os dijo esto, pero ahora se os dice esto otro …”, si Jesús volviera hoy, añadiría: “… y en los tiempos de Freud, se os dice esto otro…”
Si Jesús lo hizo ya en su tiempo, ¿por qué no lo iba a hacer ahora?. Seguro que en los 1.500 años de Moisés a Jesús, hubo muchos menos cambios en la cultura, la moral y en la dureza de nuestros corazones, que en los últimos cien años.
Por eso Román, claro que existe la Verdad absoluta, pero nosotros somos niños de 10 años a los que no se les puede hablar lo mismo que si tuviéramos 30. ¿No tiene sentido?
Gracias, Santiago por tan sentidas palabras dirigidas a Isidoro, que demuestran las clarividencias del alma, algo que se nos da a los hijos e hijas de Dios (…aquella Sabiduría escondida que se nos revela mediante el Hijo…), y que no son empañadas por nuestras ideologías, pues se filtra a través de ellas por su Espíritu.
La gracia nos toca a todos/as por igual pues el Espíritu se nos ha dado “sin medida”, pero es cuestión de “recipientes” (Quien tenga sed venga a mí y beberá-Jesús es la Sabiduría que ofrece el Espíritu- y de sus entrañas brotarán ríos de agua viva)
Aquí se repite como un eslogan que no existe la Verdad Absoluta, pero nosotros/as podemos percibir lo absoluto de Dios en su Misericordia. La justicia de Dios se hace para nosotros misericordia (Cuando yo sea levantado en lo alto, a todos atraeré a mi mismo) y si nó,¿Cómo ha sido posible que hayamos llegado a conocer a Dios?. Juan dice que es porque Él nos conoció primero.
gracias Isidoro por citarme..y citar este interesante pasaje evangélico…Sin embargo, la Escritura hay que leerla como un TODO…en el contexto verdadero…y no fuera de el….En el pasaje que citas Jesus ataca el fariseísmo contra las pretensions de los fariseos y doctors de la Ley que se tenían por mas santos y se atribuían por esto especiales derechos ante Dios…por eso dice Jesus que los “postreros serán los primeros” porque ellos querían ser los primeros siempre en todo. y delante del pueblo…..no porque diera lo mismo hacer el mal que el bien….La Ley de la divina providencia se desenvuelve en dos planos diferentes: el de la justicia y el de la gracia…En el de la justicia el Padre tiene que darle a todos lo que es debido…pero en el de la gracia a uno da mas, a otros menos, segun la sabiduría y el beneplácito de Dios…Jesus estaba hablando aquí NO de que el destino final del que hace el mal por el mal y sin arrepentimiento va a recibir los mismo, que el justo bueno que ha amado a Dios y al prójimo a pesar de sus faltas….Por lo tanto, esta parabola no habla de que el mal es relativo, sino de la gracia de Dios….y la distribución de la gracia no depende “ni si llegamos primeros…o somos los últimos” sino del “amo”…puesto que el puede disponer del bien de la gracia que el otorga como El quiera, tanto a los primeros como a los postreros….y no depende por tanto de nosotros…ni de nuestros méritos…El origen de la gracia y de la misericordia está en Dios….Esta es la medida de Dios…vivimos y morimos en Su misericordia…pero esto no anula la justicia….para los seres racionales libres…que pueden tambien cooperar o NO con la gracia de Dios da libremente a seres libres…
Pero que el mal NO es relativo…hay muchos pasajes del Nuevo Testamento que lo testifican y Jesus tiene palabras muy duras para los adictos al mal por el mal…Y asi se lee tambien en Mateo el pensamiento de Jesus sobre esto: “Cualquier pecado o blasfemia le será perdonado a los hombres pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada ni en este siglo ni en el venidero” (Mateo 12,31) (Muchos exégetas creen que la imposibilidad del perdón se refiere a la persona misma que muere sin arrepentirse de su maldad a sabiendas)
Y prosigue: “El hombre bueno , de su buen tesoro, saca cosas buenas; pero el hombre malo, de su mal tesoro saca cosas malas”. Y yo os digo que de toda palabra que hablaren los hombres habrán de dar cuenta el día del juicio. Pues por tus palabras serás declarado justo o por tus palabras serás condenado” (Mateo 12,35-37) Y en el juicio final Jesus habla claramente que los inmisericordes…los que no practicaron ni la justicia ni la misericordia…no entrarán en el Reino de los Cielos…(Mateo 25, 31-46)
En Dios no hay relativismo moral..por eso no hay contradicción alguna en la Sagrada Escritura que es inerrante….por eso es importante entenderla y leerla en su verdadera unidad y concordancia…La Palabra eterna de Dios no se puede contradecir…Por eso somos nosotros los que tenemos que descifrarla..
Te agradezco tu lectura y tu interés, Isidoro…Un cordial saludo de Santiago Hernández
Estoy de acuerdo contigo amigo Santiago cuando dices que no podemos alcanzar la Verdad Absoluta, (quizás sólo podemos ponernos en camino en su dirección, pero no mucho más, si acertamos aunque no podamos siquiera saberlo), siempre se escapa. Pero yo no puedo decir “esto es revelación y punto, lo tomas o lo dejas”. Es que abundan las proposiciones de fe esenciales que son prácticamente incomprensibles. Basta proclamar nuestra profesión de fe en el Credo para ver que está plagado de ellas. ¿Cómo entender que el hombre Jesús de Nazaret es el Señor y Salvador, el Hijo de Dios engendrado antes del tiempo por Dios, el Padre, y que se encarnó en un hombre? ¿Cómo entender que Dios – en el Hijo- pudo ser torturado y ajusticiado en la cruz como vulgar malhechor y maldito? ¿Cómo entender su resurrección? ¿sigo? Es que todo esto es esencial, fundamental en mi fe, y yo no puedo afirmarlo para poder proclamarlo si no entiendo nada de nada.
Durante años estuve convencido que para iniciar una relación con Dios tenía que entrever repuestas a mis dudas o conflictos de fe: acomodar Ciencia y fe, materia y espíritu, lo finito y lo infinito, trascendencia e inmanencia, el problema del mal y el Creador, la Iglesia y Cristo,… Pero un día me di cuenta de que resolver todo esto y más no era necesario. Para tener fe lo único necesario es QUERER tener fe y tratar de expresarla en la oración, y si se opta por Cristo ponerte en marcha en el seguimiento a Jesús. Por tanto tienes razón en lo que dices en tu comentario. Pero, siempre hay un pero, para reafirmar nuestra elección por la fe siempre y en toda ocasión debemos tener razones que la justifiquen, (lo dice, creo que es, la 1ª Carta de Pedro). Y para justificar nuestra fe no nos queda otra que hacerla lo más razonable posible, con esfuerzo, tiempo y paciencia. Muchas de las cuestiones planteadas con el tiempo he logrado entrever respuestas razonables y aunque muchas de ellas sean muy improbables, al menos abren alguna posibilidad.
Nota: nuestros comentarios se han alejado bastante de las cuestiones que plantea esta línea de Atrio sobre el Sínodo. No sé si habría que volver sobre la moral de la Iglesia y su normativa excluyente y por ello discriminatoria.
Amigo Santiago: No soy yo el más indicado para dar lecciones de doctrina, pero lamento contradecirte en tu párrafo: “… La justicia y perfección de Dios “sufrirían” si el que persiste en el mal por el mal y ha rechazado totalmente el amor que Dios y su prójimo le ofrecen, puede al final recibir la misma retribución…que el justo que se ha arrepentido y reparado sus faltas siendo penitente o inocente hasta el final de su vida…”.
Y no soy yo quien te contradice.
Mateo 20, 1-16: “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos”.
(Además esto sirve para comprobar, dos cosas. La mucha sabiduría (o teosofía) que tenía Jesús, y que con los evangelios en la mano se puede demostrar una cosa y la contraria. Y que por eso hay que reinterpretarlos y apoyarlos con ideas más sólidas: la ciencia – la psicología, la antropología, etc.).
Estimado amigo Juanel: mi fe, como la tuya de cierta manera, no ha sido siempre fácil…yo también he tenido que luchar y estudiarla…para poder aceptarla…no es algo que “caiga del cielo”…sin embargo, como tu, he podido ver mas coherencia en ella….que en todos los demás sistemas filosóficos que existen o han existido por ahi….Existe un “choque entre la razón y la fe” sin embargo, en el proceso, el antagonismo se puede convertir en sincronía donde ambas subsistan en ayuda mutua..sin anularse una con la otra…Por eso, ya es fe el querer creer…puesto es ya una gracia recibir el primer impulso hacia ella…por eso la fe es meritoria…ya que, como todas las actividades humanas, es dependiente de la voluntad…sin ser forzada…puesto que existen grados de fe que se suceden en plena libertad…
Por otro lado, no es posible en nuestra limitación humana y en los cortos años de la vida poder entender verdades “reveladas” y eternas…que sobrepasan y trascienden toda la física biológica humana…Creer que podremos dominar todo el saber en este breve tiempo que es la vida no es lógico ni se ajusta a la realidad…no solo en cuanto a la fe…sino en cuanto a todas las disciplinas…Tenemos que contentarnos con tratar de buscar la verdad….en todo….que se reduce a lo que es mas probable…puesto que la verdad absoluta escapa de nuestra verdadera posibilidad…Sería imposible vivir la vida misma, en paz, si aspiráramos en cada instante a encontrar lo “absoluto” de todo….Una cosa es nuestra tendencia a ello…por nuestra parte “espiritual”….y otra a que logremos conseguirlo…
Yo no me preocuparía tanto de lo dogmático…sino que me fijaría en el Evangelio…y en su protagonista, Jesus de Nazaret, que es el modelo perfecto….Leyendo y releyendo LA PALABRA que se ha escrito allí, y estudiando esa sagrada tradicion, podemos descubrir y redescubrir nuestra FE…que se devela a cada momento..y cada vez que volvemos sobre ella…Por eso, esa PALABRA y PENSAMIENTO es trascendente…porque en si misma nos va diciendo poco a poco la intención oculta de Jesus, al revelársenos a nosotros mientras vivía aquí en la tierra…Esta experiencia de fe fue lo que movió a los discípulos a CREER en aquel pobre judío itinerante de Nazaret…Su fe, la fe de los apóstoles fue creciendo poco a poco…hasta que se convirtió en acción de tal manera que pudieron derramar su sangre en testimonio de aquella realidad que ellos vivieron y continuaban viviendo hasta despues de la muerte de Cristo…
No es posible…ni deseable para el ser humano una “fe ciega”…Tiene que existir la base de la razón…Pero una cosa es la verdad de la fe…y otra como se expresa en cada siglo….Tambien me parece a mi un absurdo pintar con vivos colores y exagerados tonos el concepto de estar separados de Dios voluntariamente…lo que se ha denominado infierno…Pero la justicia y perfección de Dios “sufrirían” si el que persiste en el mal por el mal y ha rechazado totalmente el amor que Dios y su prójimo le ofrecen, puede al final recibir la misma retribución…que el justo que se ha arrepentido y reparado sus faltas siendo penitente o inocente hasta el final de su vida…La misericordia de Dios es infinita…pero es parte de su justicia que es tambien infinita….Y Dios detesta al soberbio…al que persiste en la maldad a conciencia…pero favorece al “humilde” que se estremece ante Sus palabras, dice la Escritura…
La Iglesia simplemente nos ayuda…haciendo la fe mas fácil…resumiendo en formulas las verdades pre-existentes en la Escritura…Su expresion debe ser asequible al tiempo en que vivimos….para que el misterio de la FE…y nuestra relación con Cristo no nos resulte antipática e inininteligible….
Un abrazo, en la amistad… Santiago Hernández
Ojalá Santiago la Iglesia estuviera exenta de dogmatismos y adoctrinamiento fundamentalista. Están demasiado próximos los modos de la Iglesia anteriores al Concilio V.II, los papados de JPII y BXVI, incluso el nacionalcatolicismo en España, para que el autoritarismo haya desaparecido de la Iglesia. Hay aún mucho de la doctrina que se expone con amenaza de condenación, se expone con el acento puesto en el pecado y que muchos de ellos llevan al infierno, como decía una monja a sus pequeñas alumnas “te condenarás y no será el purgatorio sino que será el infierno” y todos sabemos con qué sadismo se describían las penas eternas del infierno. Esto es lamentable y aún perdura.
Por lo que dices entiendo Santiago que tu razón y tu fe se adapta y asume con facilidad lo que dice el Evangelio y la Iglesia. Mi pensamiento crítico por el contrario siempre encuentra dificultades. A cada paso lo primero que encuentra son choques con respecto a la filosofía, a la teología, a la antropología, a la ciencia, a la ética y moral,…., y por tanto, para reafirmar mi elección por Cristo y la Iglesia tengo necesidad de estrujarme el cerebro para evitar los choques. Al llevar tanto tiempo haciéndolo la mayoría de mis dificultades iniciales se han diluido. Aún quedan cosas, pero estoy en ello.
Si la Iglesia se atrinchera en paradigmas del pasado medieval, exigiendo a sus oyentes que lo asuman y rechacen el paradigma actual como desastre, un sector no tendrá ningún problema para hacerlo, pero el otro sector sólo tendrá dificultades pues el choque entre razón y fe será inevitable, quedándole sólo el recurso de una fe ciega. Y esta fe ciega es el fruto del dogmatismo, del adoctrinamiento fundamentalista.
Juanel, estoy de acuerdo en muchas cosas contigo…pero la ley del Evangelio no es como la ley humana …no es coercitiva…carece de imposición forzada…La ley del Evangelio es la ley del amor….y este amor se acepta libremente (o por supuesto se rechaza)…el amor es un acto de la libertad…y solo en la libertad puede funcionar…por eso el amor que existe en la verdad nos hace libres…Por tanto, yo acepto lo que me dijo y me dice Cristo a traves de su Iglesia, como el Pueblo de Dios, libérrimamente…ya que esta ley es coherente con mi fe en Jesus…Nadie me fuerza a creer…ni a amar lo que creo…Es un íntimo y profundo convencimiento
Por tanto, yo puedo proclamar la verdad en la que yo creo sin un adoctrinamiento elitista y partidista….La Iglesia tambien puede hacerlo…sin que esto sea una aberración fundamentalista como ahora quieren hacernos creer…como tampoco es fundamentalismo que las escuelas de Medicina, a traves de los siglos, quieran enseñar la verdad médica para el beneficio de la humanidad….que logra avanzar cada vez mas cuanto mas nos aproximamos a lo que es verdadero.¿Donde existe el adoctrinamiento? Soy libre de aceptar lo que la Iglesia propone…o rechazarlo y buscar otra filosofía religiosa que me satisfaga mas…Por otro lado, la doctrina de la Iglesia se basa en el Evangelio, que es Cristo mismo,que para los creyentes es la verdad….¿Donde está o reside el adoctrinamiento? No precisamente en el CREDO que es la regla de FE..ya que aqui se proclama lo que nos ha sido revelado….y es el resumen de lo que debemos creer….Todo está pues contenido en el Evangelio…NO hay ninguna denominación religiosa que pueda correlacionar con tanta coherencia lo que está presente en nuestra tradición oral y escrita católica con nuestra actual FE…Muchos de nuestros hermanos separados han regresado y regresan al “hogar”, a la casa paterna, a la primitiva Iglesia, porque han comprendido esta coherencia entre lo evangélico y la doctrina de la Iglesia…La riqueza cultural, teológica y patrística de la Iglesia Católica no es comparable, aun en terminus modernos, con ninguna otra…
Por lo demás, solo existen algunas verdades de FE…Muchas cosas son opinables…y son sometidas a intensas discusiones…como ha pasado a traves de los siglos…y especialmente en los últimos…de lo que hemos sido testigos tu y yo….Por eso,, yo no me siento prisionero dentro de la Iglesia…sino todo lo contario….Puedo pensar, hablar, opinar y discutir sobre todo..con la libertad que me ofrece la verdad de Cristo….Sin ella, la vida es mucho mas difícil….la cuesta es mas arriba….Es esta misma verdad la que en realidad nos hace libre….La proclamción de la doctrina, por martires y confesores, NO es adoctrinamiento…Es simplemente un deber.
Abrazos, amigo Juanel….Santiago Hernández
Yo no tengo dudas de que Jesús es el origen de los sacramentos de la Iglesia, y que incluso fue él quien los instituyó, aunque como sabes hay controversia en algunos de ellos. Pero aunque no fuese él sino los Apóstoles, cosa que creo improbable, no implicaría ningún problema para mi fe pues ésta incluye a mi Iglesia Católica y Apostólica.
La conciencia puede funcionar subjetivamente al arbitrio del capricho de ciertas personas, pero para aquellas que sostienen y asumen ciertos valores tiende a ser coherente y ajustarse a ellos, claro que no siempre se consigue. Los valores que yo quiero libremente asumir son los del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, pero sin renunciar a mi pensamiento racional y crítico. No me basta la sumisión, yo ni puedo ni quiero ser sumiso. Yo no acepto sin más lo que dice el Evangelio y la Iglesia por simple autoridad, para aceptarlo tengo necesariamente que hacerlos míos. Mucho he conseguido y lo que he asumido puedo defenderlo con mi fe y razón, pero ciertamente hay cosas que no. En éstas centro mi atención. En algunos casos consigo incorporarlas dando vueltas y vueltas a argumentos que lo hagan posible, en otros casos no puedo por su manifiesta incompatibilidad con todo lo demás. Y mi actitud ante ello no es oponerme sino posponerlo para más adelante, quizás se me ocurra algo y la incompatibilidad del presente no sea tanta como ahora me parece .
Y es que para mí el Evangelio y el Magisterio no es LEY, normas de obligado cumplimiento, lo quiera o no, sean razonables para mí o no lo sean, sino que son sólo una GUÍA, marcan una dirección que intento asimilar. Yo me siento como Pablo, LIBRE de la LEY en el seguimiento a Jesús en la interpretación de la Iglesia. Claro que ajusto en todo cuanto pueda a lo que dice la Iglesia pero de ninguna manera ciegamente, irracionalmente.
Disiento totalmente de lo que dices en cuanto al adoctrinamiento. ¿Qué es si no lo que hace la Iglesia? ¿Es que acaso no enseña la doctrina que impone con autoridad? Es que además afirmas que está en su derecho pues tiene la VERDAD, por tanto lo afirmas de forma fundamentalista, muy alejada de mi modo de ver las cosas.
De acuerdo Juanel que tenemos que tener una “disposición” suficiente para acercarnos a los sacramentos…Pero el origen de los sacramentos no reside en nosotros, sino en Cristo…quien estableció su esencia…para la primera gracia, para la confirmación de esta gracia en el Espíritu, para que se pudieran efectivamente perdonar los pecados, para el aumento de esta gracia por alimento espiritual de las almas, para la consumación de la gracia entre los cónyuges, para la efusion de la gracia en el ministerio sacerdotal y para la preparación final de la gracia que se ha de consumar en la otra vida…
Por eso, Cristo mandó a su Iglesia, representada en los 12, a ser el instrumento sacramental de la gracia…Es por eso que la Iglesia como Pueblo de Dios puede establecer las condiciones para la recepción de los sacramentos….Por tanto, el acceso a los sacramentos no es meramente un juicio particular y meramente subjetivo que yo me hago para tranquilizar mi conciencia….No todos estamos siempre en esa “comunion” necesaria para acercarnos al sacramento del amor…Por eso, EN el el lavatorio de los pies, en la Última Cena, Juan, el discípulo amado, capta el pensamiento de Jesus cuando escribe refiriéndose al diálogo inquisitivo de los discípulos con El: “Quien se ha bañado, no necesita lavar(se) sino los pies, pues todo esta limpio. Vosotros estáis limpios, aunque NO todos” y Juan añade lo siguiente para que entendiéramos la razón de estas palabras de Jesus….”Sabía (Jesús) en efecto, quien le iba a entregar; por eso dijo: “No todos estáis limpios” (Juan 13, 10-11) (Sinopsis Concordada de los 4 Evangelios, por Juan Leal s.j. professor de Sagrada Escritura en la Facultad Teológica de Granada, BAC, No. 269, pag. 291)
Por otro lado, el Concilio Vaticano II dice hablando de los cónyuges en el sacramento del matrimonio que “con la responsabilidad humana y cristiana cumplirán sus obligación y con dócil reverencia hacia Dios, se esforzarán ambos de común acuerdo por formarse un juicio recto….En su modo de obrar, los esposos cristianos tengan en cuenta que no pueden proceder a su arbitrio, sino que siempre deben regirse por la conciencia, que HAY QUE AJUSTAR A LA LEY DIVINA MISMA, dóciles al magisterio de la Iglesia, que (es el) que INTERPRETA AUTÉNTICAMENTE aquélla luz del Evangelio (CVII, CONSTITUCIÓN SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL, BAC pag. 284) (Los paréntesis y comillas son míos)
Claro que debo regirme por mi conciencia…que me acusa o me exime de culpa grave o leve…sin embargo, esta conciencia ha de “regirse”, ha de ser informada por el Evangelio que es Cristo mismo que se ha revelado a nosotros como el Hijo de Dios…Ya que nosotros tenemos por nuestra naturaleza humana dificultad en acceder a la verdad…especialmente a la verdad “eterna” y los medios para llegar a ella, Jesus nos dejó su verdad en la Iglesia….Por lo tanto, tenemos que estudiar esta verdad, profundizar en ella….y decidir si esta verdad es coherente para mí…y entonces puedo ajustarme a ella…No solo se trata de “mi razón” sino de la FE de la Iglesia como Pueblo de Dios…engarzada en la tradición auténtica de Cristo y sus apóstoles..ya que este IGLESIA es apostólica….Por eso no solamente hay un criterio subjetivo sino tambien objetivo…Esa es la razón de la Revelación y del legado de la Iglesia como sacramento, portadora del misterio sagrado de los sacramentos….Es el mayor don que podemos recibir…
Por otro lado Juanel, no existe adoctrinamiento que viole las conciencias cuando la Iglesia proclama la verdad del Evangelio a traves de sus instituciones…Esa es su mision como compete al Estado informar sobre los deberes de los ciudadanos…Digamos que todos tenemos el “derecho” a la verdad….a toda informacion que conduzca a ella…Y la primera es la verdad de Dios….primera causa por la cual podemos accede a esta misma verdad….El primer motor…Por lo tanto, tambien hay que incluir esta enseñanza no como un adoctrinamiento o lavado de cerebro, como se hace en los paises totalitarios, sino como informacion GENERAL….No se puede excluir esta enseñanza religiosa del ser humano…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
En mi opinión el adoctrinamiento ideológico, político o religioso de niños y niñas vulnera sus derechos, del respeto debido a su libertad y dignidad, y por tanto, tiene necesariamente que posponerse en cualquier caso hasta que tengan la posibilidad de un pensamiento crítico. Mi posición es radicalmente contraria a cualquier clase de adoctrinamiento en las escuelas primarias del tipo que sean. Es para mí un contrasentido que la enseñanza pública a cualquier nivel tenga asignaturas o créditos de adoctrinamiento. Estas clases de doctrina política, ideológica o religiosa, quizás podrían comenzar en la enseñanza secundaria en centros privados, si los padres quieren que se les enseñe la doctrina que crean oportuna para sus hijos/as. De igual modo las catequesis en los centros religiosos, templos, mezquitas,…..(los adolescentes a partir de los 12 años cuando entran en secundaria suelen ser respondones y no se tragan todo cuanto se le dice).
Otra cosa bien distinta es la formación ideológica, política y religiosa, a la cual los estudiantes de cualquier nivel tienen derecho. Tienen derecho a poder tener acceso a la información de lo que hay en la sociedad en estas áreas del conocimiento y no negárselas por el conflicto entre Iglesia y Estado. No clases de doctrina sino de información plural y neutra, con formación que apunte a la capacidad de discernimiento.
Nada de esto tiene que ver con la formación ética, que debe de responder a una ética de mínimos consensuada, para la convivencia pacífica de la sociedad, civil y laica.
Dos cosas Santiago. La accesibilidad a los sacramentos depende de la conciencia personal del que lo solicita y de cierto nivel de preparación para recibirlo. Ser consciente de una situación de pecado o una preparación o disposición insuficiente, impide el acceso al sacramento y exige primero reconciliación con Dios y con la Iglesia. Por tanto la Iglesia tiene no solo el derecho sino el deber de retenerlo cuando se dan estas circunstancias. Esto nada tiene que ver con la discriminación. La discriminación parte de unas normas excluyentes, sin tener en cuenta la conciencia de las personas.
Entonces la cuestión se centra en la evaluación de la gravedad del pecado. Nadie está libre de pecado por lo cual nadie podría tener acceso a sacramento alguno, a no ser que el sacramento de la confesión precediera inmediatamente a cualquier otro sacramento. Hasta la Iglesia más conservadora considera esto excesivo.
No es posible establecer una línea de separación precisa entre pecados que impedirían el acceso a los sacramentos de los que no. No es posible porque el pecado no es un hecho objetivable, sino en completa dependencia con la consciencia, la libertad y responsabilidad de las personas
Juanel, nadie tiene derecho a los sacramentos de la Iglesia. Jesus fue el que llamo a los 12 y no lo contrario. El sacramento del orden como la eucaristia son dones y los dones se aceptan o se rechazan….Si se acepta entonces para acceder a ellos tenemos que poseer ciertas condiciones que dependen del que ofrece el don y no del que lo recibe. La Iglesia como Pueblo de Dios tiene la mision sacramental de interpretar lo sacramental que esta en Cristo mismo que es DON perfecto y permanente para nuestro beneficio. No existe discriminacion sino discernimiemto de la verdad cristiana
.abrazos. Santiago Hernandez
PERO Manuel…de acuerdo con lo que planteas debemos también esperar a que el “ñiño” madure y tenga suficiente “espíritu crítico” para que el mismo juzgue si necesita en realidad una familia y además una educación “comprehensiva”…¿Por qué entonces no empezar la enseñanza a una edad en que el/ella puedan decidir? Y no de parvulitos…
Por tanto, esperemos hasta su mayoría de edad (18 21 años, segun los países) para enseñarle a que se debe hacer el bien…y evitar el mal..y que hay consecuencias desastrosas debidas a nuestro abuso de la libertad…Esperemos hasta entonces para explicarle los peligros de la violencia y de la adicciones indebidas….Es decir, esperemos a que este “sujeto” empiece a discernir si debe o no cuidar de sus padres, de preocuparse por los demas y de pensar en ser una persona de provecho para la sociedad a través de la educación….
Sin embargo, la realidad de la vida humana es diferente…No existe -pocas la excepciones- un conocimiento infuso…El conocimiento humano no es solo matemático, físico,científico…no somos solo biología y números…Sino que nuestra realidad es holística, compleja, oscura…Es humanística…pues lo humano es único e irreproducible…..No existe una realidad inmediata en el ser humano…sino que nuestros valores verdaderos y nuestro conocimiento necesitan ser descubiertos y desarrollados gradualmente, penosamente, lentamente desde que somos pequeños…desde niños….Hay que leer con atención los trabajos de los psicoanalistas para darse cuenta cuán importante es la primera infancia para nuestro futuro como adolescents y adultos…cuán importante para ellos es el cuidado de la niñez para evitar las deformaciones del comportamiento y los condicionamientos que provocan no solo una desviación sino una patología de la personalidad….
Por otro lado, no podemos sobrevivir en esta vida solos….Necesitamos de ayuda…Necesitamos de mentores….no solo de nuestros padre y familia—sino de amigos, maestros y otros “modelos” que nos ayuden a descubrirnos a nosotros mismos…nuestro conocimiento…y nuestras posibilidades…
Por eso, dejar que este “espíritu crítico” ejerza su acción a los 18 o 21 años es saludable cuando el sujeto ha recibido ya suficiente formación cultural y humanística, incluyendo la religiosa, y pueda discernir “un camino” por el cual pueda transitar durante TODA la vida…
Dejemos pues que los padres junto con los educadores elijan el método mejor para “formar” a sus hijos desde pequeños…Tanto los padres estamos obligados a proporcionar el alimento corporal como el espiritual a nuestros hijos…Seamos budistas, mahometanos, católicos…etc. Este si es un derecho inalienable de los padres…no del Estado….Nuestra realidad está inmersa en multitud de complejas situaciones e innumerables confusiones…Nuestra voluntad es débil…Nuestras pasiones mútiples..junto con la tendencia a la adicción inordinada…;Somos una “incognita”…y sería una negligencia imperdonable que los “mayores” dejáramos a los “pequeños” sin un armamento espiritual que les ayude a lograr realizarse…Esto es un deber de todos…Con todo esto, el adulto podrá entonces decidir cual será lo mejor para el/ella…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Sin salir del tema en cuestión, no recuerdo exactamente cuál de los intervinientes había leído y en qué momento, algo así como que: el adoctrinamiento a los niños (supongo que religioso) era un ejemplo vago e inconcreto de atentado a los derechos humanos, porque no respondía al clásico: dónde, quién, cómo, cuándo, para y por qué.
Hombre, me parece un exceso considerar un atentado a los derechos humanos, la pretensión de las religiones de colonizar ideológicamente la mente de los niños salvo, si está basada en la obligación bajo castigo de acudir a la instrucción, el mal trato en los métodos de enseñanza y que no puedan abjurar o renunciar a esa fe bajo la amenaza de muerte.
Obviada la salvedad, la calificación de indeterminado para el caso del adoctrinamiento, debido a que no se han encontrado los porqués pertinentes pienso, que dado el tipo de lector y participante con los que cuentan este blog supongo, que cuentan con numerosos elementos de juicios para darse a sí mismo las respuesta adecuadas si previamente, tiene cuestionado la idoneidad de impartir cualquier doctrina religiosa a un niño.
No obstante, voy proponer algunas de ellas. Se preguntaba:
Dónde: en la madraza, en el colegio público o privado, en la parroquia, en la pagoda..
Quiénes: el sacerdote o profesor de religión, el imán, el rabino, el monje budista…
Cómo: con sus propios instrumentos pedagógicos: recitando de memoria el Corán, el talmud, cantando loas al Señor, con charlas, cuestionarios…
Cuándo: cuándo se pueda, pero se pretende fervientemente sacarla si no del colegio (público) sí al menos del horario escolar.
Por qué y para qué inculcar ideas religiosas (centrémonos en la católica) a un niño:
– Se pretende desde el punto de vista estadístico, contar con el mayor número de fieles bautizados que estén a ser posible comulgados y confirmados porque cuando sean adultos, aunque se desee apostatar ,les supondrá una tarea tan ímproba y por tanto tan desmotivadora, que el conjunto de quienes lo hagan formarán una resta absolutamente insignificante ante la inmensidad del resto de seguidores. Consecuentemente, un número importante de fieles da a sus dirigentes, una potestad y entidad suficiente como para hablar de tú a tú con cualquier interlocutor. Incluido el Estado.
– Se pretende que en la fase más elemental de la trasmisión de las idea religiosas sea, cuando el niño cuente con una superficie cognitiva considerada como una auténtica, no siempre bien entendida, “tabla rasa”. Ahí es cuando la mente del niño está sin recursos críticos para discernir lo razonable de lo que no lo es. Y es en ese momento cuando comienza a introducirse la fe, como esa actitud interna de aceptar como verdadera, una afirmación indemostrable basada en el principio de autoridad. Se trata de aceptar la existencia de una entidad absolutamente imperceptible, pero que gracias a la permeabilidad de su cerebro en aceptar cosas incomprobables, si se le presentase insistente y masivamente a un supervigilante que le acompaña y que todo lo ve, puede acomodarse sin muchas dificultades en su crédulo e infantil cerebro. Una fe sustentadas en un conjunto de creencias inverificables e incontrastable y de las que el niño ha de inferir, deducir y concluir, que si Jesús era bueno, es porque dios existe. Lógico
– Se pretende amoldar una mente desde pequeño, para lo que sobrevendrá después en las sucesivas etapas pedagógicas que comprende la fe católica. El primer objetivo es el fortalecimiento del pensamiento abstracto para entender ideas como: la del dios trino, la constante virginidad de maría, la redención por un pecado original que jamás se cometió o, a pesar del comportamiento que tan sorprendentemente tuvo, hacer bueno a Yahvé por ser el padre de Jesús. Y en segundo lugar, asociar magistralmente Dios, Jesús y la Iglesia en un trio indisoluble. De tal manera, que la intermediación de la Iglesia es imprescindible para interpretar voluntad de dios en cada momento y para hacer indistinguible lo que creen que piensa dios sobre una cuestión concreta, con la elaboración de un dogma que certifique la reflexión de dios hace, sobre la susodicha cuestión.
¿Por qué no impartir la fe en la trascendencia la bajo la forma de un dios determinado cuando la persona: Una vez haya sopesado con la información adecuada las distintas realidades religiosas se decida a profesar una fe concreta; disponga del suficiente espíritu crítico para distinguir la superchería del conjuntos de creencias que puedan ser escrutadas por la razón y se comprometa a respetar y hacer respetar sus creencias así como, a respetar la autonomía del poder político frente a cualquier injerencia religiosa, la independencia del Estado de cualquier religión y la secularización completa de la sociedad?
A mí me produce mucho mayor rechazo con respecto a mi Iglesia cosas como el poder que ejerce en lugar de servicio, su alianza con los poderosos en lugar que con los pobres, su ostentación de riqueza, la ocultación de comportamientos claramente penales como la corrupción económica y financiera o la pederastia,….., que la violación de ciertos derechos humanos. Sin embargo, yo no daría mi consentimiento ni mi adhesión o filiación a una sociedad o grupo social que en sus estatutos constituyentes vulnerara abiertamente los derechos humanos.
La ética del amor es la ética de Jesús, la ética de los evangelios, una ética de máximos. La Iglesia se equivoca cuando claramente se aparta de esos valores. De lo que se está acusando a la Iglesia en la lista de derechos humanos que vulnera es precisamente por apoyar una ética insuficiente. No se la está acusando con proposiciones anti-éticas, amorales, sino en dirección hacia una ética mejor que la que ella propone. La no-discriminación por razones de raza, sexo, condición, …. es éticamente superior a aquella que sí discrimina.
¿Es discriminación impedir el derecho de homosexuales al matrimonio?, lo es. ¿Es discriminatorio no admitir mujeres y a los casados al sacerdocio y al episcopado?, lo es. ¿Es discriminatorio no admitir a personas casadas a la comunión? lo es. ¿La moral sexual de la Iglesia hasta ahora responde a una ética de máximos? Pues no.
Es necesaria y urgente una reforma profunda de las normas morales de la Iglesia, pues de lo que se le acusa es de una ética insuficiente.
Rodrigo, sí lo has dicho; vuelve a tu frase y verás la comparación inicial; las comparaciones son odiosas. Yo así la interpreté y me extrañó; ya veo que no. Está bien y lo suponía. Por mi parte, no digo que haya formas muy dignas de vivir la fe, recurriendo a la libertad de conciencia, en algo que represente una violación de los derechos humanos; sólo apelo a esta libertad, si la condición de que son una violación de los derechos humanos pocos lo ven en la iglesia, está en discusión con buenas razones en ella, y, sin embargo, yo sí la veo clara.
Por supuesto, si se trata de una violación evidente en la doctrina y en el sentir común de la gente, dentro y fuera, no tengo duda. No puedo apelar sólo a la libertad de conciencia. Pero es que tú dices que las múltiples violaciones de derechos humanos en la organización y praxis institucional del catolicismo son evidentes, y yo varias de ellas las veo claras pero veo, también, que no gozan de evidencia para muchos otra gente digna y crítica; las veo para mí, pero no veo que mis razones sean definitivas para negar humanidad a toda otra práctica. Pero sí son claras, para la conciencia moral humana común, no apelo a la libertad de conciencia, claro que no. (Por poner un ejemplo fácil, la comunión de los divorciados católicos vueltos a casar, me parece un derecho inapelable, pero si la praxis canónica eclesial dice que no, sálvese con la libertad de conciencia personal el conflicto; y si en ello hay en juego un derecho humano, veamos las razones, y valorando su peso, me cuesta verlo de manera inequívoca como injusticia radical y una obligación que debo exigir hasta jugarme por ello el todo por el todo. En los casos que es más evidente la agresión al DH, no tengo dudas. Pero eso, hay que decir cuáles y cómo darles forma de justicia imprescindible. El genérico que he leído en algún caso, “no se puede adoctrinar a los niños”, es muy impreciso; estoy de acuerdo pero es un ejemplo indeterminado de violación de derechos humanos; hay que decir dónde, quiénes y cómo, etc).
Y por supuesto que hay una jerarquía en los derechos humanos, en su universalidad, interdependencia e historicidad, y creo que donde veo zona de dudas, y hasta de injusticia en la Iglesia, no es en el núcleo duro de los derechos humanos y, por tanto, estimo que puedo lograr desde dentro su corrección. De hecho, si no tuviera este sentido de lo primordial y derivado en el todo de los derechos humanos, no podría vivir en ninguna sociedad; desde luego, en la española o europea, imposible.
Y concluyo, condeno absolutamente cualquier violación de los derechos humano de cualquier institución, país o iglesia, pero hay situaciones que marcan una raya, -esto no, y prefiero la cárcel o morir a consentirlo- y hay situaciones que marcan una duda -muchos en la iglesia no la ven-, y que otros vemos como grave quiebra de un bien moral de la persona; y que por pensarla como quiebra limitada, pensamos que su corrección es posible hacerla desde dentro y con ventaja. Porque estoy contigo en que esa institución o lo que sea, si hay violación de derechos humanos, es condenable. Y después qué. Esta es la cuestión, la cuestión política de cómo seguir tras la condena. Qué puede hacer la gente: irse, agredir, objetar, atentar. Lo otro no me plantea problema. Yo hablo también para la gente que dentro de la iglesia, dice, y ahora, tras la condena del hecho, qué hago. Es obvio, ahora me doy cuenta, que yo reflexiono para seguir en la iglesia, tras la condena, y seguir en libertad en ella. El que tiene resuelto este dilema -no sé tu caso-, puede percibir mi indagación innecesaria. Él o ella condena, y punto. Y yo, condeno, y cómo seguir. Meditaré con gusto tu respuesta, pero lo voy a dejar aquí. La vida nos reclama. Un saludo por tu paciencia.
La Iglesia solo enseña una sola verdad: que es Cristo….Libremente, pues, puedo escoger esta verdad o libremente tambien rechazarla….La violación consiste en que me han forzado a pensar o actuar contra mi razonable libertad de expresión,….. que es lo que ha pasado y pasa actualmente en los “gobiernos” totalitarios” del mundo…Pero mi libertad en la Iglesia está siempre a salvo…puedo siempre aceptar la “regula fidei” de la Iglesia o no…No es violación cuando la Iglesia me presenta la FE como la verdad….y me advierte del error y de lo que es falso…..Esto es un deber…y un derecho del Pueblo de Dios…Es una obra de amor enseñar a otros el camino de la felicidad en la que creemos…Y…es posible creer aún por encima de la razón…Por tanto, la Iglesia no yerra cuando propone el Evangelio como auténtico y la PALABRA de Cristo como salvadora….ni el CREDO como la regla de FE…Como en toda organización en la que estoy voluntariamente me comprometo a aceptar lo que es coherente con mi primera FE….lo esencial que contiene el Credo….y los sacramental…con los sacramentos que tuvieron su inicio en Jesus de Nazaret…La Iglesia no tiene autoridad para cambiar lo que el Padre y el Hijo forjaron en el amor…puede aclararlo…definirlo…pero no cambiarlo….Por eso puede declarar su no competencia con respecto a lo que se encuentre alejado del pensamiento de Jesus….la Iglesia está facultada para interpretar la verdad..sin alterarla….Establecer las reglas para que recibamos los sacramentos en concordancia con la ley evangélica no es una violación de ninguna conciencia….vigilar para que no haya errores en la predicación tampoco es una violación..declarar lo que va contra la ley de Dios, tambien es una obligación, no una violación La violación consistiría en atentar forzosamente a pensar, creer, desear o hacer algo en contra de mi misma libertad humana….pero nadie ha de forzarme a permanecer en la Iglesia…si yo considero que es falsa….La razón junto con la fe es lo que mantiene al creyente en la Iglesia….Lo esencial..pero .no lo accidental….ni lo que es puramente una opinion…Mi derecho, una vez en la Iglesia, es acceder a la esencia de la verdad que Ella proclama…de manera libre…ya que Ella tiene el deber de proporcionarme los medios para recorrer el mismo camino al que Jesús me invitó a seguir, que es El mismo…
Un saludo cordial de Santiago Hernandez
Hola Jose Ignacio
“Si las barbaridades contra los derechos humanos que citas a manos del estado islámico te parecen iguales”
Jamás dije éso
Lo que dije es que así como el argumento de las “formas muy dignas de ver y vivir la vida de otro modo” es inaceptable en un tipo de violaciones de derechos humanos, ese argumento es igualmente inaceptable en todo otro caso de violaciones de derechos humanos. El que el argumento sea inaceptable en todo caso de violaciones de derechos humanos no significa que se afirme que todos los casos de violaciones de derechos humanos son de igual gravedad.
Al citar casos como los que cité permite ver que el argumento es deficiente, por ser casos tan repugnantes a la mentalidad católica queda claro que el argumento es inaceptable. Como acto SEGUNDO, si queda claro que el argumento es deficiente, se aplica la misma valoración a toda violación de derechos humanos, incluyendo a las violaciones (no meras “carencias”, eso es eufemismo para minimizar la gravedad de la norma y la praxis de la iglesia católica) en el interior de la iglesia católica.
Pero tocas un punto importante con tu frase final de “yo no estaría en una iglesia así ni loco”. Reconociendo que hay diversa gravedad entre unas violaciones y otras, sigue habiendo violaciones de derechos humanos en la iglesia católica. Al señalar que si hubieran las otras no estarías en esa iglesia, pero si seguir en la iglesia, implica que las violaciones que ocurren en la iglesia son “tolerables”, pues no llegan a plantear el no estar ahí, como sí otro tipo de violaciones de derechos humanos. Eso es lo grave de no reconocer como violaciones de derechos humanos los ejemplos dentro de la iglesia que hemos mencionado.
Desde una posición ética, el hecho de que unas violaciones sean más graves (llegando incluso a constituir delitos contra la humanidad, lo que no ocurre con toda violación de derechos humanos) no significa que entonces las menos graves sean aceptables o tolerables. Toda violación de derechos humanos es condenable; toda institución (laica o religiosa, pública o privada, estatal o espiritual) que incluye como POLÍTICA GENERAL una o más violaciones de derechos humanos es condenable.
Un abrazo
Román lo de Cataluña no tiene nada que ver con el pluralismo.Como dice Joan Tapia en elconfidencial.com es la fragilidad de Mas que le lleva a pactar lo que sea por salvar su cuello y la de Rajoy-amenazado por Rivera que ha pedido su cabeza si depende el PP de Ciudadanos tras el 20D-.Estos dos insensatos por salvar su cuello nos llevan a la ruina.Hay que echarlos….En cuanto a la iglesia no tiene la “hegemonía cultural” en temas de moral familiar.Afortunadamente…
Mira, Javier,
es un problema de enfoque. Para que puedas comprender algo mejor mi postura, tienes que olvidarte cuando hablas conmigo de identificar Iglesia Católica con Jerarquía o clero ( la parte por el todo) o pensar que la función de la iglesia, sea la de un grupo de presión, o actor político que trata de influir o condicionar en la ciudadanía.
Soy una persona creyente de a pie, que expresa su opinión, que se siente “parte” de la sociedad civil y que participa de sus mismos valores.
si no haces estas distinciones, si no matizas y disparas a bulto no nos entenderemos nunca
Por lo tanto, permíteme que vuelva a insistir: El sínodo sí le interesa a la sociedad civil, si admites que esa sociedad civil la formamos todos y que es tan plural que formas parte de ella tú, que no te interesa el Sinodo, pero también otras personas a las que les pueda interesar.
y vuelvo otra vez a insistir: hemos perdido el pluralismo como valor social. Mira lo que está pasando en el Parlament de Catalunya.No es de España de la que se quieren “excluir”, sino de la misma sociedad civil catalana, repartiendo carnets (pasaportes) de catalanes a unos y negándoselo a otros llamándoles de forma insultante : “españolistas”.
Gracias por seguir mis aportaciones, como yo las vuestras; a fe que lo hago con empeño; fundamentalmente, y a pesar de las respuestas, comparto lo que me decís. Había escrito una larga y ponderada respuesta (cuarenta minutos), pero, creedme, se ha ido por el sumidero de atrio al tocar no sé qué tecla. Escribir en directo tiene problemas. No puedo volver a ello. Mi mayor discrepancia es con Rodrigo. Si las barbaridades contra los derechos humanos que citas a manos del estado islámico te parecen iguales que las que se dan en la iglesia católica, sí, tenemos una distancia sideral en el análisis. No tengo dificultad en reconocer graves carencias en cuanto a los derechos humanos en la normativa eclesial -y a fe que lo digo y me resisto a aceptar y practicar-, pero la diferencia con los ejemplos de ISIS son siderales, y las víctimas de unos y otros te lo reconocerían. Equipararlos me parece un fallo de análisis muy grave. Yo no estaría en esa iglesia ni loco. Es mi idea, claro. Saludos.
Esto no tiene nada que ver con el pluralismo de 1978 ,es pura sociología..
Román estás completamente equivocado.La influencia de la moral católica oficial en las prácticas sexuales y familiares de los españoles es ínfima incluso entre católicos.Es impensable esa influencia que hacía que los católicos tuvieran familias numerosas por la influencia de Pablo VI y la Humanae Vitae.Eso no existe,en mi modesta opinión que avalan todas las encuestas.La iglesia católica no tiene ninguna influencia ni cultural,ni moral…Lo que pasa es que los católicos no os habéis bajado del guindo.
El Sínodo no le interesa a “una parte” de la sociedad civil. Siendo así que la sociedad civil esta formada por toda la ciudadanía, donde hay creyentes y no creyentes, no podemos decir absolutamente que no le interesa a la sociedad civil.
Se han instalado los “exclusionismos” con tal fuerza en nuestro vocabulario ( !aún peor, en nuestra manera de pensar!) que ya hemos `perdido “el pluralismo”, uno de los grandes valores de nuestro período democrático presidido por “nuestra Constitución” (la de 1978)
Como todo el mundo sabe este Sínodo no le interesa a nadie de la “sociedad civil” porque la Iglesia es una institución obsoleta que no tiene nada que decir a una sociedad laica sobre la familia.Obviamente interesa a los católicos y ni tan siquiera a los que son “como Dios manda”-Rajoy dixit-.
Estamos a vuelta con un problema de fondo ( por no abordado) por quienes se posicionan en actitudes conservadoras o progresistas, olvidado ya el Concilio.
La Iglesia es una realidad espiritual, que se ha mantenido fiel no a un origen histórico fundacional, sino “vitalmente unida” a su principio creador que es Jesús actuante en su seno por la labor del Paráclito enviando por el en Pentecostés. Esa realidad espiritual “trasciende” a las distintas manera de organización de los comunidades cristianas, aunque la Iglesia Latina de Occidente principalmente con su institución del Papado se haya erigido en una “Sociedad Perfecta” y se haya autolegitimado como la “única verdadera”… acontando la salvación para quienes permanecen en su seno.
pd
te darás cuenta que lo que está en el fondo de mi cuestionamiento es el exclusivismo de afirmar que el colectivo humano “iglesia” es único y diferente a todo otro colectivo humano por una supuesta e indemostrable “experiencia penumática”
Ok
Pero entonces, ¿cual es la experiencia pneumática a la que te refieres? Si desde el siglo I hasta hoy en el XXI lo que se encuentra en la revelación, la doctrina, la tradición, la liturgia, la normatividad y la práctica de las iglesias cristianas es homofobia y misoginia… o el espiritu es homófobo y misógino, o no actúa, o si actúa su actuación es ineficaz.
Rodrigo,
digo que los humanos podemos ser homófobos y misógenos, y
quizás por eso, no estamos escuchando la voz del Espíritu,pues todo ello, y otras muchos crímenes que cometemos, y actitudes también como la de la soberbia,
lo que nos impide oir su voz.
Ramón
¿afirmas que el espíritu es homófobo y misógino? Eso sí que me parece blasfemo
No puedo estar más de acuerdo con José Ignacio Calleja en que el tiempo se ha medir por el éxito de las dificultades que deben ser superadas en todo proceso de cambio. En las sociedades más complejas las decisiones “desde arriba”, de quienes tienen poder ejecutivo se pueden ver favorecidas, frenadas o impedidas por esas personalidades públicas con cotas de poder, por lo que tiene que luchar con mentalidades a veces enfrentadas.( La mente determina quiénes somos y lo que hacemos).
Luego está la maquinaria de la burocracia, o sea, la cuestión administrativa, tanto en los aspectos materiales como formales y constituida por una serie de personas casi siempre anónimas pero que no carecen de pensamientos/sentimientos propios y de conductos o procedimientos pensados en su momento para un tránsito distinto de las cosas.(La función hace el órgano).
Pero yo extraño en todo esto un concepto distinto de Iglesia que no tiene que ver ni con la que se quiere “reformar” ni con la que es defendida a capa y espada. (Falta su concepción/experiencia “pneumática”, como obra del Espíritu).
Si tal cosa está ausente, todo su Credo, de donde se despliega la doctrina, puede, quizás deba, ser sustituida por el Credo laicista que comporta una “ética” que de acuerdo con los valores culturales que cultivamos se nos ha hecho “incontrovertible”.
Entonces, avanzaríamos un poco en entender la aceptación del servicio instrumental de la razón, la necesidad del pensamiento crítico y el humanismo secular, nuestro Credo actual y civilizatorio que no se puede asimilar sin conflictos de conciencia y desgarros personales a las doctrinas heredadas y valoradas como verdades absolutas.
La pregunta sigue en pie. ¿Dónde poner límite a la asimilación cultural, cuando no existe otra experiencia que la que nos llega por la propia cultura?
He escuchado ya con frecuencia el argumento de que tres años es poco tiempo para implementar reformas en la iglesia católica. Wojtila fue elegido en 1979, y en ese mismo año ya fue capaz de desviar el proceso episcopal latinoamericano, insertando en la conferencia de Puebla la semilla de la derechización, por más intentos de algunos obispos por defender el movimiento original (relatados tanto por Jon Sobrino como asesor, como por Casaldáliga).
Decir que se tiene que precisar cuales son las violaciones, pero pero pedir que no se pida hacerlo hoy, pero señalar que en la lista de Tomás hay casos que no son claros como violaciones de derechos humanos pero no identificar cuales… es una forma de argumentar que no permite avanzar en el intercambio .
Comparto, por si fuera de interés, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México publicó el viernes pasado el siguiente criterio de jurisprudencia obligatoria
Si se niega el acceso al matrimonio a las parejas homosexuales, el hecho de que el legislador contemple un “régimen jurídico diferenciado” o un “modelo alternativo” a dicha institución al cual puedan optar las parejas homosexuales en lugar de casarse es discriminatorio, sin importar que ambos contemplen los mismos derechos y que su única diferencia con el matrimonio sea la denominación que se le da. Ello es así, toda vez que la exclusión de las parejas homosexuales del acceso al matrimonio que el legislador intenta remediar con modelos alternativos implica la creación de un régimen de “separados pero iguales” que perpetúa la noción de que las parejas del mismo sexo son menos merecedoras de reconocimiento que las heterosexuales, lo que ofende su dignidad como personas.
Este criterio es importante, porque atiende a la actual estrategia vaticana (y de otras denominaciones fundamentalistas, tanto cristianas como judías y musulmanas): como ya perdieron la intención de prohibir de manera absoluta el reconocimiento a las parejas del mismo sexo, ahora pretenden que se reconozcan incluso con los mismos derechos pero que no se les llame matrimonio. Correctamente la SCJN reconoce que aunque tengan los mismos derechos, crear otra figura que no se llame matrimonio sigue afectando la dignidad de las personas homosexuales.
Juanel, será problema de mi sistema operativo, pero eso es lo que me sucede en la página de Atrio, lo explicado.
Manuel, que no he cuestionado para nada que todo el mundo pueda referirse a la Iglesia como quiera, y exigirle lo que crea necesario, y evaluarla con el mayor sentido crítico; nada que objetar al derecho y a mucho de lo que exiges; lo comparto; he querido decirte que, en mi opinión, tres años y con la iglesia que desde dentro conozco, es un plazo ridículo; y que un Papa no cambia lo que quiere, sino que la lucha de poder eclesiástico y de derecho canónico a su alrededor es muy fuerte; siembran y otros recogen en un plazo de quince a veinte años; lo entiendo así al cabo de los años; por ponerte un ejemplo, un simple Decano de facultad de teología –lo he sido- no sustituye a un profesor “superado” así como así, sino con un proceso muy premioso; es decir, si las personas no colaboran, destituirlas en muchas casos, no es tan fácil; y si son obispos, mucho más difícil; más aún, si a su alrededor hay mucha gente (fieles) que los aman y defienden con uñas y dientes; luego, de no cometer un delito o tener un comportamiento moralmente escandaloso, es difícil cambiar las personas y los procesos en tres años. En lo público, uno de los problemas de un nuevo gobierno es tener que contar con una administración especializada, que filtra tus decisiones, y de la que dependes porque controla la información y la guarda como un tesoro; al final, tienes que pactar con ella para sobrevivir.
Tener un plan en la cabeza, no lo sé si Francisco lo tenía, no lo sé, pero si lo tenía, conlleva mil pactos con otros tantos grupos de apoyo. Cualquier persona que no colabore, simplemente esto, te crea dificultades; un documento que tiene que salir y alguien lo pasa al fondo del cajón cada mañana, te crea dificultades; y si cientos de personas te hacen esto, tienes problemas. Un Papa no tiene ese poder omnímodo que supones. Una cosa son las definiciones de su poder y otra, su práctica.
Y por fin, creo que me debo explicar mal, y lo siento, porque no me opongo a nada que tenga que ver a tu derecho a criticar, a nada; lo deseo incluso, en orden a que la iglesia “sea un instrumento al servicio de la razón, se fomente el pensamiento crítico y se compadezca con el humanismo secular”; sólo añado que yo no concedo esos valores, “la razón, el pensamiento crítico y el humanismo secular” a otros, y sin más que los reclamen para sí, sino después de oírles sus argumentos en cualquier materia. Tengo la impresión de que tú das por hecho que si se está en la iglesia, ya se ha renunciado a esos valores. Yo estoy en la iglesia y creo atenerme a esos valores, “la razón, el pensamiento crítico y el humanismo secular”. Es difícil, pero se puede. Y no mitifico a Francisco, por eso mismo no espero milagros, sino las bases de un cambio de época que él, ni yo seguramente, veremos.
Y Tomás y Rodrigo, de acuerdo con vosotros, lo denuncio desde dentro y lo enseño en mis clases, en qué temas hay claridad sobre la conculcación de derechos humanos en la Iglesia. Sólo quiero decir que algunos de los casos citados son claros, y muy graves, y otros, están en discusión; no es evidente dentro de la ética laica de los derechos humanos que admitan una sola realización. Como esto es muy poco, sería necesario decir vosotros y yo, cuáles y por qué, y llegaríamos a un acuerdo profundo de cuáles son radicalmente injustos, y exigen leyes justas sin excepciones en la sociedad y en la iglesia, y cuáles están en discusión, y mi apelación a la libertad de conciencia está justificada en la iglesia. No me lo pidáis ahora y aquí, en unas líneas por favor. De hecho en la relación de Tomás hay ejemplos de ambos casos, sumados como únicos. Yo trabajo en una facultad de teología y no percibo ni de lejos esa teología y moral doctrinaria y fundamentalista que denunciáis. Está ahí, lo sé, extendida a tope, lo sé, pero hay otra expresión de la fe y la moral, y hay que darle valor, porque muestra que la iglesia no es tan monolítica como sus críticos la cuentan. A mí no me echan, ni a cientos de profesores de teología y curas de parroquia, y miles de laicos cristianos, y no callamos nada sobre esos derechos fundamentales que reconocemos. Lo que no hacemos es santificar la cultura lacia por ser laica y pensar que no se puede debatir sus fundamentos en lo que es inseguro u opinable. La gente que venimos de la fe no perdemos la razón, y podemos dar razón secular de todo, en perfecta libertad y profundidad. Ni la fe es un atajo para llegar mejor a los derechos humanos, ni se libra de pasar por la razón humana, ni pierde derecho a dar razón humana en todo debate. Cuando añada algo como fe, sabe que apela a otro saber que no sustituye a la razón humana. Esta confusión sí es un gran error en la iglesia y sus fieles, y según creo, también en la cultura laica. Esta es más crítica, pero no es suficientemente autocrítica. Hay mucho mantra en el ambiente. Estoy seguro de que nos íbamos a entender en los derechos humanos, en la ética civil, seguro. Disculpas por alargarme, si alguien llega hasta aquí. Y además el tiempo apremia.
Ignacio, no entiendo las críticas al tablón de Atrio que haces. Por un lado si pinchas en los comentarios no sale el texto que introduce la línea sino el último y puedes recorrer todos los comentarios hasta el primero y leerlos en orden. Para separar bien los párrafos y que no aparezca todo seguido como te ha pasado, basta con poner tres o cuatro líneas de separación entre ellos y no solo una.
El paso de la Iglesia es excesivamente lento, para mí desesperante. Los cambios que se producen se pueden ver sólo con el paso de las generaciones (como apunta Ignacio) y no de forma inmediata porque un papa ponga empeño en hacerlo. Y es que hoy no podemos entender la Iglesia de modo dictatorial, monolítica, sumisa y obediente en todo lo que al papa de turno se le ocurra decir o hacer. Ya viene bien que el papa Francisco sea un revulsivo a las conciencias de la jerarquía y fieles conservadores. Claro que para los progresistas, los que queremos cambios profundos en la Iglesia, no resulta suficiente. Pero hay que recordar de dónde venimos, de los papados de JPII y BXVI que intentaron e hicieron todo cuanto pudieron para callar y expulsar toda disidencia. Si el papa Juan pudo dar un giro a la Iglesia de su tiempo fue porque mucha de la jerarquía de entonces anhelaba un cambio y en una sociedad que también cambiaba (los años 60). El contexto del papa Francisco es completamente diferente. La jerarquía e incluso la gran mayoría de sacerdotes en la Iglesia están anclados en el sector de la sociedad más conservador y retrógrado. Creen que la Iglesia sólo se debe a éstos y quieren que la disidencia sea expulsada de la Iglesia.
En esta coyuntura si el papa se comportase como progresista rompedor, lo más probable es que produjera una hecatombe. Si con Juan XXXIII hubo una salida masiva del clero y vació los seminarios, hoy el clero pondría todos los medios a su alcance para destituir al papa, por ejemplo como herético, o algo peor, pues los conservadores son la inmensa mayoría. Así que no queda otra que ir avanzando muy poco a poco, midiendo escrupulosamente lo que dice y hace. Francisco sólo puede sembrar a otro le tocará recoger. Y es que hay un abismo de separación enorme entre los fieles o mejor los que quisieran ser fieles de la Iglesia implicados en el rápido avance de la sociedad en todos los órdenes, y el clero: sacerdotes, religiosos y jerarcas. No se puede, al menos por ahora, dar un salto en el vacío y cruzarlo. Lo más probable es que ese paso no beneficiaría a la Iglesia sino todo lo contrario.
Pertenecer o no a la Iglesia católica es enteramante voluntario….Nadie está obligado, ni mucho menos “forzado” a pertenecer a Ella….Pero la Iglesia no es una institución puramente humana…sino que tiene su sentido en Jesucristo, que es el Hijo de Dios verdadero…y es a través de este magisterio de Jesus que hemos recibido lo que debemos creer y lo que debemos obrar…
Por lo tanto, no se puede culpar a la Iglesia por no pensar de la manera que piensa “el mundo”…El Papa puede cambiar lo “cambiable”….sin embargo carece de autoridad para cambiar la FE de Jesus, es decir,…lo que a través de sus discípulos ha llegado hasta nosotros….Jesus no se rodeó de una muchedumbre para transmitir su enseñanza…sino solo llamó a los 12…A éstos les dijo: “Como Tu me enviaste al mundo, yo también los envié al mundo…Y por ellos me consagro a Mi mismo, para que ELLOS sean consagrados en la verdad….Padre justo; y el mundo no te conoció. Mas Yo te conocí, y estos conocieron que tu me enviaste” (Juan 17,18-25) “ID pues y amaestrad a todas las gentes…enseñándoles a guarder todas cuantas cosas os ordené” (Mateo 2819-20)0
Existe una violación cuando hay un derecho…Pero nadie tiene el derecho, ni está obligado a pertenecer a la Iglesia…sino que esto es un don…y una gracia…a la que TODOS estamos llamados..y todos seremos bien recibidos……Cuando estoy en la Iglesia de Cristo, y creo en Ella, debo entonces profesar la FE de Ella, la verdadera, y no otra, ni exclusivamente lo que yo pienso subjetivamente…….y tengo que estudiar en conciencia entonces cual es ésta FE…La riqueza “cultural” y teológica de la Iglesia a traves de los siglos nos puede ayudar a los que queremos seguir en Ella….
Es ahora que Francisco junto con la Iglesia Colegial Universal el que tiene que decidir cual es el bien de la Iglesia y decidir que se debe hacer….no los que nos parece “a nosotros”…..sino lo que atañe al consenso del Pueblo de Dios…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
En mi opinión estimado José Ignacio, no es cuestión del poco o mucho tiempo de lo que este Papa ha podido disponer (tres años no está nada mal) para acometer su política transformadora y por tanto, de renovación doctrinal y eclesial (recuerda que con esas ínfulas, se presentaba por todos los foros)
Lo que creo que es más importante, es la decisión y el alcance de sus objetivos transformadores.
Echar la culpa ahora de que las cosas no cambian por el inmovilismo de la curia o por la inercia conservadora de la mentalidad de los fieles y que de darse el cambio, será cuestión de generaciones me parece una justificación improcedente si se hace con el propósito de eximirle de unas responsabilidades, que él mismo se impuso, con un programa (o declaración de recurrentes intenciones) que cambiaría la faz de la iglesia: Iglesia de los pobres, lugar de acogida y misericordia con los exiliados que la intolerancia de la iglesia los expulsó, nada de banco en el vaticano….
Quiero dar por sentado el respeto a los procesos que cada persona necesita, para alcanzar sus propias metas concernidas a su promoción integral. También comparto la comprensión necesaria que se ha de tener, sobre el nivel de conciencia del que cada persona disponga en relación a la situación socio/política y eclesial. Así mismo, es necesario entender el grado de responsabilidad y de compromiso derivadas de ambas realidades, y que estén dispuestos a asumir con absoluta libertad .
Así que respeto a la persona, toda la del mundo. Pero eso no es lo que, creo, se pretende dilucidar aquí.
Mi intención es advertir, que de todas las expectativas que Francisco suscitó en muchas de las plumas que escriben en Atrio y fuera de ella, no se ha cumplimentado ninguna. Ninguna de forma solvente, tangible, universal e irreversible.
Francisco es un Jefe de Estado y su poder y autoridad desde el punto de vista espiritual es omnímoda. Francisco tenía unas ideas para el Vaticano, para la Jerarquía, para los fieles, para la doctrina, para la moral, para la pastoral… ¿sí? Pues entonces:
¿Cómo pensaba este hombre cambiar las cosas sin un mínimo estrategia y sin asegurar cierta correlación de fuerza favorable a sus tesis, en los centros de decisión?
¿Qué pensaba este hombre que era eso de convertir la iglesia, en la iglesia de los pobres, si cuando pidió que abrieran las parroquias para asistir a los inmigrantes Cañizares por otro lado y sin que se le alterara su metabolismo, ridiculizó su llamada a la acogida?
¿Qué análisis concreto de la situación concreta tiene hecho sobre la iglesia, si estima que proclamando mensajes, más o menos de primera plana de los periódicos, es suficiente para que el Opus, Comunión y L, los Kikos y Legionarios cambien sus respectivas pedagogías de la fe y cambien también, los temarios de los seminarios para que los sacerdotes no salgan más con esa mentalidad tan escandalosamente reaccionaria como la que se comprueba en su praxis pastoral y en sus homilías?
Y si no tiene un plan predeterminado de cambio y transformación de la iglesia ¿de qué se está hablando aquí?
No sé si todavía aprecias, que pertenecer o no a la iglesia me autorizaría o no a plantear pertinentemente estas cuestiones sobre el papa. Convendremos que eso es secundario. Sobre todo porque si el papa y su iglesia se puede meter con su doctrina desde lo que se hace en la cama, hasta el adoctrinamiento de las mentes tan vulnerable como son la de los niños en los colegios públicos pasando, por la necesidad (o no, depende) de la unidad de España, no veo por qué no se puede evaluar una institución del peso de la iglesia, para que sea un instrumento al servicio de la razón, se fomente el pensamiento crítico y se compadezca con el humanismo secular. Qué razón teológica se puede esgrimir al contrario.
Un entrañable saludo
¿Se imaginan que alguien dijera, respecto de la mutilación genital femenina en Yemen o la crucifixión de apóstatas en Arabia Saudita o la condena a latigazos públicos a mujeres víctimas de violación sexual en Pakistán, que no se ponen en juego derechos fundamentales sino formas muy dignas de ver y vivir la vida de otro modo, por lo que es un asunto de libertad de conciencia?
Inaceptable, ¿verdad?
Pues igual de inaceptables es que se minimice como “formas muy dignas de ver y vibir la vida de otro modo” las múltiples violaciones de derechos humanos en la organización y praxis institucional del catolicismo.
No sólo las que ya menciona con toda razón Tomás. La negativa a reconocer como propiamente matriomonio el celebrado entre personas del mismo sexo, no sólo viola la prohibición de discriminación sino que viola el derecho humano a contraer matrmonio, el derecho humano de personalidad jurídica (que sea recononcido jurídicamente como matrimonio) y el derecho humano a formar una familia (especialmente cuando va unido a promover que se prohíba a tales personas el derecho a adoptar).
Pero incluso la negación de la comunión eucarística a personas creyentes vueltas a casar, tiene sus implicaciones. Puesto que en la ideología católica el centro del culto está en la misa y específicamente en la recepción de la eucaristía… la restricción al acceso a la eucaristía puede estimarse violatoria del derecho humano al culto públlico cuando no cumple los requisitos de toda restricción válida de derechos humanos. (NOTA: no confundir la libertad de creencia – que es fuero interno- con la libertad de expresión de las creencias – que es fuero externo individual- ni con la libertad de culto público- que es fuero externo y comunitario).
En fin. Saludos
José Ignacio, dices que la moral de la Iglesia no pone en juego derechos fundamentales.
Respecto a las personas homosexuales, la doctrina, lo que recoge el catecismo vigente, lo que se transmite en muchos colegios y parroquias ( el grado depende de lo más o menos funadamentalistas que sean), supone la condena de estas personas y la consideración de desviación perversa. Además se trata de impedir leyes que permitan el matrimonio homosexual,tratan de imponer criterios morales a toda la sociedad, sean creyentes o no.
Respecto de la mujer y su exclusión del acceso al sacerdocio, es claramente un mensaje de discrimainación. Por supuesto cada mujer puede decidir más o menos libremente si permanece en una religión que la discrimina, pero el mensaje social creo que tampoco favorece los derechos humanos de la mitad d la población.
Respecto a la sexualidad libre y consentida de personas adultas, la doctrina medieval e intransigente de no admitir métodos anticonceptivos que además han demostrado ser un factor de protección crítico frente a enfermedades como el sida, me parece que está cerca de atentar contra derechos muy fundamentales.
Respecto al derecho de los niños de ser educados en libertad y convivencia, sin ser atemorizados, la doctrina oficial, que se enseña con mayor o menor rigor, habla de un Dios si estas en “pecado mortal”, te puede condenar al sufrimiento eterno, y la descripción de las penas que ello supone ha ido cambiando a lo largo del tiempo, pero sigue siendo poco alentadora. Respeta esto los derechos de los niños a ser educados sin amedrentamiento?
No digo nada de los temas tratados en el reciente Sínodo, porque es cierto que las personas divorciadas, etc, pueden elegir si siguen o no las normas y si se mantienen en una Iglesia que las criminalizar. Pero mucho no contribuye a una sociedad con menos sufrimiento innecesario.
En fin, se me ocurren más temas al respecto,es más, si no estoy equivocado, la Iglesia Católica no ha firmado la Declaración de Derechos Humanos de Naciones Unidas, pero quería poner de manifiesto que
la cosa trasciende de “la minoría de edad del sujeto” y detrás de una moral así y de una doctrina así, hay una clara conculcación, en mi opinión , de los derechos humanos, y por eso creo que además de hablar de misericordia, de perdón, de que el mensaje de Jesus es de esperanza y de amor,habría que cambiar una doctrina que traslada también sufrimiento a muchas personas.
Saludos cordiales.
Yo también pienso, como Pepe Blanco, que la página de Atrio funcionaba antes mejor. Ahora, las primeras colaboraciones al hilo, no sé de quién son, pues las tapa la imagen de portada. Las divisiones en el texto que envías, no las respeta. (Por ejemplo, el último que he enviado tenía tres párrafos con claras divisiones, y lo reproduce todo seguido. Lo siento por el lector). Y por fin, si pinchas en una intervención, te obliga a pasar por el texto, lo cual es ridículo si ya lo has leido antes. Saludos.
Manuel, todo eso, y ¿en tres años? Piénsalo. No sé si perteneces a la iglesia, pero hablas de un Papa que viene y dice, “todos a pensar esta cuestión doctrinal o moral así, y cambia la gente al punto”. No, qué va, la gente sigue en sus trece, y cambia muy poco a poco, más por cambio generacional que por lo que diga el Papa… y al cabo del tiempo, sustituyendo a personas, haciendo gestos, sustituyendo objetivos pastorales, sociales, económicos y culturales, en dos generaciones, puedes encontrarte algo realmente distinto. Cuando está en juego una una injusticia contra las personas, este ritmo es inaceptable; lógico que se proteste, pero en general el problema es otro. Antes añado que tratándose de cosmovisiones, las personas sólo cambiamos debajo de la tierra, literalmente.Por eso es tan importante, – y tú lo apuntas como tarea-, reinvindicar la libertad de conciencia y conducirnos por ella -incluso ignorando la norma objetiva de la Iglesia y sin daño para los derechos fundamentales de terceros-. Esto es mucho más importante que si cambia tal o cual normativa canónica sobre la praxis sacramental concreta. Aquella nos lleva con ventaja al cambio, da margen a las personas creyentes, y adelanta otras reglas en el futuro. Por otro lado, esto no significa que lo que yo asumo en aras de mi libertad de conciencia, la Iglesia lo tenga que ver como yo, hoy, mañana o nunca. Se está dando por hecho que toda convicción moral moderna es verdadera, sin más. No hombre; hay que hablar, ver la dignidad humana en cada dificultad, y si hay derechos humanos en juego; de acuerdo, es inaceptable ir contra ellos; hablemos de cuáles y qué exigir; pero, en lo que conozco, casi nunca están en juego derechos fundamentales, sino formas muy dignas de ver y vivir la vida de otro modo; y en esto, siempre, siempre, nos queda la libertad de conciencia para conducirnos moralmente bien. De lo interno, ni la Iglesia y su moral son la última palabra para el creyente. Estoy convencido de que muchos de los sufrimientos que provoca la praxis sacramental o la normativa moral de la iglesia, es más por minoría de edad del sujeto, que por la moral en sí. La libertad de conciencia es sagrada. Este es el primer objetivo, antes que otras reglas. Y Francisco, con su aportación de la misericordia y el sentido común, está poniendo las bases de algo muy interesante para dar valor primigenio a esa conciencia. Saludos. No sé si lo veré, pero hay tiempo.
¿Jugo? Exactamente ¿Qué jugo puede sacar este Papa si no ha incorporado ni un solo cambio ostensible y sensiblemente transformador?
¿Dónde están los cambios canónicos y doctrinales que como una fina lluvia hubiese suficientemente calado en las creencias de los feligreses y que supusiese un mayor crecimiento, en una fe adulta alejada del pensamiento mágico y supersticioso?
¿Dónde está ese fluido de racionalidad, pensamiento crítico y también de humanismo secular que debiera haber circulado por los vasos capilares de toda la estructura eclesial, hasta alcanzar la última parroquia y haber oxigenado así el lenguaje de la clerecía, los contenidos teológicos impartidos desde el púlpito hasta los seminarios y la relación de no confrontación con la sociedad civil?
Castillo ahora tendrá que hacer análisis crítico y abandonar el territorio de las ensoñaciones
¿Por qué? ¿Por qué necesariamente ha de tener algo importante éste o cualquier otro sínodo?
Algo importante tiene que tener este sinodo
Francisco tendra que sacarle el jugo.