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Políticos éticos cercanos a la gente

Carlos BarberáEl calor de que disfrutamos y el relativo ambiente de vacaciones que nos rodea son poco propicios para profundas reflexiones metafísicas. Pueden en cambio propiciar algún comentario más leve al hilo de la actualidad, como el que ahora quiero inaugurar.

Una amiga me cuenta que va a participar, en un círculo de Podemos, en un debate sobre el tema “Políticos éticos cercanos a la gente”. La formación escolástica que recibí hace muchos años me enseñó al menos la importancia de los términos y la necesidad de su precisión. Acaso por eso el enunciado del tema está lejos de sonarme bien. No digo que en una tertulia de amigos alguien no pueda afirmar: “necesitamos políticos éticos y cercanos a la gente” sin provocar ninguna controversia. Pero cosa distinta es ponerlo como enunciado para un debate serio.

¿En qué se piensa cuando se habla de un político ético? De entrada habría que matizar: ¿con qué clase de ética? ¿La cristiana, la burguesa capitalista, la neoliberal? Pero sin adentrarse en tales precisiones, un político ético ¿es únicamente el que hace su trabajo, cobra su sueldo y no se corrompe? La mayor parte de los políticos son así. Parece por tanto que se está exigiendo algo más, sin que se sepa muy bien qué. (Espero que no se trate de que cobre sólo 2.200 euros, una medida adoptada por algunos grupos, que me parece populista y a la larga contraproducente)

Puede que la cuestión no se refiera sólo al dinero. Por ejemplo, un político ético es el que no miente. Pero resulta que los políticos, al menos en el sistema español, están sometidos a la disciplina de su partido y dicen lo que en él toca decir. ¿Eso les califica como no éticos? Por ejemplo, hay muchos políticos actuales que afirman ser de centro porque es lo que dice su partido. Dirían sin duda otra cosa si fueran personas libres y manifestaran su real sentimiento político. ¿Son por eso poco éticos?

Podría seguir recorriendo otras virtudes: que no maltrate a su pareja, que no tenga una amante, que no consuma drogas… En definitiva, que no logro perfilar esa especie -al parecer no muy común- de los políticos éticos.

Segunda parte: cercanos a la gente. Esa exigencia puede interpretarse en su significado más material. Son políticos que se acercan a los ciudadanos, que estrechan manos, que se dejan fotografiar en selfies… Se me aparece aquí la figura de en nuestros reyes, pero no creo que se esté pensando en actitudes semejantes.

Si lo que hay es una referencia al estilo y al contenido de la política, se me ocurre preguntar: Konrad Adenauer, Robert Schuman, Jean Monnet fueron, a mi modo de ver, cercanos a la gente porque propiciaron un futuro europeo sin guerras, de diálogo y cooperación. ¿O no es así? Y desde luego no tengo ni idea ni me importa si eran personas populares, cercanas a la gente o más bien retraídas o adustas.

Porque en definitiva ¿qué es eso de la gente? Los políticos de Pamplona deben ser muy cercanos a la gente porque congregan casi dos millones en los Sanfermines, todos ellos aparentemente felices. Y los que logran para su ciudad el campeonato mundial de fútbol, ésos sí que son cercanos a la gente. O, en otro sentido, los de ETA siempre creyeron ser los verdaderos intérpretes del pueblo vasco, de la gente. No hay cosa tan indefinida como la gente, el pueblo, la ciudadanía…

Todo esto me lleva a afirmar que, si me plantearan el tema del inicio en un debate en el que participase, haría una enmienda a la totalidad e intentaría una formulación distinta.

Especialmente en la teología cristiana hay desde hace tiempo una profunda reflexión sobre el sufrimiento y sobre las víctimas. Sobre el primero como desafío fundamental a la vida, como pregunta radical por su sentido. Sobre las víctimas porque, frente a una tendencia general a la amnesia histórica, se quiere reivindicar su memoria y su autoridad. La “autoridad de las víctimas” se ha convertido en la clave de bóveda de algunos pensadores.

Dispuesto a cambiar el enunciado de la ponencia del comienzo, yo la formularía de la siguiente manera: políticos sensibles al sufrimiento y a las víctimas. La política es el lugar de los planes generales, de los acuerdos y también de las concesiones. Como se ha dicho, es el arte de lo posible, dentro del fuego cruzado de los poderes, de los intereses, de las influencias. Es un mundo en el que el sufrimiento de las personas fácilmente se diluye: se le puede ver como un mal inevitable, como el subproducto de medidas necesarias, o quedar enmascarado en cifras estadísticas.

Cómo un político puede mantener esa referencia a sufrimiento, cómo puede mantenerla viva en el mundo en el que se mueve, qué cualidades personales y qué cautelas son necesarias, todo eso supera los límites de este artículo que aquí concluye.

Pero lo quiero terminar lamentando que muchos de los que debaten no hayan tenido ocasión de aprender a afinar en el uso de los términos. No sé si me atrevo a lamentar que no hayan ejercitado la escolástica.

20 comentarios

  • Javier Pelaez

    Los “políticos” por definición no son cercanos a la gente.Pénsemos en Suecia,en Olof Palme que iba por la calle paseando.¿Era cercano a la gente por qué iba por la calle andando o por qué instauró un modelo como la socialdemocracia caracterizado en su momento por una alta recaudación impositiva,buenos servicios,solidario con el Tercer Mundo….etc.?Con ciertos defectos:la industria armamentística.Ciertamente es bastante más importante el modelo que instauras que la gestualidad de ser austeros,ejemplares….Parece que algunos políticos ante la carencia de un modelo propio como la socialdemocracia sueca en sus orígenes o ante la imposibilidad de imponerl0-visto que en Europa ciertamente vivimos en una dictadura neoliberal-se dedican a las cuestiones gestuales como diciendo “ya que nos tenemos que joder ,hay que dar ejemplo jodiéndonos todos”.Esto es muy típico de tiempos de “jodienda”:veáse el absurdo de la inquina que tienen algunos contra los funcionarios cuando se adoptan algunas medidas a favor de los mismos- pírricas:subir el 1 por ciento del salario-porque trabajan en empresas privadas y ,siendo evidente,que los funcionarios somos unos “pringaos”.En fin,la cercanìa a la gente tiene que ser acompañada por un proyecto económico/social que suprima la necesidad de la cercanía.

  • h.cadarso

    Eso de meter a la escolástica en un debate del siglo XXI y encima de política del futuro que nos llega ya ha sido un tanto arriesgado y poco esclarecedor, creo yo. Creo que lo de Pepe Blanco ha estdo muy pero que muy acertado.
    Ocurre que el amigo Monedero, que desde sus categorías mentales “podemitas” como dicen algunos con cierta mala intención, intenta relacionar la teoría y praxis de Podemos con la espiritualidad, pues nos ha metido un poco ese gusanillo de contemplar a Podemos desde la ética, la espiritualidad, y la mística. Incluso parece ser por lo que Atrio contó hace unos meses que existen círculos monásticos o cristianos de Podemos, como también existen monjas benedictinas que lideran movimientos de nacionalismo catalán…
    Yo creo que no valía la pena centrarse en ese enfoque “escolástico” que hace Carlos. Pero quizá comulgo con lo que dice Olvera en defensa del recorte de salarios que se aplican algunos “electos” de la nueva ola como la Ada Colau y el alcalde de Cádiz y otros. Y con otras observaciones que nos hace el “manito”. Gracias, Rodrigo!
    Yo la ética que le veo a Podemos es la de garantizar la vivienda a 2.085 madrileños que estaban amenazados por los fondos buitre, la de combatir los desahucios que se producen en Barcelona, en Cádiz, en…Para llegar a ese concepto de la ética de un electo salido de las urnas no hacían falta tantas incursiones hasta la Edad Media…Pero tampoco era cuestión de romper lanzas por esto o lo otro, como no sea por lo de los recortes en los salarios y la nuev forma de hacer política de los y las elegidos/as de la nueva ola.
    Lo importante creo que era dar gracias a Dios porque Carmena actúa diferente de la Botella, y Ada Colau actúa diferente del exalcalde Trías de Barcelona. Y prevenir a unos y a otros de que intenten ser honestos y no abusar del poder que los ciudadanos les hemos confiado…
    También me ha gustado la aportación de Eloy; y la de todos, amigos…

  • oscar varela

    Hola!
     
    Ya que ELOY parece querer aprovechar el Asunto planteado por Carlos, intentaré repasar algunas cositas:
     
    1.- METAFÍSICA ESCOLÁSTICA
     
    El Autor se lamenta que:
    “muchos de los que debaten no hayan tenido ocasión de aprender a afinar en el uso de los términos. No sé si me atrevo a lamentar que no hayan ejercitado la escolástica.”
     
    Puede tener razón. Pero con una condición:
    que se tenga en claro que la Escolástica es eso que él dice: “USO DE TÉRMINOS”. La ESCOLÁSTICA occidental (hay otras) es el híbrido de pensar a Dios (cristiano) con TÉRMINOS fabricados para pensar el Mundo.
     
    Si vamos, entonces, a “Pensar las cosas del Mundo (LA POLÍTICA)”, no pareciera conveniente recurrir a la Escolástica (Metafísica).
    ………………………..
     
    2.- LA POLÍTICA:
     
    El Autor da demasiadas cosas por supuesto, p.e.: LA POLÍTICA; ya que va a hablar de EL POLÍTICO.
     
    De LA POLÍTICA nos dice el lugar común (mera terminología = no pensada por sí mismo) que “es el arte de lo posible”.
     
    Tal vez tendría que habernos dicho que POLÍTICA es el arte (técnica) de manejar los Poderes (fuerzas estructuro/institucionadas) que pujan en una SOCIEDAD para que la Gente de ésta:
    a)      Logre lo que se va proponiendo (vaya siendo FELIZ)
    b)      No se DIS-SOCIE.
     
    Porque la SOCIEDAD real no solo es SOCIEDAD, sino también y al mismo tiempo DIS-SOCIEDAD, e.d. que siempre está a un tris de QUEBRARSE.
     
    Para ello se construye un andamiaje ortopédico que podemos llamar GOBERNANZA. Nuestra historia nos encuentra la ORTOPEDIA llamada ESTADOS. (en actualísima transformación por la globalización, que nos deja perplejos “Pa’ dónde mierda va la GOBERNANZA”).
     
    Si los ESTADOS son una ORTOPEDIA que se pone la SOCIEDAD, su estructura de funcionamiento es lo que llamamos LA POLÍTICA. Ortopedia de una Ortopedia.
     
    3.- EL POLÍTICO:
     
    Y así llegamos a poder definir QUÉ ES UN POLÍTICO:
     
    Es el que sabe “el qué y el cómo hacer” con la HERRAMIENTA mecánica que es el ESTADO.
    ………………………
     
    Tal vez con esta “terminología” mundana se pueda aprovechar un poquito lo que nos cuenta Carlos “sudoroso”. Tal vez ¿no?
     
    ¿Será que por este lado del Globo andamos emponchados por el frío?
     
    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • ELOY

    He vuelto a leer el artículo de Carlos y es una pena que las cuestiones de fondo que plantea sobre cuales son las actitudes éticas  exigibles a un político hayan quedado , en general, oscurecidas por otras cuestiones incidentales. 

    Pero es verdad que tampoco parece fácil dar cabal respuesta a lo que plantea.

    Pienso que quizá muchas veces la respuesta haya de ser “circunstancial”.

    Pero en términos generales creo que la honestidad profesional podría ser el eje sobre el que girasen otras matizaciones y aditamentos.

    Y yo más que de cercanía al pueblo, hablaría  aunque suene “demodé”, de espíritu de servicio, porque la mera cercanía física , como sugiere Carlos , puede ser pura “forma”, pura  “pantalla comercial”, si no responde a un auténtico espíritu de servicio.  

  • mª pilar

    Pues habrá que aprender a vivir con menos…
    Jamás he cobrado un sueldo así… y tuve y atendí dignamente a 6 hijos/as.
     
    Todo es a lo que se acostumbra una… y ahora mi pensión… es menos de la mitad y no solo vivo, sino que comparto con quien lleva en el paro más de tres años y tiene dos hijos…
     
    Y lo peor es, que su cabeza, no deja de trabajar maquinando miles de pensamientos oscuros.
    No solo yo, también el resto de los hermanos están ahí, ayudando.
     
    Ahí radica el problema, cada día un poco más… y luego no hay quien pare la máquina.
    mª pilar
     

  • Carlos

    La verdad, no pensé que un artículo veraniego una a desatar tanta polémica. Puede que haya caído en lo que criticaba pero mi intención era pedir que los nuevos políticos usen un lenguaje mas ajustado a lo que pretenden, Creo que por desgracia a veces no es así, en mi opinión por su pretensión de comenzar desde cero. Por ejemplo, hace unos días un artículo en El Pais re`reprochaba a Echenique que se califique a sí mimo como “activista a tiempo completo” para no reconocer lo que es, un político.
    No quiero polemizar y sí sólo explicar por qué me parece que el sueldo de 2.200 euros es populista e ineficaz a la larga. En el equipo del Ayuntamiento de Madrid hay una persona con cuatro hijos (dos adoptados) que difícilmente vive con ese sueldo y que ganaba más en su actividad anterior. A la larga eso hará que las personas más valiosas dejen la política y acudan sólo las que no encuentren otra actividad mejor remunerada.

  • Pascual

    “Quero hominem” ¡Políticos, absteneos! Es que ni de muestra.

  • ELOY

    Hola Rodrigo, Román, Antonio, Oscar, gracias por vuestras intervenciones posteriores a la mía, que creo se relacionaban de una u otra forma con ella.
     

    De entrada aclararé que no pertenezco el Equipo de Redacción de ATRIO. Lo que digo va por mi cuenta y riesgo.
     

    He pensado muchas veces, en la medida de mi alcance, sobre la ética. Incluso me atreví en una ocasión a presentar una ponencia formal en el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa) en Barcelona, sobre la ética, o no, de las inversiones extranjeras en Birmania en los aciagos días de la más cruel dictadura y arresto domiciliario incomunicado para la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
     
    Por lo demás, yo no pretendí en ningún momento entrar en el fondo del asunto (como entiendo pudiera deducirse del comentario de Antonio)  sino en la forma y finalidad, que a mí me parecía ver en determinado comentario. Lo diré claramente: reaccioné ante lo que me pareció un intento de ostracismo o expulsión de un articulista, alentado por, al parecer, posibles  repercusiones colaterales.
     
    El asunto no me pareció baladí e intenté dejar clara mi postura de la forma más amable y amistosa que supe y pude, procurando al máximo no herir la sensibilidad de nadie.
     
    Creo que no tengo nada más que decir dado que ya ha habido interesantes intervenciones sobre el asunto. Aunque sí he de agradecer de nuevo  específicamente la respuesta aclaratoria de Rodrigo Olvera, la intervención de Román y Antonio y  también muy especialmente la de Oscar que fue la que me animó a escribir ahora este comentario, pues no pensaba yo volver a este “post”.
    Un abrazo a todos
    ! Vamos yendo, Oscar ¡
    .
     
     
     

  • oscar varela

    Hola!
     
    El reciente Comentario de Antonio Duato representando al Equipo Atrio pareciera intentar recomponer algunos des-ajustes en la conversación.
     
    Uno de ellos es la distinción de funciones: supuesto amiguismo y moderación de otrio.org
     
    Y esto ha colaborado a satisfacer a los integrantes del paisaje que se hubo dis-locado.
     
    Sin embargo echo de menos que no se haya referenciado a una de las cuatro patas de esta mesa interviniente (Carlos, Rodrigo, ELOY y Antonio); me refiero a ELOY. Y esta intervención mía puede que resulte ser “la quinta pata de la mesa”, e.d. inutll.
     
    El Artículo de Carlos a mí me resultaba “raro”; pero por razones no de él sino mías: no conozco las circunstancias que le hace escribir lo escrito (ahora un poco entrevistas por lo que cuenta Duato).
     
    En el Comentario de Duato no aparece: ELOY.
     
    Y eso me es más notorio porque aparece en demasía una consideración hacia Rodrigo.
     
    Concuerdo en que Rodrigo es un “crítico agudo”; pero queda silenciado que “pincha con exageraciones poco agudas”. Porque el primer signo de “agudeza” consiste en “ubicarse en el lugar justo del escenario”. Y Atrio no es un Tribunal de alegatos que priorice la polémica. Cuando ésta se da, se da; está en “su lugar”.
     
    Entendí desde el primer momento que lo de ELOY fue un llamado de “poner las cosas -y sobre todo las personas- en el justo lugar”.
     
    Esta quinta pata solo intenta señalar lo ajustado de la pata olvidada por Antonio: ELOY.
     
    ¡Sigamos p’alante todavía! – Óscar.

  • Antonio Duato

    Se ha pedido que alguien del equipo de ATRIO se calce los zapatos de uno que va asistir a un debate sobre “Políticos éticos cercanos a la gente” organizado por un círculo de Podemos y, calzado y pisando tierra como gente cualquiera, lea el artículo de Carlos.

    Lo he hecho y lo único que pienso después de releerlo es que Carlos se está adelantando al debate, pero que un título como ese, aunque no esté bien planteado, anuncia algo muy interesante pues suscita tantas cuestiones como las que plantea Carlos. Puede que Carlos se exceda en pedir claridad cartesiana desde el planteamiento del título del debate. Pero también hay ambigüedad en el título alternativo que él propone: políticos sensibles al sufrimiento y a las víctimas. En absoluto me siento ofendido por lo escrito por Carlos ni desanimado a asistir al debate, sino todo lo contrario. Por mí, agradezco que ATRIO lo haya publicado. E iré dispuesto a participar en él para que no nos quedemos solo en el nivel de palabras comunes sin repensarlas.

     

    Y ahora me quito los zapatos de común receptor y continúo como moderador. Me hacen gracia esas frecuentes alusiones a nuestras preferencias en elegir unos temas o autores por encima de otros. Ni queremos privilegiar a los amigos ni excluir a los más críticos mientras se ofrezcan como hipótesis aportadas. Búsqueda crítica sin descalificaciones de principio. No es fácil, pero por ahí quiere caminar ATRIO.

     

    Y volviendo a la substancia del tema, creo personalmente esto: Un título para un debate debe siempre abrir a una problemática y es normal que contenga un grado de ambigüedad. A veces esa ambigüedad puede contener un grado de provocación. Como cuando hace años propusimos en Valencia el nombre de “Ética de los Negocios” para una fundación ( ETNOR ). Parecía un oxímoron. ¡Cuánto se ha debatido en su interior sobre tipos de ética (sobre todo de la responsabilidad no de la deductiva), moral, economía y política! El título plantea pero no define.

     

    Sobre Podemos y ética, redicalismo y responsabilidad, estrategias y tácticas tendremos que volver, que da para mucho.

     

    No intentes sacar, Rodrigo, demasiadas conclusiones del artículo de Carlos y, menos, de la línea editorial de ATRIO que su publicación supondría. Seguiremos teniendo y proclamando amigos, claro que sí, pero seremos más amigos de la búsqueda abierta que de Platón. Y gracias como siempre por tu agudeza crítica.

  • Rodrigo Olvera

    Carmena, no Carmen… error de tipo.
     
    Quizá aclarar otra cosa. El tono de mi comentario sin duda es arrogante, no sé si de ahí es de donde viene tu llamada  respetar a la persona. Claro que mi comentario fue arrogante; porque todo mi comentario fue construido pasando párrafo a párrafo el artículo de Barberá ESPEJÉANDOLO. Quizá la misma llamada que me haces a respetar a la persona entonces se la puedas hacer a Carlos, repecto de las personas que organizaron el círculo de PODEMOS y que eligieron un título sin conocer de escolástica.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Eloy.
     
    Gracias por responder. Puedo entender por qué lo interpretaste como censura. No es ese el sentido del párrafo, pero puedo entender que puedas interpretarlo así.
     
    El sentido del párrafo fue que anteriormente, al tratarse de cuestionamientos que he hecho a ideas de personas específicas, distintas personas han reaccionado justo como reaccionas tú aquí: No argumentan a nivel de las ideas de mi cuestionamiento (por ejemplo, en este caso si es polisémica o no la palabra sensibilidad, o si incurre o no en lo mismo que descalifica, etc) sino que hablan desde “tiene tal o cual historia… por lo que le conozco ….. ” etc.  Así que anticipé que no gustaría mi crítica al autor y que hubiera respuestas de ese tipo. No sé si perteneces o no al equipo de redacción de Atrio, pero reaccionaste como anticipé que podría haber reacciones.  Mi comentario no iba en el sentido de censurar al autor, ni de insinuar que la razón para publicarle fuera la amistad … es párrafo pretendía adelantarse a prevenir una “defensa” del texto del autor con argumentos relacionados con la persona del autor (argumento ad hominem).  Veo que fue deficiente mi comunicación.
     
    ¿Miedo a las ideas (sean de quienes sean)? No.  ¿Miedo a los artículos de Carlos Barberá? No. En general no concuerdo con su intención de crear una nueva apologética, pero si no concuerdo con ello no es por miedo.
     
    ¿Ideas que se repiten en mis comentarios a artículos del autor? Si. No ha habido uno sólo de los que se han publicado en ATRIO con el que no tenga algún nivel de desencuentro. Cosa muy distinta al artículo que le publicaron en el blog IVIVA titulado “La religión y sus ritos” ¿Es extraño? No. ¿Por qué te parece extraño?   Quizá me preguntes por qué tengo desencuentros con los artículos de Carlos publicados en Atrio  y no con el de iViva. Bueno, en primer lugar, el artículo de i Viv me parece mucho más logrado. Pero además, una diferencia muy grande es el tipo de espacio. Para mí tiene una valoración muy diferente un artículo de apologética católica en un espacio no confesional y no cristiano como se presenta que es Atrio,  a un artículo de apologética católica en un blog de teología católica.  ¿Te parece extraña esa diferenciación? ¿Te hace sospechar que tengo ocultos y siniestros sentimientos que me compulsan a actuar así?
     
    Lamento que tomes como ofensas personales lo que son comentarios no a la persona sino a los argumentos de un autor en un artículo.  Si aún tienes tiempo, me gustaría que me argumentaras por qué (más allá de la historia personal del autor) consideras valioso llamar populista y contraproducente a las medidas que han tomado Carmen o Colau de reducir sus sueldos.
     
    Saludos

  • Román Díaz Ayala

    Yo creo que Carlos quiere presentar en forma anecdótica algo de lo que está sucediendo en nuestra sociedad española.
    A nadie se le escapa que España está suftiendo una profunda transformación política y social, de la cual los cambios legislativos y “los modos” de hacer política del Ejecutivo de la Nación resultan la guinda del pastel.
    A cada época de cambio le corresponde un nuevo lenguaje, igual que la introducción de nuevos círculos en los mentideros habituales, engrandecidos por los nuevos medios  y formas de comunicación (Internet). El Gobierno Central tiene su lenguaje y junto a sus portavoces oficiales y oficiosos nos hacen ver lo negro blanco y lo verde maduro. Los partidos emergentes evitan usar el lenguaje estereotipado muchas veces de los partidos convencionales y se meten en cada berenjenales que pa´qué.
     
    Pero lo peor es que el eufemismo ( a veces chirriante) para decir lo que no se quiere decir o para que suene a algo distinto lo de siempre también está en los manuales de los emergentes. Ahjoran tocan poder y gobiernan, pero no quieren sentirse identificados con la “casta”, pero no quieren perder el filón de denostar a la clase política que les encumbra en puesttos de la administraciones locales y autonómicas.
    Ya se inició Podemos recién salido del “think tank” de una U niversidad de Madrid usando vocablos más propios de la sociología que de la confrontación política. Ahora cualquier persona en España habla de “la centralidad”, como si hubiese estado toda la vida usando esos contenidos mentales.
     
    Ahora se busca dignificar a la nueva clase política que está saliendo de las urnas durante el presente año haciendo una diferenciación ética entre el político tradicional ( ¡Treinta y cinco años ya de democracia,¡¡Qué pasada!) y la nueva hornada de cargos públicos.
    En Cataluña la cosa se nos pone mucho más compleja. Pero de eso que hablen los catalanes o catalanas.

  • ELOY

    ¿Qué significan, entre otros estos párrafos, amigo Rodrigo?:

    ” No entro a la cuestión de lo arrogante que resulta el texto. (…)
    Lo que sí haré es pedir al Equipo de Redacción de ATRIO que por un momento salga de los zapatos de “el autor es nuestro amigo, tenemos tal y tal historia” y se ponga sólo por un momento en los zapatos de una persona participante en ATRIO que a su vez participe en los Círculos de PODEMOS (no confundir con el partido) y en concreto en el círculo que debate sobre “políticos cercanos a la gente”. Sólo unos minutos, pónganse REALMENTE en esos zapatos, lean desde esos zapatos este artículo y piensen si este artículo abona a construir un espaci0 donde una persona así pueda sentirse bienvenida.”

    Creo que no cabe mayor llamada , intentando ser sutil, a la censura de ATRIO sobre uno de sus colaboradores. ¿Tanto miedo provocan sus planteamientos “provocadores”?  

    Por otra parte, si repasas, amigo Rodrigo, tus comentarios anteriores en los artículos de Carlos, ¿encuentras algo extraño?.  ¿Hay alguna idea, algún sentimiento que se repite?.

    Es de considerar también , que en mi humilde opinión (puedo estar evidentemente equivocado)  que es una ofensa a ATRIO y a todos los que colaboramos en ATRIO, insinuar que se publican los artículos de Carlos por amistad y no por el valor e interés que tienen en si mismos.

    Carlos acertará o no. Se podrá o no de estar de acuerdo con él. Se podrá discrepar o no de sus afirmaciones. Se le podrá leer o no, según nos interese o no lo que dice. 

    Pero merece el respeto mínimo a toda persona y tanto más cuanto a dedicado su vida personal a vivir al servicio de los demás y promoviendo reflexiones y acción  liberadora. 

    Un abrazo, Rodrigo.

  • Rodrigo Olvera

    Eloy
    ¿Podrías dejar de etiquetar como “censura” el debatir ideas?

  • ELOY

    Me gustaría insistir en el valor que veo en el artículo de Carlos, siempre tan cerca de la realidad, siempre tan generoso en la entrega personal a los más necesitados, siempre tan lejos de prejuicios personales y siempre tan lúcido en sus publicaciones y tan veraz en decir lo que piensa guste o no a los que a veces nos movemos en esquemas ideológicos predeterminados . 

    Gracias de nuevo Carlos. Espero que ATRIO  pueda seguir contando con tus colaboraciones durante mucho tiempo, dando así muestras de libertad, falta de censuras “ad hominen” o predeterminadas y pluralidad informativa. 

  • Rodrigo Olvera

    Bueno, pues pongámonos “escolásticos”
     
    Parece que para el autor la reflexión metafísica es una actividad “profunda” mientras que la reflexión política no lo es, sino que es “leve”.  Yo no puedo estar de acuerdo con esa forma de pensar, propia de tiempos y espacios sociales anticuados (pienso en los seminarios de los siglos XXVII a XX).  Parece además que la actividad intelectual queda condicionada a las estaciones del año, lo cual sí que es una afirmación superficial desmentida por la fenomenología.
     
    No deja de llamar la atención que un artículo que descalifica a las personas que organizan y participan de una iniciativa política basándose en la escolástica y la importancia de los términos, escriba una frase con no una doble sino una triple (o hasta cuádruple) negación.
     
    Sí me parece muy escolástico – y por ello el escolasticismo ha sido cuestionado desde por los menos el tiempo de San Gregorio Palamás en el siglo XIV-  cuestionar la seriedad de una iniciativa únicamente por razones  semánticas de su título.  De inmediato vino a mi mente esta selección de un texto: Escolasticismo decadente http://www.filosofia.org/ave/002/b018.htm
     
    Cuestionar el uso de la expresión “político ético” en que hay distintas éticas me parece falaz, pues en todo caso justo parte del debate bajo ese título puede incluir bajo cual ética se desea que se conduzcan las personas dedicadas  a la política. Pero, aún si se considera que es razón para decalificar el título, por igualdad de razón es razón para descalificar el título propuesto por el autor. ¿Con qué clase de sensibilidad? ¿La sensibilidad de Merkel, que ante la petición de una niña libanesa cuya familia pide asilo como refugiados le dice “la mitad va a tener que regresar” y como se pone a llorar va y ante las cámaras le acaricia el cabello”? ¿La sensibilidad de las nuevas identidades masculinas pospatriarcales? ¿La sensibilidad “viril” propuesta por Escrivá?  Eso de incurrir en lo que el Otro cuestiona era (es) muy frecuente en los ejercicios escolásticos, si.
     
    Dice el autor que la mayor parte de los políticos hacen su trabajo, cobran su sueldo y no se corrompen. Es justo lo mismo que dice Rjoy y el PP en su conjunto (no sé ni insinúo cual sea la filiación política del autor). La realidad – especialmente la realidad española actual- lo desmiente.  Por el contrario, si Podemos – y no sólo Podemos, porque como bien recuerda frecuentemente Román Podemos no es la única expresión del movimiento indignado en España- coloca el debate político sobre la ética en la política es por la rampante corrupción en las distintas expresiones del gobierno.
     
    El autor considera que es populista y contraproducente la iniciativa de distintos grupos frente a los escandalosos sueldos de  altos funcionarios. Eso sí, no da argumentos ni razones. Bueno, quizá es que hace demasiado calor para ello. Pero no puedo ni quiero evitar preguntarme: esa opinión ¿es cristiana, burguesa capitalista, neoliberal?
     
    El autor pregunta si mentir por decir lo que el partido exige que diga en contra de lo que opino me hace no ético; o si decir que soy de centro aunque realmente no lo sea me hace poco ético. Mi respuesta es clara: sí. E autor no da claramente su respuesta, aunque parece que fuera que no. Por cierto ¿el autor se presenta públicamente como de centro sin serlo realmente?
     
    Aborda después otras virtudes, como que no maltrate a su pareja, para decir que no le queda claro el perfil de un político ético. Aunque empezó invocando la precisión, se sigue moviendo en la ambigüedad: que dig claramente si considera que maltratar a su pareja no representa un problema ético para una persona dedicada a la política. Que diga claramente si se adscribe a la vieja y patriarcal división del espacio público frente al espacio privado,  de manera que lo que haga en su casa como ejercer violencia contra su pareja no debe ser discutido para evaluar su actividad pública. Precisión, precisión.
     
    Cuestiona después la expresión “cercanos con la gente”, y empieza con el uso de una falacia comúnmente conocida como “el hombre de paja”; consiste en presentar el argumento que se quiere descalificar, pero distorsionándolo de forma absurda, para a continuación descalificarlo en base a lo absurdo que es. Es justo lo que hace al plantear que se pudiera estar pensando en cercanos con la gente como el tomarse selfies.
     
    Después sigue con otra falacia, consistente en redefinir unilateralmente un concepto del argumento a descalificar, para desde esa redefinición probar la descalificación. Así, el autor redefine  el concepto de “cercanos con la gente” a la construcción de un futuro europeo sin guerras sin importa si se es cercano con la gente!!!
     
    Cuestiona después el concepto de gente; pero no sólo de gente, sino los conceptos sociológicos de pueblo y ciudadanía. Regresa a la falacia del hombre de paja con los sanfermines y el obtener un campeonato. Por cierto, las personas que van acuden a los sanfermines no van porque los “congreguen” los políticos de Pamplona. Semejante afirmación sólo puede esperarse en discusiones escolásticas, donde no importa el contacto con la realidad.
     
    Habla de que en la teología cristiana existe una profunda (claro, si es teología se trata de una actividad profunda) reflexión sobre el sufrimiento y las víctimas, y que la “autoridad de las víctimas”  es la clave de varios autores. Muy cierto. Quizá valdría la pena agregar que las personas que han emprendido esas reflexiones lo hicieron posibilitadas -entre otras razones- por la superación y abandono de las escolástica. Por el contrario, las más fuertes  reacciones contra tales reflexiones (como las Instrucciones sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación de Ratzinger) se construyeron desde la escolástica.   Y hablando de ello, alguien que toda su descalificación a la actividad de la que le habló su amistad la basa en la necesidad del uso preciso del lenguaje ¿no puede dedicar un poco de tiempo y esfuerzo en usar un lenguaje no patriarcal? por que no sólo hay autores sino también autoras en la teología cristiana.
     
    El autor hace una propuesta de reformulación del título de la actividad. Pero, en honestidad intelectual, debió aplicarse  sí mismo la regla para valorar el título, y descartarla:
    a) Para empezar, contrario a lo que dice haber aprendido sobre la necesidad de precisión en los términos, utiliza una palabra polisémica. En efecto, “sensibilidad” puede ser i) capacidad de percibir sensaciones a través de los sentidos; ii) capacidad de sentir moralmente; y iii) capacidad a emocionarse ante la belleza o ante sentimientos.
     
    b) Como escribí arriba, ¿a cual sensibilidad se refiere? ¿a la sensibilidad evangélica? ¿a la sensibilidad budista? ¿a la sensibilidad de percibir estímulos visuales? ¿se debe decir que las personas ciegas tiene menos sensibilidad a las víctimas? ¿ a la sensibilidad burguesa que se describe en la canción de Nacha Guevara Las damas de beneficiencia?   Por supuesto, aquí estoy espejeando el uso de la falacia del hombre de paja usada por el autor.  Aquí se puede escuchar Las damas de beneficiencia  https://www.youtube.com/watch?v=5CEiP9IJPdg
     
    c) En seguida, se propone que la sensibilidad sea respecto de dos conceptos distintos: el sufrimiento y las víctimas. Nótese que como el autor se precia de haber aprendido el uso preciso de los términos, debemos entender que no propone la sensibilidad “al sufrimiento de las víctimas”, sino sensibilidad “al sufrimiento Y las víctimas”. De modo que cuando al levantarme en la mañana y pegarme en el dedo meñique del pie izquierdo con el taburete, los políticos deben tener sensibilidad al sufrimiento que experimento.  También deben mostrar sensibilidad al sufrimiento que experimento cuando la selección nacional de mi país es eliminada del “Campeonato Mundial de uso preciso de los términos de acuerdo a la escolástica”.
     
    Para redondear su uso escolástico de las falacias, nos regala terminar con la Falacia del alegato especial que es aquella que recurre a descalificar el argumento de la otra persona con base en que tal persona no puede comprender las sutilezas del asunto porque no tiene el nivel de conocimiento de uno mismo. En este caso, porque las personas que participan en la actividad del círculo de Podemos no hayan aprendido la escolástica como el autor.
     
    No entro a la cuestión de lo arrogante que resulta el texto. Ni desarrollo a detalle cómo  se refleja una de las prácticas que más contribuyeron al desprestigio de la escolástica y las personas que le siguen: el debatir superficialidades semánticas, desde arriba, mirando como desde una nube de los cielos,  sin mojarse.  Hace demasiado calor, así que lo dejaré.
     
    Lo que sí haré es pedir al Equipo de Redacción de ATRIO que por un momento salga de los zapatos de “el autor es nuestro amigo, tenemos tal y tal historia” y se ponga sólo por un momento en los zapatos de una persona participante en ATRIO que a su vez participe en los Círculos de PODEMOS (no confundir con el partido) y en concreto en el círculo que debate sobre “políticos cercanos a la gente”. Sólo unos minutos, pónganse REALMENTE en esos zapatos, lean desde esos zapatos este artículo y piensen si este artículo abona a construir un espaci0 donde una persona así pueda sentirse bienvenida.
     
     
     
     
     
     

  • ELOY

    Gracias Carlos por tu acertad reflexión veraniega. 

    Y me pregunto, al hilo de lo que dices, sobre la relación entre ética y Derecho. 

    Y en la misma línea: 

    ¿Qué justifica la exigencia moral de cumplimiento de la norma sin no es la ética?. 

     
     

  • George R Porta

    No sé si reir o llorar o quizás llorrar de risas, porque la política y la ética solo se encuentran (y en duelo frontal a primera sangre) porque la primera no debiera ser una profesión pero lo es y además muy luicrativa y la segunda debiera ser “un modo de vivir” y nunca solo una especulación filosófica.

    Me parece imposible, desafortunadamente, que los politicos hagan filosofía, que debieran, pero solo hacen negocios y los negocios solo tienen sentido cuando dejan ganancia a una parte más que a la otra si a la otra le dejan alguna porque quien medie la negociación tiene que tener la suya a expensas de los negociantes mismos. La desproporción es una distorsión comercial resultante muy posiblemente desde su origen de la noción de valor de mercancía dependiendo del de necesidad de consumo. El resto ha venido siendo la historia de un Mundo cada vez más injustos.

    Lo único que me parece possible, probable, es que los politicos se abstengan de existir en función de sus propias carreras políticas y cuanto más veraces y responsables major y ya se acercarán a una forma de ética  los pobres. Son los ciudadanos quienes Deben poder tener acceso democráticamente no de forma delegada o representative (el desastre basurero de las elecciones en los EE UU, por ejemplo) sino directamente y organizados de alguna manera que ponga la mayor fuerza de decision sobre los hombros de la mayor cantidad possible de ciudadanos y de modo directo. Si eso es una utopia, pues esa debiera ser la meta y cualquier cosa que se acerca a ella, cuanto más cercana mejor. 

  • pepe blanco

    Yo formularía el punto de partida de esta manera: políticos defensores de los derechos humanos y de los ciudadanos que poseen tales derechos.