Este pequeño escrito de Miren Jone ha estado unos días en www.iviva.org y no sé cuántos lo habrán leído, pero no ha suscitado ningún comentario. Por mucho que desee que esa página de Iglesia Viva se mueva, no quiero que estas líneas se aburran de soledad. Y me parece oportuno hacer partícipe de ellas a todos lo que pasen por ATRIO. Miren Jone es periodista jubilada y quiere seguir escribiendo y comunicando. Esta reflexión la publicó hace poco en Noticias de Guipúzcoa. ¿Encontrará entre los atrieros quien quiera comunicarse con ella? AD.
Hasta hace nada creíamos que la seguridad de nuestro viaje por el mundo lo realizábamos, más cómodos unos que otros, pero confiados todos en la seguridad del modo de transporte que cada cual se podía permitir, desde las potentes aerolíneas, los grandes trasatlánticos, los coches sin conductor, hasta los infinitos medios normales como un par de botas. Nos parecía que para ser felices no necesitábamos ser ricos.
Creíamos también que la Declaración Universal de los Derechos Humanos no iba a convertirse en papel mojado. Nos parecía que si contábamos con lo necesario para vivir: un trabajo, unas relaciones sociales satisfactorias, una familia en progreso normal, podríamos ser bastante felices. Tuvimos que abrir los ojos para comprender que los derroteros del mundo tenían que ir cambiando y hasta dimos por bueno que, al terminarse las dos grandes guerras, Europa sabría recuperarse e incluso salir reforzada. Así fue. El nacimiento de la Unión Europea se consideró una garantía de seguridad para todos los que formamos parte de ella.
Pero hemos llegado a un momento en que la situación nos aturde. Aquella flamante Unión Europea se ha encerrado en sí misma y su egoísmo se ha convertido en un escándalo atroz. Ha permitido, por ejemplo, que el dinero se haya hecho dueño del poder y no ha sido capaz de actuar según derecho, ante las olas de emigrantes y refugiados que siguen llamando a su puerta. Ha jugado al despiste inhumano y a dejar que miles de personas necesitadas de ayuda hayan terminado en el fondo del “Mare Nostrum”. Para colmo de sorpresas dolorosas asoma ahora la increíble situación de Grecia, pendiente de un hilo, pobre y muy distinta de la que estudiamos en los libros durante nuestra juventud como cuna de la democracia, maestra de sabiduría y de arte.
La bola del mundo se ha convertido en una gran manzana podrida por el gusano del egoísmo de muy pocos, ciegos para ver la miseria de una gran mayoría. Somos europeítos y muchos sentimos vergüenza de los políticos que se han dejado dominar por los abusos de la economía olvidando la justicia. No nos conformemos con culpar y denunciar a los causantes de estos desmanes. Reaccionemos. No somos pocos, las y los ciudadanos que aspiramos a vivir como personas libres, veraces, felices, en otro contexto mundial. Un primer paso para lograrlo exigiría cambiarse el chip interior, que ni se compra ni se encuentra por casualidad. Requiere el esfuerzo de vivir atentos, en búsqueda del camino hacia el cambio. Se trata de rebuscar dentro de sí las razones que hacen ser a la persona y poner en marcha las propias posibilidades de cambiar las cosas de todos con fe en la eficacia de su pequeña pero misteriosa aportación al bien común. Lo importante es que cada cual se pregunte, ¿Quién soy yo? ¿Para qué vivo?
Por respeto hacia el tema voy a valerme del testimonio del venerable Willigis Jäger, monje benedictino y maestro Zen, conocido representante de una espiritualidad contemporánea aconfesional que proporciona a los buscadores del siglo XXI respuestas a sus preguntas vitales. A sus 90 años cumplidos el 7 de marzo pasado afirma: “Siempre he buscado el Fondo originario detrás de todas las palabras, formulaciones y declaraciones teológicas, ese Fondo al que los cristianos llamamos Dios. Una temprana experiencia no racional me dio la seguridad de que detrás de todas las palabras me espera un amor absoluto… Todo lo que la teología y la metafísica ofrecían eran solo indicaciones hacia un Fondo originario mentalmente inconcebible. Ese Fondo originario al que hemos dado nombres como Divinidad, Vacío o Brahma, se celebra a sí mismo como esta forma que yo soy. Únicamente en ello encuentro el origen de mi existencia y su significado. Soy una forma del Fondo originario, una minúscula mota de ese Fondo en el Universo. Y por eso doy un sí absoluto a este tiempo de mi vida, completamente convencido de que la vida continúa. ¿En qué forma de existencia? No lo sé. El caminar consciente lleva al aquí y al ahora y a la certeza de que el sentido de la vida solo se encuentra en el momento presente”.
Vamos a ver la Unión europea se formo por un tratado del acero y el carbón.No puede ser democrática ni social.
Para que podamos cambiarla tenemos que luchar como en los años sesenta-setenta:con fe y voluntad acogedora;sin egoísmos partidista.Solo la fuerza humana puede cambiar el mundo.
Hola George:
Ya he visto el documental “De nadie”… Imposible decir nada… tengo el alma hecha añicos.
¡Gracias amigo!
pili-mª pilar
Gracias Román por tu tolerancia y paciencia y tu explicación que me ayudó. Un abrazo cordial.
George, se te lee con gusto, aunque a veces como la de ahora, con dolor.
Vivimos tiempos de incertidumbre, pero que ello no sea ocasión para que cunda el desaliento, porque somos aprendices de la vida y siempre perfectibles.
Me alegro muchísimo que un anterior comentario mío, por mi torpeza con una nueva instalación se borrase sin que haya salido, pues te habría abundado mucho más en la impresión de que aquí en Europa nos sentimos el ombligo del mundo.
Europa ya hace mucho tiempo que es un espacio mental mucho más amplio que el territorial y que la civilización occidental europea abarca todos los contornos del Atlántico de Norte a Sur. Bien es cierto que seguimos siendo referencia, pero sin el protagonismo que cumplimentamos hasta el siglo pasado. Igual que todos los males ya no salen de aquí, debemos aceptar humildemente que las respuestas puedan venir de afuera.
Te desconcertó este trabajo “periodístico” teñido de reflexiones de Miren Jone Azurza, mientras aquí podría resultar muy oportuno, cuando se habla con indicios de la posible desarticulación del gran sueño europeo, pues la crisis financiera puso en evidencia nuestra gran crisis de gobernanza que venía denunciando, por ejemplo, Felipe González ya en el primer lustro de este siglo, durante el gobierno de Aznar ( cuando Tony Blair y Busch hijo). Se evidenciaba entonces “la crisis” de las izquierdas europeas, y más en concreto de la social democracia.
El colapso civilizatorio duró casi cincuenta años abarcando las dos grandes guerras y los escombros y las ruinas sólo eran la metáfora de nuestro vacío existencial. Se habla del milagro de post-guerra, pero tal solidaridad venía envuelta en los dólares que nos llovieron (UNRRA, Plan Marshall, FMI, BIRD o Banco Mundial) de iniciativa norteamericana. Tales ayudas podían ser gratuítas, pero no desinteresadas, había que implantar un modelo económico y social en un esfuerzo homologador e interdependiente frente a otro modelo que se ofrecía desde el Este de Europa, pero dentro de un sistema de mercado intervenido a nivel estatal.
Nacía el Estado del Bienestar y los laboristas ingleses tenína por eslógan: “Seguridad desde la cuna hasta la sepultura”. La crisis sobrevenía alrededor de los 80 empezó a cuestionar el modelo.
Pero la crisis también era existencial y exigía un rearme moral, había que buscar respuestas espirituales a la imagen quebrada del ser humano, asesino despiadado de su especie hasta remover los cimientos más íntimos, ¿Dónde equivocamos el camino?
Y nuestro espíritu religioso se quebró, ya no podía ser un único referente ético. Aunque creo que persiste el mismo error, si sacamos de conclusión, que somos sólo las pequeñas partículas individuales de un todo. Ese Dios sigue siendo metafísico, un constructo humano, por lo que le pediría a la autora de este artículo que explicitara su pensamiento.
Solo un poco más y termino para alentar a quien ha sobrevivido la lectura de la entrada anterior.
“Los subsaharianos que llegan en pateras a las costas europeas son, comparativamente, análogos a los sudamericanos y antillanos que reclamando el parentesco a menudo bastardo emigran a Europa con derecho a residencia y nacionalidad aunque en realidad siguen las huellas dejadas sobre el mar por los galeones que nunca dejaron de transportar el oro robado a Latinoamérica.
Lo mismo hacen los latinoamericanos que atravesando los vados desde el sur del Río Grande, arribando con documentos ilegales a los aeropuertos o hacinados en los contenedores de los coyotes (unas nuevas cámaras de gasear que matan a base de agotar el poco oxígeno que quede atrapado con ellos en el espacio del contenedor una vez que cobrado el pasaje, se cierren las puertas que solo pueden ser abiertas desde afuera), infelices desesperados y alucinantes en busca, como Lope de Aguirre († 1561) de El Dorado, que fuerzan su entrada a cualquier precio en los EE UU, a menudo el de cualquier forma de muerte.
No importa lo que se diga y haga en las legislaturas (sobre todo en temporadas de elecciones) para regular en Europa o en EE UU esa dependencia filial espuria y legítima según quien la mire. Ese es el aquí y ahora que yo veo, aunque ande mirando con ojos estrábicos. Se trata de la hora del cobro y del pago. (Pay-back time).
Por otra parte he estado cerca, muy cerca de los muchachos y muchachas (generalmente pijos y pijas) que ya está saliendo de las universidades destinados a convertirse en líderes locales, al menos en la Florida) y a menudo refresco esa experiencia tratando de seguirla a distancia, no solo en la Florida (en cuyos colegios vienen a formarse (los que no lo hacen en sus respectivos países, en los infectados colegios de la Legión de Cristo (Las Cumbres) y otros similares (incluyendo aquellos financiados por las Embajadas de EE UU y de potencias europeas para los hijos/as de sus funcionarios y las burguesías locales) muchos de los/las futuros/as líderes comerciales o políticos de Latinoamérica.
Crecen competitivos/as al estilo de Darwin, son educados/as y formados/as moralmente para dominar y ganar compitiendo y para excluir (de modo muy comparable a los gulags y los campos de extermino por las condiciones de empleo en los campos y los sweat-shops) a quienes laboren para ellos/as.
El aquí y ahora que veo, en suma, es un aquí y ahora muy similar al que hace 60 años conocí, todavía humeante una buena parte de la Europa gloriosa de hoy día, cuando me formaban en mi familia en los mismos ideales no de solidaridad y compasión, que eso en su mayor medida, lo debo a mis pacientes en su mayor parte, sino en la idea de acumular éxito, riqueza, competir para ser el mejor aunque eso fuera anti-evangélico por naturaleza, y en tratar de mantener vivo el sistema en el que todo eso me fuera posible a pesar de que a miles no les fuera igual, sino lo contrario.
Quizás amigo Duato, todo esto que escribo y que soy sea desfasado y a nadie le guste ni tenga que recordarlo, pero para mí es tarde simplemente dejar de mirarlo y reconocerlo aún presente. Eso, un pasado reciente aún presente y de qué manera. Por eso me parece una tontera hablar de valores de familia etc. En el sínodo cuando la mayoría de las familias, la inmensa mayoría son o monoparentales o reciclan a uno o una de sus componentes parentales.
También he recomendado más de una vez mirar la película “De Nadie” y no he sabido si alguna persona que participa en Atrio ha encontrado tiempo para echar una hora y minutos a la basura enterándose de lo que una mujer centroamericana con sueños de poder liberar a su familia intenta hacer y el lugar donde termina en la frontera de México y los EE UU.
Comprendo que todos tengamos el tiempo escaso y comprendo que yo viva enterrado en mi pasado “aquí y ahora” y que Europa siga creyéndose el ombligo del Mundo después de abrir las venas de ese mismo Mundo en derredor para que otros imperios que ella misma originó se chupen la sangre de los pobres. Quizás soy demagogo, o novelesco, o como dice Luis Troyano, quizás haya olvidado que tengo derecho como él a dormir la siesta mientras otros no “hacen” sino que simplemente pueden “ser”. Esa es la misma aspiración de los herederos del poder que se han sentado en las aulas que al fin abandoné por no ser cómplice.”
Gracias Antonio por viabilizar la ventana de comentarios en IViva.org
Soy verborreico y no puedo dejar de serlo y en alguna medida tampoco lo deseo. Por eso advierto desde ahora que seguramente no valgan, esta entrada y la siguiente, la pena leerlas por esas razones ya apuntadas. De cualquier modo dividiré en dos partes mi comentario que me hubiera gustado hacer directamente en IViva.org.
Se me hace también necesario repetir la advertencia de que me sepa desfasado en mi pensar y sentir y que ya sea muy tarde para cambiar eso en mi vida. No siendo un “escribidor de fondo” debo limitarme a participar en Atrio.org y otros blogs solo comentando y solo puedo hacerlo mirando a desde las cosas y situaciones que me golpean.
Los gulags y el Holocausto cambiaron mi conciencia moral y ahora están incluidas en mi escala de valores como eventos que no debo ni quiero olvidar como no debo olvidar otro montón de cosas que son mis heridas aunque quizás ese mismo argumento me esté persuadiendo poco a poco de que deba callar como sabiamente me gritó Pepe Salas y yo no supe escuchar.
Deseo y confío en morirme pronto y por lo tanto el aquí y ahora me preocupa únicamente por los más jóvenes aunque a ellos mi parecer tan a menudo no les valga, pero es lo menos que aún puedo hacer mientras vaya siendo. Eso sí os deseo a todos vosotros/as que podéis ser optimistas toda la vida que deseéis o necesitéis.
No vivo en Europa, sino en los EE UU y comprendo que Atrio sea un sitio en la WEB europeo más que toda otra cosa aunque no lo sea exclusivamente y, europeo al fin y al cabo, no solo nos tolere a los indios con levita sino que nos acoja con benignidad y nos entusiasme a contribuir.
A pesar de Jäger y, precisamente, por tratar de mantenerme en estos mi aquí y ahora (celebro que los demás puedan irse de algún modo a todos los demás círculos), solo me atrevo a referirme primaria si no exclusivamente esta área del Mundo que conozco más de cerca en alguna medida.
Alguna vez, varias, he sugerido que valga la pena mirar a las definiciones de “felicidad” que refleja el sistema de análisis de la World Values Survey que desde 1978 ha venido haciendo un estudio longitudinal de cerca de 178 países alrededor del Mundo (el número varía según el acceso en cada momento). Y no solo de esa noción sino de otros valores teleológicos importantes.
No he sabido de nadie que haya mirado la encuesta lo que me sugiere que o he estado errado en el valor que merece o mi recomendación no ha sido persuasiva. “Be as it may” (sea como sea) parece haber una tendencia global a la importancia de lo individual consistente con los efectos destructivos a largo plazo de la guerra (la II Mundial y la Fría), una especie de ola expansiva que es consistente a su vez con el surgimiento del neoliberalismo de mercados desregulados y el desastre financiero de Europa y de los EE UU que a la hora de la recuperación y la reconstrucción aceptó el capital de los Bancos Norteamericanos y comparte ahora con los EE UU la crisis moral.
Hay al menos otra cosa en común de Europa con Latinoamérica. Ésta fue mal fundada por Europa y después Europa (The Unholy Trinity fundamentalmente) contrabandeo sus criminales de guerra nazi-fascistas a perdonando sus crímenes de genocidio a cambio de que se enrolaran en la lucha contra los socialismos latinoamericanos y la Internacional Comunista. Que yo sepa solo se escondieron y enriquecieron pero como sugiere Troyano más bien “se permitieron ser” hasta que los judíos los encontraron al servicio de las dictaduras y juntas militares locales. Otros europeos, los menos, se desviaron y han sido perseguidos por las propias instituciones europeas que participaron en el contrabando de criminales desde Colón hasta el presente, por ejemplo Casaldáliga, Lluís Espinal por citar dos ejemplos aunque haya muchos más que formaron líderes y misioneros anti-colonialistas.
Los EE UU han sido la hija de “Europa” que la ayudara a neo-colonizar a Latinoamérica (no otra cosa intentaron Bus-Cheney, y sus predecesores y sucesores) y como ocurrió a Europa, los colonizados y neo-colonizados se le han vuelto respondones.
Aunque EE UU trata de sacudírselos de encima y de auto-amputárselos, el capital que como en Europa paga por la gestión política neo-colonizadora exige desde las más o menos opacas sombras y todo termina en una pantomima de falsas austeridades.
Bravo Miren Jone, genio y figura para siempre. Estupendo tu artículo. Un abrazo.
Claro querido Antonio; entendí que el punto es esa decepción. Tan entendí que ese era el punto, que apunté que la pregunta por la posibilidad y forma de promover el cambio social me parece más grande, necesaria y urgente.
No descalifico que ante la decepción se indague/aspire un “fin último”; no descalifico la búsqueda religiosa y/o espiritual. Creo que vale la pena preguntarse si se puede cambiar la realidad social que causa esta decepción, y cómo hacerlo. Es todo.
Abrazos y esperanzas
¡¡¡Bien venida Sra. Mrien Jon!!!
Este es, el gran fracaso de este mundo… y el nuestro el de cada cual.
Estamos dormidos, asentados/as (al menos los que todavía pueden… ¿mal vivir?
Porque aquellas personas que todo lo poseen, les importa un carajo hacia donde están llevando el mundo.
Y una se pregunta… ¿No piensan ni por un instante, que si siguen tirando de la cuerda puede romperse?
Y entonces… nada ni nadie podrá parar el arrastre… y con los perdedores de esta batalla… seguirán sin remedio aquellos/as que la han llevado a cabo.
¡Claro! Para entonces ya no habrá salida para nadie… Bueno quizá con sus grandes riquezas, puedan viajar a otro planeta… se lo pueden permitir…
Ummm… ¡Lastima! De momento no hay otro planeta habitable…
¿Nunca lo piensan?
Y...¿No sería más coherente ponernos las pilas y empezar a trabajar en serio y sacar del poder a todas las manzanas podridas?
Me encantaría que ¡¡¡por fin!!! Despertáramos de sueños personales y nos pongamos las pilas para trabajar por el bien común cada cual allí donde esté.
¡¡¡Gracias por compartir sus inquietudes y deseos!!!
Un abrazo entrañable.
mª pilar
Hola!
Artículo bien estructurado. Lo leo en sus inicios de párrafos:
a) Hasta hace nada creíamos que …
b) Creíamos también que …
c) Pero hemos llegado a un momento en que la situación nos aturde
d) La bola del mundo se ha convertido en una gran manzana podrida:
1.- por el gusano del egoísmo de muy pocos,
2.- (faltaría agregar) y por los que:
a) Hasta hace nada creíamos que …
b) Creíamos también que …
…………………………………
Y entonces la señora hace dos cosas:
* destila LA GRAN PREGUNTA “¿Quién soy yo? ¿Para qué vivo?”
* concluye en LA RECETA: “El caminar consciente lleva al aquí y al ahora”.
…………………………
Sin embargo su experiencia de vida que nos traza en el Artículo tendría que llevar a la señora a darle prioridad al “aquí y ahora” como formadora de una “consciencia” para que ésta camine ALERTA.
…………………………
NOTA que está de moda (la de Pancho):
· Cuando ESTO YA NO LO AGUANTA NADA NI NADIE
· Hay que HACER LÍO
Para todo niño es la punta de la mesa su primer pedagogo (que le formará una consciencia alerta)
¡Voy todavía! – Óscar.
A George y a Rodrigo les pido disculpas por no haber editado bien la entrada de Miren en iviva.org. No aparecía el recuadro para los comentarios.
Ya está corregido el error. Y yo me alegro de que ese silencio de comentaristas en iviva se debía a error y no a falta de interés. Al menos dos comentarios (procedentes, eso sí, de la familia atriera) hubieran entrado allí.
Lo que Miren Jone dice, pienso yo, no es que tuviera cada uno una forma peculiar de caminar por la vida. Sino que (engañados por la ideología del progreso continuo) pensábamos que lo adquirido no tenía retorno.
Los que estábamos en el mundo desarrollado, teníamos una latente seguridad en que ese mínimo “estado de bienestar y seguridad” continuaría siempre. Si queríamos hacer una revolución había que ir a los países subdesarrollados, los que sufrían la dependencia del sistema que nos favorecía. Y en la geopolítica global Europa surgía como un bloque económico fuerte pero en el que los valores seguirían triunfando.
Y el desengaño ha sido que Europa ha dejado hundirse al extranjero y empieza a amputar fuera de si a los miembros débiles, aunque sea nada menos que Grecia, cuna de sus valores.
Ante esta decepción, mayor o más actual al menos que la de los holocaustos y gulags, ¿cuál es la pregunta, dónde está el sentido? Y me parece muy lúcida la referencia al místico moderno Willigis Jäger para encontrar el camino último que nos espera: “El caminar consciente lleva al aquí y al ahora y a la certeza de que el sentido de la vida solo se encuentra en el momento presente”
Creo que esta artículo de Miren podríamos firmarlo la mayoría atrieros, aunque cada uno podría matizar algunos aspecto o añadir otros.
Hola Antonio.
En la página de iviva no aparece la caja (box) de “Responder”, para hacer comentarios. Quizá éso explique el silencio.
Pongo aquí entonces lo que tenía escrito como comentario:
¿Quien soy y para qué vivo?
Decía Galeano que somos lo que hacemos para dejar de ser lo que hoy somos. Así, la respuesta ha ido -y seguirá- cambiando con el caminar.
Hubo un tiempo al final de mi adolescencia que lo resumí en la frase “Amar más, creer más, aunque haya que sufrir más”. Desde niño el tema de construir un mundo más justo ha estado muy presente en la construcción de mi identidad, y desde adolescente tuve claro que intentarlo implica pagar un precio.
Años después, al terminar el bachillerato y elegir estudiar derecho, la frase con que resumí la respuesta iba más o menos en forma de silogismo: “los buenos abogados son caros; los pobres no pueden pagar buenos abogados; yo seré un buen abogado para los pobres” [Nótese lo prometeico del enfoque; bueno, lo recuerdo con cariño en cuanto a buena voluntad].
Años después, al principio de mis veintes, la respuesta iba resumida así: “Ser un grito de amor al mundo“.
Un lustro después, un esfuerzo de síntesis se estructuraba “Dedicado, en amor y fe, a manifestar la misericordia en la vida cotidiana“.
Eso fue hace muchos ayeres. Ojo, no digo que lo hubiera sido o que ahora lo sea o lo cumpla… pero eran formas de construcción de mi autopercepción de mis aspiraciones. Cuando entré al CEREAL teníamos una metodología de desarrollo de proyectos populares que se articulaba en varios talleres analíticos sucesivos. El primero de ellos incluía una pregunta clave “¿Es posible, y si es posible cómo se da, el cambio social?” A partir de lo que el grupo responde a esta pregunta, se articula todo el análisis, planeación, formación, y actividades. Hace muchos ayeres que esta pregunta me parece más grande, necesaria y urgente.
Abrazos y esperanzas.
Leo lo siguiente:
“Hasta hace nada creíamos que la seguridad de nuestro viaje por el mundo lo realizábamos, más cómodos unos que otros, pero confiados todos en la seguridad del modo de transporte que cada cual se podía permitir, desde las potentes aerolíneas, los grandes trasatlánticos, los coches sin conductor, hasta los infinitos medios normales como un par de botas. Nos parecía que para ser felices no necesitábamos ser ricos.”
Debo haber estado viviendo en otro planeta, amiga Miren porque desde que nací he sido educado en la necesidad de competir y de ser el major, ganarme las medallas que los curas daban en el colegio, sobrevivir la presión del Comité de Defensa de la Revolución en Cuba siendo el que más botellas vacías recogía, triunfar en el mercado de la psicoterapia en Miami, y ahora después de retirado y Viejo (73) además la Organización de Mantenimiento de la Salud me exije estar más saludable que nadie para que cueste menos mi cuidado.
Hace siglos que nadie vive libre, que nadie puede banarse desnudo sin miedo, que todos estamos preocupados por la guerra.
Hace siglos que estamos aturdidos, por lo menos los dos siglos que he vivido. En qué planeta he vivido?
Amigo Antonio: Te dejé un mensaje y he esperado una semana porque he deseado comentar pero el artículo no muestra el necesario espacio para hacer entradas. Quien se ha aburrido de esperar es un servidor. Un abrazo.
Entonces conviene estar atenta a los mensajes que envía el tiempo presente, y que cada uno develará según su subjetividad para emprender las acciones o no acciones adecuadas a sus circunstancias. Por el momento el aire de los tiempos indica que en algún minuto de nuestra historia se fue introduciendo una ideología sumamente peligrosa e inhumana en los grupos sociales que detectan el poder en Occidente y que nos están llevando, igual que las tragedias griegas, a un destino ineludible y trágico si es que no revertimos la tendencia. Y me imagino que por eso el Papa, interpretó este aire de los tiempos y escribió una Encíclica en que dentro de lo posible para un documento así, dejaba constancia de los peores aspectos de esta ideología y praxis económico, social y ecológica que nos está hundiendo. Además ha instado a las personas a tomar acciones organizadas y “hacer lío”, para oponerse a estas ideologías, y no quedarse sentadas en su casa en forma individual viendo en la tele como se desliza la tragedia.