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Las generaciones desperdigadas

OSCARp

Oscar acaba de dejar discretamente un nuevo comentario en el post que Leonardo Boff publicó anteayer en ATRIO. Pero es un comentario que bien merece ser leído y comentado por todos en este hueco espacio central de nuestro lugar de encuentro.

Había yo leído los 4 pasos en que Boff resume el ESQUEMA DE LA CRISIS según Ortega:
Dice Leonardo:
– “Ortega y Gasset, en un famoso ensayo de 1942 titulado “Esquema de las crisis”, mostró que la historia, a causa de sus rupturas y reconstrucciones, posee la estructura de crisis. Esta obedece a la siguiente lógica:
(1) el orden dominante deja de tener un sentido evidente; (2) reina la duda, el escepticismo y una crítica generalizada; (3) urge una decisión que cree nuevas certezas y otro sentido, ¿cómo decidir si no se ve claro?, pero sin decisión no habrá salida; (4) pero tomada una decisión, incluso con riesgo, se abre entonces un camino nuevo y otro espacio para la libertad. Se superó la crisis. Un nuevo orden puede comenzar.

Este resumen en 4 pasos, aunque no está formalmente en el Curso de Ortega, pienso, sin embargo, que responde bastante bien a lo que allá se expone.

Tal vez se le podría agregar alguna otra consideración que en el mismo Curso tiene una relevancia de primer orden (2 capítulos: el 4º- y el 5º-) para dar razón del concepto de “CRISIS” en la vida humana. Se trata del concepto de GENERACIÓN.

A mi edad este Concepto de Generación debo tenerlo extremadamente en cuenta porque ya ando pa’viejo; e.d. Generación de influencia totalmente irrelevante en vistas de cómo sigue esta Novela de la vida.
……………….

Pienso que Boff es consecuente con su pretensión a la que ha dedicado su vida (sobre este Asunto de “dedicar-se” habría cosas interesantes que decir porque es un descubrimiento específico del cristianismo). Boff está dedicado a mantener la ESPERANZA. Tal vez en un eco a Helder Cámara que no cejaba de alentar a no olvidar la profecía.
…………………….

La pregunta que nos hace la situación en que nos encontramos (CRISIS) es:
– “¿Pa’dónde mierda tenemos que ir, metidos en este Caos catastrófico?” …………………….

Tal vez pueda ser útil en Atrio -donde se comenta hasta el hartazgo la fe cristiana- considerar cómo el cristianismo se originó en una situación semejante, e.d. de CRISIS del Mundo Antiguo.

(También podría considerarse otra CRISIS mucho más fuerte que dio origen a la situación de la que estamos viendo cómo podemos salir: la CRISIS del RACIONALISMO. Pero quede para otra oportunidad).
————————

– “No sabemos lo que nos pasa, y esto es precisamente lo que nos pasa, no saber lo que nos pasa: el hombre de hoy empieza a estar desorientado con respecto a sí mismo, dépaysé, está fuera de su país, arrojado a una circunstancia nueva que es como una tierra incógnita.

Tal es siempre la sensación vital que se apodera del hombre en las crisis históricas.

Esta desorientación, esta iniciación de pánico, este no saber lo que nos pasa es percibido con cariz diferente por los que habiendo vivido una parte de nuestra vida en tierra conocida hemos asistido con plena conciencia a nuestro propio destierro de ella y por los jóvenes que han nacido ya en el territorio desconocido.
…………………………

Siempre, por una propensión mecánicamente dialéctica de la mente humana, cuando se desespera de una forma de vida, la primera solución que se ocurre, la más obvia, la más simple, es volver del revés todas las valoraciones.

* Si la riqueza no da la felicidad, la dará la pobreza;

* si la sabiduría no resuelve todo, entonces el verdadero saber será la ignorancia, (Paralelos del siglo xv; los “simples” y laicos de la devotio moderna, de la Imitación de Cristo, la “docta ignorancia” de Cusano, su encomio del idiota, es decir, del insipiente. Elogio de la necedad, de Erasmo. Último residuo en el siglo XVI, la lode del asino, alabanza del asno, en Giordano Bruno).

* Si la ley y la institución no nos hacen felices, esperemos todo de la iniuria y la violencia. (Desde el año 70 no se pueden celebrar normalmente elecciones ni asambleas en Roma porque César y sus amigos ricos han financiado la organización de grupos de asalto formados por gladiadores del circo y esclavos, por gentes no latinas, frigios, misios, griegos, judíos -casi ninguno de ellos efectivos ciudadanos. Esto último puede verse en el discurso de Cicerón pro Flaccio).

* Si los hombres no han acertado, atendamos a las mujeres. Y, en efecto, va a comenzar la intervención de la mujer en la vida pública, política e intelectual, se entiende religiosa.

Esta es la situación en que va a prender el cristianismo,

como el hecho, antes subrayado, de que desde una cierta altura y a cierta distancia pudiesen confundirse los ajetreos del cínico y el proselitista cristiano.

Esta fácil dialéctica, puramente mecánica, que consiste en encontrar lo nuevo sin más que afirmar lo contrario de lo que parecía vigente prepara las almas elementales, y aun las superiores, para recibir la grande y auténtica innovación del cristianismo.

(tómese nota de que la mente en los comienzos de una crisis toma la forma dialéctica. Ésta, que en su verdad es la cima del más sutil pensamiento, se vulgariza, como pasa en nuestros días).

Al fracasar el intento de socialización del hombre que fue el Imperio romano,

queda aquél desprendido de todo principio objetivo y público que le sea promesa de solución, que dé un sentido a su vida y le sirva de punto de apoyo. Porque con el Estado y sus formas sociales fracasa también la ciencia en cuanto instancia objetiva y pública a que poder referirse. Entonces el hombre se siente totalmente perdido, sin nada a que agarrarse, y recae en lo único que le queda.

Cuando todo en derredor nos falla,

caemos en la cuenta de que nada de eso era, en verdad, la auténtica realidad, lo importante, lo decisivo: la realidad que para cada cual queda bajo todas las demás aparentes es su vida individual.

Vuelve entonces el hombre a ver ésta como lo que en rigor y en última instancia es el problema individualísimo, intransferible del propio destino.

Ésta es la disposición del hombre que lleva a la solución cristiana.

No esto o lo otro es ya problema, sino la vida misma de la persona en su integridad. No es que tenga hambre, no es que padezca enfermedad o tiranía política, no es que ignore lo que son los astros. Ahora es el ser mismo del sujeto lo problemático.

* Y si la respuesta a aquellas deficiencias parciales se llama solución,
* la que hay que dar a este problema absoluto del ser personal se llama salvaciónsotería.

La desesperación, en que la crisis consiste, lleva en una primera etapa a la exasperación,

y la historia se llena de fenómenos exagerados, extremo con que el hombre procura embotarse, alcoholizarse.

Luego viene nueva calma:

se acepta y reconoce lealmente que no hay esperanza, que esperar algo de sí mismo es desconocer la propia realidad.

He aquí cómo el hombre descubre se esencial nulidad. Y esto, precisamente esto, es la salvación según el cristianismo.

En vez de creer que el hombre natural es por sí algo suficiente, que se sostiene a sí mismo, descubre que consiste en pura dependencia, que su ser, su sustento, su realidad y su verdad no están en él, sino fuera de su naturaleza, es decir, que padecía un error de perspectiva, que el asunto más importante para él, su vida, no era un asunto natural, no consistía en ir y venir sobre la tierra, comer o pasar hambre, sufrir o gozar, llorar o reír, ni siquiera pensar.

Todo eso es mero antifaz, aspecto y mise en scène de su verdadero asunto vital, su vida sobrenatural, su cuestión con Dios. Todas las cuestiones intramundanas flotan como anécdotas en esta cuestión previa que el hombre tiene con Dios.

Diríase que cuanto hacemos y nos pasa, en suma, “esta vida”, está ahí sólo para ocultarnos como una máscara nuestra auténtica realidad, la que tenemos en lo absoluto, en Dios. De suerte que lo que parecía real -la naturaleza y nosotros como parte de ella- resulta ahora irreal, pura fantasmagoría, y lo que parecía irreal, nuestra preocupación por lo absoluto o Dios, eso es la verdadera realidad.

Esta paradoja, esta suma inversión de la perspectiva, es la base del cristianismo.

* Los problemas del hombre natural no tienen solución: vivir, estar en el mundo, es constitutiva e irremediable perdición.

* El hombre tiene que ser salvado por lo sobrenatural.

* Esta vida no se cura sino con la otra.

* Lo único que el hombre puede hacer con sus propias fuerzas es negativo -negarse y negar el mundo, retraer de sí y de las cosas su atención y así, aligerado de peso terrenal, ser sorbido por Dios.

Esto es lo esencial para la estructura de la vida medieval. Porque trae consigo la radical tendencia a desentenderse del mundo natural. Para el griego y el romano, la existencia era el problema de las relaciones entre el hombre y la naturaleza circundante -visible o invisible. Mas ahora el mundo es propiamente ultramundo y sobrenaturaleza. El hombre se queda, por lo pronto, sólo con Dios.

El hombre una vez -una vez que ha durado muchos siglos- estuvo en esta creencia cristiana y su vivir tomó el aspecto de una faena sobrenatural.

La Edad Moderna nos ha retrotraído a la naturaleza, y nos cuesta trabajo repensar aquel modo de vida que consiste en vivir desde Dios. Nos sabe, por lo pronto, a paradoja.

Pero San Pablo tiene plena conciencia del frenético paradojismo, del radicalismo subversivo que llevaba en sí la idea cristiana.

* No predicaba la buena nueva como una cosa razonable. En sazón de crisis, predicar cosas razonables es gana de perder la partida.

* Predica y recomienda precisamente porque tiene todo el aire de una locura y de un absurdo.

San Pablo es… un extremista.

En la epístola primera a los corintios leemos:

– “Porque la palabra de la cruz, a la verdad, locura es para los que perecen: mas para los que se salvan, esto es, para nosotros, es virtud de Dios”. Oigan ustedes cómo este hombre vuelve el mundo del revés: “Porque escrito está: Destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé la prudencia de los prudentes.

“¿En dónde está el sabio? ¿En dónde el escriba? ¿En dónde el escudriñador de este siglo? ¿No hizo Dios loco el saber de este mundo?
“Y así, por cuanto en la sabiduría de Dios no conoció el mundo a Dios, por la sabiduría, quiso Dios hacer salvos a los que creyesen en él, por la locura de la predicación.
“Puesto que los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría.
“Mas nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los gentiles; “Mas para los que han sido llamados, tanto judíos, como griegos, predicamos a Cristo, virtud de Dios y sabiduría de Dios:
“Pues lo que parece loco en Dios es más sabio que los hombres, y lo que parece flaco en Dios es más fuerte que los hombres.
“Y así, hermanos, ved vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles.
“Mas las cosas locas del mundo escogió Dios para confundir a los sabios, y las cosas flacas del mundo escogió Dios para confundir las fuertes; “Y las cosas viles y despreciables del mundo escogió Dios, y aquellas que no son, para destruir las que son; “Para que ningún hombre se jacte delante de él.
Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.

Conviene, conviene de cuando en cuando recordar el pasado -recordar que se han dicho estas cosas. Un alto burgués del Imperio que oyera leer estos gritos manuscritos de San Pablo, ¿qué pensaría? Que era un poco subversivo, ¿no es cierto? Y, sin embargo, eso que predicaba -el cristianismo- fue luego, según la frase tópica, el más firme sostén de la sociedad.

58 comentarios

  • Santiago

    gracias Antonio Duato por tus oportunas intervenciones….También yo estoy en favor de la libertad, siempre que la usemos correctamente en la búsqueda del bien…..y el bien ha de identificarse con la felicidad…y también con la verdad….La ciencia en su apertura no puede contradecirse…ni contradecir la verdad….que es lo que es la realidad….Cuanto mas avanzamos en el conocimiento científico mas nos estamos aproximando a la Verdad trascendente…..Es una consecuencia lógica del ser humano en camino, como que es ser humano viador…Estamos en un continuo descubrimiento y aprendizaje hacia la última Realidad……… como que cada vez mas nos encontramos en la vía adecuada para adquirir mas y mas conocimiento…….hasta que llegar al final….

    Como bien dices tu, son los hechos los que hablan….pero éstos nos hablan del ser humano….de la profundidad y de la dignidad de la persona…que esta incrustada claramente en el Evangelio en las palabras y en los hechos de Jesús….En El todos nosotros podemos encontrar, cada vez mas, la fuente insondable de conocimiento….que no cesa…pues siempre LA PALABRA trasciende,  y “se abre poco a poco en fuerza y potencia ante el reto de nuevas situaciones, nuevas tribulaciones y nuevas experiencias”….. y vamos entendiendo cada vez mas el misterio insondable del amor del Padre…

    No hay, pues, que temer, ni contradecir la verdad científica….los hechos hablan….la ciencia expone los hechos….y nuestra razón es capaz por medio de  argumentos internos y externos, subjetivos y objetivos,  de intuir y deducir lo que es verdadero de la falsedad y de la mentira………..Lo que es correcto……que no es mas que la aproximación a la realidad…..

    Los principios, pues, no cambian….estas “verdades eternas” tampoco…los que cambiamos somos nosotros y nuestras circunstancias, todo lo que puede cambiar  y es accidental….Nuestro EGO permanece…Nuestra capacidad de conocimiento es semejante, pues, a la semilla que se desarrolla progresivamente…..El árbol no ha perdido su naturaleza específica porque tuvo su origen en una pequeña semilla….Hay mas cuerpo, existen hojas, es frondoso…. Sin embargo,conserva esencialmente intacta la realidad de su especie….

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández.   

  • oscar varela

    Hola A.D!

    1.- Las largas Entradas que fui poniendo SON MÍAS porque yo las he pensado y me hago cargo. Pero al mismo tiempo NO SON MÍAS sino de quien y donde las “destilo”: José Ortega y Gasset.

    No tengo inconveniente en que me guíes en lo que convenga para Atrio si es que yo tuviera que hacer algo provechoso.

    2.- El Librito de Varoufakis “ECONOMÍA SIN CORBATA” me parece excelente, muy ameno y didáctico (dedicado a su hijita para cuando sea mayor). Despeluca los “mitos” de la Ciencia de la Economía que se enseña en todas las Facultades del mundo (o casi todas). El actual plantel de “Economía” en Argentina, creo que esta de acuerdo con ese despelucamiento y lo disen abiertamente poniendo claridad sobre las tineblas del temos en que se escudan los “liberales” y que ya no saben qé hacer más que mentiras (de patas cortas).

    Quedo a tu disposición, e.d. a la de los Cumpas de Atrio.

    Abrazo mientras ¡Voy todavía! – Óscar.

  • Antonio Duato

    ¿Por qué, oh ínclito Oscar!, no nos obsequias con estas entregas en Entradas nuevas de la columna central? Continuaría el diálogo de rincón, pero no con hilos tan prolongados cuyo inicio es difícil encontrar. Si le pones un título a este último que prometes continuar, sería el primero de una serie “agostal”. Escríbeme off-line.

    Y una sugerencia.

    Estoy acabando de leer un librito que me encanta. De Yanis Varoufakis: Economía Sin Corbata. Conversaciones Con Mi Hija . En Amazon está en digital a menos de 10 €. Vale la pena. Economía a lo claro y elegancia clásica sin corbata.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Estamos con el Asunto CRISIS. Le estamos “dando vueltas”. Es el mejor método (camino) para ir comprendiendo cualquier cosa. Una especie de “flirteo” para que ella misma se des-vele y se nos muestre “desnuda en su verdad”.
    …………………
     
    Las luchas dentro de una Sociedad se producen
    cuando sus miembros disienten, esto es, porque tienen opiniones divergentes sobre los asuntos públicos.
     
    Aunque la disensión sea, también, supuesto de todo perfeccionamiento y desarrollo político, es evidente que una sociedad existe gracias al consenso, a la coincidencia de sus miembros en ciertas opiniones últimas.
     
    Este consenso o unanimidad en el modo de pensar es lo que se llama «concordia», que podemos definir como «el mejor y más apretado vínculo de todo Estado».
     
    ¿Cómo se compagina el que haya disenso y consenso al mismo tiempo?
     
    La CRISIS es el caso cuando el disenso supera ciertos límites en el equilibrio de la ecuación inestable “concordia-discordia”.
     
    El cuerpo de las opiniones que alimentan la vida de un pueblo los encontramos constituidos en una serie de estratos.
     
    Divergencias de opinión en los estratos superficiales o intermedios
    producen disensiones benéficas, porque las luchas que provocan se mueven sobre la tierra firme de la concordia subsistente en los estratos más profundos.
     
    La discrepancia en lo somero no hace sino confirmar y consolidar el acuerdo en la base de la convivencia. Esas contiendas ponen en cuestión ciertas cosas, pero no ponen en cuestión todo.
     
    Si la disensión llega a afectar a los estratos básicos de las opiniones
    que sustentan últimamente la solidaridad del cuerpo social, éste quedará tajado de parte a parte, como un corazón que se escinde en dos. Es la dis-cordia; y tenemos, entonces, dos sociedades; dos grupos cuyas opiniones sobre los temas últimos discrepan.
     
    Pero dos sociedades dentro de un mismo espacio social son imposibles.
    Quedan, pues, como meros conatos de sociedad, es decir, que la disensión radical produce exclusivamente la aniquilación de la sociedad donde sobreviene.
     
    Cuando las disensiones no son radicales,
    el ciudadano combate con fervor y, en el fondo, con alborozo. Mientras lucha con el contrario no ve en él un total enemigo, sino que bajo la hostilidad sigue sintiéndose su amigo.
     
    Sobre ambos contendientes perduran, con plena vigencia, ciertas circunstancias comunes a que suelen poder recurrir.
     
    Son dogmas sobre el universo y la vida, normas morales, principios de derecho, prescripciones que regulan incluso la forma de la guerra.
     
    Tienen, pues, la impresión de que combaten dentro de un mismo mundo que los rodea y sostiene y ampara igualmente. Mientras ellos batallan, ven que el Estado sigue existiendo en su derredor.
     
    Pero cuando la disensión es radical,
    todo eso queda aniquilado. Nada es común entre los contendientes. El Estado queda destruido, y con él toda vigencia de ideas, de normas, de estructuras en que apoyarse.
     
    En situaciones como esta, las gentes se dicen: “¡El mundo se acaba! – “Esto ya no lo aguanta nada ni nadie!”-
    ……………….
     
    Podríamos, entonces, preguntarnos:
    ¿Qué son esa vigencia de ideas; los dogmas sobre el universo y la vida; las normas morales; los principios de derecho; las prescripciones que regulan incluso la forma de la guerra?
     
    No se trata de una “falta concordia” cualquiera, sino de una “discordia”… irremediable.
     
    Y esta cuestión no es una cuestión política cualquiera. Por ejemplo cuando es opinión común que “los magistrados deben establecerse por elección.” ¡Esta sí es cuestión decisiva!, la de estar de acuerdo sobre “quién debe mandar”.
     
    Porque la función de mandar y obedecer es la decisiva en toda sociedad. Como ande en esta turbia la cuestión de quién manda y quién obedece, todo lo demás marchará impura y torpemente. Hasta la más íntima intimidad de cada individuo, salvas geniales excepciones, quedará perturbada y falsificada.
     
    La sustancial concordia implica pues, una creencia firme y común sobre quién debe mandar.
     
    ¡Creencia!:
    es muy difícil que una creencia pueda existir bajo la forma de creencia individual o de un grupo particular.
     
    La creencia, precisamente porque no es una mera opinión, una idea, una teoría, es normalmente un hecho colectivo.
     
    No se cree normalmente por cuenta propia, sino junto con los demás: se cree en común. La creencia actúa como instalada en nuestro contorno social, en forma de «vigencia colectiva», lo cual significa que no necesita ser defendida y sustentada por ningún individuo o grupo determinado.
     
    Cuando, para ejercer algún influjo en la sociedad, una opinión ha menester de que se combata por ella, incluso que mueran por ella más o menos individuos, quiere decirse que no ha llegado aún a constituirse en efectiva creencia, o que ha dejado ya de serlo.
     
    Será una convicción privada, una idea que entusiasma y en la lucha por la cual nuestra vida cobra un sentido, pero nada más. Lejos de producir la concordia, la convicción de un grupo lleva a la revolución.
     
    La concordia sustantiva, cimiento último de toda sociedad estable,
    presupone que en la colectividad hay una creencia firme y común, incuestionable y prácticamente incuestionada, sobre quién debe mandar.
     
    ¡Y esto es tremendo! Porque, si no la hay, es ilusorio esperar que la sociedad se estabilice.
     
    Las ideas, incluso las grandes ideas, se pueden improvisar; las creencias, no.
    Sin duda, las creencias fueron primero ideas, pero ideas que lentamente llegaron a ser absorbidas por las multitudes, perdiendo su carácter de ideas para consolidarse en «realidades incuestionables».
     
    Cuando esa realidad,
    única cosa que disciplina y limita a los hombres de manera automática y desde dentro de ellos mismos, se desvanece por volatilización de la creencia, quedan solo pasiones en el ámbito social.
     
    El hueco de la fe
    tiene que ser llenado con el gas del apasionamiento, que proporciona a las almas una ilusión aerostática. Cada cual proclama lo que le dicta su interés o su capricho  o su manía intelectual: para huir del vacío íntimo y para sentirse apoyado, corre a alistarse bajo cualquiera bandera que pasa por la calle.
     
    Con frecuencia es el más frívolo y superficial amor propio quien decide el partido que se toma. Porque, partida la sociedad, no quedan en ella más que partidos.
     
    En estas épocas se pregunta a todo el mundo si «es de los unos o de los otros»,
    lo contrario de lo que pasa en las épocas creyentes.
    ……………………..
     
    Nóta póstuma!: sigo debiendo el fundamento antropológico de por qué las cosas son así. Y no solo eso sino también una cierta base hallada en la Evolución Biológica, o que se podrían llamar las “matrices” de la vida. ¿Será la próxima entrega?
     
    Voy todavía! – Óscar.

  • Antonio Duato

    ¡Por fin!

    Os confieso que hasta hoy (aunque haya tenido que corregir dos veces el título) no he conseguido leer con reposo y con intento de comprensión todos los textos (y sábanas) que se incluyen en este hilo. Y no solo las lecciones de Ortega (¿cómo haces, Oscar, a copiarlas de tu seguramente ultramanoseada edición? ¿escaneas, partes de un texto online o mecanografías con rapidez y exactitud?), sino los importantes enlaces propuestos por Isidoro que habla, con perspectiva de milenios de ritos inciáticos colectivos por los que debe pasar el sistema humano. Y todo lo demás

    Me parece rico, pero difícil de resumir o de expresar el espumado con que me quedo. Seguir caminando por donde me marca esa conciencia de mi ser profundo en mis circunstancias histórico-biográficas, con los zapatos más adecuados que pueda, sabiendo que es un caminar en su decisión última solitario pero que acontece a muchos más. No nos orientamos en el caminar vital por planos, GPS, ideas o naturalezas fijas o verdaderas para siempre, sino por intuiciones e hipótesis que van siendo contrastadas, como la de que somos sujetos con capacidad de libertad y no objetos programados.

    A mí me genera esperanza cosas como esta: Un buen chico de Cádiz, que había sido criado como chica, pero que (con el apoyo samaritano de la tan denostada asociación de LGTB) había recuperado legalmente su identidad profunda de varón, ha conseguido que su obispo se retracte porque se ha informado lo que es la transexualidad y le permita ser padrino. Su fuerza y la de sus amigos han roto otra barrera simbólica. Y muchas más caerán como fichas de dominó. La libertad y autenticidad nos hace veraces. Y las religiones más sublimes, Santiago, tendrán que reconocer que la Verdad revelada no está en textos o representaciones. Contra factum non valet illatio. No hay argumentos ni verdades eternas que contradigan los hechos, tal como la ciencia poco a poco los va aclarando.

  • Santiago

    NO siempre la libertad nos hará veraces….A veces, en la libertad de decidir, podemos escoger la mentira, lo que es falso…Por eso, la verdad ES lo que nos libera realmente es de la esclavitud de la mentira…de la falsedad…Cuando decimos “la verdad” de lo que nos sucedió o pasó, nos liberamos del peso de la culpa…como el asesino que opta por ir a confesar su crimen porque no puede mas con la mentira de seguir aparentando y ocultando un delito oculto…La liberación, pues, se debe a la proclamación de la verdad…Lo mismo puede aplicarse a la confesión sacramental…que libera la conciencia de la opresión de la pena y de la culpa….siguiendo el ejemplo de  Jesucristo que “perdonaba los pecados”…..

    Por otro lado, si con las ciencias en general no se pretende llegar a cierta verdad….aunque sea aproximada….y aunque esta verdad pueda desarrollarse y ampliarse…y por tanto sea cambiante…susceptible de mas conocimiento…ENTONCES…..los postulados de toda ciencia caerían por su base.serían falsos, serían mentira…y no se hubiera podido lograr el “progreso vertiginoso de las ciencias modernas”…….y aunque los hombres y la mujeres de ciencia no hablen expresamente de una verdad “filosófica”,  SI   existe una “verdad” científica tácita…expresada en el consentimiento de lo que se va descubriendo….ya que no es mentira las avances científicos….ya que sus consecuencias se han mostrado en la evidencia del mundo informático que estamos viviendo….de la tecnología fisica en general….y de sus aplicaciones a todo lo que se relaciene con el saber humano…

    La verdad pues es la realidad de las cosas….LA mentira es la deformidad de esta realidad….Mientras mas veraces….mas nos aproximaremos a la única y absoluta VERDAD intríseca….. que solo reside en Dios….Hacia ella vamos…

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández

  • Santiago

    No es posible durante el poco tiempo que vivimos en este mundo abarcar completamente TODA la revelación de Dios….Por eso lo que nosotros  podemos captar es solo una huella, un destello de la divinidad…y  así  dice G. Ubillos s.j.:”y si repasas todas las cosas creadas y refundes en un perfección realísima sus perfecciones y excluyes de esta perfección todo defecto, y multiplicas hasta el infinito su grandeza, habras formado tan solo una idea tosca e imperfecta,AUNQUE VERDADERA, de la realidad divina”…Por eso la imposibilidad del ser humano para abarcar la grandeza, no solo de la Creación, sino de su mismo Autor apunta a una revelación gradual….no solo subjetiva….sino en lo objetivo…no solo de lo externo…sino de lo interno…..Es cierto que hay conversiones   “internas” súbitas como la del doctor de la Ley judía Pablo de Tarso…como el mismo relata…Sin embargo, la vida del espíritu humano ordinariamente tiene un desarrollo gradual..y conduce a la oración contemplative de union…..
    Por otro lado, la revelación ad extra de Dios esta todavía en proceso en cuanto ahora mas que nunca la ciencia nos habla de un Universo “cambiante”…..que todavía se nos está revelando….un Cosmos todavía formándose….y desarrollándose..Sin embargo, Dios en si mismo…que es la única verdad absoluta e infinita….permanence inmutable….pues Dios trasciende  y precede a su misma Creación…

    Un saludo cordial  de Santiago Hernández

  • oscar varela

    Gracias otra vez pepe!

    Y, querirndo o sin-querer, me queda confirmado de parte de un físico lo que se lee en el párrafo que te copiaba (y cuyo aspecto puntual resalto en “negritas“):
     
    – “Se tiene la vaga impresión de que la variación de las teorías físicas, lejos de afec­tar a su continuidad y su firmeza, viene a robustecerla; pero esta es la hora en que este carácter móvil del saber físico no se ha aclarado, ni es probable que su aclaración venga de los físicos.”-

    Abrazo mientras ¡seguimos yendo! – Óscar.