Acaba de morir esta pasada madrugada, en Zahara de los Atunes, lugar mágico, Javier Krahe, un hombre entero, un poeta, un anarquista de la vida, un zumbón de la estulticia intelectual, política y religiosa. Un juglar medieval compositor de su visión de lo que ocurría en su entorno. Un amigo, un caballero, un sufridor, un humorista con dolor. Como homenaje la letra de su canción “La hoguera”.
Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.
La guillotina, por supuesto,
posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae en el cesto,
ojos y lengua de través.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser un as.
Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.
Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
para ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Mementisime, amigo
Y de esta canción, “El Cromosoma”, pongo aquí la letra:
Hace tiempo que me importa un comino,
que el último jalón de mi camino
caiga lejos de Roma.
Hace tiempo que no juego al acertijo,
tan esdrújulo de un padre y un hijo,
y una blanca paloma.
Y lo cierto es que no me desespero,
desde el día en que al célebre madero
lo comió la carcoma.
Pero si me preguntan y lo digo
aparte de algún que otro íntimo amigo
todos creen que es broma.
Y como con eso no se bromea,
esperan que Dios me dé con la tea
de churruscar Sodoma,
o que al menos diga yo, reconfortante,
que me he hecho mahometano o protestante,
hablamos otro idioma.
Pues nada más que eso me faltaba
que tuviera que asirme a la chilaba
del profeta Mahoma,
ni a tripa de Lutero ni aún de Buda.
Prefiero caminar con una duda
que con un mal axioma.
Porque dudo que la final de este asunto,
la cosa no se acabe con un punto
sino con punto y coma,
y no espero un cielo o un infierno.
Lo más confío en que seré algo eterno
gracias al cromosoma.
Tranquilo puedo vivirme mi historia
sabiendo que a las puertas de la gloria,
mi nariz no se asoma.
La muerte no me llena de tristeza,
las flores que saldrán por mi cabeza
algo darán de aroma
Otra canción insuperable de Krahe, “No todo va a ser follar”:
¡Caray, cómo pasa el tiempo! Tenía apenas veinte años cuando escuché por primera vez a Javier krahe en La Mandrágora, con Joaquín Sabina y Alberto Pérez. A mi compañero de habitación le gustaba mucho y, una noche previa a una entrega de dibujos, nos quedamos toda la noche dibujando mientras escuchábamos discos de La Mandrágora. Trabajar, no sé si trabajamos mucho, pero reír, nos reímos un rato…
Casi todas sus canciones eran buenísimas. Os dejo un enlace a una de ellas, “Adivina, adivinanza” (no es muy inteligible para quien no haya sido educado en el franquismo, pero es absolutamente genial…)
Hola!
¡Cuántos JAVIERES KRAHES habrá sin que uno se haya enterado ¿no?!
Tal vez Sancho Panza no lo haya tenido en esas alforjas de refranes, que tanto irritaban a su patrón, pero pienso el que dice: -“SARNA CON GUSTO NO PICA”-
Hay dos tipos de SALES:
UNA, la que viene de fuera y adereza tu gusto complaciéndote (AUTO-COMPLACENCIA)
OTRA, la que se transpira, que también adereza tu gusto felicitándote (AUTO-ESTIMA).
Esta última no está reñida con el dolor, sino que éste –en la medida soportable que llega- es sacramentalizador (un Signo eficaz de la Gratuidad del Esfuerzo felicitario)
El señor J. K. cantó SU CANTO ¿Y entonces, cuál fue su Premio?
EL CANTO
QUE CANTA LA GARGANTA
ES EL MEJOR PREMIO
PARA EL QUE CANTA
(Goethe)
…………….
¡Vamos todavía! – Óscar.
Su legado, lo mantendrá vivo entre sus amigos y seguidores.
Seguro su voz, de alguna manera… surcará los vientos por todo el universo.
mª pilar
In Memoriam: https://www.youtube.com/watch?v=LEGXv4SYbV8
https://www.youtube.com/watch?v=LaTz7LpOnAk
Un tipo incómodo a todas luces, pero con los pies en la tierra. Al menos ya no sufrirá más el dolor de tener que vivir denunciando. Si hay paz después de la muerte deseo que la encuentre y si no la hay, pue eso, que haya entrado en la apacible noche de lo no existente. Gracias por esta recordación