A George, la Redacción de ATRIO, tras algún comentario en que mostraba su información sobre finanzas vaticanas (¿y sobre qué no tiene información acumulada George?), le pidió un informe sobre las mismas. Lo ha hecho en tres entregas escalonadas que van de lo más genérico a lo más concreto. El miércoles pasado contó la historia del Patrimonio de San Pedro. Hoy el análisis de la reforma de Francisco y sus pesados lastres. Y el próximo miércoles concluirá apuntando hacia un personaje clave que maneja entre bastidores. Gracias, George.
Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede desmintió oficialmente las alegaciones basadas en los documentos que desde enero de 2012, venían siendo filtrados en el contexto de los Vatileaks.
Entre ellos figuraba una carta que el arzobispo Carlo Maria Viganò había enviado enviada a Benedicto XVI directamente sin someterla primero al cardenal Bertone, Secretario de Estado.
En dicha carta Viganò pedía al Papa la posposición de su democión a la nunciatura de Washington para protegerse de cualquier impresión de pérdida de confianza. Le trasladaba su superior inmediatamente bajo el propio Papa, cardenal Bertone, en reacción a las varias denuncias formuladas por Viganò sobre corrupción en la Santa Sede, durante la primera parte de 2011.
El 19 de octubre de 2011, pocos meses antes de Vatileaks, el arzobispo Carlo María Viganò, abruptamente removido de su posición como Secretario General de la Gobierno de la Ciudad del Vaticano, asumía su nunciatura en Washington
En el contexto de su reforma de la Curia, el 24 de febrero de 2014, Francisco firmó una “carta apostólica en forma motu proprio” instituyendo la Secretaría para los Asuntos Económicos de la Santa Sede y del Gobierno del Estado de Ciudad del Vaticano, en la que participaría, aunque sin derecho a voto, el nuevo Secretario de Estado, Pietro Parolin que reemplazaba al cardenal Bertone (Cf. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio_20140224_fidelis-dispensator-et-prudens.html.
El 8 de julio de 2014 Francisco transfirió a dicha secretaría la administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. El 22 de febrero de 2015 el Papa puso en vigor los estatutos de dicho “dicasterio”.
La secuencia de los hechos indica que aun en el caso de que no haya habido “opacidad” envolviendo la democión sentida por Viganó a la posiblemente más importante nunciatura vaticana, parece obvio que Francisco trataba de remediar una conflicto de intereses y mejorar la administración financiera vaticana, al relevar al Secretario de Estado de una responsabilidad que tenía desde el siglo XVII.
Si casos como el de Cesare Bugnini en abril de 1972 y de Viganó en octubre de 2011 no ocurrieran (por nombrar dos casos recientes) no fuera obvio que en el gobierno central de la Iglesia quienes sean demasiado celosos contra el ejercicio del poder corren el riesgo de, como Fouché en tiempos de Talleyrand, ser objeto del principio promoveatur ut amoveatur (ser promovido para ser removido, mi traducción). Si tal riesgo puede arruinar a un funcionario alto pero alto al interior de la jerarquía, la expectativa silente de sometimiento involuntario de los laicos admitidos en los círculos de la administración vaticana es todavía más precisa.
La exhortación del propio Francisco a no temer al actual Prefecto de la Congregación de la Fe, es obvio que el miedo sea real en el Vaticano. (Cf. http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/10/09/francisco-a-los-padres-sinodales-no-tengan-miedo-de-que-muller-se-les-eche-encima-religion-iglesia-sinodo-divorciados.shtml).
Tardíamente pero ha hablado sobre el efecto corruptivo del poder en la Iglesia el propio Benedicto xvi, quizás tras de un examen de su propia conciencia (Cf. http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100629_pallio.html). Juan XXIII, Pablo vi, Juan Pablo ii, Benedicto xvi pidieron públicamente perdón al Mundo en nombre ambos, la Jerarquía y el Laicado, por los excesos e injusticias cometidos a través de la Historia.
Siguiendo al Concilio Vaticano II (Cf. Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Decreto sobre el Laicado, y Decreto sobre el Orden del Presbiterado), el “Catecismo Católico” enseña que la jerarquía debe y necesita escuchar de boca de los laicos/as, comprometidos o no, lo que tengan que decir con respecto al vivir de la Iglesia y asigna a éstos laicos el deber de colaborar con la Jerarquía activa y críticamente. (Cf. Catecismo Católico, 1ra. Parte, Sección II, Cap. 3, Art. 9, Párrafo 4, II: 898-913).
Las organizaciones seglares o laicas tienen en virtud de los Cánones 207, 224, 225, 226, 227, 228, 229, 231, 275, 298, 327-329) un lugar “por derecho propio” en la obra de la Iglesia, que han de desempeñar protegiendo siempre la propia conciencia y por deben poder disentir, protestar y, llegado el caso, desobedecer, cuando se sientan obligados a ello y poder comunicarse al respecto sin miedo (Cf. Tomás de Aquino: Suma. Teología I-II, 96, 4;(q.81 a.5 ad. 3; II, 104, 2; Del Gobierno de los Príncipes, I, c. 9; Agustín citado por Tomás de Aquino en I-II Qu.96 a.3).
Cuando los laicos/as con acceso al oído jerárquico son previamente seleccionados por la jerarquía, como históricamente ha ocurrido, aquellos que por carrerismo o por alguna justificable ignorancia (aun cuando sea difícil de justificar) obedezcan con sumisión indiscriminada o incondicional, violan en última instancia las propias enseñanzas del Evangelio esgrimidas como raison d’ être de la misión de la Iglesia.
Esto ha escrito Francisco al introducir el motu proprio instituyendo la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede: “Del mismo modo que el administrador fiel y prudente (Lucas 12, 42) tiene la tarea de cuidar con esmero cuanto le ha sido confiado, así la Iglesia es consciente de la responsabilidad que tiene de salvaguardar y gestionar diligentemente sus propios bienes, a la luz de su misión evangelizadora y con particular solicitud hacia los necesitados. Especialmente, la gestión económica y financiera de la Santa Sede está íntimamente relacionada con su misión específica, no sólo al servicio del ministerio universal del Santo Padre, sino también del bien común, en aras del desarrollo integral de la persona humana” (Énfasis nuestro).
Y esto en los estatutos del Consejo de Asuntos Económicos: “ejercerá sus funciones a la luz del Evangelio y la doctrina social de la iglesia”.
Aquello válido para la alta administración de la Iglesia, ha de ser válido para las instancias bajo ella y por lo tanto para los laicos/laicas que la jerarquía llame a colaboración a cualquier nivel.
La forma del “brazo secular” hoy día
El llamado “brazo secular” de la Iglesia está hoy día mucho mejor definido, dentro y fuera de ella porque ya no se limita al gobierno civil como en la Edad Media. Hoy día está constituido por organizaciones eclesiales autorizadas y con liderazgo autónomo. Esta es la situación de una organización devenida muy poderosa e influyente sobre la Jerarquía de la propia Iglesia y a su servicio en el Mundo La Orden de Caballeros de Colón que además constituye una ONG legalmente registrada en los EE UU.
Esta Orden es una organización que indudablemente ayuda a la Iglesia a mitigar significativamente la miseria del mundo a juzgar por la magnitud de sus recursos monetarios y conectivos, pero mientras lo hace, tiene que necesariamente descubrir las raíces opresivas de la misma y sobre todo su carácter de “pecado social”. Aun valiéndose del cuestionable principio de la ética escolástica conocido como “doble efecto”, también tiene que reconocer que la especulación bursátil y la usura en el contexto del sucio capitalismo de mercado libre sean anti-evangélicas. La Historia obliga a la visión en profundo. El tiempo solo puede causar mayor compasión y misericordia de cara al discernimiento de lo bueno y lo malo, o mayor insensibilidad y dureza de corazón. Por lo tanto esta Orden de Caballeros de Colón tiene el deber de ejercer su derecho a negarse a cualquier maniobra financiera so pretexto de la necesidad de costear acciones pastorales. La magnitud de financieras implicadas y de su membresía la obligan a utilizar sus recursos para mitigar la miseria en cualquiera de sus formas y todo parece indicar que no lo hace.
Hoy día las institución laica más poderosa en lo financiero y lo político constituyente del “brazo secular” de la Jerarquía Eclesiástica, sea la Orden de Caballeros de Colón. (La Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, más simplemente conocida como “Orden de Malta”, es una institución con similares propósitos, pero cuyo liderazgo hace votos religiosos de pobreza, obediencia y opcionalmente de castidad y está indirectamente regida por la Jerarquía Eclesiástica pero un Cardenal (hoy día el ultraconservador Raymond L Burke” quien no fue como Viganò promovido para ser removido, sino propiamente promovido a una fuente financiera de enorme influencia y muy exclusiva) el cual sirve de liaison con la Secretaría de estado y otras estructuras vaticanas, si bien el propio Gran Maestre de Malta se comunica directamente con el Papa.
Este reporte se centra en la Orden de Caballeros de Colón
La Orden fue fundada en 1881 por iniciativa del cura de la parroquia de New Haven, Connecticut (EE UU), Michael J. McGivney, quien era hijo de inmigrantes irlandeses obreros y conocía de primera mano la penuria de las familias irlandesas pobres.
Benedicto XVI le declaró Venerable en 2008. No dudo que pronto se le puedan atribuir milagros aunque si el Papa lo desea, éstos no sean estrictamente necesarios.
En el reciente pasado ascendieron a los altares a velocidad ultrasónica José María Escrivá de Balaguer y Juan Pablo II. En tiempos de Francisco Pedro Fabre olvidado desde 1872 fue canonizado (por medio de la canonización equivalente) por Francisco, un jesuita, en el primer año de su pontificado. No es difícil comprender que, bajo la debida influencia, dichos procesos generalmente lentos puedan ser acelerados.
Juan Pablo ii y los Caballeros de Colón desde el primer día de su pontificado hasta hoy día, después de su muerte
Los siguientes datos dan una idea del dinero que la Orden de Caballeros de Colón donó a Juan Pablo II (esta información puede ser verificada en español en: http://www.kofc.org/un/es/about/history/johnpaulii/decades.html.
Dada la vulnerabilidad del enfermo pontífice, no es imposible hipotetizar que, sobre todo después del año 2000, sus colaboradores le predispusieran a favorecer a los Caballeros de Colón y a reconocer públicamente su gratitud (Cf., por ejemplo, las cartas anuales de agradecimiento y en particular esta de 2002 por el 120º Consejo Supremo de los Caballeros de Colón (Cf. este enlace: http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/letters/2002/documents/hf_jp-ii_let_20020806_knights-columbus.html)
En 1978, La Orden financió la transmisión televisiva de la ceremonia inicial del pontificado de Juan Pablo II.
De 1979 a 1988 la Orden financió la publicación y divulgación de estos documentos del Papa: “El Papa habla a la Iglesia de Estados Unidos” y en colaboración con el Centro para el Estudio de la Fe y la Cultura (Cambridge, Massachusetts), la colección completa de las alocuciones del Papa a los católicos de Estados Unidos.
En 1979 la Orden financió la filmación de la primera visita de Juan Pablo II a la Ciudad de México y al santuario de Nuestra Señora de Guadalupe; y poco después la de su viaje a los EE UU.
En 1981, la Orden cofinanció la construcción de las grutas de la Basílica de San Pedro, la construcción de la capilla dedicada a San Benito y a los santos Cirilo y Metodio; la ampliación del 50% de la anterior capilla de Nuestra Señora de Czestochowa, para Juan Pablo II; la creación del Fondo Vicarius Christi, el cual hasta 2007 produjo 35 millones donados personalmente al Papa; la Orden financió, en apoyo de la postura del Papa contra el ateísmo y el comunismo, un coloquio celebrado en el Vaticano sobre “La raíces cristianas comunes de las naciones europeas”, y la impresión y distribución, por toda Europa del Este aún comunista, de 1500 ejemplares (de dos volúmenes) de las actas del Coloquio.
En 1982 la Orden cofinanció la visita del Papa a Canadá.
En 1985, los Caballeros donaron un estudio de televisión móvil para el Centro Televisivo Vaticano; a petición de Juan Pablo II, donaron una planta transmisora a “Radio Veritas” (Filipinas) aún hoy posiblemente sea regionalmente la radioemisora de onda corta más potente en Asia; renovaron la fachada de la basílica de San Pedro (primera en 350 años), gesto al que Juan Pablo II correspondió donándoles la cruz de bronce de 400 años de instalada en la estatua de Jesucristo, del techo vestibular de la basílica de San Pedro en 1614, ahora conservada en el museo de la Orden (New Haven, Connecticut).
En 1986 la Orden financió la transmisión satelital de la Jornada Mundial de la Paz, celebrada en Asís.
En 1987 la Orden de Caballeros de Colón cofinanció el viaje de Juan Pablo ii a los EE UU.
En 1989, la Orden editó y distribuyó una guía de estudio de la encíclica Christifideles Laici.
En 1991 y 1993 respectivamente, los Caballeros donaron equipos móviles de producción al Centro Televisivo Vaticano.
De 1992 a 2002, la Orden financió la digitalización las oficinas de la Congregación para las Causas de los Santos (1992); el sistema de catálogos de la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma; y la producción de un recorrido virtual de la capilla privada del Papa, Redemptoris Mater, cuya renovación también cofinanció la Orden, dando relieve a los mosaicos diseñados por el sacerdote eslovaco Marko Ivan Rupnik, restaurador de la capilla de la Sagrada Familia en la sede romana de la Oficina Suprema (2002).
En 1993 los Caballeros de Colón financiaron la restauración del techo de la capilla del Santísimo Sacramento en la basílica de San Pedro.
En 1995 la Orden financió la transmisión satelital de la Jornada Mundial de la Juventud en Manila.
DE 1995 a 1999, compraron y terminaron totalmente la sede de la Misión del Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU (Nueva York).
En 1999, la Orden financió la transmisión televisiva mundial de la Apertura de la Puerta del Jubileo del Segundo Milenio que conjuntamente con el atrio del siglo XVII la misma Puerta habían restaurado preparando el Jubileo del Milenio celebrado por Juan Pablo II.
En 2000 la Jornada Mundial de la Juventud, en Roma y la visita del Santo Padre a Nazaret.
En 2002 la difusión televisiva de la Cumbre de la Paz, en Asís y la restauración de varias obras de arte en las grutas de la basílica de San Pedro.
Además, la Orden brindó asistencia económica al Santo Padre para ayudar a balancear el presupuesto operativo del Centro Internacional Juvenil San Lorenzo, en Roma, un lugar de oración para peregrinos jóvenes.
La imaginación profética pero “parroquial” del fundador
En la imaginación de Michael J, McGivney los Caballeros de Colón estaban destinados a ser una asociación fraternal masculina (algunos opinan que una especie de contraparte de la masonería), dedicada al servicio socio-pastoral de las familias pobres dentro o en las proximidades de la parroquia. Pero la historia ha demostrado que el brazo secular conserva una vida propia y que eso ha causado que las ambicionas del cura iniciador quedaran cortas.
133 años después de fundada, la Orden de Caballeros de Colón constituye la organización católica masculina seglar o laica más grande del mundo: Hoy cuenta con más de 1.8 millones de miembros que hacen que aquella pequeña asociación fraternal soñada por McGivney constituya una formidable maquinaria política y financiera, no solo en su trabajo Filantrópico, que lo efectúa, sino por su conectividad social que pudiera hacer enrojecer de envidia a Mark E Zuckerberg, el mayor accionista de la Red Social “Facebook”.
No ser un “Estado” autónomo no le impide a la Orden ejercer enorme influencia política y filantrópica dentro y fuera de la Iglesia, como ONG autónoma, directamente a los Obispos diocesanos individualmente, a las Conferencias de Obispos de cada país y, sobre todo a la Santa Sede, en sumas de miles de millones.
Lutero protestó a menudo furiosamente el intercambio o venta de indulgencias por donaciones aunque se benefició materialmente del apoyo de los Príncipes Electores de su tiempo. Independientemente de otros casos, en el ámbito Católico se sobran los ejemplos de estas incongruencias o contradicciones a lo largo de los siglos. Por esto es posible hipotetizar, sin temor a errar groseramente, que como cualquier otra institución mundana, la Santa Sede, sostenga un orden en gran parte “quid pro quo” para corresponder a las donaciones que recibe, algo que Benedicto xvi no pudo subsanar y Francisco parece luchar denodadamente por erradicar.
Aunque no esté bajo control directo o explícito de la Santa Sede ni canónicamente sea una orden religiosa, la Orden de Caballeros de Colón brinda apoyo incondicional a la jerarquía eclesiástica, de Roma y de las iglesias particulares; no solo financieramente sino por medios de relaciones personales y de cabildeo (Cf. DRAE: cabildear. (De cabildo). 1. intr. Gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación) ante los centros mundanos de poder, internacionales o domésticos.
Por ejemplo los seguros de vida vendidos por las aseguradoras de la Orden han aumentado del 2000 al 2010 de $40, 400 millones de dólares a unos $79 mil millones, es decir, un incremento de 95% en una década, y casi 7% anual. Las ventas de anualidades (jubilaciones) también en ese período aumentaron: de $4 mil millones de dólares en 2000 a $7,770 millones de dólares en 2010, lo cual significa un crecimiento anual de 6.8%. No es necesario especificar cuan sucios y secretísimos son los manejos de la industria bancaria comercial en los EE UU e internacionalmente.
A pesar de las caídas del mercado de valores, la Orden ha conservado su solidez financiera. La suya es una de las cinco aseguradoras de EE.UU. que han recibido la suprema calificación tanto de A.M. Best (A++, Superior) como de Standard and Poor’s (AAA, Sumamente sólida).
Sus activos han aumentado de $8,500 millones de dólares en el año 2000 a más de $16,900 millones actualmente. De 2000 a 2010, la cartera de seguros que vende mejoró sustancialmente, y su cartera de inversiones aumentó un 5.5%, cifra muy competitiva. Las cifras, los mediaciones corporativas que utiliza, y su destinación hablan tanto a favor de la Orden cuanto contra ella.
¿Cómo se resuelve éticamente el conflicto de recurrir a prácticas de mercadeo y de especulación financiera neoliberales que los últimos Papas han condenado? Quizás la respuesta la ofrezca la difícil pero extraordinaria parábola del administrador astuto en Lucas 6, 1-13.
Podemos; y aún tal vez debamos, elucubrar y reflexionar mucho sobre la eclesialidad como presencia estructurada de Jesús y su Espíritu para realización en la tierra del proyecto humano o Reino del Padre, pero en el contexto de la novedad mesiánica, sin otro horizonte de prevalencia religiosa sobre el AMOR, el Ev. de Juan, sintesis de testimonio y experiencia apostólica, se nos advierte muy clara y limpiamente de parte de Jesús:- “En esto conocerán que sois discípulos mios, en que os amais unos a otros”. XIII,35.
Si, como afirma en algún lugar Pedro, el modo mas certero de entender y comprender todo el Mensaje, no siempre claro, es desde lo mas claro a lo mas confuso y no al revés, saquemos conclusiones tanto teológicas, como prácticas y testimoniales de cuanto debe ser y significar la IGLESIA para la Humanidad como BUENA NOTICIA DE JESÚS= EVANGELIO
NO hay duda, Román que “Jesus el único que salva y santifica”. Pero ese mismo Jesus quiso a los 11 y les dijo: “como el Padre me ha enviado, así yo os envío” (Io. 20,21) Enviaba nada menos al mundo a los que el quiso que predicaran su evangelio, una cuadrilla muy imperfecta donde se contaban todos los defectos, las pasiones y las miserias humana….Pero Jesus comprometía a los 11 “para el ministerio”…los llamaba principalmente para propagar su mensaje…a ser colaboradores en su obra de salvación…pues el se iba al Padre…..y nosotros quedábamos por aquí…y teníamos que completar la obra de Jesus “hasta el final de los tiempos”. Jesus no quiso predicar en “solitario”…..Su contemplación fue activamente social….Quiso quedarse entre nosotros…
Pero ni las alianzas pecadoras, ni los graves defectos de los miembros de la Iglesia, anulan la mission y el caarisma de Jesus que se encuentran en Ella….Los clérigos puede aliarse, sin embargo la Iglesia no es exclusivamente para los miembros del clero, sino que fue principalmente ordenada a la salvación de TODOS los hombres…no precisamente que fuera para la santidad de un grupo de hombres….Pero aun los miembros del clero y de los fieles dentro de la Iglesia pueden escoger el mal abusando de su libertad como pasó en el Colegio Apóstolico con Judas Iscariote….y con otros tantos abusos antiguos y modernos….Sin embargo, la Iglesia no ha dejado de predicar el bien….Ahí están los mandamientos del Señor, ahí está el pensamiento de Cristo, hay está el amor plasmado en el Evangelio…
Pero “la Iglesia es en Cristo como un sacramento” (Conc. Vat. II, LG, Cap 1,1) ES santa, a pesar de los defectos de sus miembros, porque existen elementos en Ella por la cual podemos santificarnos en Jesus…..La Iglesia es sacramento porque mantiene vivos, a traves del ministerio perpetuo, los signos de la gracia, los sacramentos, que nos llegan directamente de la fuente principal que es Jesus….y es a traves de ellos, ya sea por el voto o por la recepción, de manera consciente o inconscientemente como Jesus está presente
en el mundo….Junto a los “demonios” siempre han existido “ángeles”, y junto a los pecadores, han existido multitud de santos, que han escogido el camino de Cristo….Por eso el carisma de la Iglesia no reside en la corrupción del ser humano, en los pactos politicos, en los graves pecados, en la soberbia, en la arrogancia de sus miembros….sino en los frutos del Espíritu Santo, que ella recibió en Pentecostés y que como dice el Concilio Vat. II es esta Iglesia la que se realiza y permanece en la Iglesia Católica en el mundo actual en que vivimos….
Lo importante no es lo que hagan ” los otros”,sino lo que hacemos nosotros….Jesus era muy cuidadoso y al leproso despues de curarlo lo envía “presentarse al sacerdote y llevar la ofrenda prescrita por Moisés” Y Lucas nos dice tambien de la orden de Jesus ,despues de la curacion de 10 leprosos: “Id a presentaros a los sacerdotes” (Lc. 17,13) Y por ultimo dice Jesus en el Evangelio: “EN la cátedra de Moisés se han sentado escribas y fariseos: HACED, pues, y OBSERVAD TODO lo que os digan, PERO NO OBRÉIS como ellos” (Mt. 23,2)
Por tanto, no sigamos al mal ejemplo….y sigamos por el camino recto….Eso es suficiente por ahora….Román siempre admiro tu sentido espiritual…..y tu interés por todos estos tópicos ….Nuestras diferencias son mas bien de enfoque….y no de base….Y por supuesto, cuando escribo estas cosas son simplemente opiniones…Cada cual es libre de vivir y practicar lo que cree sin ninguna coacción, voluntariamente y confortablemente
Un abrazo de Santiago Hernández
Aparte de que sea postulado científico que: el fin no justifica los medios, porque. si estos no son etícamente buenos, no pueden recibir bondad añadida desde su finalidad, la Iglesia, Comunidad de hermandad, en coherencia con el testimonio y mensaje de Jesús, no puede, sin escándalo y tración, ser una estructura de posesión de bienes, mientras Jesús, identificado con sus herman*s mas pequeñ*s, esté en situación de necesitarlos como medios exclusivos de posible supervivencia.
Vale que busquemos y que aduzcamos razonamientos y propuestas sobre la economía de la estructura eclesial, pero en caso de que hagan falta para que se puede antender y practicar mejor y con mayor eficacia aquello que nos ha dejado tan claro Jesús: “-Conmigo hacéis, o no, lo que con un* cualquiera de mis mas pequeñ*s herman*s.”
Atención, pues, hermano Francisco con los remiendos en cuestiones de extremas necesidades de herman*s y modos de estructurar organismos económicos bloqueando o desviando bienes de necesaria e indispensable disponibilidad para supervivencias o vidas humanas dignas.
Dejar morir a Jesús, en l*s que por necesidad de supervivencia mueren a destiempo, teniendo posibilidad de evitarlo, equivale a matarl*s.
Y dedicar los bienes a otras finalidades, incluso de culto, cuando son indispensables para modos de vida verdaderamente personal, es un grave abuso de poder equivalente a robar lo que a otr*s herman*s pertenece por derecho de filiación divina, si eso del PADRE NUESTRO se acepta como verdad de Fe.
Perdón de Nuevo por mi torpeza dactilográfica. En la segunda línea de mi ultimo comentario quise escribir “que incluya el perdón y la misericordia” en lugar de “que incluya el person”. Gracias por la generosidad del lector.
Amigo Román: Un saludo cordial. No te parece que la mission si la dió Jesús la Iglesia puede fallarla o traicionarla pero que en una percepción que incluya el person siempre la pueda recuperar si se arrepiente y trata de hacerlo? Huelga que te diga que no me anima el deseo de controverter tu punto. Concedo que quizás haya puntos de no retorno. La obligación de comunicar el Evangelio, a juzgar por las atribuciones que hacen a Jesús las múltipes narraciones evangélicas tendrán más peso que todas las conclusions teológicas y en última instancia por la naturaleza dialéctica que a mi modo de ver las cosas, erradamente o no pero sincera, quizás solo puede errar o perderla en el esfuerzo ecclesial de encontrar el camino y en el buscar desviarse y rectificar. La metáfora fuera el propio Ëxodo.
¿Santa o pecadora?… La misión de la Iglesia
La gente de mi generación todavía muy pequeños con el Padre Nuestro y las Avemarías nos vimos obligados a aprender de memoria el Credo de los Apóstoles. En los años de escuela, y más cuando nos preparaban para la primera comunión fuimos introducidos en el llamado “Credo Largo, el Credo de Nicea, y que repetíamos en misa cuanto ésta cambió el latin por las lengunas vernáculas.
“Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica”.
Con tales “notas” se nos introducía en el conocimiento de que existen unas señales visibles que evidencian otra realidad espiritual: unidad, santidad, catolicidado universalidad y apostolicidad.
Tal unidad externa configurada en su estructura visible dominaba la teología tradicional y el pensamiento católico, identificando la institución con su parte externa o visible hasta que llegó el Concilio Vaticano II (1963-1965) cuando a pesar de que sostenía dicha configuración visible en cuanto a dogmas, sacramentos y figura papal (Constitución Dogmática sobre la Iglesia, pº 14) admite, no obstante, que la unicidad de la Iglesia sea en su naturalea espiritual y que abarca otras manifestaciones de fe, es decir, de la vida de Cristo, en las otras confesiones cristianas y aboga por el ecumenismo para que se de la “unidad”.
“El Espíritu Santo, que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable unión de los fieles y tan estrechamente une a todos en Cristo, que es el principio de la unidad de la Iglesia”. (Decreto sobre el Ecumenismo, 1965, sacado del proemio)
En cuanto a la santidad tenemos que quedarnos aún en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, capítulo I, párrafos del 1 al 8, “el misterio de la Iglesia”. Cristo, como único Mediador, mantiene a su Iglesia santa, una comunidad de fe, esperanza y amor, comunica la gracia y la verdad de todos (todas) y este mismo documento reconoce aquí que esos elementos de santidad y verdad coexisten fuera de la “estructura visible” de la glesia de Roma.
La santidad de la Iglesia radica en su origen por cuanto Jesús realizó la obra de redención en pobreza y persecución y está obligada a recorrer este mismo camino a fin de comunicar los frutos de dicha redención a los seres humanos. Jesús, nacido hombre, se desnudó de la forma ivina abrazando todas las pobrezas humanas, enviado para evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos (Lucas 4,18)
Santa es la simiente, en Jesús, “santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado sobre los cielos (Hebreos 7,26)
Jesús es quien salva y santifica.
Una Iglesia que no refleja el carácter de Dios en santidad y que defiende alianzas con el pecado o los poderes de este mundo, nada buscando el maridaje con los gloria terrena y se coloca fuera de la verdad de Dios.
Pierde su misión.
Gracias Oscar por tu generosidad y Amistad y gracias Pili por tu confianza y decirte que soy defensor de que cada uno haga lo que pueda pero que “a estas Alturas del juego” poco hay que esperar de las instituciones aunque habrá excepciones siempre.
Román: La mission de la Iglesia es comunicar la Buena nosticia de Jesús. Dices bien, se pierde vista en la opulencia de la que la Iglesia, jerarquía y laicado, a menudo nos revestimos. Siempre he sostenido (me costó una nota peyorativa en una tesina, que la Iglesia necesite una “Nota adicional” porque podrá desear ser o ser, a menudo lo pierdo de vista si lo es, una, santa, católica, apostólica, pero sobre todo tuviera que ser comunicante, que eso le encomendó Jesús si las atribuciones evangélicas son auténticas. Y la comunicación es personal, de uno/a a otro/a y no puede ser de un líder a una masa y menos de una masa a un líder.
Sabiendo que cualquier cosa humana tiende a reflejar lo humano-gregario en la forma de corporaciones o grupos con personalidad jurídica, la institución viene a ser como un problema pero inevitable, que a la larga puede apropiarse o enmascarar o desfigurar la verdadera mission que parece que sea un poco (no completamente) en la línea de Martin Búber, entre la primera y la segunda persona de la conjugación verbal. Gracias por leer mi mamotreto.
¡¡¡Gracias George!!!
Nada que añadir… Si desear no perder nunca la esperanza… en el ser humano capaz de escuchar, cambiar, re-modelar sus pasos, caer y levantarse y sobre todo:
¡Caer en la cuenta…! Convertirse en buena persona a pesar de todos los inconvenientes que nos salgan al encuentro.
Un abrazo entrañable-
pili-mª pilar
Hola!
Leo de la Redacción:
– “¡Gracias, George.!”
Me da 3 pareceres felices:
Uno: La merecida flicidad de George
Dos: La que siento mí por tener a mano un tipo como él
Tres: La de los atrieros (escritores y los solo lectores)
¡Vamos todavía! – Oscar.
¿Alguien alcanza a descubrir cuál es la misión de la Iglesia en medio de esta atinada y documentada información?
En estos días, cuando al Cardenal Rouco Varela se le hace un “scrache” en Madrid por la suntuosa vivienda que se ha hecho reformar, para prestigio de la Institución que considera todavía representar, y las crónicas de Chile, yo reflexiono seriamente sobre la condición pecadora de esta Iglesia, donde no se dan abiertamente signos de su santidad.
Y cómo se pretende disfrazar de “santidad” lo que es acción de personas (Beneficencia) para esconder nuestras miserias morales.