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Desigualdad: enemigo a batir

IñakiPodemos se acaba de poner a prueba en un acto multitudinario, en la capital del reino. No sé si han sido muchos o pocos, pero si los suficientes para meter un poco de ruido y seguir obligándonos a reflexionar. A la vista de la magnitud del fenómeno, las preguntas surgen con cierta facilidad: ¿Se puede seguir apoyando un sistema que, con crecimiento o sin él, parece hacer felices a las minorías privilegiadas y maltrata al resto de la buena gente?

¿Y si dejáramos de obsesionarnos por la lógica del crecimiento, como mana que todo lo arregla? ¿Cómo no va a haber otras vías para reducir el desempleo y acabar con el escándalo de las desigualdades sociales? ¿Por qué se les hace tan poco caso a los defensores de la Bioeconomía, la teoría del decrecimiento, etc.? ¿ Tan difícil es tratar de revalorizar las actividades socioeconómicas más humanistas, dando la máxima importancia el capital social y biológico, sin menospreciar al capital financiero? ¿No parece lógico explorar esta vía, cuando cada vez es más evidente que el enemigo a batir es la desigualdad? ¿ Hasta cuándo, el dinero y el poder, podrán dar la espalda a movimientos sociales cada vez más numerosos y potentes? ¿No habrá que empezar a priorizar el IPS (Índice de Progreso Social), frente al PIB(Producto Interior Bruto)?

Las preguntas, estas y otras muchas más, ahí están. ¿Y las respuestas? Hagámosles caso a quienes aspiran a un mundo más justo e igualitario en el que la solidaridad, y no la riqueza, sea el auténtico signo de distinción social. Esta gente no solo teoriza, sino que propone medidas concretas. ¿Utópicas? Probablemente son discutibles pero no merecen un silencio despectivo, ni de los medios, ni de los poderes fácticos. Veamos algunas de ellas: Compartir trabajo, aumentar el tiempo de ocio y frenar los despidos. ¿Cómo? Destinando las mejoras en la productividad a la reducción de horarios, en lugar de aumentar la producción; fomentar la relocalización de determinadas actividades como la agricultura campesina, pequeñas industrias de reciclaje y reutilización de productos, etc.; reordenar la educación, la sanidad y la jubilación; reducir el despilfarro energético, buscando nuevos equilibrios entre producción, distribución, consumo; impulsar la reforestación; mejorar la eficiencia del sector público….. Suma y sigue.

¿Y dónde está el dinero para hacer todas estas cosas? Pues habrá que buscarlo. No puede ser que, siendo tan abundante esté tan mal repartido. Duela a quien duela, se impone una redistribución de la riqueza, haciendo intervenir la herramienta de la fiscalidad. Hablar de esto son palabras mayores, así que voy a ir terminando. Un mundo globalizado exige diferenciar la reforma fiscal a nivel nacional, de las medidas fiscales que se han de tomar a escala mundial. Un par de apuntes. A nivel nacional, no poner tanto énfasis en los impuestos indirectos y fijar más la atención en los directos. ¿Hasta cuándo vamos a estar acariciando tan suavemente a las grandes fortunas? A nivel internacional, evitar que las trasnacionales y el capital financiero sobrevuelen a los Estados-nación, sin ningún contrapeso político. Con la que está cayendo, es una tomadura de pelo que se vayan de rositas. Si van por esta línea, no les va a faltar trabajo a los chicos de Podemos.

12 comentarios

  • Iñaki S:S,

    Nuestro amigo A. Gil de Zúñiga nos recuerda la frase de Platón: El deseo es hijo de la indigencia y la penuria. Y yo la aprovecho para arrimar el ascua a mi sardina: El deseo de felicidad es hijo de una insatisfacción personal, a la que podemos calificar como una situación de indigencia y penuria, en relación con la añorada plenitud.
    Creo haber subido los suficientes peldaños en el tener, como para darme cuenta que por ese camino no se llega demasiado lejos. Probablemente los que están por detrás darían cualquier cosa por llegar hasta donde estoy. Sin embargo, yo estoy seguro de no encontrar lo que busco, por mucho que siga subiendo. Es más, si no hubiera más que el tener, como camino a la felicidad, me quedaría en un…solo sé que no tengo nada.

    En este punto se me cuela el salmo que nos recuerda A.G. de Z.: Oigo en mi corazón:Buscad mi rostro.

    Parece una invitación a buscar nuestras penas y alegrías dentro de nuestro propio ser. Muy interesante porque, oir los latidos de su propio corazón, está al alcance de todas las personas con independencia del género, raza o condición de opulencia o pobreza. Igualdad plena.  La diferencia debe de estar en la interpretación del sonido que percibimos cada uno. Para unos puede ser una melodía de amor generoso que les conduce al camino inicialmente tortuoso de dar y darse, pero que pone la felicidad en sus propias manos. Nadie se la puede arrebatar.  Para otros un trueno de amor egoista que les encierra en si mismos y les arrastra a acaparar dinero y poder, sin darse cuenta que por esa vía dejan la felicidad en manos de otros. Siempre no se gana, ni se consigue lo que se quiere.
    ¿Que oye un pobre en su corazón?. ¿Qué oye un rico en su corazón?.  ¿Quien está más cerca de la deseada felicidad plena?.

  • Antonio Vicedo

     
    Amigo Iñaki, y cuantos, al plantearse nuestra relación con quienes están soportando la máxima presión inhumana de este desequilibrado desorden humano,les suceda otro tanto.

    Compartí, hace  ya mucho tiempo, esta angustia y acorralamiento al que te rrefieres ante lo que nos plantea la realidad relacional humana y me vi al borde de que mi mente y afectividad hicieran crac en cualquier momento presionado por unas circunstancias locales tercermundistas de las que recíbia inexcusable petición de soluciones.

    La luz y orientación liberadora de aquella situación me vino de la contemplación del testimonio y mensaje de Jesús hasta el momento de su condena y muerte en cruz, viendo claro que el compartir realmente la situación extrema, considerada de miseria y muete, no caía bajo mi libre opción, sino como aceptación, en caso de que así fuera, por haber optado prácticamente ,y según mis reales posibilidades personales y de bienes, de las consecuencias que, por ello, me fueran impuestas por las resistencias y reacciones que me vinieran desde los poderes que se consideraban denunciados y atacados como causas de aquellas extremas necesidades, incluidas las no remediadas de supervivencia, a no ser por el uso de violencia.

    Entendí claramente el valor relativo de la beneficencia y el absoluto, de:- la Búsqueda del Reino de Dios Padre (Hermandad global humana) y su Justicia con plena libertad y sin permitir acoso alguno del miedo.

    Y en ese proceder llegue a experimentar claramente, en dos ocasiones por lo menos, aquello del hijo de Abrahám dispuesto al máximo sacrificio frustrado, sin miedo alguno inexplicable para mi, que se tornó, seguramente en solo prueba máxima de disponibilidad, porque aún estoy por aquí vivo y coleando.

    Después de aquello he entendido mejor lo de atender  lo que Jesús nos dice de llenar las tinajas vacías de agua, porque hace falta que haya vino del mejor para la fiesta, y lo de los odres nuevos y lo de que el paño nuevo no lo empleemos en remiendos.

    Bueno, si esto os sirve, consideradlo como una corazonada de amistad ,sin mas. en este clima de confianza en el que este ambiente de Atrio nos une,
    Un abrazo.

  • Iñaki S:S,

    Muy agradecido por tu amable respuesta, amigo A.Vicedo. Creo entender toda la línea argumental y estóy totalmente de acuerdo. Mi problema es que, sin tocar el escurridizo tema de felicidad, aquí en la Tierra, no salgo del atolladero.
    Es evidente que, hoy en día, todavía predomina la utilización de las capacidades en beneficio propio. En este sentido, me maravilla cómo resiste la Humanidad, con sus siete mil quinientos millones de personas, una injusticia distributiva que condena a la miseria a varios miles de millones de ellas, en especal mujeres y menores de edad.
    Yo creo en la evolución hacia un mundo en el que acaben respetándose los derechos humanos, en línea con:
    -La propuesta anarquista: Aportar a la sociedad según capacidades y distribuir según necesidades.
    -La ley del amor del Dios de Jesús de Nazaret resumida en:  Amar al prójimo como a ti mismo o dicho de otro modo, no quieras para nadie, lo que no quieras para tí.
    Lamentablemente, no tengo ni idea de cuando será eso.  Ante esta realidad me surgen preguntas: ¿Qué pasa con los condenados a una miseria que les obliga vivir muriendo, hasta que les toca descansar en paz?. ¿No hay, aquí en la Tierra, mas respuesta que intentar hacerles creer en una hipotética resurrección, a una vida mejor?.
    Para salir de la encrucijada me veo obligado a  recurrir un concepto mágico: la felicidad. Debe de haber infinidad de pobres capades de conservar su dignidad como personas y de captar, al mismo tiempo, algún tipo de felicidad terrenal que se nos niega a los menos pobres.
    Parece que me moriré sin haber tenido el valor de ser lo suficientemente pobre como para intentar vivir esta intuición.

  • Antonio Vicedo

    Iñaki, te contesto amablemente:
    ¿De que modo y con que medios, quienes están dotados de capacidades diferentes y han llegado a poderlas hacer rentables, lo han conseguido?

    ¿Ha dependido exclusiva o principalmente de su propio interés y esfuerzo?

    ¿O para ellos ha estado disponible un cúmulo inmenso de medios provenientes de muchos que apenas si han conseguido sobrevivir, o incluso han perdido su vida, de incalculable valor y dignidad, con su trabajo apenas, o muy injustamente remunerado?
    Cuando est*s mism*s, con sus actividades, consiguen la propia rentabilidad ¿está, de ordinario, depende igualmente en exclusiva de su aportación, o esa aportación de actividades es también necesariamente colectiva y procedente de sujetos con igual valor y dignidad personales al de ellos?
     
    Las legislaciones democráticas NO tienen en cuenta esta fundamental realidad y establecen derechos y deberes laborales y remunerativos sin base verdadera y justa, despues de objetivizar a las personas y sus acciones como FUERZAS PRODUCTIVAS, cualificadas por su rentabilidad y no por el inalienable valor de su personalidad.

    De este modo se llega a estas o parecidas situaciones de desequilibrio e injusticia:
    -Quienes producen alimentos, algun*s malviven y muchos, ni les llega para poder comer porque tienen que malvender sus cosechas, sus crías de animales, o sus pescas.
    -Quienes colaboran con sus rudos y arriesgados trabajos en la producción de materiales o medios productores de la indispensable energía, arriesgan sus vidas en minas, construcciones,conducciones etc.. para después apenas poder disponer holgadamente de la misma y poder sobrevivir o disfrutar de una vida personal digna, si es que no la han perdido antes por enfermedades profesionales o por accidentes no justamente remunerados a sus familias.
    Las legislaciones del Sistema de Mercados y Competencias, NO tienen en cuanta el valor de TODAS LAS PERSONAS, ni el de sus actividades.

    Y así podemos ir reflexionando y sacando conclusiones en todos y cada uno de los aspectos vitales de la sociedad.
    ¿Y por qué esto se origina y se mantiene así?

    Ya lo he insinuado antes: Hay una falsedad básica cultural al OBJETIVIZAR a las PERSONAS y SUS ACTIVIDADES como factores de producción y consumo; una falsa justificación de su derecho sobre la propia renta equiparándola a un mecanismo al que se le cuida en función exclusiva de su función rentable desde una inversión lo menos costosa posible en el mercado laboral, hasta una sustitución igualmente baja o nula cuando se sustituye.

    Y mientras la plusvalía de la rentabilidad personal (No hace falta el recurso al concepto marxista), o no tiene ningún reconocimiento, o las leyes consienten por falsa JUSTICIA DISTRIBUTIVA que a un*s se les permita, o no, sobrevivir sin holgura (precios elevados en consumo; impuestos directos e indirectos, créditos, etc.) mientras otros acumulas tener y con ello poder para mantener su aventajado sistema  de mercado capitalista inhumano.

    ¿Me habré podido explicar para dejarme entender?

    Creo que por eso Jesús, de parte del Dios que era HUMANIZADO, solo nos recordó una LEY,  que además no tiene carácter coercitivo, sino libre para ser cumplida, la del AMOR.

    Y a ello se acerca el principio humano de: -No quieras para nadie, lo que no quieras para ti, o ama a tu prójimo como a ti mism*.
    En el anarquismo, se concretó teóricamente así: Cada ciudadano aporte a la comunidad social según sus capacidades y reciba de ella según sus necesidades.

    -Lástima que no se pudiera haber puesto en práctica mediante un adecuado proceso cultural excluyente de toda violencia y asegurando todo el sistema productivo, de consumo, cultural, sanitario,etc. como patrimonio comunitario,(Como suele pasar a plano familiar cuando los hijos son pequeños en familias de nivel solo norma): porque con ello se hubiera conseguido el que la HUMANIDAD pueda ser HUMANA.
    Y también….. CRISTIANA.

  • Iñaki S:S,

    Amigo A. Vicedo, a veces me resultan tan elevadas tus reflexiones que no consigo seguirte. Tu me dirás si he entendido algo. Empiezo convirtiendo en afirmaciones algunas de tus preguntas:
    – Nuestras legislaciones valoran y determinan distintamente las diferentes rentabilidades de quienes, como personas, somos iguales
    – El éxito de cualquier rentabilidad entraña una amplia, ineludible y común colaboración, de muchos sujetos personales calificados valorativamente diferentes.
    -El Poder Legislativo Democrático no reconoce a cualquier actividad personal el mismo valor y dignidad. No tendría que ser así, teniendo en cuenta que son algo propio e inalienable de la PERSONALIDAD.
    Vamos a ver como me lo traduzco.
    Como personas todos tenemos el mismo valor y dignidad, aunque algunos hayamos recibido un talento, otros dos y otros cinco. Si en este reparto inicial no hay desigualdad, querria decir que las diferencia material de partida, no puede impedir una rentabilidad individual final igualitaria.
    Para aceptar algo así, la raentabilidad debe de tener dos caras. Una sería el bienestar puramente material. La otra sería la escurridiza felicidad.
    Es evidente que, en nuestro día a día terrenal, la rentabilidad material que obtienenn los ricos, no sé hasta que punto por meritos propios o explotando a muchos pobres, es mucho mayor que la obtenida por estos últimos.
    Sin embargo, en la práctica diaria, nadie puede asegurar que, en general,tales ricos sean más felices que los pobres.
    ¿Podemos deducir de esto que la rentabilidad final recibida por cada persona, misteriosamente puede llegar a igualarse en la suma: Bienestar material más felicidad?.
     
     
     

  • George R Porta

    Amigo Román: Gracias por tu comentario que aclara puntos importantes. Un abrazo cordial.

  • Román Díaz Ayala.

    George,
    existen en España además otras circunstancias que hacen difícil una comprensión más apurada de los fríos datos de las estadísticas.
    lo primero que una persona extranjera muy atento observa de la población española en la medida en que preste mucha atención es el alto grado de cohesión social que no está tan determinado por el nivel económico como en otras sociedades o países. Esto lo puedes ver en cualquier región o pais, no importando que sea gente gallega, vasca, catalana o andaluza o canaria. Lo perciben como que son gente acogedora, pero hay algo más, es un sentido de pertenencia muy arraigado, atávico. que trasciende sobre otros sentimientos como los nacionalismos, y por supuesto, los localismos.
    Esto se puede demostrar de tres manera, siendo lo más importante el profundo arraigo familiar y la cooperación entre generaciones, que las nuevas formas de parejas y uniones y el divorcio tan reciente, no han podido desdibujar. La solidaridad generacional y familiar han sido el gran baluarte de defensa frente a la crisis. En otras sociedades, los joóvenes se “independizan” con apenas dieciocho años, tengan o no autonomía económica. Aquí pueden convivir tresgeneraciones en el mismo círculo de cooperación, sostenimiento y ayuda.
    los lazos vecinales se mantienen, incluso tras el desarraigo de una sociedad rural que se ha hecho casi toda urbanita en cincuenta años, los movimientos sociales como el 15-M son sólo un exponente de lo que se cuece en ayudas en los grupos vecinales en los barrios. Ayuda mucho la estructura heredada, de las parroquias, y las instituciones laicas, como asociaciones de vecinos, centros de la tercera edad, que existen equipamientos municipales. etc  y colegios públicos nacidos  y fomentados al calor del presente período democrático.
    Las parroquias, y también mezquitas ( la presencia musulmana es tradicional por la vecindad de Marruecos), las iglesias protestantes o evangélicas tienen unas prácticas mitad beneficencia pura y dura como en los países anglosajones, pero con otra vertiente de solidaridad, propia de una sociedad civil que tiene a gala la cooperación social como el más alto valor ciudadano. Los transplantes de órganos se establecieron y eran frecuentes cuando aún no se había desarrollado una legislación adecuada para lo mismo.
    Te hablo de estas “vividuras”, porque también conforman y explican los datos de las estadísticas.
    No te extrañe que una persona española acepte de mal grado una crítica que se le haga ( somos muy susceptibles) pero nos volvemos intolerantes y hasta groseros si percibimos de otra persona ajena a nuestr área de convivencia. ( Es el sentido de “casta” tan arraigado, desde que la “casta” de los cristianos se elevó sobre las otras castas para configurar España) Es la otra cara de la misma moneda.

  • Antonio Vicedo

    Una clara pregunta, si es que vale la pena plantearla, desde nuestra cultura y situación humanas reales
     
    ¿Por qué y en base que radicalidad de derechos y deberes, nuestras legislaciones valoran y determinan tan distintamente las diferentes rentabilidades de quienes somos igualmente personas, y de ellas, en algún o muchos momentos, satisfacemos nuestras ineludibles necesidades vitales?
     
    El mismo éxito de cualquier RENTABILIDAD ¿no entraña una amplia y común colaboración ineludible de muchos sujetos personales calificados (¿Con justa causa?) valoratívamente tan diferentes?
     
    ¿Nada, entonces, que decir de la Justicia real en las Leyes y sus forzadas aplicaciones en el campo de las necesidades individuales y relacionales?
     
    ¿No será que el Poder Legislativo Democrático no reconoce, injustamente y negando la realidad, a cualquier actividad personal, el mismo valor y dignidad que el propio e inalienable de la PERSONALIDAD, de la que es natural expresión?

  • George R Porta

    Hola Román: Agradezco tu comentario que me ayuda a situarme más cerca de vuestro contexto.

    En los Estados Unidos, donde vivo, no solo en Florida, no ocurre muy diferente al menos cualitativamente. La imagen es de prosperidad, la realidad es un espectro de probreza a riqueza del cual ambos extremos son invisibles. Hay pobreza extrema de esa que se hace casi inimaginable para quien no la vive en sí mismo/a o muy de cerca y riqueza incalculable e igualmente inimaginable para quien no la posee o la vive de cerca. La mayoría estamos situados en algún lugar entre ambos extremos pero, definitivamente, la desigualdad o el riesgo de exclusion nos afecta a todos. Unos porque no pueden llegar y otros porque se acuartelan para hacerse inaccesibles.

    Un abrazo cordial y agradecido.

  • Román Díaz Ayala.

    George,
    un poco para que puedas comparar.
    Siendo los Estado Unidos quizás el país más rico de la tierra, los medios, y las pantallas de televisión y las del cines, nos ofrecen una imagen de un pais muy desigual con muchísimas bolsas de pobreza y de exclusión social.
    Esa imagen en la Europa de la Unión, nos parecía como una incongruencia, y no podíamos calcular la extensión del fenómeno ( su verdadera dimensión, siempre achacable a reductos del pasado – el problema racial- y a las oleadas producidas por la constante inmigración que necesitan un plazo más o menos prudente de integración)
    Pero aquí, hemos tenido un modelo social basado en la garantía de asistencias en las necesidades básicas ( políticas de pleno empleo, aunque no en España por causas heredadas, y que se vreducía muy lentamente) Trabajo, Educación, Vivienda, atención de la Salud, contemplados en forma de aspiración en la Carta Magna y cumplimentado progresivamente por los gobiernos que se sucedieron con más o menos aciertos desde 1978.
    ¡Hasta que llegó la crisis! ¡ Y luego 2.012!
     
    Ahora tenemos la sensación de que en España conviven los dos mundos, el primero europeo y el tercero, el de la exclusión social. Y las cifras son alarmantes en cuanto al crecimiento del problema.
    Pero, claro, tú tienes razón. Depende un poco de la carga de subjetivismo para saber exactamente de manera comparativa.
    lo malo, es que las políticas actuales son las que producen tales desigualdades y nos llevan a ese modelo, pero no son exactamente una consecuencia (circunstancial) de la crisis.

  • George R Porta

    Quizás sea una intromisión de mi parte comentar sobre España dado que vivo en los USA pero algunas situaciones globales como la de la existencia de grandes poblaciones sufriendo o a riesgo de desigualdad y de exclusion, se viven en todas partes aunque se vivan o se observen de formas diferentes, daddos los diferentes contextos.

    Por otra parte, sin desear demeritar el comentario de este hilo que agradezco grandemente y aprecio como muy importante, los comentarios solamente cualitativos a los lectores de Atrio que vivimos fuera de España y necesitamos o deseamos cifras para comprender o comparar, no nos permiten ver y comparar la realidad de una forma tan concreta como a quienes vivan en el país pero por razones de mínima solidaridad vivir fuera o lejos no nos debe hacer indiferentes a este fenómeno de la desigualdad y la exclusión que es mundial.

    Hablar de los índices de desigualdad y de exclusion en los EUA (los cuales no cesan de crecer) distrajera la atención focal del hilo y fuera quizás hasta irónico porque la política internacional que promueve el capitalismo de los EUA, sea gubernamental sea coporativamente (pública o privadamente) es en gran medida responsable de que se sostenga la desigualdad y que no se pueda remediar el riesgo de exclusión tanto doméstica cuanto internacionalmente. Por eso me atrevo a citar los siguientes data de EAPN (2014) que incluye a España en comparación con el resto de los países europeos participantes en la Unión Europea.

    Aún en el caso de que estos data estuviesen viciados por los fondos que los producen, de todas maneras reflejan una situación escandalosa. Los data no son recientes porque son de medidas determinadas en 2012, pero el informe de 2013-2014 no he podido localizarlo y será presentado en bëlgica en este mes de febrero 2015. El siguiente enlace conduce a la identidad de EAPN-España: http://www.eapn.es/EAPN_es.php. Este otro al informe de auditoría/transparencia de EAPN-España: http://www.eapn.es/ARCHIVO/documentos/AUDITORIA_EAPNES_2013.pdf

    Según EAPN:
    En 2012, 13.090.000 personas viven en riesgo de pobreza o exclusión social en España, lo que representa el 28,2% de la población. En 2011, alrededor de 120 millones de personas en Europa estaba en esta situación, cuatro millones más que el año anterior. En los países de la Unión Europea (UE-27), la tasa de pobreza ha pasado de un 24,4% en 2007 a un 25,0% en 2012. Bulgaria es el Estado miembro con la tasa de pobreza más alta, rozando el 50%, seguido de Rumanía, con el 41,7% de sus habitantes en situación de vulnerabilidad social. En España, el incremento ha sido casi de cinco puntos en el mismo periodo, pasando de un 23,3% de habitantes en riesgo de pobreza o exclusión al 28,2% del año 2012. Los datos son de Eurostat. (Cf. http://www.eapn.es/dp.php?id=5).

  • Antonio Vicedo

    Sigue estando la mayor dificultad, no en la oscuridad, sino en la claridad que brota de la verdad.
     
    El ser humano es específica y realmente igualitario en su condición inaliebable de sujeto racional libre y responsable.
     
    Esto tan sencillo y clarividente, no interesa aceptarlo, si estamos infectados del afán de poder para sobreponernos  un*s a otr*s  contrariando aquella natural realidad.
     
    Por eso sigue siendo realidad imperiosa aquello de que : La VERDAD os hará LIBRES.
     
    Y sin libertad, que es el terreno propio de cultivo de la responsabilidad, no puede haber verdadera situación humana