La influencia del filósofo y teólogo se mantiene en su obra 25 años tras su asesinato
JUAN JOSÉ TAMAYO EL PAÍS, babelia14 NOV 2014
“Ellacuría debe ser eliminado y no quiero testigos”. Fue la orden que dio el coronel René Emilio Ponce al batallón Atlacatl, el más sanguinario del ejército salvadoreño.
La orden se cumplió el noche del 16 de noviembre de 1989 en que fueron asesinados con premeditación, nocturnidad y alevosía seis jesuitas y dos colaboradoras, madre e hija, Elba y Celina, esta de 15 años en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de San Salvador (UCA). Entre los asesinados se encontraba el jesuita vasco, nacionalizado salvadoreño, Ignacio Ellacuría, rector de la UCA, discípulo de Zubiri y editor de algunas de sus obras. Era filósofo y teólogo de la liberación, científico social y e impulsor de la teoría crítica de los derechos humanos, cuatro dimensiones que son difíciles de encontrar y de armonizar en una sola persona, pero, en este caso, convivieron no sin conflictos internos y externos, y se desarrollaron con lucidez intelectual y coherencia vital.
“Revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra dirección”, “sanar la civilización enferma”, “superar la civilización del capital”, “evitar un desenlace fatídico y fatal”, “bajar a los crucificados de la cruz” (son expresiones suyas) fueron los desafíos a los que quiso responder con la palabra y la escritura, el compromiso político y la vivencia religiosa. Y lo pagó con su vida.
25 años después de su asesinato Ellacuría sigue vivo y activo en sus obras, muchas de ellas publicadas póstumamente. En 1990 y 1991 aparecieron dos de sus libros mayores: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, de la que es editor junto con su compañero Jon Sobrino, entonces la mejor y más completa visión global de dicha corriente teológica latinoamericana, y Filosofía de la realidad histórica, editada por su colaborador Antonio González, cuyo hilo conductor es la filosofía de Zubiri, pero recreada y abierta a otras corrientes como Hegel y Marx, leídos críticamente. Es parte de un proyecto más ambicioso trabajado desde la década los setenta del siglo pasado y que quedó truncado con el asesinato. Posteriormente la UCA publicó sus Escritos Políticos, 3 vols., 1991; Escritos Filosóficos, 3 vols., 1996, 1999, 2001; Escritos Universitarios, 1999;Escritos Teológicos, 4 vols., 2000-2004.
En el cuarto de siglo posterior a su asesinato se han sucedido ininterrumpidamente los estudios, monografías, tesis doctorales, congresos, conferencias, investigaciones, cursos monográficos, círculos de estudio, Cátedras universitarias con su nombre, que demuestran la “autenticidad” de su vida y la creatividad y vigencia de su pensamiento en los diferentes campos del saber y del quehacer humano: política, religión, derechos humanos, universidad, ciencias sociales, filosofía, teología, ética, etc.
Lo que descubrimos con la publicación de sus escritos y los estudios sobre su figura es que Ellacuría tuvo excelentes maestros: Rahner en teología, Zubiri en filosofía, monseñor Romero en espiritualidad y compromiso liberador, de quienes aprendió a pensar y actuar. Pero su discipulado no fue escolar, sino enormemente creativo, ya que, inspirándose en sus maestros, desarrolló un pensamiento propio y él mismo se convirtió en maestro, si por tal entendemos no solo el que da lecciones magistrales en el aula, sino, en expresión de Kant aplicada al profesor de filosofía, el que enseña a pensar. Ellacuría parte del pensamiento de sus maestros, pero no se queda en ellos; avanza, va más allá, los interpreta en el nuevo contexto y, en buena medida, los transforma. Su relación con ellos es, por tanto, dialógica, de colaboración e influencia mutuas. Sus obras así lo acreditan y los estudios sobre él lo confirman.
Teología
Su colega y amigo Jon Sobrino ha escrito páginas de necesaria lectura sobre el “Ellacuría olvidado”, en las que recupera tres pensamientos teológicos fundamentales suyos: el pueblo crucificado, el trabajo por una civilización de la pobreza, superadora de la civilización del capital y la historización de Dios en la vida de sus testigos, que Ellacuría acuñó con una aforismo memorable: “Con monseñor Romero Dios pasó por la historia”. Ellacuría entiende la teología de la liberación como teología histórica a partir del clamor ante la injusticia, establece una correcta articulación entre teología y ciencias sociales y asume un compromiso por la transformación de la realidad histórica desde los análisis políticos y desde su función como mediador en los conflictos. Son tres aspectos que desarrolla José Sols Lucia. El teólogo austriaco Sebastián Pittl recupera la primera idea destacada por Jon Sobrino y la interpreta teológicamente: la realidad histórica de los pueblos crucificados como lugar hermenéutico y social de la teología. Asimismo hace una lectura de la concepción ellacuriana de la espiritualidad radicada en la historia desde la opción por los empobrecidos
El resultado es una teología posidealista cuyo método no es el trascendental de sus maestros, sino la historización de los conceptos teológicos y el punto de partida, la praxis histórica. La teología de Ellacuría tiene un fuerte componente ético-profético. Aplicándole a ella la consideración lévinasiana de la ética como filosofía primera, bien podría decirse que, para el teólogo hispano-salvadoreño, la ética es la teología primera y el profetismo la manifestación crítico-pública de la ética.
Filosofía
El objeto de su filosofía es la realidad histórica como unidad física, dinámica, procesual y ascendente. De aquí emanan los conceptos y las ideas fundamentales de su pensamiento: historia (materialidad, componente social, componente personal, temporalidad, realidad formal, estructura dinámica), praxis histórica, liberación y unidad de la historia. Su método es la historización de los conceptos filosóficos para liberarlos del idealismo y de la idealización en que suelen incurrir la filosofía y la teoría universalista de los derechos humanos. H. Samour, uno de sus mejores intérpretes y especialistas, reinterpreta al maestro relacionando su pensamiento con la realidad histórica contemporánea, al tiempo que considera la filosofía de la historia como filosofía de la praxis. Recientemente se está desarrollando una nueva línea de investigación del pensamiento filosófico de Ellacuría: la que hace una lectura pluridimensional con las siguientes derivaciones creativas, que enriquecen, recrean y reformulan su filosofía:
a) Su conexión con la dialéctica hegeliano-marxista, que implica analizar la concepción que Ellacuría tiene de la dialéctica, la utilización del método dialéctico en su análisis político e histórico, y la dialéctica entre historia personal -biografía- e historia colectiva -el pueblo salvadoreño-, en otras palabras, el impacto y la capacidad transformadora de su vida y de su muerte en la historia de El Salvador (Ricardo Ribera).
b) Su conexión con la teoría crítica de la primera Escuela de Frankfurt, que integra dialécticamente las diferentes disciplinas dando lugar a un conocimiento emancipador, así como su incidencia en la negatividad de la historia (L. Alvarenga).
c) Su conexión con la filosofía utópica de Bloch en uno de los últimos textos más emblemáticos de Ellacuría: “Utopía y profetismo en América Latina” (Tamayo).
d) Su original teoría del “mal común” como mal histórico, la crítica de la civilización del capital y las diferentes formas de superarla (Hector Samour).
e) La recuperación filosófica del cristianismo liberador (Carlos Molina).
f) La fundamentación moral de la actividad intelectual y la relevancia del lugar de los oprimidos en los diferentes campos y facetas de quehacer teórico (J. M. Romero).
Teoría crítica de los derechos humanos
Ellacuría ha hecho aportaciones relevantes en el terreno de la teoría y de la fundamentación de los derechos humanos. Cabe destacar a este respecto su contribución a la superación del universalismo jurídico abstracto y de una visión desarrollista de de los derechos humanos, y a la elaboración de una teoría crítica de los derechos humanos (J. A. Senent, A. Rosillo).
El pensamiento de Ellacuría no es intemporal, sino histórico, y debe ser interpretado no de manera esencialista (aun cuando algunas de sus primeras obras escritas bajo el discipulado escolar y la influencia de Zubiri tuvieron esa orientación), sino históricamente, en diálogo con los nuevos climas culturales. Así leído e interpretado puede abrir nuevos horizonte e iluminar la realidad histórica contemporánea.
Conversión de la Iglesia al reino de Dios. Ignacio Ellacuría.Sal Terrae, Santander 1984
Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, 2 vols. Ignacio Ellacuría. Trotta, Madrid 1990
Filosofía de la realidad histórica. Ignacio Ellacuría. Trotta, Madrid 1991
El legado de Ignacio Ellacuría. José Sols Lucia. Cuadernos Cristianisme i Justicia, Barcelona 1998
Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica. H. Samour. ADG-N LIBROS, València 2013
La realidad histórica del pueblo crucificado como lugar de la teología. Sebastian Pittl. ADG-N LIBROS, 2013
Ignacio Ellacuría. Utopía y teoría crítica. J. J Tamayo y L. Alvarenga (dirs.) Tirant lo Blanch, València 2014
La lucha por la justicia. Selección de textos de Ignacio Ellacuría, ed. de J. A. Senent de Frutos, Universidad de Deusto, Bilbao 2013
Aupa, Olga Larrazabal, Athletic, yeuppppp!!! Un día de estos te mandaré a través de Duato mi trabajo sobre la triada Unamuno-Zubiri-Ellacuria. A los cuales añado como complemento a un tal Blas de Otero, y como contrapunto a mi querido y entrañable san Antonio Machado…
Tienes razón, los vascos terminamos por ser ciudadanos del mundo. A lo mejor es por aquello de que el mundo es un Bilbao más grande…
Hola!
Ellacuría VIVE
¿VIVE?
¿Dónde?
¿Cómo?
…………..
¿Cómo, entonces, penso-soportar a la Gente que se empeña en no darse cuenta que la “metáfora litararia” es el instrumento privilegiado para operar la comprensión de lo “humano”.
La Ciencia solo accede a lo “humano” mediante el atributo que le compete: la “exactitud”; nada menos! … pero: nada más!
¿Que le vamos a hacer si los humanos somos “in-exactos”?
¡Voy todavía! – oscar.
Hola!
La señora del Comentario anterior -mientras ella permanece en santiago de Chile y yo en Buenos Aires renovando la Licencia de Conducir- , tal vez tenga que atestiguar el “milagrito” que su vasquito le hizo una vez, cuando ni la más mínima cicatriz le hubo quedado tras haberse caído y casi perdido un ojo.
La cosa fue con “promesa” y todo: la de escribir una Biografía de su vasquito compañero de su querido Primo aunque se llame “Sobrino” y le digan “Jon”.
“La Contra” (Abgado del Diablo) alegará, lamentablemente, este contra-testimonio de haberse encontrado en su Escritorio Libros de Autores “in-aceptables” ¿Qué le vamos a hacer, no?
¡Ir tdavía! – Oscar.
…………….
PS: la Biografía fue publicada en un Periódico Vasco. Yo no hablo vasco.
” Sobre el escritorio de Ignacio Ellacuría, había libros de Ortega y Gasset, Heidegger, el Mío Cid, el Quijote y Cinco Lecciones de Zubiri, junto con las paletas de pelota vasca. Ellacuría solía decir que se necesitan sólo unos pocos libros para entender la condición humana” Además era un pelotari de práctica semanal y excelente futbolista que debe haber sufrido mucho con los vaivenes del Athletic de Bilbao.
Era vasco, vizcaíno de Portugalete, del Salvador y del mundo y esto último es lo más importante, lo que llegó a ser.
Desde San Salvador, donde participo esta tarde con Jon Sobrino en el Congreso sobre Ellacuría con una conferencia en torno a Utopía y profetismo en Ellacuría. Muchas gracias por vuestros comentarios a mi artículo “Ellacuría Vive” y por vuestra generosa valoración del libro “Ellacuría. Intelectual, filósofo y teólogo”, del que soy director y coautor. Os lo recomiendo. Y no es pasión de paternidad. Jajaja!!! Un abrazo.
Juan Jose Tamayo
HOLA M. Luisa.
No he tenido ocasión de leer el libro de Ellacuría que citas pero espero poder hacerlo pronto. Tu comentario me anima.
Gracias.
Hola Eloy! fíjate que, precisamente, estos días estoy releyendo de nuevo el libro, IGNACIO ELLACURÍA, Intelectual, Filósofo y Teólogo con más entusiasmo que la primera vez. Lo recomiendo porque, desde su penetrante pensamiento, tal vez entenderíamos mejor de dónde provienen tantas situaciones de injusticia que, en la actualidad, abaten al mundo
Un cordial saludo
Hola Inmaculada, me sorprende que, tras haberte puesto en valor todos tus comentarios precedentes, me salgas ahora con éste, ya de entrada, tan prejudicativo. Suscribo de arriba abajo la explicación que al respecto hace el amigo Rodrigo, a quien quiero agradecerle desde aquí.
De todas maneras te diré que, al no detenerme en detalles, (conocía su lugar de nacimiento) pues siendo mi propósito sólo resaltar el evento, la sintonía que, con respecto al proyecto, había entre Comín y Ellacuría, sí que es verdad que intuí podía darse, en el contexto vivido recientemente en Cataluña, una salida, una desviación en la interpretación de mi comentario. ¡Y así ha estado! Pero ya te digo que es falsa! Se opta por la connotación negativa del nacionalismo en detrimento del legítimo soberanismo al que toda nación debe aspirar.
Un codial saludo, amiga!
Inmaculada,
creo que a Alfonso Comín se le puede atribuir con justeza un valor de la izquierda catalana.
Vive en Barcelona desde 1943 y mucha de su actividad se desarrolla en Cataluña tanto en lo profesional como en lo político.
No olvides que fue miembro de los Comités Ejecutivos del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) y del PCE también
Al final de este artículo su autor nos da una relación bibliográfica en la que figuran 2 libros editados por ADG-N LIBROS, cuyo responsable es, como sabéis, Antonio Duato.
Estos libros son:
1 ) Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica. H. Samour. ADG-N LIBROS, Valencia 2013
2) La realidad histórica del pueblo crucificado como lugar de la teología. Sebastian Pittl. ADG-N LIBROS, 2013
Hay un tercer libro que , quizá por olvido, no figura en la relación, se trata de
3) IGNACIO ELLACURÍA, Intelectual, Filósofo y Teólogo también publicado por ADG-N LIBROS.
Siendo lo libros de interés, sin embargo su venta no fue todo lo propicia que se esperaba y parece ser que en los almacenes de ADG-N LIBROS quedan todavía ejemplares.
Quizá algunos (o muchos) lectores y participantes en ATRIO puedan estar interesados en estos libros. Si así fuere pueden dirigirse a Antonio Duato que a fin de poder facilitar su adquisición los ha puesto a un precios especialmente asequible, a un precio de “crisis”.
Creo haber entendido que si a alguien les interesan estas tres obras juntas pueden adquirirlas, portes pagados, portes pagados parar España, por 25 €, en vez de 40 €. que sería su precio por todo el lote de las tres obras.
Los precios de las obras sueltas serán los siguientes, portes incluidos para España.
1 ) Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica. H. Samour. ADG-N LIBROS, Valencia 2013, 15 €
2) La realidad histórica del pueblo crucificado como lugar de la teología. Sebastian Pittl. ADG-N LIBROS, 2013, 10 €
3) IGNACIO ELLACURÍA, Intelectual, Filósofo y Teólogo también publicado por ADG-N LIBROS., 15 €
Si se entra en http://www.adgn.es puede verse el catalogo de libros de ADG-N LIBROS
Siguiendo la reflexión de Rodrigo, en mi caso, siento cada vez más que soy ciudadana del mundo. Ya no sé de donde soy, si del lugar en que nací, si del lugar donde ahora vivo más de 29 años, o del lugar donde me siento mejor, no lo sé realmente, mis antecesores fueron de tantos lugares…que no vale la pena disputarse una identidad que finalmente lo ha hecho la casualidad que ofrece el regalo de la vida. Por que se es lo que se es, en cualquier caso, se esté inscrito aquí o allá.
Hola Imaculada
La identidad, aún la identidad nacional, es algo más complejo que el lugar de nacimiento. La identidad es un proceso de construcción-deconstrucción-reconstrucción que evoluciona con el tiempo.
Así, pensando en la identidad nacional, hay distintos criterios para determinarla. En efecto, un criterio es el lugar del nacimiento (ius soli), pero no es el único y muchas veces no es el determinante. También se puede determinar por la identidad de la ascendencia (ius sanguinis). Pero también se puede determinar por el paso de tiempo de residencia en un lugar (ius temporis). Incluso, la simple expresión de voluntad o autoidentificación es determinante en algunos casos, como cuando una persona voluntariamente renuncia a su nacionalidad de origen y solicita ser reconocido como nacional de otro lugar (ius dispositivum). Esto, en términos legales.
En términos no jurídicos sino culturales, paso lo mismo. Uno es de la nacionalidad que uno reconoce. Te pongo un ejemplo personal. Yo nací en la entidad federativa de Puebla, de madre Coahuilense y padre Tlaxcalteca. Cuando yo tenía dos años de edad, mi familia se mudó a la entidad federativa de Querétaro, en donde viví de 1976 a 1999. En Querétaro pasó mi infancia, adolescencia y juventud, ahí crecí, me formé y me deformé como persona. En 1999 me mudé a vivir al Distrito Federal, la capital del país. Viví en el Distrito Federal de 1999 a 2010. Ahí establecí mis lazos personales y profesionales más intensos y profundos. En el año 2010 me fui a vivir a Indiana, en Estados Unidos. Cuando se resolvieron ciertas situaciones, en 2011 regresé a mi país. Decidí no regresar a vivir al Distrito Federal sino a Querétaro, para estar cerca de mis padres y cuidarlos en esta etapa de su vida (mi padre actualmente tiene 82 años y mi madre 72 años). Pues bien, aunque nací en Puebla yo no me considero poblano, ni aceptaría que alguien (por ejemplo tú, diga que yo soy poblano sólo porque nací en Puebla). Yo me considero medio chilango (expresión originalmente despectiva pero que ahora usamos con orgullo para la población del Distrito Federal) y medio queretano. Pero no poblano.
Por lo poco que conozco, Comín me parece más catalán que aragonés. No identifico yo que Comín reivindicara ser aragonés sólo por haber nacido en Zaragoza. Pero sí lo identifico plenamente compenetrado de la cultura, la vida y la identidad catalana.
Abrazos y esperanzas
Os invito a leer en el otro hilo relativo a Ellacuría la relación que establezco entre Unamuno, Zubiri y Ellacuría, los tres filósofos vascos que han cubierto el siglo XX a lo largo y a lo ancho. Que me perdone Inmaculada Sans Tache, pero yo creo que hay algo de común entre los tres, algo que quizá procede en alguna medida de sus orígenes y de la tierra que los vió nacer. Que también es la tierra de Don Quijote, y si no que se lo digan a don Miguel de Unamuno…
Solo una puntualización, M. Luisa, Comín no era catalán sino aragonés. Quizá tu confusión se deba a que últimamente los nacionalistas catalanes arrecian en su afán de adjudicarse personaje que no les corresponden.
También, hoy, desde aquí en Cataluña TV3, ha dedicado un espacio a I.Ellacuría recordándole cuando, en la primera semana de noviembre de 1989, 10 días antes de su asesinato recibió en Barcelona el premio de la Fundación Alfonso Comin.
Comin, intelectual cristiano, polítivo catalán, trabajó gran parte de su vida en derribar los mutuos prejuicios existentes entre cristianos y marxistas, velando siempre por el diálogo y el apoyo en torno a las necesidades concretas de los más pobres.
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Transcribo la parte final del discurso que ese día pronunció Ellacuría
“En este momento como saben en Centroamérica, especialmente en El Salvador y en Nicaragua, estamos en uno de los momentos críticos de la historia. Nicaragua está tratando con grandes dificultades de encontrar ya definitivamente la paz y con la paz un proceso democrático que no tiene porque ser la imitación de los procesos democráticos que en otros países ocurren, pero está buscando y ojalá ayudemos, yo sé que esta Fundación ha dado ya su respaldo al proceso nicaragüense pero en este momento en El Salvador, -quiero volver a recordar el asesinato inmisericorde de unos compañeros sindicalistas por un coche bomba hace unos pocos días, precisamente, para intentar romper el proceso de negociación entre el FMLN y el gobierno-, estamos viviendo también un momento trascendental, yo creo que en toda el área, hemos entrado en una nueva fase consistente en un cierto rebajamiento del proyecto maximalista revolucionario, pero también en un cierto rebajamiento del proceso maximalista antirrevolucionario. Estos proyectos se van acercando y se van a enfrentar tal vez ya no de una manera violenta a través de las armas, sino a través de una dura y fuerte negociación en que realmente se negocien las causas de las mayorías populares frente a los defensores de las minorías elitistas, bien como saben, el FMLN ha roto la tercera convocatoria en justa protesta por el asesinato de los sindicalistas salvadoreños yo espero, porque no solo trabajamos en planteamientos teóricos, también trabajamos en la tarea cara a cara, boca a boca con unos y con otros para tratar de sembrar racionalidad en favor de las mayorías populares que son injustamente tratadas, estamos en una circunstancia absolutamente excepcional y yo les pido a ustedes aquí presentes como personas y tal vez como estamentos oficiales pongan sus ojos en Nicaragua y en El Salvador y nos ayuden. Yo recibo con una gran gratitud este premio de la Fundación Comín que pienso por el lugar en que se nos concede de alguna manera responde también al espíritu mejor de Barcelona, lo recibo con un gran agradecimiento también con una gran humildad, porque es para nosotros más un desafío que un premio.”
Muchas gracias.
Ignacio Ellacuría
Para la Comunidad Cristiana de Base “Ignacio Ellacuria” de Santander, hoy celebramos también nuestra razón de ser. En su día, cuando formamos la comunidad, decidimos ponerla el nombre de “Ignacio Ellacuria”; porque le conociamos personalmente y eramos testigos fieles de su compromiso evangelico. ¡Ignacio te recordamos con cariño!, ¡Guianos en nuestro caminar!.
Ante su testimonio que acredita el no aventajar al Amo y al Maestro, con la semejanza de terminar como objetivos a perseguir por quienes actualizaban a los perseguidores de Jesús, enlazo esto que aparece en el artículo conmemorativo:
-”Sacando a la luz, lo más hermoso del Proyecto que Jesús nos dejó…. considera la filosofía de la historia como filosofía de la praxis….
Recordarlos, es una nueva oportunidad para retomar fuerzas y seguir optando por un mundo mejor desde el hermoso Proyecto de Jesús”
Incluido el precio con que está valorado este quehacer testimonial y magisterial, mientras predomine en la Humanidad la prevalente estructuración de LOS PODERES,tanto laicos ,como, sobre todo, religiosos.
¡Gracias, Juan José Tamayo, por este excelente “retrato” de este hombre, con una plenitud humana e interior profundas y arraigadas hasta lo más profundo de su entraña.
En “nuestro” (porque lo siento parte de mí) C. Pignatelli de Zaragoza, pudimos escucharlo y sentir su apasionada fuerza, cuando nos explicaba sus conocimientos desde la realidad que vivía en El Salvador.
Era apasionado, firme, convencido, inquieto… porque estábamos (quizá ahora peor) como dormidos, parados… esperando… ¿qué?
Había que ponerse en marcha, actuar, asumir, optar, de qué manera tendríamos que caminar, a la luz de la cruda realidad de los sufrientes de la historia siempre esclavizados por el poder, el capital… y la iglesia “poder” que también existe.
Ellos vivían de otra manera, hablaban de otra manera, amaban al pueblo, de otra manera con otro espíritu y sacando a la luz, lo más hermoso del Proyecto que Jesús nos dejó.
Tiene razón Jon Sobrino, que ha sufrido como nadie su ausencia… y también, como Ellacuría, está tocado por la mano de ese Dios Abba de Jesús… como todo su entorno, incluidas todas las personas que hacían posible su hermosa labor en todos los sentidos.
Recordarles, es una nueva oportunidad para retomar fuerzas y seguir optando por un mundo mejor desde el hermoso Proyecto de Jesús.
¡Gracias por este recuerdo tan entrañable de Ignacio Ellacuría!
mª pilar