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El papa Francisco y los movimientos sociales

naiz
María Luisa Prudencio Morales Marisa el taller– nos envía este artículo, muy significativo, tomado del medio abertzale naiz, con esta nota:

Un magnifico articulo, que nos regala Raul Zeviche, un militante y analista de los movimientos sociales, que todas las gente que pateamos las calles, tenemos que conocer, porque el escribe.
Esta vez se sorprende, como yo, de que este Papa tenga ojos para ver, que es lo que produce la pobreza y quiera unirse a combatirla, a mi no me sorprende me llena de ilusión y me hace pensar que la casa de mi Amigo Jesús, aquel de nazaret, se hará pequeña, habrá flores en la puerta, cantaran los pajarillos en su patio y la puerta siempre estará abierta.
Os dejo, con lo dicho:
SALUD, ALEGRÍA, FUERZA, PAZ Y BIEN.
Marisa.

Entre el 27 y el 29 de octubre se celebró en Roma el Encuentro Mundial Movimientos Populares convocado por el Papa Francisco. No es algo habitual que la mayor autoridad de la Iglesia católica se reúna con más de cien dirigentes sociales de todos los continentes para debatir sobre tres ejes, tierra, trabajo y vivienda; sobre los grandes problemas y desafíos que enfrenta la humanidad desde la perspectiva de las organizaciones de los pobres y excluidos.

La convocatoria fue realmente amplia. De América Latina acudieron organizaciones tan importantes como el Movimiento Sin Tierra de Brasil, el Movimiento Nacional Campesino Indígena de Argentina, el Comité de Unidad Campesina de Guatemala, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua, la Corriente Villera Independiente de Argentina, la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas de Paraguay, la organización de mujeres Bartolina Sisa de Bolivia y el Sindicato Mexicano de Electricistas, por mencionar sólo a las más conocidas en cada país.

Del Estado español fueron invitadas la Asociación Democracia Real YA y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Salvo excepciones no hubo centrales sindicales, siendo mayoritarias, por los menos por Latinoamérica, las organizaciones de cartoneros y recicladores de basura, trabajadores de empresas recuperadas, campesinos, comunidades negras, habitantes de favelas y villas miseria, así como pueblos indígenas. Las delegaciones de Asia y África fueron muy numerosas, destacando la organización campesina de Palestina. Participó también el presidente Evo Morales.

Por el tipo de organizaciones invitadas, el Papa priorizó a los trabajadores precarizados, temporales, migrantes y los que participan en el sector informal sin protección legal, ni reconocimiento sindical ni derechos laborales. A los campesinos sin tierra y pueblos indígenas en riesgo de ser expulsados del campo a causa de la especulación agrícola y de la violencia, y a los que viven en suburbios, sin infraestructura urbana adecua-da. En suma, a las capas más pobres en cada país, que son en realidad los protagonistas de las luchas más importantes de los últimos años.

Los objetivos centrales del Encuentro, según Joao Pedro Stédile, coordinador del MST, consistieron en compartir el pensamiento social de Francisco, contenido en su Exhortación Apostólica «La Alegría del Evangelio», difundida en noviembre de 2013. También se trató de reflexionar sobre las injusticias y las «formas de interacción con las instituciones y las perspectivas futuras», en una reunión que fue preparada durante más de un año y en la que Vía Campesina jugó un papel destacado (Adital, 24 de octubre de 2014).

En su intervención en el Encuentro, Francisco no se limitó a criticar la economía actual, a la que definió como «Imperio del dinero», sino que habló largamente de los movimientos: «No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONG, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. Esto es medio peligroso. Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar».

Además, les propuso «luchar contra las causas estructurales de la pobreza», advirtió contra «estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos» y terminó con un «sigan con su lucha», porque nos hace bien a todos.

Francisco tiene una larga experiencia con los movimientos de los más pobres. En 2009, tuve una larga conversación con el padre Pepe, José María Di Paola, en la villa 21 en el barrio Barracas de Buenos Aires. Es una villa poblada por paraguayos inmigrantes, con viviendas precarias autoconstruidas, muy pobres, donde el padre Pepe trabajó diez años hasta que tuvo que salir amenazado por bandas de narcotraficantes. En ese momento Pepe tenía 46 años, pelo largo, ropa informal y se expresaba como un vecino más.

Hablamos de Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, un hombre a todas luces conservador, al punto que algunos lo acusaron de haber colaborado con la dictadura, pero comprometido con los pobres. «Viene a la villa en micro (transporte colectivo), viene solo, camina hasta la iglesia y toma mate con los vecinos. No viaja en el coche del arzobispado. Conoce nuestro trabajo, apoya a los curas villeros que vinimos a aprender de la gente, no a decirles lo que tienen que hacer».

La anécdota vale para recalcar un hecho que me parece indudable. El Papa Francisco cree en la necesidad de que los pobres se organicen y que luchen por sus derechos. Piensa así desde mucho antes de haber sumido el trono de Pedro y ha codificado sus ideas en textos que sintetizan sus postulados sociales y políticas. No veo dobles intenciones por ningún lado.

Siento, sin embargo, una gran distancia entre la propuesta de Francisco y aquellos años sesenta y setenta cuando predominaba la Teología de la Liberación y la práctica de las comunidades eclesiales de base. Encuentro dos diferencias importantes. Una, en las propuestas que defiende el Papa. La otra, en el modo como se propone modificar el estado actual de las cosas.

Ciertamente, la «exhortación apostólica» de Francisco sostiene que «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio». Tanto en su doctrina como en vida pastoral, los pobres juegan un papel central. Sin embargo, a lo largo del texto de 142 páginas aparecen más como objetos de ayuda que como sujetos de su liberación. Destaca un capítulo que titula «La inclusión social de los pobres», que siento contrasta con la «opción por los pobres» de los teólogos de la liberación y sintoniza con las políticas sociales de los gobiernos progresistas.

En segundo lugar, la Teología de la Liberación fue en gran medida consecuencia de la práctica de millones de creyentes en sus comunidades eclesiales de base, pero también en una amplia gama de movimientos, desde los campesinos y sindicales hasta las guerrillas armadas. La reflexión teológica se nutría de una práctica transformadora, y a menudo revolucionaria, a la cual servía. No siento una tensión similar en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Quiero decir, que no veo una voluntad de poder como la que impregnó a los cristianos cuatro décadas atrás.

Es posible que esa diferencia esté ligada al cambio de época (ya no se habla de revolución ni hay fuerzas que la promuevan) y no tanto a una intención explícita de integrar más que en transformar. Los curas de la liberación tenían muy claro que el sujeto no eran ellos, ni la Iglesia, sino los pobres. Aún es pronto para saber hacia dónde se dirige este impulso de Francisco. Pese a las cautelas necesarias, y a las limitaciones que se adivinan es, en todo caso, un aire fresco tan necesario como urgente.

4 comentarios

  • Dracir Abad

    La literatura sobre el Holocausto Judío ofrece dos imágenes del sujeto humano. Una, la del sujeto-agente “libre” y racional que dirige la historia. La otra, la del sujeto que padece totalmente la historia para sobrevivir. [Cf. R. Chopp, La Interrupción de los Olvidados,  en Concilium 195 (5), 1984, 197.]
     
    Bruno Betthelheim en su ensayo póstumo “Liberarse de la mentalidad del gueto” en El Peso de Una Vida: La Viena de Freud y otros ensayos autobiográficos, (Barcelona, Crítica, 1991, 211ss.) acusó de complicidad a los delegados judíos que negociaban en los guetos la prioridad de los traslados a las cámaras de gas, porque aceptaron la responsabilidad de seleccionar el orden en el que las víctimas iban a la muerte, que era un horrible método nazista de convertir forzosamente en sujeto activo como cómplice al “sujeto sufriente” (Cf. También al respecto H. Arendt, Eichmann en Jerusalén, Madrid, Debolsillo, 2006).
     
    Esta primera iniciativa de Francisco de escuchar a las asociaciones y grupos de “sujetos que padecen la historia” pudiera al menos disparar la desaceleración del genocidio que, habiendo alcanzado una magnitud de crueldad organizada sin precedente en Auschwitz – Birkenau nunca ha cesado.
     
    No es cierto que la jerarquía eclesiástica sea culpable exclusiva de la distorsión ideológica del Cristianismo. Siempre ha habido una enorme cantidad de proféticos luchadores, cristianos y no cristianos, contra la injusticia que ha ostensiblemente sufrido en sus carnes la represión de la autoridad eclesiástica y de la civil/militar. Además, al menos desde Constantino la jerarquía ha tratado de beneficiarse apoyando a los agentes opresores y mucho menos dispuesta a solidarizarse con las luchas de las víctimas, de los/las sujetos sufrientes de la historia.
     
    Los laicos/as poderosos/as han sido la fuente de ingreso que ha sostenido los lujos y las conciencias eclesiásticas demasiado a menudo en todas las épocas.
     
    La desesperante sobrevivencia deshumaniza, y por eso entre los impotentes sufrientes de la historia prolifera la violencia doméstica, el alcoholismo y todas las lacras similares, o por lo menos es conocida con más frecuencia. No se debe eso a que los mismos/as, cada una de esas personas en su individualidad sean naturalmente peores. Su deshumanización  progresiva causada por la opresión es la moneda que hace sostenible los estamentos de poder opresores.
     
    Es muy difícil ser optimista con respecto al futuro de lo que Francisco sea capaz de lograr, pero al menos este tipo de iniciativa sin precedente, abre una brecha en el muro hasta ahora inexpugnable de la opresión sufrida por la inmensa mayoría de la humanidad, a pesar de la palabrería del Vaticano II, pero quizás a causa de eco que aún resuena.

  • ELOY

    En “ECONOMÍA DIGITAL, es su sección de FINANZAS PERSONALES, del día 2 de noviembre del corriente puede leerse lo que el Papa dijo a los afectados por la Hipoteca y a sus defensores.  (los destacados en negrita del texto son míos y no están en el original que se reproduce a continuación , del citado ECONOMÏA DIGITAL:
     
    << El pasado martes, el Papa Francisco asistió al Encuentro Mundial de Movimientos Populares, celebrado en el Vaticano, en el que se abordan temas como la pobreza o la exclusión social. El evento congregó a 200 representantes de un centenar de organizaciones de base de todo el mundo, entre los que se encontraban tres grupos españoles: la Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH), los indignados de la Asociación Democracia Real Ya y el sindicato agrario Enhe Bizkaia.
     
    En representación de la PAH, la plataforma que más ha luchado en España por la dación en pago y el derecho a una vivienda digna, acudieron dos miembros de Cabezo de Torres (Murcia), que fueron recibidos y saludados por el pontífice: el sacerdote Joaquín Sánchez y del cooperante salesiano José Antonio Vives, que acudieron vestidos con la camiseta verde de Stop Desahucios.

    Durante un hondo y potente discurso celebrado en el Aula Vieja del Sínodo, el Obispo de Roma aseguró que aunque es tachado de “comunista” él rechaza esta calificación al recordar que “el amor por los pobres está en el centro del Evangelio”.

    Las frases que el Papa dirigió a la PAH
     
    Estoy muy contento de encontrarme con personas que no solo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella, sin esperar la ayuda de cualquier organización humanitaria”.

    Este encuentro nuestro no responde a una ideología (…) Ustedes tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuchen vuestras voces, que, en general, se escuchan poco (…) Tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman.

    Tierra, trabajo y vivienda responde a un anhelo muy concreto que cualquier padre, cualquier madre, quiere para sus hijos.
     
    Es necesario reclamar una casa para cada familia (…) Las vanidosas ciudades actuales ofrecen placeres para una minoría feliz y, en cambio, niegan el techo a miles de vecinos.

    Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios… pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. ¡Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar.”

    Hay que acabar con aquellos sistemas económicos y sociales que ponen los beneficios por encima del hombre, un fenómeno propio de su predicada y criticada cultura del descarte.”

    Tras el discurso del Papa Francisco, muy aplaudido por los asistentes, el miércoles se presentó un documento con las conclusiones de los tres días de jornadas dedicados a los más pobres. >>
     
    Enlace:
     
    http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/11/asi_fue_el_discurso_del_papa_francisco_ante_los_afectados_por_la_hipoteca_pah_61406.php
     
     
     

  • Antonio Vicedo

    Una buena y clara señal, sin exigir complicidades de nadie, sería que Francisco recomendara a los responsables de GUARDAR el Vaticano, que se atuvieran a ser coherentes con aquello que dicen afirma Jesús: “CONMIGO hacéis, o no, LO QUE con un* cualquiera de mis mas pequeñ*s HERMAN*S.
     
    El día que Jesús, viva y realmente representado por L*S MAS PEQUEÑ*S goce de libertad para entrar y estar por el Vaticano, Francisco y la Iglesia probarán al mundo que su Fe cristiana no es levadura ineficaz o corrompida y que como  sal, es eficaz en su testimonio y mensaje.
     
    La ENCARNACION supuso y consiste en que LA PALABRA se hizo CARNE y HABITÓ ENTRE NOSOTROS.
    Porque de lo que se trata, primordial y principalmente, no es solo DECIR y hacer, sino no impedir que quienes casi no pueden hacer nada, PUEDAN HACER LO QUE, REPRESENTANDO A JESÚS EN SU PEQUEÑEZ HUMANA, pueden y deben hacer:- SER  y SER CONSIDERADOS  y TRATADOS COMO HIJ*S del único PADRE CELESTIAL y verdader*s HERMAN*S HUMAN*S.
     
    Porque ¿Qué vale el decir a los cristianos  que no tengan miedo, desde la fortaleza bien custodiada del VATICANO.  a la  que no se le permite libremente la entrada ni al mismo Jesús, si se acerca con aspecto de PEQUEÑ* y SOSPECHOSA AMENAZA precisamente por sus carencias y debilidades?

  • Pascual

    Copio del texto de arriba: “Los curas de la liberación tenían muy claro que el sujeto no eran ellos, ni la Iglesia, sino los pobres. Aún es pronto para saber hacia dónde se dirige este impulso de Francisco.” La pregunta parece simple pero las respuestas podrían ser muy variadas.-Me quedo por lo tanto a la espera de los amigos de Atrio porque me interesa muchísimo todo lo que puedan opinar e incluso hasta demostrar.-Gracias