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La importancia de Izquierda Unida

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Luis García Montero, escritor granadino y militante de izquierda, ha sido siempre bien acogido en ATRIO. Hoy reproducimos este artículo de PÚBLICO, que nos ha señalado el veterano colaborador sevillano Antonio Moreno de la Fuente y que propone una seria reflexión para un sitio en que tanto se ha discutido sobre el efecto Podemos. Y ya en plan de hacer reflexión política de verdad, yo recomendaría el artículo de Ignacio Sotelo en EL PAÍS , que X. Gundín nos ha recomendado hoy en un comentario.

Quisiera recordar aquí la importancia de Izquierda Unida. Quisiera recordárselo sobre todo a los compañeros de Izquierda Unida y del Partido Comunista. Como llevo años defendiendo la necesidad de un Frente Amplio y la configuración de una nueva mayoría social con voluntad de intervención política, me parece conveniente ahora afirmar que Izquierda Unida no puede diluirse en este proceso. Debe jugar un papel importante en la elaboración de la convergencia.

Después del éxito de Podemos en las elecciones Europeas, se han producido reacciones de diverso carácter. Un sector amplio de la derecha quiere demonizar a su líder Pablo Iglesias con calumnias y acusaciones disparatadas. La derecha es consciente del favor mediático que le hace. Por otro lado, un sector significativo de la izquierda ha corrido a confundirse con Podemos. Confieso que yo no me identifico con ninguna de las dos necesidades. No desprecio a Podemos y le deseo la mejor suerte. Pero tampoco me siento uno de sus devotos. No podría aportar nada a su mundo, y se trata de aportar. Quizá sea cuestión de edad, pero opino que otras perspectivas necesitan también mantener su protagonismo en la construcción de la izquierda real española.

Desde las elecciones Europeas sólo ha cambiado un detalle significativo en mi forma de pensar. Antes estaba convencido de que la configuración de un Frente Amplio, la respuesta unitaria de la izquierda alternativa al bipartidismo, era imposible sin Izquierda Unida. El que no aceptase transformar sus prácticas y abrirse a la pluralidad me parecía un tapón insuperable en las ilusiones ciudadanas y en las estrategias políticas. Ahora, después del protagonismo de Podemos, está en duda que los controles internos del aparato de Izquierda Unida puedan taponar una alternativa.

¿Pero qué alternativa puede esperarse sin Izquierda Unida? Me lo pregunto a mí y se lo pregunto a los compañeros que hace unos meses cerraron filas con el aparato y ahora corren en desbandada para confundirse con Podemos. Los mismos jóvenes que votaron contra las primarias, los mismos que han cortado los debates de la pluralidad en las elecciones internas, los mismos que pactaron la candidatura de Willy Meyer al Parlamento Europeo, poco tiempo después se convierten en grupo de presión para que Willy Meyer dimita y para santificar las primarias.

Confieso que me gustan poco los debates de renovación centrados en la dinámica biológica de los jóvenes y los viejos. El joven Pedro Sánchez acaba de ganar unas elecciones primarias en el PSOE que representan un verdadero éxito para el aparato más tradicional de su partido. La dinámica simple de la juventud contra la vejez propicia una renovación interna de los aparatos, pero no un cambio de políticas y actitudes. Tan peligrosos son los viejos que quieren taponar la entrada de políticas jóvenes, como los jóvenes que quieren matar al padre para ocupar un cargo y perpetuar las actitudes de siempre. Confieso también que considero un peligro cualquier debate sobre métodos que sustituya la discusión profunda sobre los programas y los diagnósticos de la realidad. Los buenos métodos naufragan en manos del infantilismo político, igual que los buenos programas naufragan sin un espíritu de democracia participativa.

El PP, en nombre de las élites económicas, está liquidando de forma vertiginosa las conquistas cívicas y sociales de la democracia española. Entre mordazas, decretos, recortes y procesos de privatización, está dejando al Estado en el esqueleto mínimo que le hace falta para asegurar la prepotencia de los privilegiados. En este panorama, expulsar del Gobierno al Partido Popular es una prioridad. Es algo urgente. Izquierda Unida con su experiencia de Gobierno resulta hoy fundamental para que sea posible una alternativa, por ejemplo, en Valencia y Madrid o en cientos de municipios españoles. Y, desde luego, en el Gobierno de la nación.

Así que vayamos con prudencia. Considero una necesidad objetiva de la izquierda comprender que el aparato del PSOE, el anterior y el nuevo, pertenece a un sistema bipartidista plegado por rutina a los intereses de las élites económicas españolas y europeas. Considero, sin embargo, que es una actitud de infantilismo izquierdista afirmar que el PSOE y el PP son lo mismo y que no se pueden firmar pactos de gobierno con el PSOE. Así lo mantiene Izquierda Anticapitalista, una de las columnas vertebrales de Podemos. Es un matiz en el que nos jugamos el futuro de España en los próximos años. El PP es consciente de lo que hace cuando le da a Podemos protagonismo mediático con sus calumnias.

Izquierda Unida ha demostrado en Andalucía que se puede gobernar, parándole los pies al PP y sin venderse a las políticas neoliberales del aparato socialista. En la crisis desatada desde la Presidencia sobre la Consejería de Fomento y Vivienda, Izquierda Unida demostró que no hay por qué plegarse a las presiones de los bancos y que es posible mantener con firmeza una política de vocación social contra los desahucios.

Estamos en España, en Europa. En un panorama en el que la derecha quiere ofrecerle al PSOE una gran coalición y una reforma electoral para limitar la representatividad democrática en los ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, resulta más importante que nunca configurar una izquierda no populista, capaz de movilizar a la clase media y a la clase obrera en defensa de la democracia social. La reconstrucción de la dignidad laboral es la tarea democrática prioritaria en un país que ha decretado la libertad de explotación. Izquierda Unida es imprescindible en esa tarea más allá del festival de estrategias que provoca la derecha para desviar la atención. La derecha quiere silenciar, dar por jubilada, a una izquierda con la madurez política suficiente y necesaria para desalojarla del Gobierno.

Izquierda Unida necesita recuperar su orgullo. Esto no significa, claro está, que deba renunciar a la voluntad de sumar y de abrirse a la configuración de un frente amplio. Significa que no debe perder la conciencia de su importancia. Lo dicho: ni cerrar filas, ni correr en desbandada. Cada cual en lo suyo para enriquecimiento de todos.

6 comentarios

  • X. Gundín

    http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/07/25/politica-posible/0003_201407G25P19996.htm
     
    El comentarista parece dar por supuesto que no se puede contar con el PSOE. Tal vez sea cierto, pero eso tendría que decirlo el propio PSdG, no otros por él.
     
    Por otra parte, que el PSdG juegue es condicción de posibilidad.
    Ademas, la disyuntiva de inclinarse hacia la derecha o hacia la izquierda puede darle la puntilla al PSdG, atravesado por conflictos y tensiones internas. En esas condicciones tanto puede inclinarse hacia un lado, o el otro, o hacerse el loco, o dividirse. Imprevisible.
     
    Un tiempo interesante.

  • X. Gundín

    Sin duda que IU es importante.
    Entiendo importante todo lo que esté a la izquierda del PP, incluida la derecha que pudiera quedar extramuros. Hubieran de agruparse o no en un Frente Amplio, son todos importantes.
    Pero son distintos los grados de importancia (y de coordinación posible). El grado de importancia de IU es de los más altos.
     
    Es importante tambien que no se repitan viejos errores. Pongo algunos ejemplos:
     
    1) Dar por cierto que el franquismo no es capaz de evolucionar, acomodarse, y que va a colapsar irremediablemente y dentro de poco. Error  incomprensible, pq el franquismo venía evolucionando a la vista de todos desde inicios de los 50. Y sigue haciendolo.
     
    2) Dar por cierto y pregonar que la elección consistía entre dictadura o democracia. Falso dilema.
    En los 70 eran muy pocos los que querían la dictadura. La gran mayoría quería democracia; aunque, cierto, por esta palabra se entendían cosas distintas. (Los pocos que querían dictadura fracasaban unos tras otros, véase el 23-F)
    Para unos, los franquistas evolucionados, oportunistas, fracasado el rollo de la “democracia orgánica”, se trataba de conseguir un régimen homologable en Europa, sin que los contenidos fuesen…en fin… digamos… poco ordenados …
    Para otros “democracia” significaba la oportunidad de salir de la ineficiente clandestinidad y encardinarse visiblemente en la política institucional.
     
    Todo esto dentro de una mala situación económica (nuestra crisis comienza en los 70, esto último es la bomba de palenque) y bajo otras bombas, las de ETA.
     
    A los hechos me remito: para ninguno “democracia” significaba empoderamiento del pueblo. Pq eso no quedase dentro de su horizonte o pq este pueblo no lo mereciese, que vaya Vd. a saber.
    3) Ojito con las alianzas perversas. IU podía darle tantos golpes como quisiera al PSOE, que bien se los ganaba. Pero ninguno de éllos a beneficio del PP. ¿Se me entiende?.
     
    Sólo son tres ejemplos, suficientes para decir que de aquellos polvos estos lodos: los franquistas evolucionados están en el gobierno central con mayoría absoluta que usan a su placer y conveniencia; y tambien dominando casi todas las instituciones a todos los niveles: una España negra, el pueblo sin capacidad defensiva. Y estos son como ladillas (perdonen el ejemplo, tiene mala intención), una vez que agarran es difícil sacarlos.

  • h.cadarso

    Tenemos una larga experiencia, desde las primeras elecciones tras la Transición democrática, de cómo el PSOE se ha aupado sobre los votos de lz izquierda y la dsicreta ayuda del PCE para llegar al poder y hacer una política como la que ha hecho.
    A mí también me extraña que García Montero siga insistiendo en contar con el PSOE para conseguir un cambio político en España. El PSOe ha estado viviendo de las aportaciones que le ha dado el PCE en militantes, en ideas, en… De una pnñetera vez hay que echar un órdago por una coalición de izquierdas. ¿qué se puede esperar de un partido que ha elegido al señor Sánchez para dirigirlo?

  • Nacho Dueñas

    Errata.
    Donde dije:
    Y si la 1ª medida es un decreto para paralizar desahucios, y la 2ª otro decreto para llamar a elecciones para abrir un proceso constituyente, me paso a la oposicion o me voy del país.
     
    Debe decir:
    Y si la 1ª medida no es un decreto para paralizar desahucios, y la 2ª tampoco es otro decreto para llamar a elecciones para abrir un proceso constituyente, me paso a la oposicion o me voy del país.

  • Nacho Dueñas

    Si soy quien para avalar y ratificar nada, avalo y ratifico la crítica que Pascual le hace a García, y si me lo permite, lo elevo a la enésima potencia.
    Dicho lo cual, y lo dice uno que pertenece a Podemos, celebro la reorientación pro-constituyente de IU, de la mano de Garzón. Creo que ese viraje es positivo, mucho, y no se queda al final en un mero gesto de cara a la galería. Se este gesto es veraz, y yo lo creo, IU se está reorientando hacia una convergencia de todas las izquierdas, y ahora Podemos debe ir en esa dirección. Si se crea un polo IU- Podemos, con una hoja de ruta constituyente (del programa nada hay que discutir, pues son coincidentes en lo esencial), este polo haría gravitar en torno a sí, a toda la izquierda. Y si se enamora a la gente con un poquito de etica e ilusión, no para la próxima (2 años), sino para las otras (6 años), el gobierno es nuestro (es decir, del pueblo organizado). y ahora sí: una democracia real, digna del tal nombre. Yo lo  creo pues, para el 2020.
    Y si la 1ª medida es un decreto para paralizar desahucios, y la 2ª otro decreto para llamar a elecciones para abrir un proceso constituyente, me paso a la oposicion o me voy del país.
    Nacho.

  • Pascual

    “Izquierda Unida ha demostrado en Andalucía que se puede gobernar, parándole los pies al PP y sin venderse a las políticas neoliberales del aparato socialista. En la crisis desatada desde la Presidencia sobre la Consejería de Fomento y Vivienda, Izquierda Unida demostró que no hay por qué plegarse a las presiones de los bancos y que es posible mantener con firmeza una política de vocación social contra los desahucios” Esto es una falacia falaz, falaz, falaz. García miente aquí porque él conoce muy bien el percal. Andalucía es un abuso donde parece que gobierna una derecha déspota y cleptómana. Y esto lo sabe García. ¿Por qué dice lo que dice? Atrio debería enviar observadores sin papanatismos a Andalucía.