Y hoy otro artículo extenso de alta política. Que el interés suscitado por el éxito de Podemos en ATRIO (¡200 comentarios en 10 días!) continúe con el análisis de la sucesión monárquica y del futuro de la institución. Agradecemos a Antoni Domènech y al equipo de Sin Permiso haber puesto boca arriba muchas cartas ocultas de la partida que se juega en España.
Una abdicación humillante para un golpe constitucional de perspectivas nada halagüeñas
Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós · · · 03/06/14
Juan Carlos de Borbón nos tomó a todos por sorpresa a primera hora de la mañana del lunes anunciando la abdicación de la Corona. Muy probablemente es verdadera la versión oficial, según la cual se trata de una decisión tomada hace meses, y en cuyo secreto estaban sólo los muy allegados a la Casa Real, Rajoy y Rubalcaba. La abdicación estaría, así pues, concebida por ese pequeño cenáculo, por lo pronto, como un primer movimiento de pieza destinado a recomponer parcialmente, y hasta donde se pueda, los fenecidos acuerdos básicos que configuraron el arco político dinástico de la Transición (UCD, PSOE, PCE-PSUC –luego IU/ICV—, AP –luego PP—, CiU y PNV y otras formaciones regionales menores). Y más perentoriamente aún, a encarar algunas reformas constitucionales que les permitan enfrentarse con alguna perspectiva mínimamente razonable de negociación al masivo desafío soberanista catalán, que tiene citas decisivas con la calle y con las urnas el 11 de septiembre y el 9 de noviembre próximos. Y a partir de ahí, acaso comenzar una “segunda Transición” –también protagonizada y controlada por las elites— capaz de revertir la manifiesta crisis de la Segunda Restauración e insuflarle un nuevo soplo de vida.
Pero sólo los necios –y el lumpen académico conspiracionista o estructuralista— pueden creer que las elites, además de ser malísimas, no cometen nunca errores políticos de bulto. ¿Lo es la jugada de la abdicación? Seguramente no, en el sentido en que en el ajedrez no se consideraría necesariamente una mala jugada un “movimiento forzado”. Pero en política los tiempos y los ritmos tienen un papel mucho más importante que en los juegos de mesa de información perfecta. Y el movimiento forzado de la abdicación no se ha producido en el momento idóneo fantaseado (justo después de las elecciones europeas, para que no pasara factura política electoral a sus valedores e ideadores, y con tiempo por delante para encarar de otra manera el vértigo catalán). Sino tras el resultado electoral inesperadamente catastrófico cosechado por el bipartidismo dinástico, cuya primera consecuencia fue la defenestración política de Rubalcaba, arteramente aplazada unas semanas. Todos los indicios apuntan a que la decisión de que el anuncio se produjera precisamente el lunes fue tomada con ciertos nervios y vacilaciones de última hora, que explicarían la impresión de improvisación comunicada a la opinión pública, así como la incomprensible “cantada” protocolaria de que fuera Rajoy, y no el propio rey, quien compareciera primero ante los medios de comunicación.
El momento no resulta precisamente oportuno para los desacreditados intereses de quienes necesitan perpetuar con afeites amañados en secreto el lamentable statu quo presente.
No es un buen momento, por lo pronto, para el propio Príncipe de Asturias, quien, de tener éxito la delicada maniobra sucesoria, comenzará su reinado teniendo que pechar con los numerosos flecos todavía sueltos del sinnúmero de escándalos protagonizados estos últimos años por la Familia Real, singularmente el del caso Noos de Urdangarín y su esposa, la Infanta Cristina (hermana del heredero al Trono). Por si fuera poco, el inexperimentado heredero, que apenas tenía uso de razón cuando se forjaron las viejas complicidades tejidas por el famoso tranquil, Jordi, tranquil del 23F de 1981, tendrá que comenzar su reinado lidiando nada menos que con el bravísimo proceso democrático soberanista catalán en curso, ese inadvertido iceberg político en que ha terminado dando el fastuoso Titanic de la Segunda Restauración borbónica. Bien es verdad que ningún momento sería aquí suficientemente bueno del todo, y que algunos esperarán jugar la carta de que el nuevo capitán del Titanic es también Príncipe de Girona…
No es buen momento, desde luego, para los pasajeros de primera clase de ese Titanic. Precisamente cuando las elecciones europeas acaban de hacer patente el desplome del bipartidismo dinástico, muro principal de carga del criminógeno cártel formado por las grandes empresas del Ibex, los grandes grupos mediáticos de comunicación y buena parte de dirigentes y exdirigentes de PP, PSOE, CiU y PNV, anchas puertas giratorias mediante: un cártel enseñoreado del capitalismo oligopólico de amiguetes políticamente promiscuos en que terminó fraguando la economía política de la Transición y al que el estallido de la crisis capitalista mundial y su pésima gestión por parte de la UE ha puesto patas arriba provocando un inaudito sufrimiento entre la población trabajadora española.
Pero no es buen momento, sobre todo, para un PSOE más hundido electoralmente que nunca, totalmente desnortado ideológico-políticamente y harto desvencijado organizativamente. Su secretario general, Rubalcaba, se había visto precisamente forzado a anunciar su “abdicación” de mala manera unos días antes que el monarca, aunque para hacerla efectiva después de él. Las razones resultan ahora evidentes: había que paralizar cualquier reacción de los barones territoriales y del grupo parlamentario socialista en el proceso sucesorio, que no por constitucional es menos antidemocrático. Y es evidente que muchos socialistas han empezado a comprender tras las elecciones europeas –unos de buena fe, otros porque a la fuerza ahorcan— que la única alternativa a la “pasokización” irreversible del PSOE es un giro drástico y creíble a la izquierda. ¿Qué harán ahora, en el momento crítico de esta inoportuna sucesión monárquica? ¿Aparecer coram populo como parte esencial de una “casta” empeñada en arrebatar a todos los pueblos de España, y no solo al catalán, el “derecho a decidir”, votando en las Cortes con el PP y con la UPyD la Ley orgánica ad hoc que necesariamente tendrá que regular esta sucesión hereditaria? La única voz disidente en la dirección socialista –más allá de las posturas de las Juventudes Socialistas e Izquierda Socialista— ha sido la de Eduardo Madina, quien, tras reafirmar su “republicanismo”, ha asegurado con ingenuidad digna de mejor causa que el voto positivo de su grupo parlamentario a la Ley Orgánica no cerraría el debate sobre la forma de Estado en una reforma constitucional posterior. Siendo realistas, lo que verosímilmente cerraría para siempre es la credibilidad de cualquier eventual giro del PSOE a la izquierda en su Congreso de julio.
¿Y qué hará la UGT? Las primeras declaraciones de Candido Méndez han sido para exigir una reforma constitucional en su momento sobre el reparto territorial y las consultas directas a los ciudadanos. Preguntado sobre la república, Méndez afirmó que UGT no la plantearía, pero que en caso que surgiese la cuestión (¿?) su sindicato es una fuerza republicana. El tiempo para reaccionar es muy, muy corto. Al menos, CCOO ya ha emitido un rápido comunicado sumándose lacónicamente a las voces que exigen un referéndum constitucional.
Recuérdese que una Ley orgánica –desarrollo de la Constitución— exige no solo mayoría absoluta (que ahora mismo la tiene todavía el PP en las Cortes), sino además, por razones de legitimidad política, que la mayoría favorable sea holgadísima, como de 2/3 cuando menos, y que no haya una oposición muy evidente en el tercio restante. ¿Cómo podrían votar a favor o incluso abstenerse CiU y PNV, como han anunciado, después de la prohibición de la consulta catalana? Por lo demás, el pacto en la sombra entre Rubalcaba, Rajoy y la Corona, para ser efectivo y no una simple maniobra para salir del paso, tiene que abrir perspectivas para una reforma constitucional controlada que ofrezca la negociación de una formula territorial mínimamente razonable a CiU, y aunque vaya ya con mucho retraso, que aparezca inmediatamente como una alternativa plausible a lo que la prensa ha venido llamando el “choque de trenes” de la Diada el 11S y de la consulta de autodeterminación el 9N. Ésta y no otra parece ser la explicación del voto afirmativo empeñado hoy por CiU. Y asalta inmediatamente la pregunta: ¿a qué coste mantendrá ERC su apoyo al gobierno de la Generalitat con la sola justificación de no entorpecer los preparativos de la Diada y la Consulta? ¿Y cuánto tiempo seguirá callada la ANC ante la complicidad de CiU con el proceso sucesorio español?
Por motivos obvios, el cenáculo que ha diseñado esta especie de golpe constitucional para iniciar la farsa de una segunda Transición demediada no puede ir a una reforma constitucional que exija referéndum. Es decir, sus reformas no podrían tocar, según el art. 168, ni el Titulo Preliminar, ni el I ni el II. A la espera de descubrir el trapichero artilugio jurídico que se prepara, parece casi imposible ofrecer nada razonable a CiU –incluso a Durán— que no pase por tocar esos Títulos de la Constitución del 78. Así pues, Rajoy y Rubalcaba se enfrentan a un verdadero dilema: o abandonar toda idea de reforma constitucional, o someter las acometidas a referéndum. Y Más y Durán, a la de aceptar como buena una promesa insustanciada para salvar el régimen que llevó al Tribunal Constitucional la reforma del Estatut aprobada por el pueblo catalán o seguir acompañando el proceso democrático soberanista.
Es verosímil la conjetura de que el Rey haya anunciado a toda prisa su intención de abdicar –en vez de esperar, por ejemplo, todavía unas semanas a que amainara la tormenta de las europeas— pensando que se agotaba el tiempo en el que el PSOE de Rubalcaba podría aún perpetrar in extremis et in angustis, antes de iniciarse la desbandada, una última deshonra a esta patria de la que tanto se llenan todos las bocazas y no dejar sólo y desairado al PP en la votación de la Ley sucesoria redactada por el gobierno.
Por eso se trata de una abdicación humillante: para el propio rey, desde luego. Pero sobre todo para el PSOE, si es que sus miles de militantes de verdad socialistas y de verdad republicanos no consiguen ser capaces de impedirlo. Porque el paisaje “reformador” que veríamos después del trámite parlamentario de la Ley orgánica no podría ser más desolador: el otrora poblado arco político dinástico, reducido ahora apenas a un PP en horas bajas y a un PSOE pasokizado desde arriba, desventrado y desangrado por el estúpido harakiri de un Rubalcaba que lo que único que de verdad aprendió en la escuela de Felipe González es el siniestro arte “político” de llevar a las gentes hacia donde de ninguna manera quieren ir.
Mientras tanto, las plazas se llenan de ciudadanos indignados que se niegan a jugar el papel de comparsas en el triste carnaval de la Coronación. IU, ICV-EUiA, ANOVA, Podemos, Equo-Compromís, el BNG y distintas fuerzas y organizaciones de las izquierdas sociales han llamado inmediatamente a luchar por la convocatoria de un referéndum en ejercicio del “derecho a decidir” de todos los ciudadanos del Reino de España. No tardarán en secundarlas otras: la cosa no ofrece duda. La erosión de legitimidad del régimen constatada recientemente en las urnas se hará aun más irreversible en medio de la ruborizante campaña mediática pelotillera ad maiorem regis gloriam a la que asisten estupefactos los distintos pueblos de España. Hasta las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015, cuando las gentes hartas de tanta y tan grosera manipulación en su nombre puedan por fin expresarse en las urnas a favor de las fuerzas del gran bloque republicano político-social que se anuncia.
Es más, puestos a jugar esta partida de ajedrez a que se nos fuerza, ¿qué sentido tendría para IU seguir siendo la peana sobre la que se levanta el poder de Susana Díaz, nuevo factotum del PSOE en el gobierno autonómico andaluz, una vez se ha hecho hoy pública su participación en la conspiración de los poderosos para negar al pueblo andaluz que pueda hacer oír su voz en esta cuestión democrática esencial? IU debe plantearse muy seriamente provocar unas elecciones anticipadas en las que el pueblo andaluz pueda expresarse inmediatamente en esta crucial disyuntiva entre la pseudoreforma taimada del régimen o la apertura de un proceso democrático constituyente
Pase lo que pase, los republicanos españoles siempre tendrán que agradecer al pueblo catalán la inestimable ayuda democrática prestada en este final de tragicomedia chabacana de la Segunda Restauración. Pero queda a los demócratas catalanes –también en provecho propio— un último esfuerzo por realizar, acaso el más difícil y delicado: acompasar republicano-fraternalmente y sin tardanza su justa lucha por el “derecho a decidir” del pueblo catalán con la lucha por el “derecho a decidir” de todos los pueblos de España. Ojala sepamos todos estar a la altura de las circunstancias. Porque, como dice el refrán chino que tanto le gustaba a Hobsbawm, no se nos ahorrará vivir en “tiempos interesantes”.
Antoni Doménech es el editor de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso.
El problema que nos plantea la Constitución española de 1978 es se nos presentó a votación en bloque, con todo lo que llevaba dentro, como es el caso de la monarquía perpetua. En 1978 sí que la alternativa a la Constitución era el caos del que veníamos y que apenas habíamos sacado los pies del fango.
La historia de España desde que tenemos noticias, ha sido una historia de rivalidades tribales, de guerras contra los invasores, de guerras internas, unos contra otros y otros contra los unos. El que por primera vez en este país se reconociese derechos y libertades desde una Constitución a la salida de una dictadura, supuso la aceptación casi masiva de esta Constitución, así como la sacralización, no sólo en cuanto ley de leyes, sino en cuanto algo poco menos que palabra de Dios.
Estamos en otros tiempos, las cosas han cambiado, la ciudadanía está mejor formada e instruida, se puede opinar y votar con libertad; la juventud ve guerra del 36 en los libros de historia, ni siquiera quieren saber o reconocer que aún hay sobre 150.000 muertos enterrados en las cunetas de los caminos de España, diría que ni quieren oír hablar de ella.
Franco también pensaba que el pueblo español nunca seríamos capaces de saber hacer uso de nuestras libertades, ni siquiera que todos sus nietos y nietísimas iban a sacarle tanto provecho a la ley del divorcio.
Digo todo esto aún a sabiendas de que es una voz republicana más, que no va a traer la república, pero hay que forzar para que, cuando se den las condiciones, pueda llegar.
Quise decir “miedo a la república”.
Cuando hablaba de “juventud sin futuro” me refería a sea preparadísima-màs que nosotros o por lo menos que yo-y que este país no les da una oportunidad.Creo que una república,si es una “república de trabajadores” les ofrecería màs.Yo tengo una posición acomodada,pero francamente no tengo ideo a la república.Creo que España sería un país mejor.Desde luego yo no puedo ser muy feliz con las cosas que vemos y vivimos.
Al fin, parece que entre unos/as y otros/as las cosas se van aclarando. Al menos las posturas, que ya es mucho, en este país donde la verdad siempre tiene dueños.
Miedo, convicciones domocráticas, sentimientos republicanos….espiritu de acomodación, ¿qué más da?
lo primero que se ha evidenciado, por los datos aportados es que Democracia y Monarquía no deberían ser incompatibles. Digo más, es muy difícil sostener la tesis de que la actual Constitución Española es muy poco democrática porque hemos escogido una monarquia como nuestra forma representativa de Estado.
Ahora, si me preguntáis, y mi voto fuera decisivo hasta el punto que con la suma del mío (+ 1) se decide la forma constitucional. Mañana domingo España sería republicana.
Pero lo que yo no quiero aceptar en estos momentos es un falso debate, un debate bastardiado, donde afloran los sentimientos en contra de los datos objetivos, y donde la lealtad a la palabra dada se quiera ignorar (Ruptura del Contrato Social) sobre la excusa de una falsa legitimidad de origen.
Ahora se apela al miedo, ¿Pero de qué miedo hablamos? La persona de ideas conservadoras, ya sea por ideología, o reforzada por su situación de amparo económico, tiene miedo, pero no a su integridad física, o a lo que en democracia se llama régimen de libertades (como derechos de la persona) sino a la pérdida de su posición, a lo adquirido. ¡Claro que se tiene miedo en una sociedad desigual!
Pero ese miedo aflora, siempre que apelamos a los sentimientos para reforzar nuestras posiciones, está en nuestra naturaleza.
Parece como si todavía no hayamos aprendido a amarnos “por lo legal”, y lo que se arrebata es lo justo, como el rapto.
La política y el debate social en España se está volviendo un juego peligroso, porque cada vez son menos las personas que quieren jugar limpio, y las restantes no queremos darnos cuenta.
Mira Ana el miedo es evidente.El otro día me meto en un bar de un barrio de Madrid.El dueño de unos cincuenta y tantos leyendo EL PAIS y lo de la abdicación.y sin que yo le diga nada me dice que lo que queremos es “tranquilidad”.Ahora como me dijo un amigo de derechas eso es lo que quieren los que tienen miedo,pero efectivamente esta “juventud sin futuro” puede que le importe un carajo montar una revuelta y el miedo cuando no tienes nada que perder puede que no exista…
Debí decir “términos incompatibles entre sí”, es la monarquía la que es incompatible con la democracia en su sentido etimológico.
Pepe, lo que acabas de apuntar, es una cuestión que siempre me ha producido mucha intriga, y no acabo de ver porqué en los países monárquicos europeos no hay este interés por la república.
Pero sí tengo claro que el grado de desarrollo no es debido a la monarquía.
También tengo claro que no se debe contrastar república versus monarquía, porque son términos incompatibles con la democracia: la monarquía viene por vía genética, la república viene vía urnas.
Perdón, no sé en qué estaba pensado. Noruega también es una monarquía. Los cuatro países a la cabeza del índice son monarquías.
Que las monarquías son un arcaísmo y, además, absurdo, es una obviedad. Como dice Juanel : “apelar a sus derechos dinásticos lo encuentro un despropósito infumable”. Que la gente de la calle porcentualmente, en este momento, votarían monarquía en referéndum, se aproximaría bastante al posible resultado de la votación. Y ¿por qué digo esto? Pues porque la población española es una población envejecida, y, salvo una leve minoría republicana, hablamos de una generación que vivió la guerra o la postguerra, con una educación escolar del miedo y que no tiene ganas de más movidas semibélicas o de enfrentamientos entre españoles. Además de que falta una formación política básica. Hay gente que aún cree en el origen divino de la monarquía o de que “más vale malo conocido que bueno por conocer” o de que los panegíricos juancarlistas, que tanto abundan en los medios de comunicación, les lleven a la convicción de que el rey ha salvado España y si no hay rey habrá caos.
El republicanismo está ahora en manos de generaciones jóvenes que, como ya dije, no tienen nada que perder y pueden plantarle cara al bipartidismo y a la monarquía. Por eso ayer hablaba de que en una o dos generaciones la monarquía caería cual fruta madura, es decir cuando en el Parlamento tengan mayoría nuevos partidos políticos que no le tengan tanto miedo a la sacralidad de la Constitución y llamen a las cosas por su nombre.
Si el PSOE fuese capaz de hacerlo en este momento, ocurriría lo que dice Peláez “Es un intento de confrontar el 90 por ciento de diputados con la calle. Cuando esos diputados puede que ya no representen a tantos…”
Pero en este momento, las cosas están así, el pacto constitucional se cumplirá, habrá nuevo rey que se llamará Felipe VI y, si utilizase un poco de la inteligencia que dicen que tiene, él mismo plantearía el referendum, pero…., me temo que no va a ocurrir. Pensará que, como la fiebre, estas manifestaciones callejeras, pasarán.
Esa descripción idealista de la República, ¿se sostiene tras el contraste con la realidad?
Según el Indice de Desarrollo Humano que publica la PNUD, organismo de la ONU, en 2013, de los 20 países con mayor índice de desarrollo humano, ajustado por desigualdad, resulta que 9 países son monarquías y 11, repúblicas. Y aunque el primero es una monarquía (Noruega), los tres siguientes son monarquías (Australia, Suecia, Países Bajos).
Finalmente el “republicanismo” Román no se limita a la Jefatura de Estado,como puedes ver en Francia o en la historia de España,es una actitud laica,cívica e igualitarista.No hay cosa màs contraria a esto que la Monarquía que por mucho que se empeñen estos principitos en remozarla no dejarà de ser una Monarquía católica y de las élites económicas y del establishment.La verdadera “casta” y no esa de la que habla Pablito…
Juanel eso de “buscar un presidente de la República…” suena a coña….
Pepe Rubalcaba no convocó las primarias abiertas tras la debacle de Europa por la abdicación del Rey.Lo de Cataluña lleva ahí hace bastante tiempo y él ya no tiene capacidad para resolverlo.Juanel,si realmente no es decisiva la Jefatura de Estado,¿por qué lo tramitan como ley orgànica cuando es completamente innecesario jurídicamente?.Pues para oponer la legitimidad del Parlamento a la de la calle.Romàn el 15M no es la Biblia y uno de sus problemas como el de Podemos es su indefinición ideológica…
La pregunta constitucional entre monarquía o república abre heridas históricas (sobre todo en un sector de la población mayor de 50 años o mejor de 60). Sin embargo, a mí me parece que lo importante para un país no es su representación colectiva por un Jefe de Estado, Presidente o Rey, sino su gobierno ejecutivo, legislativo y judicial, con presidente de gobierno y sus ministros, los parlamentos Cortes y Senado, y los tribunales de justicia. La pregunta sobre monarquía o república no va más allá de pronunciarse por quien nos puede representar mejor como país, y nos pueda dar mayores garantías de estabilidad.
Buscar un Presidente de República que pueda desempeñar estas funciones de representación y estabilidad en mi opinión no es tarea fácil. No me gustaría en absoluto que dependiera de los partidos políticos, y sea a propuesta del partido que gane las elecciones. Si fuese así es probable que tuviésemos a Aznar como Presidente. En mi opinión nada bueno porque en lugar de dar estabilidad divide. Tendríamos que buscar un independiente de suficiente prestigio internacional y consensuado por el país en un referendum o elección de candidatos posibles. (En este país saldría Mesi o Ronaldo, je, je).
Felipe de Borbón está preparado, es inteligente, capacitado, tiene experiencia específica para el cargo….. y tiene proyección internacional. El problema es si tiene suficientes derechos constitucionales para acceder al cargo y lo que no es de recibo que pueda apelar a sus derechos dinásticos sucesorios. En el primer caso es una cuestión legal en la cual no entro porque no tengo ni idea, pero apealar a sus derechos dinásticos lo encuentro un despropósito infumable. Es un contrasentido irracional porque en una democracia no caben otros derechos que los derechos humanos y los que derivan de la soberanía del pueblo. A pesar de que considero a Felipe de Borbón el mejor candidato para representar al país, tendría que consultarse a la ciudadanía si está o no de acuerdo con ello. No va a suceder, no están seguros de que vaya a ganar y no se atreven ni el PP ni el PSOE, a un posible cambio en las reglas del juego. El 15 de este mes estará hecho, todo rápido por si acaso.
En mi opinión el problema territorial en España nada tiene que ver con la Monarquía/República, sino con la Constitución del Estado de las Autonomías, o bien de Estados Federados, o bien Estados soberanos independientes en una Confederación común. Una misma monarquía y un mismo rey o reina puede serlo tanto de un solo Estado de las Autonomías como lo es ahora, pero también lo puede ser de Estados Federados con un ejecutivo común, o de Estados Confederados independientes entre sí. No sé si aún hay tiempo para la imprescindible reforma constitucional al asumir las consecuencias del derecho a decidir que tienen los pueblos.
Partiendo que cada ciudadano tiene el redicho a plantear sus legitimas aspiraciones, es evidente que La Constitución de 1978 establece la “Monarquía parlamentaria” como la “forma política del Estado”, expresión que engloba tanto a la forma de Estado como a la forma de gobierno. Y que El desarrollo histórico del Principio monárquico se consagra en el Estado democrático con la “Monarquía parlamentaria”, siendo la Corona un órgano más del Estado y el Rey su titular que ejercerá un poder moderador y arbitral sobre el conjunto de las instituciones. Que en el caso que nos ocupa, es la Constitución la que establece los actos del Rey que deben ser refrendados por otra persona, quedando libres de refrendo actos del rey que, aún teniendo relevancia constitucional, tienen carácter personalísimo, como la abdicación ……Aquí en mi opinión hay un vacío legal a no desarrollar el artículo 57.5, que aunque pone de manifiesto la necesidad que en un acto de tanto relieve intervengan de las Cortes Generales no lo especifica. Po otro lado, el Estatuto Orgánico de la Corona establece que la abdicación pone en marcha un mecanismo de sustitución en el ejercicio de las competencias del Rey, el sucesor inmediato al Rey tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias, que deberá, alcanzada la mayoría de edad, prestar juramento de fidelidad al Rey ante las Cortes Generales.
El hecho es que la Constitución de 1978 fue refrendada por el pueblo español con el 87,78 de votos a favor, 7,89 de votos en contra, y un 3,57 de votos en blanco, posteriormente aprobada en el Congreso de Diputados por el 92,8%.
¿Existe una demanda social para reformar la Constitución, y dentro de esta el Título Primero, sobre la forma de Estado?, no lo parece más allá de las reivindicaciones de algunos grupos políticos minoritarios. Los grupos parlamentarios que componen el parlamento surgido de las lecciones de 2011, que es la referencia legal de legitimación, no existe esa demanda de manera mayoritaria y en sus programas electorales votados por los ciudadanos no existía esa propuesta. Con el 71.69 % de participación más del 77 % de los componentes del Parlamento plantean no plantearon ninguna reforma constitucional en sus programas votados por los ciudadanos.
Se puede hablar de desmantelamiento del Estado Social Democrático de Derecho, y se puede hablar de políticas conducentes a poner en grave riesgo tal Estsdo.
lo mismo sucede para Europa, diseñada como una Europa Social de Mercado, pero quebrantando seriamente las actuaciones políticas y de gobiernos tales fines.
Mi tesis sigue en pie.
No son los representantes ( si se puede hablar en esos términos) del 15-M quienes piden un referendum. Que estan siendo consecuentes con las diversidad y disparidad de medidas propuestas y objetivos reinvindicativos que se acordaban.
Yo participaba de aquellas manifestaciones asamblearias.
No mezclemos las cosas. Que Pomemos, a cualquiera otra organización que apele a ser heredera del 15 M, no acapare el escenario político, creyéndose ser los légitimos y casi único representación de las izquuierdas
Porque van dados,
Nosotros, el pueblo, sguimos a la escucha. ( y no es ni por cobardía, ni por indiferencia, que nos estamos batiendo el cobre en nuestros lugares de servicio)
Estoy de acuerdo Pepe en que lo previsible es que, suponiendo que haya un referéndum, la pregunta no será monarquía/república. Claro que eso implicaría que el PP y el PSOE cerrarán la discusión pública sobre la disyuntiva monarquía/república. Claro que eso implicaría que el PSOE seguirá actuando a favor de la monarquía, por más que sectores de la sociedad piden que se les consulte sobre la disyuntiva monarquía/república.
A mí eso me suena a oponerse a siquiera abrir la discusión
Vale. Creo que mantendremos la diferencia entre tu valoración y mi valoración sobre si el PSOE es o no republicano. Aquí lo dejo
Saludos
Rodrigo, pienso que habrá un referéndum. Pero no creo que, en ese caso, la pregunta sea república, ¿sí o no? Sino que la pregunta podría ser, otra vez, constitución, ¿si o no? (con monarquía parlamentaria y con algunos cambios importantes, por ejemplo para mantener la unión con Cataluña de una manera satisfactoria para todos).
La preocupación, en ciertos ambientes, por la marcha de Rubalcaba, según dicen algunos, no tendría nada que ver con la proclamación del nuevo rey, sino, precisamente, con todas esas conversaciones supuestamente encaminadas a un hipotético nuevo pacto constitucional.
Podėis ver en la red una conferencia de José Manuel Alberca Serrano en la Real Academia de Jurisprudencia sobre las abdicaciones y renuncias que señala claramente que,aunque en el derecho histórico español la abdicación exigía ley especial,nunca se cumplió y era un acto personalísimo y libérrimo.Por ejemplo,Amadeo de Saboya mandó un mensaje a las Cortes y estas aceptaron la renuncia.El mismo Cánovas del Castillo-ojo peperos-criticaba como las Cortes podían autorizar la abdicación-un rey no puede serlo a la fuerza-.Serrano Alberca proponía,mucho antes de esta abdicación,que la ley orgànica general previera un mecanismo que las Cortes en sesión conjunta recibieran la noticia de la abdicación,no que la autorizaran.Leedlo porque la conferencia està muy fundamentada y se hizo en tiempos que no había estas premuras.En fin,que se ha elegido que las Cortes se mojen por reafirmación monàrquica y para contraponer poder parlamentario a poder de la calle.Pero estas cosas se pagan…
Mi tesis de que ese artículo prevé una ley general y no una ley especial porque la abdicación es un acto personalísimo del Rey lo mantiene José Manuel Serrano Alberca en un artículo en EL MUNDO titulado La abdicación y sus derivaciones jurídicas o algo así….Han elegido el camino de reafirmación bipartidista monàrquica porque de no haber una ley general que regule todas las abdicaciones basta con la Constitución que establece claramente quien es el heredero.Es un intento de confrontar el 90 por ciento de diputados con la calle.Cuando esos diputados puede que ya no representen a tantos…
Dije “nos conduce”…
Pepe el artículo que citas habla de la “incuria del legislador” en 35 los conduce a una ley especial de abdicación,afirmación contradictoria con la otra de que se incorpora el derecho histórico de que la abdicación la autorice l Congreso.El derecho histórico español no sirve par interpretar la Constitución de 1978 porque en aquel el Rey tenía poderes,en esta,no y por eso los actos del Rey siempre se refrendan por el gobierno o presidente del Congreso.Hay que seguir estudiàndolo y yo lo haré…
Pepe
El PSOE no se niega a abrir ninguna discusión
O sea que no se niega al referéndum? Venga ya
Rodrigo,
No sé que sucederá en el futuro. Pero, hasta ahora, la representación parlamentaria de quienes expresamente defienden la república era muy pequeña, aunque de vez en cuando en la calle hicieran mucho ruido. Por ejemplo, en las ultimas elecciones generales los partidos del pacto constitucional obtuvieron 317 de 350 escaños.
El PSOE no se niega a abrir ninguna discusión. Es que hasta ahora nunca se había planteado. No solo no se niega a ninguna discusión, sino que todo apunta a que se está fraguando un nuevo pacto constitucional. Probablemente Felipe VI acabe pasando por las urnas. Me atrevería a decir que es muy probable.
No lo interpreto yo,lo interpretan los constitucionalistas.La Ley Orgànica tiene por objeto reglas generales sobre las abdicaciones,no esta abdicación sobre la que no existe duda alguna porque hay heredero vivo.
Que no pasó nada, Román?
Pasó y está pasando mucho. El desmantelamiento sistemático del Estado Social, que era parte del pacto de los 70’s que ahora se ha vuelto tan sagrado para el PSOE y el PP, ¿te parece poco? Mira que en muy buena medida, hay vasos comunicantes entre quienes siguen luchando y cuestionando y manifestándose contra esa traición (el 15 M, las mareas, el movimiento indignado, etc) y quienes ahora piden un referendum sobre la monarquía. Y mira que quienes han aplicado políticas públicas de desmantelamiento del Estado Social, se oponen al referendum sobre la monarquía.
Interesante coincidencia
¿no crees?
La cita está tomada de aquí:
http://www.elderecho.com/tribuna/administrativo/abdicacion-rey_Juan_Carlos-efectos_11_686305001.html
Cuando moría Franco y se sucedían los mecanismos sucesorios, el Rey, investido de todos los poderes, se encontraba con un pais socialmente dividido, donde la Derecha era la heredera de la Dictadura, fiel al régimen, y las izquierdas, salidas de la clandestinidad, era toda republicana
En medio, el pueblo, la masa,las clase populares, como se le quiera llamar ahora vivía los acontecimientos con el sólo y único deseo de estrenar su libertad, y en medio de una crisis económica de Padre y Muy Señor mío, aunque disfrazada por la emigración masiva, y un sistema de economía subvencionada. La Autarquía el hambre nos habían hecho pacientes.
Nos creíamos al pie de la letra de que el proceso llamado Proyecto deReforma Polítcia consistía hacer normal en las instituciones del Estado, lo que era normal en la calle, en la generalidad de las personas.
Identificamos Democracia con Monarquía Constitucional, porque previamente, el Jefe del Estado, heredero del poder omnímodo del Dictador, dijo al pueblo español que reconocía que la Soberanía Nacional pertenecía al Pueblo, que residía en el Pueblo, y que de este Pueblo quería ser sólo la Institución de la Cornona, su representación.
Sigamos las reglas del juego sin desligitimar a nada ni a nadie, a no ser que hayamos estado construyendo colectivamente una gran mentira. Unos y otros, Tirios y Troyanos.
Lo que me produce un mayor malestar, en medio de todo esto, es lo que digo a continuación.
Se quiere apoyar el cambio, y se exigen referenda, como si quisiéramos cubrir una situación de quebranto de la legitimidad, en sus aspectos tanto formales, como de ejercicio.
Pero yo recuerdo que hace dos años tan sólo, un Gobierno se estrenó aplicando un Programa de Gobierno totalmente distinto a su previo Programa Electoral y en toda las izquierdas, en la progresía, en los ambientes jurídicos, corría la voz de que habíamos estado cayendo en una situación de ilegitimidad, de grave quebranto del orden jurídico y constitucional, porque todo programa electoral sancionado en las urnas es UN PACTO, UN CONTRATO CON LA CIUDADANIA.
Y no pasó absolutamente nada
¿A qué viene tanto rasgarse ahora las vestiduras? ¿Es que nos hemos vuelto exquisitamente demócratas de la noche a la mañana?
Las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica.
Eso es lo que dice el articulo 57.5 de la CE. ¿De verdad interpretas, Javier, que el predicado (se resolverán por una ley orgánica) no afecta al sujeto (las abdicaciones Y las renuncias Y las dudas…)
Sobre todo esto:
La Constitución establece en su art. 57.5 que “las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una Ley orgánica”. Venía así, nuestra Carta Magna con tal regulación, a insertarse en una corriente constitucional cuya preocupación principal fue la de someter la Corona al principio democrático, máxime en una monarquía parlamentaria como la nuestra, siguiendo la estela de las Constituciones del S.XIX, desde la más liberal de 1812 pasando por las de 1837, 1845 y 1876. La idea principal de nuestro derecho histórico era la de someter la abdicación a la autorización de las Cortes mediante una Ley especial, que en nuestro caso tras la intervención del Sr. López Rodó en los debates de la Constituyente de 1978, quedó reflejada mediante la garantía para el monarca y para el pueblo, que se llevaría a cabo por ley orgánica, que requiere para su aprobación mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (176 votos).”
(
Javier
El texto no dice que la ley es sólo para dudas de derecho o de hecho, dice textualmente “las abidicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona…”. El uso de la copulativa y es muy claro.
Saludos
Lo dificil de entender es que no siendo monárquico, cada vez que hay una inquietud social por modificar el pacto monárquico, el PSOE se niega a siquiera abrir la discusión. Como ahora en la negativa a que haya un referéndum para conocer si la población quiere un cambio de pacto social (que se concrete posteriormente por cauces legales mediante el proceso de modificación constitucional).
Fíjate que hasta el dictador Pinochet aceptó someterse a un referendum en Chile, cuando pudo fácilmente acudir al argumento del PPSOE de que si la gente quería un cambio, propusieran una reforma constitucional al Congreso que estaba dominado por él mismo.
¿A qué tanto miedo a escuchar la opinión de la gente, que hasta quienes siempre desprecian los formalismos legales ahora sin los primeros en argumentar procedimientos de reforma constitucional?
¿Qué pasará al PSOE y sus defensores si se demostrará mediante referendum que la mayoría ya no quiere el pacto monárquico? pues que se quedaría sin justificación para seguir defendiendo en la práctica la monarquía.
Y mira que, como bien apunta Ana, ni siquiera es seguro que los sectores monárquicos perdieran el referéndum. Políticamente sería la mayor legitimidad de Felipe VI, que más bien lo que se demostrara en el referendum es que la mayoría estuviera a favor de la monarquía. Pero no se quieren arriesgar a que les pase lo que a Pinochet, que estaba seguro de ganar y por éso aceptó el referéndum.
Saludos
Dije “caganchos”…
Creo que es evidente que el art.57.5 de la Constitución no obliga a dictar una ley orgànica,como dicen algunos constitucionalistas,porque según ese artículo esa Ley tiene por objeto las dudas de hecho o derecho y esta abdicación o plantea ninguna duda porque le hereda el príncipe heredero.Esta votación es acto de afirmación monàrquica y del régimen bipartidista de 1978.No sé porque el PSOE se presta a esto o mejor dicho lo sé perfectamente…Es el “partido de los caranchos”….
Rodrigo, no voy a discutir sobre cuestiones jurídicas de las que no entiendo nada.
Desde esa ignorancia, no me parece que la exposición de motivos quiera legitimar la dinastía actual en la previa a la segunda república. Ese, por cierto, siempre ha sido un tema tabú en este país. Cuando era niño, en las escuelas franquistas nos insistían en que la de Juan Carlos no seria una monarquía restaurada sino instaurada. Debía de ser una obsesión para Franco. Esa cuestión, sin duda, esta en el origen de la extravagancia de llamar oficialmente, primero al príncipe y después al rey, con sus dos primeros nombres, Juan y Carlos, cosa nunca vista en la historia de España. Pero claro, si solamente se hubiera llamado Juan, nunca se hubieran puesto de acuerdo Franco y el Conde de Barcelona, sobre si sería el tercer o el cuarto Juan…
En fin, a lo que nos interesa ahora. Si para motivar esta ley había que buscar antecedentes históricos, obviamente había que remontarse a los tiempos anteriores a la república.
En cualquier caso, pienso que lo importante de la ley, y el fondo de la misma, es que las cortes generales deben aceptar la abdicación real, quedando la voluntad del rey sujeta al arbitrio del Congreso y del Senado. Y ese objetivo la ley que se tramita, aunque breve, lo consigue.
¿Que se produjo una grave negligencia por parte del PSOE cuando gobernó al no haber aprobado una ley general para todas las abdicaciones? Pues igual sí. Aunque, por lo mque he leído, tampoco está claro que si existiese esa ley general, igualmente cada abdicación tendría que ser aceptada individualmente, por una ley particular. Por cierto, hace unos días Felipe Gonzalez ofreció una explicación de esa negligencia.
Sobre si el PSOE es o no es monárquico, lo han explicado tantas veces que aburre repetirlo. El PSOE no es monárquico, pero desde el primer momento de la democracia está en el pacto constitucional y respeta el pacto. Y ese pacto pasa por una constitución monárquica. Y mientras no haya otro pacto constitucional, todo hace pensar que seguirá respetando el vigente. ¿Que es lo que resulta tan difícil de entender de esa postura?
Yo Ana como yo soy un profeta absolutamente reputado,aparte de vidente,voy a adelantar dos sucesos.España no gana el Mundial y este príncipe no pasa de dos años….
En esta cuestión de si monarquía o república habría que poner unas piezas sobre la mesa a ver si pueden encajar cual partes de un puzzle.
Carece de sentido alguno que alguien llegue a jefe de Estado por ser hijo/a de, no tiene sentido ninguno.
La historia ha dado por legítimo este tipo de gobernantes, aunque tales individuos hayan nacido con escasa sustancia gris o con los peores instintos inhumanos y degradados hasta límites insostenibles.
En el caso de España y de Juan Carlos, tiene el añadido que acabaría con cualquier razón para justificar su jefatura de estado: lo nombró un dictador tras haber llevado al país a una guerra civil y haber derrocado al gobierno legítimo y democrático de la II República, Franco, que desde niño lo había educado para seguir el Movimiento, juramento que hizo de modo solemne.
Y, oh milagro, muerto Franco, con pequeñas excepciones, apareció el juancarlismo que ha tenido un gran éxito hasta hace poco tiempo por las razones que todos conocemos.
A su hijo, y sucesor porque lo dice la Constitución, Felipe, se le ha educado desde pequeño para su futuro como rey, como a nadie se ha preparado para tan alta responsabilidad, yo creo que estaríamos hablando del “político” mejor preparado para su “profesión”. Además, se dice que es muy inteligente.
Llega el momento clave, y nos encontramos con dos posicionamientos: quienes son monárquicos por encima de todo y en un referéndum ganarían, y quienes son republicamos sin contemplaciones de ninguna clase con argumentos propios del tiempo que vivimos.
Además de estos dos bandos, está lo que Podemos llama la casta, es decir los partidos políticos que, aun manifestándose republicanos, no dan el paso de presentar una modificación de la Constitución, como es el caso del PSOE. ¿Por qué? Pues porque tiene mucho que perder y sería el final de su existencia. Los pequeños partidos no se juegan nada porque saben que no van a conseguir cambiar las cosas.
Me temo, que, aunque la monarquía en España esté condenada en una o dos generaciones, de momento esto va adelante y para largo.
Conclusión: que siga vivo el espíritu republicano y que se armen de paciencia, que, cual fruta madura, la monarquía un día u otro caerá.
Rodrigo ese caràcter improvisado de la Ley hace que nadie se crea la versión del Rey y de la Casa Real que decidió abdicar el día 5 de enero cuando vio en la Pascua Militar que estaba decrépito…Si fuera así ya tendrían planificada la Ley Orgànica.Han decidido precipitar la abdicación por la situación del PSOE y porque todo el mundo sabe que el PP por sí sólo no puede sacar adelante esta ley ,màxime después de las europeas y los pésimos resultados del PP.Si Rubalcaba hubiera dimitido las primarias del PSOE hubieran girado sobre Monarquía-República…
Pepe Blanco
La propuesta de Ley Orgánica aprobada por el consejo de Ministros contiene más elementos que lo que apuntas en tu comentario.
Contiene, por ejemplo, una Exposición de motivos. Dicha exposición de motivos no es normativa, pero sí sirve para determinar la manera de interpretar la ley en caso de que se apruebe.
Y en la exposición de motivos de esta propuesta, hay dos buenas razones para votar en contra:
a) Pretender legitimar la dinastía actual en la dinastía previa a la segunda república, con lo que se pretende diluir que Juan Carlos fue rey por designación personal del dictador; y
b) Pretender torcer la letra y sentido de la Constitución, que mandaba que existiera una ley orgánica para resolver sobre “las abdicaciones” (así en plural) etc. En la exposición de motivos se interpreta que dicho texto constitucional debe interpretarse a la luz del derecho monárquico previo a la segunda república y a la dictadura, en el sentido de que debe haber una ley orgánica caso por caso y no una ley orgánica para todos los casos futuros. Esto no es poca cosa. Una vez más el PP, con los votos del PSOE van a torcer incluso la idealizada voluntad consensada en los 70’s. Y lo hacen para encuibrir que ni el PP ni el PSOE dieron nunca cumplimiento al mandato de crear una ley orgánica para todos los casos futuros, y se encontraron que la abdicación les pilló en fuera de lugar al respecto. Por supuesto, no tienen tiempo para redactar y pactar una ley orgánica para todos los casos futuros, entonces se sacan de la manga las constituciones del siglo XIX para tapar su propia negligencia
Claro, habrá personas para quien no represente problema alguno el que el PSOE sea pillado una vez más en negligencia durante el tiempo que gobernó, y que una vez más haga alianza con el PP para fortalecer al campo monárquico. Porque a pesar de todos sus discursos y decisiones de gobierno en el tema república/monarquía desde 1979, hay quien sigue creyendo que el PSOE no es un partido monárquico. ¿No?
No hombre,no…Que se vayan los borbones¡.
Vale, Javier. Entonces, ¿me estás queriendo decir que lo que quiere la izquierda a la izquierda del PSOE -incluyendo a todos Los Que Pueden- es que Juan Carlos se vaya pudriendo poco a poco en el Trono, hasta que acabemos viéndolo en una silla de ruedas, torcido como su difunta madre y medio babeante como el último Juan Pablo II? Y toda esa tortura ¿solamente para que no se corone un nuevo rey?
No hombre Pepe la abdicación es necesaria para la nueva coronación a no ser que coronemos a dos reyes del mismo palo-el de oros y,como sigamos metiéndonos con ellos,el de bastos;aunque los del PP son màs de los reyes de copas-.
El grado de irracionalidad que puede llegar a alcanzar la discusión sobre la república o la monarquía, se expresa bien en lo que hipotéticamente sucederá dentro de unos días en el Congreso y en el Senado, que la izquierda más a la izquierda del PSOE no apoyará la ley orgánica por la que se hace efectiva la abdicación del rey.
¿Y qué dice esa ley? Pues en su artículo único dice:
1.- S. M. el Rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España.
2.- La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente ley orgánica.
Y en la disposición final única, dice que la presente ley entrará en vigor en el momento de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
Y ya está. Esa es la ley orgánica. Es una simple aceptación por parte de las cortes de la abdicación del rey. Y los que voten que NO, estarán diciendo ue no quieren que el rey Juan Carlos abdique. Lo cual resulta bastante raro, teniendo en cuenta que se supone que son los mayores defensores de la república.
Más sentido tiene la abstención CIU. Al fin y al cabo, son catalanes y, por tanto y en general, son más listos: nos abstenemos, es decir, nos importa un pimiento lo que haga el rey de España.
Mira Pepe que no es protagonismo es acabar con la “mamandurria” monàrquica….Una de dos o se hace por lotería la Jefatura de Estado,o nos adscribimos a la Commonwealth o República….Pero esto de mantener a estos Mormones polígamos y a sus queridas y encima que no reconocen,como buenos cristianos,a sus hijos,se acabó….No estoy dispuesto a agüantar los telediarios de la Leti-sólo hace falta verla hoy en los premios de la moda-que ademàs en un par de años lo corona al nuevo Mormón,Camilo Sexto,y se va con un cantante hipster y lo deja plantado y sin novia…..Y encima que nos puedan meter en la càrcel por meternos con estos chupópteros..
Se invita -¿o se desafía?- a los grupos republicanos a que saquen la mayoría parlamentaria necesaria para cambiar los Títulos de la Constitución. Supongo que a ellos les gustaría mucho, muchísimo.
Pero mientras alcanzan ese nivel, ¿qué van a hacer, los pobres?. Pues mientras tanto serán ruidosas minorías, intolerantes, fanáticas. ignorantes y paranoicas (y algunas cosas más que ahora no recuerdo…ah, si… reaccionarios, rancios y aprovechados).
No pueden aún, los pobres, tener la respetabilidad, hombría de bien y ética de comportamientos acreditados por las actuales y discretísimas mayorías parlamentarias del bipartidismo.
¡Qué horror!.
Me reconozco “rancio”.
Lo del republicanismo del PSOE (ya lo dijo J.Ignacio Gonzalez Faus, “Partido Secreto de las Organizaciones Empresariales”), me huele a lo de OTAN, de entrada, NO. Después quedaron las sospechas de pucherazo. Pues del republicanismo del que ahora muchos hacen gala, pidenso, éso: de entrada, NO. Como aquí aplicamos las enseñanzas de Jesús, recordamos que el hijo que cumplió la voluntad del Padre fué el que trabajó en la viña. El PSOE es, como mínimo, esquizofrénico: dice una cosa y hace otra. Yo, rancio, pienso peor: sus élites son maquiavélicas. Con tal de chupar del bote, tragan con todo. Que conste que lo único que he conocido en persona son militantes de base. Honrados siempre.
Ayer mismo, Rubalcaba hacía saber a sus escuchantes que el PSOE había adquirido unos compromisos durante la Transición. Vaya. De eso no nos habíamos enterado hasta ahora. Suponemos que había sido para participar en el nuevo poder y que consistiría en sustentar la Monarquía en contra de su republicanismo. Deberá recordar que se prohiben las asociaciones secretas en su Constitución.
Concluyo: cuanto mayor haya sido el engaño que uno ha sufrido, más le va a costar darse cuenta de quienes son las oligarquías dominantes. Ya lo dijo aquel: El poder se relaciona con el pueblo por medio de la propaganda.
Antonio, el deseo de cambiar de sistema siempre es legítimo y su manifestación pública, siempre es democrática. Respecto a la necesidad de un amplio consenso, apelo sin ir más lejos a lo que piensa el autor de este artículo:
“Recuérdese que una Ley orgánica –desarrollo de la Constitución— exige no solo mayoría absoluta (que ahora mismo la tiene todavía el PP en las Cortes), sino además, por razones de legitimidad política, que la mayoría favorable sea holgadísima, como de 2/3 cuando menos, y que no haya una oposición muy evidente en el tercio restante.”
Digo yo que si para legitimar una ley orgánica, que no deja de ser una ley que desarrolla algún aspecto concreto de la constitución (solamente lo desarrolla, no lo modifica), se reclama una mayoría de 2/3 (que la propia constitución no exige para las leyes orgánicas), más fuerte, o como mínimo igual de fuerte, deberá ser la exigencia para cambiar todo un título de la constitución, en concreto, el referente a la corona. Es decir, para cambiar la forma del Estado.
Hay en el título un guiño a la zarzuela El rey que rabió de Vital Aza y Chapí. Hace poco González Faus había hecho referencia, hablando de los conflictos de España –El pueblo que rabió-, a lo tautológico del diagnóstico que emite el coro de doctores sobre el perro que mordió al rey: “De esta opinión nadie nos sacará: será rabia o no será”.
Este es un descargo de redacción, pero también una constatación de lo difícil que es diagnosticar si un deseo de cambiar el sistema (aunque no se tengan 234 diputados) es “democrático o no lo es”. La opción que va a tener que hacer el PSOE -y la opción o no por conservar la monarquía no es lo principal- va a ser tremenda. Ya veremos qué sale.
En línea con lo exuesto por Laura y Pepe aporto esto de mi cosecha para que el trabajo compensatorio y con ventaja al que cultural y estructuralmente ha desarrollado el sistema de podres pueda darse a favor de un global humanismo con eficacia y urgencia.
“Si la unión política de la ciudadanía progresista se realizara, superando injustificables desuniones en objetivos humanos primordiales, como la defensa del valor de la IGUALDAD PERSONAL y de su deberes y derechos cívicos, siendo la Jefatura del Estado completament ajena a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial propios de la SOBERANÍA POPULAR, lo de monarquía o república, en cuanto a efectos de poder, se distinguen poco, como pasa en muchos paises de uno u otro sistema.
Lo efectivo y eficiente es la MAYORÍA de Diputados en el Congreso y el Senado.
Ahí es donde tod*s nos la jugamos; y donde se hace concreta la libre responsabilidad o irresponsabilidad individual y colectiva de la ciudadanía.
Un fraternal, democrático y esperanzado saludo.
Con artículos como este, uno más de las “minorías” ruidosas que se denominan repúblicanas, que denotan una intolerancia y un fanatismo inversamente proporcional a su ignorancia y paranoia, se nos quita las ganas de sentirnos republicanos. Si cualquiera con un mínimo de sentido racional podría apostar por una república, entiéndase como república en su sentido amplio, el de englobar a todos los miembros de un Estado democrático, no la que quieren esos grupos “reaccionarios” encabezados por IU y Podemos, representantes de una izquierda tan rancia como el despotismo ilustrado. Y que que no poseen más que una mínima representatibilidad en el conjunto del Estado y algunos circunscritos a unas determinadas elecciones. La legitimidad la tiene el actual Parlamento que para ello fue elegido por el 70% de la ciudadanía. Presenten en las elecciones generales en su programa esa opción, y si obtienen una mayoría suficiente, los 234 escaños, podrán reformar la Constitución.
Creo que ya empezamos a estar bastante artos, de unos y de otros, y sobre todo de los aprovechados de turno que se atribuyen atribuciones y representación que no tienen y que jamás tendrán, de ahí su frustración.
La mayoría de las voces republicanas que se escuchan estos días parecen olvidar lo mas obvio de todo. Es tan obvio que hasta Rajoy, que es bastante mediocre, lo ha visto: para conseguir una república es suficiente con que 2/3 del congreso quieran una república. A partir de esa circunstancia debería ser inevitable conseguirla. Podemos e Izquierda Unida parecen estar seguros de un espectacular triunfo en 2015. Pues con el apoyo de los independentistas catalanes y vascos y otros republicanos, no parece que les vaya a resultar muy difícil llegar a los 234 diputados necesarios para cambiar la constitución y proclamar la república.
No entiendo a qué vienen estas histerias oportunistas. Si buscan publicidad, pues vale. Espero que sea eso y no entrar en el juego de que la gente olvide, a cuenta de la república, los tremendos problemas que todavía hay en España.