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Renovarse o morir

ZUGASTIpSegún Einstein, es absurdo hacer siempre las mismas cosas y esperar resultados distintos.  Parece que esto de Einstein es una idea bastante sensata, pero da la impresión de que en la izquierda no nos hemos enterado.  Llevamos más de siglo y medio diciendo prácticamente lo mismo.

Y no será porque estemos contentos con los resultados. Las batallas en las que creíamos haber obtenido un gran éxito: las revoluciones rusa y china, Vietnam, Cuba, los sandinistas… al fin han acabado en fracasos más o menos estrepitosos. Y los avances conseguidos por la socialdemocracia, con su vía del reformismo, se están convirtiendo en la huida desordenada de un ejército derrotado. Hoy, cuando el capitalismo presenta su cara más dictatorial, más irracional y más injusta, cuando una mayoría de ciudadanos se sienten brutalmente agredidos por el sistema capitalista, las fuerzas representativas de la  izquierda se mueven como un boxeador grogui por el ring, esperando sólo el golpe de gracia. Y esa gran masa de ciudadanos agredidos parece incapaz de encontrar unas ideas válidas en torno a las cuales movilizarse y organizarse.

Lo que sí reconozco que puede parecer muy discutible es eso de que el discurso de la izquierda no ha cambiado. Es cierto que sobre las ideas de socialismo, progreso, revolución, cambio social, etc. se han escrito miles de libros, se han desarrollado enconados debates y, de hecho, las fuerzas de izquierda se han dividido una y otra vez en mil opciones distintas. Pero ninguna de ellas ha logrado elaborar un proyecto de cambio que tuviera éxito y se consolidara en la realidad. A pesar de la imagen cada vez más tenebrosa del capitalismo (la imagen real, claro, no la que aparece en sus grandes medios de comunicación, los creadores de sueños y delirios) ninguna corriente del socialismo parece capaz de desarrollar un proyecto que pueda movilizar a las sociedades hacia una superación del capitalismo.

Tendremos que pensar que la incapacidad no está en las peculiaridades de cada una de las corrientes, sino en algo común a todas, en la raíz de la que nacieron todas ellas. Vemos que la mayor parte del pensamiento socialista deriva de la formidable obra intelectual de Carlos Marx. (Su opositora, la corriente anarquista impulsada por Mijail Bakunin, tiene claras deficiencias teóricas y una evidente dificultad para llevarla a la práctica, por lo que ha quedado relegada a una postura marginal.) No se puede negar que la obra de Marx es una gran aportación a la historia del pensamiento humano, y que su crítica del sistema capitalista es demoledora, pero eso no quiere decir que las líneas fundamentales propuestas para sustituir al capitalismo por una sociedad más justa y libre hayan resultado acertadas. En las líneas maestras del pensamiento de Marx se han inspirado los intentos más serios para derribar al capitalismo, pero ninguno lo ha conseguido. ¿No habría que buscar por otros campos los caminos para avanzar hacia la nueva sociedad?

Desde luego hay caminos que no valen, ni siquiera mantienen la dirección Cuando se abandonan las tesis de Marx, como hizo el PSOE en el Congreso Extraordinario de 1979, no fue para sustituirlas por otra forma de lucha contra el capitalismo, sino para aceptar los postulados capitalistas. Y prácticamente todas las “nuevas izquierdas” que se han presentado estos últimos tiempos, han seguido ese camino.

Actualmente, con algunos cambios menores para adaptarse a las circunstancias, la mayoría sigue repitiendo un discurso más o menos socialdemócrata, que hoy día convierte  a la izquierda en una fuerza conservadora. También se continúan oyendo apelaciones muy radicales a la revolución, pero suenan como todavía más antediluvianas. ¿Es que, manteniendo el objetivo de superar el capitalismo, no podemos plantearnos el cuestionar las líneas maestras por las que se ha movido el movimiento socialista en los dos últimos siglos?

El socialismo de inspiración marxista se apoya en una base radicalmente materialista. Es una de sus líneas maestras. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico forman el núcleo duro de la filosofía marxista. Para esta el cambio debe venir por la revolución en la infraestructura económica.

Pero ese socialismo ha fracasado, porque a materialista, al capitalismo no le gana nadie. Puede vestirse de nazareno en una procesión o ir del brazo de los obispos en una manifestación antiabortista, pero el capitalismo es mucho más radical y profundamente materialista que el socialismo. El tipo humano que fomenta, el hombre unidimensional, el homo oeconomicus no tiene más dios que el dinero. Una verdadera oposición al capitalismo tendría  partir, pues, de un socialismo ético, de un socialismo basado en los valores auténticamente humanos, los valores del espíritu humano.

9 comentarios

  • Rodrigo Olvera

    Demasiados puntos de disenso con el artículo propuesto como para caber en en comentario; ameritaría (si hubiera tiempo) una contestación en forma de artículo propio.
    Tan sólo diré que contrario a lo que apunta el título como intención de su autor, conforme avanzaba en su lectura me sentía trasladado en un viaje en el tiempo a los años 90’s con la caída del muro y la desintegración de la URSS, en que la enorme mayoría de artículos de/sobre la izquiera decían lo que acá se dice; provocando la famosa respuesta de Benedetti “La industria del arrepentimiento”
    Ojo que ni defiendo la URSS, ni me opongo a la crítica del marxismo ni del socialismo real. Pero si el capitalismo ha adquirido la forma y expresión que tenemos, la salida vendrá (si es que viene) por donde apuntan los distintos movimientos postmarxistas y no por una vuelta al pasado del socialismo utópico premarxista.

  • George R Porta

    El orden establecido en función de opresión de la mayoría por los pocos y la desigualdad es perpetuado violentamente y no puede dar Paz porque carece de ella. Eso es real. Los oprimidos por envidia o por ingenuidad o ignorancia pueden servir como peones del juego con o sin conocimiento de ello”. Esto tan bien es cierto.
     
    La mujer descubrió que tenía que luchar por su liberación. Una gran parte del cambio de giro en su historia se debe a su propio esfuerzo liberador. Los demás oprimidos/as que quieran liberarse tienen que luchar por ello precisamente porque sus opresores/as no continuarán estrangulándoles si no son obligados a dejar de hacerlo. Eso no quita que haya mujeres que colaboren con el sistema imperante que oprime a tantas personas, incluyendo mujeres.
     
    La Iglesia en conjunto ha jugado y juega este juego del orden violento. No fue solo las guerras santas, las expansiones imperiales europeas en siglos pasados y modernamente la pederastia, la corrupción administrativa propia y la corrupción financiera. Lo es igualmente el hecho a menudo omitido de que los propios seglares sirvamos al orden de injusticia en el ejercicio de nuestras profesiones o en la dirección de nuestras empresas o en el liderazgo político. Todavía el seglar descrito en la Constitución La Iglesia en el Mundo Moderno no se deja ver por ningún lado.
     
    Durante la resistencia europea comunistas y católicos cooperaron en la lucha antifascista. En las guerrillas latinoamericanas y en las campañas de liberación la misma colaboración fue maldecida.
     
    Resultado: La injusticia sigue asolando el planeta y la Iglesia está más dividida que nunca entre la cima de poder que retiene toda la autoridad y los seglares que solamente pueden obedecerla a ciegas. Muchos luchan contra la injusticia y sufren por ello pero muchos más o son neutrales y permanecen inmóviles o abiertamente apoyan la opresión no pocas veces violenta.
     
    María Luisa ha escrito acerca de este tema de la izquierda y la derecha y si la interpreto correctamente me hace pensar que plantear la realidad utilizando esas categorías sea falaz y desfasado. Los parlamentos todos están en un lado de la ecuación y Jesús muy difícilmente pueda estar sentado en ningún lado “derecho” porque esas categorías solamente tienen sentido culturalmente.
     
    Al Mundo lo divide la opresión que es muy diversa y desgraciadamente muy “humana” los animales y las plantas no la planean la opresión ni la agencian.
     
     
    Muchas veces parece que Jesús hubiese sido asesinado en balde.

  • Antonio Vicedo

    .- Asumido el contenido de este párrafo que cito
    (“sí reconozco que puede parecer muy discutible es eso de que el discurso de la izquierda no ha cambiado. Es cierto que sobre las ideas de socialismo, progreso, revolución, cambio social, etc. se han escrito miles de libros, se han desarrollado enconados debates y, de hecho, las fuerzas de izquierda se han dividido una y otra vez en mil opciones distintas. Pero ninguna de ellas ha logrado elaborar un proyecto de cambio que tuviera éxito y se consolidara en la realidad. A pesar de la imagen cada vez más tenebrosa del capitalismo (la imagen real, claro, no la que aparece en sus grandes medios de comunicación, los creadores de sueños y delirios) ninguna corriente del socialismo parece capaz de desarrollar un proyecto que pueda movilizar a las sociedades hacia una superación del capitalismo.)
    solo hago una pregunta, que nos puede orientar hacia el encuentro de esa causa permanente de frustración, división y fracasos por la izquierda sociopolítica, convertida en la mayor complicidad para los éxitos conseguidos por el capitalismo inhumano y criminal de siempre, hasta el del momento actual que roza la globalización del poder y la también,  la mas que amenaza, esclavización global de la Humanidad.
     
    Esta es la pregunta:- ¿Se h:a admitido alguna vez teórica y prácticamente la verdad de la REAL IGUALDAD ESPECÍFICA (De Especie Humana ) DE TODOS LOS SERES HUMANOS, siendo que ellos son la MATERIA PRIMA  para cualquier estructuración  relacional de LAS PERSONAS, en tanto sujetos inalienables  racionales, libres y responsables?
     
    Y según la respuesta que le demos podremos enmarcarla en ese principio lógico y casi indefectible de Einstein, apelando al absurdo de que pueda darse lo contrario.


    El poder, clasificando desiguálmente las personas , procede lógicamente condicionando la sitación de los sin poder por aquellos que lo alcanzan y lo van acumulando progresivamente, incluso con la complicidad de quienes no teniéndolo, desean participar de él para condicionar las vidas de los que pueden menos.


    La ley de la Razón de la fuerza no, puede establecer ORDEN ni BIEN en la HUMANIDAD llamada a ser Reino de racionalidad y libertad responsables mediante la FUERZA SOLIDARIA  DE LA RAZÓN.

  • George R Porta

    Amiga María Luisa: Me parece extraordinariamente significativa y clarificadora para mí esta afirmación tuya: “Es inútil que nos engañemos con eso de que la izquierda, es mejor que la derecha, ni ésta, mejor que la izquierda…En el cuerpo humano tenemos los dos lados…y ¿podemos desechar a uno en detrimento del otro?” y te la agradezco.


    Estoy sintiendo en mí un renovado interés por el marxismo sobre todo por lo que sale de la inplicación del psicoanálisis pero respeto tu opción y yo también he sentido en algunos períodos rechazos por el marxismo recocinado. Tampoco creo en eso de las derechas y las izquierdas si bien no creo que pudiera colocarme del lado de aquellas si tuviera que optar.

    Hay una realidad escandalosa en la separación de los que se enriquecen y los que se empobrecen y no creo que  sea una mera imaginación sociológica, es patente y por eso me parece imposible no mirar a la humanidad de la que soy parte, viendo esta “contradicción” antagónica de opresores y oprimidos.

    En este país donde vivo y posiblemente moriré esa divergencia no cesa de acentuarse y desafortunadamente toda la estructura política o sistema político imperante favorece su crecimiento.

    Gracias de nuevo.

  • María Luisa Machado B.

     Lo peor es que ni nos “renovamos ni nos morimos: “La vida sigue igual”…tal cual el canto de Julio Iglesias… Nada hacemos con  “renovar” las ideas, si en la praxis, en el comportamiento, en  la conducta, o como sea que queramos llamar a nuestra forma de actuar… dejamos de lado la ética que debe regir nuestras acciones en cualquier “terreno” que “pisemos”…y ni se diga en el “terreno” político…Los líderes políticos de tendencia “izquierdista” cuando llegan al poder, se vuelven capitalistas de estado… y de igual forma, aunque mucho critican a los  poderosos, a los burgueses, a las clases dominantes (para hablar en lenguaje marxista)…  en ellos,  son también los intereses: políticos, económicos, personales, de privilegios, de liderazgo, de culto a la personalidad, de perpetuidad en el poder…  los que manejan, los “programas, planes y políticas” que implementan ”y que” para el desarrollo y bienestar de los ciudadanos de una nación…¿Y cuáles son las “banderas” que utilizan para ayudarse a ser vistos como “los buenos”, en detrimento de los otros gobernantes derechistas que no atendieron las necesidades del   pueblo y que son los “malos”?: la manipulación de la conciencia de los pobres, con discursos discriminativos, homofóbicos, de lucha de clases, de racismos, y mediante la implementación de políticas populistas con la “pretendida ilusión”  de “hacen creer” que ellos si se están preocupando por los más abandonados y marginados de la sociedad… ¡Cómo se engañan a sí mismos!…porque al final, todo es una MENTIRA del tamaño de un templo…y la gente termina por no creerles y protestarles el engaño y  mala calidad de vida que suministran a la población…La corrupción moral y administrativa se da de igual manera en la izquierda que en la derecha…de ahí el fracaso de unos y de otros…

     (Debo reconocer que nunca, MARX, ha sido santo de mi devoción… quizás sea, porque soy socióloga y durante mis estudios universitarios, que hice por allá por los años 70, cuando aquí en Venezuela estaban muy de moda las corrientes de izquierda, que  tenían un poco más de seriedad  que esta fulana revolución del Siglo XXI, que no tiene ningún sentido…, en ese entonces, veíamos a MARX “hasta en la sopa”… porque en todos los semestres, ese personaje era el principal…en casi todas las asignaturas…y me harté tanto de MARX y de lo que pude conocer de él…hasta el punto de que no le reconozco el fruto de sus aportaciones, porque unos cuantos de mis compañeros, férreos  socialistas  de esa época, una vez que nos graduamos,  trataron de ubicarse en los mejores cargos y en puestos políticos importantes a la altura de los gobernantes de turno,  aunque eran adversarios, y muchos lograron “enchufarse”… y hoy ya no son izquierdistas….además…para nadie es un secreto, que los políticos que manejan las ideas marxistas y pretenden gobernar con ellas,  han fracasado en todos los países en  que las  han tratado de implementar…)

    Estamos abarrotados de literatura en todos los temas de la vida, también de literatura marxista y de críticas al capitalismo, a las derechas, a las izquierdas, a las ultraderechas, a las ultraizquierdas… y no  le vemos “el queso a la tostada”… “La vida sigue igual” …hasta tanto no cambiemos nuestro modo ordinario de ver, juzgar y actuar… por una conciencia ética que reconozca  el valor profundo (intrínseco y extrínseco) del SER humano, esto es la ESENCIA DE LA DIGNIDAD HUMANA,  en particular y en general…y realmente ese sea el verdadero motivo de nuestro VER, JUZGAR y ACTUAR en la vida que tenemos y que vivimos cada uno en cualquier lugar…

    Es inútil que nos engañemos con eso de que la izquierda, es mejor que la derecha, ni ésta, mejor que la izquierda…En el cuerpo humano tenemos los dos lados…y ¿podemos desechar a uno en detrimento del otro?

    Saludos cordiales.

    María Luisa M. B.

  • George R Porta

    Amiga Asun: Me parece extraordinaria esta afirmación muy difícil de cuestionay.  “Que la ética la podamos asir con las manos, llevarla a la vida diaria, a todos los niveles, respirar en uno mismo, en el ambiente cercano o lejano, y deje de ser algo etéreo, un tópico, un argumento dialéctico sin más”.


    No puede ser real una “moral” (Etica) que no sea praxis aunque el discernimiento tenga que incluir siempre lo afectivo de la compasión. Gracias.

  • Asun Poudereux

    Dadas las circunstancias vale la pena morir a toda renovación que no ha dejado de hacerse, según dice el mismo artículo, y que ha resultado ser un continuo acoplamiento al capitalismo cada vez más desenfrenado en lo peor de él. ¿No sería que lo que pretendía de fondo no era tan diferente del capitalismo?
     
      
     
    El fondo del problema es ético, de acuerdo, entonces morir parece tener más sentido. No existe transformación si lo anterior no muere y pueda dar espacio a nacer algo nuevo, emergente.
     
     
    Si realmente creemos que es esencial poner la ética en el centro de todo ello, me pregunto cuántas organizaciones e instituciones a todos los niveles deberían generosamente ceder su  hegemonía, desaparecer incluso, y esforzarse en  concienciar a fondo a toda la humanidad, desde la ejemplaridad.
     
     
     
    Claro que hay que morir, si no seguiríamos renovando lo externo y aparente, pero sin cambiar nada de fondo. Estamos embriagados de tanta palabrería banal, desde los más altos estamentos políticos, económicos y sociales.
     
     
     
    Que la ética la podamos asir con las manos, llevarla a la vida diaria, a todos los niveles, respirar en uno mismo, en el ambiente cercano o lejano, y deje de ser algo etéreo, un tópico, un argumento dialéctico sin más. 

    Gracias a todos.

  • ana rodrigo

    Pienso que son cuestiones muy complejas las que platea este artículo. Una cosa es la filosofía-teoría subyacente a cualquier ideología política, otra cuestión es el enmarque de esa ideología en las siglas de un partido político y otra muy distinta a ambas es cuando ese partido político llega al gobierno y tiene que tomar decisiones basadas en una ideología-programa electoral sin posibilidades de hacerlo. Entre otras razones porque se queda atrapado en la tela de araña de instituciones supranacionales.
     
    Quienes creemos que el gobierno de un país debe estar al servicio de las personas, y creemos y votamos a un determinado partido político por su ideología, nos sentimos tremendamente decepcionad@s cuando esto no ocurre en la medida de nuestras esperanzas.
     
    El dicho popular es “todos son iguales”. Los casos de corrupción nos revelan que responsables de todos los partidos han metido la mano en el cajón. Y con eso de “todos son iguales” estamos creando un ambiente de desconfianza total en la clase política, en definitiva en la democracia.
     
    La alternativa a la democracia serán los “le pen” de turno, la ultraderecha que crece y crece en toda Europa. Estamos en un momento difícil y peligroso para la sociedad. La abstención al voto de l@s decepcionad@s junto a la división de la izquierda, y la fidelidad de la derecha a sus convicciones manifestada en las urnas, consolidará la puerta abierta a un desastre social.
     
    Quizá nos olvidemos que todos los derechos sociales que se habían conseguido en España y que se han perdido con el PP, fueron conquistados por la izquierda española, eso sí, con todos sus defectos y errores, pero ahí estaban.

    Lo triste es que esta izquierda no se autoanaliza ni mucho menos hace autocrítica. Nada más tiene como objetivo atacar al adversario  como hizo ayer Valenciano.

  • Gonza Haya

    Me apunto a lo del socialismo ético. En todo ser humano hay un fondo ético. Sólo hay que hacerlo aflorar, confrontándolo con los egoísmos que lo cubren, y apoyándolo con estructuras sociales. Es difícil ser un héroe solitario, pero en grupos sociales es más fácil renunciar a los privilegios que hemos ido adquiriendo con los recursos expropiados a otros pueblos.