Un artículo de los que tiene preferencia absoluta en ATRIO.
Nacido del diálogo mantenido en los hilos de Atrio.
Gracias, Asun.
Se han venido produciendo en estas últimas semanas más de lo mismo a nivel político, social y cómo no, religioso: desencuentros en manifestaciones y recuerdos históricos, manipulaciones, simbolismos, advertencias y desprecios, derechos y deberes discriminatorios, que me han hecho ver la conexión con el fundamentalismo de base del que está impregnado, desde tiempo inmemorial, nuestra cultura española. Recientemente se había hablado en Atrio en dos hilos del tema titulado “Fundamentalismo religioso: la cuestión del poder teológico-político” en dos entregas y partiendo de esos dos artículos de Marilena Chauí y de los comentarios suscitados por parte de George y M.Luisa, participantes y amigos de este foro, se ha ido fraguando este escrito.
Hacer asociación del machismo o dominio por parte del hombre sobre la mujer, parece claro para comprender dónde se genera el fenómeno del fundamentalismo, que ha guiado a nuestra historia, la de falta de humanidad, en todos los ámbitos, sin excepción alguna. Pues en el caso concreto del machismo, se produce desde la dominación de las personas representantes del sexo “fuerte” y desde la complicidad pasiva del sexo “débil”, al no permitírsele otra opción. Y estas concomitancias se reproducen igualmente en el mundo político, social, económico y religioso, en lo que ha resultado el ejercicio del poder.
Por otro lado, me pregunto, cuándo, exactamente, se hace consciente en el ser humano su interioridad, llamémosla fenómeno trascendente que nos lleva a caer en la cuenta y ser el testigo que observa y no se identifica con lo que tenemos o creemos que somos, ni identificamos a los demás así. Porque en la sociedad que nos ha modelado, los que pasamos los sesenta años, ha sido y es bastante difícil para la gran mayoría silenciosa, entre otras cosas, quitar, primero, las envolturas impregnadas de culpabilidad y de miedos, de inseguridades y convencionalismos, y cómo no de complejos y prejuicios…, hasta poder empezar a tocar con desnudez e inmediatez el fondo de lo que es y somos. Me temo que la confusión inducida, por tanta contradicción, desde las más altas instancias, sigue igual en nuestros días, incluso agudizándose.
Seguramente no ha podido ser de otro modo o no lo ha habido, pero el proselitismo de intereses de base fundamentalista, además de provocar desigualdades e injusticias, ha impedido e impide transmitir y ayudar a descubrir, lo que ya llevamos en el “adentro”. Por lo que no me parece acorde al momento en que vivimos, hoy, que la educación y formación éticas desde la familia sean descuidadas y mimeticen muchos de los errores de antaño, como la falta de diálogo, atención y escucha. De hecho, en otros niveles y ámbitos, se siguen calcando las mismas pautas y procedimientos milenarios desde una parte minoritaria de la sociedad, pero muy eficaz en sus medios, que perpetúan su dominio e influencia en hacernos, a los más en número, olvidar e identificarnos en y con lo que realmente NO somos.
Tenemos, pues, la visión de realidad representada por una minoría de personas, que lo ignoran y que a su vez, por su influencia y poder, estas mismas personas hacen que lo ignoren, más aún, si cabe, la gran mayoría, al mover los hilos e imponer además la in-formación-des-información.
La estructura interior, ese fondo de consciencia en todo ser humano, se ve truncado en su despliegue real, no se le deja ver a través suyo. Sin gran esfuerzo se nos mantiene en el yo superficial, que se convierte en individualidad desconectada y separada, en adicción-compulsiva, por una parte, a los bombardeos de mensajes, y por otra, a las detentaciones de poder, “valores” injustos e inmutables que desprecian a las personas no consideradas sus iguales. Y lo que es ficticio se nos presenta como lo único real, y así surge la rivalidad de egos, donde se desconoce la solidaridad, la constante comparación manipuladora e ignorante, ignorante de lo que es fundamental y complementario en el universo profundo de lo real.
Lo ficticio toma el timón y no hace más que dar vueltas sobre sí, cambiándonos su imagen y escenario, sin posibilidad de detenernos y ver en ello toda una representación de conjunto bien orquestada y de la que formamos parte jugando cada cual sus roles y parcelas de poder y dominación, y lo que es peor, identificándonos con ellos. Ser, sin interrupción, ecos de bombardeos influyentes dispersos y variados para des-encontrarnos aún más en la desigualdad constructa y establecida como norma, y finalmente NO actuar para poder cambiar el rumbo en lo personal y colectivo, y dar el paso, de una vez, para pisar tierra firme, a ser posible, entre todos.
Su fuerte atracción e inercia (de lo ficticio) se retroalimenta de las mismas contraposiciones y discusiones que suscita el mundo de egos enfrentados, se reaviva, pues, en torno a la polémica continua, e impide tomar distancia y poder observar con calma para comprender y ver lo que es el ser humano de fondo y todo lo que le hace serlo.
Sin duda, el fundamentalismo envolvente es maestro de confusiones, desconfianzas y abusos jugando siempre su juego con ventaja. Y es difícil encontrar espacio, en su arrastre, para tener siquiera acceso al umbral de profundidad que nos constituye y somos, a eso que hombres y mujeres, de fondo, compartimos: un fondo accesible a la humildad y a la verdad, a la generosidad y a la gratitud, al servicio, en fin, al encuentro abierto y dialogante entre iguales en la diversidad de todo lo que es.
Pero, de hecho, ¿Qué, Quién y Quiénes tienen dificultad en ver y comprender, en rechazar de plano lo expuesto más arriba?
2.- lo peor que podemos hacer con uno mismo y con los otros es “fijarlo” y “tratarlo” como “LO QUE ES” y no como “LO QUE BUSCA-INTENTA SER”; e.d. PETRI-FICARLO = IMPEDIR-NOS (IMPEDIR-LES) IR SIENDO
Vaya! Este punto me obliga a interrumpir por un momento el debate televisivo sobre la independencia de Catalunya!
Pero Oscar!!!, si precisamente es por lo que siempre insisto, de que, en función de su realidad el ser humano siempre es el mismo pero nunca lo mismo, esto evita todo enjuiciamientos y nos abre al respeto mutuo. Lo dejo aquí y me voy a mi butaca, pero es que no me he podido resistir.
Hola!
Algunas breves con-secuencias de lo antes-dicho:
1.- queda justificada la suprema “QISQUILLOSIDAD” de la importancia que le damos a lo que “SE-DICE-DE-MÍ” (-“¿qué andan diciendo, por ahí, ‘quién soy’?” – “y, para ustedes, ¿qué piensan que soy yo? – “ tú eres …”).
2.- lo peor que podemos hacer con uno mismo y con los otros es “fijarlo” y “tratarlo” como “LO QUE ES” y no como “LO QUE BUSCA-INTENTA SER”; e.d. PETRI-FICARLO = IMPEDIR-NOS (IMPEDIR-LES) IR SIENDO.
3.- la Verdad es “IR COINCIDIENDO CON UNO MISMO”. Si le sacamos lo que pueda tener de banal o irónico, es lo que nos enseña Groucho Marx: -“¡Estos son mis Principios! -¿No le gustan? ¡Tengo otros!”
Y así sucesivamente …
¡Voy todavía! – Oscar.
Hola!
¿No será:
* que EL SER HUMANO NO TIENE NATURALEZA ALGUNA?
* que, por lo tanto, NO TIENE NINGÚN “SER”?
* que, dicho con otras palaras, NUNCA ES “LO QUE ES”?
* que, más bien, ES UN EMPECINADO PEREGRINO INTENTO-BUSCANDO SER?
* que ESE “SER QUE BUSCA” NO LO HAY?
* que ESE “SER QUE BUSCA” CONSISTE EN SU “TENER QUE HACERLO POR SU PROPIA CUENTA Y RIESGO”?
* que POR ESO ES PEREGRINO MENESTEROSO DE LOS OTROS PEREGRINOS?
* que LO ÚNICO QUE EL SER HUMANO “TIENE” ES HISTORIA?
* que, por lo tanto, EL MODO ADECUADO DE SABER DE ALGUIEN ES ESCUCHAR LO QUE LE CUENTA Y SE CUENTA DE ÉL?
* Etc. etc.
¿QUÉ ES ESE “QUIÉN” EN EL QUE CADA UNO DE NOSOTROS CONSISTE?
SOMOS UN PURO “CHISME SUSTANCIAL”
……………
*Voy todavía! – Oscar.
Digamos, aceptándolo, que mi proposición de que la Resistencia al cambio sea un de tantas variables de la Inercia, una especie de fenómeno multifacético o muy versátil y que descarte toda mi ignorancia que es obvia para limitarme a entretener lo que Marx reprochaba en sus Tesis sobre Feuerbach y que al hacerlo me limite a diagnosticar lo que ha ocurrido en la Historia, que esto ha fallado o que aquello otro ha fallado.
Digamos que yo pueda decir a otro, basado en mi propia autoridad, “eso que propones no es” sin pedirle que se explique, simplemente eliminando lo que haya dicho porque “me atribuyo la autoridad” de descartarlo y “mi diagnóstico es”. Sin tener que decir, pero diciéndolo, que esa forma de decir más bien representa intencionadamente o no al autoritarismo (y al dogmatismo que tanto daño hace) porque ni siquiera le pido primero que se clarifique en lo que haya propuesto.
Todavía queda el problema de como corregirlo y lo cierto parece a pesar de mi ignorancia que no es que en el mundo falten los profetas de todas las clases, sino que como el “Capitán” de los versos de Neruda: “Mi lucha es dura y vuelvo con los ojos cansados a veces de haber visto la Tierra que no cambia” (Cf. Poema “Tu Risa”, del poemario “Versos del Capitán” mayúscula y énfasis míos).
He ahí el problema, la resistencia a abrirse a la conversación a base de cerrarla imponiendo mi diagnóstico de la situación sobre el que proponga cualquiera otra persona por ignorante que parezca. Eso es por lo menos metafóricamente tan análogo a la inercia, cuanto la potencia lo es a cualquier fuerza que no se ha convertido, en términos newtonianos que no propongo utilizar, aún en trabajo, en fuerza en movimiento para cambiar una cosa de donde esté (o de cómo esté) a otro lugar (o a otra “forma” o modo) de estar.
Mi querida Asun, me alegra ver el jugo interpretativo que le has sacado a los comentarios de George y míos en el hilo que mencionas. Si en mi reflexión sobre lo que nos dices parto del núcleo principal de tu tesis “llegar a ser lo que ya en realidad somos” entonces examinando los errores individuales, sociales e históricos, que se han sucedido y que se han instalado en una determinada forma, debería partir, para su análisis, no de la noción de “fallo” en el sentido de que la humanidad ha fallado sino en la noción de “falta” en el sentido de que a la humanidad le falta algo para “llegar a ser”.
Lo que sí ha fallado es el modo de considerar la naturaleza humana arrebatándole la dimensionalidad que le es propia. En un estudio exhaustivo de la naturaleza humana esta dimensionalidad es dada anterior a todo tipo de divisiones entre exterioridad-interioridad, subjetivo- objetivo para precisamente poder llegar a ser lo que ya se es (tú tesis)
Ahora bien este poder que he subrayado no alude a “fuerza” alguna newtoniana, sino a un tipo de poder que surge del sistema ya constituido, no, por tanto, de lo meramente sustancial, y que nos abre a nuestras propias posibilidades.
Por esto las cosas y la propia naturaleza humana no se presentan como simples potencias, sino como posibilidades que permiten obrar.
Gracias, Asun, un beso!
Copio las preguntas de Asun: Pero, de hecho, ¿Qué, Quién y Quiénes tienen dificultad en ver y comprender, en rechazar de plano lo expuesto más arriba?
Quien o quienes sientan—o perciban—que lo propuesto por Asun constituya amenaza la estabilidad de su propia visión del mundo, reaccionarán contrariamente en proporción al miedo o la aversión que les inspire, aunque Asun escribe con gran respeto por todos.
Lo natural es que frente a lo real o imaginariamente peligroso se disparen las defensas desde lo mínimo hasta el homicidio. Los cambios no son bienvenidos por la naturaleza en general, cuando no pueden ser procesados a una velocidad tolerable. Es una cuestión de Inercia.
Ésta no es solamente un fenómeno mecánico sino una ley universal que rige la vida y que Newton simplemente observara y aplicara al movimiento. La naturaleza está orientada a mantener el estado de homeostasis, que las condiciones establecidas sigan como van. Esto es lo que el diccionario de la RAE dice al respecto: “homeostasis. (De homeo- y el griego στάσις, posición, estabilidad). 1. f. Biol. Conjunto de fenómenos de autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo. 2. f. Autorregulación de la constancia de las propiedades de otros sistemas influidos por agentes exteriores.”
Los cambios mínimos son naturalmente tolerados. Los cataclismos (tsunami, terremoto, huracán, avalancha de nieve) siempre engendrarán pánico. No se teme a la altura sino a la caída. Si descendemos paso a paso, peldaño a peldaño nos parecerá natural descender desde donde estemos por alto que haya sido. No se teme a la muerte de otro sino a su ausencia inesperada. Si el alejamiento o despegue ocurre progresiva y lentamente es mucho más tolerable. Las diferencias individuales muy marcadas o inesperadas crearán extrañamiento o rechazo proporcionales. El trato frecuente engendra adaptación o acogida. Pero no todo es coser y cantar. El maltrato de menores o ancianos/as va precedido de un período de seducción que el predador/a realiza muy lentamente, para no disparar las sospechas o defensas de su víctima.
A la raíz del autoritarismo, el terrorismo, el machismo, el racismo, y los fenómenos sociales o interpersonales similares se halla la incapacidad de mirarse como si se fuese “otro”. No aprendemos a mirarnos críticamente para aceptar nuestras deficiencias y vulnerabilidades. Tampoco aprendemos a mirar a otras personas de manera que sus limitaciones o defectos no nos amenacen e impidan su aceptación.
En las narraciones evangélicas se le atribuye a Jesús la propuesta de una regla muy vieja: “Amar como se ama un/a mismo/a” (Cf. Lucas 10, 27, pero también Deuteronomio 6, 5 y Levíticos 19,18) y una aclaración de la misma: “Ámense uno/as a otros/as igual que yo les he amado” (Cf. Juan 13, 34) y aún una segunda especificación: “nadie tiene amor más grande por los/as amigos/as que uno/a que da la vida por ellos/as” (Juan 15, 13) (redacción no inclusiva mía de la traducción de la Biblia de L. A Schökel y Juan Mateos).
Jesús esperaba la solidaridad de todos/todas con los demás. La vida según Jesús consiste en la cooperación, para que nadie tenga que llegar al extremo de dejarse matar por los otros/as.
Un buen amigo Atriero, Salvador Santos, me avisó anoche de la publicación en http://www.sexta.com, del programa Salvados (Antena 3) titulado “El Otro Lado de la Valla” en el que Jordi Éboli entrevista a una serie de personas relacionadas con la situación de los inmigrantes subsaharianos en Melilla, junto a Marruecos.
Este es el enlace: http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-8/capitulo-8-otro-lado-valla_2014040400470.html y mirarlo en la Internet cuesta €0.72 pagables por medio de PayPal o una tarjeta de crédito. Un inmigrante negro responde a Jordi Éboli acerca del miedo a los inmigrantes por parte de algunos españoles y europeos. Su respuesta ilustra lo que Asun ha posteado en su artículo. Para notarlo hay que mirarle/escucharle como quien mire/escuche fuera el mismo entrevistado.
Hola!
Pienso que estos “pasos” en escritura de los compañeros atrieros
van afinando las voces hacia una Sinfonía coral, que nos seducen a llenar silencios y ahogar malos tonos.
¡Vamos todavía!- Oscar.
A raíz de este párrafo y las preguntas que cito:
–(“Sin duda, el fundamentalismo envolvente es maestro de confusiones, desconfianzas y abusos jugando siempre su juego con ventaja. Y es difícil encontrar espacio, en su arrastre, para tener siquiera acceso al umbral de profundidad que nos constituye y somos, a eso que hombres y mujeres, de fondo, compartimos: un fondo accesible a la humildad y a la verdad, a la generosidad y a la gratitud, al servicio, en fin, al encuentro abierto y dialogante entre iguales en la diversidad de todo lo que es.
Pero, de hecho, ¿Qué, Quién y Quiénes tienen dificultad en ver y comprender, en rechazar de plano lo expuesto más arriba?)
aporto, que ese fundamentalismo, a plano personal y familiar primario no es maestro de confusiones, pues en la primera etapa vital y en circunstancias muy realistas lo que empezamos a observar en el comportamiento familiar, casi generalizado , es la más rica y eficaz solidaridad mediante la cual, tanto el cariño como la corresponsabilidad mater-paterna; y así mismo la participación en los bienes, muchos o pocos, de que dispone la familia, la actitud pedagógica teórico-práctica, es la distributiva igualitaria con la excepción, si se ha de hacer alguna, hacia algún miembro de la familia más necesitado por carencia coyuntural o permanente de posibilidades propias.
El primer maestro testimonial, pues, no es el fundamentalismo clasista, sino la racionalidad solidaria que admite, respeta, o busca la igualdad personal entre l*s hij*s respecto al derecho fundamental a la vida humana, por mucho que no podamos negar la ya original distinción de roles funcionales entre hijos e hijas, pero condicionado por la presión de destino social finalista.
El verdadero y real fundamentalismo egoista o estructural emana de la necesaria relacionalidad con l*s otr*s, como diferenciados de l*s mi*s o del pequeño nuestr*s, que viene a ser una consecuencia del virus de la posesión personalista pater-materno sobre su prole, que ataca la sana condición de la igualdad de valor y dignidad con finalidad de hermandad universal.
Habría, pues, que poner en entredicho la llamada, patria potesta, en cuanto signifique dominio de la personalidad filial, reduciéndola a una finalidad de responsabilidad subsidiaria de lo personal, con miras de suplencia mientras l*s hij*s llegan, en su proceso personalista de madures a poder ser considerados sólo como verdader*s herman*s en la gran y universal Familia Humana.
Para mi que es el virus del poder absoluto sobre la/el otr*, el que va infectando el estructuralismo humano y, tal vez, por eso, constituya el origen y permanencia del más inhumano y cruel FUNDAMENTALISMO por el que se considera originada, conservada y potenciada la DESIGUALDAD de las personas en valor, dignidad y finalidad en tanto sujetos-objetos de derechos y deberes fundamentales.
Por ello, respecto a las preguntas de la cita, respondo que esa dificultad es común a la universalidad de l*s human*s, como común es también la posibilidad de superarla con una adecuada actuación de la capacidad racional y optativa de la que todo ser humano estamos dotados.
De aquí la importancia de la EDUCACIÓN en clima de búsqueda de la verdad propia, y relacional con l*s otr*s, seres humanos iguales y con los bienes que la Naturaleza con tanta abundancia y gratuidad nos ofrece para el bien común.
Nada nuevo bajo el sol.
Ya el mejor y óptimo sistema SOCIAL más real y opuesto a toda inalcanzable UTOPIA, está descubierto y experimentado a nivel familiar normal, solo resta aplicarlo a nivel de Humanidad bajo la única y fundamental LEY DEL AMOR.: Lo que no quieras para tí, no lo quieras para nadie ; y Ama a tu prójimo como a ti mismo y, con ello, seas o no creyente, estarás amando real y verdaderamente a Dios; con lo que el verdadero Humanismo queda elevado a la categoría de Reino de Dios por la aplicación vital terrena de su Paternal Justicia.