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La corrupción de lo mejor

jbadaRecientemente se ha celebrado en Zaragoza un congreso sobre modernas tecnologías de Lógica Fuzzy, difusa o borrosa como también la llaman.

El evento se anunció como buena noticia con estas palabras: “Las máquinas también piensan”. Al leerla en un periódico pensé inevitablemente que se trataba de una licencia que solo pueden permitirse los que “piensan” como las máquinas. Y me acordé de una famosa conferencia que pronunció Heidegger en 1929 en la que afirmó rotundamente que “la ciencia no piensa”.

Obviamente los filósofos no piensan como los científicos cuando éstos “piensan” como los robots y hablan sin pensar lo que dicen. La lógica borrosa sirve para calcular. Con esa lógica se cuenta lo que pasa y se saca lo que ha de pasar en consecuencia si los datos registrados son exactos y las estadísticas no fallan. Es así como se reproduce virtual o físicamente lo que siempre pasa a partir de los mismos supuestos.

Salvo que ocurra un milagro, la regla se cumple: Si esto es así, entonces asá.

La ciencia moderna, como técnica, es un saber-hacer cualquier cosa sin saber lo que hace y por qué lo hace, hasta el punto de no entenderse o desentenderse de sí misma para olvidarse incluso de su propio malentendido. Y esto, más que saber, es un poder ciego meramente técnico. Los científicos en cuanto tales –dejando en la percha la dignidad de la persona humana– son expertos de bata blanca o de uniforme que no entienden de fines sino de medios, ni de valores sino de precios, ni de deberes sino de costes y beneficios materiales. No se hacen preguntas sobre lo que es justo e injusto, sobre el sentido de la vida y de la historia, y sobre nada que dé que pensar a personas responsables. Ellos solo son competentes para obtener resultados previsibles en ciertas circunstancias, bajo ciertos supuestos y contando con los medios pertinentes. Dejando la ciencia a un lado –que no piensa– los científicos son también hombres y mujeres como nosotros que no siempre pensamos como personas. Y eso es lo malo, no que la ciencia no piense sino que los humanos “pensemos” como las máquinas.

Cuando oímos hablar de “excelencia” a un ministro de educación o a un rector de universidad, salvo excepciones cada vez más raras, es para ponerse a temblar. La universidad no debiera rebajarse a niveles de la industria, mientras por otra parte la formación profesional no levanta cabeza. Es bueno tener excelentes profesionales, pero es mejor tener excelentes ciudadanos y lo uno no quita lo otro. Pero lo que sucede en este país es que unos, los universitarios, no encuentran trabajo a pesar de su  excelencia, y lo otros –los que trabajan como burros– son desplazados por las máquinas. La “excelencia” que se pretende en la enseñanza no tiene que ver apenas con la educación humana, mucho con la producción de fuerza de trabajo y bastante con la iniciación masiva para el consumo. Los que no pueden consumir, porque solo tienen hambre, sobran: van al paro hasta que se oxidan, y después a la chatarra. Los que trabajan sobreviven, y los que especulan….también se mueren, !qué se han creído! Pero mientras tanto, casi se pueden contar con los dedos los que tienen lo que miles de millones de este mundo.

La derrota de los filósofos y el éxito de los expertos en nuestra sociedad, va a la par con el desprestigio de la política y la corrupción de los políticos. La técnica es un progreso de la razón instrumental al servicio de la razón humana. Si ese instrumento se nos va de las manos o se desmanda, se pervierte y con él se hace ya lo que se quiere si se puede aunque no se deba. La política como ciencia es una técnica. Y la economía también. Los políticos saben cómo hacerse con el poder y conservarlo; los banqueros cómo hacerse con el dinero y ponerlo a trabajar, ¡que ya es decir!

El Filósofo –así llamaban los escolásticos a Aristóteles– subordinaba en cambio la economía a la política y ésta a la ética, que entendía como filosofía práctica. La ética, que es un saber vivir como se debe: humanamente, era como praxis la mayor sabiduría. Pero hoy la política y la economía, como ciencias, no dependen de la filosofía práctica y se han deshumanizado.

Saber hacer una guerra, un discurso, un puente o un estofado requiere tener conocimientos técnicos de estrategia, de retórica, de ingeniería o de arte culinaria respectivamente. Hacer de Dios en el gobierno, hacer dinero en los mercados o hacer el amor en la cama es también una técnica. Para eso no hace falta ser un sabio y basta con ser un experto, y apenas un individuo que actúa –naturalmente– como sistema: no para desvivirse por nada ni por nadie, sino para reproducirse y perpetuarse a sí mismo.

La reducción de la filosofía a la ciencia y de la ciencia a la técnica ha desplazado al sujeto y lo ha sustituido por un sistema psicológico y a la razón –que nos hace humanos, racionales o seres que hablan y piensan– por la “racionalidad” del sistema, ignorando a los actores en el mundo de la vida y de la convivencia –a las personas y a los ciudadanos– y observando solo la conducta de individuos como sistemas aislados: cada uno a lo suyo, sistemática, científica y racionalmente, como hacen los sistemas sociales: el político, el económico, el de medios de comunicación…, a cuyo entorno pertenecen los individuos humanos y a la inversa. Y de la misma manera que los sistemas sociales responden racionalmente según el sentido que los define y por tanto para conservarse en el tiempo no obstante el cambio y la complejidad de su entorno, así también los sistemas psicológicos respecto a la complejidad y a los cambios de su entorno al que pertenecen todos los sistemas sociales. Y como los políticos, los empresarios, los banqueros, los expertos en cada caso ocupan las instituciones sin dejar de ser por eso sistemas individuales, se aprovechan de su situación para afirmarse a sí mismos respecto a todo el mundo.

“Corruptio optimi, pessima” ( la corrupción de lo mejor es lo peor) es una sentencia atribuida a San Jerónimo. Y como el hombre es lo mejor, la corrupción humana es la peor. Siempre hubo corrupción en este mundo. En la antigua Roma se contrataba a los publicanos para recaudar impuestos y a los que abusaban de la profesión en beneficio propio, a los corruptos, les cortaban la nariz y los echaban al mar. Los publicanos tenían mala fama. En la administración pública y sus aledaños, lo mismo que en cualquier institución pública o privada, eclesiástica o civil, sin exceptuar a las organizaciones no gubernamentales, el interés individual de los “sistemas” expertos está al acecho del interés general de los sistemas sociales.

Cuando el hombre no vive humanamente, como debe, y no está a la altura de su dignidad, cuando se le considera por sistema como un objeto y la gente se comporta en general como se le considera, la corrupción se extiende por todas partes como la peste. Que San Mateo nos libre de los publicanos, y el Espíritu Santo de los banqueros.

José Bada (18.2.2014)

www.josebada.es

35 comentarios

  • Distingue  Juanel dos cuestiones: a) La  corrupción de la Ciencia  producida por intereses políticos, ideológicos o religiosos  sin ningún respeto ético, y b) la crítica a la Ciencia en general.  En cuanto a la primera – si no lo entiendo mal- parece admitir y lamentar   incluso la corrupción de la Ciencia. Aunque debería decir, más bien,  de algunos  científicos que no actúan de acuerdo con ningún código deontológico  ni respeto ético -no de la Ciencia, que no es una persona moral. Estoy de acuerdo, pero ese no es el problema ni el tema desarrollado en mi artículo. Ni todos los políticos son corruptos, ni todos los científicos, ni todos los humanos. Pero todos los científicos -como todos los políticos-  son humanos  y por tanto sujetos morales que pueden ser corrompidos.
    Respecto a la segunda cuestión , afirma  que nadie puede criticar a la Ciencia en general ni desde dentro y menos desde fuera. También de acuerdo, con alguna precisión. Pero tampoco   ese es mi tema ni el problema al que me refiero.   El conocimiento científico en cuanto tal   es exacto: “Si esto es así, entonces asá”, y no se puede criticar científicamente  desde dentro y menos desde fuera a la Ciencia en general.  Aunque le  recordaría – si me lo permite, yo no soy un científico- que cualquier teoría es  en principio una hipótesis que puede ser falseada.
    Lo que yo critico  es la pretensión de los científicos, de algunos, no de la Ciencia en general, de responder  “científicamente”  a preguntas que no son de su competencia  y  “explicarlo” todo  con su método empírico.   Y sobre todo la aplicación de  ese método y de esa técnica a una pretendida explicación, producción y reproducción  de la persona humana, después de reducir al hombre desde su punto de vista  “científico”  a un individuo de la especie humana y a cada individuo a un sistema individual  de esa especie en el que el sujeto – con su razón humana:su capacidad de hablar y de pensar, de elegir y de actuar responsablemente-  o  haya  sido reducido a un fenómeno  observable  objetivamente  como cualquier otro proceso de la naturaleza   sometido a su propia “racionalidad”.
    Las ciencias del espíritu se hacen preguntas que ignoran las ciencias de la naturaleza, y los filósofos -los teólogos,  incluso- utilizan un método distinto  para entenderse y entender  a las personas: se enfrentan consigo mismos en la reflexión  y con los otros en el diálogo.  Esto no quiere decir, que se ocupen de lo que no es.  Por el contrario,  hay quienes  se ocupan de lo que más importa: de  la verdad que acontece en el tiempo, aquí y ahora, en la situación.  Porque en la historia, amigo,  como en la vida  hay milagros y no pasa siempre lo mismo como en la naturaleza. Que tampoco cuando el hombre, ese animal incómodo, la saca de quicio y la compromete en su propia historia. ¿Me comprende, amigo?  Es lo que que trato de hacer. Las explicaciones científicas no me satisfacen, no responden a la pregunta que soy: a la que somos, y no podemos echarnos a la espalda.  Lo que está ahí al alcance de la mano es un objeto. Si eso es todo  Tú y Yo  no tenemos nada de qué hablar y nada qué hacer. ¿Lo dejamos?   Pero somos personas humanas, ¿o no?  Y los hombres se entienden hablando.  Incluso cuando comprenden  que no todo es comprensible  aquí y ahora.
     
     
     
     
     
     
     
    nunca se tiene la verdad en el bolsillo.
     
    L COPNTRARIOnI QUE SU COMPRENSIÓN
     
    Se ocupan de la REAALIDAD   esto noquiere decir
     
     
     
     
     
    y De acuerdo,

  • Juanel

     
    Una cuestión es poner atención en la corrupción de la Ciencia producida por intereses políticos, ideológicos, religiosos,… y sobre todo económicos indagando quién, pará qué y por qué se financia sin ningún código deontológico ni respeto ético, y otra bien distinta es la crítica a la Ciencia en general, desde ciertas posiciones ideológicas, filosóficas, religiosas,…. por que sus resultados no cuadran con ellas o las contradicen. Hay un cuerpo amplio de conocimientos científicos suficientemente probados con altísima probabilidad de ocurrencia y causalidad, tan próximo al 100% que se imponen de modo seguro por su escasísimo margen de error. En esto no hay crítica posible desde dentro de la propia Ciencia y menos aún desde fuera de ella. En ello no se requiere ningún tipo de fe o confianza, simplemente son hechos o procesos que suceden “siempre” del mismo modo en cualquier tiempo y lugar cuando se dan las condiciones causales que los producen.
     
     
    La investigación científica se apoya en ese cuerpo extremadamente próximo a la seguridad plena de conocimientos, pero para hacerla avanzar es necesario prescindir de las seguridades, plantear nuevas hipótesis audaces ante nuevos problemas y dotarse de suficiente fe o confianza en que la hipótesis propuesta podrá ser probada a corto plazo o más largo. Por ejemplo el bosón de Higgs previsto teóricamentes décadas antes de ser demostrado experiemntalmente. Sin duda hay hipótesis que no fueron probadas sino todo lo contrario, por ejemplo la teoría del flogisto o del éter, pero hay teoría que se mantiene durante siglos como la física newtoniana y que sigue funcionando la mar de bien, como caso particular en donde el espacio, el tiempo y la masa pueden tomarse como constantes.
     
     
    Decir que la Ciencia sólo puede predecir sucesos pero no puede decir qué son las cosas ni cómo explicarlas carece de todo fundamento. Esto sólo puede decirlo aquel que lee o estudia la Ciencia condicionado por prejuicios, basados en una especie de intuición de saber el qué, cómo, por qué y para qué son las cosas que difiere de lo que la Ciencia dice. Estos dos “saberes” son muy distintos mientras que el saber intuitivo se basa en cierta coherencia interna de un sistema de pensamiento, el saber científico siempre está referido a la prueba de ensayo-error del método científico, ya sea factible de forma inmediata o bien posible en un futuro más o menos cercano.
     
     
    La desconfianza en la Ciencia surgió a partir de su aplicación tecnológica sin ningún respeto a la ética, con el desarrollo de armamentos de “destrucción masiva”: nuclear, química, biológica,…., sobreexplotación de recursos, contaminación medioambiental,… Sin duda la pregunta es ¿todo aquello que la Ciencia-Técnica puede realizar por su conocimiento acumulado, debe de hacerse? Y si hay un límite que no se debería rebasar, ¿quién puede o tiene el poder para controlarla?

  • Juanel

     
    Me parece que para sostener que la práctica de la Ciencia debe sujetarse a un código deontológico que respete la dignidad de las personas, de los seres vivos en general y del medioambiente con su biodiversidad y ecosistemas, y que evite la corrupción en particular por intereses particulares de quienes la financian, no tiene ni debe llevar a rebajar su prestigio ni a limitar su alcance por que ciertas filosofías o antropologías o creencias religiosas se vean amenazadas por ella.
     
     
    Decir que la Ciencia “no piensa”, que los problemas que se le presentan los genera ella misma, que no aborda problemas fundamentales del ser humano, que….. me parece un grito de socorro a la desesperada para hacerse un espacio de los “verdaderos pensadores” filósofos, teólogos, antropólogos ….. que la Ciencia amenaza con tragárselos en corto tiempo al invadir sus espacios específicos. No se apuren todavía no ocurre, pero ya me gustaría que la Ciencia acabase con las especulaciones arbitrarias de sistemas de pensamiento en particular en neurociencia y “saber” mediante el método científico el qué, el cómo, el porqué y el para qué del yo, el sujeto, la mente, el alma…. Pero ya está en ello y sus resultados en estas últimas décadas son espectaculares.
     
     
    No se puede hablar hoy de estos temas como si la Ciencia no se hubiese interesado por ellos ni hubiera hecho nada. No se puede ir a buscar “conocimiento” en estas cuestiones en la filosofía griega clásica y si me apuran en toda la historia de la Filosofía incluido el s.XX (Heigegger, Ortega, Zubiri…..) y menos aún en la “casi” totalidad de la Teología realizada. El cambio de paradigma ya está aquí no sé si se han dado cuenta de ello, aunque sospecho que no por los comentarios.

  • George R Porta

    Estimado Sr. Bada: Me apena que asuma responsabilidad por algo que en realidad no le corresponde. No basta con atacar a la ciencia que en sí misma no hace decisiones ni las implementa. Es justo atacar a los científicos que corrompen la ciencia, es decir, el conocimiento científico y su enorme poder, y subsecuentemente el uso del mismo y de los dineros que los financian y que debieran destinarse prioritaria si no exclusivamente a financiar investigaciones que produjeran descubrimientos destinados a fomentar el Bien Común. Independiente de todos los argumentos filosóficos y de todos los razonamientos que se quieran hacer, lo cierto es que las universidades multiplican la burocracia y los gastos publicitarios para asegurarse los dineros y la popularidad o la visibilidad social y la penetración del mercado estudiantil para ponerse al servicio de las grandes empresas y los intereses comerciales más poderosos, particulares o públicos, y no escatiman incluso si tienen que con ello viciar o corromper la libertad de cátedra e investigación.
     
    En mi primer comentario argumenté en favor de su artículo porque me parece que haya usted dicho algo que es menester decir y denunciar con fuerza y es el hecho incontrovertible de que el mundo del bienestar es cada vez menos accesible y el mundo del malestar es cada vez más populoso por la misma razón de los costos y las relaciones sociales clasistas.
     
    Lo que guía el desarrollo científico no es Bien Común sino el incremento de los dividendos de los inversionistas cuyas corporaciones financian las investigaciones y seleccionan los campos de atención científica. Ese modo de proceder es esencialmente corrupto e inmoral y corrompe o destruye lo mejor, el amor a la ciencia y el entusiasmo por descubrir nuevos conocimientos y de promover la utilización racional de la naturaleza que los jóvenes debieran poder sentir cuando ingresan en los centros de enseñanza universitaria o en los centros de investigaciones científicas superiores. Nada debiera por la misma razón limitar a quienes sientan inclinación por la filosofía y el arte o por las Humanidades a que pudieran educarse para expandir el conocimiento y la comprensión de esos campos para Bien de todos u debieran poder tener a su disposición los mismos recursos que los estudiantes o estudiosos de cualquier otra rama del saber, sin discriminación.
     
    Me apena que el sarcasmo y la ironía y los reproches que ha recibido por la denuncia que hizo le hagan sentir que ofendiera a alguien. Quede usted satisfecho y orgulloso del debate que ha causado.
     
    No hay obligación de ser neutral o justo cuando lo que está en juego es la supervivencia del Planeta y de la Humanidad. En efecto el curso meramente comercial que lleva la vida moderna amenaza todo eso y merita la denuncia de tales peligros y de los riesgos que implique.
     
    Mi felicitación poco vale porque soy desconocido y no tengo nombre ni merezco atención en este sitio público ni en ninguno porque no soy especialista de nada y soy más bien autodidacta aunque me siento satisfecho de haber aprendido lo poco que sepa. Con toda sinceridad se la extiendo y le ruego que acepte mi felicitación por su artículo. No quiero dejar de agradecerle públicamente su la lúcida valentía de su denuncia.
     
    Es cierto que el capital y la política están corrompidos y corrompen todo lo que tocan y es necesario que sea dicho y que sea dicho con el enardecimiento y el coraje que despierte a quienes lo escuchen de esa especie de estado narcotizado en el que la indiferencia pone a tantos en la posición de pasotas, cínicos, o indiferentes.
     
     
    Un abrazo agradecido y por favor no se disculpe que ha hecho usted mucho bien.

  • Antonio Vicedo

    Convertir o considerar a las personas en tanto sujetos activos, o pasivos, solo como “competentes para obtener resultados previsibles en ciertas circunstancias, bajo ciertos supuestos y contando con los medios oportunos sin consideración ética ni sobre ellos, ni sobre la finalidad buscada como bien global, no deja de ser una desatención al carácter responsable de la libertad, si es que se dispone de ella, y una negación del valor inalienable de la dignidad universal de todo ser humano.
     
    Esas personas subdesarrolladas por la ignorancia o los engaños, cultivadas por falaces cultivadores, pero no debidamente educadas -ayudadas a sacar de si mismas todo el potencial de sus capacidades racionales y prácticas opcionales- pero s cultivadas dentro de un sistema de cultivo despersonalizador, son utilizadas- con equivalencia de corrupción o prostitución- al margen o contra su condición inalienable de sujetos, de seres verdadera y realmente humanos.
     
    Es por ello que el poder, despersonalizador en quien falsamente lo ejerce y sobre los que se ejerce, constituye el verdadero y universal origen de todos los desequilibrios que en la Humanidad se han dado y permanecen, empezando por la negación del valor, dignidad y finalidad iguales, patrimonio de todos los seres humanos.
     
    Todo lo que no sea poner remedio eficaz a esta causa deshumanizadora de las personas, de sus actividades y de sus modos relacionales librándolas de la infección del poder, será poner inútiles e ineficaces remiendos, siempre menos efectivos y menores que las grandes rotura y  destrozos que hacen inhumana a la Humanidad.

  • oscar varela

    Ok! Sr. Bada!
     
    Estamos de acuerdo. Ya hemos puteado a la “banalización”.
     
    Ahora a ejercer nuestra tarea de “pensadores”.
     
    No se despida. Caminemos juntos ¿no le parece?
     
    ¿Vamos todavía? – Oscar.

  •  
     
    Evidentemente no he sabido hacerme entender en este foro. Lo reconozco, la culpa es mía. No obstante “el tema”- como se dice hoy- no es ese. Y el problema – porque es un problema humano y no un tema de tertulianos – es la derrota del pensamiento y el abandono de la filosofía -y por tanto del entendimiento entre las personas, de la comprensión humana  y de la interpretación  de la existencia, de la vida y de la historia- como piedra desechada después de la Ilustración inacabada y -de otra parte- la victoria aplastante de los métodos explicativos en este mundo en que vivimos con la atracción irresistible de la ciencia en sentido restringido – como saber-hacer cualquier cosa- y el dominio que supone todo esto sobre la naturaleza. Lo que significa, en otras palabras, una victoria de la razón instrumental -a pesar de todo- en un mundo en el que se puede hacer y se ha hecho, por ejemplo, jabón de los judíos, niños a la carta, naves espaciales y máquinas que “piensan”.

    Ruego que no malentiendan lo que digo, por favor, no ataco a los científicos, ¿quién soy yo para hacerlo? Ni desprecio la ciencia, a la que tanto debo. Por si no lo saben, yo tengo en mi casa un frigorífico, el ordenador sobre la mesa,un móvil en el bolsillo, un coche en el garaje y alguna enfermedad en el cuerpo como tantos otros. Y hasta podría entender y desear, incluso, que me trataran los mejores especialistas “objetivamente”….en el quirófano [Ojalá que la barbarie no liquide la mejor herencia de Occidente: el Estado de Bienestar  y , con ello, la joya de la corona que es en España  todavía el Sistema de Salud Pública] Pero les juro que no soy un objeto ni quiero serlo, y ustedes tampoco. Y ellos -los científicos- también son humanos, !faltaría más! El peligro no está en la técnica, que es un instrumento, ni bueno ni malo moralmente hablando.
    El peligro que denuncio es la destrucción del hombre: la aplicación de la técnica en la manipulación de las personas como si tal cosa fueran y el comportamiento de los humanos como si fueran sistemas psicológicos sin alma -sin libertad ni responsabilidad- o individuos en los que la razón y el sujeto -que no se ven desde fuera- han sido metódicamente arrumbados y sustituidos por la “racionalidad” del sistema que es perfectamente observable para cualquier observador.

    Ahora bien, el hombre no es algo sino alguien. Y sin embargo, esa verdad elemental y consabida – que de tan sabida puede caer en el olvido- hay que decirla y recordarla, traerla al corazón y celebrarla en público, para que no se pierda y la perdamos. Y eso es lo que llamo yo pensar, pensar en la vida y en la convivencia, en uno mismo y en todos los otros. Abiertos incluso al enteramente Otro si es que existe y nos habla, y que tampoco es o sería ningún objeto. Aunque esto es ya otro tema en el que no he querido entrar ni salir aquí. Lo que digo al final de San Mateo y del Espíritu Santo, no es obviamente una oración. En todo caso, un guiño, una una alusión y acaso una provocación que tiene sentido en este contexto  de ATRIO.
    Agradezco mucho  a Oscar su última aportación que es pertinente y aclara, sin duda, mi punto de partida. No obstante, le recuerdo que no hablo en mi artículo de “los científicos” sino de “los científicos en cuanto tales”. Y ruego a  la que abrió turno en este debate que me perdone la falta de tacto. En modo alguno quise  ofender a la ciencia -que no es quien para ofenderse- y menos a los científicos que, aparte de su profesión, ejercen por supuesto de seres humanos y merecen como personas todo mi respeto.  Muchas gracias a todos por el tiempo que me han dedicado.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Dice el Sr. Bada que el detonante de su reflexión fue una frase: – “me acordé de una famosa conferencia que pronunció Heidegger en 1929 en la que afirmó rotundamente que ‘la ciencia no piensa’.-
     
    Luego, a la CIECIA y a los CIENTÍFICOS les hace cargo de “IRRESPONSABLES”; dice: – “No se hacen preguntas sobre lo que es justo e injusto, sobre el sentido de la vida y de la historia, y sobre nada que dé que pensar a personas responsables.”-
     
    Heidegger se desgañita mostrando que la Ciencia no tiene nada que ver con PENSAR porque: -“la relación entre la ciencia y el pensar sólo es auténtica y fructífera si el abismo que hay entre las ciencias y el pensar se hace visible, y además como un abismo sobre el que no se puede tender ningún puente. Desde las ciencias al pensar no hay puente alguno sino sólo el salto. El lugar al que éste nos lleva no es sólo el otro lado sino una localidad completamente distinta.”-
     
    Y acá nos declara Heidegger la “nada que ver un método con otro método para saber”:
     
    * el de la CIENCIA es DEMOSTRAR (“Lo que se abre con ella no se deja nunca demostrar, si demostrar significa esto: deducir proposiciones sobre un estado de cosas desde presupuestos adecuados y por medio de una cadena de conclusiones.”)
     
    * el del PENSAR es MOSTRAR (SEÑALAR).
    ……………………..
     
    Aunque confusamente, sin embargo el Sr. Bada da en el clavo porque pone sobre el tapete lo que AHORA “NOS PREOCUPA”. Lo dice Heidegger: -“Lo preocupante, en este tiempo nuestro que da que pensar, se muestra en que todavía no pensamos.”-
     
    La CIENCIA no es un asunto de PREOCUPACIONES, sino de alciónico JUEGO. El “científico” no tiene “problemas”, sino que se los fabrica alegremente. No conoce las “Urgencias” como le acontece al “Profesional”. Cuando vamos al Médico (profesional) por un dolor de hígado, no vamos a una Cátedra (científica) para averiguar cómo funciona sino para curar la dolencia.
    ………………………
     
    No sé si podemos aprovechar estas in-cursiones un tanto difíciles, pero Heidegger se muestra eximio “filósofo” no porque va p’alante como le corresponde a la Ciencia, sino al revés, va p’atrás y por debajo levantando faldas (que muestran lo que ocultan, e.d. que “se-han-retirando”), como corresponde  a la filosofía. Dice:
     
    – “Todavía no pensamos porque lo que está por-pensar le da la espalda al hombre. Se retira de él reservándose en relación con él.
     
    Pero lo reservado (Vorenthalten) nos está ya siempre pre-sentado. Lo que se retira según el modo del reservarse no desaparece.
     
    Pero ¿de qué modo podemos saber algo, aunque sea lo más mínimo, de aquello que se retira de esta manera? ¿Cómo podemos llegar siquiera a nombrarlo? Lo que se retira, rehúsa el advenimiento.
     
    Pero… retirarse no es lo mismo que nada. Retirada es aquí reserva y como tal… acaecimiento propio. Lo que se retira puede concernirle al hombre de un modo más esencial y puede interpelarlo de un modo más íntimo que cualquier presente que lo alcance y le afecte.
     
    A lo que nos afecta de lo real nos gusta considerarlo como lo que constituye la realidad de lo real. Pero precisamente la afección que tiene lugar por obra de lo real puede encerrar al hombre aislándolo de lo que le concierne, que le concierne de un modo ciertamente enigmático: el de concernirle escapándosele al retirarse.
     
    La retirada, el retirarse de lo que está por-pensar, podría, por esto, como acaecimiento propio, ser ahora más presente que todo lo actual.
     
    Ciertamente, lo que se retira de nosotros del modo como hemos dicho se marcha de nosotros. Pero en esto justamente tira con él de nosotros y, a su modo, nos atrae. Lo que se retira parece estar totalmente ausente. Pero esta apariencia engaña. Lo que se retira está presente, y lo hace de modo que nos atrae, tanto si nos percatamos de ello de inmediato como si no nos damos cuenta para nada. Lo que nos atrae ya ha concedido advenimiento. Cuando conseguimos estar en el tirón de la retirada, estamos ya en la línea que nos lleva a aquello que nos atrae retirándose.
     
    Pero si nosotros, como aquellos que han sido atraídos así, estamos en la línea que nos lleva a… aquello que tira de nosotros, entonces nuestra esencia está ya marcada por éste «en la línea que lleva a…».
     
    Como los que están marcados así, nosotros mismos señalamos a lo que se retira. Nosotros sólo somos nosotros mismos y sólo somos los que somos señalando lo que se retira.
     
    Este señalar es nuestra esencia.
     
    Somos mostrando lo que se retira.
     
    En tanto que el que muestra en esta dirección, el hombre ES el que muestra.
     
    Y no es que el hombre sea primero hombre y luego, además, y tal vez de un modo ocasional, sea uno que muestra, sino que: arrastrado a lo que se retira, en la línea que lleva hacia éste y, con ello, mostrando en dirección a la retirada, es ante todo como el hombre es hombre. Su esencia descansa en ser uno que muestra.
     
    A lo que en sí, según su constitución más propia, es algo que señala, lo llamamos un signo. Arrastrado en la línea que lleva a lo que se retira, el hombre ES un signo.
     
    Sin embargo, como este signo señala hacia algo que se retira, este señalar no puede interpretar de un modo inmediato lo que se retira. De este modo este signo queda sin interpretación.
     
    Hölderlin dice en un esbozo de himno:
    Un signo somos, sin interpretación      
    sin dolor estamos nosotros y casi
    hemos perdido la lengua en lo extraño.
    ”-
    …………………….
     
    ¿No es una “belleza” todo esto?
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Román Díaz Ayala

    José Ortega y Gasset.(1883-1955)
    Oscar, me quedé con hambre de que ampliaras tu comentario mostrándonos cómo o de que manera teníamos que comprender al autor de este post a través de la producción de Ortega, con tu cita de La Barbarie del Especialismo, para que entonces acometiéramos con tu sustancioso comentario, como si hubieses estado hablando de prestado. No lo puedo admitir; yo te encuentro muy original en tus reflexiones, te descubro sensible y agudo (Dejando a un lado, las ironías, burlas y sutilezas, de quien se ve superior en el pensamiento)
    Confieso que de forma consciente  no tengo ninguna influencia de Ortega, a quien me he acercado algunas veces a través de la historiografía ( mis reflexiones de qué y quiénes somos los españoles y de cómo hemos llegado a ser quienes somos)
    Tampoco puedes culpar a nuestra generación educada en la postguerra y muy especialmente en el tardofranquismo que supuso una ruptura  cultural con las primeras tres décadas del siglo XX. Ortega realizó una labor muy fecunda (Universidad Central de Madrid desde 1910 a 1936, la Revista de Occidente, etc)
    Al contrario de aquella generación que vivió permanentemente en el trauma del 98 y se orientó hacía lo más íntimo del alma española y el interior social en busca de respuestas, Ortega contribuyó a la formación y difusión de un catolicismo liberal, más bien ilustrado, a la europea, para lo que le sirvió que siguiese su formación académica-profesional fuera de España y se entroncase con la élite del pensamiento alemán.Pero buscaba también raíz española mediante una novedosa actitud libre, reflexiva, sin prejuicios anticlericales pero crítica ante lo religioso y clerical.
    Pero para el nacional-catolicismo era un hereje, y para el régimen político no entraba en el nuevo orden de lllos principios del Movimiento Nacional ( fascismo). Cierto que con su regreso a España (1945) tuvo un discípulo Julián Marías y fundaron  el Instituto de Humanidades (1948) La cultura del Régimen no podía asimilar nada del período anterior.
    Mi padre, y luego yo, hemos pertenecido a la generación que vivió y sufrió en una situación distinta tanto en el interior de España, como en la emigración, porque eéramos pueblo y estábamos marginados de los círculos académicos a donde no llegaba estas cosas, ni teníamos capacidad de comprensión.
    Y mientras tanto en Nuestramérica las universidades se poblaban con lo más eximio de nuestro exilio y Argentina fue una de las naciones más favorecidad (Casualmente, Ortega también residió en Argentina) continuando con una tradición cultural, que sólo nos llegó con el adven imiento de la democracia.
    Por eso no te extrañes, que mencionar a Ortega para comentar el sentido o el propósito del autor de este post, a alguien ( al menos a mí)  resulte como si hablases en quechua.

  • Santiago

    Oscar, el conocimiento  puede considerarse como una “forma de vida”, en cuanto “a la historia”,   sin embargo,……. la “capacidad” para “conocer” es innata a todo ser humano, no inventada…Sin ella, no podríamos aproximarnos ni remotamente a nuestra realidad humana..no seríamos seres racionales……no podríamos pensar con coherencia….en nuestra identidad…

    Por tanto, es necesario el intelecto para poder saber lo que experimentamos…ya que los animales irracionales tambien tienen experiencias….pero no pueden tener conciencia racional de ellas…
    Por eso,  en el ser humano la capacidad intelectual es distinta a la del resto de la creacion…podemos tener experiencias….pero tenemos que conocer lo que experimentamos para poder llamarnos verdaderamente personas humanas capaces de pensar, y experimentar el amor y el sufrimiento….

    Por eso los filósofos fenomenológicos como Stein establecían que, gracias a su facultad intelectiva, el ser humano puede captar el ser…y remontando ese efluvio misterioso e indefinible que nos rodea, llegar al origen de todo ser, el Ser “por excelencia”, que existe por si mismo..

    Por eso, nuestra realidad no está solamente en nuestro ser…en lo que somos…sino mas bien en lo que “recibimos”….puesto que nosotros no poseemos el ser en si….lo recibimos de “otro”…ser trascendente…que nos superó infinitamente…Al mismo tiempo, ese Ser, que es libre, nos hizo libres….nos “liberó” de todos nuestros complejos y condicionamientos para que pudiéramos tener la capacidad de buscarle y encontrarle, de ahí que no nos hizo “robots”…..Y asi, Oscar, no toda la vida del creyente es adoración y sumisión, y oración…sino lucha y búsqueda en la esperanza trascendente….como toda la biografía del ser humano, pues los problemas y las preguntas  existenciales son inherentes a “toda la humanidad”, sean creyentes en el Ser, o ateos,…….La ciencia no ha sido capaz de responder estas preguntas y problemas adecuadamente….y por otro lado, cada vez la ciencia, en general, se aproxima mas a la verdad del Ser…puesto que tanto la teología, la filosofía y la ciencia experimental tienen su origen en el Ser..o sea, provienen de una fuente común…

    Y asi “el germinante porvenir de la inteligencia humana” no queda aprisionado por la filosofía cristiana en la fenomenología, sino por el contrario, la crisis del conocimiento está en negar “a priori” que exista un absoluto por encima de nosotros…en un Ser inteligente y trascendente….en hacer un reduccionismo “dogmático” hacia lo relativo…que es mas bien un retroceso del conocimiento en si….Dice Cristo:”La verdad os hará libres”….porque es la Verdad nuestro origen y nuestro destino….en  ella está nuestra razón y nuestra paz…Por eso, Bada habla de la “corrupción” y de la “perversión” del conocimiento…porque cuando “utilizamos” éste para hacernos “objeto y esclavo” de la política y de la “historia” entonces existe una “degradación” humana progresiva…donde retrocedemos…hacia lo pre-histórico….donde la razón estaba oscurecida por la “pasión” y por la “ignorancia”….y donde la dignidad humana permanecía en las sombras….
    Por eso, para “liberar” el pensamiento, tenemos que huir del totalitarismo político…que encadena el pensamiento al puro materialismo dialéctico..y meramenta existencial .

    A pesar, de que escribo solamente las discrepancias, se que podemos dialogar…
    Un abrazo    de Santiago Hernández 

  • George R Porta

    Amigo Oscar: Entresaco de tu excelente comentario lo siguiente:
    “¿Cómo llegó el griego a esa fe en el ser, a esa creencia en la Naturaleza?
    Como para el griego esa creencia no era cuestión, el conocer —es decir, la captura del ser— la veía como una función natural, congénita del humano.”


    Ya sabes que ni soy ni me precio de filósofo y por lo tanto mi propósito es comprender, quizás porque sea hijo de un cultura que solamente pueda ser conocedora, incierta, dudosa o dudable o dudante, no sé como decir mejor, cultura confusa.
     
    Pero ¿cómo llegó el griego a renunciar a la fe en el ser o a la creencia en la naturaleza? , es decir a su no-teísmo fundamental que le permitió crearse sus propios dioses o lo que es lo mismo endiosar-se ? Me parece que lo que me preocupa es saber cómo llegó a mirar su imagen en la superficie del agua o de metal y a atribuirle significado?
    La realidad humana sigue teniendo la forma o el modo de la incertidumbre de manera que la inteligencia le lleva a asomarse al desastre y desde esa situación no pocas veces mira con esperanza, es decir con una certidumbre “confiable” a lo que piensa o cree o siente para alejarse y evitarlo pero en realidad nunca llega a saber si, en efecto, se ha alejado en la dirección que no le asomará a otro posible abismo.
    ¿No “es” la afirmación de que podamos mirar a algo desde fuera de ello una afirmación de que ese “hacer” tiene consistencia de “ser” a pesar de que sea una afirmación gratuita porque no pueda ser demostrada sin referirla a otra cosa, sin convertirla en pensamiento-creencia?
     
    Siento la obligación de pedirte que si es que me he vuelto loco simplemente descartes la pregunta. Pre-siento que afirmas algo sustancioso que conoces bien y no te puedo comprender obviamente porque me faltan las entendederas y hasta ahí sí puedo estar seguro de mi cordura aunque ya en el pasado me has acusado de no ser sincero al admitirlo, a mi modo de ver, injustamente, porque si siento que no puedo comprender lo que afirmas porque me quede grande.
    De cualquier forma, te ofrezco un abrazo.
     

  • m. pilar

    Leyendo algunos de los comentarios de este art. me llama la atención, del sin-sentido de algunas posturas.
     

    A veces parece que se contesta con una… “clase magistral” ante lo expuesto, y por eso las duras críticas… por que el ponente “no” dice lo que yo quiero.
     

    Esto sucede mucho en las conferencias de personas relevantes en nuestra sociedad… no hay preguntas… hay, otra conferencia que rebate lo antes expuesto.
     

    He releído de nuevo lo que nos dice José Bada, y creo que se nos empañó la mirada.
     

    Hace pocos días una amiga me envió un corto que se le había grabado a un muchacho muy estudioso, en los cursos precedentes a la entrada en la Universidad.
     

    Se le había murto de cáncer de próstata una persona muy querida para él; y el dolor de su ausencia le empujó durante sus vacaciones,  a entrar de lleno e informarse de todo lo referente  a dicho cáncer.

    La mayor parte del día y la noche la dedicaba a esa labor; le pidió ayuda a su profesor de ciencias para poder trabajar en el laboratorio.

    Descubrió algo novedoso… ¡no se asusten! él no buscaba la curación del cáncer… buscaba la manera de poder detectarlo tempranamente y de forma más económica que la actual.
     

    Lo presentó a su profesor, este vio que podría ser un buen camino,  aconsejándole que enviara su trabajo a las universidades, hospitales, médicos oncólogos.

    Así lo hizo; de cuantos envió, solo un doctor “humano y responsable” contestó y le abrió las puertas de su laboratorio clínico para seguir junto a él  todos los pasos.
     

    Este doctor, le presentó a todo su equipo… y algunos de ellos (como nos dice J. Bada) mirándole por encima del hombro, le preguntaban para “¿tentarle?-ridiculizarle” pero el joven no se dejó amedrentar y respondió, que él, no les estaba hablando de la enfermedad, sino de cómo diagnosticarla de manera temprana para que fuera eficaz su tratamiento y de forma más económica  y rápida, de esta manera, con una sencilla prueba, podría saberse:
     

    “No cuando ya estaba latente, sino que se podría diagnosticar,  la posibilidad de quién lo padecería; así,  antes de que fuera un hecho se podría poner solución.
     

    Como hizo la famosa Angelina Joli y así se lo dijo.
    ¿Qué sucederá?… Como nos dice J. Bada, dependerá de la humanidad y honradez de quienes tomen nota…
     
    ¿Se llevará a cavo?

    Misterios de la degradación en que vivimos.

    mª pila

  • Román Díaz Ayala

    Querido Oscar ;
    ¿?
    ilumíname, por favor, sé algo más explícito.

  • m. pilar

    ¡¡¡Gracias Oscar!!!
    pili

  • oscar varela

    Por ejemplo:
     
    Lo que el Sr. Bada trata acá ya estuvo dicho en el Cap. XII del callejero cuasi-libro “La rebelión de las masas”, que se titula :”LA BARBARIE DEL ESPECIALISMO”.
     
    Y hay un Artículo del que se quejaba Ortega de no haber sido entendido ni por sus más cercanos discípulos (creo que se exceptuaría a Julián Marías); se trata de “REFORMA DE LA INTELIGENCIA”.
     
    ¿Sigo todavía? – Oscar.

  • oscar varela

    Hola Román!

    Una acotación brevísima, que me ahorraría si por acá anduviera Maite Lesmes, española.

    Digo “española” porque ha sido -y sigue siendo- para mí un escándalo que las y los españoles (tanto los peninsulares como también la españolía de la hispano-parlantes nuestramericana) hayan des-cuidado (por no decir “basureado” a instancias de un pensamiento neoliberal muy promovido por “señoritos satisfechos argentinos” desde el Diario La Nación de Bs. As.), hayan “descuidado”, digo, el Pensamiento del Pensador que se ha digerido toda la Modernidad y la ha ofeecido en exquisito y delicado DECIR al HAMBRE de nuestro tiempo. ¡Sí!, de José Ortega y Gasset hablo.

    También del Galileo se decía que era un “glotón” que come con y como  “La Gente”, siendo ésta “la que está en La Calle (o en La Vereda, como prefiero decir yo).

    Me humilla que , a veces, tenga que “soslayar” como al olvido al Autor de lo que voy “citando”. Maite Lesmes me tendría que haber humillado recordándomelo, pero como no está por acá, aprovecho tu comentario para hacerlo yo mismo.

    Gracias y ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Román Díaz Ayala

    Querido Oscar,
    ¡Enhorabuena, por tan espléndido comentario!
    Las cosas de los expertos, son para los expertos, y en en estas lides mi intervención sería un intrusismo.
    no obstante, necesito ciertas apreciaciones del encabezamiento o enunciado, para poder tener una interpretación del contenido menos sesgada.
    Entiendo, por mi educación escolar ( y por tanto rudimentaria) que los griegos sí tenían una  creencia en el ser. He hecho, no podemos desligar la filosofia de los griegos de su teología, de su concepción del universo poblado de dioses, que ni les apoyaba. ni les interfería en su discurrir filosófico., habida cuenta de que no se planteaban nada con respecto a su origen, o principio. Las cosas eran porque ya existían en un continuo retorno a los iniciios para volver a actuar y recomenzar el ciclo. Creo que le llamaban, o se vino a llamar luego “el eterno retorno”. La creencia, el dar por verdadero, siempre está ligado al pensamiento como forma de conocimiento.
    Mi segunda duda es la separación que haces por un lado del pensamiento de los atenienses, del pensar en conjunto de persas, asirios y hebreos. No dudo que las influencias hayan sido muy intensas, vosotros los expertos lo sabréis, pero no creo, salvo que me lo expliques que los hebreos creyesen que “toda”,, que la realidad sea Dios, porque esa algo ajeno y muy extraño, porque lo que se desprende de la lectura y la experiencia (siempre hay un elemento cultural en cada cada acontecer “sobrenatural”) que el Dios que se revela, al pueblo hebreo es un ser totsalmente misterioso ( un otro), el Dios escondido ( Isaías 45,15).
    Y para lo que en un griego era el pensamiento racional, en la cultura heredada de estos textos citados es la “Palabra” con fuerza de realidad (palabra que se hace efectiva)
    Estoy disfrutando con la relectura de tu comentario.
    sigue, hermano, estamos a tu lado.

  • oscar varela

    “Conocimiento como una forma de “OCULTAR” al “Pensamiento”.

    1.- Conocimiento

    Nosotros hemos heredado de Grecia la idea del conocimiento, pero no hemos heredado esa creencia en el ser, en la natura rerum que la respalda, y de aquí la constante inseguridad que ha padecido en Occidente la ocupación de conocer.

    ¿Cómo llegó el griego a esa fe en el ser, a esa creencia en la Naturaleza?

    Como para el griego esa creencia no era cuestión, el conocer —es decir, la captura del ser— la veía como una función natural, congénita del humano.

    2.- Oración

    Sin embargo el persa, el asirlo, el hebreo no fueron «conocedores», porque creían que la realidad era Dios.

    Dios, un auténtico Dios, no tiene ser, consistencia estable y fija: es pura y absoluta voluntad, ilimitado albedrío. Quien cree de verdad y no con apaños y compromisos y aguando el vino de esa radical fe —que lo que hay es Dios y que, por tanto, todo lo demás que parece que hay no lo hay en rigor, sino que es sólo resultado de la indómita voluntad de Dios—no puede, claro está, creer que las cosas tienen un ser, una consistencia propia, esto es, no sólo que existan, sino que al existir consistan en ser fijamente de un modo determinado.

    Ahora bien: a ese auténtico creyente en Dios no se le puede ocurrir que con su intelecto pueda conseguir nada de las cosas, asegurarse en ellas y frente a ellas, sino que se sabe inexorablemente atenido a la voluntad de Dios, única, decisiva realidad. Todo lo que va a pasarle, a él y a los suyos, a su pueblo, depende del albedrío divino, de los decretos inescrutables e ineluctables de Dios.

    Si este humano se siente en grave duda respecto a un orden de su vida hará algo, no se quedará quieto. Pero ¿qué hará? ¿Razonar, esto es, analizar, comparar, inferir, probar, concluir? En modo alguno: lo primero que hace es orar, dirigir una plegaria a Dios para que le ilumine, le ponga en lo cierto.

    Orar es una forma y técnica del pensamiento. No hay, para él, otra manera de acertar que impetrar de Dios la revelación, de sus decretos, y si Él se digna otorgársela, eligiéndole entre los demás, comunicarla a éstos, eliminando todas sus ideas propias, haciéndose órgano de Dios, boca del Altísimo.

    Su decir no será nada parecido al logos del razonador, no será el descubrimiento del ser latente, que está ahí desde siempre y por siempre, no será Aletheia, sino que será decir él hoy lo que Dios ha decidido, decretado que sea mañana; su decir será pre-decir desde Dios, será profetizar.

    Y como la voluntad de Dios es incontrastable, su predecir será un humilde y radical confiar en esa secreta voz divina que es, a la vez, libre y segura, decisión y promesa; su decir será no un logos de la verdad, sino un amén que significa —no como el logos de la verdad, A es B— sino «así será». La realidad para este ser humano no tiene presente de indicativo, es, sino sólo futuro: será.

    Las cosas están en constante creación: son lo que Dios en cada momento quiera. Amen, ’emunah, es la palabra que significa «verdad» para el hebreo. El contraste entre la Aletheia del griego y la ’emunah del hebreo es extremo y produce en nosotros un choque de ideas que favorece la comprensión del carácter meramente histórico propio del conocimiento.

    3.- Religión, Mitología, Magia, Sabiduría, como otras “formas” del Pensamiento

    Pero una vez lograda puede aprovecharse esa contraposición para aclarar diferencias menos acusadas. Por otro lado, nos permite mirar por dentro, con una intimidad hasta ahora no conseguida, otras formas pretéritas del Pensamiento que han quedado siempre inasequibles para el humano moderno, como es el pensamiento religioso, la mitología, la magia, la «sapiencia» o «experiencia de la vida».
    …………………..

    Consecuencias de lo considerado:

    Con esto hemos conseguido muchas cosas de gran calibre.

    1.- Una, quitar al conocimiento el carácter de realidad absoluta a que absolutamente está el hombre adscrito, y convertirla en pura magnitud histórica. El conocimiento no es una operación «natural» y, a fuer de ello, inexcusable del humano, sino una «forma de vida» puramente histórica a que llegó —que inventó— en vista de ciertas experiencias y de que saldrá en vista de otras.

    2.- Otra es que así deja el conocimiento de ser una utopía y es visto en la concreción y relatividad constitutiva de su efectivo ser. Al perder su aspecto utópico y aparecer en su concreta realidad podemos, de verdad, hacer su historia —esto es, aclarar por qué llegó a ella el hombre, por qué se embarcó en la precisa ocupación de conocer, cómo en Grecia adquiere esa ocupación la plenitud de su sentido, esto es, cómo sólo el griego creyó de verdad y sin limitaciones que era posible conocer. Partiendo de esta forma plenaria y más pura que el conocimiento tuvo en Grecia, podemos perseguir en la historia subsiguiente hasta nuestros días la progresiva degradación de la idea (y ocupación) del conocimiento. Con lo cual, automáticamente, la grave crisis actual de la razón pierde su figura abrupta y como súbita de inesperado cataclismo,

    3.- En fin —y esto es lo más impórtame—, todo ello nos permite tratar de la crisis actual colocándonos fuera de ella. Porque si el conocimiento es lo que el humano ha hecho y tiene que hacer siempre, su crisis significaría la crisis del humano mismo. Pero transformado en mera forma histórica de la vida humana, vemos antes de él otras maneras igualmente normales de afrontar el ser humano el enigma de su vida, de salir de la duda para estar en lo cierto y vislumbramos después de él otras posibilidades.

    Así obtenemos por vez primera una filosofía que entrevé el fin o término de sí misma y preforma ensayos de reacción humana que la sustituirán.

    De esta manera, y merced a las precedentes dislocaciones, queda libre nuestra vista para contemplar el Pensamiento liberado de su adscripción a formas particulares de sí mismo.
    Podemos sorprenderlo actuando bajo ellas, creándolas en el pasado, superando siempre la de ayer con la de mañana.

    Esta liberación frente a toda figura del pasado nos permitirá palpar, no sin estremecimiento, lo que aún no está ahí, el germinante porvenir de la inteligencia humana.

  • George R Porta

    Gracias, amiga María Luisa. Un abrazo cordial.

  • M.Luisa

    ¡¡¡Bienvenidos sean, amigo George, tus errores tipográficos o de la clase que sean!!!

  • George R Porta

    En mi comentario precedente, primer párrafo, mi estudiante se refería al “bullying” en el tercer párrafo, quise decir “‘obice para hablar de esos u otros temas cualesquiera que sean”. Gracias por la paciencia con mis errores tipográficos o de cualquier clase.

  • George R Porta

    Hoy día se lleva a cabo un loable esfuerzo mundial combatiendo el bullying o maltrato entre escolares y en el espacio laboral o profesional. Uno de mis alumnos lo describió en un ensayo de fin de curso, con bastante acierto, como “efecto aplanadora” y como una “forma sutil de fanatismo terrorista”.
     
    Entre los contribuyentes a un foro público el maltrato no cabe. Ni el maltrato del tema ni el maltrato de las personas que opinen.
     
    La religión y la política son temas que encienden los ánimos y, con facilidad, intoxican la conversación. Ese riesgo no debiera ser óbice para hablar de esos u cualesquiera. Como apuntan María Luisa en el de las 9:53 AM, María Pilar en su comentario de las 10:42 AM, y Ana en el de las 11:38 AM, apena que no todos respetemos en los comentarios este hilo los límites civiles habituales de Atrio. En efecto es cierto que existe ninguna realidad aséptica y por lo tanto nada dicho debiera provocar el ataque personal.
     
    Debiera posibilitarse la denuncia de lo censurable y la expresión de preocupación por el curso aparente de cualquier campo de la actualidad sin que el opinante deba temer al bullying o maltrato por hacerlo.
     
    La agresividad suele venir motivada o por el inconsciente sentimiento de amenaza o por la necesidad de reclamar atención negativa. Ambos, el miedo a las opiniones divergentes y la necesidad de responderlas desagradablemente son aprendidos y ambos son modificables. Basta revisar, si es necesario con ayuda de amigos o profesionales, las motivaciones que compelen a practicar “bullying” contra cualquiera. La verdad de cualquier clase no puede ocultarse permanentemente y la amenaza o el uso de la violencia verbal o física contra quien la exponga o pueda revelarla no impedirá que sea finalmente expuesta.
     
    El “bullying” siempre implica la humillación de la persona percibida subjetivamente como peligrosa. En el tratamiento del mismo muy a menudo es efectivo sugerir al paciente que no pueda controlar su impulso de “bullying” la revisión de aquello que percibe como amenaza tratando de descubrir que parte de ello representa algo que le haya pasado inadvertido en sí mismo/misma.
     
    Atacar al mensajero/a por desacuerdo con el mensaje es técnica de la lucha ideológica típica del totalitarismo y no de la civilidad. Quien haya vivido bajo cualquier fascismo incluso comunista o quien siga el debate político o religioso de hoy día, puede reconocerlo.
     
    No es difícil comprender que el “bullying” sea una reacción al pavor que le provoca el posible predominio de lo percibido como amenazante y provoque el deseo de eliminar a su representante.
     
     
    Es bueno recordar que el sarcasmo es la forma más civil de la ira, añadiendo siempre, que eso no lo hace recomendable aunque siempre sea preferible al ataque violento e irrespetuoso.

  • ana rodrigo

    Reconozco que ha sido un hilo muy extraño, los comentarios han ido más contra el mensajero que contra el mensaje, criticable como cualquier otro, pero no entiendo porqué se ha arremetido de esa manera contra el autor.

    Pepe Blanco, sabes de mi aprecio por tu persona, pero creo que has errado el tiro. Lo que dices de los errores de la Iglesia, el cristianismo y el clero, es cierto, y decenas de veces lo hemos rechazado y condenado en atrio quienes seguimos considerándonos cristian@s. Lo que no acabo de entender porqué atacas al autor por el hecho de que, siendo teólogo, trate, con más o menos fortuna este tema. Pienso que podemos estar condicionados por nuestra forma habitual de pensar y decir, pero eso no impide que cualquier persona (lo de cualquier no tiene un sentido despectivo o peyorativo) pueda opinar sobre un tema determinado.

    Es cierto que el tono del post en matizable y excesivamente generalizado, pero dice muchas cosas que los científicos y quienes les patrocinan deberían plantearse desde la ética y no desde intereses personales, comerciales o especulativos.

    El resultado es que la suma de trabajos deficientes, mediocres, junto a otros muchos brillantes y otros de largo recorrido, hacen que la ciencia avance adecuadamente.

    Y aquí estamos la sociedad cual vigía de el nivel ético en que se mueve el mundo de la ciencia para evidenciar lo condenable de determinados comportamientos no éticos. Pero no se puede generalizar.

    Desgraciadamente en este mundo, como en todos los ámbitos de la vida real, no hay campos asépticos, siempre hay corruptelas y corruptibles, por eso hay que utilizar el bisturí con precisión y eficacia.

  • m. pilar

    Es muy triste, que no estar de acuerdo con lo que se nos presenta, de carta blanca para despreciar, insultar y pavonearse de lo que se “cree” conocer en profundidad.

    Tengo una amiga, que estudió ciencias, dio clases en esta materia durante algún tiempo…

    Ahora ya madurita, cada vez que puede, suele “meter con calzador” la siguiente frase:

    “Nosotros los científicos pensamos….”
     

    Mi personilla que no es casi nada en nada, ni poseo ningún título universitario por circunstancias de mi vida… a veces soy algo “precipitada” y desde el corazón, si la materia es para mí muy importante y base en mí vida,  desde mi ignorancia pero con corazón, le rebato algunas de sus aseveraciones…
     
    Casi siempre, modera su ¿vanidad incontinente?
     

    El solo conocimiento, no nos certifica la suprema verdad, dado que los avances de la ciencia siempre están en camino y lo que ayer parecía, hoy se rebate o mejora.
     

    Menos orgullo y más capacidad de comprender lo que cada cual nos quiere decir, sin necesidad de ridiculizar a los ponentes.
     

    Nadie está en posesión de la verdad, porque cada cual, la mirara de manera diferente.

    mª pilar

  • M.Luisa

    Siento verdadera tristeza ver el  modo desconsiderado  cómo se ha recibido  este  artículo en el que, según  entiendo, su única pretensión  ha sido ponernos ante lo ojos,   lo que no pocas veces aquí  implícita o explícitamente hemos echado en falta a la hora de reconocer que  el pragmatismo  científico no tiene porque tener la última palabra.
     
    Precisamente lo que subyace en el presente artículo, a mi modo de ver  es esta insuficiencia de la ciencia cuando en su búsqueda prevalece más la previsión que la visión. Parece como que la ciencia  consista en darnos cosas de las cuales estaríamos radical y privadamente desposeídos.
     
    Ciertamente en parte es así, pero no es cuestión de averiguar la cantidad de cosas que en menor o mayor medida se puedan conocer. Se trata de algo más grave a lo que, modestamente, en tantas ocasiones invito a reflexionar, y es la de saber si por su propia cualidad interna esta privación es o no radical para la inteligencia, con lo cual esto ya no es cuestión de ciencia, sino algo que afecta  a la estructura general del pensar .
     
    Desde una perspectiva científica y tecnológica se propende a creer que la primaria función del pensar sea la de idear,
    formar ideas, sin embargo desde la vertiente filosófica más bien las ideas se ven como  el resultado, precisamente, de la actividad pensante.
     
    Gracias, al autor.

  • Román Díaz Ayala

    Quienes  leemos este rincón podríamos  interpretar falsamente que existe un debate entre quiénes son portadores más seguro de una ética, si los teólogos, los  filósofos o los científicos  y prestarnos  a comparaciones.
    Este pasado fin de  semana, después de tres días intensos con los nietos cuyos padres realizaban una mudanza para estar más cerca de los abuelos y recibir también nuestra atención y nuestra ayuda, mi mujer y yo veíamos por la tele una película de Tom Hanks, comedia que trataba de las pérdidas de empleos, y de la vivienda por el abuso con las hipotecas, la necesidad de volver a estudiar para adquirir nivel universitario para retornar al mundo labor con empleos basura, de las crisis en las relaciones más íntimas como las de pareja con su consecuencia de pérdida de identidad y sentido por la vida. En este cambalache sólo se salvan quienes se aprovechan de los demas en el regateo de comprar y vender los despojos de los demás.
    Pero Tom Hanks no es James Steward, quien cogía un triste guión y lo llenaba con su humanidad y su buen hacer. Pero es que antes no hacía falta fabricar modelos.
    Pero ahora nos conformamos con iconos, productos de imagen y apartados del comportamiento ético con la excusa de un falso pluralismo en estas lides.
    Teólogos, filósofos o científicos están incluidos ahora como signo de la nueva época, ellos y ellas, rotas las divisiones de sexo en el saber, en lo que antes agrupábamos en ” los intelectuales”, que hacía espléndidas y resonantes carreras y con indiduales influencias  en la política.
    Eso se perpetuó durante los años en que el mundo estaba dividido en los dos bloques. Masas ingentes mayoritariamente de extracción rural y el analfabetismos de muchas generaciones desaparecía con la escolarización y la cultura. Ser kintelectual daba prestigio y se les escuchaba.
    Lo que ha cambiado es que el nuevo orden de cosas compró mucha obediencia, desde que el Nazismo descubrió la propaganda como arma política ante el nuevo fenómeno de las masas y el neoloberalismo acertó en incluir el pensamiento como un producto objeto de compra y venta y todo consejo de administración que se precie tiene un laboratorio de expertos e intelectuales en sus presupuestos y dentro de sus organigramas empresariales.¿Qué necesidad existe para invertir en una ética?
    Por ello, tras la derrota de la intelectualidad y el poner los centros universitarios al servicio de la Economía, se perdieron los fermentos del pensamiento progresista y las instituciones de izquierda, y se asaltó con éxito a la clase políticia para debilitar al Estado.
    Ahora la lógica de este conocimiento que llamamos con justeza ” el pensamiento dominante” suena a “justo” sin que podamos rebatirlo y se impone, domina cualquiera otro pensamiento, incluso el discurso religioso.
    Y nosotros, sin saberlo.
     

  • pepe blanco

    Por cierto, olvidé decir una par de cosas. Nada serio, tonterías:
     
    – Heidegger apoyó y justificó el nazismo. Y nunca se retractó de ese apoyo. Y algunos aseguran que sus ideas siguen justificando filosóficamente cualquier totalitarismo. Quizás sus ideas sobre la ciencia tengan el mismo interés que sus ideas sobre política.
     
    – ¿Han salido a la calle alguna vez los alumnos de las facultades de teología para reclamar el estado del bienestar? ¿Quizás en contra de los recortes del gobierno? ¿Por qué motivo destacan socialmente los profesores titulares y los catedráticos de las facultades de teología católicas españolas? ¿Desarrollan una labor investigadora desinteresada, vanguardista, generosa y ajena a los intereses espurios, empresariales, episcopales o del tipo que sea? ¿En qué ambitos del conocimiento?
     
    – El autor de este artículo lanza un duro ataque contra científicos y políticos. Sobre ellos, afirma ciertos predicados muy duros. Esos predicados, ¿no se podrían afirmar también de una gran parte de los sacerdotes, de los obispos, de los cardenales? ¿Conoce José Bada algún obispo español que haya denunciado públicamente los excesos de las multinacionales? ¿Tal vez algún cardenal que haya condenado públicamente el franquismo? ¿Tal vez algún sacerdote que le haya negado la comunión a Pinochet o a Videla o a Franco? ¿Tal vez alguna asociación de sacerdotes diocesanos que haya pedido perdón por el daño causado durante siglos a las mujeres, a los homosexuales, a los negros, a los esclavos?
     
    Si no los conoce, será porque no hay. Y si no hay, ¿por qué será?
     
    – En las facultades de “teología”, ¿qué opinión se tiene de las mujeres y de sus derechos, por ejemplo?

  • George R Porta

    Gracias amigo Oscar: Un abrazo agradecido como siempre.
    Me salva la campana (como en el boxeo) el hecho de no considerarme profesionalmente filósofo aunque opino de vez en vez como si me considerara tal.
    Creo no equivocarme al afirmar mi desesperanza de llegar a deshacer los grilletes de la secular materialización que el dinero representa.
     
    No obstante, como en efecto pude ser “oscuro” o no-suficientemente-claro, lo que intenté comentar es que  la subordinación del científico igual que el político, a la necesidad de priorizar la demanda de quien le financie sus campañas, le coloca, deseándolo o no, en la prisión de tener que posponer o rendir el mejor interés de sus electores para priorizar los intereses económicos de quienes le financien en su carrera política, lo cual en mi corta visión del problema representa (aunque no en su posible completa extensión y profundidad) la corrupción de la ciencia practicada o ejercida por dichos científicos y de ellos mismos.
    Confieso que me sepa incapaz de explicar mejor lo que quise decir.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Algunas precisiones sobre este “debate”.
     
    1) Heidegger no dice que la Técnica “corrompe” o es “corruptible”;
    Lo que dice es que la Técnica es un PELIGRO.
    Por eso, como con todas las cosas “mediáticas” hay que andar con “CUIDADO”.
     
    2) El Sr. Bada hubo obviado –por olvido, descuido o por des-conocimieto- que “la ciencia” y “el científico” fundamentan “la profesión” y “al profesional”, pero no pueden identificarse.
     
    3) También el Sr. Bada no distingue entre “conocimiento” y pensar”.
     
    4) El amigo George remite todo el Asunto de la “Corrupción” (de la ciencia, de la técnica) al DINERO (que no es ni ciencia ni técnica sino un VALOR, que en n/tiempo se ha cagado a todos los demás “valores” estimados por el ser humano).
     
    5) Tanto el Sr. Bada como George, a mi parecer son víctimas de una falta de claridad, lo cual es la antípoda del “filósofo”.
     
    6) El Sr. Bada termina su “exabrupto” con un llamado a una “creencia-religiosa”.
    En sí mismo este tipo de llamado es correcto; solo que en este caso es imposible de re-editar porque es algo que “ya-nos-pasó-a-los-seres-humanos”
    Lo correcto de este llamado lo certifica el mismo Heidegger cuando hacia el final de su “Pregunta por la Técnica” concluye en el ámbito de la “POESÍA”, e.d. como creación. A pesar de ello Heidegger no “da razón” de ese quehacer humano, que es “su vida”.
    …………………
     
    Tal vez ¿no?
     
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • pepe blanco

    Parece muy expresivo el furibundo ataque a la ciencia de este doctor en teología (católica, supongo). Desconozco cuál es, como inventor de relatos sobre dios (pues eso viene a ser un teólogo) su comprensión de eso que solemos llamar Dios. Espero que esa comprensión sea mas profunda que la que parece tener sobre la ciencia.
     
    También Boff abomina con frecuencia de lo que el llama “tecnociencia”. En fin, en el fondo de todos estos textos, subyace la soberbia tan característica de los cristianos, de creerse el pueblo elegido, defensor de las ideas perfectas, intérprete de las intenciones divinas, depositario de las verdades reveladas, secretarios de Dios y únicos investigadores autorizados del significado de lo humano.
     
    A estos teólogos egregios les sugeriría que la próxima vez que vayan a arremeter contra la ciencia y contra los científicos, intenten comprender en profundidad (es decir, más allá de la wikipedia) qué es un espacio de Hilbert, cómo se construye, para qué sirve, cómo se usa. Y después, si todavía les quedan ganas, que regresen a sus exabruptos.
     

  • ELOY

    la corrupción de lo mejor es lo peor

    Terrible, cuando vemos que “en lo mejor” de las instituciones ciudadanas se ha instalado la corrupción.
    La corrupción en lo religioso, en lo político, en lo científico…   se convierte en lo más desestabilizador, en lo más dañino, en lo más odioso.
     

  • Para Inmaculada.  No soy científico, ni vivo de la ciencia. Apenas soy filósofo, y tampoco vivo de la filosofía. Puede creerme.  No obstante, he pensado como filósofo y he tratado de entender lo que dice Heidegger  sobre la ciencia. No sobre los  que se dedican a la ciencia, que naturalmente son humanos  como todos nosotros y no como las máquinas, y que me merecen todo mi respeto como personas. Si critico a los científicos lo hago en cuanto tales o,mejor, a los que solo se interesan por la ciencia de la que viven y no se hacen preguntas sobre lo que hacen y por qué lo hacen. Le pido que lea el comentario de George R. Porta, a quien le agradezco su interpretación y la aportación del texto de Heidegger al que me refiero.  Por último, le ruego que lea con atención el último párrafo de mi artículo. Porque Vd. -sin duda alguna-  puede hacerlo, es una persona y no “un sistema sicológico”  que reacciona sistemáticamente, “racionalmente”,  contra la perturbación de su entrono.
     
     
     
    enmodo alguna como oros   científicos
     

  • George R Porta

    Esta es una traducción autorizada de la entrevista a Martin Heidegger en Friburgo difundida el 24 de setiembre de 1969, en ocasión del octogésimo cumpleaños de Heidegger, por la segunda cadena de televisión alemana, ZDF. “…y la frase “la ciencia no piensa”, que provocó mucha sensación cuando la pronuncié en una conferencia en Friburgo, significa: la ciencia no se mueve en la dimensión de la filosofía; pero, sin saberlo, necesita de esta dimensión. La física, por ejemplo, se mueve en espacio, tiempo y movimiento. La ciencia en tanto ciencia no puede decidir qué es movimiento, qué es tiempo, qué espacio. La ciencia, por lo tanto, no piensa, no puede pensar de ninguna manera con sus métodos en este sentido. Con métodos físicos yo no puedo decir, por ejemplo, qué es la física. Sólo puedo pensar qué es la física a la manera del preguntar filosófico. La frase “la ciencia no piensa” no es ningún reproche, sino una verificación de la estructura interna de la ciencia: pertenece a su esencia, por un lado, depender de lo que piensa la filosofía, pero, por el otro, olvida y no toma en cuenta este mismo deber-ser-pensada (zu-Denkende).
    http://inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista%20de%20Filosof%C3%ADa%20UCR/Vol.%20VII/No.%2025/Martin%20Heidegger%20Dialoga..pdf

    Quizás se pueda generalizar, quizás no, pero las mejores universidades de Estados Unidos incluyen en su publicidad para captar alumnos y en las auditorías de credencialización correspondientes, el monto del dinero que reciben para financiar sus investigaciones científicas. Mientras los departamentos de Filosofía y de Arte se ven reducidos por falta de fondos. Una buena parte del dinero que reciben las universidades más prestigiosas está dedicado a investigar campos del conocimiento que produzcan “mercancías” y la comercialización de los descubrimientos es una fuente mayoritaria de financiación de las investigaciones. La industria farmacéutica pudiera ser un ejemplo y la industria de armamentos o militar pudiera ser otra, la de la inteligencia y el espionaje un tercer ejemplo. La primera financia investigaciones farmacológicas, la segunda tecnología militar, la tercera la tecnología de las comunicaciones en sus múltiples expresiones.
     
    Si alguien quisiera hacer el mismo viaje de Darwin o el de Humboldt ¿obtuviera los fondos necesarios con la misma facilidad que pudiera obtenerlo alguien que, por ejemplo, quisiera centuplicar la velocidad de un proyectil militar intercontinental, un mecanismo que pudiera circular en órbita alrededor de la Tierra con el triplo de la capacidad de escucha del mejor que exista hasta actualmente? La respuesta probablemente fuera negativa.
     
     
    ¿Es eso corrupción de la ciencia? La respuesta es muy probablemente afirmativa. El Partido Republicano en el Congreso de los EE. UU hace años que lucha por la eliminación de la agencia federal dedicada a la preservación y mejoramiento del ambiente y ha estado saboteando la investigación del creciente calentamiento del planeta aunque todo el mundo puede ver como ha retrocedido el casquete polar Ártico al punto que Groenlandia ya tiene playas de veraneo. ¿Denuncia eso la corrupción a que alude el Sr. Bada? La respuesta es afirmativa.

  • oscar varela

    Hola!

    exabrupto Badae

  • Inmaculada Sans Tache

    Sr. Bada, lo que Vd. afirma de los científicos demuestra que Vd. no conoce la historia de la ciencia ni a grandes científicos profundamente humanos y grandes humanistas a la vez. Que de una afirmación tan simple como ” las máquinas también piensan” que puede ser un mal resumen de lo que es la lógica fuzzy, o un mal titular periodístico, saque Vd. las consecuencias que saca sobre la ciencia y los científicos, es lamentable. Entérese mejor de lo que es y significa tal lógica y verá que no tiene nada que ver con lo que Vd. cree. Quizá Vd. como filósofo y teólogo se crea mejor que los científicos pero recuerde que la ciencia no es moral ni inmoral, lo son las personas por el uso que hagan de ella, y hay buenos y malos científicos en ese aspecto, por ese uso. Como hay y ha habido buenos y malos filósofos y buenos y malos teólogos en ese mismo aspecto.