Un cura obrero acaba de morir en Cádiz
El amor detiene el tiempo, ha dicho hace unos días Angela Molina al contestar a una pregunta sobre su relación con su padre fallecido hace años y su influencia en ella y en su vida.
Al leer anoche, tras unos días de viaje de trabajo, en Compañía 19 la muerte en silencio y soledad de Pepe Vitini he recordado la afirmación de la actriz.
Desde la otra orilla del lago, siendo adolescente, Pepe vislumbró de lejos la figura del rabí galileo que anda buscando seguidores junto al mar de Torregorda. La mirada que percibió entonces no ha podido olvidarla jamás. Entre fuego vivo, amor vigoroso, compasión, apoyo, lejanía de libertad, ausencia de temor.
Y la misericordia con los abatidos, machacados, despreciados que le contagió aquel rabí entrevisto hablando desde una barca a una chusma de enfermos, paralíticos, niños , mujeres con hemorragias y artrosis y de apestosos postrados treinta y ocho años en camilla esperando entrar en Siloé.
Ha seguido en el seminario, en el ministerio, en la sumergida presencia entre obreros del metal, en la enfermedad, en la soledad de la muerte a ese rabí que a él y a muchos nos robó el corazón siendo apenas niños y nos sostiene en la ancianidad con la misma alegría, la misma pasión, la misma oscuridad de su entrevista presencia que los amaneceres de Tiberiades.
Ese ha sido y es el secreto silencioso de Pepe. En Astilleros, en Matagorda, en Puerto Real, en Medina, el silencio del atardecer con los relatos de las andanzas de aquel rabí saboreados, aclarados, oscurecidos por la mezquindad de los días y los hombres, ha sido su sostén y la causa de sus largos asombros y parcas palabras porque el amor se expresa en hechos y contactos. Y en ellos pocas, escasamente dos, “te quiero”, palabras tienen peso.
Sin saberlo, sin quererlo, ha levantado hijos muertos de viudas que hacen llorar a Jesús. Sin planes pastorales ha logrado que el talitá kum resuene en la Bahia para que adolescentes del pueblo pobre levanten la mirada del suelo y puedan mirar las nubes que anuncian la tormenta en el lago. Y en ella ha vuelto a gritar para despertar al maestro que duerme como un bendito en la proa recostado en un cabezal de cabos enrrollados. “No temas”. Solo ten fe. En ti, tu fe es la que te cura, te salva y te ha mantenido enhiesto a lo largo de la vida.
Esa fe tuya es la que cuenta, amigo. Que doblen las campanas por ti, pero solo tres días. Luego escucharas a tu rabi galileo, que es también nuestro, decirte: “!!!quillo vente conmigo, vente a Cai, que es carmaval!!!”.
Estimado Sr. Alberto Revuelta quiero darle las gracias por este artículo que dedica usted a mi hermano Pepe. Pero tambien hacerles unas aclaraciones y espero que no se moleste.
1°- Mi hermano murió en silencio si, pero no en soledad. El vivia en casa se mi hermano Isaac y era cuidado por unas personas Juan Carlos Cruz Cala y Wilfredo Cortez Canavari que lo atendían en todo lo que necesitaba practicamente las 24 horas del día y por todos mis hermanos sobre todo los que vivimos aquí en San Fernando. (Cruz, Cristina, Isaac y Yo Elías). Y mi hermano Jesus con su mujer Isa que aunque viven en Alcorcon (Madrid) cada dos meses aproximadamente se desplazaban a San Fernando para cuidarlo.
2°.- Tambien estuvo ejerciendo además de lo lugares comentados por usted en Algeciras en la parroquia de Santa María Micaela situada en unos de lo barrios mas pobre de dicha ciudad donde fue y es muy querido y recordado.
Y tambien decirle que unos amigos de el de Puerto Real con Enrrique a la cabeza venían todos los Domingos por la mañana y s lo llevaban a dar una vueltecita y a desayunar.
Perdoneme si le he molestado y reciba un cordial saludo.
!Ah! Los hermanitos de Jesús, cuanto bien han sembrado en este mundo.
No solo los curas obreros, junto a ellos, muchas personas que ansiabamos otra manera de vivir el mensaje de Jesús
Nunca hay que perder la esperanza, la semilla sigue muriendo en la tierra y sigue dando su fruto en todos los lugares del mundo.
La pompa, la vieja iglesia, caerá por si sola; y brillaran con luz propia otras maneras de vivir y hacer posible el hermoso proyecto que nos dejó; Él, conocia muy bien nuestra materia… y a pesar de eso, hoy sigue en pié.
m* pilar
Amiga Ana: Recuerdo los años sesenta tempranos que ya en Cuba la información era muy escasa pero Delbrel y Voilaume y Loew y otros llegaban y se podía leer Villa Marxista los que nos atreviamos a leer en francés y nos reuníamos en grupo cuando ilusamente pensabamos que la Iglesia abrazaría una de esas formas, sobre todo en Cuba y nuestros argumentos en la Acción Católica para que los obispos apoyaran causas como las de prevención de conducir ebri* o la de cuidar los teléfonos públicos que al nacionalizar la telefónica por alguna razón amanecían destrozados y otras causas como esas que no hubieran sido contradictorias con su rol de obispos pero al fin en 1968 nos diluyeron y eliminaron la AC para transformarla en una organización controlada por los obispos y en la que los seglares ya no jugábamos ningún rol. Recuerdo con nostalgia aquellos años. Comprendo lo que me dices y estoy de acuerdo pero en mis años de trabajo agrícola forzado me hacía ilusión que los Testigos de Jehova se sumaran a rezar los salmos de Laudes que yo rezaba solo, al amanecer y comenzando por los ancianos poco a poco fuimos rezando en grupo porque un padre escolapio de mi colegio que aún estaba en la diócesis imprimía en mimeografo las copias del Diurnal para poder rezar Laudes en grupo. Quizás fueron tonteras miradas en retrospectiva, pero fueron años muy duros para mi en cuanto a las condiciones en casa y en el trabajo y la represeión por doquier, pero por otra parte de mucho disfrute espiritual donde menos pudieras esperártelos, como los retiros en el bohío (pequeña casa de guano y tablas de palma) que los Hermanitos de Foucauld tenían en el campo, cerca de La Habana, en un lugar irónicamente llamado El Paraiso. La única habitación era la capillita y el sagrario era de madera de palma, tosco, labrado a mano, y todos los meses nos reuníamos a por un día de silencio y de lectura de las Cartas a las Fraternidades (Voillaume) o de En el Corazon de las Masas, o de cualquiera de aquellos textos que entonces nos parecían tan a punto para nuestra experiencia. En fin, perdona la descarga de recuerdos que seguramente no puedes asociarte con ellos porque ha pasado mucho tiempo y ustedes vivían otra época en otras circunstancias. Vivo agradecido por aquellos tiempos de dolor y miedo y trauma, pero de tanta experiencia espiritual fuerte. Ese es el período en el que pasaron por Cuba gentes muy importantes como la Madre Guillemin, que fue la primera mujer invitada al Concilio como auditora y era Gral de las Hijas de la Caridad de S Vicente, Joseph Bouchaud que co-fundó los Hijos de la Caridad que eran sacerdotes obreros del campo, el P. Voillaume que venía de VietNam del Norte y nos contó el efecto del Napalm que él vió, Ivan Illich que entonces trabajaba en el Cidoc de Cuernavaca, México, la primera visita de Ernesto Cardenal, y la efervescencia que inspiraba el Concilio y los debates que Mons. Zacchi, entonces Encargado de Negocios interino del Vaticano en La Habana se encargaba de traernos y de explicarnos en el antiguo Palacio Cardenalicio y como era él, el gobierno no lo protestaba. En poco tiempo, pasados los 60 los nubarrones del terror en la UMAP y de Villa Marista, una cenbtro de interrogatorios, comenzaron a ensombrecer todo. Un abrazo
No muchos, compartimos por aquellos tiempos aquella llamada de Quien seguía currando por diversos tajos y allí, con sus “compas”, como también por otros menesteres, nos acogía y renovaba nuestro coraje para seguir resistiendo, pues la oposición de los jerarcas y sus sumisos clérigos, hacían presión de asfixia, cuando no imposibilidad de permanencia en las amables collas donde compartíamos silencios y sencillos, pero acogidos, testimonios.
No era igual abandonar el coto parroquial dando clases a kilómetros que salir con hoz, azada o legón a campos lindantes con las casas de los parroquianos.
Unos abandonábamos la parroquia; los otros, la servían admiráblemente a distancia y , claro, el asunto era que por los campos se ensuciaban las manos que absolvían y tocaban Hostias y en las clases y otros menesteres, ni había lodos, ni grasas, ni polvos, eran ocupaciones compatibles con el segregado y consagrado pastoreo.
Gracias, Pepe, por la solidaridad compartida por aquel entonces. Ya no recuerdo, si llegamos a vernos en alguna de aquellas reuniones en las que nos encordelábamos de proyectos y esperanzas y nos separábamos con renovado ánimo de diluirnos como la levadura en la masa, hasta no distinguirnos de ella más que en la potencia fermentadora que nos recargaba Quien nos dio encargo de fermento.
Una gran alegría de saberte ya con el denario generosamente retribuido por el Padre, al haber trabajado en su Viña por tu salario.
El cambio de vida de quienes a ello sois llamados, renueva y recarga nuestra esperanza por llegar a la FAMILIAR FIESTA, mientras nos duele que algo así, todavía, en nuestra Iglesia, no sea valorado y apreciado, esperándolo como lo espera el Pueblo
Greorge, yo tengo dos libros sobre los curas obreros y escritos por ellos mimos, uno de los curas de Granada y otro, creo que es de los de Sevilla.
Ahora no sería mérito alguno el que un cura viviese como cualquier ciudadano de su tiempo, pero en los años 70 era una hazaña, especialmente porque, además de ganarse el pan con el sudor de su frente, estaban muy comprometidos con las causas sociales y eran muy generosos. Los curas de ahora son otra cosa y dejarán poca historia tras ellos.
También hay que decir que la mayoría de ellos se secularizaron por mil razones que no vienen al caso.
Muy buen recuento. Me apasiona cualquier cosa sobre los curas obreros y hay tan poco escrito. Es inconcebible que hayan sido eliminados excepto porque cuestionaban toda otra forma de servicio sacerdotal, como Jesús y corrieron la misma suerte. Hasta en Cuba, donde el actual secretario de la CEC hizo un experimento de cura obrero y no pudo seguirlo aunque los Hermanitos de Jesús (Charles de Foucauld) en un poblado rural cercano a La Habana trabajaron uno de operador de tractor y el otro de carpintero por muchos años y fueron muy bien acogidos.
¡Gracias Alberto por este canto a la figura de un enamorado y seguidor de los pasos de ese Galileo!
Hay personas buenas… en este mundo maltrecho que camina dando tumbos sin saber a dónde se dirige.
En estos ejemplos de vida oculta pero viva, es, donde se comprende lo que quiere decir:
“Levantarse, recuperar la vida-resucitar, y la vista y mirar la claridad del cielo o sus nubes cuando anda tormentoso”
¡Gracias a todas las personas de buena voluntad, que a pesar de los pesares, siguen haciendo posible el hermoso Proyecto de Jesús de Nazaret!
Por estas personas, ese proyecto sigue adelanta a lo largo de los siglos, sin oros, dogmas, parafernalias vacías, ritos secos porque no están llenos de vida…etc.
mª pilar