No es nuestra costumbre publicar cada semana la homilía del domingo. Para eso hay otros portales como la pestaña COMENTARIOS en Fe Adulta. Sin embargo el Evangelio de hoy (“Amad a vuestros enemigos“) es especialmente paradójico y relacionado con temas más actuales y políticos que tratamos aquí. Por eso nos parece oportuno reflexionar sobre él a la luz de la homilía que en ese referido portal escribe José Luis Sicre y que nos ha sido señalada por un colaborador desde Málaga, Paco Aranda.
El domingo pasado vimos dos recursos de Jesús para combatir el legalismo de los escribas: llevar la ley a sus últimas consecuencias (asesinato, adulterio) y anular la ley en vigor (divorcio, juramento). El evangelio de este domingo termina de tratar el tema añadiendo un nuevo recurso: cambiar la norma por otra nueva. Lo hace hablando de la venganza y de la relación con el prójimo.
Generosidad frente a venganza
El quinto caso toma como punto de partida la ley del talión («ojo por ojo, diente por diente»). Esta ley no es tan cruel como a veces se piensa. Intenta poner freno a la crueldad de Lamec, que anuncia: «Por un cardenal mataré a un hombre, a un joven por una cicatriz» (Génesis 4,23). Frente a la idea de la venganza incontrolada (muerte por cicatriz) la ley del talión pretende que la venganza no vaya más allá de la ofensa (ojo por ojo). De todos modos, sigue dominando la idea de que es lícito vengarse.
En Las Coéforas de Esquilo se advierte el valor universal de esta idea. Después del asesinato de su padre, Electra pregunta al Coro qué debe pedir, y éste le responde:
− Que un dios o un mortal venga sobre ellos…
− ¿Cómo juez o como vengador?
− Di simplemente, “alguien que devuelva muerte por muerte”.
− Pero, ¿crees tú que los dioses encontrarán santo y justo mi ruego?
− ¿Acaso no es santo y justo devolver a un enemigo mal por mal?
Jesús no acepta esta actitud en sus discípulos. No sólo no deben enfrentarse al que lo ofende, sino que deben adoptar siempre una postura de entrega y generosidad. Para expresarlo, recurre a cinco casos concretos.
¿Cómo debes comportarte con quien…
te abofetea,
te pone pleito para quitarte la túnica,
te fuerza a caminar una milla (quizá se refiera a los soldados romanos, que podían obligar a los judíos a llevarles su impedimenta esa distancia),
te pide,
o te pide prestado?
Basta hacerse cada una de estas preguntas, pensando cómo responderíamos nosotros, para advertir la enorme diferencia con las respuestas de Jesús.
De todos modos, lo que dice no debemos interpretarlo al pie de letra, porque terminaría amargándonos la existencia. El mismo Jesús, cuando lo abofetearon, no puso la otra mejilla; preguntó por qué lo hacían. Lo importante es analizar nuestra actitud global ante el prójimo, si nos movemos en un espíritu de venganza, de rencor, de regatear al máximo nuestra ayuda, o si actuamos con generosidad y entrega.
El último caso parte de una ley escrita («amarás a tu prójimo»: Levítico 19,18) y de una norma no escrita, pero muy practicada («odiarás a tu enemigo»).Es cierto que el libro del Éxodo contiene dos leyes que hablan de portarse bien con el enemigo: «Cuando encuentres extraviados el toro o el asno de tu enemigo, se los llevarás a su dueño. Cuando veas al asno de tu adversario caído bajo la carga, no pases de largo; préstale ayuda» (Ex 23,4-5).
Pero es curioso cómo se cambia esta ley en una etapa posterior: «Si ves extraviados al buey o a la oveja de tu hermano, no te desentiendas: se los devolverás a tu hermano. Si ves el asno o el buey de tu hermano caídos en el camino, no te desentiendas, ayúdalos a levantarse» (Dt 22,1.4). La obligación no es ahora con el enemigo y el adversario, sino con el hermano (en sentido amplio). Alguno dirá que, para el Deuteronomio no hay enemigos, todos son hermanos. Pero es una interpretación demasiado benévola. El evangelio es muy realista: los seguidores de Jesús tienen enemigos. Sus palabras hacen pensar en las persecuciones que sufrían las primeras comunidades cristianas, odiadas y calumniadas por haberse separado del pueblo de Israel; y en la que sufren tantas comunidades actuales en África y Asia. Frente a la rabia y el odio que se puede experimentar en esas ocasiones, Jesús exhorta a no guardar rencor; más aún, a perdonar y rezar por los perseguidores. Lo que pide es tan duro que debe justificarlo. Lo hace contraponiendo dos ejemplos: el de Dios Padre, el ser más querido para un israelita, y el de los recaudadores de impuestos y paganos, dos de los grupos más odiados. ¿A quién de ellos deseamos parecernos? ¿Al Padre que concede sus bienes (el sol y la lluvia) a todos los seres humanos, prescindiendo de que sean buenos o malos, de que se porten bien o mal con Él? ¿O preferimos parecernos a quienes sólo aman a los que los aman? No se trata de elegir lo que uno prefiera. El cristiano está obligado a «ser bueno del todo, como es bueno vuestro Padre del cielo».
damos vueltas sobre las percepciones de las cosas y terminamos con alguna forma de desorientación. porque el subjetivismo que nos invade acaba por alejarnos de la terca realidad. siempre objetivable.
Al cuidado de los nietos, cada tarde en el rato de la televisión me veo los “Pokemon”, dibujjos animados japoneses, donde los malos son un equipo llamado el “Team Rocket”, con éste nombre occidental frente a los personajes buenos y adornados de todas las virtudes sociales japoneses. El Team R. viene a robar y secuestrar y terminan siendo explusados a huyendo a un punto lejano.
Aquí observo la visión que tienen los japoneses del mundo occidental, con sus personajes dotados de unos redondos e inmensos ojos, pues toda su producción está orientada a la exportación, y viven del comercio con el exterior. Pero lo que más me llama la atención son el estribillo que como presentación hacen en cada episodio. Vienen a decir entre otras cosas que luchan por la unidad universal, que quieren implantar la civilización del amor etc.
Y yo me pregunto si no están reflejando la visión japonesa los pueblos occidentales, con unos principios retóricos que no encajan con sus actuaciones.¿Qué hemos hecho de los fundamentos del cristianismo?
Hemos estado, por ejemplo, llamando vocación, una llamada personal de Jesús, con lo que es una entrega voluntaria de la vida, así en el sacerdocio católico con su celibato, y hemos estado considerando la santidad una opción personal en la búsqueda de una vida meritoria.
Pero como todo eso es una entelequia, en los casos en que la vida se vive a borbotones, se rompen todos los esquemas, a veces con graves conflictos personales o de conciencia.
Y así también nos pasa con la interpretaciones que hemos hecho de la vida cristiana contenida en los Evangelios y en todo el Nuevo Testamento. Con la diferencia que mientras tradicionalmente se busscaba una nueva interpretación en un movimiento reformador, desde los grandes reformadores medievales, pasando por Lutero, y hasta el Concilio ultimo (hace 50 años), ahora por desgracia se trata de una cuestión de “valoración” del texto mismo y de la realidad histórica confundiendo al personal, desestimando las vivencias muy dinámicas de la fe.
Nos movemos entre una fe expectante, que espera, sin saber qué nos aguarda, y una fe confiada que se alimenta de lo recibido. A lo segundo se lo rechaza porque se desconfía de las seguridades, que no se perciben como experiencias personales, ni se conciben como elementos de la propia fe.
Insisto, el problema de fondo hoy es de valoración, porque no encontramos nada más seguro que nuestra propia existencia personal y no queremos renunciar a ella delante de lo trascendente (en términos teológico, que no filosófico, remitido al Dios que se nos está revelando a cada momento)
No podemos conciliar venganza con amor, porque son realidades de ámbitos distintos
Ningún cristiano verdadero puede “sentirse” que está por encima del bien y del mal…ni que tiene ningun derecho propio a nada…El creer ésto significa no entender lo que es en realidad ser cristiano…
No cabe duda que el ser “buena persona” en esta vida tan diversa no se relaciona exclusivamente con el cristianismo…Hay cristianos que dan muy mal ejemplo, y no cristianos con valores profundos y extraordiarios……Entre mis amigos hay ateos, agnósticos, musulmanes, judíos, hindúes etc. etc…que son magníficos seres humanos y que representan verdaderamente el don de Dios…
PERO esto no excluye, que el distintivo particular de los cristianos sea el amor…pues desde el principio a ellos se les reconocía por esta carracterística específica y propia, y por eso de ellos se decía “mirad como se aman”, puesto que en la antiguedad era desconocido este tipo especial de amor “agapé”….
El amor cristiano reside pues en el mismo Jesus…que es el AMOR de Dios encarnado en la tierra…Por eso, decirse cristiano y no practicar el amor, es una contradicción..puesto que la vocación específica y la esencia del cristiano es la caridad, la misma del que inició el cristianismo como proyecto de salvación que es el mismo Cristo…el amor que salva..y que nos lleva al Padre…
No es posible pues gloriarse y pavonearse, y creerse superior por haber accedido a esta capacidad y gracia del amor…Ya Pablo de Tarso, en el siglo I, decía que el mismo no podía gloriarse sino en la “cruz” de Jesucristo, y que si presumía de algo, era de sus debilidades y flaquezas, y por eso escribe así: “Con sumo gusto, pues, me gloriaré mas bien en mis debilidades, para que yo sea morada de la fuerza de Cristo. Por lo cual me agrado en las flaquezas, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones, en los aprietos, por el nombre de Cristo. Porque cuando soy débil, entonces (es que) soy fuerte”. (2 Cor. 12, 9-10)
Por tanto, todo cristiano que se sienta superior por el hecho de su vocación hacia el bien, está en un falso e hipócrita camino…Puesto que la vocación al bien es una gracia gratis, es un impulso infuso…es solo un camino a recorrer…es un don…por el cual decidimos caminar…y supone una gran humildad…ya que el amor es ante todo don de uno mismo y servicio a todos….Entender el cristianismo de otra manera, es un error….
La vocación al bien, pues, es universal….Dios quiere que todos seamos buenos: “sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” dice Cristo….y el que se acerca mas al Dios encarnado…es el que se tiene que distinguir mas, en este profundo grado de humildad que “es el amor cristiano que sirve”….que perdona hasta el enemigo…que es don de uno mismo por esencia….Es por eso, que el cristiano es un testigo viviente de ese amor de Cristo…es su obligación de dar este testimonio ante el mundo…Y mucho mas en este mundo actual…donde el mal pretende apoderarse y destruir toda señal del verdadero amor de Dios que fue dado a nosotros desde el comienzo de la existencia humana
un saludo cordial de Santiago Hernández
El ser cristiano, para mí, no nos hace ni mejores ni peores que otras personas.
Ni somos los primeros, ni únicos para vivir el amor, en toda su connotación.
Elegimos cómo vivir y donde aprender a llevarlo a cabo, solo eso. Ni seremos los primeros, ni especiales, ni únicos.
Toda persona que viva haciendo el bien a su alrededor, no llevará una señal en su frente, llevará a buen puerto una manera de vivir, haciendo que el bien desde el amor, sea el caldo de cultivo para que crezca la paz, la justicia, el buen hacer por todos los rincones del mundo, sin diferencias externas de ninguna clase.
Personas buenas exixten a lo largo y ancho de esta tierra y cada cual tiene su estilo propio y personal siga el camino que siga.
Va siendo hora ya, de no sentirse por encima del bien y del mal y con derechos propios; toda persona buena con las demás, estará en el mismo lugar que las otras.
Y pueden trabajar en común, comprenderse, quererse y acogerse sin confesionalidad alguna; quienes son buenas personas !!!lo son!!! Sencillamente sin escepciones.
m* pilar
Coincido contigo George en que hay un fondo de incertidumbre, de no saber, de misterio en todo. Basta encadenar preguntas para que pronto nos quedemos sin respuestas. La distancia de lo que sabemos con la realidad no la podemos determinar de ningún modo. No sabemos si estamos muy cerca como piensan algunos desde la arrogancia científica o muy lejos; yo en esto me quedo como tú, no lo sé, estoy abierto a la incertidumbre, a nuevos descubrimientos. ¡Nos falta tanto por conocer! Aún tengo bastante capacidad para la perplejidad y el asombro al observar el entorno, sobre todo en el área que más me ha interesado e interesa: las neurociencias, pero también la cosmología, y también…..
Sin embargo, con respecto al sufrimiento sabemos bastante, no todo, pero quizás lo suficiente para tomarlo como problema a resolver y no dejarlo sin abordarlo en el cajón de los misterios. Tu pregunta de que habría podido haber sido otro universo sin enfermedad ni sufrimiento, a mi me parece plantada desde una posición previa, desde la planificación o diseño del mundo. Efectivamente Dios podría haber diseñado otro universo diferente. Pero al negar cualquier diseño o planificación y por tanto finalidad previa, la pregunta carece de sentido. Es como preguntar si hay otros planetas habitables externos a la Tierra, con formas de vida diferentes que no padezcan enfermedades ni sufrimientos ni estén sujetos a la muerte y además que sean inteligentes ¿compartiendo también lo humano con nosotros? Bueno al menos por ahora no lo sabemos. En cualquier caso no seríamos nosotros. Pero en nuestra Tierra la enfermedad, el sufrimiento y la muerte van ligadas a la evolución de la vida. Y la vida surge de las condiciones prebióticas, en continuidad con el primer tiempo abiótico, unos mil millones de años tras el origen de la Tierra. No habría habido evolución de los seres vivos sin muerte, (con la enfermedad y sufrimiento que conlleva ésta). Y la evolución es un proceso autónomo sin finalidad, sin diseño previo, sin dirección, mediante mecanismos biológicos intrínsecos del propio sistema.
¿La compañía de Dios no vuelve la autonomía humana (y del mundo) en heterónoma? Depende de como se entienda. Si Dios obligara, impusiera, hiciera, actuara… según su voluntad, entonces pues no se podría hablar de autonomía. Pero la compañía de Dios puede entenderse como la de un padre/madre “buen*”, de es*s que dejan hacer a sus hij*s lo que les da la gana cuando son ya adult*s, les deja que vivan en libertad autónoma independientemente de él, pero que siempre está ahí para lo que sea, al quererl*s por que sí, por que son sus hij*s a los que ama con locura y no necesita que se lo merezcan, l*s ama aunque sean un*s bandarrias, un*s mal*s hij*s. Siempre comprende y perdona.
gracias Sergio por el blog y lo que encierra…He leído sobre el perdon y la reconciliación …puesto que esto es la parte mas difícil del mandato de Jesus de Nazaret…..Y es que el cristiano ha de distinguirse de los que no lo son…en una cosa fundamental..que es en el amor al prójimo…….. que debe ser de la misma manera como nos amamos nosotros mismos…
Pero Jesus dice “algo mas” y es que debemos “superar” a los que no son cristianos……puesto que éstos tambien aman a sus amigos…pero nosotros somos los primeros que debemos reconciliarnos…los que debemos dar el primer paso para el perdón..porque si a la hora de la “ofrenda” nos acordamos de alguien está “peleado” con nosotros,debemos dejar la “ofrenda” e ir nosotros a reconciliarnos con el/ella…Es nuestra actitud lo que importa….porque es nuestro sello..el sello de “la caridad” de Cristo ….
Nosotros somos los que tenemos que dar el primer paso..somos los que recibimos el carisma de Cristo…y tenemos que darlo primero…a los que no lo tienen…Por eso, no existe “ojo por ojo, diente por diente” entre los cristianos….sino amor..que incluya -no excluya- al enemigo, a aquellos que nos traicionaron, nos vejaron, nos hundieron, nos desearon mal y nos odiaron…Los mártires morían perdonando a sus verdugos…a los que los asparon, desollaron, torturaron, lapidaron…Y por eso el cristianismo ha sobrevivido…porque es el mismo amor de Cristo en nosotros el que ha podido -a traves de los siglos- derrotar el mal…a fuerza de promover y practicar el bien…
Otros hablan de la praxis…pero nosotros tenemos ante nosotros el diario reto del amor, o sea la praxis del verdadero amor de Dios que se desborda en nosotros y se extiende a TODOS nuestros hermanos …Entonces, nuestra labor es mucho mas importante y mucho mas apasionante que la de cualquier “sistema” político, económico, social o meramente jurídico …Es la fe “vivida”, la de la misma de la Iglesia primitiva, la de nuestros hermanos que confesaron su fe entonces, en los primeros siglos, la MISMA que se nos ofrece AHORA ante los enormes desafíos que nos presenta el mundo moderno en nuestra familia, en nuestros trabajo, con nuestros amigos, con nuestros conocidos, con nuestra ciudada…en la Iglesia, en la política, en la economía…Los cristianos transformaron el mundo antiguo y lo convirtieron en una sociedad mas humana…con compasión y llevando la luz del evangelio por dondequiera que ellos pasaban y se presentaban….
Por tanto , es a nosotros a los que nos corresponde reavivar y poner al día nuestro vedadero distintivo…..de cristianos….para que se haga realidad lo de que “donde haya odio, que yo ponga amor”. “donde haya ofensa, perdón”….. ¿ No es eso suficiente para manternos bien ocupados durante TODA nuestra vida de cristianos?
un saludo cordial de Santiago Hernández
Aquí en mi blog personal, hay tres artículos dónde pongo el acento en el perdón y la reconciliación, lejos de la venganza -que siembra y genera más violencia- y cerca de la justicia y del amor. Son los primeros tres de diciembre a febrero.
http://sdalbessio.blogspot.com.ar/
Querida Pili: Absolutamente!!!! Eres t’u hablando desde tu fe, sin reclamar certezas, de buena fe, arriesgandote desde la confianza… Un abrazo cordial bien fuerte.
Amigo Jorge:
¿Cómo no voy a querer responderte?
Lo malo es, que no sé si sabré hacerlo, porque mezclas “cosas” que para mí están enraizadas en una sola…:
“Vivir en la medida de mis capacidades (que no son muchas) el Proyecto de Jesús”.
Para mí la culpabilidad está referida a la formación que recibí “religiosamente” hablando y que desde la vida… mí vida… descubrí tiene otras connotaciones mucho más comprometidas; culparme, estar cada segundo del día, pensando en lo que hago mal (y hasta apuntarlo para luego dar cuenta de ello) no tenía nada que ver con el Mensaje de Jesús, y aquel a quien llamamos Dios, me estaba diciendo desde Jesús, otra cosa muy distinta.
Desde esa experiencia, un día le dije… y en voz alta en un rato de oración, a lo que presentimos como Dios y que no me da ninguna vergüenza reconocerlo… pero sin vestirlo como las religiones lo visten:
“Tú sabes cómo soy, sabes mis deseos, intenciones, debilidades… y ¡¡¡te quiero!!!
Y… me pongo en tus manos; nada te pido, solo, que jamás “permitas” (es una manera de decir, porque Él no interviene en mis decisiones, solo yo soy responsable de ellas) me aparte de este deseo de vivir desde el Proyecto de Jesús, por mucho que las “luces de neón” me llamen.
Desde ese momento, con un deseo de no dejar entrar en mí, “esa clase de culpa”porque no nos lleva a ningún lugar.
Sufrir por lo que hago mal, no soluciona nada; si el mal causado puedo remediarlo debo hacerlo de la mejor manera posible.
No comprendo donde encuentras la dificultad ante el dios que nos muestra la Escritura; esta es la historia de un pueblo que sintió un presencia más grande que ellos mismos… pero la adulteró (lo dicen los profetas y Jesús, no yo) y bien claro lo denunciaron a lo largo de su enseñanza y vida; no sé qué más puedo decirte al respecto.
De hecho, hay partes de ella, que soy incapaz de leer, sencillamente ¡no es mi camino!
Cuando digo la Escritura, hablo de la Biblia; los evangelios son otra materia para toda persona de buena voluntad…
¡Es otra cuestión, es un Proyecto de Vida!
Cada cual debe elegir por donde quiere caminar, cómo y por qué medios, y llegar a basar su vida en ello, eso es personal. Y tiene que hacerse de manera responsable.
Habrá buenos caminos, o caminos funestos, oscuros, delictivos, y la vida misma (creo) les dará a cada cual lo que vaya sembrando.
Quizá no como cada cual quisiera cuando se siente oprimido por esas decisiones; por eso, la lucha, la protesta, el intentar mejorar el mal reinante.
Pero no dudo en ningún momento, que si más personas, fuéramos capaces de vivir como el Galileo dejó en nuestras manos, sabiendo cómo somos…:
¡El mundo sería mucho mejor!
Al unir la pregunta con la consecuencia, alteras la motivación.
¿Quién reclama ser el privilegiado de haber hablado con Dios o de que Dios le habla?
Las religiones, las personas que de alguna manera se presentan como iluminadas; pero… siempre hay un “pero” y gracias a esos peros:
Dentro de las religiones (de todas ellas) hay personas que intuyen otra manera de llevar a cabo los mensajes, y suelen ser personas que no aspiran al poder, ni a la riqueza, honores…etc.
Escuchan el Mensaje ¡de otra manera! Y lo ponen en práctica; y es curioso, en aquellas personas y lugares…;
¡La vida, renace, cobra sentido!
No sé si he respondido a cuanto me has preguntado; es, que para mí, el seguimiento de un proyecto de vida, es un caminar constante, un descubrir desde los avatares diarios y desde el dolor.
Nuestra interioridad busca incansablemente respuestas o comprensión de lo que sucede, y yo encuentro esa manera, entrando dentro de mí y…:
¡¡¡Escuchando las palabras del Maestro… y siempre se iluminan y me abren nuevas posibilidades!!!
Estar todo el día pensando si soy buena o mala persona, solo consigue que nunca salga de mi misma y no aprenda a jugármela en cada intento; si me equivoco y daño, tendré que buscar el remedio.
Generalmente desde ese tropiezo o contratiempo puedo avanzar con nuevas fuerzas, porque en ello, no va mi “salvación” sino el bien estar de quienes me rodean.
¿Siempre hago las cosas bien? ¡No!
Entonces me trago el sapito de mi fragilidad y mi torpeza, me levanto y ¡¡¡delante de nuevo con un espíritu nuevo!!!
No sé si hay un Dios que nos vigila o protege… intuyo una Esencia-Fuerza que me impulsa, me anima, me reconforta cuando abro mi corazón para pensar en lo que me está sucediendo…:
¡¡¡Siempre me siento abrazada, acogida, esperanzada!!!
Si algo más hubiere… no es cosa mía, lo que me corresponde es, vivir de manera que dañe lo menos posible a quienes me rodean y los que están lejos, porque me siento parte de este mundo y a todas las personas les puede repercutir mi manera de vivir; saber cuál es mi centro, para mí es fundamental y la base de mi caminar.
¿Bien, mal? Intento hacerlo lo mejor que sé, mirando siempre la vida que me rodea.
mª pilar
Amiga Pili: Un abrazo cordial. Dejaste una pregunta en el aire… para pensar. He aquí lo que he pensado si me permites compartirlo. Esta fue tu primera pregunta pero escribiste “un punto” que separa tu propuesta como si fuesen dos preguntas y con tu permiso así hice y ahora he modificado tu pregunta para hacerla doble. Espero que no te ofenda mi especie de plagio aclaratorio: ¿Cómo se puede hablar de Dios? ¿Haciendo de él un “arma” en contra de los que no piensen igual?
A la primera de tus preguntas la respuesta es que no puedo “hablar de Dios” aunque a veces, cuando hablo a solas, como pensando en alta voz, me gustaría poder remedar en alguna medida a Jesús y hacerlo. Siempre me parece que quedo corto y no he ido al psiquiatra porque aún no “escucho” respuestas verbales. Con todo me parece que mis esperanzas y mis “ilusiones” de un Mundo justo son mi conversación con Jesús y que Jesús de alguna manera es como los muros de las redes sociales modernas (Facebook, etc.) Lo que se escribe públicamente, mis andaduras y mis “desandaduras son conversación que no sé si Dios que es incierto o parcialmente cierto que pueda existir, quizás lea y en mi propio obrar y hasta en mis omisiones lo que haya de bondad y de amor y servicio se vuelve lenguaje del Amor de donde creo que venimos… y Definitivamente Dios no es un “arma” o un instrumento de muerte, por lo tanto la respuesta a la segunda pregunta o segunda frase de tu pregunta es no y sin comentario.
Escribes una tercera o segunda pregunta, según lo mires que es la siguiente: ¿A quién ha hablado Dios directamente?
Quisiera poder decir “a nadie” y, en efecto eso afirmo cuando se trata de distribuir poder y autoridad y privilegios. Pero no puedo evitar escuchar a Jesús cuando la compasión me hace reconocer a un pobrecito o a un necesitado de cualquier cosa que pueda hacer por él o ella. Tanto más si el egoísmo me tienta o me impulsa a evadirlo y no hacerlo. En ese sentido siento la voz de Dios en Jesús: “Tuve hambre y me alimentasteis, tuve sed y me disteis de beber…etc.” Estoy seguro que sabes el texto a base de ponerlo en práctica.
Los seres humanos experimentamos, pensamos, miramos, leemos, contemplamos, preguntamos, estamos atentos a los devenires de la historia; sus avances, descubrimientos; en la cultura, un mayor conocimiento del pensar humano; en los dones que cada ser recibe, sin ellos hacer nada, sencillamente se encuentran con ello entre sus manos y los van realizando para el bien común, porque todas las personas (casi todas, porque hay lugares donde solo existe el hambre, el dolor y la muerte) nos beneficiamos de ello.
¿No se escucha una voz profética en la injusticia que clama “al cielo” (hablo figurativamente) y que invita a subsanar lo que malo haya en la realidad que oprima o aplaste? ¿No escuchas la voz de Jesús? Bueno mi locura, porque quizás sea mi propia voz y Jesús no exista me habla desde el sufrimiento de mis pacientes, de los pobrecitos que encuentro cada paso y a veces desde mi propio sufrimiento y busco al amigo o amiga en busca de un hombro donde reposar mi cabeza aunque sea por un momento. Quizás todo eso es puro dramatismo mío y nada de eso exista excepto en mis alucinaciones o en mis propias necesidades proyectadas…pero ¿quién puede saber tanto como para afirmar que simplemente estoé loco en mi modo de sentir y pensar?
¿Por qué nos evadimos hacia el “cielo” (que nadie sabe lo que es y donde está) en lugar de poner todo nuestro corazón, conocimiento, trabajo, en mejorar lo que sucede aquí y ahora?
Al leerte en estas dos líneas, me parece que he estado diciendo lo mismo con la diferencia de que en ocasiones me puede el cansancio y el desengaño incluso de parte de los propios pobres que tampoco dejan de ser arrogantes cuando demandan y maltratan a otras/otros más pobres que ellos, la sinrazón de la injusticia, el fruto de la opresión en cadena…
Ahora las “negritas” son tuyas al escribir lo que sigue: Quizá entonces, el mal reinante sería mucho menos terrible, porque habría una mayoría, dispuesta a trabajar para recrear los bienes recibidos para el bien común.
Y me haces pensar que quizás sea cierto, que ese es tu cielo y que en esa esperanza te sales del mundo de lo real y concreto del aquí y ahora porque lo que se ve no es constantemente justo, ni permanentemente justo aunque haya personas que se apliquen a tratar de que sea como deseas y al precederlo de un “quizás” me parece que me invitas a la esperanza de un cielo en la forma de un Mundo mejor y por lo tanto a reconocer que este aquí y ahora” que existía mientras escribía la frase anterior ya no pertenece a ese otro Mundo por venir en el próximo aquí y ahora.
Leemos la Escritura como “Palabra de Dios” que no lo es, en lugar de la historia de un pueblo, que sintió a un dios que lo acompañaba; en esa historia comprobamos (al menos a mí me sucede) que ese dios que nos muestra, es un reflejo de lo que ellos ansiaban con todo su corazón. Nos cuentan historias de cómo dios les iba ayudando a eliminar a todos los que impedían llegar a su tierra prometida.
Las negritas son (ahora a medias) mías: Me he preguntado cientos de veces: ¿me gusta un dios que arrasa todo cuanto “su” pueblo encuentra a su paso?
Aquí confieso que me confundo porque tu “no” rotundo es al relato mismo pero no sé si esas narraciones pudieran ser trascendentes y no concretamente históricas pero distorsionadas por lo azaroso de su historia (traducciones, interpretaciones, añadiduras, adaptaciones, supresiones) porque es a partir de ellas que llegas a tu conclusión un poco “al absurdo” como cuando demostrábamos en geometría que una cosa fuese cierta porque lo contrario fuese absurdo.
Retomo tu escritura tratando de comprenderte y no oponiéndome a ella (lo repito porque no deseo la controversia sino comprender mejor lo que leo) cuando escribes lo siguiente: “Mi respuesta, dado mi manera de ser era: No, no me gusta ese dios vengativo que ayuda a unos, eliminando de la faz de la tierra a otros; porque siempre he sentido que lo que yo intuyo de la Vida…Esencia…Dios…: que es para toda persona nacida o no lo es para nadie.
He de confesar que no puedo considerar cierto lo que intuyo tampoco. Que tenga que cuestionar la certidumbre de todo lo que cierre puertas, lo que encarcele a Dios como si le conociera que no me queda más remedio que inclinar la testuz y aceptar que mi comprensión sea distorsionada y esa quizás sea la única cosa segura aunque incierta, porque deja puertas abiertas. Quizás la Verdad no sea en blanco y en negro aunque esa certidumbre me parezca ideal. ¿No crees que la Bondad sea un misterio? ¿De dónde viene y hacia dónde va? No puedo definirla en función del mal, como que sea la ausencia de éste, etc. Tan injustificado me parece el Bien como el Mal. Solo que el Bien y la Belleza todas las personas que parecen de sano juicio las buscan, las disfrutan y las aceptan y tratan de procurarlas más o menos torpemente. Y quienes prefieren el Mal se sienten culpables y terminan por ser víctimas de su propia maldad y malicia.
Intuyo que algo me supera, me llama, me atrae… pero no lo quiero vestir desde mi mirada pequeña, quiero que nadie se quede fuera de esa oferta o posibilidad.
Aquí vuelvo a perderme cuando te leo: “No lo quiero vestir desde mi mirada pequeña, quiero que nadie se quede fuera de esa oferta o posibilidad” ¿Per entonces qué pasa con el problema de la responsabilidad, la liberación al perdonar que muchos prefieren no ejercer?
Añades: No le pongo cara, ni lo revisto de nuestro sentido de poder etc.
Lo encuentro en las palabras del Galileo, en sus parábolas, en su sencillo y cotidiano vivir.
Me alegra que así sea pero ¿encuentras contradicciones en el Jesús que lees y que imaginas desde tu ángulo? ¿Cómo pudiera confiar en estas narraciones y no en la otra y no considerarlas en conjunto precisamente el paso “de un Mundo a Otro” para robar la expresión del amigo Salvador Santos?
Me educaron dentro de la iglesia, una formación profunda, mamada en mi hogar primero, haciéndolo vida real y quedé prendada de esa caminar. Poco a poco, desde lo que sucedía a mi alrededor, fui quitando manos y manos de pintura, que “para mí” desfiguraban lo que iba experimentando en lo más profundo de mí. No tengo ni busco seguridades sino Vida aquí y ahora en la medida de mis posibilidades.
Permíteme una pregunta para aclararme: ¿Cómo separo lo que he hecho mal de lo que hago bien en el sentido de poder escribir que era y ahora soy, creía y ahora creo? ¿Cómo puedo dividir mi historia personal? ¿Cómo pudiera sustraerme a tener que sentir una gratitud inmensa e interminable de poder estar “pasando” es decir de poder moviéndome en una historia de mal y de bien que no son como la luz y las sombras (directamente proporcionales) sino como la luminosidad y la oscuridad algo así como dos realidades danzantes, en mí, no contrapuestas como deja la serpiente la piel periódicamente o como aparece y desaparece la aurora boreal como una ilusión óptica?
Solté la culpabilidad que te meten en vena de manera irracional y que solo se perdona… todos conoceos como funciona el tema. Enfatizo una palabra que me parece que se trata de un error tipográfico, pero el adverbio todos me aclara que supongas que todos conocemos como va el rollo de la culpabilidad ¿te interpreto correctamente?
Lamentablemente tengo que comentar aunque ya sabes que soy un follón de incertidumbre yo mismo que lo que estoy aburrido de comprobar en mi oficina es algo diferente: La culpa es el pensamiento sobre la vergüenza de haber algo que me parece que haya estado no del todo bien y me hace volver y rectificar. Asumir que todo lo que haga esté bien me parece imposible. Que no me deje poseer o aplastar por la culpa sino que me levante y rectifique y siga mi andar, eso sí. Pero deshacerme de la culpa fuera como deshacerme del miedo, no pudiera reconocer el peligro…No por gusto ambos tienen sus raíces en la zona límbica y parece que hasta los clamares reaccionen al peligro y se oculten para evadirlo aunque no parezca que hagan lo mismo con la culpabilidad…si bien algunos primates parecen ser sensibles a ella o quizás los estudiosos de eso simplemente proyectan… No sé aquí me hago un lío…
Nada quiero ganar, ni merecer, ni esperar… me siento en plenitud interior, en paz; y las incertidumbres humanas cuando miro a mis hijos/as y nietos/as… a los dolientes de la tierra…
¿Pudieras completar el pensamiento que me parece inconcluso aunque muy bien pudiera ser mi cortedad de comprensión? Esto te lo pido pero comprenderé que no lo hagas si no lo consideras necesario…solo deseo comprender…
Confío en la fuerza que cada cual ponga en su caminar, porque de alguna manera ¡siento! que sucederá aquello que vaya sembrando, y si las circunstancias empeoran más todavía, unirnos toda la familia para ayudar… y fuera de la familia también.
Permíteme preguntarte: ¿Qué más tuviera que ocurrir para que tuvieras que cuestionar que el deseo o sentimiento esperanzador no equivale a la realidad? ¿Qué pudiera demostrar que el Mal existe de alguna manera, por ejemplo en la forma de ese Dios sádico que causa tanto problema porque haya seres humanos no muy diferentes de mí al menos, que también aman y son capaces de hacer el bien en alguna medida porque no puede existir ni el mal equivalente en poder al Bien ni puede no existir el Mal? ¿No es esa la incertidumbre o la ecuación que no podemos resolver por medio del conocimiento sea este emocional o afectivo, sentimiento, o cognición, intelecto?
Amiga Pili, comprenderé que no quieras gastar tiempo respondiendo a mis preguntas y te ruego que perdones si te he ofendido en cualquier medida o si he abusado de tu propuesta iniciar de pensar? De cualquier forma te ofrezco un abrazo cordial.
¡Gracias Juanel por tu respuesta!
No estamos alejados… quizá mi edad… serena la mirada y las expectativas, que siempre digo:
Están aquí y ahora.
Ahí deberíamos poder encontrar el cielo, dentro de ese abrazo amoroso que bulle en nuestro corazón y en nuestra entraña.
Todo lo demás… ¡si lo hay! se nos dará por añadidura.
¡¡¡Gracias luchador incansable!!!
mª pilar
Óscar ¿no generalizas demasiado? Preguntas ¿Acaso es posible otro modo de vida humana? Bueno aquí respondo como George, no lo sé pero es posible y tal vez probable que lo haya. Ir eligiendo por el “gustito voluptuoso” apunta si no me equivoco a algo más profundo que el mero capricho hedonista, al mencionar la “vocación” ¿Es así? No igualo plenitud a felicidad quizás por la amplitud de significado que le doy a ambos términos. Un ser humano puede ser feliz con poca cosa. Y mis expectativas de futuro son todo menos poca cosa. A la felicidad le falta el calificativo de plena. Plenitud para mí es un concepto más redondo. Lleva todas nuestras aspiraciones a su nivel máximo. Si a la Plenitud le añadimos felicidad que está incluida en en ella pues mejor. Mi objetivo o meta es por tanto Plenitud no sólo “sentirme” feliz que también, sino pleno, caminando en su dirección, que no se consigue sino junto con los demás, con tod*s, a menudo dejando de ser feliz compartiendo y acompañando sufrimientos.
MªPilar, para mí también la Escritura no es Palabra de Dios sino un motivo de encuentro con él. Me encanta que digas que tienes plenitud interior, paz,… y es que se refleja en lo que dices y cómo lo dices. Yo no puedo decirlo, quizás porque he puesto en la plenitud demasiado. ¡Me falta tanto! ¡aspiro a tanto! La he elegido como meta ¿pero tenerla? Tampoco puedo decir que he encontrado paz, hay tantas cosas que bullen en mí…… queda tanto por hacer….., me gusta la frase que leí no sé de quién que para descansar en paz ya tenemos la muerte. Preguntas ¿por qué evadirnos hacia el “cielo”….? Bueno a menudo necesito alguna evasión, imaginarme y sentirme en ese cielo. Es como un horizonte de vida, una meta de plenitud, un mundo de justicia, de paz, de compartir y de amar sin secretos,…. y tratar de vivir como si ya estuviese en él. Pero yo creo que ese cielo no vendrá de improviso por una acción mágica de Dios, sino al contrario somos nosotros los que lo vamos construyendo en el tiempo, en nuestra historia hacia el triunfo final del bien, hay que vivir aquí y ahora trabajando por el bien común tal como dices. Evadirnos vale por un corto tiempo para cargar pilas, pero no quedarnos en él, sino bajar bien cargados de entusiasmo del Monte Tabor al que nos hemos subido, para retirarnos en nuestra intimidad con Cristo.
Román, tu experiencia religiosa es muy diferente a la mía. Coinciden en un punto el encuentro con Jesús. Por lo que dices parece que lo tuyo sucedió en un momento axial en tu vida. Yo no tengo ninguna experiencia de referencia, lo mio fue un largo proceso de reflexión durante más de 20 años, sin ninguna guía, de modo autodidacta, con lectura de unos libros que me llevaban otros y escribiendo en forma obsesiva. Con el tiempo descubrí que si Dios existía tenía que ser tal como Jesús de Nazaret lo manifiesta, y que a pesar de mi rebeldía escandalosa nada me impedía vivir como si Dios existiese, es más, seguir a Jesús de verdad resulta escandaloso muy en sintonía con lo que había sido mi vida. Y efectivamente el giro que le di a mi vida resultó ser escandaloso para mi familia, amigos, conocidos,…., y yo feliz, como siempre provocador.
Me parece de gran importancia hacer la distinción, como hace el amigo George, entre inseguridad “y”incertidumbre.
Esto, sin pretender llevar el ascua a mi sardina, obliga a enmarcar el debate dentro del horizonte de la realidad, es decir poner el listón un poco más allá. Por qué? Porque la inseguridad cae dentro del orden de lo psicológico mientras que la incertidumbre es un carácter de la realidad misma.
Por tanto la superación de lo psicológico es lo que hará entrar a la persona en un proceso de penetración hacia el mismo fondo de su capacidad real, con lo cual, a este nivel aquella inseguridad se convierte ahora en el reconocimiento de nuestra propia limitación. Sin embargo, para que esta limitación no se entienda como ha venido siendo entendida tradicionalmente como algo necesitado de autoridad y en cambio le competa por ella misma estar vinculada respectivamente con el principio de incertidumbre o de indeterminación de Heisenberg, esta limitación, digo, no es consecuencia de que nuestra inteligencia no de para más, sino precisamente porque esta indeterminación de la realidad es real.
Entiéndase bien no se trata de ninguna afirmación, se trata de algo mucho más simple, del mero hecho de considerar la realidad abierta, es decir, lo real de la realidad no es la cerrazón del “en sí” sino en términos zubirianos lo real del “de suyo” es un de suyo el de la realidad que, en tanto abierto, hace que con el tiempo y a través de lo humano, sobrepasando, esto sí, lo psicológico, la realidad toda, se vaya configurando en su formalidad propia, pero siempre abierta dando de sí.
Amigo Román: Gracias por tu detallada respuesta que te agradezco. Permíteme la conversación
analítica, crítica no con ánimo de discutir para persuadir, sino con el ánimo de esclarecer para
comprender.
1. La inseguridad se traduce en dudas.
He aquí un punto de partida y un argumento fundamental. La inseguridad se traduce en dudas exige
que la inseguridad exista antes para que pueda traducirse en dudas. Pero no se trata de inseguridad
sino de incertidumbre. La inseguridad es duda. La incertidumbre es certidumbre parcial pero
certidumbre.
2. Tales dudas son elementos necesarios tanto del proceso educativo, de formación del pensamiento,
cómo en las formas de conducirse en la vida,
Si reemplazo la palabra “dudas” al inicio de este párrafo todo cambia. Así: Tales incertidumbres
son
elementos necesarios tanto del proceso educativo, de formación del pensamiento, como en las
formas de conducirse en la vida… La “duda” es una experiencia interior de quien trata de conocer
mientras que la “incertidumbre” viene de la libertad de lo que se desea conocer que no se deja
atrapar… La duda es proyectada por el sujeto pensante, la incertidumbre está en la resistencia del
objeto pensado a dejarse categorizar como si tuviese vida como si fuera sujeto que dice y demanda
ser aprendido, conocido… La duda pertenece al sujeto que quiere comprender, la incertidumbre
pertenece al objeto que no puede ser comprendido completamente, que trasciende y desborda la
capacidad cognitiva del sujeto pensante, conocedor…
.
3. …pero la inseguridad mayor es de quienes vivimos en parámetros religiosos y deseamos conformar
nuestra existencia a lo que se demanda de nosotros La conciencia se vuelve escrupulosa. Esos
problemas de conciencia, adivino que se repiten mucho hoy en día, cuando fallan los
referentes habituales de nuestra religión en un proceso profundo de revisión y cambio desde los
años 60 del siglo pasado, cuando hubo ese despertar religioso que hizo tomar nuevos rumbos al
Catolicismo.
Aquí me pierdes: La inseguridad es escrupulosa porque nace de la obsesión de conocer y engendra la
vergüenza de fallar en ello…y por lo tanto la experiencia de pensarse como inferior o como incapaz…
El/la amante no teme confesar al Amado/Amada que le sorprende a cada minuto con un nuevo ángulo de
sí…La sabiduría no es inteligencia porque sobrepasa lo cognitivo y el “alma” frente a lo que adora
y no comprende solamente puede sentirse elegida, escogida, sin siquiera saber qué ve de bello el o
la amante en ella…tal es la relación entre el ser humano y el misterio de lo divino que se resiste
a ser atrapado en categorías y por lo tanto demanda el silencio contemplativo pero no autista, no
es absorción en las propias sensaciones es salida de sí que en todo ama y sirve al necesitado no
como si fuera otro, sino siendo quien es y de ahí que la única sabiduría y el único objeto de la fe
sea el amor en forma de servicio gratuito… El Vaticano II fue un accidente que como el propio Jesús
acabó en la cruz que le fabricó Juan Pablo II y el aparato curial que Pablo VI no pudo superar…
¿Qué rumbos nuevos tomó el catolicismo si estamos estancados en este pantano de
escándalos y traiciones peores que la de Judas?
4. El Concilio Vaticano II fue su paradigma y en Europa se gestó con la Segunda Guerra
Mundial y sus holocaustos, cuando hubo un despertar de la horrible crisis del Modernismo.
¿Cómo puede verse al Concilio Vaticano II como paradigma y no como resultado de un paradigma
traicionado? ¿Cuál crisis del Modernismo? Modernismo es el nombrete impuesto a la pérdida de
credibilidad de un montón de papas canonistas empeñados en mantener un orden tan corrupto e
inconcebiblemente empecatado como pudo serlo el montón de borbones españoles, los viciosos y
viciados Orleans franceses, los Leopoldo belgas que declaraban que el Congo fuese su coto personal
de caza, los Saboya que no podían ser más bastardos y los Habsburgo que no supieron nunca asumir
sus responsabilidades. Los papas de la entre guerra y de cada guerra se soñaban a sí mismo como
Jefes de estado, nada más lejano de Jesús, el Galileo y se aferraban a la soberbia de los abanicos
de plumas y sillas gestatoria y mitras de coronas múltiples… El Modernismo simplemente se burló de
todo ello por anacrónico e insostenible y ellos no tuvieron la clarividencia de ver en los curas
obreros de la Misión de París las raíces de lo que mucho después trató de ocurrir en el Vaticano
II… Todos esos papas identificados con el poder establecido claro que solamente podían ver con
horror al Modernismo y no supieron leer en él la presencia profética del Espíritu Santo… ¿Leíste
Villa Marxista (M Delbrel) y a Jacques Loew (Perfil del apóstol de Hoy), y a Voillaume (En el
Corazón de las Masas)? ¿Recuerdas a Bouchaud y a Boulard? Toda esa literatura fue popular, de
estanquillo, no de biblioteca universitaria y cayó en el anonimato porque la jerarquía no quiso
prestar atención a lo profético…Fue la falta de liderazgo cristiano-católico lo que coloreó
psicóticamente el Modernismo de peligroso y de maligno, fue la ceguera de los papas ensoberbecidos
en su infalibilidad….eso se convirtió en acicate de los totalitarismos y otras
patologías políticas… No al revés.
5. Debo con tu permiso, George, centrarme en el ámbito personal.
Aquí en el ámbito de lo personal callo por respeto pero no soy yo sino tú quien menciona la falta
de modelos. Te leo: “”…mis convicciones siempre han surgido o se han visto esclarecidas por algún
suceso que lograba hacerse más consciente tras mis ventanas interiores”…. ¿Dónde sitúo la fe? …en
mi caso personal, experimenté la fe antes que ser introducido en las doctrinas, y conocí a Jesús
antes de aprender el catecismo. No me acerqué a la Iglesia para que me diera la fe, sino que me uní
a la Iglesia porque tenía fe y deseaba unirme a quienes la profesaban. Entonces no
entiendo de búsquedas a oscuras, de saltos en el vacío, de necesidades para resolver conflictos
íntimos de una reflexión o análisis de las doctrinas heredadas o memorizadas de la niñez…”
So far so good. No comprendo a qué llamas Iglesia y cómo pudiste vivir fuera de ella. Ese fue el
pecado no tuyo sino de la jerarquía empeñada en confundir las fronteras de la evangelización con el
perímetro de la parroquia e ignorar que el bautizado es ya evangelizador en su vida y en su pensar
y
en su hacer… No sé de qué conflictos íntimos me hablas, ni quién pueda vivir sin ellos ni que
doctrinas heredadas… Creo que he sido heterodoxo toda mi vida y nunca he dejado de desear e
intentar seguir las huellas de Jesús según como pudiera distinguirlas en cada etapa de la vida,
pero
sin escrúpulos y culpas aunque con el profundo deseo de lealtad a
Jesús…
6. Comprendo, pero no he experimentado esos deseos de purificación de la mente o del alma
de muchas personas católicas con las que he ido compartiendo.
Permíteme que te diga con todo respeto que lo que seguramente nunca has sentido es miedo al
infierno ni has permitido que te inyectaran la dependencia con respecto a los curas…Confieso que
mis directores espirituales, no muchos sino pocos, fueron extraordinarios en alentarme a buscar
siguiendo los impulsos algo que pronto me enseñaron y que con el tiempo descubrí mejor primero en
Juan de la Cruz y después en Ignacio de Loyola, ambos enamorados de una libertad rayana en la
locura, desaprobada por la autoridad competente y tentada (¿Leíste a Rahner en lo Dinámico en la
Iglesia, Herder, Barcelona 1968, cuando escribe sobre la autoridad que asfixia el carisma?)
7. Quizás esto es lo que ves, George, como seguridad, pero para mí sólo es la fe.
Debo haberme expresado mal. No te comprendí y por eso te pregunté. En cuanto a mí celebro con
gratitud mi incertidumbre y no siento inseguridad. No necesito sujetarme. Me siento confiado en la
angustia como el salmista que aunque pase por valle de tinieblas se siente de la mano y se apoya en
ella como en un cayado…Es oscuro pero no hay que detenerse…no nay seguridades por lo tanto
tampoco hay seguridades a medias o inseguridades, no hay certidumbres pero hay certidumbres a
medias o incertidumbre…La inseguridad me viniera de dentro (es lo de dentro lo que contamina le
atribuyen a Jesús haber dicho) la incertidumbre es la soberanía de la Verdad que debo buscar pero
que anda delante de mi como el Amado que escapó y dejó al amante incapaz de refrenar su deseo de
buscarle en la Noche Oscura de Juan de la Cruz o en el Cántico…
8. Cuando conocí a Jesús. creí en él y le busqué en los Evangelios.
Quizás fuiste privilegiado. Yo no le conocí. Más bien me conoció él a mí y chocó conmigo y mi
terquedad muchas veces hasta que venció mis resistencias. Yo no le busqué en los Evangelios. En
ellos le escuché …y me pudo.
9. Creí en ese Dios, que me mostraba como Padre y acepté su paternidad agradecido, por lo que
hecho de mí trayéndome a la existencia y agradecido a Jesús por lo que había hecho por mí.
Respeto tu interpretación. Pero ¿cómo pudiste aprehender” la noción de Dios? ¨ ¿Dónde en los
evangelios habló Jesús o mencionó Jesús el nombre Dios”? Quizás yo leí evangelios distintos…
10. Soy santo, y no porque pueda yo presentar al Padre algo que me dignifique ante su
presencia, sino porque ese Dios, el Yahvé a quien Jesús llamaba su Padre, me mira a través de los
ojos de Jesús desde la Cruz. Soy santo, porque sólo encuentro amor en su mirada. Si eso es lo que
tú no puedes concebir, que la gracia sea eso: gratis data, es que quizás busques algún merecimiento
para ofrecerle, pero no lo encontrarás.
Me asombras que me juzgues. No eres santo porque Dios te haya mirado. No existe en la santidad un
antes y un después. Tu experiencia fue solo el darte cuenta pero fuiste llamado a la vida por el
Dios revelado en Jesús, creador o no y por eso eres santo. Si te hace ilusión sentirte rescatado,
privilegiado, bendito seas, no seré yo quien te quite esa ilusión, pero el pero la enorme impiedad
de Hitler es que también fuera llamado a la Santidad, como Stalin, y que actuaran como si no lo
fueran…
11. Yo no sé con certeza si el Jesús histórico que presentan los teólogos-escrituristas sea el
verdadero y yo tenga su imagen distorsionada, y que debía ahondar solamente en su humanidad
rechazando toda connotación de lo maravilloso o divino.
No hablo de otra cosa que de ese “No sé” que sabes…En eso consiste para mi la fe, la incertidumbre,
la posibilidad en la que se confía aunque te lo explique con el las palabras y razones del párrafo
que sigue:
12. Aunque yo sólo sé en que desde el día en que conocí a Jesús, un Jesús vivo que
se relacionaba conmigo en lo más íntimo de mi conciencia, le acepté y le dije que creía en él, y
que creía en el Padre, y que creía en todo lo que me dijera sobre su Padre. Tengo desde entonces
ese conocimiento de alguien que vive a mi lado y que nunca me ha abandonado, ni en los varios
momentos más negros de mi vida, que los he tenido.
Espero con confianza en que esa certeza no te abandone, que no salga de ti sino que te venga de
Jesús, de fuera y que no se trata de una ilusión soberbia, sino de una experiencia tremendamente
humilde, no humillante, sino veraz (Teresa
de Ávila)
13. Ahora la Nueva Teología discute sobre la necesidad de la Redención y se quiere reconciliar con
los nuevos humanismos rebajando la trascendencia, aunque ello obligue a una relectura del Nuevo
Testamento, y a cargar a la pequeña comunidad de discípulos de Jesús con la grave responsabilidad
de inventar el Cristianismo a espaldas de Jesús, para sobrevivir. Y entre quienes aceptan la
Redención sin negar su índole sobrenatural y la resurrección como un hecho histórico se difiere en
las maneras de exponer cómo fue Jesús muerto sustituto en el Calvario.
Sí eso es cierto yo no lo condeno ni lo apoyo, pero no sé si el Espíritu que no puede ser acallado
por mucho tiempo esté detrás de todo eso de alguna manera y por eso mi pesimismo no me
puede…prefiero callar y esperar…después de todo eso es para el futuro que yo no tendré que vivir ni
discernir ni aceptar
ni rechazar…
14. Te pido disculpas por haberme alargado tanto, pero he preferido explicar lo mejor posible
algunos de los puntos antes que dedicarme a saltar de un tema a otro, de las muchas interrogantes
que planteabas.
Yo por el contrario te agradezco la conversada y te ofrezco mi abrazo fraterno.
Amigo Román: Perdona aue las puntuaciones y las negritas y las bastardillas se hayan perdido y que haya salido mi comentario como un bloque mezclado. Ni te preocupes por leerlo. Qué le vamos a hacer pero el formato de Word no sale igual en el espacio del blog una vez que se envía el comentario. Un abrazo.
Amigo Román: Gracias por tu detallada respuesta que te agradezco. Permíteme la conversación analítica, crítica no con ánimo de discutir para persuadir, sino con el ánimo de esclarecer para comprender.
La inseguridad se traduce en dudas.
He aquí un punto de partida y un argumento fundamental. La inseguridad se traduce en dudas exige que la inseguridad exista antes para que pueda traducirse en dudas. Pero no se trata de inseguridad sino de incertidumbre. La inseguridad es duda. La incertidumbre es certidumbre parcial pero certidumbre.
Tales dudas son elementos necesarios tanto del proceso educativo, de formación del pensamiento, cómo en las formas de conducirse en la vida,
Si reemplazo la palabra “dudas” al inicio de este párrafo todo cambia. Así: Tales incertidumbres son elementos necesarios tanto del proceso educativo, de formación del pensamiento, como en las formas de conducirse en la vida… La “duda” es una experiencia interior de quien trata de conocer mientras que la “incertidumbre” viene de la libertad de lo que se desea conocer que no se deja atrapar… La duda es proyectada por el sujeto pensante, la incertidumbre está en la resistencia del objeto pensado a dejarse categorizar como si tuviese vida como si fuera sujeto que dice y demanda ser aprendido, conocido… La duda pertenece al sujeto que quiere comprender, la incertidumbre pertenece al objeto que no puede ser comprendido completamente, que trasciende y desborda la capacidad cognitiva del sujeto pensante, conocedor…
.
…pero la inseguridad mayor es de quienes vivimos en parámetros religiosos y deseamos conformar nuestra existencia a lo que se demanda de nosotros La conciencia se vuelve escrupulosa. Esos problemas de conciencia, adivino que se repiten mucho hoy en día, cuando fallan los referentes habituales de nuestra religión en un proceso profundo de revisión y cambio desde los años 60 del siglo pasado, cuando hubo ese despertar religioso que hizo tomar nuevos rumbos al Catolicismo.
Aquí me pierdes: La inseguridad es escrupulosa porque nace de la obsesión de conocer y engendra la vergüenza de fallar en ello…y por lo tanto la experiencia de pensarse como inferior o como incapaz… El/la amante no teme confesar al Amado/Amada que le sorprende a cada minuto con un nuevo ángulo de sí…La sabiduría no es inteligencia porque sobrepasa lo cognitivo y el “alma” frente a lo que adora y no comprende solamente puede sentirse elegida, escogida, sin siquiera saber qué ve de bello el o la amante en ella…tal es la relación entre el ser humano y el misterio de lo divino que se resiste a ser atrapado en categorías y por lo tanto demanda el silencio contemplativo pero no autista, no es absorción en las propias sensaciones es salida de sí que en todo ama y sirve al necesitado no como si fuera otro, sino siendo quien es y de ahí que la única sabiduría y el único objeto de la fe sea el amor en forma de servicio gratuito… El Vaticano II fue un accidente que como el propio Jesús acabó en la cruz que le fabricó Juan Pablo II y el aparato curial que Pablo VI no pudo superar… ¿Qué rumbos nuevos tomó el catolicismo si estamos estancados en este pantano de escándalos y traiciones peores que la de Judas?
El Concilio Vaticano II fue su paradigma y en Europa se gestó con la Segunda Guerra Mundial y sus holocaustos, cuando hubo un despertar de la horrible crisis del Modernismo.
¿Cómo puede verse al Concilio Vaticano II como paradigma y no como resultado de un paradigma traicionado? ¿Cuál crisis del Modernismo? Modernismo es el nombrete impuesto a la pérdida de credibilidad de un montón de papas canonistas empeñados en mantener un orden tan corrupto e inconcebiblemente empecatado como pudo serlo el montón de borbones españoles, los viciosos y viciados Orleans franceses, los Leopoldo belgas que declaraban que el Congo fuese su coto personal de caza, los Saboya que no podían ser más bastardos y los Habsburgo que no supieron nunca asumir sus responsabilidades. Los papas de la entre guerra y de cada guerra se soñaban a sí mismo como Jefes de estado, nada más lejano de Jesús, el Galileo y se aferraban a la soberbia de los abanicos de plumas y sillas gestatoria y mitras de coronas múltiples… El Modernismo simplemente se burló de todo ello por anacrónico e insostenible y ellos no tuvieron la clarividencia de ver en los curas obreros de la Misión de París las raíces de lo que mucho después trató de ocurrir en el Vaticano II… Todos esos papas identificados con el poder establecido claro que solamente podían ver con horror al Modernismo y no supieron leer en él la presencia profética del Espíritu Santo… ¿Leíste Villa Marxista (M Delbrel) y a Jacques Loew (Perfil del apóstol de Hoy), y a Voillaume (En el Corazón de las Masas)? ¿Recuerdas a Bouchaud y a Boulard? Toda esa literatura fue popular, de estanquillo, no de biblioteca universitaria y cayó en el anonimato porque la jerarquía no quiso prestar atención a lo profético…Fue la falta de liderazgo cristiano-católico lo que coloreó psicóticamente el Modernismo de peligroso y de maligno, fue la ceguera de los papas ensoberbecidos en su infalibilidad….eso se convirtió en acicate de los totalitarismos y otras patologías políticas… No al revés.
Debo con tu permiso, George, centrarme en el ámbito personal.
Aquí en el ámbito de lo personal callo por respeto pero no soy yo sino tú quien menciona la falta de modelos. Te leo: “”…mis convicciones siempre han surgido o se han visto esclarecidas por algún suceso que lograba hacerse más consciente tras mis ventanas interiores”…. ¿Dónde sitúo la fe? …en mi caso personal, experimenté la fe antes que ser introducido en las doctrinas, y conocí a Jesús antes de aprender el catecismo. No me acerqué a la Iglesia para que me diera la fe, sino que me uní a la Iglesia porque tenía fe y deseaba unirme a quienes la profesaban. Entonces no entiendo de búsquedas a oscuras, de saltos en el vacío, de necesidades para resolver conflictos íntimos de una reflexión o análisis de las doctrinas heredadas o memorizadas de la niñez…”
So far so good. No comprendo a qué llamas Iglesia y cómo pudiste vivir fuera de ella. Ese fue el pecado no tuyo sino de la jerarquía empeñada en confundir las fronteras de la evangelización con el perímetro de la parroquia e ignorar que el bautizado es ya evangelizador en su vida y en su pensar y en su hacer… No sé de qué conflictos íntimos me hablas, ni quién pueda vivir sin ellos ni que doctrinas heredadas… Creo que he sido heterodoxo toda mi vida y nunca he dejado de desear e intentar seguir las huellas de Jesús según como pudiera distinguirlas en cada etapa de la vida, pero sin escrúpulos y culpas aunque con el profundo deseo de lealtad a Jesús…
Comprendo, pero no he experimentado esos deseos de purificación de la mente o del alma de muchas personas católicas con las que he ido compartiendo.
Permíteme que te diga con todo respeto que lo que seguramente nunca has sentido es miedo al infierno ni has permitido que te inyectaran la dependencia con respecto a los curas…Confieso que mis directores espirituales, no muchos sino pocos, fueron extraordinarios en alentarme a buscar siguiendo los impulsos algo que pronto me enseñaron y que con el tiempo descubrí mejor primero en Juan de la Cruz y después en Ignacio de Loyola, ambos enamorados de una libertad rayana en la locura, desaprobada por la autoridad competente y tentada (¿Leíste a Rahner en lo Dinámico en la Iglesia, Herder, Barcelona 1968, cuando escribe sobre la autoridad que asfixia el carisma?)
Quizás esto es lo que ves, George, como seguridad, pero para mí sólo es la fe.
Debo haberme expresado mal. No te comprendí y por eso te pregunté. En cuanto a mí celebro con gratitud mi incertidumbre y no siento inseguridad. No necesito sujetarme. Me siento confiado en la angustia como el salmista que aunque pase por valle de tinieblas se siente de la mano y se apoya en ella como en un cayado…Es oscuro pero no hay que detenerse…no nay seguridades por lo tanto tampoco hay seguridades a medias o inseguridades, no hay certidumbres pero hay certidumbres a medias o incertidumbre…La inseguridad me viniera de dentro (es lo de dentro lo que contamina le atribuyen a Jesús haber dicho) la incertidumbre es la soberanía de la Verdad que debo buscar pero que anda delante de mi como el Amado que escapó y dejó al amante incapaz de refrenar su deseo de buscarle en la Noche Oscura de Juan de la Cruz o en el Cántico…
Cuando conocí a Jesús. creí en él y le busqué en los Evangelios.
Quizás fuiste privilegiado. Yo no le conocí. Más bien me conoció él a mí y chocó conmigo y mi terquedad muchas veces hasta que venció mis resistencias. Yo no le busqué en los Evangelios. En ellos le escuché …y me pudo.
Creí en ese Dios, que me mostraba como Padre y acepté su paternidad agradecido, por lo que hecho de mí trayéndome a la existencia y agradecido a Jesús por lo que había hecho por mí.
Respeto tu interpretación. Pero ¿cómo pudiste aprehender” la noción de Dios? ¨ ¿Dónde en los evangelios habló Jesús o mencionó Jesús el nombre Dios”? Quizás yo leí evangelios distintos…
Soy santo, y no porque pueda yo presentar al Padre algo que me dignifique ante su presencia, sino porque ese Dios, el Yahvé a quien Jesús llamaba su Padre, me mira a través de los ojos de Jesús desde la Cruz. Soy santo, porque sólo encuentro amor en su mirada.
Si eso es lo que tú no puedes concebir, que la gracia sea eso: gratis data, es que quizás busques algún merecimiento para ofrecerle, pero no lo encontrarás.
Me asombras que me juzgues. No eres santo porque Dios te haya mirado. No existe en la santidad un antes y un después. Tu experiencia fue solo el darte cuenta pero fuiste llamado a la vida por el Dios revelado en Jesús, creador o no y por eso eres santo. Si te hace ilusión sentirte rescatado, privilegiado, bendito seas, no seré yo quien te quite esa ilusión, pero el pero la enorme impiedad de Hitler es que también fuera llamado a la Santidad, como Stalin, y que actuaran como si no lo fueran…
Yo no sé con certeza si el Jesús histórico que presentan los teólogos-escrituristas sea el verdadero y yo tenga su imagen distorsionada, y que debía ahondar solamente en su humanidad rechazando toda connotación de lo maravilloso o divino.
No hablo de otra cosa que de ese “No sé” que sabes…En eso consiste para mi la fe, la incertidumbre, la posibilidad en la que se confía aunque te lo explique con el las palabras y razones del párrafo que sigue:
Aunque yo sólo sé en que desde el día en que conocí a Jesús, un Jesús vivo que se relacionaba conmigo en lo más íntimo de mi conciencia, le acepté y le dije que creía en él, y que creía en el Padre, y que creía en todo lo que me dijera sobre su Padre. Tengo desde entonces ese conocimiento de alguien que vive a mi lado y que nunca me ha abandonado, ni en los varios momentos más negros de mi vida, que los he tenido.
Espero con confianza en que esa certeza no te abandone, que no salga de ti sino que te venga de Jesús, de fuera y que no se trata de una ilusión soberbia, sino de una experiencia tremendamente humilde, no humillante, sino veraz (Teresa de Ávila)
Ahora la Nueva Teología discute sobre la necesidad de la Redención y se quiere reconciliar con los nuevos humanismos rebajando la trascendencia, aunque ello obligue a una relectura del Nuevo Testamento, y a cargar a la pequeña comunidad de discípulos de Jesús con la grave responsabilidad de inventar el Cristianismo a espaldas de Jesús, para sobrevivir. Y entre quienes aceptan la Redención sin negar su índole sobrenatural y la resurrección como un hecho histórico se difiere en las maneras de exponer cómo fue Jesús muerto sustituto en el Calvario.
Sí eso es cierto yo no lo condeno ni lo apoyo, pero no sé si el Espíritu que no puede ser acallado por mucho tiempo esté detrás de todo eso de alguna manera y por eso mi pesimismo no me puede…prefiero callar y esperar…después de todo eso es para el futuro que yo no tendré que vivir ni discernir ni aceptar ni rechazar…
Te pido disculpas por haberme alargado tanto, pero he preferido explicar lo mejor posible algunos de los puntos antes que dedicarme a saltar de un tema a otro, de las muchas interrogantes que planteabas.
Yo por el contrario te agradezco la conversada y te ofrezco mi abrazo fraterno.
Amigo Juanel: Un abrazo.
¿Para qué es necesario que el dolor físico sea posible cuando pudo haber un universo sin enfermedades o sin sensaciones de dolor? Pues no lo sé. La respuesta circular que me diga que porque sea el único existente sea necesario me parece un chiste de mal gusto. En principio, ni es necesario juzgar a Dios, porque un tal juicio o valoración ética de Dios o de sus propósitos y fines es pura arrogancia humana.
Afirmas: “El sufrimiento de origen psicológico sigue las mismas pautas”. Estoy de acuerdo pero arribo al mismo punto. ¿Para qué es necesario que sea de esa forma? No hay ninguna necesidad de ello. Es así y no puedo saber ni las causas, ni los propósitos de que sea de esa forma. El concepto o noción misma de Dios es inventado ¡SIEMPRE!
Escribes: “El sufrimiento por causa de la injusticia proviene de nuestra historia personal y colectiva.” De acuerdo. Por eso la solución tiene que venir no de que Dios la alivie, sino de que la humanidad se convierta al Amor.
El ser humano tiene que rendirse ante el misterio de lo que no sabe explicarse mientras no sepa explicarlo. Y ahí termina el problema sobre todo si a cada paso de avance encuentra millones de opciones que le desafían.
La arrogancia científica mueve a la pretensión de explicar todo, conocer todo y el hecho de que se trata de “todo” la expone en su etiología estrictamente religiosa. La angustia hace recurrir al pensamiento mágico. La necesidad de poseer el conocimiento total—versus la humildad de aceptar la libertad de la ignorancia parcial—emerge de la necesidad que tiene el ser humano de auto divinizarse. Si pudiera dejar de ser teísta, de inventarse ídolos, fuera libre de la obsesión de “ser como dios”. En su pequeñez concibe al Dios que le puede proteger y porque previamente concibe a ese Dios a la medida de sus necesidades incurre en la fantasía arrogante de llegar a poseer todos los atributos que le faltan: Vencer la muerte, conocer todo, poder todo, poseer todo…
Terminas afirmando lo siguiente: “Y ¿dónde está Dios en todo esto? Pues acompañando, acogiendo…el desarrollo humano autónomo y guiando especialmente a aquellos de los que Jesús decía que son la sal y la luz del mundo.” (¿No te parece que por definición la autonomía sea un oxímoron en la presencia de un Dios del que emana precisamente la seguridad, el orden con lo cual la realidad que le depende se convierte en heterónoma?)
Con todo si eso que crees te causa consuelo no seré yo quien trate de arrebatártelo, aunque tampoco puedo evitar invitarte a buscar en las narraciones evangélicas si confías en ellas cuántas veces sugiere o propone creer sin evidencia y no solamente a Tomás a última hora. Esa es la Fe. Creer no es saber y la Ciencia no puede no-saber. La incertidumbre, no solamente la de Heisemberg, es la verdadera naturaleza del conocer porque deja libre de ataduras las posibilidades de una realidad que puede ser descubierta…
Amigo Juanel: Comentare lo que escribiste cuando llegue a casa luego, pero me asombra que la controversia no sea una competicion y que competir no sea para vencer al contrincante. Asi pues, me gusta la idea, sin embargo de que comentar en atrio busque el enriquecimiento de todos. Un abrazo pues.
Escribí este comentario antes de leer los que siguieron de Óscar, Mª Pilar, George, Román. Expresan opiniones formidables que si encuentro lugar y tiempo me gustaría comentar. George, ciertamente empleo un tono de controversia porque busco no vencer al otro sino que me indique, si los ve, mis propios fallos para poderlos corregir. Compartir planteamientos distintos siempre es enriquecedor. Aquí va lo escrito:
Desde la perspectiva de tomar la obra creadora de Dios como diseñada o planificada desde el principio y conducida o guiada a lo largo del tiempo hacia su fin, yo tampoco veo el modo de encajar el origen y persistencia del mal y del sufrimiento, pues no tiene otra respuesta que considerar a Dios como un ser malvado que se divierte viendo sufrir a los seres por él creados. Claro que también cabe el no lo sé, no sé las razones que mueven a Dios a ello, pues no me parece ético decir que Dios acepta o recurre al mal para obtener de él un bien, aunque ese bien sea inmenso. Sin embargo, si es posible encontrar explicación y respuestas desde una perspectiva cientificista. Trataré de hacerlo en tres puntos: el sufrimiento físico de origen biológico, el sufrimiento digamos “espiritual” o interior de origen psicológico, y el sufrimiento originado a causa de condiciones, situaciones o actos injustos.
El sufrimiento de origen biológico no es ni gratuito ni debido al azar, sino expresamente seleccionado y mantenido por la evolución en beneficio de los individuos y de las especies. Un dolor de muelas nos avisa de que tenemos un problema que puede derivar en algo grave. Debemos solucionarlo mediante analgésicos, anti-inflamatorios y además solucionar las causas deteniendo la proliferación bacteriana con antibióticos y eliminar el foco de infección reparando o extrayendo la muela. Cuando la causa del dolor resulta irresoluble pues no queda otra que eliminar el dolor con analgésicos o drogas potentes, pues su eficacia para salvar la vida se ha vuelto inútil.
El sufrimiento de origen psicológico sigue las mismas pautas. Ante el dolor como es el de la separación de un ser querido, ya sea por abandono o lo que es peor por muerte, tampoco resulta ni gratuito ni azaroso, sino que responde a un cambio profundo en el individuo. Sus síntomas se comparan a los de abstinencia. El cerebro se resiste a cambiar sus esquemas o hábitos dado que para ello requiere un gran gasto energético. El sufrimiento nos obliga a ello, al resultar necesario para continuar viviendo satisfactoriamente. Superar el sufrimiento nos impulsa hacia adelante y nos llena de experiencia si aprendemos a gestionarlo adecuadamente.
El sufrimiento por causa de la injusticia proviene de nuestra historia personal y colectiva. Las decisiones erróneas, si no se desmarca uno de ellas, llevan a otras y éstas a otras en una espiral donde el mal (quiero decir acciones injustas) crece. Estamos condicionados por nuestro entorno cultural y nuestra biografía. Con todo me siento relativamente satisfecho de mi historia personal y también de la colectiva, aunque podría haber sido francamente mejor, asumiendo las acciones injustas. En un hecho injusto en la historia como la apropiación de tierras comunales, dio lugar al poder de los terratenientes frente a siervos y esclavos, de aquí a los reinos y los imperios, y con ellos a nuestra civilización. Lo que ahora nos toca es reducir el grado de injusticia estructural y social que arrastramos del pasado, construyendo una sociedad más justa, más igualitaria, más democrática, sin perder lo conseguido, añorando nuestro pasado tribal igualitario de cientos de miles de años proponiendo un retorno a paraísos naturales. La injusticia del pasado ha sido un poder civilizador importante que hay que asumir, aunque hoy quizás podamos plantear nuestro avance reduciendo cuanto podamos las situaciones injustas.
Y ¿dónde está Dios en todo esto? Pues acompañando, acogiendo, …el desarrollo humano autónomo y guiando especialmente a aquellos de los que Jesús decía que son la sal y la luz del mundo.
Tengo problemas con la red a cada momento se me corta la conexión.
Escribí este comentario antes de leer los que siguieron de Óscar, Mª Pilar, George, Román. Expresan opiniones formidables que si encuentro lugar y tiempo me gustaría comentar. George, ciertamente empleo un tono de controversia porque busco no vencer al otro sino que me indique, si los ve, mis propios fallos para poderlos corregir. Compartir planteamientos distintos siempre es enriquecedor. Aquí va lo escrito:
Desde la perspectiva de tomar la obra creadora de Dios como diseñada o planificada desde el principio y conducida o guiada a lo largo del tiempo hacia su fin, yo tampoco veo el modo de encajar el origen y persistencia del mal y del sufrimiento, pues no tiene otra respuesta que considerar a Dios como un ser malvado que se divierte viendo sufrir a los seres por él creados. Claro que también cabe el no lo sé, no sé las razones que mueven a Dios a ello, pues no me parece ético decir que Dios acepta o recurre al mal para obtener de él un bien, aunque ese bien sea inmenso. Sin embargo, si es posible encontrar explicación y respuestas desde una perspectiva cientificista. Trataré de hacerlo en tres puntos: el sufrimiento físico de origen biológico, el sufrimiento digamos “espiritual” o interior de origen psicológico, y el sufrimiento originado a causa de condiciones, situaciones o actos injustos.
El sufrimiento de origen biológico no es ni gratuito ni debido al azar, sino expresamente seleccionado y mantenido por la evolución en beneficio de los individuos y de las especies. Un dolor de muelas nos avisa de que tenemos un problema que puede derivar en algo grave. Debemos solucionarlo mediante analgésicos, anti-inflamatorios y además solucionar las causas deteniendo la proliferación bacteriana con antibióticos y eliminar el foco de infección reparando o extrayendo la muela. Cuando la causa del dolor resulta irresoluble pues no queda otra que eliminar el dolor con analgésicos o drogas potentes, pues su eficacia para salvar la vida se ha vuelto inútil.
El sufrimiento de origen psicológico sigue las mismas pautas. Ante el dolor como es el de la separación de un ser querido, ya sea por abandono o lo que es peor por muerte, tampoco resulta ni gratuito ni azaroso, sino que responde a un cambio profundo en el individuo. Sus síntomas se comparan a los de abstinencia. El cerebro se resiste a cambiar sus esquemas o hábitos dado que para ello requiere un gran gasto energético. El sufrimiento nos obliga a ello, al resultar necesario para continuar viviendo satisfactoriamente. Superar el sufrimiento nos impulsa hacia adelante y nos llena de experiencia si aprendemos a gestionarlo adecuadamente.
El sufrimiento por causa de la injusticia proviene de nuestra historia personal y colectiva. Las decisiones erróneas, si no se desmarca uno de ellas, llevan a otras y éstas a otras en una espiral donde el mal (quiero decir acciones injustas) crece. Estamos condicionados por nuestro entorno cultural y nuestra biografía. Con todo me siento relativamente satisfecho de mi historia personal y también de la colectiva, aunque podría haber sido francamente mejor, asumiendo las acciones injustas. En un hecho injusto en la historia como la apropiación de tierras comunales, dio lugar al poder de los terratenientes frente a siervos y esclavos, de aquí a los reinos y los imperios, y con ellos a nuestra civilización. Lo que ahora nos toca es reducir el grado de injusticia estructural y social que arrastramos del pasado, construyendo una sociedad más justa, más igualitaria, más democrática, sin perder lo conseguido, añorando nuestro pasado tribal igualitario de cientos de miles de años proponiendo un retorno a paraísos naturales. La injusticia del pasado ha sido un poder civilizador importante que hay que asumir, aunque hoy quizás podamos plantear nuestro avance reduciendo cuanto podamos las situaciones injustas.
Y ¿dónde está Dios en todo esto? Pues acompañando, acogiendo, …el desarrollo humano autónomo y guiando especialmente a aquellos de los que Jesús decía que son la sal y la luz del mundo.
Amiga Pili: Un abrazo cordial: Ya ves que solamente he podido escribir algunas chapuzas en comentario a Juanel. Tu comentario en el tema es muy sugerente y me gustaría conversarte acerca de ello, si me lo permites aunque ya conoces que busco la controversia sino el compartir buenamente. Te he dicho que envidio tu claridad y es cierto. Trataré de imitarla cuando te responsa porque tu comentario es enjundioso como siempre. Hasta entonces.
Amigo Román: Gracias por dedicarme tu tiempo. Agradezco mucho tu comentario. Quiero comentarlo sin ánimo de controversia, pero anoche cuando lo leí era tarde y me fui a descansar. Esta mañana he de ir más temprano a trabajar y no me queda otra que esperar a mi regreso para hacer dichos comentarios y además, no creo que necesites de mis habladurías, pero me gustaría poder conversar acerca de lo que escribes. Hasta entonces un abrazo.
Amigo Juanel: El segundo y tercer párrafo de tu comentario al mío no los comento. Te leo y lo respeto. Lo que me ha costado comprender siempre es tu postura crítica contraia a mi modo de pensar. La contraposición no la comprendo. Creo mejor en la exposición de lo que uno crea o sepa, pero no en la controversia que me parece darwiniana, excluyente porque alguien ha de vencer y por lo tanto excluir. Ha de haber siempre, en la conversación sobre la Verdad algún punto de coincidencia o concordancia porque nadie tiene la totalidad de ella y todos tenemos algo de ella en común: En principio, ser (no digo el ser) sino la vulnerabilidad humana .
El trabajo que no he escogido pero trato de hacer es ese: Vivir vulnerablemente, en la incertidumbre y hacerlo con confianza en las promesas del Galileo con respecto a la efectividad del Bien, la Belleza, la Justicia, la Verdad, la Compasión, la Libertad…que están todas por lograr, por ser alzanzadas, aparentemente, siguiendo sus huellas aunque en la Noche de Juan de la Cruz, sin saber exactamente por donde vamos pero intuyendo adónde llegaremos… Un abrazo fraterno.
Amigo Juanel: Un abrazo.
Permíteme comentarte este segmento de tu penúltimo comentario: “Partiendo de lo que expones de que el mundo no tiene ninguna razón para tener un orden, ni tampoco ningún correlato histórico natural o humano con significado conclusivo, ni finalidad cronológica del principio al fin, …, no pueden darse explicaciones ni respuestas. Sin embargo, aunque esto puede ser cierto, nada impide que un historiador nos narre una explicación plausible de hechos del pasado, un economista intente dar razones de una pasada o reciente crisis financiera, o que un científico trate de explicar una relación entre fenómenos naturales. Estos esfuerzos de explicación que en el modernismo se consideraban certezas, superado éste, esas certezas hoy no se dan ni pueden darse. No existe método alguno para contrastar toda la realidad, sólo podemos trabajar limitándola y restringiendo las condiciones o variables. Por tanto, no van más allá de explicaciones o respuestas provisionales que nos sirven como modelos para seguir resolviendo los problemas que se nos presentan, que se usan mientras funcionen y se desechan cuando dejan de hacerlo. ¿Conocimiento? ¿verdad? ¿certeza?,… pues nada de nada…” (Aclaro que nunca escribí la palabra razón de la segunda línea…)
Me alegra que lo escribas porque justamente eso es lo que intenté proponer que provocó tu comentario… En efecto nada impide que los expertos opinen, pero en definitivas sobre los orígenes de la realidad tienen mucho más contenido potencial los mitos—una afirmación que una vez me refutaste—porque no son otra cosa que las profundas intuiciones de lo mejor del pensamiento humano, la reacción frente a lo inconmensurablemente impresionante y bello, expresados generalmente en lenguaje poético, musical y hasta corporal en la danza y que apuntan (verdadero sentido de la noción de sacramento hacia realidades que de otro modo solamente convocan el silencio por la equivocidad del lenguaje verbal y de las comprensiones que puedan salir de utilizar solamente una parte mínima del cerebro humano.
Cuando he afirmado mi renuncia a toda certeza, hablo de fe que—no hay necesidad de que te lo diga porque lo sabes pero lo repito solo para clarificarme—etimológicamente refiere a confianza y por lo tanto a esperanza. Esa es mi fe el en Galileo y su colectivo: la potencialidad soteriológica que implica a la propia humanidad si se decidiese a dar el paso al lado del servicio solidario, la compasión gratuita (no la de Buda, sino la de Jesús), la no violencia, el amor...que lo demás se ha de dar por añadidura pero nunca fue explicado y no hay más remedio que esperarlo confiadamente…de ahí la arrogancia enorme de la religión que presupone saber Dios, saber a Dios, y saber de Dios, cuando en realidad solamente puede preguntar a la inteligencia como en el texto de Isaías (21, 11-12) que me parece bello poéticamente y, por lo tanto, preñado de sabiduría profética: “Oráculo sobre Dumá: 21:11 Oráculo sobre Dumá. Alguien me grita desde Seír: “Centinela, ¿cuánto queda de la noche? Centinela, ¿cuánto queda de la noche?” 21:12 El centinela responde: “Llega la mañana y de nuevo la noche. Si quieren preguntar, pregunten; vengan otra vez”. Esto lo comparto no para que lo creas, sino como amigo que comparte sus esperanzas con otro, no para discutir, sino solo para compartir aunque me gustara poder conversar sobre ello aquí en Atrio y contigo o con todos. Eso, compartir esperanzas aunque se comportan en y desde un poco de angustia…la tan humana incertidumbre.
Dejo una pregunta en el aire… para pensar:
¿Cómo se puede hablar de Dios. Haciendo de él un “arma” en contra de los que no piensen igual?
¿A quién ha hablado Dios directamente?
Los seres humanos experimentamos, pensamos, miramos, leemos, contemplamos, preguntamos, estamos atentos a los devenires de la historia; sus avances, descubrimientos; en la cultura, un mayor conocimiento del pensar humano; en los dones que cada ser recibe, sin ellos hacer nada, sencillamente se encuentran con ello entre sus manos y los van realizando para el bien común, porque todas las personas (casi todas, porque hay lugares donde solo existe el hambre, el dolor y la muerte) nos beneficiamos de ello.
¿Por qué nos evadimos hacia el “cielo” (que nadie sabe lo que es y donde está) en lugar de poner todo nuestro corazón, conocimiento, trabajo, en mejorar lo que sucede aquí y ahora?
Quizá entonces, el mal reinante sería mucho menos terrible, porque habría una mayoría, dispuesta a trabajar para recrear los bienes recibidos para el bien común.
Leemos la Escritura como “Palabra de Dios” que no lo es, en lugar de la historia de un pueblo, que sintió a un dios que lo acompañaba; en esa historia comprobamos (al menos a mí me sucede) que ese dios que nos muestra, es un reflejo de lo que ellos ansiaban con todo su corazón.
Nos cuentan historias de cómo dios les iba ayudando a eliminar a todos los que impedían llegar a su tierra prometida.
Me he preguntado cientos de veces: ¿me gusta un dios que arrasa todo cuanto “su” pueblo encuentra a su paso?
Mi respuesta, dado mi manera de ser era: No, no me gusta ese dios vengativo que ayuda a unos, eliminando de la faz de la tierra a otros; porque siempre he sentido que lo que yo intuyo de la Vida…Esencia…Dios…: que es para toda persona nacida o no lo es para nadie.
Intuyo que algo me supera, me llama, me atrae… pero no lo quiero vestir desde mi mirada pequeña, quiero que nadie se quede fuera de esa oferta o posibilidad.
No le pongo cara, ni lo revistos de nuestro sentido de poder etc.
Lo encuentro en las palabras del Galileo, en sus parábolas, en su sencillo y cotidiano vivir.
Me educaron dentro de la iglesia, una formación profunda, mamada en mi hogar primero, haciéndolo vida real y quedé prendada de esa caminar.
Poco a poco, desde lo que sucedía a mi alrededor, fui quitando manos y manos de pintura, que “para mí” desfiguraban lo que iba experimentando en lo más profundo de mí.
No tengo ni busco seguridades sino Vida aquí y ahora en la medida de mis posibilidades.
Solté la culpabilidad que te meten en vena de manera irracional y que solo se perdona… todos conoceos como funciona el tema.
Nada quiero ganar, ni merecer, ni esperar… me siento en plenitud interior, en paz; y las incertidumbres humanas cuando miro a mis hijos/as y nietos/as… a los dolientes de la tierra…
Confío en la fuerza que cada cual ponga en su caminar, porque de alguna manera ¡siento! que sucederá aquello que vaya sembrando, y si las circunstancias empeoran más todavía, unirnos toda la familia para ayudar… y fuera de la familia también.
mª pilar
Hola!
Leo de Juanel:
– “Son decisiones personales … son decisiones que me han servido y me sirven para vivir con una dirección y sentido determinado elegido por mí.”-
Ok!
¿Acaso es posible otro modo de vida humana?
Caigamos en la cuenta, o no, no hay otra manera que andar eligiendo según el gusto de cada cual; ese “gustito voluptuoso” que se dio en llamar “vocación”.
Desde ese “fondo insobornable”, elegimos.
A cada uno le acontece lo mismo; y como cada uno es cada uno –y cada cosa es cada cosa-, entonces empieza el problema de la búsqueda de comprensión (¿”qué Camino seguiré?”).
La felicidad (plenitud, para Juanel) consistiría en “comprender y ser-comprendido”; bueno, a esto merece llamarse “amor” ¿no?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Mi fe o creencia no parte de conocimiento o certeza sino de decisiones personales. Éstas dependen de que existan alternativas de elección que me ofrece mi propia cultura. La alternativa existencial escéptica de vivir sin respuestas ni explicaciones no me “gusta”, porque a mí personalmente me produce inquietud malsana conflictiva, aunque cierto grado de escepticismo me parece necesario. Prefiero la provisionalidad de la Ciencia que resuelve problemas y da explicaciones plausibles a no tener nada que decir. Entre esperar un futuro catastrófico que se resuelve para la humanidad en extinción, muerte y la destrucción de todo cuanto se ha hecho por el ser humano, prefiero el triunfo final del bien en el que todo permanezca. He escogido como meta humana su plenitud, porque a mi me parece una meta valiosa, que está contenida y expresada en Jesús de Nazaret, porque tiene la calidad humana que colma mis expectativas por exceso. Podría continuar con más y más alternativas existenciales de elección sobre las cuales me he decidido a escoger entre ellas.
Son decisiones personales, que tienen igual validez que otras posibles. Mi fe no es de certeza, de conocimiento,… como si se tratase de una revelación divina irrefutable. Sólo son decisiones que me han servido y me sirven para vivir con una dirección y sentido determinado elegido por mí.
Intentaré dar respuestas tal como me pides George, por supuesto que serán sólo mis respuestas y quizás a alguien más le sirvan. Partiendo de lo que expones de que el mundo no tiene ninguna razón para tener un orden, ni tampoco ningún correlato histórico natural o humano con significado conclusivo, ni finalidad cronológica del principio al fin, …, no pueden darse explicaciones ni respuestas. Sin embargo, aunque esto puede ser cierto, nada impide que un historiador nos narre una explicación plausible de hechos del pasado, un economista intente dar razones de una pasada o reciente crisis financiera, o que un científico trate de explicar una relación entre fenómenos naturales. Estos esfuerzos de explicación que en el modernismo se consideraban certezas, superado éste, esas certezas hoy no se dan ni pueden darse. No existe método alguno para contrastar toda la realidad, sólo podemos trabajar limitándola y restringiendo las condiciones o variables. Por tanto, no van más allá de explicaciones o respuestas provisionales que nos sirven como modelos para seguir resolviendo los problemas que se nos presentan, que se usan mientras funcionen y se desechan cuando dejan de hacerlo. ¿Conocimiento? ¿verdad? ¿certeza?,… pues nada de nada.
Teniendo en cuenta lo anterior, entiendo que cuando expongo algo conclusivo o como respuesta puntualices, con razón en mi opinión, tus reservas escépticas. Pero yo no parto de certezas o conocimientos probados irrefutables, que se me imponen por encima de mi voluntad y la de todos. Anterior a cualquier respuesta está en mi opinión el conjunto de decisiones que cada uno va tomando libremente en la vida. Hace muchos años que me decidí por adoptar o asumir un marco de discurso cientificista y materialista, en el sentido de rechazar expresamente lo sobrenatural en nuestro mundo. Es sólo un marco formal no un criterio de verdad/falsedad, conocimiento/ignorancia, certeza/duda… Y el trabajo que me he echado encima es estirar lo máximo que pueda el discurso sin salirme del marco formal trazado, para dar respuestas lo más razonables y plausibles que me sea posible, a mi fe y expectativas religiosas cristianas, incluida la Iglesdia Católica, con su Tradición, Magisterio y Escritura, que lleva al Credo, Concilios y Dogmas.
Desde mi discurso cientificista el origen del mal tiene un a explicación coherente, cosa que no ocurre desde otros planteamientos. ¿Verdad? ¿certeza? ¿quién puede saberlo? Claro que desde una posición escéptica radical o no, nada hay que tenga explicación o respuesta y menos segura, incluida esta proposición.
La inseguridad se traduce en dudas. De acuerdo con el asunto de que se trate tales dudas pueden venir tanto del conocimiento, que se adivina parcial, inexacto, o en proceso de desarrollo. Tales dudas son elementos necesarios tanto del proceso educativo, de formación del pensamiento, cómo en las formas de conducirse en la vida.
pero la inseguridad mayor es de quienes vivimos en parámetros religiosos y deseamos conformar nuestra existencia a lo que se demanda de nosotros. La conciencia se vuelve escrupulosa.
Esos problemas de conciencia, adivino que se repiten mucho hoy en día, cuando fallan los referentes habituales de nuestra religión en un proceso profundo de revisión y cambio desde los años 60 del siglo pasado,cuando hubo ese despertar religioso que hizo tomar nuevos rumbos al Catolicismo. El Concilio Vaticano II fue su paradigma y en Europa se gestó con la Segunda Guerra Mundial y sus holocaustos, cuando hubo un despertar de la horrible crisis del Modernismo.
Debo con tu permiso, George, centrarme en el ámbito personal.
Creo que existen entre otros posibles, dos formas de conocimiento que han dominado mi existencia ante la falta de modelos, desde que tengo uso de razón, o bien hasta donde me alcanza la memoria.
Metido en la rutina de la vida y en miproceso de crecimiento algunos de los sucesos me marcaron más que otros. Siendo más preciso, mis convicciones siempre han surgido o se han visto esclarecidas por algún suceso que lograba hacerse más consciente tras misventanas interiores. Y pensar con el corazón tiene sus limitaciones aunque a la larga proporcione un gran valor a la vida.
Por otro lado la educación en sus formas más convencionales de escuela, lecturas etc son otras ventánas, éstas abiertas al mundo que sirven para mejor relacionarse socialmente.
¿Dónde sitúo la fe? Por supuesto que nos llega por ambos conductos, pero en mi caso personal, experimenté la fe antes que ser introducdio en las doctrinas, y conocí a Jesús antes de aprender el catecismo. No me acerqué a la Iglesia para que me diera la fe, sino que me uní a la Iglesia porque tenía fe y deseaba unirme a quienes la profesaban.
Entonces no entiendo de búsquedas a oscuras, de saltos en el vacío, de necesidades para resolver conflicotos íntimos de una reflexión o análisis de las doctrinas heredadas o memorizadas de la niñez.
Comprendo, pero no he experimentado esos deseos de purificación de la mente o del alma de muchas personas católicas con las que he ido compartiendo.
Quizás esto es lo que ves, George, como seguridad, pero para mí sólo es la fe. Cuando conocí a Jesús. creí en él y le busqué en los Evangelios. Creí en ese Dios, que me mostraba como Padre y acepté su paternidad agradecido, por lo que hecho de mí trayéndome a la existencia y agradecido a Jesús por lo que había hecho por mí.
Soy santo, y no porque pueda yo presentar al Padre algo que me dignifique ante su presencia, sino porque ese Dios, el Yahvé a uien Jesús llamaba su Padre, me mira a través de los ojos de Jesús desde la Cruz. Soy santo, porque sólo encuentro amor en su mirada.
Si eso es lo que tú no puedes concebir, que la gracia sea eso: gratis data, es que quizás busques algún merecimiento para ofrecerle, pero no lo encontrarás.
Yo no sé concerteza si el Jesús histórico que presentan los teólogos-escrituristas sea el verdadero y yo tenga su imagen distorsionada, y que debía ahondar solamente en su humanidad rechazando toda connotaciónde lo maravilloso o divino. Aunque yo sólo sé en que desde el día en que conocí a Jesús, un Jesús vivo que se relacionaba conmigo en lo más íntimo de mi conciencia, le acepté y le dije que creía en él, y que creía en el Padre, y que creía en todo lo que me dijera sobre su Padre. Tengo desde entonces ese conocimiento de alguien que vive a mi lado y que nunca me ha abandonado, ni en los varios momentos más negros de mi vida, que los he tenido.
Ahora la Nueva Teología discute sobre la necesidad de la Redención y se quiere reconciliar con los nuevos humanismos rebajando la trascendencia, aunque ello obligue a una relectura del Nuevo Testamento, y a cargar a la pequeña comunidad de discípulos de Jesús con la grave responsabilidad de inventar el Cristianismo a espaldas de Jesús, para sobrevivir.
Y entre quienes aceptan la Redención sin negar su índole sobrenatural y la resurreción como un hecho histórico se difiere en las maneras de exponer cómo fue Jesús muerto sustituto en el Calvario.
Te pido disculpas por haberme alargado tanto, pero he preferido explicar lo mejor posible algunos de los puntos antes que dedicarme a saltar de un tema a otro, de las muchas interrogantes que planteabas.
Amiga Pili: A veces quisiera poder tener tu claridad. Estoy de acuerdo con lo que dices. Un abrazo agradecido.
Amigo Roman: Gracias por desear tomarte tiempo y ampliar tu comentario. Lo agrtadecer’e. Un abrazo. George
Querido George,
no me percataba de que estuviese reflejando una certeza frente a un interlocutor deseoso de conocerla.
Me suele pasar al contrario; que quienes me interpelan, lo hacen en nombre de la lógica, el conocimiento o la erudición y me consideren poco auténtico o creíble en lo que manifiesto.
Esta noche, después de mis obligaciones, buscaré un momento para seguir el comentario.
Amigo Román: Cuál pudiera ser el propósito de comentar crípticamente? Un abrazo. George
Juanel y Román: Un abrazo a cada uno.
Me alegra por vosotros vuestra certidumbre, pero si comprendo me dejáis con la impresión de que ambos deducís vuestra visión de la realidad lo cual exige una certeza previa que yo no creo posible.
La realidad dinámica pudiera ser caótica. No es necesario que sea ordenada o vectorial o dirigida hacia “la mejor posibilidad” o “la mayor” perfección (optimismo) basado en una especie de diseño o voluntad previa. Deja irresuelto el problema de que el sufrimiento no es errático sin más. Millones de personas sufren por causas exógenas inmerecidas y considerar aleatorio su sufrimiento es cruel. Nacer con una cuchara de plata en la boca o sin cuchara no es una elección de nadie.
La lectura sacrificial de la crucifixión de Jesús tácitamente incluida en un “plan” dinámico refiere a un mediador (idea pagana) últimamente propuesta para los cristianos de corte anselmiano en la cuestionable Homilía-Carta a los Hebreos que no es el único modelo ético-teológico después de Auschwitz—el último crimen eugenésico sistemático aunque no se limitara a los judíos—que casi todo el mundo reconozca como epítome de la maldad sistemática.
No sé de dónde deduces, Juanel, mi comprensión estática de la realidad. Como Román, vuestro derecho es juzgarme. El mío es preguntar. Lo mío no es si estáis equivocados o no, sino que me expliquéis lo que creáis. Estáis seguros de que respondéis a mis preguntas a partir de un juicio que presume mi falibilidad cuando solamente quiero comprender vuestras certezas.
No busco que me expliquen mis creencias que ya sé que son huecas y hasta tontas, lo que quiero es comprender las vuestras. Me llama la atención y escandaliza vuestra certidumbre, desde luego injustificada desde mi punto de vista (ya confieso mi cortedad).
Esperaba de Román—me habías dicho en otra ocasión, Juanel, que deseabas adoptar la dogmática católica en toda su extensión y profundidad que es cosa que yo no puedo más que cuestionar en la misma proporción que la adoptas—no que repita la causa de mi error al ser incapaz de comprender. Esperaba respuestas aunque si me considera incapaz comprendo que me espante como a una mosca de verano para ahorrarse la pérdida de tiempo.
Cuestiono la idea de la creación misma en sentido lineal (de alfa a omega), dinámica o no, cualquier soteriología histórica que implique el pago de alguna compensación, de corte anselmiano o no.
Si existe un diseño, explicable o no, existe al menos la negligencia del diseñador por la presencia del sufrimiento y el mal. El pecado original es una hipótesis hecha dogma pero en modo alguno diferente de la culpa misteriosa del parricidio propuesto por Freud según el mito de Edipo que tiene también raíces hebreas.
Cualquier evolución moral implica mejoramiento, linealidad y por lo tanto progresión de lo imperfecto a lo más perfecto. Ratzinger utilizó las raíces agustinianas de Teilhard para proponer a Jesucristo como el último hombre.
Respeto vuestras ideas. Mi propósito al cuestionarlas no es juzgaros como errados sino cuestionar vuestro atrevimiento de decidiros a por una cosmovisión definitiva.
Mi cosmovisión es hueca, hecha de silencio frente al misterio.
Para mí Jesús es un modelo humano de actuación, esperanza. Reprochadme lo que queráis pero soy capaz solamente de esperar que sus promesas si fueron trasmitidas auténtica y legítimamente se cumplan—si queréis ingenuamente. Deseo que me sorprenda la posibilidad de la resurrección si la hubiera.
Me alegro que tengáis esa convicción científica y crea que seáis sinceros en cuanto a ella. No sé por qué mis preguntas te han de llenar de dudas, Juanel. Sabes lo que crees. Muy bien pudieras concluir como Román en su respuesta que simplemente se trata de que yo “no pueda comprender”. ¿Es eso lo mejor que podéis responder? Tu respuesta Román me resulta algo así como mirar mis preguntas en el espejo.
Solamente puedo declarar mi deseo de alcanzar la esencial humildad del “no saber” o de la imposibilidad de saber con absoluta certeza.
Es vuestro saber conclusivo el que me parece imposible porque “llega” a una estación aunque solamente sea de paso hacia otra y a eso no se le puede llamar “dinámico” cuando en realidad es ambas cosas dinámico mientras os va bien y estático cuando tropezáis con algún obstáculo.
La gran falacia del cientifismo moderno, Juanel, es que pueda haber una explicación universal. Yo prefiero confiarme al misterio de que la haya pero sin necesidad de apropiármela.
Si mirásemos a Jesús como un ser humano ¡que lo es! porque Él, jamás se presento como Dios ni como Dios hijo. Se sentía hijo y así lo vivía.
Ahí está la dificultad para reconocer, que cada ser humano puede si lo decide, ser como Jesús fue en la tierra… porque de otro lugar no tenemos noticias.
Por lo que leemos en los evangelios todas las personas que no estén pensando en un más allá, en un futuro, en una eternidad; podrían llevar a cabo la vida que llevó Jesús.
De hecho, a lo largo de la historia, hemos conocido personas que han llevado su mensaje a tan altas cotas como Él las llevó, y murió-mataron por la misma causa.
Para eso, primero tenemos que mirar a Jesús como un hombre plenamente humano en toda la extensión de la palabra; y esto:
¡¡¡No es tarea fácil!!!
El primer principio y fundamento sería:
No mirar primero mi propio ombligo, interés, futuro, categoría, honor, riqueza, etc…
Eso es lo que nos diferencia de Jesús; cuando decidió después del “desierto” “introspección de sí mismo” y optó su camino a seguir, lo hizo con todas sus consecuencias hasta morir por la causa que dio sentido a su vivir, y le costó sudor y lágrimas aceptarlo en la plenitud de su vida y Proyecto.
Lo hemos revestido de tantas cosas etéreas, mágicas, misteriosas… que no somos capaces de reconocerlo, aceptarlo y seguir sus pasos.
Porque en un mundo como el nuestro… seguramente (por lo que vemos en otros lugares y a personas concretas) nos costaría la vida, y…
¡¡¡La amamos tanto!!!
Que… parcheamos lo que no tiene parches de su mensaje y lo elevamos para lavarnos las manos y repetir una y otra vez, que somos pecadores o malas personas.
¡¡¡Y lo somos… todas las personas!!!
Que… ponen primero su “reino” personal antes que el bien de todas quienes habitan esta tierra.
Por eso existe el mal, porque hay quienes deciden tomar un camino concreto y pasan por encima de quien sea para conseguirlo.
Solo hay que estudiar con un poco de detenimiento como se han hecho ricas y poderosas, aquellas que lo son; dentro de un camino ¡justo!… Ninguna.
Y ahí, entraríamos en la diferencia de clases… ¿cómo hemos llegado a ella? ¿por qué unos son mejores y más listos/as que otros?….
Pensemos…
mª pilar
La Nueva Teología nos lleva por caminos muy diferentes frente a los lugares tradicionales en la apreciación del Mensaje.
George, te has expresado tan abundantemente en tus comentarios, que me atrevo a juzgar que conozco algo de tus posturas más centrales (Casi la misma que se desprende de la consideración de Juanel,cuyo comentario siquió al tuyo)
La explicación de la consideración pecadora del ser humano, nace ante la consideración de la presencia del mal moral en el mundo y el considerarnos contagiados/as del mismo, sin poder lirarnos de él.
Luego llega la Revelación positiva, por las intervenciones de Dios en la historia y comprendemos que la situación humana es responsabilidad suya y que consiste en un alejamiento del proyecto creador, donde ha sido Dios el agraviado. En el plano doctrinal entonces estamos hablando de lo que los teólogos denominan “el pecado original”
Podrás comprender que este problema tiene mucha sustancia y hacer una exposición, rompería con las condicionamientos de un simple comentario.
Pero te señalo, que ése es el motivo por el cual te resulta algo difícil entender mi exposición anterior y el comentario te haya resultado algo críptico.
Como siempre George nos llenas de dudas y preguntas. La radical injusticia humana frente a
Dios, como dice Román, es un contrasentido respecto a la Creación si ésta se entiende en sentido estático (igual desde el principio) y no de forma dinámica evolutiva. Pensar que fuimos creados en el bien y por una mala decisión de Adán el mal entró en toda la humanidad es una leyenda poética o explicación mítica, pero no tiene desde mi punto de vista ninguna posibilidad de contrastarla con la realidad de nuestra historia. Heredamos genética y culturalmente grados y medidas diversas de bondad y maldad de nuestros actos. Aunque nuestra conducta esté condicionada en diverso grado, disponemos de libertad suficiente para cambiar lo heredado, lo cual nos hace responsables de nuestros actos. Se trata de mi opinión, que como tal es discutible y admite la posibilidad de error, aunque no lo creo.
“sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” si se toma como mandamiento o ley es un imposible. Lo mismo pasa con el mandamiento del amor “amaos los unos a los otros como yo os he amado” Nadie puede cumplir ninguno de los dos mandamientos, ni igualar la perfección del Padre ni amar como Jesús lo hizo. Si no se pueden cumplir entonces no se trata de una ley o piedra de tropiezo irremediable para todos, esperando en una gracia especial divina para tener la plenitud del amor o la perfección del Padre, sino que funcionan como horizonte de vida. Lo que se nos está diciendo es que tengamos siempre presente la perfección del Padre hacia dónde debemos ir y que actuemos inspirados, impregnados, embebidos, en la plenitud del amor de Jesús. No se trata por tanto de tener, de poseer perfección y amor pleno, sino de decidirnos en qué dirección nos movemos. Es un dinamismo del presente orientado hacia el futuro de plenitud personal y colectiva.
Amigo Román: Un abrazo. Permíteme, por favor, comentar este segmento de tu último comentario (9:22 PM):
El referente ético establecido por Jesús difícilmente puede pasar desapercibido, donde el amor es tan sólo una consecuencia. El primer fundamento: tenemos que buscar ser hijos del Padre Celestial. El segundo fundamento: Ser perfectos como es perfecto el Padre Celestial. El código ético de Jesús no se basa en la bondad humana, sino en nuestra radical injusticia de todos los seres humanos frente a Dios.
Respeto tu derecho a sostener esta interpretación. Quisiera poder comprender cómo el amor es una consecuencia, en la práctica, de una idea que solamente es sostenible desde la “fe” es decir desde la esperanza confiada pero sin evidencia.
No sé si comprendo la expresión “referente ético” pero si la comprendo debe ser equivalente a la clave para comprender su ética. En seguida lo que dices se vuelve realmente difícil aunque te concedo que tengas más capacidad para comprender todo esto que yo. El amor no es una consecuencia. El amor es el origen y la causa de todo. Nuestro amor no es nuestro sino el de amor que se encarnó en Jesús si hemos de creer católicamente, que habita en nosotros y en eso consiste la filiación precisamente, la fraternidad o hermandad con Jesús.
Por otra parte, ¿cómo es posible alcanzar la perfección del Padre? No es ni siquiera necesaria. La etimología de la palabra refiere a realización completa, pero ¿cómo es posible alcanzar la perfección divina si no como una gracia dada gratuitamente? Y si es así ¿para qué pudo ocurrir que no nos la dieran al comienzo de la historia y no al final de los tiempos? ¿Qué necesidad pudiera haber de que hiciéramos algún esfuerzo si a) es inalcanzable por nuestro propio esfuerzo; b) es alcanzable solamente como don gratuito?
Además ¿Cómo es posible desligar la bondad humana, huella de Dios-Creador si es que hubo una tal Creación, del código ético jesuano que en principio, no al final, depende de que Jesús esperara que los humanos tuviésemos esa potencial bondad en nosotros para poder seguirle. ¿No hay que tener la posibilidad de la bondad ya dada en nosotros para poder ejercerla? ¿Cómo puede el código ético de Jesús, a saber, el amor fraterno análogo al de él por nosotros, arrancar en nosotros de la injusticia radical humana y no ser ya posible como don gratuito esperando fructificar desde que hayamos sido deseados o imaginados o creados por Dios si es que esta historia humana pudiera ser imaginada con un origen y un destino?
¿Qué quiere decir que el código ético de Jesús se base en nuestra radical injusticia frente a Dios? ¿De dónde nos viene el estar “frente” a Dios? ¿Cómo se llega a esta comprensión de la naturaleza radicalmente maligna y al mismo tiempo emergente del Amor?
Te ruego que no tomes a mal mis interpelaciones que buscan aprender más que ninguna otra cosa.
El referente ético establecido por Jesús difícilmente puede pasar desapercibido, donde el amor es tan sólo una consecuencia.
El primer fundamento: tenemos que buscar ser hijos del Padre Celestial.
El segundo fundamento: Ser perfectos como es perfecto el Padre Celestial.
El código ético de Jesús no se basa en la bondad humana, sino en nuestra radical injusticia de todos los seres humanos frente a Dios.
Dios aplica su justicia y los hijos del Reino se hacen deudores unos de otros, frente a Dios. Quien aplica juicio es el agraviado nunca el reo.
Jesús no habla desde el plano de aquel que somete a Dios a un juicio humano y da su parecer, pues entonces su doctrina no sería distinta, otra que las de los muchos sabios que en el mundo han sido, establecería un nuevo humanismo, quizás más elevado y sublime que otros, al parecer de algunos ( Ghandi, por ejemplo), sino que habla con Autoridad Divina, del Ser y el Carácter de Dios.
Jesús es la Revelación definitiva del Padre Celestial. El amor se hace para nosotros una obligación de vida, reflejo del carácter de Dios, y así comprendemos que somos sus hijos.
Jesús de Nazaret crea la obligación del perdón como derecho de la víctima versus la justicia retributiva que aún prevalece en el cuestionablemente autodenominado Occidente Cristiano.
Anselmo de Canterbury en Cur Deus Homo interpretó—su interpretación ha prevalecido pero nunca ha sido dogmatizada—que Dios no podía perdonar motu proprio sin demandar una satisfacción adicional en la dignidad de la víctima propiciatoria, porque violara al hacerlo su propia justicia. Personalmente rechazo el argumento de Anselmo de Canterbury (Cf. José Ignacio González Faus, Humanidad Nueva, Ensayo de Cristología”, Sal Terrae, 1984, 477-520).
La justicia ha sido desde hace mucho estrictamente retributiva independientemente, al menos lo niega, la imposición del castigo en proporción a la dignidad de la víctima.
Jesús también lo hizo y hasta elimina la posibilidad de regresar a esa percepción creando la noción dual “deber/derecho” de perdonar de parte de la víctima. Si las narraciones evangélicas auténticamente atribuyen los textos siguientes a Jesús, en su visión (y praxis) de la Justicia no hay lugar a dudas.
Mateo 5:23-24: Sobre la ofensa y la reconciliación
23 Por tanto, si en el momento de ir a presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene algo en contra de ti, 24 deja tu ofrenda delante del altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano. Luego regresa y presenta tu ofrenda.
Mateo 18, 21-22: Parábola del siervo que no quiso perdonar
21 Pedro, acercándose entonces a Jesús, le preguntó:
— Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si me ofende? ¿Hasta siete veces?
22 Jesús le contestó:
— No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
¿Cuál otra es su justicia, pues? El “peso” de perdonar es el derecho y la obligación del ofendido. El de hacerse perdonar persuasivamente recae en quien ofenda que ha de reganar la credibilidad perdida al ofender.
El caso típico es el de la esposa o esposo maltratado quien ha de perdonar sin reconciliarse. La víctima no es culpable de su victimización, sin embargo, la relación entre víctima y victimario/a no es inocente. Para garantizar que cese el impulso agresivo la víctima debe alejarse, por amor, o permaneciendo a riesgo se convirtiera en cómplice de la recurrencia del maltrato..
Una anotación final. Me parece ilógico el título “De la venganza al amor”. En la jurisprudencia jesuana quien toma venganza nunca lo hace justamente porque hay una ruptura irreparable entre venganza y amor. No así entre perdón y amor. La cuestión es renunciar a la retribución precisamente por respeto a y de la propia dignidad humana.
Gonzalo decir que Gandhi propuso la “no resistencia”,si te he entendido bien,creo es erróneo,propuso la “resistencia no violenta”.La resistencia no violenta supone el incumplimiento de leyes muy concretas y muy cuidadosamente elegidas-lo de la rueca,lo de la sal..- y no reaccionar violentamente cuàndo te sancionan.Pero las leyes hay que desobedecerlas para mostrar determinadas injusticias que tú soportas estoicamente para demostrar la injusticia que recae sobre determinados grupos.Dicho esto si yo me encontrara al señor Merlos de 13tv en el metro o en el autobús no te quepa la menor duda que iba a cruzar algunas palabras con él sobre sus comentarios sobre los ahogamientos de Ceuta.
No hay que entender estas palabras al pie de la letra; eso sería caer en el fariseísmo, cumplir formalmente para evitar una condena o para sentirse perfecto. Tampoco hay que interpretarlas hasta darles la vuelta y justificar la violencia. Creo que se trata de la situación en el Reino de Dios, en el que se vive el amor universal, incluso al que se muestra como enemigo. Una madre evita la violencia o la disputa con un hijo, aunque ella tenga todos los derechos y razones; pero eso no significa que le ponga literalmente la otra mejilla para que continúe pegándole, sino que evite causarle perjuicios a su hijo. Jesús no puso la otra mejilla, sino que reprendió serenamente al que le abofeteó. No se trata de concretar hasta aquí puedo o no puedo responder; si estamos “llenos de amor y de Espíritu”, la respuesta será acorde con el amor.
Un problema más complicado es si estas propuestas de Jesús se limitan a las relaciones individuales, o si se extienden a los grupos sociales. Creo que el principio sería siempre el amor incluso a los que se muestran como enemigos; la dificultad estaría en que los gobernantes tendrían que suponer ese grado de amor en todo el grupo, al que se le pide no sólo perdonar sino no ofrecer resistencia. Algunos proponen la no resistencia como táctica política, pero sería muy problemática y desde luego no es lo que pretende Jesús. El mejor ejemplo quizás sea el de Gandhi, pero tampoco parece aplicable en cualquier situación. En Jesús podemos observar que sólo acude a la amenaza del castigo (Mt 25 parábola del juicio final, y otros textos semejantes) cuando se trata de proteger a los débiles, y lo hace porque esa actitud brota precisamente del amor que protege al débil y del amor que protege al opresor para que cambie de conducta. Desde el Reino -desde la Gobernanza de Dios- lo primero es fomentar al máximo el amor universal y reducir la violencia al mínimo imprescindible para proteger al más débil. También desde un pueblo laico, con verdadero sentido humano, debería prevalecer el amor frente a la violencia.