Ha empezado el año en ATRIO con una interesante polémica sociolingüista en la entrada de Boff sobre el término “gobernanza global”. Pero otros muchos engañosos eufemismos se están generalizando, cosa que le preoupa mucho a nuestro colaborador, profesor jubilado animador de comunidades cristianas de base, en este año en quese anuncia ya a bombo y platillo la salida de la crisis.
Eufemismos u oxímoros que niegan o disfrazan la verdad.
«En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario». George Orwell
Cuando anoche le contaba a un amigo, la colección de “eufemismos” con la que iba a comenzar mis escritos de este año, me recordaba él la similitud de estas manipulaciones con la neolengua inventada por George Orwell en su célebre ensayo “1984” y todo aquello del Gran Hermano. Es curiosa y muy pertinente la correlación porque lo que nos adelantó este escritor y periodista británico (aunque nacido en India), fue toda una lengua que supuestamente sería la oficial de Oceanía y que habría sido creada para resolver las necesidades ideológicas del poder dominante que nos describe en su muy buena novela. Nada nuevo bajo el sol que no se hubiera ya debatido en la “teoría de la relatividad lingüística,” según la cual, debido a la influencia de la lengua sobre el pensamiento del hombre, si alguien logra controlar la lengua que la gente aprende, también lograría controlar el pensamiento y, por tanto, el poder.
Mira por donde, fue Eric Arthur Blair, (su auténtico nombre) quien nos dejó muy clarito que a través del lenguaje se difunden determinados conceptos ideológicos que pueden ser totalmente opuestos al significado original de la palabra o idea en cuestión. Vamos que no se trata de suavizar decorosamente una expresión que por si misma es dura o malsonante, como define el RAE al término “eufemismo”, sino que cómo reconocía el propio Orwell, de lo que se trataba no era tampoco de inventar un nuevo idioma o neolengua, ni una nueva forma de expresión, sino de penetrar en lo más profundo de la ideología del “status quo” o dicho claramente la manipulación extrema de la lengua con fines políticos.
El fin último de la neolengua Orwelliana no era aumentar la capacidad de razonar o pensar sino, antes al contrario, de reducirla mediante la disminución de las palabras más usuales y cotidianas de la jerga política, que muy bien aireaban los mass media, siempre afectos al régimen.
Hoy la neolengua, los eufemismos, o las paradojas, sustituyen a las mentiras -que tampoco se han erradicado- y eso del “oxímoron” podemos verlo, tanto en la calle, como en la política.
- A nivel POÉTICO, un “oxímoron” es una figura literaria que usa dos conceptos opuestos en una misma expresión. Son clásicos conocidos los “apresúrate lentamente” de César Augusto, la “luz obscura” de los gnósticos, el “fuego helado” o el “hielo abrasador” de Quevedo, la “soledad sonora” y la “música callada” de San Juan de la Cruz, los “espantosos placeres” y “dulzuras horrendas” de Baudelaire, el “villano hidalgo” y el “cuerdo loco” de Lope de Vega o la “graciosa torpeza” de José Luis Borges. Placer doloroso, luminosa obscuridad, silencio atronador, ciencia oculta, copia original, instante eterno, calma tensa, amarga victoria o dulce derrota, son otros tantos y bellos ejemplos de esa especie de paradoja llamada “oxímoron”.
- A nivel POPULAR, es muy corriente el “oxímoron” de uso común, ya sea en una sola palabra como agridulce, claroscuro, tragicómico, altibajos, vaivén, o en varias, como es el caso del “secreto a voces”, del “lavado en seco”, del “gas líquido”, del “pequeño gran hombre”, del “muerto viviente” o del contradictorio “casi seguro”.
- Modernamente, en lo que podríamos llamar POLIÉTICA, y aunque nunca lo acepten sus creadores, hay parejas de palabras que chocan cuando van juntas o incluso cuando la una niega a la otra. Así lo suele recordar mi amigo Arcadi Oliveres en alguna de sus conferencias: El “Fuego Amigo”, la “Banca Ética” y la “Inteligencia Militar”, o también los “daños colaterales”, el “ejército pacificador” o el Crecimiento negativo, por poner solo unos ejemplos. Con estos últimos, que aunque no sean tan evidentes como los anteriores, si que hace falta un cierto espíritu crítico para entenderlos, nos aproximamos al cuarto bloque de ejemplos que ya no son ni tan poéticos, como los primeros, ni tan usuales como los segundos, ni tan críticos, como los terceros, sino totalmente perversos, torticeros, falsos y cínicos. Son los mal llamados eufemismos políticos actuales.
- Por eso, en la POLÍTICA, como si de despistar o confundir a la ciudadanía se tratara, los políticos mediocres inventan día a día “falaces eufemismos” para tratar de mantenerse en el puesto, manipulando la realidad. Además de robar al lenguaje su autentico significado, pervierten las banderas que tradicionalmente han enarbolado los defensores de la ética, la moral, los valores y la izquierda.
Hablando de manipulaciones del lenguaje, yo nunca olvido los nombres que George W. Bush ponía a sus campañas de guerra o “cruzadas contra el terrorismo” cuando las denominaba “Justicia Infinita” o “Libertad Duradera” tampoco se escapan a mi recuerdo esas formas que tenía Ronald Reagan para evitar hablar de los “asesinatos” en el Salvador cuando hablaba de “Privaciones arbitrarias de la vida”; y, por supuesto, tampoco olvidamos esos tres eufemismos que tanto cabreaban a Orwell en 1984: Llamar “pacificación” al bombardeo de pueblos indefensos; “Transferencia de población” o “Rectificación de fronteras” a la expropiación de granjas y expulsión de campesinos; o “Eliminación de elementos no fiables” a meter en la cárcel o incluso al dar un tiro en la nuca.
Y ya sin más circunloquios, recogemos las últimas 13 perlas de esta neolengua política de 2013, con la esperanza de que puedan ser erradicadas a partir de este recién estrenado año:
- No es “Cadena Perpetua”, lo que Gallardón introduce en la Reforma del código penal español sino “Prisión Permanente Revisable”.
- No es “Bajada de Salarios”, lo han usado tanto Zapatero, Rubalcaba, o Solbes como De Guindos, sino “Moderación salarial”, o “Contención salarial”, aunque el ministro Montoro mentía directamente y sin eufemismos: “Los salarios no están bajando”.
- No existen los “Desahucios” para el gobierno de Cospedal,” que de hecho pidieron por escrito que se evitaran también las palabras “desalojo”, “alzamiento” o “privación de vivienda”; así cuando escribían a las familias para echarlas de sus casas tenían que inventar giros como que “el impago producirá los efectos previstos en la normativa”.
- No fue un “Rescate”, lo que hizo Alemania con nosotros, sino una “línea de crédito” o incluso un “Préstamo en condiciones ventajosas” según Luis de Guindos, aunque ya acaban de reconocer que no devolverán los 38.000 millones prestados a la banca.
- No son “Recortes”, las reducciones presupuestarias en Sanidad, Educación, Pensiones o Dependencia, sino “Reformas Estructurales necesarias” según Rajoy y todo su equipo económico.
- No hubo “Crisis”, Según Zapatero; lo que había era una “Desaceleración Transitoria” o incluso meros “Brotes Verdes” según su vicepresidenta económica, Elena Salgado.
- No hubo después “Desaceleración” de nuestra economía, sino como dijera el presidente Rajoy un “crecimiento económico negativo”.
- No existe la “Emigración” de nuestros jóvenes, que no es que se vayan, sino que disfrutan de la “movilidad exterior” que dijera la ministra de empleo Fátima Báñez, ni existe nada de eso que otros llaman “Fuga de cerebros”, sino que más bien es un “motivo de optimismo y un efecto muy positivo tanto para nuestra economía como para sus retos futuros”, según la Sra. Aguirre.
- No hablamos de “Subidas de impuestos” sino de un “Recargo temporal de solidaridad” como definió la vicepresidenta Soraya Saéz de Santamaría a una de ellas.
- 10. No existe el “Copago sanitario”, ni el “Repago” objetivo; aquí el ocurrente fue Arthur Mas cuando se refería al “Ticket moderador” sanitario“.
- No habrá subida de IVA, como el PP prometió por activa y por pasiva, pero cuando hubo que llevarla a cabo ya se referían a una especie de “gravamen adicional”.
- No hay “Separación Matrimonial” si de una princesa española se trata, solamente hay un “cese temporalmente de la convivencia”, según las palabras oficiales de la Casa Real.
- Y desde luego que nunca hubo “contratos velados” ni “Pagos ocultos”, ni “despido”, ni “finiquito” a Bárcenas para taparle la boca sino que cuando se pillaron, Mª Dolores de Cospedal inventó aquello de la “indemnización en diferido”.
Y como un primero de enero lo que hay que hacer es buenos propósitos para cumplir, propongo que cada vez que oigamos de un político uno de estos “eufemismos” los abucheemos, escrachemos o afeemos para que no sigan usándolos; y a los medios de comunicación que se nieguen a publicar “oxímoros” y todo aquello que no sea llamar a las cosas por su nombre. Feliz 2014.
Chapeau al comentario de Manuel I. Santos, y aún más después del comentario de Antonio que nos hace intuir que eres una persona de gran valor y con grandes valores y, que, a través de esta ventana abierta al mundo que denominamos atrio, tu compartir con quienes entramos en atrio, va a ser muy ilustrativo, además de beneficioso y enriquecedor, por eso de que si la guerra en los problemas entre humanos se plantea desde el lenguaje, no hay mejor arma (siento hablar en términos bélicos) que plantarle cara desde la palabra, que es lo que pretendemos con nuestros comentarios en atrio.
No andaba muy desencaminado el escritor del evangelio de Juan cuando inicia su evangelio diciendo: “Al principio era la Palabra…., mediante ella existió todo…., ella contenía la vida….,ella contenía la luz, y la tiniebla no la ha apagado” (Jn.1). Claro que se refería al Mesías, Jesús, pero es interesante presentar a una persona como la Palabra.
La palabra es potente en sí misma, el lenguaje es creador o destructor, comunicamos nuestros conceptos a través del lenguaje. Y, como es sabido, el lenguaje tiene un emisor y un receptor, el emisor puede decir lo que quiera, el problema está en el receptor, y, en éste, el efecto puede ser tan variado como lo sean las capacidades y actitudes del mismo, según sean receptivas o no al mensaje escuchado; ya se sabe que solemos querer escuchar aquello que deseamos escuchar.
A partir de aquí cabe de todo: la ausencia de análisis o el análisis de dicho mensaje en función de nuestras ideas. Pero también cabe, la aceptación de toda la carga conceptual que llevan las palabras o el rechazo. Y estas consecuencias, combinadas entre sí, son infinitas, tanto en lo que se dice, como en lo que se quiere decir, como en lo que se escucha así como en lo que se quiere escuchar.
Pero entre la verdad y el engaño hay toda una serie de mundos….
Manuel I. Santos:
Una de las mayores noticias del año nuevo, de esas que te llenan de esperanza, es tu reestreno como comentarista directo en ATRIO. Indirectamente ya has estado colaborando y yo me he hecho eco a veces de lo que eran valiosas sugerencias tuyas.
Pero ahora acojo esta tu bajada al ruedo en este post que inició Luis A. Aguilar, con su honesto deseo para 2014.
He leído tu comentario y el artículo sobre Orwell que aconsejas. Me siento interpelado por tus referencias a lo advertido por Lacan y Wittgenstein, y renuevo mi propósito de ser muy autocrítico en el uso del lenguaje. Pero también comparto tu certeza de que, a nuestra edad (fuimos condiscípulos de niños), seguimos siendo responsables de los males reales del mundo, que no son sólo causa del lenguaje, sino a la inversa. Yo por eso me meto en estos líos, porque, en estas situaciones opresivas y achacosas que nos sofocan por todas partes, sólo nos queda la palabra.
Te deseo mucha paz y clarividencia en este año que seguro seguirás compartiendo con nosotros, Manolo.
¡Hola Oscar! : Un intento de respuesta (te aclaro que sobrio y que ni siquiera en fin de año tomé del Malbec que me regalaron):
1.- ¿Es el vocablo “CATÓLICO” (UNIVERSAL) un oxímoron de “política eclesiástica“?
Si nombra a la Institución o al conjunto de funcionarios profesionales eclesiásticos ciertamente lo es.
Una Iglesia dividida es un absurdo; nada pudiera ser universal y no universal sin crear un oxímoron.
La única posibilidad es la catolicidad como universalidad si se escucha al Galileo que espera del otro lado que todo el mundo le escuche y le siga aunque sepa que muchos pudieran no hacerlo. Pero la esperanza del Galileo parce que fuera una respuesta universal”.
En este sentido incluso la palabra religión apunta a ello porque implica una visión o re-lectura de la historia y del destino de la humanidad (la vieja discusión de Cicerón versus Lactancio) que Isidoro de Sevilla prefirió del lado ciceroniano y yo también y si esa relectura fuera a través de la mirada del Galileo la religión no fuera alienante o fantasiosa o destructiva.
2.- ¿Es el vocablo “DIOS” un oxímoron de “política teológica“?
El monosilábico nombre Dios designa aquello que no hay modo de conocer. Nombra una realidad que se la concibe de un modo porque se le nombra pero no hay modo de saber si es como se la concibe o no y, consecuentemente, si el nombre que le da le corresponde o no. Nombrar lo que no incognoscible o desconocido es un oxímoron.
Por otra parte el Dios por el que parece que apostara el Galileo (al menos aquel día de la lectura de Isaías en la sinagoga) debiera ser “D-os”, es decir, Aquél/la cuyo nombre es impronunciable. Los musulmanes le han encontrado solamente 99 nombres, omitiendo un nombre que suena como el silencio.
3.- ¿Es el vocablo “IGLESIA” un oxímoron de “política religiosa“?
Sí, lo es cuando nombre a la jerarquía a solas.
Al fragmentarla le quitar su cualidad de “universo”—i.e., una Iglesia Universal en la que todos cupieran y en sus expresiones locales o particulares fuera “signo visible” o sacramento de esa totalidad humana y de lo que sus elementos tuvieran de común en cuanto a dignidad, origen y destino—contradice su propia indivisibilidad.
¿Será válido mantenerlos?
Probablemente no.
A Iñaki S. S.
Por lo que a mí respecta, aquello tuyo de “copiar y robar ideas(…)” no es para nada así. Y estoy seguro de que lo mismo piensa Oscar Varela.
Sí, la satisfacción personal de ver compartidas por ti esas ideas o reflexiones, volcadas por mí en ese comentario.
Ten la seguridad de que los “quince añitos de vida, que te garantiza tu cardiólogo, son sobradamente suficientes para que puedas ver arreglado ese “tinglado”, al que te refieres y del que somos todos corresponsables, por acción u omisión.
Yo, al menos, con 80 años recién cumplidos y ninguno más garantizado, abrigo la misma certeza.
Y la comparto contigo en los albores de este nuevo año calendario.
Felicitaciones para ti por el año nuevo, iguales a las que tú me enviaste.
Un abrazo muy grande,
M
Manuel Ignacio Santos.
Disculpas. Me olvidé de señalar que no he inventado casi nada. Me he limitado a copiar y robar ideas a Manuel I. Santos y Oscar Valera.
Feliz Año Nuevo a ambos.
Me quedo con una frase de plena actualidad en España y Euskadi, en pleno siglo XXI
En cuanto a los políticos, no creo siquiera sean actores de reparto en la escena política. Son mas bien ventrílocuos, ingenuos, inocentes o idiotas útiles, de los verdaderos, inconfesables y vergonzantes poderes.
Mi cardiólogo cree poder garantizarme unos quince añitos de vida. ¿Serán suficientes para que pueda llegar a ver esa…más y otra política, capaz de arreglarnos un tinglado del que, probablemente, somos parcialmente responsables?.
Al Prof. Luis A. Aguilar, Leonardo Boff, Antonio Duato, George. R. Porta y demás “atrieros” interesados:
SE TRATA DE ALGO MUCHO MÁS GRAVE QUE DE “EUFEMISMOS” U “OXÍMOROS” O “NEOLENGUA POLÍTICA”, ATRIBUIBLES A LOS POLÍTICOS (¿Y/O A “LA POLÍTICA”?)
Para confirmarlo, basta con entrar a:
http://www.eldiario.es/cultura/libros/Vuelve-Orwell-visionario-coleccion-ensayos_0_214178777.html
Con los ejemplos de oxímoros (¿eufemismos?) que usted, Prof. Aguilar, cita de algunos políticos españoles, usted de alguna manera relativiza (¿trivializa?) la tesis de fondo que sostiene y con la que estoy de acuerdo, no con su trivialización.
Tampoco estoy de acuerdo con la atribución de “eufemismos” u “oxímoros” o “neolengua política”(¿?) a los “políticos” (españoles o no), los “malos” de la película, como usted hace. Porque, en definitiva, ello implicaría un tiro por elevación a la “política” en película en sí misma, que es la verdadera y auténtica “película”, drama, comedia o tragedia, en la que todos nosotros, absolutamente todos, también los políticos por supuesto, somos actores, protagonistas o de reparto.
En cuanto a los políticos, no creo siquiera que sean “actores de reparto” en la escena política, sino portavoces, o más bien “ventrílocuos”, ingenuos, inocentes o “idiotas útiles”, de los verdaderos, inconfensados, inconfensables, vergonzantes poderes.
Por eso, creo que las “cosas” (la verdad, la mentira, la “realidad”, las necesidades, las demandas, los deseos, etc.) de la vida (necesariamente “política”) de los pueblos no se solucionan, tampoco, con escraches a los políticos “ventrílocuos”, o a los medios de comunicación que no ponen en evidencia los eufemismos u oxímoros de los políticos.
Como muy bien dice Oscar Varela en uno de sus comentarios a este su artículo, Prof. Aguilar, la (mala, “eufemística”) “política” de los políticos se arregla con “más política”, y yo añadiría “más y otra política“.
No podemos olvidar que el lenguaje humano, que toma cuerpo y se estructura en la o las lenguas, incluida la “lengua política”, es una construcción social y colectiva, que nos precede a cada uno de nosotros, ya está ahí antes que nosotros y nos envuelve y nos nutre y nos condiciona como una matriz. A este respecto, Jacques Lacan se preguntaba casi obsesivamente: “¿Hablamos nosotros o somos hablados por el lenguaje?”
En definitiva, creo que los políticos, ventrílocuos o no, y todos y cada uno de nosotros, deberíamos asumir y poner en práctica aquella sabia máxima con que Wittgenstein cierra su “Tractatus logico-philosophicus”: “Sobre aquello, de lo que no se puede hablar, es preciso callar”.
No puedo hablar, o porque no sé o porque no sé quién habla en mí o por quién soy hablado.
Atentamente,
Manuel I. Santos
Argentina
Estoy de acuerdo con todos los eufemismos que señala Luis Ángel.
Echo de menos uno: “interrupción voluntaria del embarazo” en lugar de aborto.
Salud.
George R Porta
04-Enero-2014 – 15:16 pm
Este comentario lo publiqué en un otro hilo por error. Está posteado primero en el del artículo de Boff sobre la gobernanza. Pido perdón por el rror y la duplicación.
George R Porta
04-Enero-2014 – 15:16 pm
Un oxímoron que más bien debiera pertenecer a la poética del lenguaje onírico “pesadillezco” fuera “político veraz” aunque ya se ha dicho aquí que los políticos “no sean nuestros enemigos” (lo cual estoy seguro que sea una afirmación politiquera) en otro hilo y que los humanos somos “animales políticos nos guste o no nos guste” (que también es incierto porque solamente somos gregarios o sociales pero lo de la política es un resultado del crecimiento urbano y solamente secundario del crecimiento social humano y una vez que el comercio o lo mercantil manifestado de cualquier forma entra a jugar su parte en la ecuación social).
Tampoco debiera creerse lo que se pretenda afirmar cuando se diga o escriba aquello de “político bien intencionado”. La fauna política— desde mucho antes del ensayo de Niccolò Machiavelli y quizás desde antes de que los primeros politólogos de cualquier parte incluyendo las cuevas escribieran su “Política” pictóricamente en la forma de escenas de caza y de guerra—siempre ha existido para sostener el poder del cual sea parásita y apoderada.
La política o los gobiernos (la ecuación es de Noam Chomsky en Lennard, http://www.Salon.com, 29-12-2013) sostienen y fomentan el hegemónico existente, es decir para hacer que el poder existente perdure. Los de cualquier partido, bando o bandera.
Como cualquier otra realidad la política obedece a las leyes biológicas (los políticos viven saprofíticamente) más bien universales de auto preservación y de inercia, aunque también a la de masa crítica (para sobrevivir los cambios y asegurarse de que éstos se conviertan en leyes cuando puedan ser enunciados después de ser castrados de todo valor amenazante) y que pueda funcionar el comercio entre la sinergia y la entropía para que el sistema aunque cambie, solamente cambie formalmente.
Gracias a la vida la muerte constituye la gestión política por excepción. En efecto en el parlamento biológico corporal la enfermedad se aniquila al imposibilitar la subsistencia. Es el único triunfo de la vida: dejar de morir, la única “política” benigna.
En los parlamentos, los cuerpos políticos, no ocurre la muerte, solamente la adaptación al cambio de dueño, de amo. Conclusión más plausible: No sé por qué causa tanta algazara la equivocidad lingüística.
El lenguaje no puede ser unívoco, ni puede dejar de ser tendencioso, ni dejar de enriquecerse o empobrecerse para romperse en lenguaje nuevo que tenga la función de esconder los conceptos que deban desaparecer por inútiles para “vestir” las realidades que deban subsistir aunque lo hagan veladamente.
Hola!
1.- ¿Es el vocablo “CATÓLICO” (UNIVERSAL) un oxímeron de “política eclasiástica“?
2.- ¿Es el vocablo “DIOS” un oxímeron de “política teológica“?
3.- ¿Es el vocablo “IGLESIA” un oxímoron de “política religiosa“?
¿Será válido mantenerlos?
¡Voy todavía! – Oscar.
Hola!
Considero que en-rrostrar “los POLÍTICOS” y a la “POLÍTICA” tamaña cantidad y profundidad MALEVA de la “oximoronería” (justamente expuesta)
puede facilmente cnvertirnos en Avestruces (o como el Tero de nuestras Pampas argentinas, que pone el huevo en un sitio y se pone a gritar en otro; un “gatopardismo pampeano”).
De las Crisis sociales no creo que se salga con “menos” sino con MÁS POLÍTICA.
………………..
NOTA “cristiana”: tengo aprendido de Salvador Santos que el momento clave y bisagra del rumear de el Galileo, que lo llevó a des-pegarse del “sumergente” Juancito, fue la: CONVOCATORIA A ASAMBLEA CONSTITUYENTE, ¿no?
¡Voy todavía! – Oscar.
LA PALABRA AMENAZADA (110 páginas)
Presentación: Al que se arriesga a leer
1. Violencia y Lenguaje
2. Eurídice: la no escuchada
3. El Verbo y las Tinieblas
4. El conflicto entre lengua y cultura
5. Una riqueza inagotable
6. Una estrategia ecológica
7. Babel y nosotros: el aljibe etimológico
8. El Diálogo de las Lenguas
9. La otra cuesta de la ladera
10. Poesía y Lenguaje
11. Lenguaje y Esperanza
Bibliografía
Agradecimientos
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PRESENTACIÓN
Al que se arriesga a leer
En estas páginas he tratado de bosquejar una estrategia para el rescate de la palabra en el mundo contemporáneo.
En primer lugar, denuncio las razones por las cuales el presente sistema intenta aniquilar la conciencia lingüística en un tiempo diseñado para la esclavitud laboral, informática y consumista.
La segunda línea, eje de celebración, propone el redescubrimiento de la energía de la palabra, clave de conocimiento, placer y conciencia crítica.
La etimología, el diálogo de las lenguas, la observación de lo viviente en el habla coloquial y en el lenguaje del humor y de la infancia son elementos cruciales en este redescubrimiento.
Y sobre todo, nuestro reencuentro con la poesía, tanto la de los poetas como la de los involuntarios y anónimos creadores del lenguaje; la fuente que sigue y siempre seguirá manando “aunque es de noche”.
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CONTRATAPA
El lenguaje es un amenazante peligro para la civilización mercantilista, por su estructura única e indestructible, que ningún mercado puede poner en jaque.
Por eso, para los sectores del poder es perentorio, dada la resistencia del lenguaje, volverlo invisible e inaudible, cortarnos de esa fuente inconsciente y solidaria de placer que brilla en el habla popular en los chistes que brotan como salpicaduras en las conversaciones entre amigos, en las nuevas canciones hermosas, en las creaciones auténticas que surgen todos los días en el patio de un colegio, en la mesa familiar, en la charla de un grupo de adolescentes.
La autora sostiene que el rescate de la palabra no es ya un problema de crítica filológica o de talento literario, sino el requerimiento de una nueva conciencia ecológica, una alerta contra el embate de las fuerzas que impiden nuestro contacto con ese lenguaje del que surgen la critica, el júbilo, la creatividad y el contacto más profundo con los otros y con nosotros mismos.
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Ivonne Bordelois es poeta y ensayista. Se doctoró en lingüística (MIT) con Noam Chomsky y ocupó una cátedra en la Universidad de Utrecht (Holanda). Recibió la beca Guggenheim en 1983.
Ha escrito varios libros, entre los cuales El Alegre Apocalipsis (1995), Correspondencia Pizarnik (1998), y Un triángulo crucial: Borges. Lugones y Güiraldes (1999, Segundo Premio Municipal de Ensayo 2003).
Hola!
¡Muy bueno el “oxímoron” ese de:
Leo:
– la “graciosa torpeza” de José Luis Borges”-
¿?
¿Vamos todavía? – Oscar.