Me pide Rodrigo Olvera desde México, en el buzón de ATRIO, que publique la entrevista que me hizo el director de la revista del clero de Valencia CRESOL. Lo hago con gusto, señalando que lo que digo en mi última respuesta sobre mi arzobispo lo reafirmo con creces aquí: tanto en lo que se refiere a mis sentimientos de amistad y estima de su buena voluntad, como respecto a las dudas sobre lo acertado de su actitud real con los poderosos, los pobres y los disidentes de su diócesis. AD.
Desclericalizando la Iglesia
Por Jesús Belda. Cresol, nº 118, Enero 2014.
Le hemos pedido a D. Antonio Duato, que nos ayude con sus respuestas a aplicar la hoja de ruta que el Papa Francisco quiere para la nueva “primavera” de la Iglesia.
– D. Antonio: ¿Qué podríamos hace en la diócesis –con todas las instituciones de la Comunidad Valenciana– ante la “Campaña contra el hambre en el mundo”, lanzada por nuestra Caritas Internationalis impulsada con todo el apoyo por el Papa Francisco?
Es indudable que no se trata solo de recoger dinero y hacer limosnas, sino, sobre todo, de cambiar de mentalidad y hacerse pobre con los pobres. La Iglesia universal y la Iglesia de Valencia deben convertirse, hacer penitencia, meta-noia. Y como signo de este arrepentimiento, siguiendo la recomendación de los santos padres y de la Octogessima adveniens, desprenderse de algunos objetos de oro y plata que posee, con frecuencia arrinconados, para dar de comer a los millones de hambrientos. ¡Este sería un buen testimonio de evangelización!
– ¿Qué se le podría pedir a Caritas diocesana para que esta noble Campaña fructifique de la mejor forma posible?
Creo que lo que tiene más claro el papa Francisco es estimular el paso de la mentalidad capitalista neoliberal que invade el mundo –incluida la Iglesia– y que produce exclusión y muerte a dignificar a todas las personas humanas y a todas las familias para que tengan lo que necesitan para vivir: alimentos, casa, trabajo para los jóvenes, cuidado para los ancianos. Caritas debe ser la promotora de esta una nueva mentalidad entre todos los fieles y ante las instituciones públicas. No debe ser sólo una medalla que luzca la Iglesia en esta crisis. Debe, como ya hace, desvelar crudamente la realidad de la pobreza y promover campañas del tipo de la 0’8 que está aún sin cumplir.
– La Iglesia, según Francisco, no es para los “perfectos”, sino para los pecadores. ¿Qué consecuencias extrae Ud. de esta afirmación para la vida de los casados?
Creo que el realismo y la misericordia universal que preside el pontificado de Francisco va a llevar necesariamente a suprimir barreras en las que se encerraba una Iglesia en camino hacia el gueto, como dijo Rahner. El matrimonio es un sacramento, signo revelador de la presencia de Dios, cuando hay amor conyugal verdadero entre dos personas, no cuando lo digan o dejen de decir los tribunales eclesiásticos. Si no hay amor, ¿qué queda del sacramento? Personalmente creo que el nuevo sínodo que va empezar este año 2014 y acabará el 2015 (¿un primer miniconcilio?), abrirá las puertas a muchos verdaderos matrimonios sin papeles. Y que el matrimonio, la vida conyugal amorosa de dos personas sin necesidad de campanas protectoras y ritos sacralizantes, deje de ser en la Iglesia algo para la tropa.
– ¿Y para los célibes?
El celibato como opción libremente elegida o aceptada no puede quedar –de esto ha hablada también Francisco– en una egoísta soltería sino en una entrega mayor a la comunidad y a los pobres. En mis largos años de trato con sacerdotes y religiosas en nuestra diócesis he encontrado, junto con tristes vidas mutiladas y reprimidas, destinadas a la infertilidad total, ejemplos maravillosos de entrega amorosa real, sin campanas aislantes y distanciadoras, a la misión del Reino y al acompañamiento de las personas más necesitadas. Pienso, por ejemplo en Pepe Vila y Vicente Amargós, que fueron pioneros al iniciar la JOC en Valencia en 1953.
– Francisco quiere reformar las estructuras eclesiásticas: descentralización, colegialidad y sinodalidad. Concretamente, ¿qué cambios para el nombramiento de obispos?
Esta es la parte del proyecto de Francisco a la larga más revolucionaria y, por otra parte, una mera aplicación del Vaticano II, tanto en la letra como en el espíritu. Del Concilio y del decreto de aplicación jurídica –el motu proprio Ecclesiae Sanctae– ¿qué ha quedado, con verdadero espíritu de corresponsabilidad? ¿Acaso el consejo presbiteral o los consejos pastorales en sus diversos niveles? Creo que el centralismo romano y los diocesanos frenaron la renovación del concilio. ¿Logrará vencer Francisco esta tradicional fuerza centrípeta, que se excusa con la necesidad de la unidad, y fundar la unidad del catolicismo en una sinodalidad que, al fin y al cabo, es el nombre antiguo de la verdadera democracia o de una comunidad de personas adultas que comparten y celebran la fe? Este sí sería otro gran signo para el mundo. Necesita para ello, en estos años de que dispone, personas que crean en este tipo de Iglesia para cubrir cargos en Roma y en las diócesis. Y no lo tiene fácil pues llevamos muchos años en que la elección de obispos se ha hecho primando más la obediencia ciega que la inteligencia y el olfato de realidad. El que los líderes del pueblo de Dios no sean elegidos desde lo más alto, con procedimientos secretos, sino con participación de la base y de los otros obispos, se impone, pero en un segundo tiempo.
– ¿En qué frentes necesitamos activar la corresponsabilidad de los laicos en la Iglesia de Valencia?
En todos, pero que sigan siendo laicos de verdad, no acólitos de amén.
– ¿Cómo se le podría dar en nuestra diócesis un mayor protagonismo a la mujer, para el gobierno de la diócesis?
Desclericalizando la Iglesia, sobre todo. No hay que esperar a que cambien los límites ahora establecidos para que la mujer pueda ser sujeto pasivo y activo de todos los sacramentos, como persona bautizada que es. Pero ya ahora: ¿por qué de hecho el órgano responsable último de una parroquia no puede ser un consejo pastoral, presidido, por elección, por una mujer?
– Para que la Iglesia oficial sea la voz de los sin voz que están encerrados en el CIE de Zapadores, ¿qué tendríamos que hacer?
Hay ya católicos muy presentes en este vergonzoso tipo de nuevos campos de concentración. Creo que si nuestro Arzobispo quiere oler a oveja, lo primero que tendría que hacer es hablar con quienes, cristianos o no, se han implicado en esta causa e ir a visitar personalmente la Lampedusa valenciana.
– Una Iglesia libre frente a los poderes del mundo político valenciano, ¿qué denuncia profética le es propia?
Para ser profeta lo más importante es no depender de las autoridades civiles y escuchar claramente la Voz de quien nos revela el clamor de su pueblo que sube hasta Él. Cuando llegó don Carlos Osoro a Valencia, la diócesis acababa de salir de un episodio público de vinculación entre la Iglesia y los poderes públicos valencianos que superaba las manifestaciones más extremas del nacionalcatolicismo franquista. El Congreso Internacional de la Familia Valencia 2006, en la elección del sitio, en el cálculo de asistentes, en el encuadre dentro de la política de grandes eventos patrocinada por el PP, en el despliegue de medios –desde pantallas gigantes de TV a urinarios– había sido un enorme disparate, que aún colea en los tribunales. Yo, como cristiano crítico y antiguo superior de don Carlos en el Colegio El Salvador de Salamanca, me atreví a darle dos consejos: que se alejara lo más posible de la actual clase política dirigente de Valencia y que escuchara la voz de los católicos críticos, con larga historia de fidelidad cristiana en el disenso. No pretendo juzgar sus años de servicio pastoral aquí. Pero, conservando la amistad y respetando su inmensa buena voluntad y esfuerzo, no sé si su empeño en la Universidad Católica (¿son de verdad estas instituciones instrumentos de evangelización?) le habrán hecho más dependiente, por subvenciones y privilegios, a la derecha política ni si su inédita asistencia anual a la inauguración del Fórum Cristianisme i mon d’avui habrán constituido suficiente diálogo del pastor con su pueblo más inquieto. Pero, en cualquier caso por ahí –libertad real y escucha del pueblo– van los caminos del profetismo hoy.
Creo Antonio Duato que tu entrevista ha sido muy valiente y al mismo tiempo equilibrada…
Muy de acuerdo contigo en que lo fundamental es “cambiar la mentalidad” o sea producir esta “metanoia” que ha empezado” -como tu tambien apuntas- el Papa Francisco….Querer llevar a la Iglesia a lo fundamental…que es lo evangélico….a la caridad y la justicia….las virtudes esenciales..
Porque yo diría que empezando por la “justicia social”, ésta ya puede ser aplicada institucionalmente….desde lo meramente local-parroquial….hasta en todos los estamentos de la Iglesia Universal…..Creo que esta aproximación, a lo que está mas cerca del amor que Cristo tenía por TODA la humanidad, es la labor ingente de Francisco, mostrar esta “cara” oculta y….crear como un catalizador que provoque esta “toma de conciencia” y que de “arriba” venga para “abajo”….pues el modo y la tónica del que está en la “cima” -en el jefe, en la persona cumbre y visible- siempre constituye el ejemplo a seguir y “crea”, por así decirlo “el tono” de toda organización..Por eso ha sido tan importante que Bergoglio haya tomado la iniciativa….y haya querido llegar a todos y hacerse de todos…con su gesto benévolo y con lo de mostrarse siempre “asequible” , sin importarle los credos o afiliaciones humanas….
Participo de tu optimismo….Creo que ahora sopla un aire bueno….Esperamos que “el papa reformista” logre su objetivo…y podramos ver el espíritu y la letra del Vaticano II en plena función….en esa apertura necesaria, para llevar a todos la alegría que conlleva el considerarse verdaderamente cristiano.
Con mis felicitaciones….un cordial saludo de Santiago Hernández
Antonio Duato es un hombre de Dios que tiene una visión global de la Iglesia y su proceso histórico que más lo quisieran hoy día algunos cardenales in pectore para si mismos
gracias Antonio
Antonio muy bien la entrevista, esperanzadora, hasta quizás en algún momento con una buena utopía juvenil, pero siempre alentadora. Me quedo con un frase tuya que dice: “Es indudable que no se trata solo de recoger dinero y hacer limosnas, sino, sobre todo, de cambiar de mentalidad y hacerse pobre con los pobres.” y para vos y todos los foristas de Atrio ¿qué significa hacer pobre con los pobres?, no es una pregunta inocente de mi parte, varias veces la he preguntado cuando la escucho, he recibido diversas respuestas, ninguna me ha satisfecho -salvo las que he visto que la persona que la decía la vivía-, pero me digo ¿gente de clase media o de una posición social de trabajo diario -como podrías ser vos, los que escriben en Atrio, y quién esto escribe- ¿qué significa para hacer pobre con los pobres?, la dejo, siempre más corazones y más mentes iluminan la vida. Abrazos.
¡Buenos días a todos!
Me ha gustado esta entrevista de Antonio Duato tan lúcida y profunda sobre la situación de la Iglesia, particularizando en la diócesis de València. Y me impresona, porque pasado el tiempo y las circunstancias sigue habiendo creyentes que apuestan en el proyecto de Jesús y en la construcción de una Iglesia -comunidad- más fiel a ese proyecto, sin dejar de indicar lo que piensa.
Conozco algo a Antonio Duato y me ha gustado, creo que esta forma de situarse en la Iglesia es muy válida y me alegra saber que no estamos tan alejados algunos, incluso cuando vemos ciertas actitudes tan poco evangélicas -¡qué triste cuando se llega a ciertos purpurados!-.
Saludos,
Antonio,
no te sonrojes,
porque tantos elogios son frutos de la justicia, vamos que eres merecedor,
no por tus méritos, tus valores culturales,
sino por tu dedicación.
Una lamparilla encedida en la noche, hasta que llegue la luz del día.( que te ilumina, nos ilumina)
no creo que tengas necesidad de ir a comprar aceite a los mercaderes.
No nos podemos extrañar:
Ya viendo su rostro, nos trasmite su gran calidad como persona y sus grandes capacidades y experiencias en su caminar fiel y constante.
Es un enamorado del proyecto de Jesús, con una vida que lo demuestra a manos llenas.
¡Gracias Antonio, por tanto como nos regalas cada día desde tu bien hacer!
Siempre son refrescantes y esperanzadoras cada una de sus aportaciones, jamás pierde la compostura, la templanza, el valor y la esperanza en un futuro mejor, con los pies bien anclados en la tierra.
Un gran abrazo.
mª pilar
Supongo Duato que usted se refiere a Don José Vila, cura secular y alma del movimiento Junior. Lo conocí en mi juventud en una de aquellos campamentos de verano que establecía en un pueblo de la sierra de cuyo nombre quisiera acordarme. Iba de pater un cura joven de Carcagent. Don José nos alentó a los monitores congregados en un local de la diócesis con un patio enorme, me parece que en la calle Trinitarios. Vinieron muchachos de Madrid (en particular de Morata de Tajuña), que se sumaron a los levantinos, y entre los monitores había un holandés, encargado de juegos en plena naturaleza, que ni era creyente ni nada parecido, pero que don José lo consideró con sumo acierto pieza fundamental. Disculpe Duato la digresión personal, pero quería rendirle ese pequeño homenaje de recuerdo a aquel cura de masa muscular apretada, pelo corto, bien rasurado y sonrisa contagiosa que tanto bien hizo como quien no quiere la cosa.
Lamento tener que seguir ocupando el espacio porque de alguna manera envié lo que estaba escribiendo sin terminarlo.
“hace, crea, promueve comunidad, une, redirige los esfuerzos y nada es más necesario ahora.
Un abrazo, Antonio.”
Gracias. Ana Rodrigo. Ojalá que Antonio Duato te escuche. Si decir es inútil o no solamente depende del hacer de lo que escuchan pero que no quede pendiente o no hecho porque no se haya dicho.
Cada uno o una tiene su responsabilidad y es de gran ayuda discerner y eque se divulgue el discernimiento porque esta conversación pública es imprescindible. Si no el proósito, esa conversación tiene el efecto de hac
Antonio creo que el empujón de ana, tiene que surtir efecto para que ese recorrido que tu, como tantos hemos tenido que hacer con más o menos tanteos, deje muy claro su por qué, a fin de que lo que ha servido para algunos pueda servir y sirva para muchos otros que aún c ontemplan mayor equidistancia entre lo que desean y lo que estan dispuestos a arriesgar desde el clima invernadero de una eclesialidad, cuanto menos muy tocada de paterna-infantilismo, o como ambiente recargado que se hace imperceptible a cuantos se mueven solo dentro de él.
La domesticación pastoral desde instancias de poder jerárquico. clerical ha sido factor permanente y eficaz a lo largo de los tiempos por nuestras tierras y soportó la sobredosis del nacional-catolicismo de la posguerra dejando claras posiciones fuertemente opuestas entre pro y anti religión de las minorías más activas, que no siempre eficientes, dada la ancha zona en la que impera el meninfotismo.
Pero, dentro de esta realidad ya añeja, es la levadura la que desde su calidad de tal tiene que empeñarse debidamente en el proceso de la auténtica fermentación realizada y proclamada por Jesús.
A estas alturas del camino, quienes somos participantes activos o pasivos de atrio, tenemos una idea aproximada y/o cierta de la envergadura integral que concentra la persona y la personalidad de nuestro querido amigo Antonio Duato.
Algo nos deja traslucir en las introducciones-presentaciones de los post que publica, o alguna intervención en “casas” vecinas, como es ésta que comentamos, o la intervención que hizo en el homenaje a Alfonso Álvarez Bolado en la Universidad de Comilla en Diciembre pasado (magnífica), y en otros lugares de prestigio, pero creo que lo tenemos bastante “desaprovechado” en atrio.
Alguien dirá, “bastante hace con llevar p´lante diariamente el blog, con todo lo que supone de coordinación, cuidado y mantenimiento de un nivel adecuado al prestigio ganado en los medios internáuticos. Pero yo me refiero a su historial, a su larga trayectoria intelectual y teológica, a su sabiduría adquirida-innata y que, de vez en cuando, mejor dicho, con más frecuencia, debería ofrecernos sus aportaciones de cosecha propia, para, junto a él, pudiésemos seguir enriqueciendo nuestro saber individual y colectivo atriense.
Y. si hace falta por petición popular, pues, venga, manos a la obra….
Gracias, Antonio.
Acabo de leerla y me llama la atención tu sinceridad y tu gran empeño en creer que las cosas de la Iglesia institución pueden cambiar, sufrir una meta-noia. Lo veo muy difícil. Hasta ahora, a mi modo particular de ver, creo que se trata de tantear y tener bien contentos a todos sus integrantes, a unos con palabras y gestos, a otros con más que palabras y buenos gestos. Y como siempre en la iglesia, se sigue yendo muy por detrás de lo que se espera. El Proyecto de Jesús no es lo nuclear y esencial en ella. Hay demasiadas envolturas e impedimentos creados que no lo dejan ser real. Lástima.
Un abrazo.