Una vez más un viejo y querido amigo, Manuel I. Santos, desde Argentina, ha venido en mi ayuda señalándome este artículo de Coral Bravo publicado en El Plural. Tras asistir el viernes al apagón de Canal 9, la televisión valenciana que —aún teniendo un magnífico equipo de profesionales— llevaron a la ruina corruptos políticos que hicieron grandes negocios con ella, empezando con ocasión de la visita papal en 2006 incluida en la trama Gürtel, tras asistir a la nueva ley de orden público propuesta por el catolicísimo ministro Fernández para defenderse de la indignación de los españoles como hace con cuchillas de la deseperación de los africanos, ¿qué mensaje de adviento se puede proclamar? Mejor dejar la palabra a la voz profética de una mujer no religiosa pero espiritual como Coral. AD.
Es curioso el funcionamiento de la mente humana. Cuando una idea cualquiera, por falsa que sea, es repetida y reforzada de manera reiterada, se movilizan una serie de conexiones neuronales en nuestro sistema límbico cerebral que, si no se emplea la racionalidad y la capacidad analítica que se asientan en el neocórtex, pueden acabar convirtiéndose en una verdad asumida, aunque sea contraria del todo a lo que sucede en la realidad. En este axioma básico se sustenta todo tipo de manipulación y de adoctrinamiento ideológico que, como es obvio, es mucho más efectivo en la infancia, esa etapa de nuestra vida en que aún carecemos de herramientas racionales para defendernos de la mentira y de cualquier adulteración inducida de la realidad.
Y digo esto porque suele ser frecuente que asumamos como ciertas e incuestionables algunas premisas o ideas a las que se nos induce a creer desde la infancia, cuando, sin embargo, un simple vistazo a la realidad demuestra su falsedad. La humanidad entera, por ejemplo, siguiendo la concepción geocéntrica del cristianismo, ha considerado durante muchos siglos que el planeta Tierra era plano e inmóvil, hasta que, a finales del siglo XVI, Galileo Galilei demostró que giraba, en realidad, alrededor del Sol, lo cual, por cierto, le llevó a ser encarcelado, perseguido y declarado hereje por la Iglesia católica. Pues como este caso hay miles.
Un caso similar sería la idea, con la que se nos adoctrina desde la más tierna infancia, de que la religión es espiritualidad, lo cual es falso. Siempre digo que la persona más espiritual que conozco es una mujer atea y racionalista, una gran amiga que lleva toda su vida comprometida en ayudar a los demás. Y, en esa misma línea, se nos induce a creer que la Iglesia católica, o cualquier otra religión, se dedica a ayudar a los desfavorecidos, que renuncia a los bienes terrenos, que rechaza cualquier tipo de riqueza material y que basa su moral en la austeridad y la pobreza.
Nada más lejano a la realidad. La Iglesia católica atesora la mayor fortuna del planeta. Firma acuerdos, o concordatos, con los gobiernos de los países de su órbita para obtener cantidades astronómicas de dinero público, así como exención en los impuestos y beneficios de todo tipo. Inmatricula a su nombre numerosos bienes inmuebles, es poseedora de acciones en empresas y multinacionales, sólo en España se ha adueñado de casi el sesenta por cien del suelo; tiene bancos, inmobiliarias, financieras, invierte en bolsa, recibe continuamente subvenciones, donaciones, herencias, negocia y trafica con activos de todo tipo. Y, sin embargo, en sus arengas y en su supuesta moral ensalza la pobreza y la austeridad, y argumenta que sus intereses son “divinos” y no humanos.
Esta reflexión viene a cuento de una noticia, publicada por El País el pasado sábado, que se hace eco de una larga pugna entre el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, y una asociación civil por 23 valiosos tapices flamencos de los siglos XVI Y XVII, cuyo valor se calcula entre dos y tres millones de euros. Los tapices fueron legados en herencia a la asociación Santa Rita de Casia, dedicada a la ayuda de mujeres maltratadas, por una madrileña, Victoriana Oliva, en 1869. Y el arzobispo de Madrid, al enterarse de su existencia, abolió la asociación obviando que no era religiosa, sino estrictamente civil. El juzgado 38 de Madrid falló a favor de la asociación en cuestión, por tratarse de la única beneficiaria de la herencia de Victoriana. Pero, contra todo pronóstico, la Audiencia de Madrid acaba de revocar esa sentencia y otorga, de manera inaudita, la propiedad de los tapices al arzobispado.
Cuesta creer que los mismos que hacen un gran y fructífero negocio hablando de pobreza, de ayuda al prójimo y de caridad, se esmeren tanto, en la realidad, por adueñarse de bienes de otros, y más si esos bienes iban a ser destinados a la ayuda de un colectivo vulnerable y necesitado, las mujeres maltratadas. Aunque ése es otro cantar. La misoginia cristiana, base ideológica primigenia del machismo y del maltrato femenino, sigue siendo alentada, en pleno siglo XXI, desde la curia eclesiástica. Recordemos el libro que acaba de editar el arzobispado de Granada, Cásate y sé sumisa, en el que se enaltece, de manera intolerable, la violencia machista. Sería, por tanto, pedir peras al olmo el considerar que los arzobispos llegaran a mover un dedo por paliar un daño humano y social que su propia institución lleva veinte siglos originando y promoviendo.
Y, sin embargo, millones de seres humanos continúan adheridos a los falsos códigos morales de la religión y creyendo ciegamente en ella. El nuevo Papa católico acaba de verter afirmaciones contrarias al neoliberalismo, pero las palabras sin hechos son cosa muy vana. No sé si se trata de la vulnerabilidad o, directamente, de la estupidez humana. Porque, como decía el insigne Sigmund Freud, la religión es lo más equiparable a una profunda neurosis infantil. O quizás sea, parafraseando a Séneca, que “la religión es considerada por la gente idiota como verdadera, por la gente sabia como falsa, y por los gobernantes como algo muy útil”. Que se lo digan a los del PP.
Coral Bravo es Doctora en Filología
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¡Gracia Sra. Coral Bravo!
Lo que nos explica es tan claro y cierto, como el sol que nos calienta e ilumina.
Lo más doloroso es que, los que se sienten en la absoluta e inconfundible “verdad” (tanto mandatarios como fieles seguidores) se han posicionado tan tercamente en ella (quizá por comodidad…) son tan brutalmente viscerales, dogmáticos, aniquiladores de todo lo que se mueva en contra de esa verdad que promueven y dicen seguir.
¡El dinero, la riqueza de la iglesia católica!
Es tabú; los que la apoyan por puro interés. Y las personas que sufren su abandono y desinterés ¿qué pueden hacer?
Unos hastiados y no quieren nada con ella, otros, aceptan porque siempre han escuchado que, cuanto les sucede es:
“Voluntad de Dios”
¿En qué dios han querido enseñarnos a creer, para llegar a ser totalmente incapaces de pensar, discernir, optar, luchar; porque todo ese montaje quede tan debilitado, que les obligue a cambiar totalmente de rumbo, y se comporten como cada ciudadano.
¿Cómo se puede creer en una “salvación…” comprada con donaciones, favores, limosnas…?
Mientras tratan a las personas que están a su cargo: como ¡esclavizadas, menospreciadas, mal remuneradas por sus trabajos!
Estamos como aletargados… ¿cómo no salimos a la calle para darles a estos políticos y eclesiásticos corruptos lo que se merecen?
Uno de mis hijos trabaja en un Patronato que todo cuanto ganan con los trabajos realizados, la ayuda estatal al proyecto, económica y dándoles trabajos que pueden sacar muy bien adelante; lo han dedicado a aliviar, cuidar, recuperar a los enfermos psíquicos.
Los que van saliendo adelante, tienen un trabajo remunerado, siempre con atención constante; centro de día, donde los más enfermos son cuidados, vigilando su medicación, liberando por una horas a las familias, para que puedan realizar sus trabajos y salir adelante en sus hogares.
De pronto el gobierno de Aragón decide, que los funcionarios (unos 20) que trabajan en la fundación, no pueden hacerlo, porque dichos trabajadores ¡solo! pueden trabajar en la administración del estado y esto es una entidad privada… ¡sin ánimo de lucro!
El representante del gobierno que envió a una reunión, ante la pregunta, de cómo iban a salir adelante sin más ayuda y 20 trabajadores especializados menos, contestó:
“Que a él, no le parecía bien, que los enfermos que trabajaban en la fundación, cobrasen un salario por su trabajo”
¡Señor…! Precisamente ese es el espíritu de la fundación, recuperarles y que se sientan capaces de valerse por sí mismos, aunque sea con baja responsabilidad; para eso pusieron al frente a personas cualificadas que sacan adelante cada taller:
“Biblioteconomía, lavandería, jardinería, trabajos manuales…”
Y si nadie tiene un poco de sentido común, todo se irá al suelo y los enfermos y sus familias, abandonados a su suerte.
¿Donde están los gobiernos, las iglesias, los mecenas que regalan solo para su propio beneficio de qué… la salvación…?
Ahí quisiera ver a la iglesia, no solo dando de comer… que de momento ayuda…
Y ¡NO! a la iglesia como tal, sino a las donaciones de personas de bien que colaboran en privado.
La iglesia católica da a Caritas… ¿un 5%? el resto son donaciones particulares.
Ufff, es infumable a donde se ha llegado y la incapacidad de pensar del ser humano (no todos) desde las realidades que le rodean.
¡Gracias por su claridad!
mª pilar
La Jerarquía Católica ( antiguamente diríamos ” el clero”) lo tiene crudo si piensa que con un brochazo aquí y allá, cambiará todo de sitio para que no cambie nada,
y hará frente a los aires renovadores que podrían venir de una persona (Francisco)
Ya no vale aquella premisa de que quienes son críticos con la Iglesia, son siempre los de afuera, los desafectos, y quienes se construyen su espiritualidad “en – oposición- a”.
“Tengo a diez mil que no han doblado sus rodillas frente a los baales”
Quienes adoran a Dios en espíritu y en verdad, tienen la madurez suficiente para distinguir el trigo de la cizaña.
Es curioso, la cizaña pasa por ser una mala hierba porque se confunde con el trigo o la cebada, pero su semilla es tóxica.
El Señor nos pide que dejemos las cosas para el juicio de Dios, no porque no nos ocupemos de ser auténtico trigo de Dios, sino como advertencia de que así ocurrirían las cosas.
¡Y están ocurriendo!
No culpemos a la religión.
roman
Hola!
Tengo entendido que ya HOY (en España es ya LUNES 2) la precariedad donde se alojan los africanos esperando conchabo de trabajo, es arrasado con topadoras porqe el dueño así lo determinó.
No sé si alguien socorrió a esta gente, que estaría perdiendo aun lo poquito que llevaron.
Gracias Sra. Coral por la mesura y la gravedad de su análisis.
Trabajo con familias y en un hospicio católico (enfermos terminales) y confronto a menudo la dificultad para lograr que un paciente sea tratado pro bono a pesar de la riqueza de la Iglesia local, similar a la que usted atribuye a la Iglesia en general y específicamente a la de Madrid.
De una buena parte del atesoramiento general de la Iglesia a menudo no se pueden desprender porque los obispos la han utilizado para asegurarse préstamos de cualquier magnitud y utilizado esos capitales a discreción, como si fuera capital propio y propulsar las campañas políticas que les interesan ideológica o tácticamente, palar abogados en defenderse de crímenes de maltrato, y auto promover su ascenso en la jerarquía.
La situación de la mujer es la más escandalosa de todas porque es generalizada y demasiado antigua. Por sus propias causas, el hombre es también maltratado y tampoco se hace nada para mejorar su situación laboral, social, moral y en consecuencia, la familia vive en estado crónico de inefectividad lo cual compromete seriamente la sanidad de las generaciones venideras y a corto plazo y por extensión del Planeta.
¿Qué tuviera que ocurrir para que esta situación cambiara?
Bastara que los cristianos con coraje dejaran de asistir a las iglesias e interrumpieran el ciclo de toxicidad ideológica, de manipulación del poder político que representa el número de cristianos sometidos a la autoridad injusta de la jerarquía, y previniera la malversación o fuga de los pocos recursos de la comunidad aun en manos de los laicos. Si éstos se agruparan en torno al evangelio y compartieran algún poco de comida cuando lo hicieran y aprovechar ese tiempo para concertar el esfuerzo, de manera que provocaran cambios comunitarios por pequeños que fueran de manera que el conjunto cambiara de una situación de injusticia a otra suficiente y permanentemente justa.
El modelo de trabajo para lograrlo existe pero durante el tiempo de Juan Pablo II la jerarquía desarticuló las comunidades de base o las dejó desaparecer en muchas diócesis al menos acá en los EE UU..
Salvador Santos publicó una solicitud de ayuda a los negros que pasan la noche ateridos de frío preguntando si hubiera algún templo o casa religiosa o no religiosa, un techo, un espacio que pudiera ser medio de guarecerlos. No sé si eso obtuvo respuesta. Deseo que sí, que alguien haya respondido. Vivo muy lejos, en los Estado Unidos, y carezco de medios y hago lo que me es posible para cooperar pero nada relevante.
Por otra parte siento que poco a poco va llegando la hora de dar el “salto en la fe” (traduzco del inglés “leap of faith”) en el que desafortunadamente los curas tendrán que quedarse con sus espacios y con la gente que puedan adoctrinar indiscriminadamente o en realidad teman hacerse personalmente responsables de su identidad cristiana.
Coral, leído tu comentario, no puedo sino felicitarte por tu crítica razonada sobre los defectos en las religiones en general y en la ICAR en particular. Hasta a quí, en cuanto fundamentados completamente de acuerdo contigo y creo que tu dureza resulta aún blanda por tratarse de estructuras que presumen de liderazgo moral para con la Humanidad.
Pero con la misma sinceridad con la que apoyo tu crítica y nos aletas, me tomo la libertad de que todo eso lo enmarquemos, como creo no puede, ni debe ser de otro modo, en el marco de la coherencia o incoherencia con lo fundantes de las mismas y cuanto de coherencia con ello han concretado en vivencias coherentes quienes así lo han intentado, lo intentan y en parte lo han conseguido , o lo vienen consiguiendo.
Admirable para mi toda esa explicación que aportas sobre la desviación de nuestras mentes hacia la falsedad cuando oportuna e importúnamente, sobre todo en épocas de infancia y adolescencia la cantidad de sofismas suplantas los razonamientos bien cimentados en la verdad de la realidad, entre ellas el valor igual e inalienable de todos los seres humanos.
El Falseamiento de esto es el virus de las epidemias estructurales aberrantes de la Humanidad, incluidas las religiosas y eclesiales.
Como excusa, no se , si generalizada, aunque a ello me inclino, está aque llo de Jesús al Padre desde la cruz:—–, porque NO SABEN LO QUE HACEN.”
Esto nos obliga, tanto a la comprensión de las situaciones personales, como a la intransigencia con las estructuras que, forzada, e inconscientemente, van arrastrándonos hacia esa situación de falsedad considerada el no da más de la necesidad humana.
Un ejemplo patente de esta inconsciente falsedad la podemos constatar en la facilidad con que añadimos a la invocación de Dios como PADRE, el NUESTRO, que en realidad es el MIO, o de los MIOS y todos tan tranquilos, aunque con ello se diluya el fundamento de la real y auténtica HERMANDAD HUMANA