Han callado las armas, pero la violencia dialéctica en tertulias audiovisuales va alcanzando cotas preocupantes. ¿Es esto lo que reclaman las audiencias?. Esperas oír nuevas ideas que nos hagan ver la luz al final del oscuro túnel y te encuentras con broncas ininteligibles entre incendiarios bien pagados. Desolador tanto peloteo del….y tu más, sin propuestas innovadoras ni en el campo del empleo, ni en el de la normalización política.
Los brotes verdes en la macroeconomía financiera no nos hacen olvidar el crack en la microeconomía productiva. El ladrillo no levanta cabeza y ha arrastrado al agujero a la industria del electrodoméstico. Automóvil y máquina herramienta parece recuperarse, pero a base de recortes y reajustes en plantilla. El turismo ha funcionado este 2013, beneficiándose de la inestabilidad político-social en el Mediterráneo y del empleo en precario. Las nuevas tecnologías balbucean aún. Total, millones de parados y entre ellos demasiados sin esperanza. Entre tanto, sigue sin otearse en el horizonte un cambio de valores que ponga en primer plano a la persona. ¿Cuándo empezaremos a preocuparnos un poco más por la comunidad?. ¿Cuándo nos daremos cuenta de las ventajas de ser un poco más altruistas, más cooperantes, más solidarios, menos corruptos, etc., en definitiva más justos?. Exijamos a nuestros dirigentes alternativas viables. Máximo impulso a las inversiones en sanidad, educación, desarrollo local de planes agro-pecuarios, impulso a las nuevas tecnologías, ayuda a la dependencia, asistencia social mínima para todos, etc.. Ahí hay un nicho de empleo importantísimo y hemos de rompernos el coco para poder llegar hasta él. ¿Por qué les cuesta tanto a los tertulianos el hincar el diente a estos temas?. ¿Ignorancia?. ¿Dependencia partidista?. ¿Falta de audiencia?.
En otro orden de cosas, dos años de paz no han sido suficientes para suavizar antagonismos ideológico-políticos. No acaban de iniciarse diálogos constructivos en torno a la reconciliación y a una convivencia en paz anclada en la justicia. Oyendo a tertulianos españoles normal que demasiados vascos y catalanes nos sintamos como extranjeros. ¡Qué forma de imponer su devaluada democracia!. ¿Dónde ha quedado la independencia de poderes?. ¿Cuántos tirones de orejas más tendrá que recibir, de Europa, el poder judicial estatal?. ¿Qué es eso de inventarse leyes ad hoc que no respetan la dignidad de las personas?.¿Cuánta torpeza política es necesario acumular, para empeñarse en fabricar mandelas vascos y catalanes?. ¿Cuánta mala fe hay en los discursos de ruptura, cuando España, Cataluña y Euskal Herria seguirán unidas en Europa por los siglos de los siglos?. ¿No va siendo hora de agarrar al toro por los cuernos y sentarse a hablar, entre todos, del Plan de Paz y Convivencia, del Nuevo Status político para Euskal Herria y Cataluña, etc.?. ¿Qué podemos hacer cuando nuestros líderes se muestran incapaces de hacer historia y se empeñan en quedarse anclados en el pasado?. No tengo una respuesta contundente a esta última pregunta,….. pero empezaría por restar audiencia a los incendiarios.
Termino con una frase que he copiado casi literalmente a George R. Porta : La ley universal de la masa crítica necesaria para posibilitar cualquier cambio cualitativo, sigue dependiendo del comportamiento de cada uno de nosotros. De todos modos, aunque sea cierto que la historia la hacemos los pueblos, también lo es que un cierto liderazgo a lo mandela, por poner un ejemplo de actualidad, ayuda un poquito.
¿Cómo va a tener proyecto España?.Mandada por horteras como Aznar que coloca a la mujer que no sabe hablar ni inglés,ni español…Y luego,como va a tener proyecto España si està anegada entre mierda.Póngamos el presidente de Madrid,el del àtico,resulta que la juez de Estepona manda una comisión rogatoria a EEUU para preguntar sobre el fondo de Delaware que gestionaba el àtico.¿Y dónde està la comisión rogatoria?.En el Ministerio de Justicia traduciéndola lleva cuatro meses:¿se lo toman “relaxing” porque no saben inglés como la Botella?…Estamos gobernados por unas élites cleptocràticas!.