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¿Hubo dos Nelson Mandela?

Me envía este artículo desde Pinamar (Argentina) un entrañable amigo, Manolo Santos. ¿Hay que ver qué olfato tiene para elegir lo bueno de verdad entre tanto como se escribe! No es la primera vez que nos hace descubrir periodistas y comentaristas jóvenes y magníficos en nuestra propia tierra. Esta semana tuve que hacer un viaje a Madrid y aproveché para reunirme con algunos atrieros de por allí. Daré más cuenta de ello en otra ocasión. Pero algunos se extrañabande  cómo un medio tan extendido (desde el verano -¡austral¡- no hemos bajado de 4.500 visitantes de media al día) pudiera realizarse con tan poca redacción. No contaban con la red de comentaristas y/o olfateadores de buenos textos con que contamos. ¡Gracias, Manolo! AD

¿Hubo dos Nelson Mandela?

Por Nazanin Armanian, Publico.es, 15-12-2013

En el funeral de Nelson Mandela, convertido en un lamentable circo, como guinda solo faltaban Henry Kissinger y Benjamín Netanyahu. Uno, secretario de Estado de Richard Nixon, fue autor del informe Tar Baby, que proponía defender al régimen del apartheid y aplastar los movimientos de liberación nacional del sur de África; y el otro (a pesar de que alegó el elevado coste que supondría garantizar su seguridad), temía posibles protestas de sudafricanos por haber sido aliado estratégico del régimen racista de Pretoria, y por su política de apartheid hacia los palestinos.

Algunos mandatarios que lanzaban alabanzas hacia la figura de Mandela han dirigido las más terribles matanzas de cientos de miles de civiles por el mundo (Irak, Afganistán, Yugoslavia, Sudán, Somalia, Yemen, Libia, etc.), y han torturada y secuestrado a otros miles. ¿Quién les invitó? ¿Quién autorizó la asistencia de estos oportunistas  en el último adiós a un gran luchador antiimperialista, defensor de paz y de la justicia social? ¿Lo hubiera aprobado el propio Madiba?

Puede que la polémica suscitada por la declaración del Partido Comunista de Sudáfrica (SACP) tras el funeral, afirmando que Madiba había sido miembro secreto del comité ejecutivo del partido, incluso antes de su detención en 1962, nos dé una pista. Mandela, que antes de ser detenido había desmentido ser comunista para evitar un mayor ataque del régimen racista de Pretoria al Congreso Nacional Africano (CNA) del que era dirigente, ¿por qué después de quedar en libertad lo siguió negando? ¿Había dejado de serlo? Y si es así, ¿cuándo y por qué?

Nelson Mandela ya es un mito, y no por pasar 27 años de su vida en la prisión por defender sus ideales sin doblegarse. Ha habido otros como el comunista iraní Safar Gharamani que estuvo 33 años en la prisión,  y cientos de miles de personas que -en el último siglo y en todo el mundo- han sido torturadas o ejecutadas por no rendirse, sin que su sacrificio haya sido reconocido.

Pero Mandela se ha eternizado, por estar en el lugar adecuado, en el momento oportuno y cumplir una misión. Subrayar  su  intachable categoría moral no debe ocultar los cambios que introdujo Mandela en sus principios y también en su proyecto político-económico para Sudáfrica. Santificarle, hacerle impune a crítica, es una eficaz forma de destruirle a él y la parte positiva de su legado.

De apartheid racial al económico-social

Año 1991. El colapso de la Unión Soviética marca el fin del siglo: un triunfante y belicista neoliberalismo económico lanza una serie de guerras abiertas o encubiertas para la conquista de las zonas de influencia soviética. Es un duro golpe para los movimientos de liberación nacional que gozaban del apoyo soviético, y más adelante lo será para las conquistas de los trabajadores a nivel mundial (cuyo su efecto mariposa alcanza  hoy a los Estados de Bienestar europeos). Fueron destruidos los gobiernos socialistas de Angola, Etiopía, Yemen, Afganistán, entre otros.

Es el mismo año que ponen en libertad a Nelson Mandela, a pesar de estar condenado a la cadena perpetua. La presión internacional hacía insostenible el Apartheid, y la ofensiva de la izquierda africana y sus logros, además del fracaso militar de Pretoria en derrocar al gobierno marxista de Angola (1988), fuerzan al  régimen segregacionista a negociar con el CNA.

Mandela ya no representaba un peligro para el sistema capitalista sudafricano. Todo lo contrario, podría darle legitimidad y una vez saliera de prisión se daría la impresión de una transición real. De paso, se neutralizaba la resistencia de los negros y los enfrentaban entre sí. Iban a asignarle el mismo papel que los profesores en Irán otorgan al mobser en las escuelas: se trata del alumno más desobediente cuyo cometido es imponer orden en la clase. Así, se consigue dos objetivos: disciplinar al niño rebelde y a través de él poner a raya al resto de los alumnos, sin ensuciarse las manos.

Aquel hombre condenado a la perpetua (1964), que había rechazado en varias ocasiones ser libre a cambio de condenar la lucha contra el apartheid, ahora incluso podría gobernar el país, agitando al bandera de la legalidad y la “no violencia”.

Un capitalismo daltónico

El daltonismo es un defecto genético que ocasiona dificultad para distinguir los colores, y el capitalismo con visión de futuro ha sido capaz de integrar a los negros en los sistemas racistas: en EEUU los blancos ofrecieron a los pobres de piel oscura no solo tener la oportunidad de ser carne de cañón  de sus hazañas bélicas, sino también ser cómplice en sus crímenes contra la humanidad. Así aparecen un general Colin Powell, e incluso una mujer negra, Condoleezza Rice. ¡Más igualdad, imposible!  El siguiente difícil paso de este sistema que además es extremadamente machista ha sido ceder ante el matrimonio gay, ¡pero nunca ante los trabajadores y sus justas exigencias! El patrimonio de los blancos estadounidenses que en 2005 era 12 veces mayor que el de los negros, en 2010 (con la crisis)  llegó a ser 22 veces más elevado.

Éste Madiba no era aquel hábil joven capaz de combinar con una asombrosa agilidad y maestría varias formas de la batalla contra las atrocidades del Gobierno de Pretoria: desde la huelga general y desobediencia civil, pasando por el sabotaje y la lucha armada.  Después de la matanza de 1960 en Sharpeville de 69 personas negras, entre ellas mujeres y niños, fundó La espada de la Nación, el brazo armado del CNA. Ahora  ¿cómo podía explicar que en 2011 y bajo el gobierno de CNA,  la policía acribillase a 34 mineros negros de Marikana. ¿Qué había fallado?

Que un sector de negros pudiera participar en el festín de la oligarquía blanca e incluso dar su color al capital acumulado en manos de unos cuantos, resolvía el problema de la élite blanca. ¿A eso se refería Obama cuando dijo que Mandela con su libertad  “también liberó a sus carceleros”?

Quizás Mandela intentaba reconciliar los ideales socialistas con instituciones económicas capitalistas, y una democracia formal que enmascaraba el racismo y la explotación y convertía a los esclavos en trabajadores desesperados que libremente se rogaban a que algún patrón les explotara a cambio de unas monedas.

Aunque hoy comparen al líder africano con un astuto anticomunista y conservador Mahatma Gandhi, él defendió públicamente el socialismo como el sistema que desmantela la xenofobia y aboga por la dignidad y la igualdad de todos los seres humanos.  Había denunciado  la violencia del capitalismo, generada por el choque de los intereses irreconciliables de clases sociales, que no desaparecía ni con leyes ni con sermones morales.

Giro a la derecha

Una vez presidente, la postura anticapitalista de Madiba se quedó en palabras. Varios factores pueden haber propiciado tal cambio:

  • Abandonar sus principios socialistas,
  • El pragmatismo que impone la política desde dentro.
  • La presión de EEUU a través del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) que, por ejemplo: suprimió los privilegios comerciales con el Gobierno de Mandela en 1995,  y hundió el país en un déficit comercial de 541 mil millones de dólares. La Unión Europea por su parte, negoció un acuerdo de libre comercio que trataba a Sudáfrica de igual a igual en la compra venta de sus productos, a pesar de que éstos no podían competir con los europeos (el mismo pacto que ahora propone a Ucrania). La CNA, en vez de negarse a pagar la deuda, se sometió a los mandatos del Fondo Monetario Internacional: más deuda e inflación, menos salarios y empleo.

Al final para no asustar las inversiones capitalistas abandonó la idea de nacionalizar la banca, las minas de oro y las tierras, a la vez que algunos de sus planes estrellas, como la electrificación de los hogares negros se quedaban en nada: las familias no podían pagar la factura de la luz. El 10% más rico recibía el 57%  de la fortuna del país, el 43% de la población vive con menos de 2 dólares al día,  hay unos 9 millones de desempleados y esta segregación económica tiene un intenso color negro.  Una familia blanca promedio gana seis veces más que una negra, el 98% de un total del 60% de niños que pasan hambre son de piel negra, y es sudafricana el 17% de toda la población mundial afectada con VIH, unos 5,6 millones. Además, decenas de miles mueren por falta de atención médica.

¿Tanta lucha para esto?

Quizás si en vez de levantarse contra los blancos hubiera dirigido su batalla contra los ricos, con la misma flecha hubiera dado a dos objetivos.

Se perdió una oportunidad histórica.

Momento de reflexión

Además de trabajar en un contexto muy complejo y difícil, y salvando las distancias, Nelson Mandela sufría las mismas incoherencias ideológicas y por lo tanto políticas que otros dirigentes de los Movimientos de Liberación Nacional como Jamal Abdel Nasser, de Egipto; Jawaher Nehru, de India; Kwame Nkrumah, de Ghana o Mohammad Mosadegh, de Irán.

Los salvadores no existen, ni habrá Mesías. Son los movimientos colectivos que crean líderes como Mandela y no al revés. “Desgraciada aquella nación que necesite de héroes” decía Brecht. La construcción de una sociedad justa es una tarea colectiva; las personas solo pueden jugar el papel de catalizador, no más y el culto a la personalidad es un desprecio hacia esta labor.

Mandela fue un honesto utópico, un político excepcional con sus luces y sombras, resultado de una confusa y dura realidad.

NNAZANI Nazanín Armanian

Dejé la mitad de mi vida en mis tierras persas, y cuando aterricé en esta península de acogida, entrañable plataforma de reclamo de pan y paz para todos, me puse a ejercer el desconcertante oficio de exiliado: conocer, aprender, admirar, transmitir, revelar y denunciar, estos últimos aprovechando las clases de la Universidad, los medios de comunicación y una docena de libros como ‘Robaiyat de Omar Jayyam’ (DVD ediciones, 2004), ‘Kurdistán, el país inexistente’ (Flor del viento, 2005), ‘Irak, Afganistán e Irán, 40 respuestas al conflicto de Oriente Próximo’ (Lengua de Trapo, 2007) y ‘El Islam sin velo’ (Bronce, 2009).

9 comentarios

  • marian

    Siempre he admirado a Mandela.  Creo que sin él,  las cosas no hubieran resultado como fueron. Fué muy valiente.  ¡ Cuándo podrá la humanidad, vivir sin sojuzgarnos los unos a los otros !.   Tanto sea por causa de raza, sexo o credo.Quizás algún día, gracias a personas como él y tantos otros y otras,pueda llegar a hacerse realidad.
    Dicho ésto. Por qué siempre que alguien llega al poder, resulta que deja detrás de sí, una gran fortuna ?.
    Una vez más, la figura de Jesús de Nazaret, resulta un caso único. …” un océano de luz”, como decía Gandhi.

  • Javier Pelaez

    Sí hubo dos Nelson Mandela:Mandela y John Carlin.¿Debe John Carlin ser enterrado con Mandela?.Creo que habría que consultàrselo…

  • Antonio Vicedo

    Las personas somos, por nuestro valor igual e inalienable en tanto sujetos, como la materia prima de todo conjunto relacional que, en su propio nivel, siga sintiéndose y siendo considerado como sujeto colectivo, llamado a una mayor y más plena relación como sujeto global.
     
    Como prueba racional y práctica, sólo hay que recurrir a aquel gran principio de humanidad: Lo que no quieras para tí , no lo quieras para nadie; O, ama a tu prójimo como a tí mismo.
     
    Sólo desde la falsificación de la realidad de la persona, o ser humano, se pueden intentar justificar sofismas e hipocresías individuales o colectivas y siempre que se cuente con la suficiente complicidad, intelectual o de otras formas de poder.

  • ana rodrigo

    Oh, ¡si existiesen los mesías….! Todos los humanos somos limitados, y, cual piezas de un puzle, cada cual va poniendo su pieza, algun@s más que otr@s. Después, cada cual se queda o destaca lo que le parece, hay quien lo hace con las luces y quien lo hace con las sombras.
     
    Pienso que Mandela hizo lo que su coyuntura vital le deparó, pudo hacer más, pero como decía una amiga mía “no podemos rematar la historia, habrá que dejar tarea para los demás”.

  • George R Porta

    La estabilidad de “lo que esté” solo tolera la novedad que no amenace su permanencia ni la constancia de su identidad. Nadie/nada espontáneamente renuncia al poder que tenga. Esto es lo que comúnmente llamamos instinto de auto preservación.
     
    Los colectivos no pueden ser diferentes. De hecho surgen cuando un grupo decide que deba prevalecer su visión del Mundo pero puede pasar inadvertido como amenaza hasta que logre subvertir el orden y hacérselo más favorable que a nadie. Tienen que defender sus propias agendas y entonces la percepción darwinista es inevitable y la lucha por el poder crea los héroes y los héroes se ensucian las manos para negociar la subsistencia. Frente a un enemigo común, al menos de momento, los enemigos se unen y tan pronto lo liquidan regresan a la enemistad y el proceso se repite. La tendencia al dominio y al control del poder es el juego político, el lenguaje social.
     
    Antes de que la leyenda de Adán, Eva, y la manzana, etc., entrara en el drama, el caos era un estado de equilibrio en el que la diversidad y las diferencias estaban en un cierto equilibrio representando una unidad estable que, según la leyenda, hacía sentirse ignorado al Dios de la Biblia. Dios jugó su rol de héroe de la Historia y que creó el juego, la división.
     
    La fábula legendaria de la serpiente y la manzana no tenía que referirse necesariamente a Eva y Adán, la manzana, Dios y sus leyes. Quizás se refería a que Eva y Adán habían sido destinados a dominar la Tierra lo que amenazó a la serpiente. Ésta sedujo a los dos tontos destinados por el Héroe a dominar todo y Dios, que para entonces había cometido el error narcisista de confiar completamente en su hegemonía, aceptó el reto de la serpiente. Le tocó perder y con él perdieron aquellos que amándoles como si fueran hijos en cambio no vació en apostar. El desenlace fue el de siempre, la serpiente conservó su parte en la situación pero el caos de la unidad en la diversidad se rompió y quedó la rivalidad de Mal y Bien que es la guerra por medio de la cual el Dios de aquella leyenda ha estado tratando de recuperar su hegemonía, no con mucho éxito por lo que se ve. Y el mito de la pluralidad en la unidad se convirtió en memoria nostálgica.
     
    El estado de lucha que consagró Darwin parece que sea el modo natural del Mundo que hemos conocido. Es el principal argumento en contra del Dios teísta y de la hipótesis de Anselmo. La contradicción antagónica de Bien y Mal no se explica pragmáticamente al estilo de Leibniz. No se explica. Es el “misterio” por excelencia como secreto inaccesible.
     
    La autora cree en los movimientos colectivos como si estos pudieran existir al margen del juego social pero  lo que les permite pasar inadvertidos desde su emergencia es pagar el precio de someterse al juego mientras secretamente pactan para acumular suficiente influencia o poder y ganar el derecho a ser como Dios, entrar en las apuestas. De vez en vez la inercia se duerme en sus laureles y durante su sueño se acumula inadvertidamente la masa crítica que causa el tsunami cambiante del orden que cansaba o de todo. En su momento también el tsunami llega a la entropía que le reduce a la calma y nuevas contradicciones son compatibles en su interior hasta que la nueva masa crítica provoque el siguiente cambio violento.
     
    Los héroes surgen para personalizar a la serpiente (como en la mítica fábula bíblica) y desaparecen cuando pierden el juego como pasó al Dios teísta de los hebreos.
     
    Jesús parece que sea otro tipo de héroe. Su jurisprudencia absurdamente injusta del derecho eliminador de la libertad del ofendido (obliga a la víctima al perdón) deja en libertad solamente al ofensor. Si éste da su paso en la dirección debida buscará la reconciliación. En efecto Jesús crea su propio tsunami y le cuesta la vida pero entrega la “Llave del Proyecto” al más pobre y vulnerable, al cual la historia profana ha consagrado en el mito del “Sanador Herido” (Quirón, Parsifal, Cristo). Es en efecto un héroe que propone el milagro de la coexistencia prudente. El león pudiera descansar junto al cordero sin que éste tuviera que silenciar su miedo.
     
    Marx y los utópicos de su línea idearon la posibilidad de la desaparición del estado, era la fantasía del otro utópico máximo, aquel Dios hebreo que concibió un Paraíso sin hegemonías y sin héroes… pero ¡qué digo! Yo no invento mi utopía ni tengo madera de héroe y me puede la tentación del avestruz, pero todavía Jesús, el Galileo, me impresiona como posible héroe definitivo.

  • Román Díaz Ayala

    Podríamos hacer otras varias lecturas toda vez que la autora “desmitifica” al personaje desde una profunda carga ideológica.
    ¿Quién es un buen político?. Ya sabemos, muchos lo dicen por ahí, que en la política lo único bueno que podríamos conseguir  será un mal menor, porque en la política si es buena,es el arte de lo posible, la administración más justa, oportuna o equitativa de los medios que disponemos.
    ¿Juzgamos a Mandela por lo que hizo, o por lo que pudo haber hecho? ¿No será mejor juzgarle porque actuó siempre como un agente socializador? Un agente socializador es quien sabe trasmitir valores y puede hacerlo.
    Él sabía y tuvo la oportunidad para hacerlo.
    Ahora es la sociedad sudafricana la que debe actuar siguiendo o traicionando esos valores que fueron introducidos. ¿Será culpable Mandela, si su ejemplo es olvidado?
     
    roman

  • oscar varela

    Hola!
     
    Coincido con ELOY en calificar de “interesante” la conclusión:
     
    1.- Los salvadores no existen, ni habrá Mesías.
    2.- Son los movimientos colectivos que crean líderes
    3.- La construcción de una sociedad justa es una tarea colectiva
    4.- Las personas solo pueden jugar el papel de catalizador
    5.- El culto a la personalidad es un desprecio hacia esta labor.
    …………………………..
     
    Y me hago algunas preguntas
    (tal vez León Tolstoy se haya emperrado en ellas y se puso a escribir su Tesis: “La guerra y la paz”)
     
    1.- Los salvadores no existen: ¿por qué, sin embargo, “que los hay: los hay”, pues los buscamos?
     
    2.- Son los movimientos colectivos que crean líderes: ¿y a los Mov. Colect., quién los crea?
     
    3.- La construcción de una sociedad justa es una tarea colectiva: ¿solamente?
    * (Antes responder ítem 2.-)
     
    4.- Las personas solo pueden jugar el papel de catalizador: ¿no son “ingredientes” del resultado?
    * (“Catalizador”=disparador o acelerador de un proceso; no ingresa en el resultado; es descartable)
    * (Prefiero hablar de “Densidad”=Peso adquiriente en relación a su Volumen, que le da el Nivel a c/u.)
     
    5.- El culto a la personalidad es un desprecio hacia esta labor: ¿pero su “cultivo”?
    * (El “todos somos iguales” corre el riesgo de que “ALGUNOS sean más iguales que otros”)
    ………………………….
     
    En cuanto a la frasesita de B.Brecht:
    – “Desgraciada aquella nación que necesite de héroes” decía Brecht.”
    cabría decir dos cosas:
     
    a)      Que tiene razón si se piensa lo habitual: HÉROE = HAZAÑA
    b)      Que NO tiene razón si se piensa mejor: HÉROE = SER UNO, UNO MISMO
     
    Y, tal vez, aventurar una tercera:
    c)       Que la Autora haya hecho de Brecht = su héroe.  
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Román Díaz Ayala

    Una de las más peculiares características de este pasado siglo XX, debe ser considerado como creador de mitos.
    Antes hacía falta el acoplamiento de algunas generaciones, la magnificencia de algunos actos o gestos, una perpetuación de la memoria, y la conciencia viva de un pensamiento que se iba elaborando al calor de lo acontecido por una intelectualidad ávida de hacer avanzar a la humanidad en unos cauces determinados.
    Ahora los mitos se prefabrican, son instantáneos como las sopas de sobre, y al servicio de una ideología o de unos intereses
    El claro-oscuro de una vida humana sse presa muy bien para tal tipo de manipulaciones. Si en Jesús de Nazaret, cada generación fabrica un mito, ¿qué podemos decir, de esta generación “post.moderna” salida de una confrontación global?
    No escaparemos del culto a la personalidad, pero tenemos la gran responsabilidad de llenar de buenos criterios el discurrir y el pensar de los/las más jóvenes quienes nos sucederán.
     
    roman

  • ELOY

    Interesante y documentado artículo.
     
    Muy interesante conclusión:
     
    Los salvadores no existen, ni habrá Mesías. Son los movimientos colectivos que crean líderes como Mandela y no al revés. “Desgraciada aquella nación que necesite de héroes” decía Brecht. La construcción de una sociedad justa es una tarea colectiva; las personas solo pueden jugar el papel de catalizador, no más y el culto a la personalidad es un desprecio hacia esta labor.”