Los medios informativos del estado pregonan la difícil situación de Fagor, la joya del cooperativismo y del tejido industrial vasco, que ha ingresado en la UVI y todavía no sabemos si saldrá de ella viva y recuperada, o con el certificado de defunción a un funeral acompaña por 10.000 parados enviados a la cola del INEM, si contamos los empleos directos e indirectos que se perderían.
El pujante movimiento cooperativo vasco, iniciado y potenciado en los años 1950 por el sacerdote José María Arizmendiarrieta, ha dado origen al grupo de empresas Mondragón y a otro rosario de pequeñas cooperativas en todo el País Vasco.
El grupo Mondragón ha gozado de todas las bendiciones y apoyos del Gobierno Vasco y de su plantilla de directivos han salido el exlehendakari José Antonio Ardanza y otros políticos de ámbito del País Vasco. Hoy mismo, la crisis de Fagor se ha convertido en un problema y una preocupación de primer orden para el gobierno de Urkullu. Al mismo tiempo ha recibido fuertes inyecciones de capital de las otras empresas del Grupo Mondragón, algunas de ellas fruto de recortes en los ingresos de los socios de las mismas.
No faltan quienes comentan que tanto Fagor como el Grupo Mondragón se han embarcado en operaciones especulativas que han tenido resultados negativos.
Los problemas de Fagor ponen en entredicho la sostenibilidad del sistema iniciado por Arizmendiarrieta en esta era de la globalización. Pero no todo son sombras. Estos mismos días, una pequeña cooperativa del pueblo vizcaíno de Amorebieta-Etxano, Ekin de nombre, celebra a bombo y platillo sus bodas de oro. Surgió del impulso del mismo Arizmendiarrieta, creada por un colectivo de mecánicos y campesinos de la localidad, con un capital recogido por ellos mismos con sus ahorros y la aportación de amigos y familiares.
En un principio se centró en producir piezas y herramientas para la incipiente industria estatal del automóvil, para los primeros SEAT 600, los Renault Gordini, los camiones Barreiros y Pegaso.
Posteriormente la industria del automóvil se hizo europea y Ekin dio el salto al mercado europeo. No solo eso, sino que se lanzó también a producir piezas y herramientas para la aeronáutica, y más tarde para la astronáutica.
Ekin se ha especializado en el ramo de brochas y fresas de alta precisión y primera calidad, lo que le ha exigido situarse tecnológicamente en los primeros puestos del ranking mundial.
En los últimos años, Ekin se ha enfrentado al proceso de globalización de la economía y a la conquista de los mercados de países emergentes. En un primer salto se establecieron en Méjico, para integrarse en el área de Canadá, USA y el mismo Méjico. Más tarde han montado una tercera factoría en Delhi, en la India, y este año en Brasil, cubriendo así los mercados de Asia y América.
En los festejos de Ekin no se han visto primeros planos de grandes financieros o banqueros, ni de relevantes políticos de la Administración Vasca. Han sido los socios fundadores de la cooperativa ya jubilados, los que la lanzaron en los años 1950, los que han copado los primeros planos.
En un alarde de autenticidad, las celebraciones han organizado competiciones de deporte rural, pinchos de chistorra o choricillo, exactamente igual que hacían para celebrar las fiestas de su patrón San Juan en los años 1950.
Y aquí viene lo de los titulares de este reportaje. a veces los desvelos del Estado-canguro, o de la Comunidad autónoma, tanto da, no ayudan demasiado para seguir adelante. El ser humano necesita, para salir adelante, para sacar del atolladero y de las crisis sus empresas, tener confianza en sí mismo, pensar por sí mismo, buscarse la vida como los gatitos pequeños.
En clave de humor, podríamos quizá aventurar que hay un Arizmendiarrieta que se pasea por Mondragón con su sotana y su breviario, desfasado, y otro Arizmendiarrieta que ha cambiado la sotana por una bata y un casco de ingeniero, y por breviario ha cogido un calibre y un palmer, toda una cartera con medidores de precisión….
Es justo que quienes aportamos a las arcas del Estado y de la Seguridad Social nuestra cuota de impuestos, recibamos la ayuda que previamente hemos pagado. Es justo y humano y cristiano contar con la solidaridad como pieza esencial de nuestra convivencia. Pero en ningún momento podemos hacer dejación de nuestras responsabilidades, de nuestro derecho y obligación de hacer frente a los problemas con toda nuestra capacidad. Como los ferrones y campesinos de Ekin.
Hola Honorio
No conocía a Ekin, y resulta que en México está ubicada en uno de los parques industriales de la ciudad en que vivo actualmente. Les voy a buscar.
Saludos
Entrevista con el Director General de Fagor Electrodomésticos en EL PAÍS
http://economia.elpais.com/economia/2013/11/02/actualidad/1383412370_189668.html