Enric Sopena
¿No cree Francisco que su ‘silencio’ en Tarragona no lo hubiera avalado Jesús?
Hubo demócratas que dejaron sus vidas luchando contra Franco, Hitler y Mussolini. Son las víctimas olvidadas.
Grave patinazo del Papa. Su alocución de tres minutos -ya grabada antes- ha tendido a evocar a Poncio Pilatos. Francisco ha procurado lavarse las manos. Y se ha salido por la tangente. Esas ceremonias de ir beatificando a más de mil mártires se han venido llevando a cabo desde el pontificado de Juan Pablo I y luego el de Benedicto XVI, a instancias del cardenal Rouco y la mayoría de obispos españoles.
La Iglesia no pidió perdón
Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI fueron más prudentes en este delicado asunto y descartaron beatificar, o santificar, a las víctimas de la guerra civil. No debe olvidarse que las numerosas peticiones de que la Iglesia española pidiera perdón por haberse fusionado de facto con el régimen del dictador nunca han sido contestadas por la cúpula eclesiástica.
Los otros socios del dictador
Franco, el golpista del 18 de julio de 1936, consiguió aliarse con los jerarcas católicos. Los otros socios fueron Hitler y Mussolini. Narración de Claude G. Bowers, embajador de EE.UU [demócrata integral]: “En septiembre de 1936 era evidente (…) que la guerra en España no era una guerra civil (…). Mucho tiempo antes de que estallase el conflicto, se habían concertado acuerdos para la participación militar de Hitler y Mussolini, quienes ahora estaban enviando sus fuerzas a España”.
“Una guerra contra la democracia”
Subraya Bowers: “Había de ser una guerra contra la democracia (…) No en balde Sanjurjo y José Antonio fueron a Alemania en febrero de 1936, antes de las elecciones, y se habían hospedado en el hotel Kaiserhof de Berlin (…) Fue entonces cuando se realizó el acuerdo con Hitler; el convenio con Mussolini había sido hecho dos años antes”.
Bajo palio
¿No sabía, ni sigue ignorando la Iglesia, que se iba a echar a los brazos de los golpistas y a los brazos del dictador, convertido por los monseñores en el dios al que paseaban bajo palio? ¿Tampoco conocía la jerarquía episcopal que, salvo dos de ellos, que tuvieron que salir por piernas de España, los demás denominaron Cruzada a la barbarie del franquismo, falangismo, fascismo y nazismo.
Los clérigos que iban a la cárcel
¿También era ignorante, y continúa siéndolo, la Iglesia cuando calla que hubo mártires entre monjas y entre sacerdotes del País Vasco? También había sacerdotes, enemigos de los fachas, que acabaron en la cárcel por criticar a la dictadura. Volvieron a pisar algunos clérigos las cárceles durante el tardofranquismo.
¿Franco, Príncipe de la Iglesia?
En diciembre de 1957, seglares fascinados por el dictador, reivindicaron a: “Nuestro invicto Caudillo, Príncipe de la Iglesia”. Promovieron el nombramiento de Franco como Cardenal. Así razonaban ultracatólicos, aduladores de Franco: “España, martillo de herejes tiene en Franco el gobernante excepcional que su íntimo, su congénito catolicismo estaba esperando desde centurias, el que ha arrancado de cuajo las herejías del liberalismo, el comunismo y la masonería”. Y Carrero Blanco: “El Caudillo es uno de estos regalos que la Providencia hace cada tres o cuatro siglos a un pueblo, para premiarle los sacrificios que ha hecho por Dios”.
¡Francisco, te has equivocado!
¡Papa Francisco, te has equivocado! Eso opinamos muchos. No puedes alabar que sólo sean mártires de la Guerra los del lado de la dictadura. Son respetables como todos los que mueren víctimas de la violencia. Pero muchos murieron, o fueron asesinados por ser demócratas. Los hubo quienes dejaron su vida luchando contra asesinos como Hitler, Mussolini y Franco. Son las víctimas olvidadas. ¿No cree Francisco, que su silencio en Tarragona no lo hubiera avalado Jesús de Nazaret?
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
En Twitter es @enricsopena
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Seria pertinente, leído este artículo, hacer varias observaciones ante algunos errores históricos que se aprecian en el mismo.
Partimos de un hecho real cuando se afirma la connivencia del régimen franquista con la Iglesia Católica, lo cual podemos también afirmar con respecto al régimen salazarista en Portugal, en ambos casos existió una relación estrecha tanto en el ámbito político como ideológico, los dos dictadores se consideraban profundamente católicos. Por el contrario, más allá de posibles colaboraciones política, los regímenes Nazi en Alemania y Fascista en Italia estaban en las antípodas ideológicas con respecto al cristianismo. El nazismo era en sí una nueva religión basada en las tradiciones de la denominada raza Aria, que cambio el calendario y sustituyo las fiestas religiosas por fiestas basadas el la tradición de los pueblos germánicos, es cierto que en un principio intentó ganar adeptos entre los cristianos, más entre los luteranos que entre los católicos, estos últimos en gran medida se opusieron a los planes totalitarios del estado, los obispos y teólogos católicos no suscribieron la Schöpfungsglaube, la teología de los “órdenes de la creación” que santificó el Reich como orden de Dios que por el contrario sí hicieron los luteranos, los católicos sufrieron persecución, confiscaron propiedades a la Iglesia y censuraron periódicos religiosos, las víctimas católicas del nazismo no fueron olvidadas sólo en Alemania 27.000 sacerdotes fueron asesinados en campos de concentración, el número total de católicos muertos a consecuencia del nazismo, de diversa actividad y nacionalidad, es numerosísima, por poner un ejemplo hay dos mártires canonizados por la Iglesia Católica muy significativos: el franciscano polaco Maximilian Kolbe y la monja alemana Edith Stein. En cuanto al Fascismo en Italia y empezando por su líder Mussolini era profundamente ateo así como su ideólogo el filosofo Giovanni Gentile, bien es cierto que el régimen siempre procuro tener una buena relación política, al tener una población muy confesional, con la jerarquía católica de ahí los pactos de Letrán.
Parece que la Iglesia Católica, no se ha olvidado, en mayor o menor medida, de reconocer a las víctimas que murieron por ser católicas durante las dictaduras de Hitler, Mussolini, Stalin, Pol-Pot, Mao, etc…, no se si deberían también unir a las mismas a las que murieron por defender la democracia, que en algunos casos pudo ser coincidente. Otra cuestión es la actuación y el posicionamiento de la jerarquía católica durante la dictadura franquista y su forma de clasificar a las víctimas del régimen como suyas o ajenas.
Esto sigue demostrando que tanto cambio no hay en la Iglesia…El refrán dice: “En la cancha se ven los pingos”…
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“¿No cree Francisco, que su silencio en Tarragona no lo hubiera avalado Jesús de Nazaret?”
No podemos saber lo que cree Francisb/Bergoglio. El otro día a quien quisiera escucharle, le prevenía contra la acción de Satanás,
https://maestroviejo.wordpress.com/2013/10/12/francisco-pide-tomar-en-serio-la-lucha-contra-el-demonio/
y hoy confía el mundo a María, según figura en Religión Digital (lo cual nunca hizo Jesús mientras vivió en este mundo, pues que se sepa no confió nada a María, ni se le ocurrió darle culto de ninguna clase, ni se le pasó por la cabeza que su madre lo fuera de dios.
Lo que sí parece claro es que Jesús hoy no hubiera sido católico, vista la ICR y su deplorable Historia de la ICR que hoy continúa y sigue y sigue.
Tampoco hubiera sido judío, visto el Holocausto palestino a manos de los judíos.
Olga, también en España hay quien cree que Francisco es un santo (me refiero a Franco, otro Francisco –menos mal que yo me hice quitar el Francisco de mi DNI y me quedé con Javier, más sencillo- Aunque el obispo ultra, jesuita Matínez Camino apuntaba el otro día que Franciso Bergoglio tiene perfil de santo).
Bueno, pronto Bergoglio hará beato, antesala de hacerlo santo, a Oscar Arnulfo Romero, para calmar a la clientela de izquierdas.
Me choca que algunos crean que lo que escribe Antonio Duato, si lo envía a Roma a lo cual le encarecen, vaya a llegar a conocimiento de Bergoglio.
Romero , que era todo un obispo, tuvo que ir personalmente a Roma y, tras varios días de espera intentando que Wojtyla le diera una audiencia, tuvo que ponerse entre el público que vitoreaba a Wojtyla el plaza de san Pedro para que Wojtyla le escuchara unos instantes, y aún así el anticomunista Wojtyla lo puso a los pies de los caballos y Romero resultó asesinado por los anticomunistas de Cristiani, sabedores de que Wojtyla no movería un dedo por Romero aunque lo asesinaran.
Como dice Hanna Arendt en una película que se está exhibiendo sobre el juicio de Eichmann en Israel y las confusiones éticas que este proceso saca a flote, este señor salió de Europa hacia Argentina evadiendo el Juicio de Nuremberg, donde lo hubieran ahorcado sin duda, con un pasaporte de la Cruz Roja dado por el Vaticano.
Así los burócratas del mal salieron de Europa evadiendo la justicia amparados por su bautismo, si es que estuvieron matando judíos, comunistas e izquierdistas en general, que son los malvados que ponían en duda el orden social y económico pretendido por los fascistas y sus métodos antidemocráticos para imponerlo.
Porque la Iglesia es un bastión antidemocrático que todavía no asimila que existen derechos humanos que emanan de nuestra condición de miembros de nuestra especie y que no están anclados en ninguna concesión divina, ni documento revelado. Entonces nunca ha condenado los métodos fascistas con la debida claridad haciéndose un embrollo entre el perdón, la misericordia y la aplicación de la justicia en términos humanos y no religioso.
Quizás Eichmann rezaba, creía en Dios y en la obediencia a los superiores, y por esta razón organizaba la eliminación colectiva de los enemigos de su Dios y de su país. Pero su muerte no puede ser considerada martirio, ni su trayectoria santa en términos de humanidad.
En estos términos hay quién cree en Chile que Pinochet es un santo. Y otros en Argentina que Videla también lo es.
Y Francisco habiendo vivido por estos lares, debería haber hecho algún discernimiento sobre el tema y no haber cedido a la tentación de santificar a granel a cualquier muerto.
Hola!
Leo:
– “¿No cree Francisco, que su silencio en Tarragona no lo hubiera avalado Jesús de Nazaret?”-
……………
Con perdón del simil, respondería preguntando:
¿No son este tipo de preguntas una mento-masturbación?
Aunque un poco chanchito –para mi humillación- ¡Voy todavía! – Oscar.
Puede que esto nos ayude a apuntalar muchas de nuestras afirmaciones, temores y también esperanzas, sobre la actitud del hermano Francisco en el espectáculo de la beatificación y sobre la pregunta acerca del comportamiento de Jesús.
Del Evangelio de Lucas c. XXII, 54-62:- “LO prendieron y se LO llevaron a.casa del sumo sacerdote. Pedro le seguía de lejos. Encendieron fuego en medio del patio se sentaron alredeor, y Pedro se sentó con ellos ….Pedro lo nego diciendo:-No LO conozco, mujer. — Pedro replicó:- No hombre, yo, no. …Pedro contestó:-¡Hombre!, no se de que hablas. Todavía estaba hablando cuando de pronto cantó un gallo- El SEÑOR, volviéndose, le echó una mirada a Pedro y pedro se acordó de lo que el SEÑOR le había dicho: “Antes que cante hoy el gallo me negarás tres veces”. Y, saliendo fuera lloró amargamente.”
Lo del Sanedrín, la casa del sumo sacerdote y después el pretorio imperial con Pilato son circunstancias a tener en cuenta como referencias de golpe militar, cruzada y ceremonia “acepcional” de beatificación.
Para responder lo que avala Jesús ayer nos sirve lo que precede; lo que puede avalar en el futuro, lo deduciremos de lo que haga Francisco y de lo que pueda responderle a Jesús, cuando le pregunte tres veces, como a Pedro, con qué clase de AMOR LE AMA.
Deseémosle a Francisco que no quiera pasar por alto aquello de Jesús: –“No es más el siervo que su AMO, ni el discípulo más que su MAESTRO.”
Mientras esperemos que los “pequeñuelos en la fe” no se hayan escandalizado irremisiblemente, o más de la cuenta.