Ayer, día 1, empezó la reunión de Francisco con los ocho cardenales, la ya llamada G-8.
Y como para indicar lo que quiere y asegurarles de que no hay marcha atrás, ha querido que saliese esa misma mañana la trascendental entrevista con el fundador de La Repúbblica, Eugenio Scalfari, típico representante del laicismo y ateímo italiano.
Estaba yo preocupado con rellenar la entrada anterior de Boff sobre las cartas de Scalfari, con la traducción de las del ateo que provocaron la del papa y su comentario del día siguiente. Pero esta entrevista que hoy publicamos,quita interés al anterior encuentro epistolar.
Si uno quiere una síntesis o titulares, que acuda a otrs medios. Aquí publicamos el TEXTO INTEGRO EN CASTELLANO de la entrevista aparecida ayer en Repubblica. A disfrutar o acusarnos de vanales tutustuistas. ¿Piensas, Chalo, que le estamos dando demasiada coba o latria a Francisco? Preocupados sí que estamos de la fuerte oposición que va a provocar. Pero ¿debemos silenciarlo por prudencia y moderación cuando empieza a plantear ante el mundo la civilización de la pobreza sobre la que tú y Ellacuría tanto nos habéis enseñado? AD.
Entrevista del Papa con Scalfari
Redacción de la Repubblica.it, 01 de octubre de 2013 a las 16:07
“Los jesuitas fueron, y siguen siendo todavía, la levadura -no la única pero quizás la más eficaz- de la catolicidad”
Este es el Papa Francisco. Si la Iglesia se vuelve como él la piensa y la quiere habrá cambiado una época.
(Eugenio Scalfari).- Me dice el Papa Francisco: “El mal más grave que afecta al mundo en estos años es el paro juvenil y la soledad de los ancianos. Los mayores necesitan atención y compañía, los jóvenes trabajo y esperanza, pero no tienen ni el uno ni la otra; lo peor: que ya no los buscan más. Les han aplastado el presente. Dígame usted : ¿se puede vivir aplastado en el presente?¿Sin memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse en el futuro construyendo un proyecto, un futuro, una familia? ¿Es posible continuar así? Este, en mi opinión, es el problema más urgente que la Iglesia tiene que enfrentar”.
Santidad, le digo, es un problema sobre todo político y económico, relacionado con los estados, los gobiernos, los partidos, las asociaciones sindicales.
“Cierto, tiene razón, pero también está relacionado con la Iglesia, incluso, sobre todo con ella, porque esta situación no hiere solo a los cuerpos sino a las almas. La Iglesia debe sentirse responsable tanto de las almas como de los cuerpos”.
Santidad, usted dice que la Iglesia debe sentirse responsable. ¿Debo deducir que la Iglesia no es consciente y que la incita a ir en esa dirección?
“En gran medida esta conciencia existe, pero no basta. Yo quisiera que fuera más grande. No es el único problema que tenemos por delante pero es el más urgente y el más dramático”.
El encuentro con el Papa Francisco se dio el pasado martes en su residencia de Santa Marta, en una pequeña habitación vacía, solo con una mesa y cinco o seis sillas y un cuadro en la pared. Este encuentro fue precedido por una llamada telefónica que no olvidaré en mi vida. Eran las dos y media de la tarde. Sonó mi teléfono y se oyó la voz nerviosa de mi secretaria que me dice: “Tengo al Papa en línea, se lo paso inmediatamente”.
Me quedé estupefacto, mientras la voz de Su Santidad se escuchaba al otro lado del hilo telefónico diciendo: “Buenos días, soy el Papa Francisco”. Buenos días, Santidad -digo yo y después-. Estoy conmocionado, no me esperaba que me llamase. “¿Por qué conmocionado? Usted me escribió una carta pidiéndome conocerme en persona. Yo tenía el mismo deseo y por tanto le llamo para fijar una cita. Veamos mi agenda: el miércoles no puedo, el lunes tampoco ¿le vendría bien el martes?”. Respondí: ¡Perfecto!
“El horario es un poco incómodo, ¿a las 15 le va bien? Si no, cambiamos el día”. Santidad, a esa hora me va fenomenal. “Entonces estamos de acuerdo, el martes 24 a las 15. En Santa Marta. Debe entrar por la puerta del Santo Oficio”.
No sé como terminar la conversación y me dejo llevar diciéndole: ¿le puedo abrazar por teléfono? “Claro, le abrazo también yo. Ya lo haremos en persona. Hasta luego”.
Ya estoy aquí. El Papa entra y me da la mano, nos sentamos. El Papa sonríe y me dice: “Alguno de mis colaboradores que lo conoce me ha dicho que usted intentará convertirme”.
Es un chiste le respondo. También mis amigos piensan que usted querrá convertirme.
Sonríe de nuevo y responde: “El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer crecer el conocimiento del mundo que nos rodea. A mí me pasa que después de un encuentro quiero tener otro porque nacen nuevas ideas y se descubren nuevas necesidades. Esto es importante, conocerse, escuchar, ampliar el cerco de los pensamientos. El mundo está lleno de caminos que se acercan y alejan, pero lo importante es que lleven hacia el “Bien”.
Santidad, ¿existe una visión única del Bien? ¿Quién la establece?
“Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien”.
Usted, Santidad, ya lo escribió en la carta que me mandó. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa.
“Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo”.
¿La Iglesia lo está haciendo?
“Sí, nuestras misiones tienen ese objetivo: individualizar las necesidades materiales e inmateriales de las personas y tratar de satisfacer como podamos. ¿Usted sabe lo que es el ágape?”
Sí, lo sé.
“Es el amor por los otros, como nuestro Señor predicó. No es proselitismo, es amor. Amor al prójimo, levadura que sirve al bien común”.
Ama al prójimo como a ti mismo.
“Es exactamente así”.
Jesús en su predicación dice que el ágape, el amor a los demás, es el único modo de amar a Dios. Corríjame si me equivoco.
“No se equivoca. El Hijo de Dios se encarnó para infundir en el alma de los hombres el sentimiento de hermandad. Todos somos hermanos e hijos de Dios. Abba, como Él llama al Padre. “Yo marqué el camino”, dijo, “Seguidme y encontraréis al Padre y seréis sus hijos y se complacerá en vosotros”. El ágape, el amor, de cada uno de nosotros hacia los demás, desde el más cercano al más lejano, es el único modo que Jesús nos indicó para encontrar el camino de la salvación y de las bienaventuranzas”.
Sin embargo, la exhortación de Jesús, la recordamos antes, es que el amor por el prójimo sea igual al que sentimos por nosotros mismos. Por tanto lo que muchos llaman narcisismo se reconoce como válido, positivo, en la misma medida del otro. Hemos discutido mucho sobre este aspecto.
“A mí -decía el Papa- la palabra narcisismo no me gusta, indica un amor desmesurado hacia uno mismo y esto no va bien, puede producir daños en el alma de quien lo sufre y también en la relación con los demás, incluso en la sociedad en la que vive. El verdadero mal es que los más afectados por esto que en realidad es un tipo de desorden mental, son personas que tienen mucho poder. A menudo los jefes son narcisistas”.
También muchos jefes de la Iglesia.
“¿Sabe qué opino sobre esto? Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, halagados y exaltados por sus cortesanos.. La corte es la lepra del papado”
La lepra del papado, ha dicho exactamente esto. ¿Pero qué corte? ¿Se refiere a la curia? Pregunto.
“No, en la curia puede haber cortesanos, pero en su concepción es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: Es vaticano-céntrica. Ve y atiende los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales. Esta visión Vaticano-céntrica se traslada al mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré todo lo que pueda para cambiarla. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del Pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos, los obispos que tienen a su cargo muchas almas, están al servicio del Pueblo de Dios. La Iglesia es esto, una palabra distinta, no por casualidad, de la Santa Sede que tiene una función importante pero está al servicio de la Iglesia. Yo no podría tener total fe en Dios y en su Hijo si no me hubiese formado en la Iglesia, y tuve la fortuna de encontrarme en Argentina, en una comunidad sin la cual yo no hubiera tomado conciencia de mí mismo y de mi fe”.
¿Usted sintió su vocación desde joven?
“No, no muy joven. Tendría que haber tenido otra ocupación según mi familia, trabajar, ganar algún dinero. Fui a la universidad. Tuve una profesora de la que aprendí el respeto y la amistad, era una comunista ferviente. A menudo me leía o me daba a leer textos del Partido Comunista. Así conocí también aquella concepción tan materialista. Me acuerdo que me dio el comunicado de los comunistas americanos en defensa de los Rosenberg que fueron condenados a muerte. La mujer de la que le hablo fue después arrestada, torturada y asesinada por el régimen dictatorial que entonces gobernaba en Argentina”.
¿El comunismo lo sedujo?
“Su materialismo no tuvo ninguna influencia sobre mí. Pero conocerlo, a través de una persona valiente y honesta me fue útil, entendí algunas cosas, un aspecto de lo social, que después encontré en la Doctrina Social de la Iglesia”.
La teología de la liberación, que el Papa Wojtyla excomulgó, estaba bastante presente en América Latina.
“Sí, muchos de sus exponentes eran argentinos”.
¿Usted piensa que fue justo que el Papa la combatiese?
“Ciertamente daban un seguimiento político a su teología, pero muchos de ellos eran creyentes y con un alto concepto de humanidad”.
Santidad, ¿me permite contarle algo sobre mi formación cultural? Fui educado por una madre muy católica. Con 12 años gané un concurso de catecismo entre todas las parroquias de Roma y recibí un premio del Vicariado, comulgaba el primer viernes de cada mes, en fin, practicaba la liturgia y creía. Pero todo cambió cuando entré en el Liceo. Leí, entre otros textos de filosofía que estudiábamos, el “Discurso del Método” de Descartes, y me afectó mucho la frase que hoy se ha convertido en un icono: “Pienso, luego existo”, el yo se convirtió en la base de la existencia humana, la sede autónoma del pensamiento.
“Descartes, sin embargo, nunca renegó de la fe en el Dios trascendente”.
Es verdad, pero puso la base de una visión totalmente distinta, y a mí me encaminó a otro camino que, corroborado por otras lecturas, me llevó al otro lado.
“Usted, por lo que he entendido, no es creyente pero no es anticlerical. Son dos cosas muy distintas”.
Es verdad, no soy anticlerical. Pero me convierto en eso cuando me encuentro con un clerical.
Sonríe y me dice: “Me pasa a mí también, cuando tengo enfrente a un clerical, me convierto en anticlerical de repente. El clericalismo no tiene nada que ver con el cristianismo. San Pablo fue el primero en hablarle a los Gentiles, a los paganos, a los creyentes de otras religiones, fue el primero que nos lo enseñó”.
¿Puedo preguntarle, Santidad, cuáles son los santos que usted siente más cercanos a su alma y sobre los que se formó su experiencia religiosa?
“San Pablo fue el que puso los puntos cardinales de nuestra religión y de nuestro credo. No se puede ser un cristiano consciente sin San Pablo. Tradujo la predicación de Cristo a una estructura doctrinaria que, ya sea con las actualizaciones de una inmensa cantidad de pensadores, teólogos, pastores de almas, resistió y resiste después de dos mil años. Después Agustín, Benito, Tomás e Ignacio. Y naturalmente Francisco. ¿Debo explicarle el porqué?”
Francisco -me sea permitido llamar al Papa así porque es él mismo el que te lo sugiere por como habla, como sonríe, por sus exclamaciones de sorpresa o de corroboración- me mira como para animarme a plantearle las preguntas más escabrosas o más embarazosas relacionadas con la Iglesia. Así que le pregunto: De Pablo me ha explicado la importancia del papel que desarrolló, pero quisiera saber entre los que ha nombrado a quien siente más cercano a su alma.
“Me pide una clasificación, pero las clasificaciones se pueden hacer si se habla de deportes o de cosas parecidas. Podría decirle el nombre de los mejores futbolistas de Argentina. Pero los santos…”
Se dice que se “bromea con los bribones” ¿Conoce el dicho?
“Exacto. Sin embargo, no quiero evitar la pregunta porque usted no me ha pedido una lista sobre la importancia cultural o religiosa sino quién está más cerca de mi alma. Le contesto: Agustín y Francisco”.
¿No Ignacio, de cuya orden proviene?
“Ignacio, por comprensibles razones, es el que conozco mejor que los demás. Fundó nuestra orden. Le recuerdo que de esa orden venía también Carlo María Martini, muy querido para usted y para mí. Los jesuitas fueron, y siguen siendo todavía, la levadura -no la única pero quizás la más eficaz- de la catolicidad: cultura, enseñanza, testimonio misionero, fidelidad al Pontífice. Pero Ignacio que fundó la Compañía era también un reformador y un místico. Sobre todo un místico”.
¿Piensa que los místicos son importantes en la Iglesia?
“Han sido fundamentales. Una religión sin místicos es una filosofía”.
¿Usted tiene una vocación mística?
“¿A usted qué le parece?”
Me parece que no.
“Probablemente tenga razón. Adoro a los místicos; también Francisco por muchos aspectos de su vida lo fue, pero no creo tener esa vocación, y después es necesario comprender bien el significado profundo de la palabra. El místico consigue despojarse del hacer, de los hechos, de los objetivos y hasta de la pastoralidad misionera y se alza para alcanzar la comunión con las bienaventuranzas. Breves momentos pero que llenan toda la vida”.
¿A usted le ha sucedido alguna vez?
“Raramente. Por ejemplo, cuando el cónclave me eligió Papa. Antes de la aceptación pedí poder retirarme algún minuto en la sala que está al lado de la del balcón sobre la plaza. Mi cabeza estaba vacía completamente y me había invadido una gran inquietud. Para hacerla pasar y relajarme cerré los ojos y desapareció todo pensamiento, también el de rechazar esta carga, como además el procedimiento litúrgico permite. Cerré los ojos y ya no sentí ningún ansia o emotividad. En un cierto punto me invadió una gran luz, duró un segundo pero me pareció larguísimo. Después la luz se disipó y me levanté de repente y me dirigí a toda prisa a la estancia donde me esperaban los cardenales y hacia la mesa donde me esperaba el acta de aceptación. Lo firmé, el cardenal Camarlengo también y después en el balcón se dio el ‘Habemus Papam'”.
Permanecemos un poco en silencio, después dije: hablábamos de los santos que usted siente como más cercanos a su alma y nos quedamos en Agustín. ¿Quiere decirme por qué lo siente cercano?
“También mi predecesor tiene a Agustín como punto de referencia. Ese santo pasó por muchas cosas en su vida y cambió muchas veces su posición doctrinal. Tuvo también palabras fuertes contra los judíos, que nunca compartí. Escribió muchos libros y el que me parece más revelador de su intimidad intelectual y espiritual son las “Confesiones”; contienen algunas manifestaciones de misticismo pero no es, como opinan muchos, el continuador de Pablo. Incluso, diría que vio la fe y la Iglesia de una forma profundamente distinta a la de Pablo, quizás porque pasaron cuatro siglos entre uno y otro”.
¿Cuál es la diferencia, Santidad?
“Para mí dos aspectos fundamentales. Agustín se siente impotente frente a la inmensidad de Dios y a los deberes que un cristiano y un obispo deben afrontar. Sin embargo él no lo fue en absoluto, pero su alma se sentía siempre por debajo de todo lo que habría querido y debido. Es la gracia dispensada por el Señor como elemento fundamental de la fe. De la vida. Del sentido de la vida. Quien no es tocado por la gracia puede ser una persona sin mancha y sin miedo, como se dice, pero no será nunca como una persona a la que la gracia ha tocado. Esta es la intuición de Agustín”.
¿Usted se siente tocado por la gracia?
“Esto no puede saberlo nadie. La gracia no forma parte de la conciencia, es la cantidad de luz que tenemos en el alma, no la de sabiduría o de razón. También usted, sin su conocimiento, puede ser tocado por la gracia”.
¿Sin fe? ¿sin creer?
“La gracia está relacionada con el alma”.
Yo no creo en el alma.
“No cree pero la tiene”.
Santidad, se ha dicho que usted no tiene intención de convertirme y creo que no lo conseguiría.
“Esto no se sabe, pero no tengo ninguna intención”.
¿Y Francisco?
“Es grandísimo porque es todo. Un hombre que quiere hacer, quiere construir, funda una orden y sus reglas, es itinerante misionero, es poeta y profeta, es místico, se dio cuenta de su propio mal y salió de él, ama la naturaleza, los animales, la brizna de hierba del prado y los pájaros que vuelan en el cielo, pero sobre todo, ama a las personas, a los niños, a los viejos, a las mujeres. Es el ejemplo más luminoso del ágape del que hablábamos antes”.
Tiene razón, Santidad, la descripción es perfecta. ¿Pero por qué ninguno de sus predecesores eligió su nombre? Y yo creo que, después de usted, ningún otro lo hará.
“Esto no lo sabemos, no hipotequemos sobre el futuro. Es verdad, nadie antes que yo lo eligió. Aquí afrontamos el problema de los problemas. ¿Quiere beber algo?”
Gracias, quizás un vaso de agua.
Se levanta, abre la puerta y le pide a un colaborador que está en la entrada que le traiga dos vasos de agua. Me pide si prefiero un café, respondo que no. Llega el agua. Al final de nuestra conversación mi vaso está vacío pero el suyo continúa lleno. Se aclara la garganta y comienza.
“Francisco quería una orden mendicante y también itinerante. Misioneros en busca de encontrar, escuchar, dialogar, ayudar, difundir la fe y el amor. Sobre todo amor. Y quería una Iglesia pobre que atendiese a los demás, que recibiese ayuda material y lo usase para sostener a los demás. Han pasado 800 años desde entonces y los tiempos han cambiado mucho, pero el ideal de una Iglesia misionera y pobre sigue siendo válido. Esta es, por tanto, la Iglesia que predicaron Jesús y sus discípulos”.
Vosotros los cristianos sois una minoría ahora. Incluso en Italia, que se define como el jardín del Papa, los católicos practicantes están, según algunos sondeos, entre el 8 y el 15%. Los católicos que dicen serlo pero que de hecho lo son poco son un 20%. En el mundo existe mil millones de católicos y con las otras Iglesias cristianas superan los mil quinientos millones, pero el planeta tiene entre 6 y 7 mil millones de personas. Son muchos ciertamente, especialmente en África y en América Latina, pero siguen siendo minoría.
“Lo hemos sido siempre pero este no es el tema que nos ocupa. Personalmente creo que esto de ser una minoría es además, una fuerza. Debemos ser semilla de vida y de amor, la semilla es una cantidad infinitamente más pequeña que la cantidad de frutos, flores y árboles que nacen de ella. Me parece haber dicho antes que nuestro objetivo no es el proselitismo sino la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la desesperación, de la esperanza. Debemos devolver la esperanza a los jóvenes, ayudar a los viejos, abrirnos hacia el futuro, difundir el amor. Pobres entre los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz. El Vaticano II, inspirado por el papa Juan y por Pablo VI, decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna. Los padres conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes. Después de entonces, se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo la humildad y la ambición de querer hacerlo”.
También porque -me permito añadir- la sociedad moderna en todo el planeta atraviesa un momento de crisis profunda y no solo económica sino social y espiritual. Usted, al comienzo de nuestro encuentro describió una generación aplastada por el presente. También los no creyentes sentimos este sufrimiento casi antropológico. Por esto nosotros queremos dialogar con los creyentes y con los que mejor les representan.
“Yo no sé si soy el que mejor les representa, pero la Providencia me ha puesto en la guía de la Iglesia y de la diócesis de Pedro. Haré todo lo posible para cumplir el mandato que se me ha confiado”.
Jesús, como usted ha recordado, dijo: ama a tu prójimo como a ti mismo. ¿Le parece que esto se ha hecho realidad?
“Por desgracia no. El egoísmo ha aumentado y el amor hacia los demás ha disminuido”.
Este es el objetivo que nos une: al menos igualar estos dos tipos de amor. ¿Su Iglesia está preparada para aceptar este reto?
“¿Usted que cree?”.
Creo que el amor por el poder temporal es todavía muy fuerte entre los muros vaticanos y en la estructura institucional de toda la Iglesia. Creo que la Institución predomina sobre la Iglesia pobre y misionera que usted quiere.
“Las cosas están así, de hecho, y en este tema no se hacen milagros. Le recuerdo que también Francisco en su época tuvo que negociar largamente con la jerarquía romana y con el Papa para que se reconociesen las reglas de su orden. Al final obtuvo la aprobación pero con profundos cambios y compromisos”.
¿Usted deberá seguir el mismo camino?
“No soy Francisco de Asís, ni tengo su fuerza y su santidad. Pero soy el obispo de Roma y el Papa de la catolicidad. He decidido como primera cosa nombrar a un grupo de ocho cardenales que constituyan mi consejo. No cortesanos sino personas sabias y animadas por mis mismos sentimientos. Este es el inicio de esa Iglesia con una organización no vertical sino horizontal. Cuando el cardenal Martini hablaba poniendo el acento en los Concilios y en los Sínodos, sabía que largo y difícil fue el camino que hay que recorrer en esa dirección. Con prudencia, pero con firmeza y tenacidad”.
¿Y la política?
“¿Por qué me lo pregunta? Ya le he dicho que la Iglesia no se ocupará de política”.
Pero hace poco usted hizo un llamamiento a los católicos a comprometerse civil y políticamente.
“No me dirigí solo a los católicos sino a todos los hombres de buena voluntad. Dije que la política es la primera de las actividades civiles y que tiene un propio campo de acción que no es el de la religión. Las instituciones políticas son laicas por definición y obran en esferas independientes. Esto lo han dicho todos mis predecesores, al menos desde muchos años hasta ahora, aunque sea con matices distintos. Creo que los católicos comprometidos en la política tienen dentro valores de la religión pero también una conciencia madura y una competencia para llevarlos a cabo. La Iglesia no irá nunca más allá de expresar y defender sus valores, al menos hasta que yo esté aquí”.
Pero no siempre ha sido así la Iglesia.
“No, casi nunca ha sido así. Muy a menudo, la Iglesia como institución ha sido dominada por el temporalismo y muchos miembros y altos exponentes católicos tienen todavía esta forma de pensar. Pero ahora, déjeme que le haga una pregunta: Usted, laico no creyente en Dios, ¿en qué cree? Usted es un escritor y pensador. Creerá en algo, tendrá algún valor dominante. No me responda con palabras como honestidad, la búsqueda, la visión del bien común; todos principios y valores importantes, pero no es esto lo que le pregunto. Le pregunto qué piensa de la esencia del mundo, del universo. Se preguntará ciertamente, todos lo hacemos, de dónde venimos, a dónde vamos. Se las plantea hasta un niño ¿Y usted?
Le agradezco esta pregunta, la respuesta es esta: Creo en el Ser, es decir en el tejido del cual surgen las formas, los Entes.
“Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser. ¿Le parece que estamos muy lejos?”.
Estamos lejos en el pensamiento, pero similares como personas humanas, animadas por nuestros instintos que se transforman en pulsiones, sentimientos, voluntad, pensamiento y razón. En esto somos parecidos.
“Pero lo que ustedes llaman el Ser, ¿lo define como lo piensa?”.
El Ser es un tejido de energía. Energía caótica pero indestructible y en eterno caos. De esa energía emergen las formas cuando la energía llega al punto de explosión. Las formas tienen sus leyes, sus campos magnéticos, sus elementos químicos, que se combinan casualmente, evolucionan, finalmente se apagan pero su energía no se destruye. El hombre es probablemente el único animal dotado de pensamiento, al menos en nuestro planeta y sistema solar. He dicho que está animado por instintos y deseos pero añado que tiene dentro de sí una resonancia, un eco, una vocación de caos.
“Bien. No quería que me hiciese un resumen de su filosofía y me ha dicho bastante. Observo por mi parte que Dios es luz que ilumina las tinieblas y que aunque no las disuelva hay una chispa de esa luz divina dentro de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle dicho que aunque nuestra especie termine, no terminará la luz de Dios que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos”.
Sí, lo recuerdo bien, dijo “toda la luz será en todas las almas”, lo que, si puedo permitirme decir, da más una imagen de inmanencia que de trascendencia.
“La trascendencia permanece porque esa luz, toda en todos, trasciende el universo y las especies que en esa fase lo pueblen. Pero volvamos al presente. Hemos dado un paso adelante en nuestro diálogo. Hemos constatado que en la sociedad y en el mundo en el que vivimos el egoísmo ha aumentado más que el amor por los demás, y que los hombres de buena voluntad deben actuar, cada uno con su propia fuerza y competencia, para hacer que el amor por los demás aumente hasta igualarse e incluso superar el amor por nosotros mismos”.
Por tanto también la política está llamada a la causa.
“Seguramente. Personalmente pienso que el llamado capitalismo salvaje no hace sino volver más fuertes a los fuertes, más débiles a los débiles y más excluidos a los excluidos. Hace falta gran libertad, ninguna discriminación, nada de demagogia y mucho amor. Hacen falta reglas de comportamiento y también, si fuera necesario, intervenciones directas del Estado para corregir las desigualdades más intolerables”.
Santidad, usted ciertamente es una persona de gran fe, tocado por la gracia, animado por la voluntad de relanzar una Iglesia pastoral, misionera, regenerada y no apegada a los tiempos. Pero según habla y yo le entiendo, usted es y será un papa revolucionario. Mitad jesuita, mitad hombre de Francisco, un maridaje que quizás nunca se había visto. Y después, le gustan “Los Novios” de Manzoni, Holderlin, Leopardi y sobre todo Dostoyevski, el film “La Strada” y “Prova d’orchestra” de Fellini, “Roma cittá aperta” de Rossellini y también las películas de Aldo Fabrizi.
“Esas me gustan porque las veía con mis padres cuando era un niño”.
Así es. ¿Puedo sugerirle que vea dos películas estrenadas hace poco? “Viva la libertad” y las películas sobre Fellini de Ettore Scola. Estoy seguro de que le gustarán. Sobre el poder le digo: ¿sabe que a los veinte años hice un mes y medio de ejercicios espirituales con los jesuitas? Estaban los nazis en Roma y yo había desertado del reclutamiento militar. Podríamos ser castigados con la pena de muerte. Los jesuitas nos acogieron con la condición de que hiciéramos los ejercicios espirituales durante todo el tiempo que estuvimos escondidos en su casa, y así fue.
“Pero es imposible resistir un mes y medio de ejercicios espirituales”, dice él estupefacto y divertido. Lo contaré la próxima vez.
Nos abrazamos. Subimos la breve escalera que nos separa del portón. Pido al Papa que no me acompañe pero él lo rechaza con un gesto. “Hablaremos también del papel de las mujeres en la Iglesia. Le recuerdo que la Iglesia es femenina”.
Y hablaremos si usted quiere también de Pascal. Me gustaría saber qué piensa usted de esta gran alma.
“Lleve a todos sus familiares mi bendición y pídales que recen por mí. Piense en mí, piense a menudo en mí”.
Nos estrechamos la mano y él se queda quieto con los dos dedos en alto en signo de bendición. Yo lo saludo desde la ventanilla.
Este es el Papa Francisco. Si la Iglesia se vuelve como él la piensa y la quiere habrá cambiado una época.
Ayer pude dedicar algún tiempo a la lectura del número 251 de “Iglesia Viva“, correspondiente a julio-septiembre 2012. Lo tenía pendiente junto con otras lecturas.
Me pareció muy significativo el diálogo público entre Pilar Rahola, que se declara atea, y José Ignacio González Faus, que se declara creyente cristiano.
En aras de la brevedad recojo solo unos párrafos del intercambio de opiniones entre ambos.
De Pilar Rahola:
<< Ese Dios castigador forma parte de la peor historia de la humanidad y es, sin duda, enemigo de tu Dios. Esa es la grandeza de tu creencia que sitúas al ser humano en el centro de la fe, y es ese centro terrenal el que da sentido a tu espiritualidad. Quizás estamos más cerca de lo previsible porque lo que tu llamas fe, yo llamo ética, pero los dos concebimos el compromiso con nuestro tiempo y nuestra gente (…) >>
De González Faus:
<<(…) Y he visto que algunos no creyentes cumplís la voluntad de Dios mejor que muchos de nosotros (…)>>
<< (…) ya hace muchos años (…) comenté unos versos de Atahualpa Yupanki que dicen: ” Hay cosas en este mundo / más importantes que Dios/ que un hombre no escupa sangre/ pa que otros vivan mejor”. Y los comenté de esta manera: parar quien cree en Jesús no es el sr humano quien dicta esta estrofa, es Dios mismo quien nos hace saber que para Él hay cosas más importantes que el que los hombres se ocupen de Dios, a saber que no tengan unos que escupir sangre para que otros puedan vivir mejor (quizá también más piadosamente. Eso mismo con otras palabras podrás encontrar en textos de hace muchos siglos, como la primera carta del apóstol Juan y varias páginas de San Agustín.(…)>>
Enlace con los escritos en Iglesia Viva:
http://www.iglesiaviva.org/251/251-22-DEBATE.pdf
Pepe Sala,
Ahora no puedo leeros, pero en un momento que el trabajo me ha permitido poner la mente fuera de él, me he acordado de que dije que lo de los católicos incondicionales o lo de los católicos disidentes acomodados en su disidencia dentro de la ICR, ninguno de los cuales grupos va a salirse de la ICR haga lo que haga ésta y hagan lo que hagan sus papas y jerarcas.
Claro, me permito criticar a los católicos disidentes y a los católicos incodicionales, así que debo prepararme para que me lluevan por todos los lados. Pero no me parece mal criticar a los críticos, creo que es bueno hacerlo.
Como la acusación que me dirigen, de faltar al respeto a dios, a la ICR y a no sé ahora cuántos, más no se concreta en ninguna expresión concreta ni en nada concreto (lo que impide defenderse al imputado, por eso digo que Ana tira con perdigón, no sólo con bala; con bala sería acusar de algo concreto, por ejemplo de troll a un atriero, no sé en qué hilo, hablo de memoria, ni sé si fue Ana la que se lo dijo, o María …) he tratado de hacer memoria, y se me ocurre que eso le ha podido ofender… no sé.
No sé cuándo ni cómo he podido criticar a dios (al cual no creo que le importe un pito si yo le critico o no) ¿será cuando digo que dios no hace nada, porque no puede hacer nada, y eso si es que existe, lo cual nadie sabe? No lo sé
Sin duda la verdad es que desde hace cinco años o así en Atrio yo vengo repitiendo y repitiendo que lo que digo en Atrio es mi modesta opinión, a lo que he añadido últimamente que también es mi pobre y modesta opinión. Pocos lo dicen, desde luego nadie tantas veces como yo.
Recuerdo que tu me llamabas ‘el prudente’, hace años. Luego ya no me lo llamabas, pero yo siempre he seguido diciendo la obviedad de que lo que digo, no es más que mi pobre y humilde opinión.
A pesar de ello, si no recuerdo mal Ana me imputa que yo hablo como si lo que digo fuera la verdad absoltua … o algo parecido, ya lo leeré luego.
Bueno, nadie ha repetido más que yo en Atrio que lo que digo es sólo mi opinión, pobre y modesta. Claro que también me imputan que me repito y me repito …
NO pasa nada.
Bueno, que el alto en el trabajo lo he hecho para poner la petición de firmas que me ha enviado un católico; curiosamente en la misma se dice:
“Franco y la jerarquía eclesiástica ganaron juntos la guerra y juntos ejercieron el poder durante la dictadura.”
Curiosamente se omite a los millones de católicos que hicieron y ganaron juntos la guerra y ejercieron el poder durante la dictadura católica. Será que lo ha redactado un católico?
Las culpas, a la jerarquía: como si los católicos no tuvieran culpa de lo que hace la jerarquía.
Yo critico, y puedo estar equivocado, pero seguir siendo católico creo que es una forma de apoyar a la jerarquía, sobre todo si, después de las barbaridades que ha hecho, siguen de católicos como si tal cosa.
Podían salirse, adviritiendo que sólo volverán un día a la ICR si ésta rectifica, pero no, ni siquiera se condiciona la continuación dentro de la ICR a que esta rectifique … Claro que cada uno es libre, pero yo a eso le llamo -quizá me equivoco, que me lo muestre alguien, porfa, si le ha ofendido- incondicional.
Bueno, luego os leo, saludos y gracias de nuevo Pepe
Pepe Sala, cuando he dicho que no me había dirigido a ti, no era por echarte en cara el que me leyeras, sino porque, independientemente de que estemos de acuerdo o no en muchas cosas, tu forma de decir las cosas son bastante respetuosas.
Y sobre las experiencias decimos lo mismo, son verdad para quien las vive, por eso hay que respetar a esa persona.
Y la suposición que haces de que basamos la verdad en la teología dependerá de cada cual, porque cada cual sustancia lo que le viene bien de todo aquello que lee. Si partimos de la base de no tratar de tontos/as a nuestros interlocutores, nos ayudará a no atribuirles tonterías.
Pues sintiéndolo mucho, Ana Rodrigo, yo entiendo que lo que se escribe en ATRIO es para lectura LIBRE de cada cual y supceptible de ser comentado por quien se interese.
Así pues, a pesar de que ” por eso no me hayas escrito a mi”, yo me siento interpelado y comento LIBREMENTE lo que creo conveniente. ( por cierto, con mucho más respeto que lo hacen otros- OTRAS.)
Y como también me siento muy incómodo al leer éste párrafo tuyo, Ana Rodrigo, te contestaré lo que pienso al respecto:
“”Y las experiencias no son verdad ni mentira, no es la VERDAD, las experiencias de cada cual son verdad para quien así las busca, las consigue y las vive. Y las experiencias no son objeto de ciencia empírica de laboratorio para decir si son verdad o es hacer el ridículo.””
Es obvio que el tema de las ” experiencias” es el argumento que yo más utilizo en ATRIO. Para tí serán asuntos ” ridículos”; pero para mí son VERDADES COMO CATEDRALES. Y no encuentro mejor forma de demostrar la VERDAD que basándola en las propios experiencias de vida de cada cual.
Naturalmente, quien basa su propia vida en asuntos de la FE, de poco le pueden servir las experiencias de vida. Supongo que, al igual que otros-as muchos creyentes que comentan en ATRIO, la ” VERDAD” para ellos-ellas se base en los milagros y en las ” verdades reveladas por el Espiritu Santo”.
Yo respeto vuestra FE ( mientras no me la impongan a mí ni a mis hijos-amigos), pero me parece muchísimo más RIDICULA que las bases que yo expongo basadas en mis propias experiencias.
Tampoco me inspira demasiada confianza basar la supuesta ” VERDAD” en la teología de ninguna época histórica ni en la nueva forma de entender la teología. También me parece de un ridiculismo superlativo, pero no te lo había dicho hasta que me has obligado a decírtelo como respuesta a tu percepción de ridículo de mis-nuestras experiencias.
Bueno pues…
Por mi parte, punto.
Ana, (voy demasiado rápido, pero no estoy jubilado …)
Bergoglio es el jefe de los católicos, y os gusta a los católicos de Atrio; el foro Atrio es católico en cuanto a que los principales y más frecuentes de Atrio sois católicos. Es una constatación, no una queja.
Yo no me quejo de que así sea, simplemente lo pongo de manifiesto de forma expresa. De alguna forma critico a Atrio –lo cual es bueno para Atrio-, no sólo a la ICR (a la que los católicos de Atrio decís criticar casi todos, sólo que unos mucho y otros muy poco).
Quizá critico con lenguaje directo y claro, que no deja mucho espacio a la ambigüedad, esa tan característica del catolicismo, ambigüedad que permite muchas evasivas.
Hice algunas preguntas a los católicos de Atrio, por supuesto sin respuesta por su parte; te hice una pregunta final y te has sentido en un examen. Y me dices que pregunto inquisitorialmente (la inquisición se caracterizaba por interrogar bajo amenaza de tortura y muerte; y no admitía que sus preguntas quedaran sin respuesta).
Creo que pones a mis preguntas el calificativo de inquisitoriales para no contestarlas. Aunque dices que tu opinión al respecto ya la has expresado muchas veces. ¿Me dices alguna, por favor, la que tengas más a mano, la más reciente, si te es la más fácil, para que pueda leerla?
En nada de eso hay ninguna falta de respeto; las evasivas son lo más habitual, cuando pudiera resultar comprometido poner una respuesta personal.
No creo que la idea de Atrio es crear un oasis para reposar descansando lejos de quienes piensan diferente de la línea de Atrio. Otra cosa es que sea más cómodo estar con la corriente, con la línea de Atrio, y así no hay fircciones, sino reposo y mutuo galvanizado de ideas comunes.
Tú estás en la línea de Atrio y yo he dejado de estarlo hace ya un tiempo, pero sigo opinando a calzón quitado como cuando estaba en la línea de Atrio, cuando resultaba alagador y amable a los de vuestra línea atriera.
¿Me repito? Bueno, no soy perfecto; como todos, quien más quien menos se repite. Figúrate cuánto se repiten las misas católicas, y sin embargo os gustan.
También te dijeron a ti, y a otros, que no tenéis por qué leer lo que no os guste o no os apetezca.
También se ‘ofendió’ Leonardo, con buen sentido del humor, por ser acusado de troll, a pesar de la grave carga insultante que tiene considerar troll a un atriero. Y sin que nadie le haya pedido disculpas; por suerte no se ha ido de Atrio, pues tiene buen sentido del humor.
A ver si te vas a creer tú, Ana, que tú no ofendes, ni eres agresiva, ni tiras con bala (por un cañón, y por el otro perdigón).Creo que Leonardo nos ha dado una lección de sentido del humor, porque el ego, cuando te ríes –sobre todo de él- se desvanece.
Juanel me preguntaba si le leía, y ya le mostré que le leo bien; luego creo que dijo que le sirve dialogar conmigo ¿o eso no lo leíste?
Bueno, voy fatal de tiempo, no corrijo, ya seguiremos. Dejo el de rifi-rafe.
Gracias Pepe Sala; me defendió el otro día Javier Peláez, y hoy tú. ¿Tendrá que ver que no somos católicos ninguno de los tres? Quizá eso marca alguna diferencia … al menos en este foro
Pepe Sala, por eso no te he escrito a ti. El hecho de mofarse en sí de lo más “sagrado” que alguien pueda tener en su vida como puede ser sus opciones religiosas o no religiosas (tan sagradas son unas como otras), ya ofende, entre otras razones porque, como se ha dicho, cada cual le damos la importancia y la seriedad correspondiente a nuestras opciones personales. Y las experiencias no son verdad ni mentira, no es la VERDAD, las experiencias de cada cual son verdad para quien así las busca, las consigue y las vive. Y las experiencias no son objeto de ciencia empírica de laboratorio para decir si son verdad o es hacer el ridículo.
Ridiculizar a Dios, a Jesús, a los evangelistas, a Pablo, a Bergoglio, a la ICR, en ocasiones, además de poder (no siempre) ser falta de respeto, es querer que la visión personal de alguien sea la única verdad, mientras los demás somos tontorrones, arracionales y simplones. Ello no quita que cada cual pueda creer, no creer, cuestionar o discutir lo que los y las demás creamos o dejemos de creer. El diálogo y la discrepancia nunca han sido falta de respeto. Cada cual que encuentre el criterio de dónde está la línea roja, y esto no se aprende, se descubre a título personal.
Pues que alguien me explique ésto también:
“” Y esto, además de cansar por lo reiterativo que eres, ofende y molesta, no porque digas la verdad, como tú dices, sino porque les faltas al respeto.””
( a quien le ofenda LA VERDAD, ajo y agua…)
Entiendo lo de reiterativo y cansino. Puede que, si me esfuerzo un poco, llegue a entender lo de ofende y molesta. ( supongo que yo no estoy lejos del mismo juicio)
Pero se me escapa la comprensión del texto cuando llega a ” la falta de respeto”.
SUPLICO a la autora de semejante juicio ( hacia quien siempre la ha tratado como una amiga y como a una respetada contertúlia) que me aclare el comentario donde mi AMIGO Jabitxu ha cometido semejante desliz.
Es que, últimamente, ( seguro que es cosa de la edad) ando muy subceptible con mis amistades. Y mi listón está cada vez más bajo en cuestiones de RESPETO hacia los demás. Seguro que yo no soy el mejor ejemplo; pero siempre me había fijado en mi AMIGO Jabitxu para ir aprendiendo por la vida.
Bueno pues.
Mira, Javier, realmente no es una perogrullada que tus respuestas son tuyas, porque cuando tu das tus respuestas hablas desde tus verdades, despreciando, ridiculizando y te mofándote de las respuestas de los y las demás y, cuando pasas esa línea roja, ya estás dando respuestas como si fueran las de los demás. Y esto, además de cansar por lo reiterativo que eres, ofende y molesta, no porque digas la verdad, como tú dices, sino porque les faltas al respeto. Tú nos lees y nos interpretas desde tu mundo sin hacer el pequeño esfuerzo de entrar en lo que los demás decimos, por eso el otro día Juanel te preguntaba si realmente lo leías.
Además de que de la teología desde la que hablas ha quedado bastante atrás, incluso, como alguien te ha dicho, hablas desde el resentimiento del daño que a ti te pudo ocasionar en su momento. Hay otra parte de gente que hemos evolucionado según nuestras decisiones personas y desde nuestra libertad, y esto merece un respeto. Repito esta palabra, porque es lo que más molesta por tu parte. Si no hay respeto, el diálogo es imposible.
Si las teología que tú ridiculizas fuese así en este momento, ¡cuánto tonto anda suelto por ahí! Desde quienes escriben en atrio como articulistas, hasta tanta gente muy ilustrada, estudiosos/as del cristianismo y que habría que pensárselo muy mucho antes de “reírse” a carcajada de quienes nos consideramos cristianos y cristianas.
Como te dice María Luisa en otro hilo, cada cual hemos recorrido nuestro camino, nuestras experiencias son nuestras y se merecen un respeto por parte de quien no las comparta, así como nosotros respetamos tu evolución.
Pareces el dueño y señor de la verdad única, da igual que se responda a tu inquisitorial manera de interpelar a los demás. ¿Acaso quienes nos consideramos católicos faltamos al respeto o nos mofamos de quienes no lo sois?
Te quejas de que atrio es católico, atrio es lo que es, y, ya lo dije en otra ocasión, quienes entramos somos libres de entrar o dejar de hacerlo. De ahí a que, como tú interpretaste en aquel momento yo intente echar a nadie, hay un abismo. Lee con atención lo que escribimos, no te precipites tanto para hacernos decir lo que no decimos.
Vuestros comentarios a mi intervención en este hilo me parece que lo enriquecen y aclaran enormemente. Permitidme volver sobre la figura de Ernesto Cardenal, el poeta nicaragüense contemplativo-activista-revolucionario-marxistacristiano tan singular que contamos en el universo cristianocatólico y en el de los recalcitrantes marxistas que quedan o quedamos por el mundo.
Pinchando en Internet “Ernesto Cardenal” he encontrado un titular: Ernesto Cardenal: Dios hace tiempo que no actúa como como Dios” o algo parecido, publicado en el País el 28-6-2o12. A mí me ha resultado enormemente esclarecedora la entrevista que le hacen con motivo del Premio Reina Sofía que le dieron.
Me gustan especialmente los comentarios de Gundín sobre la alienación marxista, que van en esa misma línea de lo que dice Ernesto Cardenal. Graciñas, Gundín!
A lo mejor, Antonio Duato, podrías reproducir ese texto que cito sobre Ernesto Cardenal en el marger de Atrio.
Ana, mis respuestas las tengo, pues son mías (vaya perogrullada): te preguntaba por las tuyas.
Eso de ‘ya he opinado al respecto en multitud de ocasiones’ me recuerda a las respuestas evasivas que daba Cospedal a los periodistas sobre Bárcenas (la indemnización en diferido, simulación de retribución que tenía que cotizar a la seguridad social), cuando les respondía que ya había dicho en otras ocasiones todo lo que tenía que decir al respecto.
que tengas buenas noches
Sí Román, pero ¿qué tiene que hacer la ICR con sus no pocas riquezas, las tiene que repartir entre los pobres o no ?
Sin duda alguna le dan enorme seguridad sus cuantiosísimos bienes, el Estado Vaticano, el Banco Vaticano, su inmenso patrimonio inmobiliario … etc.
Da vergüenza ver a quien dice que quiere hacer la iglesia pobre y de los pobres reunido con sus jerarcas en enormes habitaciones palaciegas ricamente adornadas, y ataviados los jerarcas con vistosos uniformes formando un conjunto de destacado colorido, que impide cualquier forma de recuerdo de Jesús reunido con sus apóstoles (todos ellos vestían como personas normales pobres de su época, sin distingos de casta sacerdotal de ninguna clase).
No veo que pueda hacerse una iglesia pobre y de los pobres manteniendo ninguna de todas esas inmesas riquezas.
No existe el ánimo de interferir en ningún debate,
pero me gustaría hablar sobre la pobreza, dado que este foro es leído por muchas personas quienes no tienen la necesidad de leerselo absolutamente todo. y podrían hacer malas interpretaciones inducidas por comentarios descontextualizados.
Cuando uno es pobre no tiene nada absolutamente que repartir, aunque sí con muchísima frecuencia comparte aquello que recibe para subsistir
El pobre no reparte, comparte.
Tradicionalmente confundimos la austeridad con la pobreza, aunque la austeridad misma es el umbral necesario de la pobreza. Hay muchas personas ricas y sobradas que son muy austeras,
pero el pobre siempre es austero por necesidad.
Muchos/as son los austeros que se consideran pobres, pero no lo son, y practican como una virtud, porque confunden el prescindir de algo, con lo que se exige en el Evangelio.
Si reflexionamos bien , nos damos cuenta enseguida, que el rico y el que posee, lo que tiene o comra es seguridad. Cuando se vive en la seguridad nos alejamos de la pobreza, aunque seamos muy moderados/as de costumbres.
El cristiano para ser pobre, tiene que conocer que en Dios solo tenemos la seguridad y de Él lo esperamos todo, el pan nuestro de cada cada día, pues Él se ocupa de nuestro mañana. Somos meros administradores de los bienes que Dios reparte a los humanos.
Cuando damos, no podemos hacer “caridad”, porque en realidad hacemos actos/obras de justicia, dando al prójimo lo que en realidad le pertenece.
El cristiano/a cuando da se siente agradecido, porque se alegra de que Dios le haga partícipe de su misericordia que hace llover sobre justos y pecadores.
roman
Javier, primero, yo no estoy sometida a ningún examen, segundo, da igual lo que te contestase porque tú ya tienes tu respuesta, y, en tercer lugar, yo ya he ido opinando al respecto en multitud de ocasiones.
Eso es Ana, es el encabezamiento de Pepe Blanco (pepe blanco 04-Octubre-2013 – 13:50 pm Mis muy estimados Honorio y Ana🙂 lo que me ha hecho poner el mío: “Venga, Ana y Honorio, no nos peleemos …”
He pretendido preguntaros lo que os he preguntado, (sin obtener respuesta): “si fuera que os dais por aludidos como católicos que sois de Atrio, tan cercanos al corazón de Atrio ¿de verdad alguno de los católicos de Atrio se cree que van a despojar a la ICR de sus ingentes riquezas?”
NO me dirás que no sois ambos cercanos al corazón de Atrio.
Supongo que tú no has respondido a mi pregunta porque tú opinas como Román “La Iglesia no está para repartir riquezas, está para ser pobre en una vocación se servicio. roman” Román Díaz Ayala 05-Octubre-2013 – 0:05 am en el post qué hace un papa como Francisco en una iglesia como ésta.
Al parecer Bergoglio, que es de derechas (aunque dice no serlo, lo mismo que dicen Rajoy y Aznar), opina también que las riquezas de vuestra ICR no son para repartir riquezas, como si se pudiera ser pobre teniendo riquezas, o sea sirviendo a la vez a dios y al dinero, que es lo que hace vuestra ICR, servir al dinero a la vez que a su dios que es ella misma.
Aquello que, si hemos de creer al evangelista, dijo Jesús al joven rico (ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, luego ven y sígueme) no va con la ICR, según Román y creo que según tú también, y según Bergoglio.
Te preguntaré otra cosa más, Ana querida:
¿cómo crees tú que va a ser la ICR iglesia pobre y de los pobres que dijo Bergoglio que quiere hacer de/con la ICR?
Yo opino aue para ser pobre tendrá que deshacerse, dándolas a los pobres (su precio, una vez vendidas), de montón de las riquezas que ahora detenta, sobre todo de las más superfluas.
Todo el Estado Vaticano es un montón de riquezas escandalosas y antievangélicas, que impiden que la ICR sea iglesia pobre mientras las detente y utilice.
¿Qué opinas tú, Ana?
Javier, dices. “Yo no me he dado por aludido por tus comentarios; he puesto los últimos comentarios al leer el comentario de Pepe Blanco, que os alude.”
Y antes has dicho: “Venga, Ana y Honorio, no nos peleemos (que yo en las peleas con amigos suelo salir perdiendo … )”
Es por este último párrafo por lo que dije que te habías dado por aludido.
Vale, lo de “todos y todas” era una hipérbole; habría sido mejor y menos ofensivo decir “algunos” o “muchos” y nos habríamos evitado malos entendidos.
No se trata de atacar a los que os mostráis críticos con el Papa y con la ICR, se trata de respetar las opiniones de todos los que “NOS EXPRESAMOS EN ATRIO”, nos gusten o no nos gusten. Y es justamente en ese respeto mutuo en lo que a veces impedimos que el diálogo sea fluido y respetuoso como debe ser. Uno puede seguir interviniendo cuanto le plazca, no es ese el problema; lo que molesta es cuando uno interviene en un tono de desprecio a los demás. Yeso no se soluciona dejando de leer…
Quiero apuntar también otro detalle en este debate sobre Bergoglio y sobre la ICR. Los dineros y el abuso de poder de la ICR tienen una estrecha relación con la tolerancia que el poder político de cada estado otorgue a esos abusos de la ICR. Yo tengo claro que en este país tanto el PP en el gobierno como el PSOE en la función de oposición como los partidos de derechas de las comunidades autónomas toleran y permiten e incluso estimulan ese abuso de poder y esa financiación de la ICR con dineros públicos. Vamos, que se llevan con la ICR a partir un piñón. Por lo tanto, apoyar la línea política de esos partidos significa a mi entender apoyar el abuso de poder de la ICR. Es fácil criticar a la ICR; pero si hay que enfrentarse a los partidos que llevan la voz cantante en nuestro país, resulta quizá un poco más comprometido. En este país nuestro se critica mucho a la ICR, pero la mayoría apoya al PP, el PSOE y a los partidos de derechas de las comunidades autónomas. Es como un doble juego un tanto contradictorio.
Pero allá cada uno…
La ambigüedad es constante en el catolicismo.
A Bergoglio le dice Scalfari, al principio de la entrevista, “Santidad, le digo, es un problema sobre todo político y económico, relacionado con los estados …” y Bergoglio le responde que también es un problema de la ICR.
¡como si la ICR no fuera un Estado!
Bergoglio no ha dejado de ser Jefe del Estado Vaticano, Jefe de un Estado independiente, lo cual es muy importante para Bergoglio a la hora de tributar su ICR y su banco vaticano, y a la hora de firmar Concordatos de tú a tú con otros Estados, y a la hora de sujetarse a las leyes de los diferentes Estados sin poder alegar inmunidad diplomática, como hizo Ratzinger hace no mucho … etc.
La ICR no suelta lo de ser un Estado independiente más, y tener su Sede Apostólica en ese Estado, por más que le digan que no es evangélico seguir siendo un Estado (lo cual debe significar que para Bergoglio sí es evangélico, al menos mientras no diga y explique lo contrario)
Ana querida (de Rodrigo, je, je),
Eso de ser católicos de los de ‘todos somos iglesia’, y luego pretender ser católica ‘a título personal’, para que no se os meta en el término católicos y se os diferencie cuando se habla de lo que no os gusta de la ICR, y el truquito de, cuando no me gusta, la llamo institución y no soy católica de la ICR institución, y cuando me gusta entonces sí soy católica de la ICR, no cuela.
Podrá servirte a ti, Ana, pero no puedes pretender que no se pueda hablar de los católicos mientras no se te diferencie a ti, ni se pueda hablar de la ICR como formada por los católicos sin diferenciarte a ti, porque tú pretendas a veces ser católica a título personal, y no te gusta que a los católicos se os diga que la ICR es vuestra iglesia, que lo es.
Eres católica miembro de la ICR, y esa y no otra es tu iglesia, tu única iglesia, que yo sepa. Creo que la ambigüedad católica, que es enorme, no da para tanto como para a ratos ser católica a título personal y a ratos ser católica ‘todos somos iglesia’, pero no de la ICR cuando no os gusta lo que hace y entonces la llamáis institución.
Porque además Ana, ICR solo hay una; no hay dos o más, porque ningún católico disidente habéis querido hacer otra IC, romana o alemana o progresista o lo que sea: amáis la ICR, tenéis fe en ella, y por eso habéis querido quedaros dentro siendo católicos a secas (no hay otra categoría de católicos, que yo sepa), dentro en la ICR, en la única que hay.
También te lo he dicho personalmente alguna vez, creo. Pero no pasa nada.
Puedes darte por aludida o no cuando quieras, eso sí. Yo no me he dado por aludido por tus comentarios; he puesto los últimos comentarios al leer el comentario de Pepe Blanco, que os alude.
Mi querido Pepe Blanco, suelo leer con mayor o menor interés personal todo lo que se escribe en atrio, pero debes saber que los tuyos, no sólo no me los pierdo, sino que los leo con sumo interés y, como en mi comentario no personalizaba, tienes todo el derecho a pensar que hablaba por ti.
Debes reconocer, por otro lado, que decir que todos estamos encantados con el Papa, nos diésemos por aludidos quienes, como yo, hasta 48 minutos antes de escribir tu comentario, nunca había bajado el listón de escepticismo ante Francisco, si bien, hace algún tiempo que comencé a no perder la esperanza, esperanza limitada en relación a… otros Papas, no en relación a que me gustaría que hiciese.
La reiteración en involucrarnos a todos los católicos en todo lo que de malo ocurra en el mundo, ya Javier de Renobales se ha dado por aludido, porque, ya se lo he dicho a él personalmente en otras ocasiones, que me gustaría que no nos meta a los católicos a título personal cuando la realidad es tan compleja y, que nos respete un poco, porque cada persona, sea católica o no, es como es, ni mejor ni peor por el hecho de pertenecer a un colectivo u otro. Es decir que el Papa es el Papa, la Iglesia es la Iglesia y las personas somos lo que somos a título personal no como colectivo.
Bergoglio los tiene que tratar de asesinados, a los pobres inmigrantes cuyo funeral, o lo que sea, van a hacer, lo presida Bergoglio o no.
Incluso en el viejo film ‘las sandalias del pescador’ el papa católico ruso Ciril Lakota le hace al judío muerto un ‘funeral’ judío.
Desde entonces hemos debido aprender y avanzar lo suficiente para que, si Bergolgio se mete a hacer algún homenaje, funeral o lo que sea a los asesinados inmigrantes frente a Lampedusa, no les haga un funeral católico a los asesinados no católicos.
Venga, Ana y Honorio, no nos peleemos (que yo en las peleas con amigos suelo salir perdiendo … )
Os preguntaba, si fuera que os dais por aludidos como católicos que sois de Atrio, tan cercanos al corazón de Atrio ¿de verdad alguno de los católicos de Atrio se cree que van a despojar a la ICR de sus ingentes riquezas?
Venía a cuento de la promesa de Bergoglio de hacer con vuestra ICR la famosa iglesia pobre y de los pobres.
Bueno, suavizo la pregunta: que se despoje, para ser llegar a ser iglesia pobre, no ya de sus ingentes riquezas, sino sólo de un poquito de ellas, una pequeña muestra simbólica.
Alguien ha puesto en Atrio la idea de, si Bergoglio va a presidir el funeral o entierro de los pobres asesinados frente a Lampedusa en la enésima patera incenciada/hundida, les llevara una pequeñísima parte de los beneficios que vuestra ICR ha obtenido sólo con el negocio de su Banco Vaticano IOR (86 millones de euros): que les llevara sólo un millón de euros, a los centenares de asesinados en el mar frente a Lampedusa (una vergüenza, ha dicho el infalible Bergoglio -qué original, a nadie se le había ocurrido, pero lo que le pasa a nadie es que no es infalible como pretende serlo el papa-).
Hechos son amores, explica la espiritualidad que estudiamos ahora en Atrio.
La respuesta, al tiempo, pronto la tendremos. La vuestra la tendremos si la dáis. Mi respuesta fue y es NO, no llevará el milloncejo de euros. necesito equivocarme, necesito que me demuestre Bergolgio que me he pasado en mi desconfianza.
P.D. Los asesinados inmigrantes creo que no son católicos. ¿Será tan inhumano alguien de hacerles un funeral católico a los no católicos, como se hizo en España con el 11 M de los católicos Aznar y Rouco? NO me lo creo.
Mis muy estimados Honorio y Ana:
Me temo que, si no os gustan mis apreciaciones sobre Jorge Bergoglio, pues vais a tener que aguantaros un poquito. Y no solo tendréis que sufrir el contenido de mis comentarios, sino también el estilo irónico y mordaz que suelo darles a mis reflexiones sobre el actual papa.
Por supuesto que, como recuerdas, Ana, nadie está obligado ni obligada a leer los comentarios de los demás. En lo sucesivo, podéis suponer que, si veis que cuelgo un comentario en un hilo sobre Francisco, es altamente probable que sea crítico y, además, irónico o mordaz. A partir de este dato profético-estadístico, vuestra será la decisión de leerlo u obviarlo. Si decidís lo primero, os lo agradeceré. Si decidís lo segundo, no os preocupéis, os prometo que no me suicidaré por ello, ni me hundiré en una depresión paralizante y tremenda.
Y ahora, algunas observaciones complementarias.
– Cuando escribí que os veía a todos y a todas encantados y encantadas con Francisco, por supuesto que era una hipérbole motivada por la alta aceptación que tiene la información difundida sobre Francisco entre los habituales de estos foros. Sé bien que esa aceptación no es unánime, afortunadamente, pues más de un participante ha manifestado abiertamente su desconfianza en Francisco.
– Y lo que escribí fue exactamente eso: que os veía encantados y encantadas. Lo de “ninguneado”, “imbécil”, “subnormal” o “tontorrones”, eso, lo habéis escrito vosotros, no yo. Naturalmente, no debo ninguna explicación por lo que no escribí.
– Sí me sorprende que me reprochéis que mis valoraciones sean reiterativas y se repitan hasta la saciedad un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro. Y me sorprende por dos motivos:
1º.- Creo que el conjunto de mis aportaciones a Atrio en estos siete últimos años es, si no el más variado, sí de los más variados de entre todos los y todas las participantes habituales que, en general soléis ser bastante monotemáticos. El espectro de mis intereses personales y el de mis maneras de escribir, son amplios. Mejores o peores, interesantes o aburridos, pero amplios. ¿Qué ahora insisto en el papa Francisco? Pues sí. Pero si insisto en esos comentarios es porque se cuelgan muchos artículos que hablan de él. Así que, los reproches de reiteración en ese sentido, deberíais dirigirlos hacia la dirección de Atrio, no hacia mí, que ni corto ni pincho.
2º.- Que me reprochéis reiteración porque llevo seis meses criticando a Bergoglio, y que me la reprochéis vosotros, que soléis hablar desde el jesuanismo o desde el cristianismo o desde el catolicismo, que llevan unos 1700 años repitiendo aproximadamente lo mismo (récord de rayadura que solamente superan otras religiones y la monarquía imperial japonesa) me parece que es un magnífico ejemplo de eso que soléis decir de ver la pajita en el ojo ajeno y no ver la viga en el vuestro.
En fin, iba a mostraros un estupendo y reciente ejemplo de los niveles goebelianos de manipulación propagandística que está adquiriendo la difusión de toda la información relativa a Francisco. Pero este comentario ya es muy largo, así que lo dejo para otro momento.
¿Y si Francisco y nosotr*s, sus herman*s human*s, nos tomáramos en serio lo de la parábola de Jesús sobre la LEVADURA EN LA MASA PARA SU FERMENTACIÓN, aceptando su calidad (Humanización de Dios en Jesús) y su humilde y propio modo de presencia e influencia ( Mezcla en disolución) ?
¿ No encajaría bien con el ANUNCIO de la BUENA NOTICIA =EVANGELIO a la Humanidad (Ref: Lc. II, 10; IV. 18-21) en estos tiempos de opresión globalizada y supervivencia amenazada?
Difícil tarea parece por su cercanía a lo imposible, pero no menos que el que, en la Boda de Caná, con las existencias de vino agotadas, hubiera abundancia del mejor, después de haber los criados llenado de AGUA las tinajas que estaban VACIAS.
Porque tarea muy humana y posible es, el que l*s human*s busquemos primero la VERDAD y la JUSTICIA, para poder disfrutar de la FIESTA DEL AMOR en la vida de GLOBAL HERMANDAD.
Estoy de acuerdo contigo, Honorio. El hecho de que hagamos valoraciones positivas de aquello que es positivo en sí mismo, no implica que no queramos que este Papa siga en sus reformas-revolucionarias, que hay mucho que hacer todavía, casi ni ha empezado. De eso a decir que estemos encandilados, abducidos, bobos/as, que carezcamos de criterio para ver lo que se mueve y lo que hace falta mover, etc. etc. hay un trecho.
Pienso que quien quiera criticar al Papa o a la Iglesia, que lo haga, pero que nos deje en paz a quienes, damos argumentos de esperanza, a quienes, insatisfechos, deseamos más, a quienes, siendo realistas, consideramos que no es fácil descabezar el monstruo de Institución al que se ha llegado, pero que hay que empujar para que la Iglesia manifieste un rostro humano y evangélico. Decía Confucio que “vale más encender una luz que maldecir las tinieblas”.
Pienso que el respeto a los y las demás, que el abuso de la mofa hacia quienes no piensan como nosotros, el tacharnos a los y las católicas de tontorrones de categoría superior, o de echarnos en cara que todas las desgracias del mundo son responsabilidad nuestra, no debería haber lugar en un blog donde intentamos diferenciarnos de lo que pulula por internet (no todos) y dar seriedad a lo que decimos. Los zafarranchos hechos exclusivamente de mierda, sin alternativas, no sirven para nada, y si son reiterativos a diario un día tras otro y un mes tras otro y durante años, a mí me asquean.
Ya sé que somos libres de leer o no leer lo que queramos, pero a mí, atrio me interesa, y me gustaría un tono de seriedad, que, en ocasiones brilla por su ausencia.
Según algunos, el Papa Bergoglio nos tiene a todos y a todas engatusados, encantados y encantadas. Uno se siente con estos piropos como ninguneado, como tratado de imbécil y subnormal… ustedes perdonen, pero no veo que esta forma de valorarnos “a todos y a todas” sea una buena forma de dialogar y de fomentar el diálogo.
Y tampoco me parecen justas estas valoraciones, y además creo que se repiten hasta la sociedad un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro…
Ya, Pepe Blanco,
tú lo que quieres ya mismo es matrimonio indisoluble para toda la vida con papeles oficiales inscritos en el Registro. Pero Bergoglio no es un novio ingenuo, amigo.
Bergoglio está siendo el novio que promete y promete (hasta que la mete –sus fans ya han construido el castillo del cuento de la lechera, cada vez más alto-) y cuando ya la ha metido –cuando ya tiene engatusados a tanto católico incondicional-, se queda en las palabras que había prometido.
Porque ahora lo primero es reformar la curia (la corte es la lepra del papado, pero la curia es diferente de la corte). Los famosos pobres tienen pues que esperar lo que Bergoglio promete y promete: la iglesia pobre y de los pobres, la torre más alta del castillo de la lechera.
Luego, reformada la curia con los nuevos ejemplares de jerarcas en sus puestos curiales (no va a suprimir la curia sino a reformarla) ya veremos.
Quizá el espíritu (que impera según la canción) le sople que tiene que hacer otro concilio (por supuesto Vaticano, el III) o si le vale el mismo, pues repita lo que ha pasado hasta ahora con el Vaticano II.
Luego, aplicando el concilio Vaticano II, o el III, habrá que hacer la horizontalizadad esa que dice Bergoglio (por el momento la única horizontalidad que se produce es la de los pobres que al morir a ritmo de uno cada cinco segundos, quedan en posición horizontal).
Los pobres seguirán esperando que les devuelvan su entelequia que es la famosa iglesia de los pobres.
Si se la devuelven –que no lo harán- entonces ya la habrían convertido previamente en iglesia pobre, es decir, la habrían despojado de sus ingentes riquezas.
¿De verdad alguno de los católicos de Atrio se cree que van a despojar a la ICR de sus ingentes riquezas? No.
Construirán –si no lo han hecho ya- una doctrina católica por la cual la ICR ya es pobre manteniendo sus ingentes riquezas. En plenitud, todo en plenitud, preciado don del espíritusanto –donde los haya, y no me refiero a Gonzalo.
Gonzalo Haya, permíteme el chiste fácil, te debo una o varias… Es el sentido del humor, la espiritualidad que me surge con toda este triste historia … por no llorar.
Pepe Blanco: me mantiene alto el ánimo recordarte con Paco en Ourense, en aquellos maravillosos días … Joder lo que aprendí por dentro, de la vida misma, que me enseñasteis Paco y tú.
¿se ha vuelto a hinchar la puerta de la cocina, o sigue abriendo bien?
saludos cordiales
Francisco, el papa prozac.
Vale. Ahora, que escriba todas estas cosas, debidamente articuladas, en una encíclica. Porque una encíclica, es un acto magisterial; una entrevista, no lo es. Y, si procede, que las traduzca al Código de Derecho Canónico. (Por ejemplo, horizontalidad supuestamente deseada de la iglesia, si no la refleja en CDC, que es lo que cuenta, se quedará, en el mejor de los casos, en un bonito deseo; en el peor, en un simple eslogan publicitario. Podría empezar, por ejemplo, redefiniendo la elección del papa y del resto de los obispos, para continuar redefiniendo sus atribuciones, sus competencias, sus títulos, etc., etc.)
Y mientras tanto, palabras, palabras, palabras, que os tienen a todos y a todas, encantados y encantadas. Por ahora, Francisco solamente es el Papa-Prozac.
Cualquier líder destacado, y el Papa francisco lo es, tendrá sus fans y sus detractores, sus entusiastas seguidores y su acérrimos enemigos (en este caso quizá enemigos en la intimidad). Pero en este Papa hay que reconocerle una serie de cosas: es un torbellino, es un huracán, es una caja de sorpresas continuas y, es valiente. Todos los días es noticia, y no veo que él tenga afán de protagonismo, sino porque él es un Papa tan peculiar que, al margen de las comparaciones con los otros Papas, es un hombre muy singular en sí mismo.
Yo que he mantenido mi escepticismo hasta verlas venir, voy enmarcando mi criterio sobre Francisco. La conversación que leo de tú a tú entre el periodista y el Papa, me parece de tal humanidad y proximidad entre un creyente y un no creyente, que las enormes coincidencias en valores humanos fundamentales, difumina bastante las diferencias por sus creencias e increencias. Si bien él deja muy claro y con absoluta firmeza su fe, ¡faltaría más! Pero no es excluyente.
Podré discutir alguna de sus afirmaciones, podré estar de acuerdo o no con otras, pero, confieso que mi escepticismo empieza a derrumbarse, y mi esperanza de que este Papa pueda llevar a la Iglesia a una situación de más aproximación al Evangelio, quizá de forma lenta, quizá ni siquiera esta generación veamos los frutos, pero cambiar el báculo por la palabra, el dogmatismo absoluto (aunque parezca una contradicción) por la apertura, la imposición por la invitación, etc. etc., es otra forma de ser Iglesia que no tiene marcha atrás.
Querido y entrañable Oscar
(cuando me iniciaba en Atrio me diste una acogida muy cercana y calurosa, y un canario no olvida nunca)
El tiempo es muy largo y nosotros demasiado breves
El horizonte muy amplio y nuestra mirada corta
Atrio nos trasciende. Será/es testigo de lo que está llegando.
Si no es aquí, en otro blog los que no se definen en la fe dialogaran sobre la fe y lo que podría ser la misma. al margen de los juicios previos que nos hemos forjado, entre ellos y con otros. que se definan como creyentes.
al final del camino, nos están esperando ( con los brazos abiertos)
roman
Hola román!
Solo dos brevedades y una previa:
PREVIA: que das por seguro que se debatirá acá ¿será como lo pensás?
UNA: Bergoglio es más (y alguito diferente) de su “teología”.
DOS: De eso que es más -semejante a cualquiera que ande arrastrando sus pies por las calles de este mundo, también Eugenio- saldrá la salud … o la enfermedad.
¡Vamos todavía! – Oscar.
Permítanme discrepar o discutir algunas de las opiniones que el Papa Bergoglio descarga en su entrevista.
El dice que “el materialismo comunista no tuvo ningúna influencia en mí. Conocerlo a través de una persona valiente y honesta me fue útil, entendí muchas cosas, un aspecto de lo social, que después encontré en la Doctrina social de la iglesia…” Yo no tengo una idea tan positiva y elogiosa de la doctrina social de la iglesia como la que aquí parece expresar el Papa Berglglio, que conste…
Leyendo la entrevista que le hacen al poeta nicaragüense Cardenal, un tal Paul Borgeson dice que “como marxista, Cardenal es hereje, y como sacerdote católico, está al filo de la herejía, pues rechaza la noción de la incompatibilidad de fe cristiana y política socialista”
¿Con quién nos quedamos, con Bergoglio, o con Cardenal? ¿Bergoglio habría abroncado a Cardenal como lo hizo el Papa Woytila en el aeropuerto de Managua, delante de miles de nicaragüenses? ¿Qué le habría dicho Bergoglio al arzobispo de La Habana Oves, que propició una etapa de convivencia pacífica entre la iglesia y el gobierno de Fidel castro? ¿Lo habría desautorizado y defenestrado como hizo el Papa Woytila? ¿Finalmente, en qué se diferencia Bergoglio de Woytila?
Luego está esa fe en Dios que exhibe, no sé si un tanto pomposamente, Bergoglio: “Dios es luz que ilumina las tinieblas…” Los hay que creen haber comprendido a Dios, el Incomprensible; los hay que lo buscan en la más oscura oscuridad, los hay que, cansados de buscar y no encontrar, dicen haber renunciado a buscarlo.
Yo desconfío de los que creen haberlo comprendido. Me quedo con Dietrich Bonhoeffer, que dice que hay que vivir “como si Dios no existiese”…Tal vez Bergoglio tiene demasiado claro haber comprendido y poseer a Dios…
Y luego ese esquivar el tema de la presencia de los creyentes en la política, de repetir los eternos principio de que la iglesia no se mete en política, que eso es cuestión de los laicos…Por favor, el compromiso político es una obligación de todo ciudadano, es la expresión más alta de la caridad y el amor al prójimo…Díga esto con más claridad y énfasis, Papa Bergoglio, por favor!
Lo de Francisco de Asís también me trae a mal traer. Bergoglio dice que “tuvo que negociar largamente con la jerarquía romana y con el Papa para que se reconociesen las reglas de su orden. Finalmente la Iglesia aprobó esas reglas, pero con profundos cambios y compromisos”.
Mientras tanto, Papa Francisco, grupos de cristianos eran perseguidos y quemados vivos por esa misma Iglesia por reclamar un testimonio de pobreza y de compromiso con los pobres. De los cuales usted no dice ni palabra. Y con su permiso y su perdón, me atrevería a decir que aquellos herejes medievales estaban más cerca del evangelio que el Francisco de Asis de los compromisos y de los profundos cambios impuestos por el Sanedrín de la Iglesia romana…
Lo cual no me impide reconocer con el poeta Cardenal que el mandado de este Papa va a suponer un avance sobre lo que hemos tenido hasta ahora. Pero no nos pasemos ni por la derecha ni por la izquierda…
Sabía a ciencia cierta que este pasaje de la entrevista iba a causar un gran impacto y que sería recogido inmediatamente por alguien de Atrio.
Pero no esperaba que fuese Oscar quien se lanzase al ruedo a la primera ocasión.
No seré yo quien organice este diálogo. Prefiero que sea una conversación “entre no creyentes”
Pero me gustaría puntualizar algunas cosas.
Primero que está dentro de la lógica de las cosas, y es mérito de Francisco que en la misma conversación haga los planteamientos del diálogo que desea recuperar como herencia del Concilio y práctica de su vida y que proclama a los cuatro vientos.
De su amistad con el rabino de Buenos Aires ( actitud de diálogo permanente) salió algo tan entrañable, que se piensa en ello con mcha simpatía. ¿Por qué se le atribuye a Fancisco motivaciones ocultas? Él no ignora que la Buena Nueva de Jesús es propueta.
A los actuales críticos con el pensar cristiano, les resulta algo difícil aceptar que la fe en su explicación testionial es siempre una propuesta, casi como una invitación a participar de la relación con Jesús, y jamás el martillo de la verdad. La verdad es relacional. Lo dice Francisco en su carta anterior.
Segundo. ¿Por que es teología la palabra de Francisco y pensaiento “moderno” la de su interlocutor?. Podría haber dicho Oscar pos-moderno y se habría acercado más.
¿No es lo de Eugenio una creencia filosofíca que se puede diagnosticar como teología, una de las formas de religiosidad laica de esta generación ?
Para considerar todo diálogo como una lucha, un combate, donde necesariamente hay un empate (siempre un empate en estos términos, porque cada una sale de lo mismo con sus propios pensamientos) tiene la necesidad de ahndar en la verdadera naturaleza y substancia de lo que debe ser un diálogo verdadero. ¿No somos seres trascendentes, siempre abiertos al otro, a lo otro que se nos impone como la realidad plena, hasta rendiernos en el yo del otro? Eso essencialmente amor, lo que dice Francisco (la verdad relacional)
No me contestes Oscar, todavia no
Espera que otros con mejor criterio que yo entren en el diálogo y yo pueda aprender de vosotros. Aceptar mis interroganciones como verdadera ansia de encontrar respuestas.
un saludo
roman
Hola!
Luego de varias escaramuzas en que los interlocutores “se saben” que iban a concordar, Francisco intenta sorprender a Eugenio (un tipo “bien nacido”). Gira 180 grados; por eso el –“Pero ahora…”-
Francisco: Pero ahora, déjeme que le haga una pregunta: Usted, laico no creyente en Dios, ¿en qué cree? Creerá en algo, tendrá algún valor dominante.
Le pregunto qué piensa de la esencia del mundo, del universo.
todos nos preguntamos: de dónde venimos, a dónde vamos. ¿Y usted?
Eugenio: Creo en el Ser, en el tejido del cual surgen las formas, los Entes.
Francisco: Yo creo en Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser.
¿Le parece que estamos muy lejos?”.
Eugenio: Estamos lejos en el pensamiento, pero similares como personas humanas, animadas por nuestros instintos que se transforman en pulsiones, sentimientos, voluntad, pensamiento y razón. En esto somos parecidos.
Francisco: Pero lo que ustedes llaman el Ser, ¿lo define como lo piensa?.
Eugenio: El Ser es un tejido de energía. Energía caótica pero indestructible y en eterno caos.
De esa energía emergen las formas cuando la energía llega al punto de explosión.
Las formas tienen sus leyes, sus campos magnéticos, sus elementos químicos, que se combinan casualmente, evolucionan, finalmente se apagan pero su energía no se destruye.
El hombre es probablemente el único animal dotado de pensamiento, al menos en nuestro planeta y sistema solar.
He dicho que está animado por instintos y deseos pero añado que tiene dentro de sí una resonancia, un eco, una vocación de caos.
Francisco: Bien. No quería que me hiciese un resumen de su filosofía y me ha dicho bastante.
Observo por mi parte que Dios es luz que ilumina las tinieblas y que aunque no las disuelva hay una chispa de esa luz divina dentro de nosotros.
Aunque nuestra especie termine, no terminará la luz de Dios que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos.
Eugenio: Sí, lo recuerdo bien, dijo “toda la luz será en todas las almas”, lo que, si puedo permitirme decir, da más una imagen de inmanencia que de trascendencia.
Francisco: “La trascendencia permanece porque esa luz, toda en todos, trasciende el universo y las especies que en esa fase lo pueblen.
NOTA: A esta altura, Francisco se da cuenta que está empezando el “diálogo de sordos” y entonces “sale como había entrado”: con otro –“Pero volvamos …”-
Francisco: Pero volvamos al presente. Hemos dado un paso adelante en nuestro diálogo. Hemos constatado que en la sociedad y en el mundo en el que vivimos el egoísmo ha aumentado más que el amor por los demás, y que los hombres de buena voluntad deben actuar, cada uno con su propia fuerza y competencia, para hacer que el amor por los demás aumente hasta igualarse e incluso superar el amor por nosotros mismos”.
………………..
Me queda claro (o: + o -) que:
si se pretende “ir a la Periferia ‘EN SERIO’” habrá que perdurar en ella evitando trans-fugarse.
El vino nuevo de la vida humana actual no aguanta los odres viejos de la teología (Francisco) ni el modo de pensar “moderno” (Eugenio).
¡Hay que seguir yendo todavía! –Oscar.
magnifico Francisco;transmite cofianza y esperanza.
Una entrevista muy buscada,
muy estratégica.
Ya no son miguitas de pan que se dejan para poder encontrar el camino de retorno a casa y que se comen los pájaros. Son piedras muy bien puestas que señalan el camino, que los demás ( por el pueblo católico) debe deben transitar
No se busca la renovación, no se quieren hacer cambios, que no supongan la conversión, la vuelta a las esencias de lo que es el cristianismo ( católico) verdadero. El obispo Francisco sabe, está consciente, de que el mundo actualmente está falto de figuras señeras. (Obama, la gran promesa, está siendo continuamente fagocitado por el Repblicanismo y el Tea Party, los antiguos líderes han muertoes o están mu envejecidos)
Scalfari se ha hecho consciente de ello y se hace cómplice con Francisco del diagnóstico: La profunda crisis de la sociedad moderna no es sólo económica, sino también social y espiritual.
Que en la Iglesia se practique una OPCION POR LOS POBRES, ya no es ninguna opción, sino que está en la propia naturaleza de la Iglesia ser “misionera y pobre” (El Pobre de Asís tenía razón, pero tuvo que llegar a un compromiso con los poderes eclesiásticos establecidos de su época)
El problema más urgente y dramático de la sociedad es la pobreza, pues nos aplasta el presente, y la Iglesia está llamada por Jesús a ocuparse de “cuerpos y almas”, pues amar a los demás es la ´´unica manera de amar a Dios y vivir la verdad de Jesús.
El gran reto del Catolicismo es que la Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del Pueblo de Dios. La Iglesia es…( )…una palabra distinta…de la Santa sede…que está al servicio de la Iglesia.
Nos vamos aclarando
roman
Me viene a la mente aquella escena en la que Jesús dormía sobre la barca mientras arreciaba la tempestad y lo despertaron, calculando que para ellos solos, enfrentarse a aquellos enfurecidos elementos, era demasiado.
El, ya despierto, les echa en cara sus miedos y titubeos teniéndole con ellos, pero cambia su tolerancia por la activa y efectiva solidaridad.
Como para revisar también nuestros miedos, cálculos y carencias.
El no ha abandonado nuestra pobre barca, aunque confiando en nuestra “profesionalidad navegante” ha querido permanecer junto a nosotros como dormido.
¿Seremos capaces de renovar nuestra confianza en Él y en Nosotros, frente a los fuertes vientos del PODER?