Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7446 Artículos. - 113037 Comentarios.

¿Un Jesús perfecto?

ArregiEn mi reciente artículo “Neuroteología” escribí: “Es más que probable que en la Tierra, dentro de muchos millones de años, vivan seres no humanos mucho más inteligentes o “espirituales” que nosotros (y que Buda o Jesús de Nazaret…)”. Bastantes personas me han expresado su extrañeza o incluso su disgusto por la referencia a Jesús en este paréntesis. Podría ser que a algunos budistas les haya pasado a la inversa, si es que han leído el texto, pero no me consta. Quiero, pues, explicarme sobre este paréntesis para mis hermanos cristianos.

La pregunta es: ¿No puede un cristiano pensar que, dentro de miles o de millones de años, puedan existir en la Tierra –o que existan ya en otros planetas– seres más espirituales que Jesús de Nazaret?

Empezaré con una reflexión previa. La fe no se juega en lo que pensamos o creemos, sino en lo que vivimos. Lo que pensamos o creemos puede sostener y suscitar la vivencia profunda de la fe. Eso en primer lugar. En segundo lugar: las creencias, en cuanto pensamientos, han de ser “razonables” o al menos no ser irracionales. Solo podemos “creer” lo que nos parece razonable o “plausible”. Por eso cambian las creencias según la cultura, la visión del mundo, las ciencias. Una creencia que no fuera razonable o que fuera irracional sería un obstáculo para la vivencia de la fe. En realidad, nadie cree nada si por alguna razón no le parece razonable creerlo. A mí no me parece razonable creer que Jesús fuese hijo de madre virgen, y no lo creo, ni ahí se juega mi fe cristiana (¡solo faltaría!); pero si alguien lo cree, es porque por alguna razón –por ejemplo, porque piensa que es una “verdad revelada por Dios”– le parece razonable creerlo así. Los motivos de razonabilidad o plausibilidad son muy diversos, pero nadie puede creer algo que no le parezca razonable creer. Es así de sencillo.

Igual de sencillo es, y por la misma razón, lo que decía en el paréntesis del artículo: si la evolución de la vida sigue –y es innegable que sigue–, el hombre Jesús no puede ser pensado como la forma acabada de la evolución de la vida en general, ni siquiera de la evolución humana en particular. Según eso, no sería razonable pensar en Jesús como un ser perfecto y acabado, ni siquiera espiritualmente. Pensar a Jesús como un hombre perfecto estaría en contradicción con el dato de la evolución y, en última instancia, con la creencia de la encarnación. Vayamos por partes.

Supongo que nadie imagina a Jesús como un hombre físicamente perfecto. Un cuerpo perfecto no existe. Un Jesús físicamente perfecto no sería humano. Supongo que nadie piensa tampoco que Jesús fue intelectualmente insuperable, ni aun en el caso improbable de que hubiera sido más inteligente que Einstein. La inteligencia depende de la educación y del ejercicio personal, pero en primer lugar de la capacidad neuronal. Si un día, dentro de miles o de millones de años –por mutación natural o por tecnología genética o neuronal– aparece alguna especie (tal vez exista ya en el universo) con una capacidad cerebral superior al Homo Sapiens actual, esa especie podrá ser más inteligente que Jesús, Homo Sapiens judío de hace dos mil años.

¿Y por qué ese futuro e hipotético ser no podría poseer una psicología más dotada, lograda o equilibrada que Jesús? No conocemos mucho sobre la psicología de Jesús, aunque por lo que sabemos ya nos gustaría tener su emotividad y equilibrio, su fuerza y ternura; ya nos gustaría ser tan buenos y felices como él. Con todo, ¿sería razonable pensar que su psicología fue perfectamente equilibrada, que jamás sintió angustia ni sentimiento negativo alguno para consigo o los demás, como nos pasa a todos? Si padeces en tu ser, que seguro que padeces, esas angustias y sentimientos negativos, no te preocupes: seguro que Jesús también las padeció. Pero procuró seguir sobreponiéndose cada día y confiando a pesar de todo. Ahí está la grandeza; ése es el camino. Yo espero, sin embargo, que alguna vez aparecerá o haremos que aparezca un cerebro más logrado que el de esta especie que somos (y que fue Jesús), esta especie que sigue funcionando todavía en buena parte según los mecanismos “primitivos” del cerebro reptil, y que sigue sintiendo todavía los miedos, las rabias y las tristezas propias del viejo cerebro mamífero. Espero que algún día pueblen nuestro querido planeta unos seres más libres de miedos, que se sientan más indemnes y salvados, que sean más felices cuidándose unos a otros más que nosotros. Jesús también lo esperaba –en primer lugar para sí–, aunque él lo llamaba “reino de Dios” y aunque él no entendía el mundo según un paradigma evolutivo como lo entendemos nosotros.

Si pensamos la realidad en un paradigma evolutivo, es lógico pensar la propia espiritualidad –la nuestra y la de Jesús– en ese mismo paradigma. La realización espiritual es una dimensión más compleja y profunda que la salud física o que incluso el equilibrio psicológico. Es la paz y la armonía con el Sí mismo, con el Mundo, con el Otro y con el Todo. Y esa espiritualidad, como todo cuanto es, depende de todo, emerge de todo. Depende y emerge también, y no en pequeña medida, de los genes y de las neuronas. Por eso digo: ya quisiera yo llegar a la paz y la armonía a las que llegó Jesús, incluso en Getsemaní, incluso en la cruz, pero no tengo por qué pensar que en su ser individual e histórico llegase a la realización plena de la paz, del descanso, del shalom, de la espiritualidad, aunque sí creo –y me parece razonable o al menos no me parece irracional “creer”– que en su muerte llegó a la Vida plena o a Dios. Espero que alguna vez haya seres en esta Tierra que puedan alcanzar una armonía mayor de la vida particular con la Vida universal, sin  tanto esfuerzo ni tanto Getsemaní. También Jesús lo esperó, en primer lugar para sí, aunque quizás alguna vez también desesperó.

Jesús fue un individuo admirable de esta nuestra pobre y maravillosa especie humana, especie maravillosa pero aún incipiente, en evolución hacia una forma todavía desconocida. Jesús fue y sigue siendo profeta, sacramento, símbolo o encarnación de la Compasión liberadora y creadora. Pero en su vida y en su historia particular, en su experiencia y en su conciencia individual, no pudo llegar sino hasta donde su constitución biológica (su ADN y su 1.400 cm3 de cerebro) y toda su cultura le permitieron llegar.

Por eso lo quiero más, y lo confieso testigo y sacramento, admirable en su finitud y particularidad, del Espíritu que goza y gime en la creación entera hasta que Dios sea todo en todas las cosas.

Para orar

Bendito de Dios
en quien el Padre se complace,
tú viniste
a bautizar al ser humano en tu muerte.
Y el Jordán bañó tu cuerpo.
Ven, Señor Jesús,
justicia del Reino.
Que cantemos por tu retorno.

Bendito sea en nombre del Señor
El que viene a salvar a su pueblo!

Roca nueva
de donde brota el Río de la vida,
tú viniste
a saciar a los que creen en ti,
y dejaste abrir tu corazón.
Ven, Señor Jesús,
fuente inagotable.
Que cantemos por tu retorno.

Bendito sea en nombre del Señor
El que viene a salvar a su pueblo!

(Comisión cisterciense francófona)

16 comentarios

  • Juanel

     
    No veo en dónde cambio tu pensamiento Santiago, en cuanto el mal y la culpa. La culpa como tú dices viene de la falta de responsabilidad cuando optamos por hacer aquello que no tenemos que hacer, o no debemos o incluso no queremos como dice Pablo. Por supuesto que tenemos tendencia al mal, pero también al bien, ambas tendencias las heredamos. Tú dices que Dios no nos puede crear en el mal sino en el bien. Y yo lo que digo es que la “carne es la carne”, es decir, la herencia biológica nuestra no tiene una valoración ética previa a no ser que valoremos éticamente la conducta de los animales. Y ciertamente si les aplicamos nuestros valores éticos encontramos en ellos tanto valores positivos como negativos. No hay ninguna razón para que no sea igual en los primeros grupos humanos. ¿Cabe la pregunta sobre la bondad de Dios al crear rapaces y depredadores? Además, no existe razón alguna para proponer que el código ético humano surgiese de un día para otro (ayer no había gracia y hoy sí), al contrario, lo razonable es que surgiera de forma progresiva al reprimir y castigar conductas reprobables en los grupos humanos. Hay un proceso continuo sin saltos, y Dios estaba presente en la evolución antes de que los primeros seres humanos dejaran su huella en la Tierra, como en los primeros grupos humanos, y después en su historia.
     
    Pero Dios hace algo distinto en el proceso evolutivo que no había hecho antes. Llama a los humanos de nuestra especie a la plenitud, desde los primeros pasos de una ética y conciencia reconocible, implicándose en el proceso de plenificación a lo largo de la historia. No transforma al ser humano en otra cosa, (diferenciándolo con la gracia) sino que lo toma tal cual es con lo malo y lo bueno que ha heredado. La gracia no la heredamos ni es universal, quiero decir que Dios no está obligado a repartirla entre todos por igual, ni es lo mismo que la conciencia o la tendencia al bien o al esfuerzo por ser mejores. Todo esto nos pertenece porque es humano, la gracia no, la gracia es de Dios y la concede no por obligación ni por necesidad ni por méritos, sino cuando él quiere y como quiere según su plan de salvación o plenificación humana. No perdemos la gracia sino que la ganamos cuando Dios tiene a bien concederla.
     
    Pablo hace una teología de la gracia bastante compleja. Contrapone al primer hombre Adán que trajo el pecado al mundo con Cristo que trajo la gracia que vence al pecado, el perdón del pecado, en el contexto del Génesis bíblico. El hombre nuevo que vive en estado de gracia ha vencido al hombre viejo que vive en el pecado. Lógicamente Pablo habla del hombre en plenitud, porque el pecado ha sido vencido. Si el pecado persiste sólo puede suceder porque no se ha alcanzado la plenitud, pues si no el poder de la gracia y de Dios sería muy inferior al del pecado. Pablo adelanta el Reino a su tiempo que creía inminente, y por ello ritualiza con esa urgencia propia de él la concesión del espíritu y el estado de gracia, como si eso fuese suficiente para la plenitud metiendo uno a uno en el Reino inminente. Sin embargo, el rito predispone para tomar la dirección a la plenitud, se adquiere y se trabaja en ese espíritu pero no instala a las personas en el estado de gracia de la plenitud. Si esto fuese así la recaída en el pecado sería imposible.
     
    Un abrazo

  • Santiago

    gracias a ti Román por seguir por aquí y por tu interés en estos temas de actualidad…Tambien yo creo que el misterio de la gracia se filtra por donde menos uno piensa..Y esta relación personal con Jesus es lo mas importante…Como dice Francisco, “EL nos está esperando para encontrarse con nosotros”…de la misma manera como esperó Jesus para encontrrse con la mujer samaritana en el pozo de Sicar….porque EL quiso revelársele a ella “personalmente” en “espíritu y en verdad”…y a nosotros, en el siglo XXI, sin duda alguna, está actuando de la misma manera, quiere este encuentro….un encuentro que no es mas que el comienzo de la vida nueva en la gracia…y eso lo estamos viendo por todos lados….hasta junto a nosotros…
    Por otra parte, es cierto que hay que hacerse entender, sin necesidad de usar un lenguaje abstracto y rimbombante…Jesus usaba parábolas para que todos pudieran comprender las verdades mas profundas….Y por eso es fundamental saber con quien estamos hablando…y a quien nos dirigimos…La calidad intelectual de este foro y el lenguaje que usa la mayoría de los participantes invita a un diálogo en el que se usen palabras apropiadas…Yo creo que todos, mas o menos en este sentido, nos entendemos….Y creo que en la Iglesia tiene que existir de todo: desde el lenguaje “coloquial” que está usando Francisco en sus diarias alocuciones, hasta el lenguaje académico, aunque muy  claro, de Ratizinger en su vasta coleccion bibliográfica, como en el estilo magisterial de las encíclicas, como en las homilías pastorales de Paulo VI…hasta las sencillas palabras de un párroco hablando del amor de Dios, como era la costumbre del cura de Ars…De todo ha de haber en la “viña” del Señor porque la Iglesia de Cristo es para TODOS…ES UNIVERSAL…sin exclusión alguna…TODOS somos llamados…TODOS somos invitados al banquete del Señor..TODOS debemos entender en nuestra propia cultura…y en nuestra propia manera de pensar….en nuestra mentalidad…y en nuestro grado de educación…porque el mensaje  de Jesus de Nazaret ha de llegar a la totalidad del Universo en su verdadero sentido…que es de salvación…mensaje para ahora y para el futuro…mensaje actual y escatológico a la vez….mensaje único, dado una vez, para todos los tiempos..y hasta el final de ellos…Esa es la labor que nos corresponde a todos….a los que hemos recibido y aceptado como verdadera LA PALABRA QUE VIVE…. que es Cristo Jesús
    Un saludo cordial de Santiago Hernández     

  • Román Díaz Ayala

    Santiago, Juanel,
    quiero agradeceros  a los dos por el diálogo que persiste desde el día 15,cuando la perfección de Jesús,
    se torno en comprenderla desde la fe en respuesta a la Revelación.
    Entiendo el esfuerzo que todos hacemos por hacernos entender como cristianos/as de a pie, para huir de una terminología eclesiástica que cada vez se aleja más de nuestras experiencia.
    Pero lo importante es que hemos entrado muchos/as en una relación personal con Jesús, por obra de su gracia, que nada tiene que ver con nuestras categorías de pensamiento.
    un abrazo
    roman

  • Santiago

    gracias Juanel…aunque nuestras cosmovisiones sean diferentes…sin embargo, como dices, la fe nos une..la fe en Jesus que es la síntesis y el objeto final del propósito de la Creación..No solamente nos une la fe…sino el ser de” islas”…y el hecho de que tu mujer se ocupe de tu lenguaje, porque  al igual que la mía  trata de corregirme un lenguaje que para ella es demasiado “eclesiástico”…Sin embargo yo creo que hacen falta seglares -hoy mas que nunca- que se ocupen de la teología práctica…para poder dar testimonio de la fe ante un mundo que esta vacilando en este aspecto….y que necesita personas que expresen la fe coherentemente…como el mejor regalo que podemos hacerles a nuestros familiares y amigos…y aun a nuestros “enemigos”…el tratar de que ellos participen en esta aventura maravillosa que es tratar de vivir  la vida de Jesus de Nazaret….

    Por otro lado, hace algun tiempo vienes tergiversando mi pensamiento en cuanto al significado del “pecado original” y sus consecuencias…EN ningun momento pienso como Lutero que nuestra condición humana es heredada e irremediable…Ni mucho menos “culpabilizo” a nadie por mi manera de pensar….La culpa no es por lo que yo pienso…porque es imposible que yo pueda condenar a nadie…La culpa reside en que somos responsables de lo que hacemos…aun con las atenuantes y agravantes de nuestra limitación humana,,O sea, la culpa existe, porque yo soy libre de hacer o no hacer el bien, de hacer o no hacer el mal…Y por otro lado no fue S. Agustin el que inventó el pecado original…Aparece desde el principio en la Escritura y no hace falta ser teólogo porque esta “tendencia” al desorden del ser humano que implica hacer el mal, es la experiencia diaria…Porque por supuesto, existe la confusion de lo que significa pecado y lo que significa original…Ni es pecado personal….ni es tan original….sino que existió como tendencia desde el principio….La culpa pues no es personal…sino que hay que situarla correctamente en la libertad que Dios nos dio como un privilegio..Haciéndonos libre, Dios no quiso hacernos robots….sino que nuestra busqueda y entrega a El fuera libre…y meritoria, ya que supone un esfuerzo…Asi lo quiso EL…Por tanto, la pérdida de la gracia fue voluntaria….Y ese es el quid del asunto…Dios no pudo hacernos especificamente para el mal…sino para el bien…Por eso tuvo que crearnos en gracia…Sin embargo, al perderla al hacer mal uso de nuestra libertad, la respuesta de Dios, fue a “favor” de nosotros….Entonces, Cristo fue la respuesta….En su amor…Cristo-Dios nos rescató de este desorden…y por eso nos restauró al bien…Esto no lo dicen los santos, esta escrito en el Antiguo y en el Nuevo TEstamento, y en la carta de S. Pablo a los Romanos y en la segunda carta a los Filipenses….
    Dios es muy misericordioso…pero nos quiso semejantes a EL….para que en libertad puedieramos voluntariamente escogerle a EL…usando de nuestra inteligencia y voluntad…Aunque se corriera el riesgo de la aparicion del mal en el mundo, como de hecho ha sucedido, pero sin embargo, el remedio de Dios, al redimirnos, fue mas potente que el mal….porque la gracia supera al pecado con mucho.
    Pero si relativizamos el mal….si creemos que nadie es responsable de sus acciones….si cada uno de nosotros piensa que siempre esta actuando bien, entonces este mundo se convierte en un caos desordenado…(algo de esto estamos viendo hoy en dia, con la superabundancia de crimenes y abusos de todo tipo precisamente por este pensamiento absurdo del relataivismo moral)..PERO la experiencia enseña que existen acciones que son perversas per se….y que sus consecuencia son terribles….no solo individualmente, sino para el bien comun….Por eso, en la utopía del pensamiento de la “no existencial del mal en el mundo” y que este es relativo, consiste en que no necesitamos a Cristo…ni su amor….ni su redencion…ni su aceptacion de la cruz…¿Para que? El Padre podría salvarnos de otra manera…Pero la economía salvifica de EL como se ha mostrado en la Revelación, es diferente….La respuesta del Padre ante el mal del mundo, es el amor del Hijo, Jesucristo…que por amor y en amor nos brinda el camino verdadero hacia el Padre…Quien juzgue la “tendencia al mal”, sin la respuesta del Padre ante ella, esta en un camino desviado…Pero no podemos eludir nuestra propia responsabilidad ante la vida
    Un abrazo   de Santiago Hernández   

  • Juanel

     
    Estamos en la fe Santiago, muy próximos uno de otro. En lo que diferimos es en el lenguaje o expresiones. Cuando terminé en el 2006 mis apuntes sobre mi fe que escribía durante más de 20 años, le leía a mi mujer cada capítulo y no paraba de corregirme el lenguaje diciéndome que parecía un cura, de modo que me esforzaba por decir lo mismo con palabras llanas. Entiendo lo que dices porque tus expresiones grandilocuentes eran las mías, pero me di cuenta de que se pueden sustituir sin que lo que queremos decir cambie su sentido. A veces aún se me escapan de cuando en cuando. Las encíclicas están escritas en ese lenguaje pasado de rosca y tengo que esforzarme en traducirlas si les quiero sacar provecho.
     
    Aparte del lenguaje sí hay algunas ideas en las que no coincidimos. Coincidimos en la fe, la esperanza, la confianza, en coherencia necesaria con la razón, que motiva nuestra decisión y su confirmación posterior con la gracia. Se cree porque se quiere creer. Diferimos en lo sobrenatural y los milagros. Tú ves lo cotidiano como un milagro, yo no, yo lo veo en coherencia evolutiva no milagrosa. Un milagro para mí sería un suceso de probabilidad nula, no aquel extraordinario que tenga escasa probabilidad. En estos podemos rastrear su causa o posibilidad de ocurrencia y descubrirla aunque nos cause asombro. En el suceso de un milagro de probabilidad nula no es el azar, sino que sucede lo imposible y esto no estoy dispuesto a admitirlo pues transformaría nuestro mundo en caótico, pudiendo ocurrir cualquier cosa en cualquier parte. Y esto simplemente es falso. Sin embargo, la coherencia evolutiva no suprime la acción creadora continua de Dios. Las condiciones previas abren un abanico de posibilidades para el suceso siguiente cada una con distinta probabilidad. Creo que hay una Causa Externa a nuestro sistema que decide cual de ellas se produce, pues no siempre ocurre la de mayor probabilidad. Esa Causa Externa está de algún modo que desconozco en relación con Dios y su Providencia. Para mí es válida la sentencia “el mundo (y nosotros también) propone y Dios dispone”. Y en ella cabe la evolución autónoma del mundo y nuestra libertad.
     
    Sobre la rebeldía del hombre ante la obediencia que le debe a Dios no puedo estar de acuerdo. Partes de una hipótesis poco razonable que fuimos creados en la bondad y que luego rechazamos. Desde el punto de vista evolutivo somos creados o mejor engendrados por nuestros padres con una herencia que mezcla valores positivos y negativos, ambas cosas seleccionadas por la evolución al darnos ventajas de supervivencia. Pero podemos superar nuestra herencia y decidirnos por nuestra libertad hacia el bien controlando lo que se le opone. Podemos optar por la dirección hacia la plenitud de lo humano. Nuestra “naturaleza” heredada no se nos impone irremediablemente, sino que teniendo en cuenta nuestras condiciones y capacidades tenemos margen suficiente de libertad para asumir nuestras responsabilidades. Y yo creo que en este esfuerzo del ser humano por superarse a sí mismo individual y colectivamente está Dios implicado, al estar Dios en la Plenitud que tira de nosotros hacia él en su plan de salvación para la humanidad. Si supones que el ser humano fue creado en el bien que rechaza por el pecado, culpabilizas a toda la humanidad con la nefasta hipótesis de S.Agustín del pecado original, con la que no estoy de acuerdo. Los seres humanos individuales no pueden ser responsables de su herencia.

  • Santiago

    Juanel,   coincido contigo en que la credibilidad, y por tanto la fe, no se basan principalmente en los milagros de Cristo. Ellos no causan la fe, sino que son un elemento de ella. Porque la fe se basa en la confianza…Yo creo en mi médico porque me inspira confianza…Es decir, creo que va a hacer todo lo posible por curarme..Que no me engaña…Que me dice y me va a decir la verdad…Que quiere mi bien…Entonces creo y me dejo guíar por el.
    Por eso, la fe en Cristo nace del corazón…y es un acto de la voluntad…aparte de ser un don de Dios….Porque para creer en un bien y en una verdad sobrenatural…que trascienden nuestras fuerzas naturales…hace falta una ayuda de Dios…Ya el “querer creer”….y el no descansar hasta encontrar eso que “nos falta” y que nos hace estar intranquilos, es un acto de fe…puesto que Dios se conforma con nuestra recta intención..y nuestra recta intención nos lleva universalmente a la búsqueda del bien y de la verdad que se identifica con nuestra última felicidad que es precisamente Dios….Por tanto, la gracia y la cooperación a ella son parte del plan salvífico de Dios…y una no puede ir sin la otra…Sin embargo, la fe no puede ser ciega…no puede ser incoherente, repulsiva, ilógica…porque va precedida de la razón…Podemos no abarcar completamente una verdad…pero esta en la fe no puede abrirse en nuestra mente como absurda en su totalidad….Entonces, esta verdad no entraría en lo apetecible..sino en lo repulsivo…Por eso la fe siempre ha de ser libre…No se puede imponer a nuestro entendimiento como algo irreconocible…y completamente detestable…Cuando creemos es porque esa verdad que se ofrece a nuestro intelecto nos parece coherente…y suficiente como para ser aceptada por nosotros….y se presenta como mejor que las otras opciones que se presentan ante nosotros.
    Por otro lado, como bien sugieres, la fe es esperanza…En esta vida solo podemos percibir un “destello” tenue, aunque cierto, de la divinidad…En la esperanza de la resurrección en Cristo vamos a morir..y esto es lo que nos salva como ha explicado Ratzinger ampliamente en su Encíclica Spe Salvi. Cristo es el rostro visible del Padre invisible….El ha querido hacerse visible asumiendo nuestra humanidad y perfeccionándola, librándola de la rebeldía y de la oposición a Dios…Con su obediencia al Padre, Cristo restauró el plan primitivo del Creador, que nos creó en bondad…pues Dios “vio” al crear que todo era bueno, todo estaba bien…
    Por otro lado, no hay que asombrarse por la incredulidad del mundo….Creo que es mejor predicar a Cristo primero, en su verdadera identidad como Hijo de Dios….porque no sera completamente imposible despues creer  que Dios pueda hacer milagros….ya que el primer milagro es el Universo en que vivimos….y el segundo el que podamos tu y yo existir y continuar existiendo, con todas las variables y con todas las constantes vitales y la complejidades de todo tipo que ocurren en el mundo cada segundo….Si de milagros hablamos, estamos ante ellos diariamente….aunque no son lo “espectacular” que nosotros esperamos…Porque aun los discipulos de Cristo eran incrédulos….y dudaban a pesar de ser testigos de acontecimientos realmente extraordinarios…que ningun ser humano hubiera conseguido ejecutar….y ser “creído” por ello….Si esto pasó en el siglo I en la presencia de Cristo….no podemos pedir mucho a los del siglo XXI…Sin embargo, en Cristo residía la PLENITUD, como tu bien apuntas…y la FE en EL es lo que nos salva
    un abrazo      de Santiago Hernández

     

  • Juanel

    Santiago, la encarnación y la resurrección de Jesús sin duda alguna para mí son fundamento y clave de la fe en Cristo. Sin estas dos claves el cristianismo deja de serlo para convertirse en un humanismo o humanitarismo de altos vuelos. No está mal ni mucho menos, lo humano es la base para el cristiano pues la dignidad de todo ser humano y sus derechos, la causa de la justicia, debería ser la condición necesaria para todo cristiano. Necesaria pero no suficiente pues el cristianismo no es una escuela filosófica discípula de su maestro, sino una religión precisamente porque afirmamos que Jesús es el Hijo de Dios preexistente, anterior al ser humano y al mundo, porque pertenece al ámbito divino. Quien al encarnarse en María vivió como hombre en plenitud de lo humano y en filiación al Padre-Dios, y sin dejar de ser el Hijo de Dios “dejó su condición divina para hacerse uno de nosotros”. ¿Doble naturaleza, como afirman los concilios cristológicos? Depende de lo que se entienda por naturaleza. Si por naturaleza se entiende constitución o sustancia en el sentido que se emplea en química, yo considero que ni nosotros ni Jesús tenía otro tipo de sustancia digamos sutiles, sino sólo la química. Jesús no está hecho de una “pasta” distinta a la nuestra.
     
    Lo que ocurre con Jesús es que vive en plenitud de lo humano desde su concepción hasta su muerte sin adquirirla ni abandonarla en ningún momento de su vida. Quiero decir que fue un zigoto, un feto un bebé en plenitud, y un niño, y un adolescente y un joven y un adulto, en plenitud. Porque desde su concepción y en el seno de María y en el pesebre ya nos está comunicando plenitud, como en cada escenario de su vida hasta su muerte en cruz. Nosotros no, no tenemos plenitud ni en la hora de la muerte, ni siquiera se da en los mayores santos de la Iglesia. Siempre hay sombras. Por esto Jesús es el Hijo, siempre en plenitud, en todo igual a nosotros excepto en el pecado. Nosotros la adquiriremos con él y como él pero aún no, sino más tarde cuando la humanidad esté reconciliada sin exclusiones.
     
    Jesús es divino en tanto y cuanto la plenitud sea divina. La fe, la esperanza y la confianza me dicen que la plenitud humana es también divina. Pero saberlo con seguridad pues no lo sé y el único modo en que podría saberlo es que estuviera ya en el ámbito divino y esto por ahora no es posible. Yo creo en la divinidad de Jesús, pero “probarla” a base de milagros y profecías como se ha hecho en la apologética cristiana durante siglos, no me parece que quepa en nuestro contexto histórico y cultural. Las profecías se interpretan y se ajustan a lo que se propone a menudo sacándolas de su contexto y en cuanto a los milagros en lugar de producir asombro lo que produce es la sospecha y la sensación de que pretenden engañar. Los jóvenes cuando les dices que Jesús caminó sobre las aguas se bacilan y te dicen ¡venga ya! Y desde ese momento y con razón pierdes toda credibilidad y ya no te escuchan. Por eso evito hablar de esas cosas independientemente de lo que yo crea o deje de creer. Las escenas de milagros de Jesús les doy una interpretación diferente a la literalidad del texto en los que se narran. No es necesario creer en milagros para seguir a Jesús y afirmar su divinidad.

  • Santiago

    Juanel,    la plenitud divina de Jesus no está condicionada a nada  porque la persona divina, al encarnarse, asumió para siempre la plenitud humana. Pero ambas naturalezas no pueden funcionar en abstraccion, sino coherentemente solamente pueden funcionar en una sola persona…en una sola hipóstasis…La persona divina precedió a la humanidad de  Cristo   porque la encarnación fue en el tiempo….Cristo es e l modo de existir humano  de la persona del Hijo de Dios…La PLENITUD es doble y al unísono. La existencia “creada” de la naturaleza humana de Cristo desde el momento de su concepción es la misma existencia del Verbo que se ha “vaciado” El mismo y obtiene asi su hipóstasis -su característica personal- , o sea su ser, en Cristo, el Verbo de Dios . En esta unión, la existencia humana de Cristo no está “absorbida” por su existencia divina. Su identidad permanece intacta, como la imagen perfecta del Padre. Pero esta IDENTIDAD está traspuesta dentro de la clave del modo de existir ya que el modo de existencia de la 2da persona divina es humano..porque es el mismo Cristo…Y de ahi que su plenitud sea doble…pero no condicional…porque es imposible aquí la condicionalidad….La encarnación no ha sido en potencial….sino que fue real..porque la promesa a María se hizo realidad 9 meses despues…y Cristo no es una abstracción sino una realidad….
    La divinidad de Jesus, en cuanto a mi, no se hace “inmediata” por  mi  fe….Mi fe tiene una base histórica que es el nacimiento de Jesus…Si Cristo no hubiera existido y los “testigos oculares” no me hubieran transmitido la Buena Nueva, en el Evangelio, todavía podría haber tenido fe…pero una fe carente de muchos elementos importantes que sostienen mi vida actual…Por eso “fe y revelación” no pueden ser excluyentes..sino mas bien complementarias..y hasta podrían ser necesarias…Sin embargo, como ya hemos dicho, Dios da la gracia suficiente…para poder llegar hasta   EL        …y poder salvarnos…Sin embargo, Cristo fue la máxima expresión de la Revelación del Padre…Por eso, mucha mas responsabilidad tenemos los que “oímos” y “recibimos” la noticia del Evangelio…porque en el está la PLENITUD de la verdad de Dios….porque quiso Dios, en su infinito amor, revelársenos misericordiosamente en todo su amor….y en nosotros está el aceptar la fe o rechazarla…Por eso, el domingo pasado, el Evangelio hablaba de que la  FE   del leproso no solo lo habia curado físicamente, sino que lo había “salvado”  espiritualmente   ..porque los otros 9 pasaron junto a Jesus y fueron curados por El,  pero no “volvieron” a El…No te asustes, Juanel, no insinúo que los no-cristianos no se salven…En la ignorancia inculpable, no hay responsabilidad…Dios juzgará nuestras limitaciones en nuestra humana realidad que hubimos vivido aquí abajo. Pero a nosotros se nos presenta la Revelación cabalmente en la persona de Jesucristo, Y este el es el quid de la cuestión.
    Por otro lado, a Cristo no lo “divinizaron” los paganos, ni siquiera los judíos   .Sino que hizo milagros porque era Dios…Los dioses paganos no eran capaces de dar la vida a un cadáver en el cual estaba ya en marcha la putrefacción..mucho menos podían   resucitar ellos mismos….Por otro lado los milagros de Jesus eran públicos..y los judíos ni siquieran se atrevían a negar su realidad..sino que los atribuían a Belzebú, principe de las tinieblas…y tampoco los primeros  herejes los negaban, sino que les daban otro sentido, como pasa hoy en día en el anticristianismo que estamos viviendo actualmente….Sin embargo los “testigos oculares”, los  apóstoles de Cristo sellaron con sus   vidas  el kerygma  de la Resurreccion de Cristo, hecho principal de la Iglesia primitiva…porque ellos había convivido con Jesus, lo había visto muerto en la cruz, y lo vieron despues de su Resurreccion, y llegaron hasta palpar sus heridas y ver su costado atravesado por la lanza del soldado y comer con El…no solamente los 11, sino las mujeres y segun Pablo hasta 500  discípulos  a la vez…Esta realidad que es fe e historia al mismo tiempo, explica el martirio de TODOS los apóstoles….en una unanimidad que sorprende…solo a los que no comprenden la realidad gozosa de Cristo resucitado..que experimentaba plenamente la Iglesia de entonces.
        Juanel, aprecio  mucho tus acertados e interesantes comentarios…Solamente comento aquí esto añadiendo algo a los tuyos….un abrazo    de Santiago Hernández

  • Juanel

     
    Me parece a mí Santiago que a la divinidad de Jesús se llega mejor desde su condición de hombre en plenitud de lo humano que por el asombro y la perplejidad que dejan hechos milagrosos o extraordinarios como las resurrecciones (Lázaro, …). En el ambiente helenístico de la antigüedad el politeísmo hacía de los dioses un asunto cotidiano. El emperador era dios al que se le rendía culto. Por lógica un hombre que hacía milagros y resurrecciones rápidamente lo hacían dios, les pasó a los Apóstoles tal como relatan los Hechos. Hoy nuestro contexto es muy diferente. La gente por lo general no da credibilidad alguna a los testimonios extraordinarios contados por otros y menos aún si esos hechos narran sucesos del pasado. A mí me ocurre y busco narraciones alternativas e interpretaciones diferentes a una acción del poder de Dios contrario o interrumpiendo los procesos naturales. Por ello la afirmación de la divinidad de Jesús que hago mía como cristiano, no la sostengo en resurrecciones y milagros sino en la plenitud humana de Jesús y ademas apoyada en un condicional porque será divina sólo en el caso de que Dios lleve la Plenitud Humana al ámbito divino. Es posible que a ti esto te suene casi blasfemo, porque la divinidad de Jesús te resulta inmediata por la fe, “nadie puede llamar Señor a Jesús si no le ha sido revelado de la alto”. Pero en mi opinión la fe y la revelación son excluyentes, excluyentes porque muchos carecen de fe cristiana y no reconocen ninguna revelación plausible. Sin embargo, la plenitud de lo humano no excluye a nadie sino todo lo contrario, necesita para realizarse a la humanidad al completo sin exclusiones.

  • Santiago

    NO CABE DUDA que lo mas atractivo en Jesus de Nazaret en su humanidad, enmarcada en una personalidad atrayente y atractiva a la vez….Esta atracción y magnetismo se manifiestan en muchas partes del Evangelio como cuando Jesús “salió despues y miró a un publicano, por nombre Leví (Mateo), que estaba sentado en la oficina del fisco. Y le dijo: “Sígueme. El se levantó, DEJÓ TODAS LAS COSAS y le siguió. (Lc. 5, 27-28).
    Como dice Juanel la perfección en Cristo era la perfección del amor…ya que en EL no hubo posibilidad del mas mínimo destello de maldad….es decir, fue como nosotros, “excepto en el pecado”…Pero su humanidad se desarrolló de acuerdo a la nuestra y por eso Lucas tambien dice en su Evangelio que Jesus” bajó con ellos (sus padres) y vino a Nazaret….Y Jesus CRECÍA en sabiduría, estatura y gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc. 2, 51-52)…por tanto su humanidad era susceptible de desarrollo y perfección…
    Sin embargo, a pesar de su plena humanidad, Jesus de Nazaret no era un  filántropo como Rockefeller, un mero pacifista como Ghandi, ni siquiera un agitador político, ni un sociólogo, ni socialista, ni animista, ni un mero reformista religioso….Si hubiera Cristo sido un mero ciudadadano del mundo con esas característica especiales, dada la situacion de la Palestina de aquellos tiempos, el mensaje de Jesus hubiera muerto probablemente con el, en su tumba….
    La relevancia de Cristo Jesus, que ha durado hasta el siglo XXI consiste en filiacion divina directa….por eso Caifás se rasgó las vestiduras ante el horror de la “blasfemia”…y todos quedaron asombrados ante la afirmación de Jesus de que EL existía mucho “antes” de la existencia terrena de Abraham….y mucho mas era la perplejidad y el estupor de los judíos al ver a Jesus resucitar a un muerto de 4 días…Es este el escándalo del mundo…y es el objeto de la tremenda lucha perenne para hacer aparecer a Cristo con una diferente “identidad” que será mínimamente intrascendente para que se pueda acomodar a “nuestra mentalidad moderna”….Sin embargo, es irrelevante lo que subjetivamente pensemos..La figura de Cristo es evangélica e histórica…y si no es el Cristo del Evangelio, entonces no existe…No se puede inventar a Cristo Jesus….Todas las reconstrucciones intentadas a traves de los siglos hasta el siglo XXI han fallado….Las Memorias de los Apóstoles dicen la verdad…porque la verdad es el mismo Jesús…y es su PALABRA la que ha trascendido hasta hoy….Pasaran los Papas….sin embargo Cristo y su Iglesia no pasarán…porque son palabras de vida eterna….Cristo no fue “adoptado”  por el Padre…..El difiere de nosotros en su hipóstasis….que no es como la nuestra…..de mera alma y cuerpo humanos…Sino que su singular hipóstasis en única…porque la Persona divina de Cristo es capaz de actuar tanto en la naturaleza humana como en la naturaleza divina….porque EL al encarnarse asumió para siempre nuestra humanidad, pero la divinidad permaneció, sin mezcla alguna. En eso consiste la trascendencia de Jesus de Nazaret.
    un saludo cordial     de Santiago Hernández  

  • Juanel

     
    Javier, la relación de Jesús con Dios no la enfoco como tú haces desde Dios, de lo que le dice o no le dice, en esto siempre insistes en el silencio de Dios, cosa que comparto. Mi enfoque es el inverso, pongo la atención en lo que le dice Jesús a su Dios y en como lo ve él o cree que es. Y es que para Jesús Dios es tremendamente humano. Con una capacidad de acogida, cariño y amor que no se detiene ante nada, que ni discrimina ni juzga sino que perdona siempre. Es ese padre angustiado que sale todos los días al balcón para ver si su hijo que ha perdido regresa y cuando lo ve sale corriendo hacia él y en lugar de recriminar su conducta lo abraza y le da una fiesta. ¿De dónde se saca Jesús esto? Sin duda de su propia espiritualidad, de su altísima calidad y calidez humana. Y esta calidad o espiritualidad humana suya la proyecta en su Dios.
     
    ¿Tu crees que Dios tendría que haber hecho el milagro de bajarlo de la cruz, de no dejarlo morir de ese modo atroz tan común entre los romanos de su entorno? Aquí aunque te sea comparable o similar la situación con Lampedusa o el Holocausto y la pregunta ¿dónde estaba Dios?, la cruz de Jesús tiene para mi un sentido distinto por supuesto según mi fe. Tiene un sentido diferente porque con Jesús se trata de las muertes que se producen de aquellos quienes luchan por los pobres, por los que han sufrido situaciones de intolerable injusticia, y son perseguidos, torturados y asesinados, justo por la causa que defienden. ¿Tú crees que Dios debería intervenir en todos estos casos desgraciadamente tan abundantes en el pasado y ahora, liberándolos de la muerte? ¿No te parece que de este modo Dios estaría negando la lucha por causa de la justicia por encima del valor de la vida? ¿qué sería de la causa de la justicia si se detuviera ante la amenaza de muerte? ¿Que es muy duro el cáliz que deben soportar estos campeones de la justicia?, pues claro que sí, pero ello no les detiene sino que siguen con coherencia hasta el final aunque sea con resultado de muerte y aún de fracaso. ¿No te parecen estos hechos de máxima calidad humana?

  • Darle las gracias a José Arregui. No me pierdo cuanto aparece en Atrio. Siempre me gusta y estimula. Pero lo de hoy coincide tanto con lo que vengo practicando desde la adolescencia y me ha dado tan buenos resultados, pensar, traducir para entender y no excluir lo aprovechable que a veces es sublime.  Lo difícil es cómo conciliar lo que se recibe de las instituciones y de las personas y la lejanía que se necesita para ser libre. Muchas gracias a los que os esforzáis y comunicáis.

  • Javier Renobales Scheifler

    Hombre, Juanel, dices “si por realización espiritual se entiende a la relación religiosa con Dios, entonces me parece que Jesús es un punto de referencia insuperable. Su profunda relación con Dios me parece inigualable y no veo que pueda hablarse en este sentido de evolución humana, pues no queda nada que mejorar ni paso que dar en la relación con Dios.”

    ¿No estás idealizando esa relación de Jesús con dios y viceversa, colmándola con tu imaginación, por ejemplo de relación profunda y de inmejorable?

    Al parecer dios no le dijo a Jesús, en su relación entre ambos, que no iba a intervenir, ni tampoco para traer el Reino, su Reino, a Israel.
    Así Jesús, equivocado como estaba sin que dios hiciera nada de nada por sacarle a Jesús de su error, se lanzó contra los poderosos a intentar traerles el Reino –que éstos al parecer no querían de ninguna manera-, y éstos con toda facilidad lo apresaron, lo torturaron y lo asesinaron en la cruz impunemente (hecho al parecer histórico).

    Evidentemente sin que dios interviniera en modo alguno, ni antes ni después, y así el Reino sigue ahí, a merced de lo que los humanos queramos o no hacer con él, que por el momento es bien poco, y así el mundo lo tenemos tan injusto como vemos.

    Poco antes de morir Jesús se dio cuenta de su error (no porque dios le revelara nada, sino porque Jesús no era tonto) y le preguntó a dios aquello de “¿padre, por qué me has abandonado?”

    El evangelista no pretendió siquiera que dios le contestara nada a Jesús, y éste en seguida murió.

    ¿Eso es una relación inigualable (así las has llamado? No me lo parece. Además, nada sabemos de cómo es la relación de dios –si es que existe- con nadie. Desde luego a mí dios nunca me ha dicho ni pío, no sé a ti.

  • Juanel

     
    Estoy en acuerdo con José Arregui pero dependiendo de qué se entiende por perfecto. Si perfecto significa ausencia de pecado, entonces Jesús fue perfecto. Si nos referimos como hace José A. al hombre perfecto en lo físico, en la inteligencia, en el conocimiento, en lo psicológico incluso espiritual, pues no tengo duda alguna que Jesús fue un hombre de su tiempo y cultura, con sus defectos y errores como los demás y superable. Incluyo lo espiritual en el sentido que emplea José A. como paz y armonía con el Mundo, con lo Otro. Ahora bien si por realización espiritual se entiende a la relación religiosa con Dios, entonces me parece que Jesús es un punto de referencia insuperable. Su profunda relación con Dios me parece inigualable y no veo que pueda hablarse en este sentido de evolución humana, pues no queda nada que mejorar ni paso que dar en la relación con Dios. Sólo queda el salto del ámbito humano al divino y esto no puede darse por mucho que los humanos evolucionen ni por otra especie mucho más evolucionada que nosotros si pertenece a nuestra realidad física.

  • Román Díaz Ayala

    Soy un apasionado de la Ciencia-ficción ( en el cine y la literatura)
    Pero siempre la encuentro más ficción que ciencia.
    Sin embargo reconozco que la fantasía es maravilloa.
    El mejor componente de la innata curiosidad humana,
    Los cristianos/as siempre han  fantasiado en torno a la Apocaliptica, el fin de todas las cosas
    ¿No están dominadas las teologías varias de hoy por la apocalíptica?
    Cada cual se imagina o desea el fin a su manera.
     
    roman

  • José Ignacio Ardid

    Buenos días.

    En un primer momento, el artículo de José Arregui, con todos mis respetos, creo que tiene una complejidad excesiva para aclarar una cuestión previa de otro artículo anterior en este Foro, porque una cuestión es la evolución física y psicológica del ser humano -si, para entonces, se encuentra en la Tierra o ésta ya habrá desaparecido- y otra es el modelo ético-compasivo que nos suscita a muchos la figura de Jesús de Nazaret.

    Es evidente que la evolución de una Consciencia más abarcadora, menos dual y más comprensiva y compasiva, como conciencia expandida, es la línea que algunos piensan que está tornando en la evolución del ser humano, pero también creo que los modelos éticos que aparecen, como signos de esta futura Consciencia, seguirán permantes en la conciencia colectiva del ser humano hasta que éste desaparezca de la faz de la Tierra o más allá donde esté.

    En este sentido, el último párrafo de esta entrada me parece muy iluminador de este pensamiento que he dejado en el mío.

    Saludos,