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Desafío para el Papa Francisco: asumir plenamente la humanidad

Boff

Como comentario a una entrevista que me hizo el periódico La Libre Belgique del 9 de agosto de 2013, un lector (Marc Den Doncker) escribió estas palabras que considero dignas de reflexión. Dice:

«El buen Papa Francisco anuncia francamente una revolución en la línea de una humanidad más plenamente humana. El papa dice: “si alguien es un homosexual que busca a Dios y es de buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?” Bien pudiera ser que, dentro de algún tiempo, el Papa exprese amor por una persona homosexual que no busca Dios, pero que a pesar de todo es alguien de buena voluntad. Ahí estaría la influencia del Espíritu Santo». Continúa el comentario:

«Bien pudiera ser que, dentro de algún tiempo, el buen papa Francisco reflexione muy en lo profundo de su corazón sobre una pobre mujer que se perfora con una aguja de tejer para librarse de un feto, fruto de un violento estupro, porque ya no aguanta más y se encuentra desesperada. Y que el buen Dios, en su infinita bondad, haga entender al buen Papa Francisco la situación desesperada de esta mujer que llena de profunda consternación desea morir. Bien pudiera ser que el buen Dios, en su infinita bondad, comprenda que una pareja que decidió no tener más hijos, utilice tranquilamente la píldora. Y bien pudiera ser que el buen Dios, en su infinita bondad, suscite la conciencia de que la mujer goza de la misma igualdad y dignidad que el hombre».

«Me desgarro interiormente –prosigue el comentarista– con la gran cantidad de hechos trágicos que la vida nos da día tras día. Ante esta situación real, ¿estaría la Iglesia dispuesta a deslizarse por un camino resbaladizo pero en dirección a una humanidad plenamente asumida, animada por el Espíritu Santo, que no tiene nada que ver con principios y casuismos que acaban matando el amor al prójimo? Es preciso esperar». Sí, llenos de confianza, esperaremos.

De hecho, no pocas autoridades eclesiásticas, papas, cardenales, obispos y curas, con dignas excepciones, perdieron, en gran parte, el buen sentido de las cosas; olvidaron la imagen del Dios de Jesucristo, al que llama dulcemente Abba, Papá querido. Ese Dios suyo mostró dimensiones maternas al esperar al hijo extraviado por el vicio, al buscar la moneda perdida en la casa, al recogernos a nosotros bajo sus alas como hace la gallina con sus polluelos. Su característica principal es el amor incondicional y la misericordia sin límites pues “Él ama a los ingratos y malos y da el sol y la lluvia a buenos y a malos” como nos dicen los Evangelios.

Para Jesús no basta ser bueno como el hijo fiel que se quedó en la casa del padre y seguía todas sus órdenes. Tenemos que ser compasivos y misericordiosos con los que caen y quedan perdidos en el camino. Al único que Jesús criticó fue a ese hijo bueno pero que no tuvo compasión y no supo acoger a su hermano que estaba perdido y volvía a casa.

El Papa Francisco al hablar a los obispos en Río les encargó la «revolución de la ternura» y una capacidad ilimitada de comprensión y de misericordia.

Seguramente muchos obispos y curas deben estar en crisis, urgidos a enfrentarse a este desafío de la «revolución de la ternura». Deben cambiar radicalmente el estilo de relación con el pueblo: nada burocrático y frío, sino cálido, sencillo y lleno de cariño.

Este era el estilo del buen Papa Juan XXIII. Hay un hecho curioso que revela cómo entendía las doctrinas y la importancia del encuentro cordial con las personas. ¿Qué cuenta más: el amor o la ley? ¿Los dogmas o el encuentro cordial?

Giuseppe Alberigo, laico de Bologna, extremadamente erudito y comprometido con la renovación de la Iglesia, fue uno de los mayores historiadores del Concilio Vaticano II (1962-1965). Su gran mérito fue haber publicado una edición crítica de todos los textos doctrinales oficiales de los papas y de los concilios desde los principios del cristianismo: el Conciliorum Oecumenicorum Decreta. Él mismo cuenta en Il Corriere di Bologna que el 16 de junio de 1967 viajó orgulloso a Roma para hacer entrega solemne al Papa Juan XXIII del voluminoso libro. Juan XXIII gentilmente tomó el libro en sus manos, se sentó en la silla pontificia, colocó tranquilamente el volumen en el suelo y puso ambos pies encima del famoso volumen.

Es un acto simbólico. Está bien que haya doctrinas y dogmas, pero las doctrinas y dogmas existen para sostener la fe, no para inhibirla, ni para servir de instrumento de encuadramiento de todos o de condenación.

Bien pudiera ser que el buen Papa Francisco se animara a hacer algo parecido especialmente con referencia al Derecho Canónico y a otros textos oficiales del Magisterio que poco ayudan a los fieles. En primer lugar viene la fe, el amor, el encuentro espiritual y la creación de esperanza para una humanidad aturdida por tantas decepciones y crisis. Después, las doctrinas. Ojalá el buen Dios, en su infinita bondad, conduzca al Papa Francisco en esta dirección con valentía y sencillez.

(Para quienes quieran verificar la información anterior, dejo aquí la fuente de referencia: Alberto Melloni, Introducción al libro Ángelo Giuseppe Roncalli, Giovanni XXIII. Agende del Pontefice 1958-1963, Instituto per le Scienze Religiose, Bologna 1978, p. VII).

6 comentarios

  • Leonardo

    Tal vez no me expresé muy felizmente en este punto:  Desde luego que tú te das cuenta de la exigencia moral de Cristo.  Pero no se nota en lo escrito. Allí parece que todo da lo mismo.  No se nota el “vete y no peques más”. Y eso, es fundamental. El irse, y no pecar más, es lo que demuestra en la vida que se ha aceptado de verdad a Cristo. Si no, es todo de boca, como nueve de cada diez leprosos: buscaron a Jesús por los milagros, pero no querían cambiar su vida.
    En cuanto al fruto del violento estupro, nuevamente: no se propugnan leyes contra los violentos estupros ni para regular lo que hacer en estos casos, sino leyes abortistas que todo lo abarcan, con tal de que se cumplan los programas de control de natalidad propulsados por… por quién? Por los pobres del mundo? No lo creo. Son leyes hechas pensando con el corazón en las muchachitas afligidas por una situación sin duda terrible? No lo creo.
     

  • Leonardo

    Querido Leonardo:
    La prostituta del Evangelio… siguió ejerciendo la prostitución part-time?
    La samaritana… habrá tenido dos maridos más antes de convertirse?
    Estás confundiendo a Cristo con Barney, estimado?
    Hasta tú mismo, si te leyeras objetivamente, deberías darte cuenta de la exigencia moral de Cristo, que no la inventé yo, está en los Evangelios.  Sé que es molesta, que nos gustaría desprender a Cristo de su propia exigencia, pero no existe Cristo Light.
    Vete y no peques más, no es una forma de decir. Te estás cargando la Justicia de Dios,  que es parte insoslayable de la Revelación.
    Salvo que quieras crear un dios distinto, a tu medida.
    Con lo de la pobre mujer: lo mismo. Misericordia, por cierto. Que no es lo mismo que establecer una ley para que cualquiera pueda matar a una criatura de una forma menos violenta, pero con el mismo resultado final, desembarazarse de ella.
    Y yo creo que tú lo sabes, en un rincón de tu alma.
     

  • El titulo de este articulo me recuerdo una reflexión que hice unos anos atrás bajo el titulo “?Si la Iglesia fuera HUMANIDAD cuales serian sus sacramentos?” A base de esta pregunta puse de relieve los compromisos significativos que interpelan cotidianamente a cada ser humano. Así puse las acciones de justicia, de verdad, de compasión, de solidaridad, de misericordia, de servicio etc. Al fin y a cabo, lo que Jesús nos ensena en los evangelios y lo que puso, como creador, en la naturaliza de la humanidad, reflejo e imagen de Dios.

    Con este acercamiento a la humanidad, mas aun, con esta identificación con ella, la Iglesia se vuelve muy lejos de la institucionalidad que la domina hoy. Quizás es el camino que le hace recorrer el papa Francisco al ponerse a la altura de la humanidad y, dentro de ella, de los mas débiles y pobres.

    Despojarse de todo pude significar salir de completo de todo lo que envuelve la Iglesia con la doctrinas, los ritos, los decretos disciplinarios etc…

    Mi texto en francés

    http://humanisme.blogspot.ca/2011/11/et-si-lhumanite-etait-eglise-quels-en.html

  • María Eugenia Rodríguez

    Interesante reflexión, sólo encuentro una imprecisión en las fechas que se mencionan con respecto a Juan XXIII, porque hasta donde yo entiendo en 1967 el Papa ya había muerto. Por tanto, o no fue Juan XXIII quien realizó ese gesto, sino Paulo VI, o el dato es erróneo.
    “Él mismo cuenta en Il Corriere di Bologna que el 16 de junio de 1967 viajó orgulloso a Roma para hacer entrega solemne al Papa Juan XXIII del voluminoso libro. Juan XXIII gentilmente tomó el libro en sus manos, se sentó en la silla pontificia, colocó tranquilamente el volumen en el suelo y puso ambos pies encima del famoso volumen.”
    Más allá de esta imprecisión, me ayudó la reflexión y la valoro

  • George R Porta

    Me encanta que la oveja se deje rescatar, la moneda se deje encontrar, pero me rompe todos mis esquimitas que el padre se queda sorprendido de la reacción de su hijo mayor cuando debiera conocerle bien. Jesús en sus parabolas parece que no quisiera agotar perfecta o totalmente los temas, sino trasmitir uno y trasmitirlo bien. Por eso me parece que la interpretación de Anselmo en Cur Deus homo sobre el rol de la pasión y muerte de Jesús como pago sea absurda, sobre todo porque se me ocurre en defense de Anselmo se le escapara esta parabola en la que el padre como el pastor de la oveja y la mujer de la moneda asumen responsabilidad del descarriamento y la pédida y salen a buscar lo que está extraviado pero sin demander nada sino dispuestos a celebrar cuando encuentran lo perdido que después de todo se ha dejado encontrar. Pero por otra parte he visto el dolor prolongado a lo largo de la vida a pesar de los esfuerzos hechos para perdonar y comprender y sanar, sobre todo de las víctimas del maltrato infantil;  entre otras razones porque no puedan recordar todo lo que necesitarían recorder para poder perdonar (especialmente el disfrute que sintieron aunque no sean culpable por ello al comienzo de la seducción de quien después les maltrató) porque cuando el maltrato ocurrió  ni siquiera disponían de un cerebro completamente formado y alambrado (parece que tarde hasta cerca de los veinte en estar listo) y se les escapaba en el mismo momento la mentalización de lo que les iba ocurriendo  y mucho de ello no pudo ser entrado en la memoria o porque con el tiempo el propio dolor se los hizo olvidar. Estoy seguro, segurísimo  de que debamos ser misericordiosos, sobre todo para soltar las ataduras del resentimiento porque son las mismas que retienen el dolor; pero lo que no he podido comprender bien de la parabola es que el padre se sorprenda de que en realidad sus hijos hayan sido tan mal educados o formados al extremo de que parece que lo sorprendan cada uno a su manera pero en realidad del mismo modo, siendo egoístas. Me parece comprender que el objetivo de la narración no sea el tema de la educación sino  sea introducir la esperanza de la  misericordia de Dios por nosotros y exhorter a que en consecuencia pasamos a otros eso que recibimos gratuitamente. Me fascina que estas tres parabolas vengan engarzadas en esa joyita de la composición de lugar, diría el Ignacio, porque me sorprenden del mismo modo pero a la inversa. Me sorprende que los hijos expertos desconozcan al Padre. Los recaudadores y descreídos andaban enamorados de las enseñanzas de Jesús por las razones que fueren.  Quizás ya sabían del modo de pensar de Jesús porque éste cenaba y compartía con algunos de ellos. Pero los letrados me causan  la sopresa que me causa el padre. Ni éste se espera un hijo tan resentido, ni los letrados se esperan un Padre tan misericordioso. En relacióna ello, deseo de todo corazón y renuevo mi espectativa o esperanza de ello que en efecto Jesús sea la revelación de Dios, pero por descreido que pueda  ser nadie puede negar que haber introducido como obligatorio en la jurisprudencia humana siempre retributiva el derecho de la víctima a perdonar renunciando a la retribución me oblige a admitir que debió ser un poco más humano que todos los legisladores de la historia y eso me ancla los ojos del corazón en él. Me alegra saber que todas mis basuras si me arrepiento de ellas pueden causar tanta alegría en el cielo. Claro si es cierto que lo que sea ese cielo, en efecto existe. La duda además me mantiene enamorado en la humildad a la Teresa. Una última idea. Me fascina que a estas tres parabolas, las siga la del administrador corrupto a quien Jesús consideraba sagaz, a juzgar por estos evangelios.  Gracias María Luisa y Gracias Ocasr por vuestros últimos comentarios en la “seguidilla” de la carta de Gutiérrez que gracias a Clelia nos puso en contacto.    

  • ELOY

    Por si pudieran interesar, y pensando que puede el tema encajar en este “post”, adjunto enlace con las palabras, pronunciadas hoy por el Papa Francisco. 

     
    http://www.teinteresa.es/religion/Texto-integro-Papa-Francisco-Angelus_0_993501187.html