Artículo inspirado en el debate sobre El perdón es liberación
En 1958 se publicó en Sur, Buenos Aires, una obra de Kishorelal Mashruwala con el título de Gandhi y Marx. El tema da para sabrosas reflexiones.
Gandhi suscribe los mismos razonamientos de Marx en el capítulo de la crítica del capitalismo.
La acumulación de la producción debida a la industrialización inglesa y al sistema capitalista no ha favorecido en nada al pueblo indio. La tierra es poseída cada vez más por grandes propietarios que viven en las ciudades, pagan impuestos al Gobierno y viven a expensas del trabajo de verdaderos esclavos. El pueblo se convierte paso a paso en un inmenso proletariado que no goza ni siquiera de las ventajas del antiguo régimen patriarcal y feudal, en el que el amo daba trabajo y comida y convivía en la aldea con su “familia” de hijos y criados.
Esta situación se da también en todos los países del Tercer Mundo, donde el colonialismo no ha superado la supremacía económica de los países ricos.
Viniendo al sector industrial o urbano, Gandhi declara en una entrevista a Camille Drevet: “la producción industrial, sin relación alguna con el consumo, es la responsables de las crisis mundiales y de las guerras. Sería necesario que producción y distribución fuesen reguladas simultáneamente, basándose en las necesidades del pueblo, y no en los beneficios…
Y sigue: “el mal procede del sistema capitalista en sí mismo. Las naciones occidentales deberían emplear sus talentos, que son reales, en fomentar el desarrollo a escala mundial de las industrias necesarias a cada país, en lugar de imponer sus productos al mundo entero. La concentración de la producción lleva al paro forzoso y a la miseria”.
Por supuesto, Gandhi niega rotundamente el derecho de propiedad. La propiedad, tomada como absoluto, es un robo, una violencia hecha a los demás. Nadie es, ni puede ser propietario de nada, solo Dios mismo. El hombre es solamente gerente o administrador en vistas al bien común.
El propietario actual se convierte así en simple gestor de la propiedad que posee hasta este momento: “Supongamos que mañana la India sea un país libre, todos los capitalistas tendrían ocasión de hacerse administradores legales. El Estado precisaría el monto de la comisión a la que tendrían derecho. Y sería proporcionado al beneficio prestado y al beneficio conseguido por la sociedad. Los hijos heredarían el derecho a la gestión, siempre que probaran su competencia y eficacia en este trabajo”
Y ¿qué decir de la lucha de clases? Ante la explotación del capitalista, Gandhi preconiza la desobediencia, la huelga, la negativa al trabajo: los campesinos se marcharán y dejarán sentado que la tierra es de los que la trabajan… El propietario no puede trabajarla por sí solo, por lo tanto se verá obligado a dar curso a una justa reivindicación.
Refiriéndose al sector industrial, Gandhi plantea primero la negociación y el diálogo, y si no hay resultados, la huelga, que no solo es justa, sino un deber de justicia, porque someterse a unas condiciones injustas es pactar con el mal. La no cooperación es el arma propia del obrero frente al capital.
Para aguantar una situación de huelga, se precisa que todo trabajador, todo ciudadano, sea capaz de recurrir al trabajo manual y artesanal con el cual conseguirá autoabastecerse y cubrir sus necesidades mínimas y sobrevivir a una situación prolongada de privación de ingresos. De ahí la importancia del recurso a la rueca, y a la cabra.
Hasta aquí, excepto en lo de la rueca y la cabra, todo son coincidencias. Pero las perspectivas a largo plazo cambian radicalmente entre marxismo y pensamiento-praxis gandhiana.
El movimiento obrero, el sindicalismo, son buenos. Pero no para traspasar el capital de las manos de unos a las de los otros, de una clase a otra, ni de una clase cualquiera al Estado. Sino para suprimir el sistema por la descentralización económica en la producción. Es la acumulación del capital lo que hay que tratar de impedir.
“Quiero decirles por qué el movimiento obrero capitula tan a menudo. En lugar de esterilizar el capital, intenta posesionarse del capital para convertirse a su vez en capitalista. Consecuencia, el capitalismo, cuidadosamente atrincherado y bien organizado, no tiene por qué inquietarse, encuentra en el movimiento obrero elementos que sostendrán su causa y estarán dispuestos a reemplazarlo”.
Hay una versión hermosa y profética del slogan marxista: “proletarios del mundo entero, uníos”. Mucho más concreta, mucho más realista y ajustada al mundo real, como que la proclama una vez que sale desde las mismas entrañas del Tercer Mundo, desde la muchedumbre de parias de la tierra: “Los deberes para uno mismo, para la familia, para el país y para el mundo no son independientes unos de otros. No puede ser uno bueno para su nación perjudicándose a sí mismo y a su familia. Del mismo modo, TAMPOCO SE PUEDE SERVIR AL PAÍS PERJUDICANDO AL MUNDO. EN ULTIMO TERMINO HEMOS DE MORIR PARA QUE LA FAMILIA VIVA, Y LA FAMILIA DEBE MORIR PARA QUE VIVA LA NACIÓN, Y LA NACIÓN PARA QUE VIVA EL MUNDO.”
De hecho, Gandhi se planteó alcanzar la independencia de la India como una forma de despertar en todo el mundo sometido por los países ricos, en todo el Tercer Mundo: “Mi ambición es mucho más alta que la independencia. Por la liberación de la India, espero liberar a las llamadas razas débiles del mundo que están explotadas y aplastadas por Occidente. Si la India logra pertenecerse, todas las naciones querrán ser libres”.
Deliberadamente, Gandhi evita utilizar el término Estado, puesto que su objetivo es exactamente hacer desaparecer el Estado, y sin embargo incide en el término Nación, que se identifica con el de pueblo. Asimismo procura sustituir el término independencia, o completarlo, con el de interdependencia, recalcando que la humanidad entera está llamada a entablar a nivel planetario una relación de fraternidad, igualdad y libertad.
Hay un motor esencial en el impulso revolucionario no violento de Gandhi. Se trata de una religiosidad que ha cuajado desde lo más auténtico y verdadero del hinduismo, el islamismo, el contacto con la civilización occidental, y sobre todo el cristianismo, no los cristianos, sino el cristianismo, y como crema del cristianismo el Sermón de la Montaña de los evangelios.
Hay una idea de Dios quizá poco corriente: “La verdad es Dios. Antes decía yo: Dios es la verdad. Pero ocurre que hay hombres que niegan a Dios. Ocurre que su pasión misma por la verdad les lleva a negar a Dios, y, a su modo, tienen razón. Por eso digo ahora: la verdad es Dios. Nadie, ene efecto, puede decir “la verdad no existe” sin quitar a su decir toda verdad. Por eso prefiero decir: la verdad es Dios.
El hombre, para Gandhi, es la manifestación suprema de la vida, y también su responsable. El Absoluto es la vida, una vida que nos sobrepasa y nos envuelve. Una vida que no comprendemos y no es nuestra. Pero que es también nuestra propia vida y la vida de todos los seres que bullen a nuestro alrededor, el elefante y la hormiga, la serpiente y el hombre, el otro hombre.
Digamos, finalmente, que esta visión del hermoso final de la lucha que Gandhi se propone tiene los mismos perfiles que ese paraíso comunista que sueña Marx en el que desaparecerán las clases y desaparecerá el estado, o el que sueñan Proudhon y Bakunin. En el caso de Gandhi, este paraíso que se espera en la lejanía recibe a veces el nombre explícito de Reino de Dios.
Ese paraíso cuya llegada quedó aplazada para Gandhi cuando fue asesinado y derrotado en su enorme esfuerzo por lograr una sola India en la que conviviesen fraternalmente musulmanes, hindúes y cristianos, y una revolución social en la que desapareciese la propiedad privada.
Gracias, Rodrigo Olvera, tienes razón en lo de las estrategias; aquí habemos de todo, toros bravos y leopardos sabios…Aquí me refiero al mundo mundial…Y nos toca ser sencillos como palomas y prudentes como serpientes…
No, no se me ha ocurrido comparar lo de los zapatistas con lo nuestro de aquí. Lo de aquí es algo que se ha gestado y se lleva más bien a un nivel clase media-alta, lo vuestro es del pueblo, ahí lucháis por el pan de cada día, aquí por ideales y por patrias…¿Qué es una patria, Rodrigo?
Mira Honorio esta reflexión. Sin que sea una receta a reproducir acríticamente, apunta algunas direcciones interesantes
http://www.redescristianas.net/2013/08/27/las-escuelitas-de-abajoraul-zibechi/
pd. lo que sigue no lo digo por tí. Entiendo que sea casi inevitable para quienes leen en/desde Euzkadi y desde España que les venga a la mente la experiencia de ETA cada vez que se menciona al zapatismo. Es comprensible. Pero tiene también una buena dosis de injusticia no permitirse salir de la experiencia de ETA y no permitirse ver al movimiento zapatista por lo que hace o deje de hacer el movimiento zapatista.
Recomiendo el artículo del primer link sobre la INDIA -hay un avance y si pinchan ahí se extiende el articulo) y los videos (uno de ellos sobre la India -también hay sobre otros países que integran el BRIC) para visualizar la India hoy.
http://www.perfil.com/contenidos/2010/01/17/noticia_0022.html
http://www.mdzol.com/nota/327229/
Me parece muy estupendo el poner a Gandhi y a Marx en paralelismo en cuanto a sus preocupaciones de justicia social. Voy a desviar un poquito mi co0mentario hacia un aspecto que se apunta al final del post: “En el caso de Gandhi, este paraíso que se espera en la lejanía recibe a veces el nombre explícito de Reino de Dios.”
La injusticia es tan antigua como la humanidad, y la lucha por la justicia le ha acompañado siempre. Es cierto que tanto Gandhi como Marx utilizan unos parámetros más adecuados a las situaciones modernas, pero el fondo de la cuestión la tenemos en libros llamados sagrados, y que tan poco han tenido de sagrados en la praxis de la lucha por la justicia.
Yo, que tanto ataco a la Biblia como libro sagrado por, entre otras muchas razones, la cantidad de barbaridades que le atribuye a Dios, ahí en ese libro también queda testimonio de personas encomiables y doctrina social universal en el tiempo y en el espacio, y principios de justicia social válidos en aquellos tiempos, ahora y siempre. Y esos personajes, unos anónimos y otros con nombre, sí son sagrados en tanto en cuanto están de parte del ser humano.
Pongo dos citas a modo de ejemplo de un libro muy antiguo, el Levítico (1440-1400), capítulo 19 varios versículos, al igual que podríamos poner innumerables citas de profetas: ”No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el salario del obrero.”
“Cuando un inmigrante se establezca con vosotros en vuestro país, no lo oprimáis. Será para vosotros como un ciudadano más: lo amarás como a tí mismo…”
Y no digamos la doctrina del Reino en el evangelio y en boca de Jesús, doctrina que aún está en pañales en la doctrina social de la Iglesia y en la práctica real del compromiso de la Institución, entretenida como está en sus intereses curiales y vaticanos.
¿No será el desprestigio del propia Iglesia lo que ha dejado en los sótanos de la sociología este tesoro acumulado a lo largo de siglos y tan válido ahora como entonces?
Muy oportuno el comentario de Román relacionando la figura de Gandhi y el año 58 en que se publica el libro Gandhi y Marx con el movimiento de países no alineados.
A los Nasser, Nehru y Chu-En-Lai yo añadiría también como personajes decisivos de ese movimiento a Tito, Fidel Castro, con los cuales se enlaza este movimiento con el otro que surgió en los países del bloque socialista para superar la etapa estalinista y presentar una imagen más “humana” y verdadera del marxismo. Porque el Tercer Mundo no es un área geográfica precisa, es un conjunto social fundido con el primer mundo en tantos suburbios, países endeudados, etc. etc. En el fondo, había una reacción de dimensión planetaria al capitalismo que pretendía imponer su ley; y que finalmente con sus instrumentos del FMI, el Banco Mundial y los mercados logró abortar este movimiento tan esperanzador.
Por lo demás, me parece extraordinario todo lo que estáis aportando, y me siento más alumno que aprende de vosotros que otra cosa. Sois estupendos/as.
Hola Honorio
Dice el Yijing “lo único permanente es el cambio”. Aplicando este concepto al arte de la estrategia, dicen los estrategas chinos que la virtud principal del estratega es la adaptación y la ausencia de forma (en el sentido de que si siempre aplicas la misma estrategia, tu estrategia tiene forma discernible y eres derrotado).
Creo que el pensamiento chino tiene razón, y por tanto al hablar de estrategias no es conveniente tener una única estrategia, por más “evangélica” que sea. La estrategia tiene principios. Pero no tácticas fijas. La estrategia siempre debe ser consecuencia del análisis concreto, para que sea efectiva. Y plantear estrategias estereotipadas que no respondan a un análisis concreto, éso sí que es IMPERDONABLE 😉
Valorando lo valorable y también intentando seguir yendo desde que tome conciencia de ANDAR HACIA, valoro cuanto de expresión manifiesta en coherencia al SER se HACE, porque como dicen que dijo Quien empezo a HACER desde su SER: Es la fruta propia la que muestra del árbol el ser.
Cervantes , vale lo que vale y valorarlo es humano (Tal vez inverosimilmente el mismo Cervantes pone en boca del (¿idealista?) don Quijote esta frase: “NADIE ES MÁS SINO EL QUE HACE MÁS“. ¿No te parece muy buena?), pero aún es más HUMANO valorar aquello que dijo quien quiso ser y ser llamado HIJO DEL HOMBRE: –“Habiendo AMADO, AMO HASTA EL FIN.” que no tiene fin.
No sé, creo que estamos dando vueltas en torno a problemas y temas que salen en todos los temas de última hora; este de Gandhi, el de Monseñor Romero, el de la mujer…
Me centro en uno de ellos, y planteo, recordando a san Pablo y su actitud hacia la mujer y su actitud hacia la esclavitud. Resulta que un tal Espartaco denunció la injusticia de la esclavitud de una forma muy radical, la rebelión armada…Pero Pablo aconseja a los siervos que obedezcan, y a los señores que los traten con humanidad.
¿Con cuál de los dos métodos de lucha nos quedamos, con el de Pablo o con el de Espartaco? ¿Cuál es el método de acción que nos sugeriría el evangelio?
Resulta que debatimos sobre el papel de la mujer en la iglesia…mientras las mujeres están sometidas a escala mundial a un comercio de trata de blancas, a una total sumisión dentro del hogar y en su trabajo…Y hay una victoria de Kent, unas mujeres de Chicago, una Pasionaria, unas mujeres afganas que se enfrentan arriesgando sus vidas a toda esta problemática.
¿Cuál sería el método evangélico de actuar ante esta problemática, mis queridos colegas de Atrio? No me vengan ustedes con que el rol de la mujer evoluciona así o asá según el neolítico o el monolítico o el estereolítico… No me vengan con que la esclavitud está sometida a unas leyes del desarrollo económico y del devenir histórico, no…Con unos cuantos Espartacos bien repartidos la esclavitud habría desaparecido mucho antes de lo que desapareció.
Por eso me parece de un farisaico subido y de un canalla vergonzoso el decir que Monseñor Romero no fue mártir de Cristo porque no murió por una causa de la fe cristiana. ¿Y qué otra cosa es la fe cristiana sino un compromiso a vida y muerte con la implantación del Reino de Dios en la tierra? ¿Qué sentido tiene ser mártir de una fe que no tiene nada que ver con las realidades terrenales, con la defensa de la dignidad humana, con el respeto a los hijos de Dios?
Fin de la perorata.
Gracias Rodrigo!
Fuertemente poético!
Como nos acostumbró Tuñon, cuando la Guerra civil española, y yo estaba por nacer.
La luna con gatillo
Raúl González Tuñón
Es preciso que nos entendamos.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman
y vivan dignamente
y es posible saber algún día
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie.
El carpintero ha hecho esta mesa
verdaderamente perfecta
donde se inclina la niña dorada
y el celeste padre rezonga.
Un ebanista, un albañil,
un herrero, un zapatero,
también saben lo suyo.
El minero baja a la mina,
al fondo de la estrella muerta.
El campesino siembra y siega
la estrella ya resucitada.
Todo sería maravilloso
si cada cual viviera dignamente.
Un poema no es una mesa,
ni un pan,
ni un muro,
ni una silla,
ni una bota.
Con una mesa,
con un pan,
con un muro,
con una silla,
con una bota,
no se puede cambiar el mundo.
Con una carabina,
con un libro,
eso es posible.
¿Comprendéis por qué
el poeta y el soldado
pueden ser una misma cosa?
He marchado detrás de los obreros lúcidos
y no me arrepiento.
Ellos saben lo que quieren
y yo quiero lo que ellos quieren:
la libertad, bien entendida.
El poeta es siempre poeta
pero es bueno que al fin comprenda
de una manera alegre y terrible
cuánto mejor sería para todos
que esto cambiara.
Yo los seguí
y ellos me siguieron.
¡Ahí está la cosa!
Cuando haya que lanzar la pólvora
el hombre lanzará la pólvora.
Cuando haya que lanzar el libro
el hombre lanzará el libro.
De la unión de la pólvora y el libro
puede brotar la rosa más pura.
Digo al pequeño cura
y al ateo de rebotica
y al ensayista,
al neutral,
al solemne
y al frívolo,
al notario y a la corista,
al buen enterrador,
al silencioso vecino del tercero,
a mi amiga que toca el acordeón:
-Mirad la mosca aplastada
bajo la campana de vidrio.
No quiero ser la mosca aplastada.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
No quiero ser abeja.
No quiero ser únicamente cigarra.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
Yo soy un hombre o quiero ser un verdadero hombre
y no quiero ser, jamás,
una mosca aplastada bajo la campana de vidrio.
Ni colmena, ni hormiguero,
no comparéis a los hombres
nada más que con los hombres.
Dadle al hombre todo lo que necesite.
Las pesas para pesar,
las medidas para medir,
el pan ganado altivamente,
la flor del aire,
el dolor auténtico,
la alegría sin una mancha.
Tengo derecho al vino,
al aceite, al Museo,
a la Enciclopedia Británica,
a un lugar en el ómnibus,
a un parque abandonado,
a un muelle,
a una azucena,
a salir,
a quedarme,
a bailar sobre la piel
del Último Hombre Antiguo,
con mi esqueleto nuevo,
cubierto con piel nueva
de hombre flamante.
No puedo cruzarme de brazos
e interrogar ahora al vacío.
Me rodean la indignidad
y el desprecio;
me amenazan la cárcel y el hambre.
¡No me dejaré sobornar!
No. No se puede ser libre enteramente
ni estrictamente digno ahora
cuando el chacal está a la puerta
esperando
que nuestra carne caiga, podrida.
Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente,
para que esto cambie de una vez
……………..
Hola Oscar
No sé si baste para responderte la declaración de principios del EZLN, visible como posdata en este vínculo
http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1994/1994_10_08_a.htm
Saludos
Hola A. Vicedo!
Ya hace muy mucho tiempo que yo encuentré el “sofisma” en esa parejita del “SER y el “TENER”, porque deja en el olvido su fundamento que es el verbo “HACER”.
Tal vez inverosimilmente el mismo Cervantes pone en boca del (¿idealista?) don Quijote esta frase: “NADIE ES MÁS SINO EL QUE HACE MÁS“. ¿No te parece muy buena?
Así es como ¡Voy yendo! ¿qué le voy a hacer? – Oscar.
Hola!
(Sigo con algunos otros párrafos de “En cuanto al pacifismo” …de Ortega y Gasset)
………………
– “Es un error de base diagnosticar que la guerra procede simplemente de las pasiones de los hombres, y que si se reprime el apasionamiento, el belicismo quedará asfixiado.
Construyamos un modelo imaginario. Imaginemos que en un cierto momento todos los hombres renunciasen a la guerra. ¿Basta con eso creyendo que con ello se ha dado el más breve paso eficiente en el sentido de la paz? ¡Grande error!
La guerra, repitamos, era un medio que habían inventado los hombres para solventar ciertos conflictos. La renuncia a la guerra no suprime estos conflictos. Al contrario, los deja más intactos y menos resueltos que nunca.
La ausencia de pasiones, la voluntad pacífica de todos los hombres resultarían completamente ineficaces, porque los conflictos reclamarían solución y, mientras no se inventase otro medio, la guerra reaparecería inexorablemente en ese imaginario planeta habitado sólo por pacifistas.
No es, pues, la voluntad de paz lo que importa últimamente en el pacifismo. Es preciso que este vocablo deje de significar una buena intención y represente un sistema de nuevos medios de trato entre los hombres. No se espere en este orden nada fértil mientras el pacifismo, de ser un gratuito y cómodo deseo, no pase a ser un difícil conjunto de nuevas técnicas.
El enorme daño que aquel pacifismo ha traído a la causa de la paz consistió en no dejarnos ver la carencia de las técnicas más elementales, cuyo ejercicio concreto y preciso constituye eso que, con un vago nombre, llamamos paz.
La paz, por ejemplo, es el derecho como forma de trato entre los pueblos. Pues bien: el pacifismo usual daba por supuesto que ese derecho existía, que estaba ahí a disposición de los hombres y que sólo las pasiones de éstos y sus instintos de violencia inducían a ignorarlo. Ahora bien: eso es gravemente opuesto a la verdad.
Para que el derecho o una rama de él exista es preciso:
1.°, que algunos hombres, especialmente inspirados, descubran ciertas ideas o principios de derecho.
2.°, la propaganda y expansión de esas ideas de derecho sobre la colectividad en cuestión.
3.°, que esa expansión llegue de tal modo a ser predominante, que aquellas ideas de derecho se consoliden en forma de “opinión pública”.
Entonces, y sólo entonces, podemos hablar, en la plenitud del término, de derecho, es decir, de norma vigente. No importa que no haya legislador, no importa que no haya jueces. Si aquellas ideas señorean de verdad las almas, actuarán inevitablemente como instancias para la conducta a las que se puede recurrir. Y ésta es la verdadera sustancia del derecho.
Pues bien: un derecho referente a las materias que originan inevitablemente las guerras no existe. Y no sólo no existe en el sentido de que no haya logrado todavía “vigencia”, esto es, que no se haya consolidado como norma firme en la “opinión pública”, sino que no existe ni siquiera como idea, como puro teorema incubado en la mente de algún pensador.
Y no habiendo nada de esto, no habiendo ni en teoría un derecho de los pueblos, ¿se pretende que desaparezcan las guerras entre ellos? Permítaseme que califique de frívola, de inmoral semejante pretensión. Porque es inmoral pretender que una cosa deseada se realice mágicamente, simplemente porque la deseamos. Sólo es moral el deseo al que acompaña la severa voluntad de aprontar los medios de su ejecución.
No sabemos cuáles son los “derechos subjetivos” de las naciones y no tenemos ni barruntos de cómo sería el “derecho objetivo” que pueda regular sus movimientos.
La proliferación de tribunales internacionales, de órganos de arbitraje entre Estados, que los últimos cincuenta años han presenciado, contribuye a ocultarnos la indigencia de verdadero derecho internacional que padecemos. No desestimo, ni mucho menos, la importancia de esas magistraturas. Siempre es importante para el progreso de una función moral que aparezca materializada en un órgano especial, claramente visible. Pero la importancia de esos tribunales internacionales se ha reducido a eso hasta la fecha.
El derecho que administran es, en lo esencial, el mismo que ya existía antes de su establecimiento. En efecto; si se pasa revista a las materias juzgadas por esos tribunales, se advierte que son las mismas resueltas desde antiguo por la diplomacia. No han significado progreso alguno importante en lo que es esencial: en la creación de un derecho para la peculiar realidad que son las naciones.
Me repugna atraer la atención del lector sobre cosas fallidas, maltrechas o en ruinas. Pero es indispensable para contribuir un poco a despertar el interés hacia nuevas grandes empresas, hacia nuevas tareas constructivas y salutíferas.
Es preciso que no vuelva a acometerse un error como fue la creación de la Sociedad de Naciones; se entiende, lo que concretamente fue y significó esta institución en la hora de su nacimiento. No fue un error cualquiera, como los habituales en la difícil faena que es la política.
Fue un error que reclama el atributo de profundo. Fue un profundo error histórico. El “espíritu” que impulsó hacia aquella creación, el sistema de ideas filosóficas, históricas, sociológicas y jurídicas de que emanaron su proyecto y su figura estaba ya históricamente muerto en aquella fecha, pertenecía al pasado, y lejos de anticipar el futuro era ya arcaico.
Y no se diga que es cosa fácil proclamar esto ahora. Hubo hombres en Europa que ya entonces denunciaron su inevitable fracaso. Una vez más aconteció lo que es casi normal en la historia, a saber: que fue predicha. Pero una vez más también los políticos no hicieron caso de esos hombres. Eludo precisar a qué gremio pertenecían los profetas. Baste decir que en la fauna humana representan la especie más opuesta al político. Siempre será éste quien deba gobernar, y no el profeta; pero importa mucho a los destinos humanos que el político oiga siempre lo que el profeta grita o insinúa.
Todas las grandes épocas de la historia han nacido de la sutil colaboración entre esos dos tipos de hombre. Y tal vez una de las causas profundas del actual desconcierto sea que desde hace dos generaciones los políticos se han declarado independientes y han cancelado esa colaboración. Merced a ello se ha producido el vergonzoso fenómeno de que, a estas alturas de la historia y de la civilización, navegue el mundo más a la deriva que nunca, entregado a una ciega mecánica.
Cada vez es menos posible una sana política sin larga anticipación histórica, sin profecía. Acaso las catástrofes presentes abran de nuevo los ojos a los políticos para el hecho evidente de que hay hombres, los cuales, por los temas en que habitualmente se ocupan, o por poseer almas sensibles como finos registradores sísmicos, reciben antes que los demás la visita del porvenir.
La Sociedad de Naciones fue un gigantesco aparato jurídico creado para un derecho inexistente. Su vacío de justicia se llenó fraudulentamente con la sempiterna diplomacia, que al disfrazarse de derecho contribuyó a la universal desmoralización.
…………….
Hola Oscar. Me admira tu manera de razonar al decir que distintas personas o grupos de ellas, ingleses y argentinos AMAN los mismos lugares sean o llámense Malvinas y se pelean entre si, incluso a muerte por esas islas.
Yo tenía entendido que entre el AMOR entre personas y los intereses de las personas por las cosas hay radical y profunda diferencia, pues ambos no pueden darse entre SUJETOS y entre ESTOS y cualesquiera OBJETOS o COSAS.
Pero,si objetivamos a algunas personas o grupos de ellas, la explicación de las PELEAS AMOROSAS ya la tenemos claramente sofisticada y convertida en sofisma para confusión dela parte de verdad que la acción personal y la falsedad de su cualificación de lo que es PROPIA ENTREGA (=AMOR) y de lo que son INTERESES PROPIOS por APODERARSE Y HACER PROPIO A L*S OTR*S, o a cualesquiera COSAS.
Y . claro está, en este segundo caso las PERSONAS,como está imponiendo la cultura de competencia sobre el TENER , mantiene a L* S HUMAN*S en actitud permanente de intentar VIVIR UN*S a costa de la muerte, física o personal de L*S OTR*S. dios incluido.
Confundir los verbos SER y TENER nos lleva a situarnos en el más verdadero y eficaz SOFISMA , origen y fundamento de la deshumanización de la Humanidad; algo así como lo que sucede en los órdenes físico y químico cuando la materia prima es falsa o está falseada, porque entonces todo conjunto procesal desde el diseño, el troquelaje y las mezclas o ensamblajes hasta las aplicaciones prácticas, TODO queda irremisiblemente FALSEADO.
¿No está pasando esto en la INHUMANA HUMANIDAD, desde las FAMILIAS hasta la misma ONU, sin que sean excepción las RELIGIONES?
Por eso hemos de clarificar nuestra actitud ante nuestra propia realidad, descubriendo en ella y aceptando SU VERDAD, para desde ella proceder a la verdadera y real LIBERTAD HUMANA.
La TAREA o MISIÓN para L*S HUMANOS, está ya claramente señalada y marcada: PRIMERO el Reino de Dios y su Justicia, (Considerarnos igualmente PERSONAS con su inalienable e irrenunciable DIGNIDAD); -TODO LO DEMÁS, VENDRÁ COMO AÑADIDURA, O NUNCA VENDRÁ, pues clasificados por cualquier FALSO PODER, no hay vivencia paradisíaca posible en esta Tierra, empapada por la sangre fraterna de tantos millones de HERMANOS ABEL, a pesar de la generosidad con la que nos trata la NATURALEZA y QUIEN tras ella se esconde y desde ella nos amenaza y ACOGE con MATER-PATERNAL AMOR.
Hola Antonio Vicedo!
Los argentinos y los ingleses AMAN lo mismo
Ambos “aman” las Islas Malvinas.
………………
Me parece que los españoles y los ingleses tambien “AMAN” lo mismo.
¿Por qué se pelean, entonces?
Pareciera que el supuesto “AMOR” no sirve;
o, al menos, no alcanza a modificar el “conflicto”.
¿O no?
¿Vamos todavía? – Oscar.
Hola rodrigo o.!
¿Qué te parece habría que pensar sobre:
Camilo Torres, Ernesto Ché Guevara, Emiliano Zapata, Subcomandante Marcos, etc.?
Gracias! – Oscar.
Desde la percepción realista de la condición humana, Oscar, presentarnos esto, como parte de toda una exposición a mi parecer sofística, me parece dura e inaceptable purga racional:
-Como toda forma histórica, tiene la guerra dos aspectos: el de la hora de su invención y el de la hora de su superación. En la hora de su invención significó un progreso incalculable. Hoy, cuando se aspira a superarla, vemos de ella sólo la sucia espalda, su horror, su tosquedad, su insuficiencia.
Del mismo modo, solemos, sin más reflexión, maldecir de la esclavitud, no advirtiendo el maravilloso adelanto que representó cuando fue inventada. Porque antes lo que se hacía era matar a todos los vencidos. Fue un genio bienhechor de la humanidad el primero que ideó, en vez de matar a los prisioneros, conservarles la vida y aprovechar su labor.
¿Estas hablando de la especie humana o de otra cosa que ni tenga referencia a ella?
Porque lo de matar para vivir es propio de la naturaleza sub-humana que se rige por otro sistema relacional donde nada tiene aún que ver la racionalidad y la libertad, y menos la permanencia de la vida individualizada del ser por aquel añadido al barro de SEMEJANZA al ABSOLUTO SEÑOR también del propio barro natural.
Cuanto huela a muerte como precio de vida y la guerra es claro exponente de ese intento no puede ser admitido en la especie que queda clasificada naturalmente por la racionalidad libre, responsable e inalienable igualitaria en valor y dignidad con condición permanente de SUJETO.
Lo propio de la Humanidad, si respetamos su real verdad es el valor igual inalienable de cualquiera de sus componentes humanos a los que consideramos individualmente personas, sujetos, nunca objetos, cuya relación se establece en nivel de igualdad, también considerada y llamada verdadera y efectiva HERMANDAD.
Ni la muerte física ni la de la condición de sujeto libre, son precio de conservación de los individuos, ni de la especie humana.
Lo de llamar a la esclavitud, avance humano respecto a las guerra o crimen, no es más que el gran sofisma que quiere desplazar la clamorosa acusación del cainismo desde el cuestionamiento a la conciencia de: ¿DONDE ESTÁ TU HERMANO?
Porque nos debe quedar claro, desde un inicial humanismo que DESPERSONALIZAR es equivalente a MATAR lo más específico que tiene y es el ser humano.
Una contemplación de lo que la Humanidad en general ha venido siendo en su historia y en como ahora con sus 7.000 millones se encuentra estructurada, nos prueba el resultado de esa fundamental falsificación conceptual y práctica de lo que ES SER PERSONA.
El Sistema de PODERES nos ha llevado a esta monstruosidad vital generalizada por el imperio de la razón de la fuerza, como sustitución de la fuerza de la razón.
¿No será que para entender esto tan simple había que situarse realmente como en vivencia propia en el lugar de quien es más negado como persona y semejante?
¿Cómo puede ser solución progresiva la constante sustitución del AMOR por el EGOISMO, alimentado incluso con la aniquilación del semejante, cosa que ni siquiera es natural y normal entre los animales?
Si no hay LIBERTAD HUMANA generalizada, es porque falta la VERDAD generalizando mentalidades y prácticas coherentes.
Aquí vale aportar, incluso para los no creyentes ,ni preocupados por el testimonio y mensaje del Galileo Jesús, aquello de:´CONMIGO hacéis, o dejáis de hacer, LO QUE con un* cualquiera de MIS MAS PEQUEÑ*S HERMAN*S-
Tal vez, en esto pensaba Gandhi cuando resaltaba la diferencia entre cristianismo y cristianos.
Hola Oscar
Del texto de Ortega (no se qué tanto es el arreglo), la impresión que me queda es la que normalmente me queda cuando Ortega deja el campo de la epistemología para entrar a análisis social. En palabras de Les Luthiers: me parece que está, ¿cómo lo digo? razonando fuera del tiesto.
Es falso que la guerra sea desconocida por los animales (hay claras estrategias militares en combates de ciertas especies… señalando que combates no incluye cacería); es falso que el origen de la disciplina fuera la disciplina militar; y es falso que en la base de toda civilización esté la disciplina de origen militar; es falso que la guerra sea una genial técnica de vida y para la vida; es falso que la esclavitud fuera invención de un genio bienhechor para evitar matar a los vencidos (de hecho, ni todos los esclavos eran vencidos capturados, ni todos los vencidos capturados se libraron de ser ejecutados aún después de terminada la etapa del esclavismo). Pero sore todo, es una reducción injusta y absurda decir que el pacifismo se ha limitado a extirpar la guerra sin pensar en sustituirla y sin comprender que la paz requiere un esfuerzo.
La verdad es que, en palabras tuyas, Ortega es algo que ya nos ha pasado; que supuso un avance en algunos puntos propiamente filosóficos en su momento, pero que tiene muchas equivocaciones en sus valoraciones sociales y políticas; y aún en lo que acertó, ha quedado atrás y la filosofía y la vida humana sigue pa’lante. En este punto concreto de este arículo, creo que falla más de lo que acierta (que claro que también en algo acierta).
Sobre Gandhi, una de las tres veces que hizo mención explícita el asunto fue ante una incursión de soldados británicos a un pueblo. Los hombres huyeron del pueblo, dejando a las mujeres e infantes en indefensión. Los británicos abusaron sexualmente de las mujeres. Al visistar la comunidad Gandhi, los hombres le dijeron que huyeron por respeto a la no violencia, porque no se atrevían a utilizar ninguna forma de lucha no violenta (por miedo a simplemente ser masacrados) y si se quedaban no estaban seguros de no defender violentamente a su comunidad. Es decir, si me quedo seré violento, la única forma de no violar mi compromiso con la no violencia es huir. Gandhi se indignó y les reprochó tal actitud. Les dijo que el ratón que no muerde al león no es no-violento; porque simplemente es débil. No violento es el león que renuncia a morder al ratón. Y les dijo que si no tenían la convicción y fuerza para defender su pueblo con estrategias de no violencia, entonces su deber había sido defender a su pueblo aún de forma violenta; pero nunca haber huido.
Saludos
Hola!
Tal vez sirva para reflexionar: “En cuanto al pacifismo …” (Ortega y Gasset OCT4)
Algún parrafito y un poco arreglo por mí.
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Como casi siempre acontece, el defecto mayor del pacifismo ha sido subestimar al enemigo. Esta subestima inspira un diagnóstico falso.
El pacifista ve en la guerra un daño, un crimen o un vicio. Pero olvida que, antes que eso y por encima de eso, la guerra es un enorme esfuerzo que hacen los hombres para resolver ciertos conflictos.
La guerra no es un instinto, sino un invento. Los animales la desconocen y es pura institución humana, como la ciencia o la administración.
Ella llevó a uno de los mayores descubrimientos, base de toda civilización: al descubrimiento de la disciplina. Todas las demás formas de disciplina proceden de la primigenia, que fue la disciplina militar.
El pacifismo está perdido y se convierte en nula beatería si no tiene presente que la guerra es una genial y formidable técnica de vida y para la vida.
Como toda forma histórica, tiene la guerra dos aspectos: el de la hora de su invención y el de la hora de su superación. En la hora de su invención significó un progreso incalculable. Hoy, cuando se aspira a superarla, vemos de ella sólo la sucia espalda, su horror, su tosquedad, su insuficiencia.
Del mismo modo, solemos, sin más reflexión, maldecir de la esclavitud, no advirtiendo el maravilloso adelanto que representó cuando fue inventada. Porque antes lo que se hacía era matar a todos los vencidos. Fue un genio bienhechor de la humanidad el primero que ideó, en vez de matar a los prisioneros, conservarles la vida y aprovechar su labor.
Augusto Comte, que tenía un gran sentido humano, es decir, histórico, vio ya de este modo la institución de la esclavitud—liberándose de las tonterías que sobre ella dice Rousseau—y a nosotros nos corresponde: generalizar su advertencia, aprendiendo a mirar todas las cosas humanas bajo esa doble perspectiva, a saber:
* el aspecto que tienen al llegar y
* el aspecto que tienen al irse.
Los romanos, muy finamente, encargaron a dos divinidades de consagrar esos dos instantes—Adeona y Abeona, el dios del llegar y el dios del irse.
Por desconocer todo esto, que es elemental, el pacifismo se ha hecho su tarea demasiado fácil.
Pensó que para eliminar la guerra bastaba con no hacerla o, a lo sumo, con trabajar en que no se hiciese. Como veía en ella sólo una excrecencia superflua y morbosa aparecida en el trato humano, creyó que bastaba con extirparla y que no era necesario sustituirla.
Pero el enorme esfuerzo que es la guerra, sólo puede evitarse si se entiende por paz un esfuerzo todavía mayor, un sistema de esfuerzos complicadísimos y que, en parte, requieren la venturosa intervención del genio. Lo otro es un puro error. Lo otro es interpretar la paz como el simple hueco que la guerra dejaría si desapareciese; por tanto, ignorar que si la guerra es una cosa que se hace, también la paz es una cosa que hay que hacer, que hay que fabricar, poniendo a la faena todas las potencias humanas.
La paz no “está ahí”, sencillamente, presta sin más para que el hombre la goce. La paz no es fruto espontáneo de ningún árbol. Nada importante es regalado al hombre; antes bien, tiene él que hacérselo, que construirlo. Por eso, el título más claro de nuestra especie es ser homo faber.”-
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Hola rodrigo o.!
Muy interesante tu item d) ¿podrías ampliarlo?
Creo que OSHO descartó burlonamente la ¿”Máxima”? de Jesús que dice de “poner la otra mejilla” (Mt. 5,39).
Más aun, me contaron gente que estuvo con Osho, que esa actitud propuesta por Jesús (yo dudo que fuera de él) es de mayor violencia.
Pienso que lo conveniente es la actitud madura de no-sub-estimar al enemigo, pero de ninguna manera “acérsela fácil” (hacerle el campo orégano).
Esa -para mí errónea interpretación- podría ser la que aplaude a ciertos “mártires” (y hace bien) pero baja los ojos si se le hablan p.e. de tipos como Camilo Torres … o tal vez (lo digo en puntas de pie evitando pisar huevos”) los que podrían escandalizarse de algunos Comentarios a lo Pepe Sala.
Gracias y ¡Vamos todavía! – Oscar.
Gandhi es muy citado y admirado, aunque creo que insuficientemente conocido. Leerle directamente, en sus libros pero sobre todo en sus artículos periodísticos, es muy enriquecedor.
Con los años, he visto que nociones fundamentales de Gandhi quedan con frecuecia dejadas de lado, especialmente en ciertos sectores del pacifismo:
a) Decía Gandhi que en sus primeras experiencias en Sudáfrica cometió el error de caer en la estrategia de tratar de ganar la “buena voluntad” de los ingleses, tratando de “vender” las virtudes del pueblo indio. Esta noción es importante. A partir de entonces, en Gandhi era importante el concepto de lucha. Era importante la conciencia de que la dignidad no se restaura si queda como un acto de “generosidad” de los opresores. Y la conciencia de que los opresores nunca dejarán de oprimir basados en “buena voluntad”.
b) Decía Gandhi que la fuerza de la lucha era una fuerza espiritual o moral. En todos sus emprendimientos, era fundamental el empoderamiento espiritual o moral del pueblo. Incluso el término que creó para su movimiento en los principios de su actividad de regreso en India lo expresa: “la fuerza de la verdad”. Si una acción produce empoderamiento político o económico o incluso militar, pero no incremeta sino que incluso disminuye el empoderamiento moral del pueblo, tal acción está prohibida. A Gandhi no le importaba tanto la independencia política de la India, sino el sometimiento del alma india. Decía que en cuento el pueblo indio recuperara su independencia espiritual, el poder político de los ingleses caería al ridículo inmediatamente.
c) Un aspecto indispensable para Gandhi en materia de empoderamiento moral era el aceptar las consecuencias de las acciones de no cooperación y de desobediencia. Ojo, son dos categorías diferentes la no-cooperación y la desobediencia. Pero ambas categorías implican consecuencias, y Gandhi ponía mucha importancia en el asumir las consecuencias, pues la fuerza de las acciones (incluso en términos políticos y militares) estaba justamente no en la acción misma sino en sus consecuencias. Pongamos un ejemplo: hoy día yo he visto muchas personas que hacen acciones de desobediencia (pintar con consignas una barda, negarse a pagar un impuesto, negarse a disolver una manifestación prohibida) pero no están dispuestas a asumir las consecuencias de tal acción (como por ejemplo, ir a la cárcel).
Recordemos el caso de cierto alcalde (si no me equivoco) que robó comida para repartirla entre población en necesidad. En términos de la propuesta de Gandhi, tal alcalde debió inmediatamente terminada la acción, entregarse y ir a la cárcel. ¿Cuál habría sido la consecuencia política y simbólica si hubiera pasado una noche en prisión por lo que hizo?.
Pensemos en España. Después de la comparecencia de Rajoy, Gandhi habría llamado a la no cooperación, que implicaría que todos los partidos de oposición promovieran la renuncia masiva de sus militantes a cargos públicos. Y no pensemos sólo en personas en diputación, sino en todo puesto público. Se necesita una gran fuerza moral colectiva para que todas las personas que ocupan un puesto público renuncien como forma de no cooperar REALMENTE Y NO SOLO EN PALABRAS con un Gobierno corrupto y ladrón. Pero una acción de este tipo tiene grandes consecuencias a pagar, la primera de ellas en materia de subsistencia familiar de todas las personas renunciantes. El Partido del Congreso, bajo el liderazgo de Gandhi, lo logró. Fue una acción que puso en jaque real a la administración británica en la India. Pero requirió de mucha organización y solidaridad. Al mismo tiempo, la organización y solidaridad desarrollada como consecuencia de esta acció fue en sí misma un empoderamiento que mostró el fin de la dominación británica.
Otro ejemplo. Es frecuente que se diga que es imposible la propuesta de cerrar toda cuenta bancaria como iniciativa de no cooperación con el capital. Falso. Es posible, y muchas personas viven tal propuesta. No es imposible, pero hay consecuencias. Y las consecuencias es lo que no se quiere asumir.
d) Finalmente, de las tres anteriores Gandhi concluía que la “fuerza de la verdad” – que es más que mera no-violencia- es una estrategia de lucha no de los débiles sino de los fuertes. Sólo una persona con fuerza moral puede comprometerse a luchar sin violencia. A Gandhi le preocupaba mucho que se usara la llamada a la no violencia como PRETEXTO para no luchar. Más de tres veces señaló de forma explícita que si una persona no tiene la fuerza para luchar de manera no violenta, su deber entonces era luchar de manera violenta, pero nunca someterse a la imposición. Si la lucha no violenta no era una opción, de modo que sólo se pudiera elegir entre lucha armada o sometimiento, él llamaba abiertamente entonces a la lucha armada. Este es uno de los aspectos de los escritos de Gandhi que más se han escondido en occidente. Pero era un punto fundamental en su propuesta: si rechazaba los medios violentos de lucha, mucho más le repugnaba la resignación y sometimiento del pueblo.
Mª Pilar, esta pregunta que encajas en tu exposición, que comparto:-¿Cómo aprender que cada cual necesita su espacio y el respeto de los demás, como cada persona debe saber respetar a su vez? en mi opinión le falta para que quede redondeada y fiel a la realidad que nos ofrece la verdad: debe saber que necesita a los demás y respetar a su vez.
Ese absoluto vital del que participamos en nuestro individual vivir es el que nos recuerda que nadie que sea nuestr* igual human*, individual u oligárquicamente considerado es poder absoluto, ni tiene la palabra y fuerza absoluta.
Nos interesa y mucho en estos momentos de avalancha de poder globalizado, retener la verdad del valor igualitario de todo ser humano y su condición inalienable de SUJETO con posibilidad de, por lo menos conservar la conciencia racional de nuestra propia verdad y la facultad de negar complicidades teóricas y practicas a quienes nos fuerzan a dárselas porque sin ellas su poder se diluye y baja al nivel real exigido por la propia naturaleza humana.
La realidad del proyecto creacional a imagen y semejanza NUESTRA de ese ABSOLUTO VITAL, como el límite de respetar el FRUTO del ÁRBOL del que prende el BIEN o el MAL del mismo PODER ABSOLUTO, según quien lo ejerza y pendiente de ello las condiciones paradisíacas, como también la llamada responsable sobre :DONDE ESTÁ TU HERMANO, implicando al fratricida Caín y todo el devenir desequilibrado de la Humanidad, nos sitúan en estos graves momentos de intento de poder mundial globalizado a reencontrarnos con el desafío de asumir la verdad de nuestra propia realidad personal rechazando la falsedad clasificante de las personas, raíz y origen de todo lo que la Humanidad puede considerar economía de muerte y frustración.
La Misión Mesiánica asumida por el Galileo Jesús, resumiendo testimonial y magistralmente los anhelos proféticos de tantos modos iniciales de entender la religión como impulso de salvación humana, nos ofrecen el CAMINO y en él y por él las huellas por donde caminar orientados hacia la verdadera HERMANDAD de una HUMANA HUMANIDAD.
Ni la Paternidad PATRIARCAL, ni clase alguna de PATERNALISMO, pueden ser condicionantes de un proceso humanitario carente de abusos de cualquier clase o concreción del PODER sobre personas minusvaloradas, oprimidas o expoliadas.
Hemos de librarnos de las estrategias y tácticas humanas falsificadas de complicidades y competencias en pro de una eficiente SOLIDARIDAD que inicialmente sea EFICIENTE Y PRÁCTICA JUSTICIA DISTRIBUTIVA, para llegar progresivamente a la plenitud del mutuo y universal AMOR.
Los testimonios recientes de Gandhi, Martín Luther King, (De quien conmemoramos el 50 aniversario de TENGO UN SUEÑO), Nelson Mandela y tantos otros que han brillado menos, pero han ofrecido el peaje de sus vidas por la misma causa, nos deben alentar a tomar en serio nuestra tarea inexcusable de defensa del posible remedio humano para la Humanidad.
No es baladí que en 1958 se escriba un ensayo comparativo entre Ghandi y Marx buscando coincidencias de planteamientos.
“Mathatma” Ghandi había muerto en 1948 asesinado por un fanático hindú.
En 1955 había tenido lugar (18 de abril) una Conferencia en Bandung lugar en lo que había sido la antigua colonia holandesa de Java.
Ese mismos año una revuelta militar en Argentina provocó la caída de Perón. Se iniciaba el Pacto de Varsovia, los norteamericano apoyan al gobierno dictatorial de Ngo Dinh Diem que dió lugar a una guerra civil en Vietnam entre el Norte y el Sur y nosotros los españoles éramos admitidos en la ONU, gracias al pacto del dictador con el gobierno de Eisenhower. El mundo se consolidaba en dos bloques hegemónicos.
La conferencia de Bandung significaba que los pueblos orientales se sumaban a los países africanos, para alinearse frente al anterior poder colonial. En 1905 Japón había tenido una victoria frente a Rusia emprendiendo una carrera imparable que le llevó a ser tan poderoso que terminó imitando a las potencias occidentales. Japón despertó a China que con su lucha buscó su camino propio mediante un modelo de república socialista.
Ghandi vió como tras la independencia India se convirtió en dos estados con conflictos notables entre sí. Pero En Bangdung se ensayaba un camino nuevo para solucionar los problemas de la descolonización, como una tercera via diferente al Capitalismo, pero con voz independiente frente al bloque soviético. Eran los pobres de la tierra, 1.400 millones, el 60 por ciento de la población mundial que sólo alcanzaban entre todos el 15 por ciento de todas las riquezas. Allí había mezcla de razas, credos, intereses políticos contrapuestos, pero con a voluntad común de buscar otra alternativa
Los líderes indiscutibles fueron Chu.En.Lai por China, Nasser, de Egipto presidiendo a los países árabes, y la Unión India representada por Nehru.
Buscaban la coexistencia y la paz mundial.
Con este contexto se entiende mejor el trabajo de Kishorelai Mashruwala
Según iba leyendo, me retrotraía a mi juventud; cuando creía y trabajaba cuanto podía por conseguir… estos proyectos, deseos, anhelos de un mundo más justo.
Toda mi vida se basaba en esta lucha que tantas personas muy importantes habían dejado implantadas en este alocado mundo; y a pesar de que la vida sigue siendo muy difícil para el 90% de sus habitantes; esos deseos, de distinta manera siguen vivos en mí.
Algo “cansada” cada día compruebo como muy bien nos muestras, lo que sería nuestra verdadera “salvación”:
“El Absoluto es la vida, una vida que nos sobrepasa y nos envuelve. Una vida que no comprendemos y no es nuestra. Pero que es también nuestra propia vida y la vida de todos los seres que bullen a nuestro alrededor, el elefante y la hormiga, la serpiente y el hombre, el otro hombre”
Pero…; parece que algunos seres humanos… ¡¡¡ya no tienen corazón!!!
Se han vendido a sus bajos instintos de poder, riqueza, orgullo, están llenos de sí mismos, y esto se convierte en una lucha sin cuartel.
Y los de siempre apaleados y explotados… ya no tienen ni fuerza para luchar, toman lo poco que se les deja y se van apagando cada día un poco más… o deteriorados por tanta injusticia, se vuelven como los amos del mundo, extorsionadores de sus propios congéneres; el hambre y la miseria nunca son buenos compañeros.
Para salir de tanto mal, solo hay un camino:
“Convertirnos en los seres humanos que de verdad somos capaces de ser”.
¿Cómo salir de este letargo que nos lleva a la pelea constante porque cada cual creemos estar en la ¡verdad! absoluta?
¿Aprenderemos que cada cual tiene unos cromosomas diferentes y por tanto una cualidades diferentes y unas capacidades diferentes?
¿Cómo aprender que cada cual necesita su espacio y el respeto de los demás, como cada persona debe saber respetar a su vez?
Trabajo ímprobo y constante, sin dar cabida a la desesperanza…
Cosa arto difícil en un mundo donde el poder tiene la palabra y fuerza absoluta.
Desearía no perder la fuerza, el deseo ardiente y la lucha que siempre me acompañó en mi juventud.
mª pilar