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El significado de las manifestaciones ¿no sería la refundación de Brasil?

BoffLa gente que estaba en la calle en el mes de junio, de forma consciente o inconsciente, ¿qué era lo que quería? Para responder voy a apoyarme en tres citas inspiradoras.

La primera es de Darcy Ribeiro en el prefacio de mi libro El caminar de la Iglesia con los oprimidos (1998): «Nosotros los brasileños surgimos de una empresa colonial brasileña que no tenía intención de fundar un pueblo. Quería solo generar beneficios empresariales exportables con pródigo desgaste de gentes».

La segunda es de Luiz Gonzaga de Souza Lima en la última y creativa interpretación de Brasil: La refundación de Brasil: hacia una sociedad biocentrada (São Carlos 2011): «Cuando se llega al final, ahí donde terminan las carreteras, es porque ha llegado la hora de inventar otros rumbos, es el momento para una nueva búsqueda, es el momento para que Brasil se refunde: la refundación es el camino nuevo de todos los posibles, el que vale más la pena, ya que espropio del ser humano no economizar los sueños y esperanzas; Brasil fue fundado como una empresa. Es hora de refundarlo como sociedad».(contraportada)

La tercera es del escritor francés François-René de Chateaubriand (1768-1848): «Nada es más fuerte que una idea cuando ha llegado el momento de su realización».

Mi impresión es que las mutitudinarias manifestaciones de la calle, que se hicieron sin siglas, sin carteles de movimientos ni partidos conocidos y sin montaje de sonido, que irrumpieron espontáneamente querían decir que estamos cansados del tipo de Brasil que tenemos y hemos heredado: corrupto, con una democracia de baja intensidad, que hace políticas ricas para los ricos y pobres para los pobres, en el que las mayorías no cuentan y pequeños grupos extremadamente opulentos controlan el poder social y político. Queremos otro Brasil, que esté a la altura de la conciencia que desarrollamos como ciudadanos y de nuestra importancia en el mundo, con la biodiversidad de nuestra naturaleza, con la creatividad de nuestra cultura y con el mayor patrimonio que tenemos, que es nuestro pueblo, mestizo, alegre, sincrético, tolerante y místico.

De hecho, hasta hoy en día Brasil fue y sigue siendo un apéndice del gran juego económico y político del mundo. Incluso políticamente liberados, todavía estamos recolonizados, pues las potencias centrales antes colonizadoras quieren mantenernos  en aquello a lo que nos condenaron siempre: ser una gran compañía neocolonial exportadora de materias primas, granos, carne, minerales, como lo afirma  en detalle Luiz Gonzaga de Souza Lima y lo reafirmó Darcy Ribeiro antes citado. De esta manera impiden que realicemos nuestro proyecto de nación independiente y abierta al mundo. Dice con fina sensibilidad social de Souza Lima: «Aunque nunca haya existido en la realidad, hay un Brasil en el imaginario y en los sueños del pueblo brasileño. El Brasil que vive dentro de cada uno es una producción cultural. La sociedad construyó un brasil diferente del histórico real, el país del futuro, soberano, libre, justo, fuerte, pero sobre todo alegre y feliz» (p.235). En los movimientos de la calle estalló este sueño exuberante de Brasil.

Caio Prado Júnior en su Revolución brasileña (Brasiliense 1966) escribió proféticamente: «Brasil se encuentra en uno de esos momentos en que se imponen de pronto reformas y transformaciones rápidas capaces de reestructurar la vida del país de una manera compatible con sus necesidades más amplias y profundas y con las aspiraciones de la gran masa de la población que, en el estado actual, no son debidamente atendidas» (p. 2). Chateaubriand confirma que esta idea antes descrita ha madurado y ha llegado el momento de su realización. ¿No sería ese el sentido básico de las reclamaciones de tantos miles de personas en la calle? Quieren otro Brasil.

¿Sobre qué bases se hará la refundación de Brasil? Souza Lima dice que sobre lo más  fecundo y original que tenemos: la cultura brasileña. «A través de nuestra cultura el pueblo brasileño verá sus infinitas posibilidades históricas. Es como si la cultura, impulsada por un flujo creativo de gran alcance, se hubiera constituido lo suficiente para escapar de las limitaciones estructurales de dependencia, de subordinación y de los límites estrechos de la estructura socio-económica y política de la empresa-Brasil y del Estado que ella creó para sí. La cultura brasileña escapa entonces de la condición de mediocridad, se propne a si misma en igualdad de dignidad en relación a todas las culturas, y presenta al mundo sus contenidos y sus valencias universales»(p.127).

No hay espacio aquí para detallar esta tesis original. Remito al lector/a a este libro que está en la línea de los grandes intérpretes de Brasil como Gilberto Freyre, Sérgio Buarque de Hollanda, Caio Prado Jr., Celso Furtado y otros. La mayoría de estos clásicos intérpretes miraron hacia atrás y trataron de mostrar cómo hemos construido Brasil. Souza Lima mira hacia adelante y trata de mostrar cómo se puede refundar Brasil en una nueva fase planetaria, ecozóica, rumbo a lo que él llama “una sociedad biocentrada”.

¿No serán estos miles de manifestantes los protagonistas anticipadores del ancestral y popular sueño brasileño? Que así lo quiera Dios y lo permita la historia.

2 comentarios

  • Antonio Duato

    Gracias, Antonio Vicedo, por tu comentario.

    Yo acabo de seguir el acto de acogida en Copacabana y las palabras del papa en la homilía de la celebración de la fe que tú acertadamente comentas. Puede seguirse aquí:

    Saludo y homilia de Francisco en Copacabana

    Están los textos, pero también el enlace a un vídeo que no sé si ofrecerá completo o resumido el acto.

    La verdad es que el ambiente de la Jornada ha cambiado la espontaneidad con que se le veía al Papa en los primeros actos del jueves, hechos por iniciativa propia y no preparados por la organización de la juventud del papa. Me ha parecido ñoño todo el espectáculo de canciones y representaciones de la llegada de la fe a Brasil y la homilía se ha caracterizado también por querer dar a su mensaje un carácter más confesional que antropológico y social como fueron los de la mañana del jueves. Espero que la próxima jornada se dediquen los primeros días, más que a recibir catequesis en diferentes iglesias e idiomas, a discutir por grupos los problemas y deseos de la juventud (sin limitaciones) de los distintos países y continentes, cuya síntesis se presentaría al papa en este acto. Pero eso sí que supone una reforma de la cúpula vaticana y esto aún no lo podido hacer.

    Solo si se supera la estricta confesionalidad y se centra en el mensaje uténtico de Jesús, la revolución que propone Francisco a los jóvenes podrá encajar con lo que en este post propone Leonardo.

  • Antonio Vicedo

    Por si sirve para el propósito de cuanto presenta L.BOFF, cuelgo aquí este comentario mío matizando la propuesta del H.Francisco a la Asamblea en Cobacabana sobre la orientación revolucionaria de la fe
     
    Pon a Cristo en tu vida.

    ¿No es el mismo Jesús, el Cristo, quien se mete en nuestras vidas en y por su inmenso Amor humano-divino?

    ¿Y lo que a los humanos nos toca, puesto que de nosotros depende, no es ponernos nosotros en su Vida, simplemente con nuestra total apertura, sin puertas, como aquella cuadra cueva, pobre y sucia, para la que tuvo Él el sitio que le negaron desde las posadas interesadas y mercantiles?

    El único y supremo Mandamiento suyo es: Amaos los unos a los otros COMO YO OS HE AMADO.
    La transformación que nos HUMANIZA es humanizarnos a su modo, integrarnos UNIDOS en Él, formando, en tanto órganos solidarios, su Cuerpo del que Él es CABEZA.

    Esto es la revolución de la fe, pues conlleva nuestra tarea de ser universalmente solidaria en LA HERMANDAD TOTAL que pide y exige la única y general filiación divina.

    Lo de PONER A DIOS, o a JESÚS, EN NUESTRAS VIDAS, moldeándolo a nuestra medida ¿No es lo que se va haciendo en el viejo modo de entender toda la religiosidad humana?

    ¿Cosas de matiz? – Puede . Pero hay matices que convierten la VERDAD en SOFISMA.
    Y la VERDAD de la realidad humana apunta a la real IGUALDAD en dignidad, valor y finalidad de TODOS los seres humanos.
    ¿Podrrá, sin admitirse esto teórica y prácticamente, esperarse un nuevo Brasil, o una nueva Humanidad Humana, y una Fe cristiana realmente revolucionaria?