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El Papa de la libertad de espíritu y de la razón cordial

BoffUna de las mayores conquistas de la persona humana en su proceso de individuación es la libertad de espíritu. La libertad de espíritu es la capacidad de ser doblemente libre: libre de los mandamientos, normas, estándares y protocolos que fueron inventados por la sociedad y las instituciones para uniformar comportamientos y moldear personalidades según tales determinaciones. Y fundamentalmente significa ser libre para ser auténtico, pensar con su propia cabeza y actuar de acuerdo a su norma interior, madurada a lo largo de toda la vida, en resistencia y tensión con esos mandatos.


Y esta es una lucha titánica, pues todos nacemos dentro de ciertas determinaciones que son independientes de nuestra voluntad, sea en la familia, en la escuela, en el círculo de amigos, en la religión y en la cultura que dan forma a nuestros hábitos. Todos estos elementos actúan como superyós que pueden ser limitantes y en algunos casos hasta castradores. Lógicamente, estos límites tienen una función reguladora importante. El río llega al mar porque tiene márgenes y límites, pero estos también pueden represar las aguas que deberían fluir; entonces se salen por los lados y se convierten en charcos.

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Las actitudes y los comportamientos sorprendentes del actual obispo de Roma, como a él le gusta presentarse, comúnmente llamado Papa Francisco, nos evocan esta categoría tan determinante de la libertad de espíritu.
Normalmente, el cardenal nombrado papa pronto encarna el estilo clásico, hierático y sacral de los papas, ya sea en la vestimenta, en los gestos, en los símbolos del poder sagrado y supremo, y en el lenguaje. Francisco, dotado de una gran libertad de espíritu, ha hecho lo contrario: ha adaptado la figura del Papa a su estilo personal, a sus hábitos y a sus convicciones. Todo el mundo conoce las rupturas que ha introducido sin mayor ceremonia. Se aligeró de todos los símbolos de poder, especialmente de la cruz de oro y piedras preciosas y de esa pequeña capa (mozzetta) que llevaban los otros, llena de brocados y joyas, otrora símbolo de los emperadores romanos paganos. Sonriente dijo al secretario que quería ponerla sobre sus hombros: “guárdela porque el carnaval ha terminado”. Se viste con mayor sobriedad, de blanco, con sus zapatos negros habituales y, por debajo, con sus pantalones, negros también. Prescinde de todos los servicios asignados al Pastor supremo de la Iglesia, empezando por el palacio papal que ha reemplazado por una hospedería eclesiástica, y come con los demás huéspedes. Piensa antes en Pedro, que era un rudo pescador, o en Jesús, que según el poeta Fernando Pessoa, «no sabía nada de contabilidad ni consta que tuviera biblioteca» pues era un «factótum» y un simple campesino mediterráneo. Se siente sucesor del primero y representante del segundo. No quiere que le llamen Su Santidad, porque se siente «hermano entre hermanos», ni quiere presidir la Iglesia en el rigor de la ley canónica, sino en la caridad, que es cálida.

En su viaje a Brasil no ha hecho espectáculo, aquí está su libertad de espíritu: desea como transporte un vehículo popular, un jeep cubierto para poder moverse a través la multitud, se detiene para abrazar a los niños, para beber un poco de mate, para intercambiar su solideo papal blanco por otro medio chafado que le ofrece un fiel. Durante la ceremonia oficial de bienvenida del gobierno, que sigue un estricto protocolo, después del discurso se dirige a la presidenta Dilma Rousseff y la besa para consternación del maestro de ceremonias. Y hay muchos otros ejemplos.
Esta libertad de espíritu trae un brillo innegable hecho de ternura y vigor, las características personales de san Francisco de Asís. Se trata de una persona de gran entereza. Estas actitudes personales serenas y fuertes muestran un hombre de gran ternura que ha realizado una síntesis personal significativa entre su ser interior y su yo consciente. Es lo que se espera de un líder, sobre todo religioso. Evoca al mismo tiempo ligereza y seguridad.

Esta libertad de espíritu se ve reforzada por el espléndido rescate que hace de la razón cordial. La mayoría de los cristianos están cansados de doctrinas y se muestran escépticos ante las campañas contra los enemigos reales o imaginarios de la fe. Todos estamos impregnados hasta la médula de la razón intelectual, funcional, analítica y eficiente. Ahora viene alguien que en todo momento habla desde el corazón, como lo hizo en su discurso a la comunidad de la favela de la Varginha o en la isla de Lampedusa. En el corazón es donde mora el sentimiento profundo por los demás y por Dios. Sin el corazón las doctrinas son frías y no plantean ninguna pasión. Ante los supervivientes venidos de África, confiesa: «Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, de ‘sufrir con’: la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar». Sentencia con sabiduría: «La medida de la grandeza de una sociedad viene dada por la forma como trata a los más necesitados».
Según esta medida, la sociedad global es un pigmeo, anémica y cruel.
La razón cordial es más eficaz en la presentación del sueño de Jesús que cualquier doctrina erudita y convierte a su principal mensajero, Francisco de Roma, en una figura fascinante que llega al corazón de los cristianos y de otras personas.

Leonardo Boff acaba de publicar Francisco de Asís y Francisco de Roma, Mar de Ideas, Río 2013, que pronto será también publicado en español.

Traducción de Maria J. Gavito

6 comentarios

  • Carlos

    Francisco es genial, habla con libertad, con el espíritu de Jesús de Nazaret, transmite la frescura de las comunidades cristianas de américa, frescura que falta en la mortecina y anquilosada iglesia de europa. Qué triste es ver cómo languidece la Iglesia en Europa.

  • Marco Aurelio

    Bergoglio es el papa de los gestos, el papa que ha conseguido, hasta ahora, casi unánimemente una aceptación hacía su persona por parte de todos los sectores de la Iglesia Católica, de momento todo un éxito. En cuatro meses ha actualizado la imagen de un Vaticano monárquico y medieval, y digo la imagen hacia el exterior. Se presenta a los católicos como pastor y no como teólogo, hace hincapié en su condición de Obispo, antepone la emoción y la espiritualidad, y da la sensación de sensibilidad y preocupación por los pobres en un mundo globalizado, casi parece transmitir un mensaje de liberación para los oprimidos, para los pobres y para los que sufren injusticia, incluso hace un llamamiento a la conciencia de los poderosos, Boff y otros representantes de la Teología de la Liberación, deseosos de cambios en la Iglesia, ven en Francisco a uno de los suyos por su sensibilidad y preocupación por los pobres. Pero en mi opinión, la retórica de Francisco no lleva a concretarse en la  liberación concreta del hambre, de la miseria y la degradación moral y de la ruptura con Dios, él no vive desde y hacia ese sufrimiento humano como Boff y sus compañeros, su mensaje es el mismo que repite la Iglesia desde su existencia, si bien es cierto que haciendo más hincapié, dando prioridad a este matiz que resulta estratégico para la Iglesia Vaticana, la unidad es primordial para una institución en crisis, cambiar la forma de trasmitir el mismo mensaje de siempre. La elección de Bergoglio fue muy medida, no debería de sorprender la forma de hacer política en el Vaticano, son los genuinos maestros de la misma.

  • Rodrigo Olvera

    Perdón, fue designado obispo de Orán. En Quilmes es en donde se vio forzado a renunciar a su cargo diocesano

  • Rodrigo Olvera

    Tan bonito relato idealizado de Boff, y viene Bergoglio a destrozarlo con sus hechos: desiga obispo, en contra de la consulta realizada al presbiterio de la diócesis, a un hombre que se vió forzado a renunciar a su cargo diocesano por homófobo.   Veremos que malabares se hacen para justificar a Bergoglio por la designación de Zanchetta en Quilmes.

  • Antonio Vicedo

    Si la Fe en Jesús tiene algo que ver con la prioridad de búsqueda del Reino del Padre en la Tierra y su JUSTICIA, como expresión de la verdadera y universal Hermandad Humana, no se trata de acelerar trámites, ya retardados, para el reconocimiento de TESTIGO EXCEPCIONAL DE LA FE en Jesús del Obispo Arnulfo Romero, sino de CLARO e INMEDIATO RECONOCIMIENTO de tal calidad por el Hermano Francisco desde Roma.
    Cualquier dilatación en el tiempo es una deuda impagable al Pueblo que desde el primer momento le consideró un VERDADERO MARTIR DE LA fE PRÁCTICA en quien se cumplió la profecía de Jesús  de ser tratados como Él aquellos que como Él defendieran SU CAUSA.
     
    En mi opinión,  ha sido una ocasión,  inexplicablemente desaprovechada, el no haber hecho esta solemne proclamación de MARTIRIO en el principal acto de la JMJ.

  • ELOY

    “Francisco critica la “incoherencia” de la Iglesia
     
     
    El Papa acelera la beatificación de monseñor Romero, asesinado en 1980.”
     
    Estos son los titulares del significativo artículo de Pablo Ordaz en EL PAÍS de hoy:
     
    Enlace:
     
    http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/26/actualidad/1374865943_745892.html