“¡Me ha salido del alma!” me dice Román Díaz Ayala, al enviarme este breve comentario. Se refiere a las declaraciones que el portavoz de la casa real ha hecho hoy a los periodistas, de las que informa la cadena SER. Justo el día en que se ha publicado la decisión de abdicar manifestada por Alberto de Bélgica, sólo un poco mayor de Juan Carlos que, al parecer, no quiere darse por enterado sino que inicia una especial campaña de imagen. ¡Gracias, Román, que, además teología sabes de indignación! Tu próximo artículo irá con toda la acreditación de autor-colaborador de ATRIO.
Hoy jueves 4 de julio de 2.013, mientras en los Estados Unidos se hacen las celebraciones de conmemoración de su independencia, y el presidente de la República de Bolivia descansa por fin en casa después de su secuestro en Viena por parte de las autoridades de la Unión Europea, la Casa Real española celebró un encuentro informativo con periodistas.
La Casa Real declara estar molesta por la “mala educación” de quienes abuchean a sus miembros.
Parece ser que todo el malestar existente en España con su ciudadanía se reduce a un tema de mala educación, de un mal comportamiento social en las cuestiones que atañen a la debida cortesía.
Sin embargo, yo pienso que nos está sobrando un poco de esa educación que hemos estado recibiendo desde que volvimos a entrar en la Democracia, al final de la década de 1970
Pienso, además que hace ya algún tiempo estamos experimentando tal sensación de hartazgo de las formas y los modos que nos han ido imponiendo progresivamente en los usos y costumbres de la “polis”, mientras nos iban arrebatando el poder soberano de decisión y los derechos ciudadanos de representación, que se han pisado ya muchas líneas rojas.
Una de ellas se llama la representación institucional del Estado. Si la Casa Real no ha realizado su papel institucional de ejemplaridad en momentos en que todas las demás instituciones sufren un grave deterioro por una corrupción generalizada en todo el cuerpo social.
Si hemos dejado de ser una democracia del pueblo, para estar conducidos por una élite que no sabemos a ciencia cierta al servicio de quiénes están trabajando, aunque con el convencimiento más profundo de que la gran perjudicada es la ciudadanía, especialmente los más vulnerables, que siempre son los pobres.
El Rey D. Juan Carlos I, quien en otro tiempo supo conectar con lo más íntimo de los pueblos de España abriendo un proceso de cambios y reformas para devolver a todos ellos la soberanía arrancada por una cruel rebelión militar y una dictadura, debería en esta hora hacer un uso legítimo del prestigio antes acumulado con gestos de sintonía con esa misma ciudadanía.
El clamor de las calles, no es nada con el caudal de sufrimientos que están sufriendo y acumulando muchísimos hogares españoles. La indignación dará paso a la desesperación y entonces sí que habrá mucha mala educación en nuestros pueblos.
4.07.2013
Pues hombre… no parace que el Rey sea el mejor ejemplo de educación que se pueda ofrecer a la sociedad española.
Tengo para mi que, al contrario, es el ejemplo a NO SEGUIR, puesto que es bastante impresentable.
Ejemplos de ello tenemos a montones. Recordaré solamente el gesto de mala educacion que ofreció con su dedo en Gernika a quienes protestaban por su presencia, recordaré los asuntillos de la caza del oso borracho y el elefante y recordaré el peor de sus gestos de mala educacion:
http://ricardomella.blogspot.com.es/2007/11/el-fascismo-y-la-mala-educacin.html
O sea, que ya va siendo hora de concluir con el asunto de ” juancarlismo” y aplicarle su propia receta:
¿¿ POR QUE NO TE CALLAS ???…
( Por cierto, el Rey no fue quien facilitó la ” santa transfusión” y sí se benefició, y sigue beneficiándose, del monumental ENGAÑO que se planeó en aquella ocasión. De todas formas, la TRANSICION a la democracia no se ha llevado a cabo en España y parece que ya son muchas las voces y las plumas que lo reconocen.)
Bueno, pues…