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Cuando el hambre llama a la puerta

esther-Vivas

El presidente Rajoy ha pedido que tratemos “cosas importantes”, no las “bagatelas” del caso Bárcenas (=20 años de corrupción en PP)

Llega el verano, acaba el curso escolar, y para cada vez más familias la preocupación ya no es “qué van hacer los niños en las vacaciones”, sino “qué van a comer”. En el Estado español, según indica UNICFEF, el 20% de la población infantil vive por debajo del umbral de la pobreza. El hambre ha dejado de ser patrimonio de los países del Sur, para llamar a nuestra puerta.

En Barcelona, el ayuntamiento detectó, a principios de año, 2.865 menores con deficiencias alimentarias. En Andalucía, el gobierno autonómico ha empezado a repartir desayunos y meriendas a más de 50 mil niños en riesgo de exclusión. En el 2010, un informe de la Fundación Foessa, señalaba que unas 29 mil familias con menores pasaban hambre en el Estado español. Dos años más tarde, ¿cuántos serán los afectados? Sin lugar a dudas, muchos más.

Pero no sólo los datos indican que el hambre infantil va en aumento, sino lo que se vive en numerosos colegios apunta en la misma dirección: pequeños que se desmayan en clase por no haber comido, otros que devoran hambrientos todo el plato en el comedor escolar, los que llevan pan con pan como desayuno. Las historias, tristemente, son interminables. Sólo hace falta preguntar, y escuchar, a quienes trabajan en escuelas de barrios y ciudades, especialmente, golpeadas por la crisis.

La malnutrición es la otra cara del hambre. Según indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria: un 17% de los niños que viven bajo el umbral de la pobreza sufren obesidad, el doble de quienes no tiene dificultades económicas. La crisis convierte los alimentos frescos, fruta, verdura, pescado y carne, en inaccesibles. Y la dieta de quienes menos tienen se deteriora rápidamente. Se compra poco y barato y se come mal.

La espiral de paro, escasez, desahucios y hambre atrapa cada vez a más familias. Y las demandas de ayuda para poder comer, aumentan al mismo ritmo que descienden nuestros derechos y se aplican los recortes. El Gobierno mira para otro lado y las comunidades autónomas, con considerables competencias en la materia, siguen pasando las tijeras. La tan cacareada “marca España” es sinónimo, como recogen recientes artículos en The Times o Le Nouvel Observateur, de pobreza y hambruna infantil.

Las causas del hambre son políticas, ya sea en el Sur o en la puerta de nuestra casa. Los alimentos no pueden ser un negocio en manos de unas pocas empresas. Comer bien implica justicia y democracia en la producción, la distribución y el consumo de alimentos. Mientras la política siga secuestrada por los mercados, la banca, el agrobusiness y tantos otros señores del Capital, ni podremos vivir en paz ni comer bien.

*Artículo en Público, 11/07/2013.

3 comentarios

  • Antonio Vicedo

    Lo que con eufemismos es calificado: por debajo del umbral de la pobreza, no es más que la situación miserable en la que las personas quedan privadas de la posibilidad efectiva de poder sobrevivir con aquella dignidad que es patrimonio de todo ser humano.

    El amplio nivel de la pobreza, como expresión vital, dignifica a las personas por el hecho de compartir necesidades y equilibrados remedios propios y ajenos para las mismas.

    En ese nivel queda acreditado el orden natural que proporciona bienes sobrados para que nadie se vea acosado de imposible supervivencia personal  y personalista.

    Pero, cuando al sistema natural de equilibrio entre necesidades y remedios se le superpone el sistema antitético de opulencia y miseria, es cuando la racionalidad libre y responsable de los seres humanos está en profundo y catastrófico desequilibrio como consecuencia del imperio de la razón del poder y la fuerza acumulados y disponibles para los menos,  y de la fuerza de la razón anulada como exigencia de derecho humano fundamental para la inmensa mayoría de la Humanidad.

    Solo LA VERDAD es principio y fundamento de la LIBERTAD RESPONSABLE: y es la JUSTICIA DISTRIBUTIVA, como exigencia de a IGUALDAD del valor y la dignidad de TODOS los seres humanos, la que puede y debe lograr el Humanismo de la Humanidad en la que el AMOR se vivencíe prácticamente en actitudes compartidas de holgada pobreza individual y estructural.

  • Héctor

    Gracias, Esther, por llevarnos de la mano hacia las cosas importantes, que quizás no sean las que Rajoy considera importantes. Para el gobierno y para la derecha española lo que hace falta ahora es que los Bancos se pongan a punto para robustecer las empresas. Se aumentará la producción, se podrá exportar más y al final, creando empleo, algunos podrán aliviar el hambre de sus hijos. Un tanto idealista:  parece que en la perspectiva capitalista que domina nuestra sociedad actual nadie se preocupe mucho del bienestar de los trabajadores y sus familias.
    Curiosamente nos encontramos en nuestro bendito país en la misma encrucijada de las naciones empobrecidas del mundo que criticamos porque no saben salir de su pobreza. Como muy bien dices, Esther,  esa pobreza es de origen político y las malas políticas socio-económicas siempre producen hambre tanto aquí como en Zimbabwe. Es por eso por lo que el hambre se está convirtiendo en ‘patrimonio universal de la humanidad’. La humanidad globalizada va extendiendo regularmente por todas partes las mismas consignas: Poder, dinero, capacidad de producir  y exportar y todo eso dentro de un sistema que sólo busca la prosperidad de una minoría que se sostiene sobre la pobreza de la mayoría.
     
    Señor Rajoy, darle la vuelta a esas políticas deshumanizantes eso sí que es importante: hay que echar abajo el sistema que solo funciona creando pobreza.
    Un saludo Héctor

  • ana rodrigo

    Realmente estamos viviendo una situación sangrante y cruel, por un lado los datos reales que nos recuerda Esther Vivas, y por otro lado, las noticias no menos vergonzosas de la sangría de millones robados por quienes tenían que velar por el bien común y se ha quedado con nuestro dinero.
     
    Si a esto añadimos el dato que da Arcadi Oliveres de que los países desarrollados, desde que comenzó la crisis, han gastado en rescatar entidades financieras 4,6 billones de dólares, 92 veces lo que la ONU ha pedido para erradicar el hambre en el mundo, llegaremos a la conclusión de que el mundo va muy, pero que muy mal, que esta situación va a reventar por algún lado.
     
    Mientras tanto, la persona, el niño, la niña, la persona mayor, que están pasando hambre, que están mal alimentados, nos golpea las conciencias y poca cosa más podemos hacer.
     
    El estado de bienestar en el que compartíamos impuestos para atender los servicios sociales a toda la población, parece que se acabó definitivamente. A partir de ahora, más que nunca, imperará la ley del más fuerte y el “sálvese quien pueda”. ¡Qué triste! Los paraísos fiscales a reventar, y los estómagos de los desfavorecidos vacíos.

    PD. Me vais a perdonar, pero después de tantos días sin apenas poder entrar en atrio, acostumbro a empezar por el último post. Si tengo tiempo intentaré mirar algún otro post. Estaré una temporadita liada con temas familiares y demás cosas propias del verano.