Ayer me enteré de que había fallecido Alfonso en Salamanca, a los 84 años.
Su vida ha sido intensa, apasionada. La de un corredor de fondo, sin destellos de velocista o focos mediáticos, pero en contante búsqueda de la esperada meta: la mayor gloria de Dios en el mundo real que le tocó vivir.
Alfonso […]
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