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Politólogos y 15M

HonorioAlicia García, de la Universidad de Barcelona, y Andrés Ortega, del Observatorio de las ideas y cofundador de Intelligence Unit of Spain, han escrito en El País del miércoles 15 de mayo sobre el 15-M. A partir de sus reflexiones apuntamos aquí otras sugerencias sobre el alcance de esta conmemoración.

El aniversario del 15-M nos invita a reflexionar sobre el momento político que estamos viviendo. No podemos quedarnos atascados en aquel grito de “no nos representan”, en asaltos al Congreso de los Diputados, escraches y plantes contra los desahucios, se impone buscar una salida civilizada a este impasse.

El 15-M pone en evidencia ante todo que las coordenadas en que se mueve la política y los ciudadanos han cambiado. Hoy vivimos en una atmósfera de interdependencia, complejidad, aceleración y transparencia, fenómenos nuevos, si no por su existencia, sí por su intensidad y su alcance mundial. Han surgido términos nuevos como Unión Europea, globalización, redes sociales, imperio de los mercados a nivel mundial. Puede que los ciudadanos pasemos de los problemas, o que nos comprometamos ante ellos, pero lo cierto es que somos conscientes y sabedores de que existen, y tenemos de todo una información amplia.

Vivimos en 1975-1980 una transición democrática más o menos positiva, según gustos y opiniones, pero que se ha quedado trasnochada y ha carecido de cintura y flexibilidad para asumir los cambios que apuntamos arriba. Desde siempre, desde antes y desde después de la transición, España carece de clases dirigentes, solo cuenta con clases dominantes: y no hay manera de salir de este atolladero…

De vez en cuando surgen figuras nuevas o con aires de novedad, jóvenes políticos con discursos más o menos brillantes. Pero enseguida se orquesta en torno a ellos un ejercicio de casting político al estilo de otra operación triunfo para vaciar el mensaje de esas nuevas figuras de contenidos nuevos y conseguir que sigan diciendo lo mismo de siempre con una música nueva…A uno le da un cierto miedo lo que pueda hacer el sistema con un Eduardo Madina o una Ada Colau, figuras que traen de momento algunos aires nuevos al panorama político…

Y en este momento, el sistema político en vigor intenta perpetuar y aplicar a los problemas de hoy las recetas que nos sacamos de la manga en la Transición, las que nos proporciona la Constitución de aquel momento, que vemos claramente que no nos sirven. Pretende sacralizar instituciones como la monarquía o el estado de las autonomías que de por sí son ciertamente pasajeras y manifiestamente renovables o mejorables.

Quizá nuestro tren  no está entrando en las vías que conducen a la dictadura (?), pero sí en una vía muerta que lleva a la no-democracia. Y ese mismo fenómeno, el de una democracia sin contenido, de recetas inútiles y caducadas, no solo le afecta a España, se está produciendo a nivel europeo, y a nivel planetario…

Estamos forzados a pensar la relación que existe entre democracia y capitalismo en este momento histórico, tal vez hasta deberíamos preguntarnos si la una es incompatible con el otro, a la vista de la crisis en que nos ha hundido el neoliberalismo y los mercados, si es que en algún momento ha habido alguna relación entre un sistema económico que pone el beneficio como ley suprema y el sistema que otorga al pueblo el poder de legislar y gobernar…

Pero en todo caso estamos forzados a reconvertir ese “no nos representan”, ese atacar el sistema desde fuera de las murallas, desde el escrache y la ocupación del Congreso, en unas fórmulas que nos permitan entrar a formar parte del juego político, intervenir, ocupar el puesto que nos pertenece con todo derecho y que el sistema político trasnochado nos niega.

Se nos impone una doble tarea: obligar a las estructuras políticas actuales sean partidos políticos, poder político, sindicatos, estructuras sociales, a abrirse y dejar paso y libertad de movimientos a los nuevos impulsos recibidos desde fuera del sistema, desde el 15-M y los demás movimientos marginales. Dar vía libre a un debate sobre una nueva Constitución, un nuevo andamiaje y ensamblamiento de nacionalidades y autonomías en el estado español y de este en Europa, una nueva ley de partidos políticos, un nuevo sistema electoral, un debate en torno al dilema monarquía o república…

Hay un precedente muy significativo en nuestra historia reciente. El 23 de marzo de 1914, Ortega y Gasset pronunció en el Teatro de la Comedia un discurso sobre Vieja y nueva política que pretendía superar el decrépito y arrugado sistema bipartidista conservador-liberal. La cosa no funcionó tal como proponía Ortega, y tuvimos que pasar por el trauma-tragedia de secuencia república-guerra civil-dictadura militar…

El momento actual se parece a aquel de 1914 en que hoy también asistimos a un cambio de ciclo. Y se impone un giro de 180 grados en la forma de concebir y practicar el juego político.

Tal vez no podemos esperar gran cosa de la Iglesia española en orden a impulsar esa renovación de la democracia, eu la cual, dicho sea de paso, se registran problemas y necesidades de cambio parecidas a las que vive el mapa político. En todo caso, nos toca a todos implicarnos en esa superación de la contestación y el escrache por una participación más directa en el juego de la política “desde dentro”.

8 comentarios

  • roman diaz ayala

    h. cadarso:
    Yo sin embargo veo que en absoluto hayas pasado los razonamientos-informes sobre la realidad actua, han hecho los dos articulistas, cada uno desde sus atalayas muy privilegiadas.
    No me gusta intervenir en estos temas, porque obligan a comentarios demasiados extensos que aburren al personal.
    La cuestión de fondo, está en que vivimos – estamos entrando – en un situación completamente nuev. e inédita, que ha cogido a toda la “inteligencia”, fuera de honda. Improvisan cuando razónan y las referencias aal pasado ( Transición, Ortega..) no sirven más que a título de ejemplo.
    que no nos vendan la moto de que el capitalismo y la democracia son dos partes esenciales de la misma realidad.,. que sin capitalismo no hay democracia.
    Ya sabemos que la índole de los problemas, ante el nuevo escenario exige algo más que un recambio generacional, o un desplazmiento de los equipos gobernantes por otro.
    La clase domiante tiene comprada- esclava- a la clase dirigente. Son la voz de su amo. ¿No ha sido siempre así?
    La Social Democracia si quiere mantener su identidad fundacional, debe explicar por qué y cómo se condicionó con el capitalismo. Y veríamos una pequeña parte del camino despejada para la búsqueda de soluciones.
    Las izquierdas más radicales, también se tiene que explicar por qué al abandonar el marxismo, lo han sustituido por un descafeinamiento de las ideas progresistas. ¿No les bastaba con echar de sí lo que tenía el marxismo de inhumano, sin rechazar la utopía?
    roman

  • h.cadarso

    Creo haber sobrepasado los planteamientos y razonamientos de los dos politólogos cuyos artículos en El País me han servido de punto de partida “solamente”. De Ortega solo he asumido que acertó en su diagnóstico en 194, pero estoy totalmente en contra de sus planteamientos rabiosamente burgueses y planteados para mantener en el machito a “las clases dominantes”.
    Sobre la transición, Gundín, hay diferentes opiniones, he pretendido expresar mi respeto por todas; pero creo que queda muy claro que mis propuestas pretenden corregir radicalmente las carencias que ene aquel momento se produjeron. “Agua pasada, no mueve el molino”, dice el refrán.
    En resumen, trato de abrir nuevos caminos para avanzar en hábitos democráticos y dotarnos de instituciones verdaderamente democráticas: por ejemplo, una república, por ejemplo, una Europa con estructuras democráticas, por ejemplo, la superación del sistema capitalista y de mercado…Por ejemplo, reconocer el valor más bien escaso de las manifestaciones “desde fuera de las murallas”, o sea desde fuera de las instituciones y los cauces marcados por una legalidad farisea…Me gustaría recordar que durante el franquismo la oposición y el movimiento obrero combinaron la acción desde fuera de las instituciones con la penetración dentro de las estructuras sindicales del régimen, la utilización del paraguas de la iglesia para  crear estructuras democráticas, etc.
    No estoy en contra de los escraches, el acoso al Congreso, las movidas de sanidad, educación etc. Pero creo que necesitamos alternar con otros métodos, me estoy hartando de tropezar con el hieratismo de Rajoy: “el gobierno sabe lo que tiene que hacer” y con el servilismo de su criada la Cospedal: “en este momento la disciplina de nuestro partido es absolutamente necesario…las urnas nos dan la razón en todo”.

  • X. Gundín

    En el cuarto párrafo del post dice: “…una transición democrática más o menos positiva, según gustos y opiniones, pero que se ha quedado trasnochada y ha carecido de cintura y flexibilidad…”.
     
    Aún considerando que el post no es sobre la transición,  despejar este asunto con un parecer tan liviano -que hasta parece frívolo- en nada ayuda al asunto tratado.
    ¿No sería más acertado pensar que precisamente la chapuza transicionera es una de las causas de lo que hoy sucede?.
    ¿Se cree posible saltar por encima de aquella chapuza y ¡ale! empezar otra vez alegremente?.
     

  • X. Gundín

    R. Olvera, O. Varela:
     
    Los modos de razonamiento militares proporcionan imagenes sencillas, normalmente bipolares, que los hacen de fácil comprensión por los otros y útiles como esquemas para el trabajo propio. La vida civil es más compleja, claro.
     
    La imagen infantería no debería precisar explicación. Su función, se sabe, no es el hostigamiento o castigo del enemigo, sino la ocupación del territorio. Para esto hacen falta cantidades de gente y medios, objetivos bien definidos, buen planeamiento, eficiente cadena de organización-mando y… voluntad de vencer.

  • Antonio Vicedo

    …..culminando en ecatombes.
    Disculpa: Vestid con h, si podeis a la desnuda ecatombes.
    ¡Gracias!

  • Antonio Vicedo

    La idea es sencilla y, a mi parecer, clara y fecunda, si nos atenemos, tanto a los resultados negativos por su negación culminando en ecatombes, como a los positivos por su afirmación, quedando como  simples anhelos de pequeñas minorías sin capacidad de eficiente potencia para derribar y reconstruir.
     
    Se trata de esa idea que brota de la natural realidad de nuestra especie humana y se concreta en: “La condición igual de todos los seres humanos, sujetos (nunca objetos) racionales libres y responsables, no solo en su individualización, sino también en su irrenunciable relacionalidad  con l*s demás semejantes y con los bienes disponibles en la Naturaleza.


     
    Entre estertores, como de parto natural, han venido aflorando principios teóricos y actitudes prácticas balbucientes, expresiones de esa condición igualitaria que ha quedado como conjunto de hitos testimoniales,  resúmenes normativos codificados, desde la simplicidad del:
    No quieras para nadie lo que no quieras para tí, o ama a tu prójimo como a tí mismo;
    hasta la obesidad de tantós códigos legislativos y normativos y como intento de resumirlos y esquematizarlos en un marco teórico: La Declaración Universal de los derechos humanos fundamentales;
    y  en  estructuras político-sociales  infantiles, o infantilistas, llamadas, sin serlo, democracias,cuando son meras oligarquías y partitocracias.

    Sin tomarse de verdad en serio la IGUALDAD de TODOS LOS SERES HUMANOS, sucede algo parecido a lo que en el campo de la física o la química cuando es falsa, o se falsea la materia prima.

    En esos campos, ni se puede conseguir la autenticidad de las piezas, ni por descontado la de sus engranajes o montajes.

    En las sociedades humanas, sin igualdad fundamental de valor, dignidad y finalidad de tod*s l*s human*s, tampoco se ha conseguido, ni se podrá conseguir la llegada de una HUMANIDAD HUMANA.

    El poder, la fuerza y el valor falseando la IGUALDAD y DIGNIDAD de las PERSONAS, hacen de virus y bacterias infectando la sociabilidad humana e impidiendo la estructuración racional y justa de la sociedad humana; su HERMANDAD VITAL.

    Si la VERDAD es causa de LIBERTAD, no nos debería extrañar el que, desde la falsedad, solo se desarrollen modos y situaciones de ESCLAVITUD, si bien graduales en diversas circunstancias de modos, tiempos y lugares.

    Quienes se han ido considerando más que los otros, han procurado y procuran un desarrollo y avance técnico adecuado a sus intereses de dominio normal y absoluto, que casi están alcanzando en grado de globalización, con resultado o amenaza de hecatombe planetaria.

    Pero esa misma globalización le puede permitir a la Humanidad descubrir su superior identidad y convertirse en medio y proceso acelerado de REGENERACIÓN, si, con la VERDAD, afirmamos nuestra IGUALDAD GLOBAL y desde ella, conseguimos la SOLIDARIDAD FRATERNA.
    ¡SI SE PUEDE! ¡ Y SE DEBE!
    ¡PERO, SI SE QUIERE!

  • Rodrigo Olvera

    Gundín podrá aclararnos su referencia a la táctica militar, pero a como entiendo, más bien el movimiento piquetero fue el “grupo pequeño” que no logró ocupar el terreno y una vez replegado, dejó el terreno a disposición de quienes lo ocupan ahora.
     
    Sobre Vieja y Nueva Política, mi opinión  (que seguramente no será compartida por todo mundo) es que Ortega era muy bueno para hablar del pasado, pero cuando hablaba del presente en cuestiones políticas, con frecuencia no entendió la o por lo redondo.  Y es el caso de este ensayo.
     
    Por ejemplo, afirmar que aunque “sólo  hay política donde intervienen las masas grandes masas sociales”, se dirige a las élites privilegiadas (les llama minorías “más cultas, más reflexivas y más responsables”) para que sean ellas las encargadas de “trasmitir su entusiasmo, sus pensamientos, su solicitud, su coraje, sobre esas pobres muchedumbres dolientes”.   O su idea de que el pueblo no sabe cual es la opinión verdadera e íntima  que constituye a cada época, por lo que corresponde a los políticos “declarar lo que es” tal opinión verdadera de una generación. O su idea de que una generación sólo será fecunda cuando vea claramente que es lo que quiere porque lo haya declarado el político.  O su idea de poder ser monárquico sin dejar de ser republicano. O su esperanza de que la Monarquía no sólo hará posible el derecho sino que aumentará la vitalidad nacional.
     
    Ortega no está tan lejos de Negri cuando afirma que para la nueva política lo menos importante es la captación del gobierno de España. Negri afirma la total no búsqueda del poder estatal, Ortega no afirma su total negación, pero si su marginación a lo menos importante. El que la nueva política gane elecciones y sus integrantes lleguen a alcaldes, no vale más que la publicación de un libro de electricidad.
     
    Y ya no hablemos de sus ideas de que la que está enferma es la raza española, o el llamado “al salvamiento de nuestra vida étnica”.
     
    Y la cereza del pastel. No había un programa de la Liga de Educación Política encarnadora de la nueva política, pero anunciaba que sus integrantes se irían a vivir a las aldeas, “para ser amigos primeros de quienes luego vamos a ser conductores”. Afirmaba que el programa sólo podría crearse en esa convivencia con esos futuros conducidos, y todavía dijo “Odiemos las puras palabras”.  Ya me dirán a qué aldea o aldeas se fue a vivir Ortega o si hemos de odiar las puras palabras de su nueva política.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Por si sirviera para algo a la situación española:
     
    En Argentina se fue preparando una conciencia socio-política en la década del ’90;
    pero la infantería (al decir de X.Gundín) de ataque al Sistema fue obra de los “DES-OCUPADOS”, invento-ejecutores de la “PIQUETERÍA” rutera y callejera.
     
    Hay libros sobre el sistema, que es un lindo despelote de des-organización organizada; cosa que los intelectuales no estamos acostumbrados a comprender; pero como acá se cita a Ortega debo decir que tales comprensiones son el continuo de sus Artículos; p.e. y sobre todo en su comprensión del Imperio Romano, un híbrido nada lógico que duró siglos.
     
    ¡Vamos Españoles todavía! – Oscar.