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Y la Iglesia española a lo suyo: dividir a los españoles

ASENSI
¿QUÉ PRETENDE LA IGLESIA ESPAÑOLA CON LAS BEATIFICACIONES DE LOS MÁTIRES DE LA GUERRA CIVIL?

La Conferencia Episcopal se ha opuesto a la ley de la memoria histórica porque “reabre heridas” y canonizará a 500 eclesiásticos

(Interesante artículo de Juan G. Bedoya del que hago un breve extracto y al que añado una apostilla)

Los obispos españoles, reunidos en asamblea plenaria desde el lunes, han aprobado un “mensaje” con motivo de la beatificación de “unos 500 mártires de la fe” durante la Guerra civil desatada en el verano de 1936 por un golpe militar que la jerarquía eclesiástica de la época apoyó con entusiasmo.

Desde 1987, cuando tuvo lugar la beatificación de los primeros mártires, han sido beatificados 1001 mártires. Ahora, con motivo del Año de la fe se ha reunido un grupo numeroso de mártires que serán beatificados en Tarragona en el otoño próximo.

Los obispos consideran esta beatificación “una ocasión de gracia, de bendición y de paz para la Iglesia y para toda la sociedad”.

El episcopado lleva décadas empeñado en elevar a los altares a miles de los que consideran sus muertos en aquella contienda incivil, y, en cambio, la Conferencia Episcopal se ha opuesto a la ley de la memoria histórica porque “reabre heridas.

Según la Conferencia Episcopal, toda la II República (1931-1939) significó para su iglesia “la última persecución religiosa”, con 6.832 mártires, entre ellos 4.184 sacerdotes y 12 obispos. La Conferencia Episcopal excluye de la relación a los curas fusilados por los fascistas en el País Vasco.

La ofensiva de la jerarquía católica para elevar a los altares a sus víctimas se inició apenas proclamada la victoria del sublevado general Franco, el 1 de abril de 1939. Pío XII, elegido Papa un mes antes, lo proclamó en un radiomensaje 15 días después (16 de abril): “La nación elegida por Dios acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista la prueba de que, por encima de todo, están los valores de la religión”. El pontífice rubricó esa admiración nombrando al implacable dictador español protocanónigo de la romana basílica de Santa María la Mayor.

Los obispos de la época reclamaron de Roma una “beatificación colectiva”. Los acontecimientos posteriores abortaron la operación. La derrota del nazismo y el fascismo en 1945 obligó al Vaticano a retrasar una proclamación semejante, temeroso de que la ceremonia se interpretase como una beatificación de la dictadura criminal de Franco. Más tarde, muerto Pío XII, el obstáculo fue la evolución de catolicismo, impulsada por el Concilio Vaticano II y, sobre todo, por Pablo VI y Juan XXIII, antifranquistas declarados. Este último llegó a prohibir que se pronunciara la palabra Cruzada en su presencia.

Los obispos se enfadan si se les recuerda que Franco utilizó a placer a su Iglesia. Víctimas, pero también verdugos, se dejaron querer durante décadas por el llamado Caudillo, del que obtuvieron generosos beneficios en años de terribles crímenes y penurias -fusilamientos, cárcel, exilio, hambre y falta de libertades- para el pueblo español, en medio del silencio, muchas veces cómplice, de la jerarquía de la confesión romana.

  • Mi apostilla personal
  • Copio las reflexiones que, en plena guerra civil, hace un alcalde republicano de un pueblo rural a un cura, que él mismo había salvado.

      “Ni una sola vez escuché a un cura y menos a un obispo ponerse de nuestra parte. Resignación, eso es lo único que nos predicaban. Y llega el momento que el pueblo se harta de aguantar y saca la rabia que ha ido acumulando en silencio durante siglos. Y la rabia, lo estamos viendo, es tan tremenda que ciega a las personas. Seguro que cuando se escriba la historia, se echará la culpa de esta guerra a los comunistas, a los anarquistas, a los sin Dios. ¿Cómo quieres que el pueblo crea y respete a Dios si Dios siempre ha estado de parte de los fascistas? Milagro será si, al final de la contienda, quede una iglesia en pie y un cura vivo… Mucho odio, demasiado odio. Lo peor es que los curas y los obispos se sienten víctimas inocentes, como si nunca hubiesen roto un plato. Y claman al cielo: “¡Nos persiguen los hijos de Satanás!” ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué se os persigue? ¿Te lo has preguntado tú, camarada? Leyendo los Evangelios  -siguió con su perorata-, me he emocionado más de una vez al escuchar las parábolas de Jesús y he llorado al ver el amor con que ese hombre defendía a los desheredados y la fuerza con que condenaba a los ricos y a los poderosos. De sus maldiciones tampoco se libraban los sumos sacerdotes. ¡Qué mal uso habrá hecho la Iglesia de la doctrina cristiana para que los pobres, que Jesús adoraba y murió por defenderlos, se levanten ahora contra él y lo hagan responsable de sus calamidades y sufrimientos!”

    francisco asensi http://franciscoasensi.blogspot.com

    10 comentarios

    • pepe sala

      Les dedico unas fotos muy ilustrativas a quienes siguen buscando ” mártires” para llevarse a las parcelas celestiales”
       
      Si no han encontrado suficientes ASESINOS ( que no “mártires”) en la España de Franco, miren en éste enlace y verán que encuentran muchos más que los 85 que ha canonizado ya en nuevo Francisco.
       
      Animo, Francisco, que esto es más fácil que lavar los pies de las hermosas muchachitas:
       
      http://alamoministries.com/content/english/Antichrist/nazigallery/photogallery.html
       
      ( Por cierto, le recuerdo a Juan González Bedoya ( periodista de cerquita de mi pueblo) que la famosa Ley de Memoria Histórica,  forzada por el PSOE, ha sido el último portazo a nuestras reivindicaciones. Quienes tenemos mucho interés en los asuntos de la memoria, justicia, verdad y reparación, luchamos a brazo partido contra la aprobación de semejante Ley que sólo y exclusivamente nos ha perjudicado enormemente a los afectados. Y creo que González  Bedoya lo sabe perfectamente…por asuntos de ” herencia”. En Liébana nos conocemos casi todos y Tollo está muy cerquita de Valmeo. Tampoco está lejos Ledantes y Juanín no era bien visto por Ledantes ¿ Por qué sería??? )

    • pepe sala

      Tengo claro que la amanesia española está mucho más generalizada de lo que se debería asumir.
      También tengo claro que mi lucha ( décadas) está mucho más perdida ahira que cuando la comencé en el año 1991.
      Pero también tengo perfectamente claro que si no sigo levantando alfombras, la inmensa mayoría de los españolitos-as seguirán ” canonizando” a quienes dberían tener un trato muy diferente que el que les otrorgan los Papass, Obispos, curas, monjas y demás familias allegadas…
       
      Por si alguien no encuentra ya más elementos para la canonización de sus ” mártires” les invito a leer por este enlace:
       

      Franco, la Iglesia católica y sus mártires


       
      Y dura, y dura, y dura….

    • pepe sala

      Pues sí, realmente la vida tine cosas “muy graciosas”…
      A un0s les hacen santos por ser tan ” graciosos”, ( los cientos de FASCISTAS que asesinaron a cientos de miles de españoles) y a otros les siguen machacando desde las mismas posiciones que les tocó en cada caso. Los mismos en los mismos lugares.
       
      Como es verdaderamente inútil tratar los temas con un mínimo de coherencia, no perderé el tiempo en escribir algo que  no se haya dicho al respecto.
       
      Por si alguien anda mal de memoria…:
       

      Realismo en Navidad


       
      Y no me obliguen a contar mas HISTORIAS personales  ( o de cercana información) respecto de los ” santos varones” que seguirán acaparando la parcelas celestiales. Me viene a la cabeza un tal WEscrivá de Balaguer… entrando en Madrid en un tanque franquista como triunfador de una ” santa Cruzada”. Anda que no le salió rentable al ” santo canalla”)
       
      BASTA YA !!!!  ( es una vergüenza para la DEMOCRACIA que los tiparracos que más apoyaron al FRANQUISMO vengan ahora dando lecciones a los demás de civismo. Y no miro a nadie…)

    • Luis Gonzalez Moran

      La vida tiene cosas verdaderamente graciosas o dramáticas y solo hace  falta un poco de paciencia.. y saber ser un poco observador (Ortega y Gasset) para poder contemplar un risueño o terrorífico panorama al amanecer.
      Ácidos e innumerables /analistas de la cosa religiosa han lanzado (en este mismo foro hay páginas emblemáticas al respecto), feroces y sarcásticos ataques a “quien corresponda” en materia de beatificaciones y canonizaciones, (porque no domino muy bien el tema), por no haber incluido en la nómina de los beatificables o canonizables al inolvidable Obispo Monseñor Romero. Incluso llegó a decirse, y en esta nuestra casa está escrito, que jamás se haría.
      Ahora que el papa Francisco decide desbloquer al proceso del obispo mártir y se activa su proceso de beatificación, la sedicente línea progresista y liberada contraataca: “no lo hacen por amor ni por fidelidad a la memoria del buen obispo, no es un reconocimiento a su heroica generosidad de testigo y de amor al evangelio y a su pueblo,  simplemente es un movimiento interesado, es un jugar entre dos aguas, es para tapar la boca, es para dejar a todos contentos…”
      Queridos… hay una cosa que se llama coherencia.
      Es difícil entender que se critique  a la Iglesia al mismo tiempo por no beatificarlo y por beatificarlo… El pretexto es lo de menos y se pueden retorcer los argumentos, el “telos” es siempre ofender a la Iglesia… incluso cuando acierta, como en esta ocasión.
      Dice el refrán castellano: “El que os entienda, que os compre….”   Si de verdad nos interesara solo la verdad… Y perdón por la voluntaria reiteración…

    • Virginia Fernández

      Pues a lo mejor convendría conocer los datos concretos de los beatificados y ver si fueron aliados del “fascismo” o gente de Iglesia que hacía las cosas lo mejor que podía. En el pueblo de mi madre fueron asesinados los hermanos de la doctrina cristiana que tenían una escuela gratuita para los hijos de los obreros (uno de sus alumnos fue mi tío), vivían muy sencillamente y no se significaron por combatir la república ni cosa parecida. Y así muchísimos casos. Y no sólo de religiosos o miembros del clero secular, sino de bastantes laicos, algunos tan pobres como los que los mataron. A otros no los mataron, pero los persiguieron por cosas tan inocentes como gustar de la música y cantar en el coro de la parroquia (mi abuelo, por ejemplo).

    • olga larrazabal

      Estoy viendo noticias en CNN, y una de ellas es que se le ha dado tiraje a la santificación de Wojtila.  Es decir los medios están empezando a apurar la causa.  Por lo que veo  el avenimiento de este nuevo papa nos va a inundar de santos y de paso le tocará a Romero, así todos quedan felices con una parcela de cielo a su nombre.  No entiendo la finalidad de todo esto, pero la iglesia es así, casi nunca  he podido entender la lógica de sus acciones a la luz del evangelio, por lo menos.

    • Antonio Vicedo

      He preparado este comentario para NIHIL OBSTAT, pero creo que en este tema encaja también y por ello me atrevo a colgarlo.

      Jerarquías, clero, religiosos y religiosas con sus testimonios y enseñanzas consideradas evangélicas, cristianas y católicas, notablemente incoherentes con el testimonio y mensaje de Jesús, quien dejó claro que: No se puede servir a dos señores; a Dios y al dinero, se habían posesionado en franca y decidida alianza con las clases poderosas españolas hasta el punto de condenar y obstaculizar la más que justificada rebeldía y ataque a quienes eran origen y causa de sus necesidades de supervivencia y de posibilidad de vida personal libre y digna.

      Esta situación sociocultural, estructurada en el absolutismo de la propiedad privada exclusiva, sin justa exigencia de función social,era causa y consecuencia de una posición enfrentada a vida o muerte de las clases sociales.
      Lo eclesiástico optó, como mucho, por la remendona caridad benéfica, pero sin mojarse en la defensa por la Justicia, causa de ignorancias, analfabetismos, expolios, represiones, humillaciones, amenazas humanas y divinas, y demonización condenable.
      A las más que justificadas y solidarias organizaciones populares en defensa de los valores personales, se les prepararon desde el caciquismo patronal de fachada cristiana, organizaciones y movimientos de oposición y esquirolismo cómplice embebido y aprobado con nomenclatura y estructuración eclesiástica, aunque se pretendiera, en ocasiones, un cierto disimulo, que nunca pudo despejar la solidaridad fáctica de los poderes, entre los que la religión era uno de los más efectivos por aquello de la representatividad terrena del Jesús Dios Soberano y Altísimo, Juez terrible con amenazante sentencia eterna.

      A esto hay que añadir (como ahora se ha aireado) la realidad de impunes abusos a niñ*s, adolescentes, y mujeres, cuya reacción no podía llegar a la denuncia y justo castigo, amparados por la mentalidad y estructura de poder.

      A esta leña acumulada solo le faltaba la chispa oportuna para su inflamación revolucionaria.
      Y aún, cuando esas chispas empezaron a saltar por el nuevo régimen republicano,  y se les juntó la ventolera del golpe de estado capitalista-militar, al mismo inicio, antes de los ataques mortales a las gentes eclesiales, la Jerarquía, clero y religios*s se posiciona clara y abiertamente a favor del golpe y lo declara defensa del cristianismo, porque ardían templos y se vaciaban conventos, para muy pronto declararlo actual Cruzada contra la mayoría de las clases populares, considerados enemigos de Cristo y de su Iglesia.

      Salvadas muchas actitudes individuales de un lado y de otro  comprometidos, más o menos conscientemente con la lucha por el bien y su justicia, lo que si queda claro es que,  a la hora de calibrar el objetivo exacto de la persecución o de la causa por la que se aceptaba la entrega de la vida, es de obligado cumplimiento, antes de considerarlo claramente una limpia persecución contra la Fe en Jesús, su testimonio y mensaje, tener presente sus advertencias sobre las consecuencias que él mismo tuvo que asumir por fidelidad a la Verdad y a la Justicia del Reino del Padre y las que podrían sobrevenir a las actitudes de incoherencia evangélica o de fe cristiano católica.
      Porque no gratuitamente había advertido del destino de” la sal que ni condimenta ni conserva”; ni la consideración que merecen los celemines que impiden a la Luz disipar oscuridades y tinieblas de muerte.

      A estas beatificaciones y canonizaciones realizadas y a las que se preparan, les falta el fundamento de la verdad, como realidad completa y no discriminatoria, pues, si algunas víctimas hubieran  merecido justamente reconocimiento martirial, a pesar de participar inconsciente o involuntariamente en una causa no merecedora de tal consideración, otras víctimas podrían tener el mismo derecho, o aún mayor, a la vista del relato del Juicio Final en Mt. XXV.

      ¿No llegará el Hermano Francisco, en Roma, a tiempo de poner orden en este asunto, arriesgando su ministerio en defensa de la Verdad y coherencia evangélica?
      ¿Habrá modo de desactivar esta otra bomba de escándalo para los más pequeños en la fe humano-cristiana?

    • Javier Renobales Scheifler

      Bueno, muchas de cal (los tropocientos sanbeatos que va a seguir fabricando el papado romano) y una de arena (beatificar a Romero, según el link que ha puesto En-red en el tablón de Atrio en la columna de la izquierda)

      Hay beatitud católica para todos los gustos, como si esto de beatificar no tuviera nada de pólítico.

      Sólo que a Romero le asesinaron porque desobedeció al papa (SanWojtyla lo va a nombrar también en seguida Bergoglio,, al hoy aún beato) y el papa puso a Romero a los pies de los caballos que lo asesinaron, al dejar claro que el poderoso Vaticano no le defendería.

      A los mártires de la Cruzada católica les asesinaron porque la ICR formaba parte del bando rebelde, de los fascistas de Franco, el de los ricos terratenientes.

      Menudo modelo de ICR, y de religión católica, que pone de modelos a uno (Romero) y a unos cientos de los otros, para dejar bien claro qué es la santidad católica.

      Para aclarar más si cabe el asunto, Bergoglio hará santo a Wojtyla.

      Deberían dejar a Romero fuera de tanta farsa.

    • El sacerdote Vicente Cárcel Ortí, que tiene tres doctorados, me parece, y que es valenciano y tiene el título honrífico de monseñor, y pasa por ser uno de los mejores historiadores de la Iglesia católica en la actualidad, es justamente especialista en la historia de la persecución a la Iglesia en España en la primera mitad del siglo XX. A ello ha dedicado sesudos estudios y monografías.
       
      He leído algunos de esos trabajos. En todos ellos, Cárcel Ortí sostiene que resulta asombroso el odio a la fe decretado por los instigadores de la persecución religiosa organizada contra la Iglesia católica, teniendo en cuenta, siempre según el historiador Cárcel Ortí, que muchos de los religiosos, religiosas y sacerdotes asesinados eran de hecho pobres, de vida sencilla, cercanos a las capas más humildes de la sociedad.
       
      Ciertamente, puede que tenga razón Cárcel Ortí en lo que afirma; con todo, creo que no destaca lo suficiente un hecho. A saber: puede que no pocos de los sacerdotes, religiosos y religiosas vilmente torturados y finalmente mortalmente rematados fueran de vida pobre, ascética, y hasta humilde y asistencialmente solidaria. Pero la Iglesia como institución, como estructura de poder, no era así; en verdad, parece probado por estudios de investigación histórica que la Iglesia católica, durante todo el siglo XIX prácticamente, y durante el primer tercio del siglo XX, se había ido alineando con las capas más pudientes de la sociedad, con la burguesía, con la aristocracia, obviamente con la Monarquía, siempre en contra de los legítimos intereses de las clases obreras y campesinas .
       
      Expuesto como lo expongo, a grandes pinceladas o brochazos, pudiera parecer algo así como un esquema maniqueo de película de indios y vaqueros, solo que me parece que no es poco cierto lo que afirmo. De manera que habiendo sido así el devenir histórico del secular desencuentro de la Iglesia católica y los estratos más humildes y pobres de la sociedad, el odio y resentimiento contra la Iglesia opresora, acumulado durante décadas, durante siglos, de padres a hijos, ¡no hizo sino estallar cuando las condiciones revolucionarias y el ateísmo y el materialismo y la lucha de clases puestos en circulación por los movimientos sociales del último tercio del siglo XIX y principios del siglo XX encendieron la antorcha de la revolución!
       
      Me parece más plausible entenderlo así que interpretar que de la noche a la mañana (de la Revolución de Asturias del 34 a la Guerra Civil iniciada en el 36), el Pueblo empobrecido, sublevado y resentido contra la Iglesia decidió destruir esta. No en balde, virulentos conatos anticlericales ya se producen en el siglo XIX español.
       
      Buena tarde.

    • Javier Renobales Scheifler

      Siempre ha sido el mismo cuento, el de la ICR:  mucho disfraz de Jesús y los pobres, pero siempre ha sido, y es hoy también sin remedio – no nos engañemos con Bergoglio-, la auténtica Iglesia de la derecha, del poder, del Imperio.
       
      ¿Cómo quieres que el pueblo crea y respete a Dios si Dios siempre ha estado de parte de los fascistas? –dice el post-
       
      Dios no hace nada, no interviene en nada. En lugar de dios, hay que poner ‘la ICR’, en la pregunta del post, así: ¿Cómo quieres que el pueblo crea y respete a la ICR, si la ICR siempre ha estado de parte de los fascistas?
       
      Ya no hay fascistas; claro, desde que Hitler perdió la 2ª GM, automáticamente los fascistas españoles, católicos, y su ICR, la ICR española, dejaron de hacer el saludo fascista y dejaron de llamarse fascistas, para pasar a llamarse meramente anticomunistas defensores de la libertad.
       
      Hoy la ICR española es la misma de entonces, la misma ICR de la 2ª República, la que hizo la guerra civil a la que llamó Santacruzada, con la finalidad de hacer la dictadura católica franquista, que le devolviera los privilegios que la ICR tenía en la dictadura anterior a la 2ª República.
       
      Wojtyla beatificó a un montón de eclesiásticos asesinados por la izquierda que veía cómo la ICR era una formidable arma de la derecha para hacer lo que hizo: la guerra y la dictadura católicas franquistas y el manipulación de las masas con el arma de la religión.
       
      Ratzinger siguió los pasos de Wojtyla: y Bergoglio sigue los pasos de sus antecesores papas de la involución: beatificará más mártires que dieron su sangre por la defensa de la fe católica … de la derecha, el formidable arma de la derecha para manipular a la gente.
       
      Los pobres son un pretexto, una parte del disfraz. Lo que importa es la ICR, que es un arma formidable de la derecha para la derecha, al servicio de la derecha.
       
      En el post de las monjas LCWR que están que si se separan o no de la obediencia canónica de la ICR sucede lo mismo: lo que importa, lo que está en el centro, es:
       
               – la imagen de la ICR, si resulta dañada o no, y cómo va a quedar.
       
      –         y las valerosas mujeres monjas que no se someten a los obispos, pero que son parte de la ICR, que es lo que importa.
       
      No los pobres. Se trabaja por la ICR, que es lo que importa, no por los pobres, o sí en cuanto que son disfraz de la auténtica Iglesia de la derecha, del Imperio, del poder establecido.

      Opio del pueblo.