Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7446 Artículos. - 113037 Comentarios.

La resurrección que ocurre cada día

HonorioAntonio: te mando esta reflexión que me ha salido del alma tras haber seguido los santos oficios en una iglesia de un convento carmelitano y en mi parroquia. Quizá con la segunda intención de que no repitamos este año en Atrio nuestras sabias reflexiones y tesis sobre la Resurrección, y escojamos de una vez una reflexión directa sobre esa Semana Santa y esa Resurrección que ocurre cada día y a cada hora ante nuestros ojos, “y no nos damos cuenta”, como decía aquel hermoso Responsorio de T. Luis de Victoria de Comillas: “Ecce quomodo moritur iustus, et nemo percipit corde; et vivi iusti tolluntur, en nemo considerat; a facie iniquitatis sublatus est iustus, et erit in pace memoria eius”.

Nunca como este año he sentido tan hiriente y punzante la sentencia de Karl Marx.” la religión es el opio del pueblo”. La liturgia y la piedad popular de la Semana Santa son la mejor expresión de cómo la “praxis religiosa” le da la espalda al mensaje de Jesús. ¿O no?

Pasión según donnadie

En este tiempo: Decidieron los mercados en su Sanedrín de Wall Street que, fracasados los negocios y ganancias de la burbuja inmobiliaria, había que recurrir necesariamente a la especulación hasta entonces prohibida sobre los alimentos de primera necesidad.

“Cierto que con esta especulación causaremos la muerte de muchos inocentes” comentó un gran sacerdote de las finanzas. “Pero es mejor que mueran millones de personas en el Tercer Mundo antes que se arruien nuestros negocios especulativos”.

Y con la colaboración del poder civil del Pilatos de turno, y del todopoderoso ejército yanqui, se ejecutó la sentencia con todo rigor y disciplina.

——

En aquel tiempo no muy lejano: Los sargentos del orden mundial universal, temerosos de proyectos de subversión incipientes en Chile, Bolivia, El Salvador, Guatemala, a los que había precedido años antes el movimiento subversivo que desembocó en la independencia de la India, decretaron que había que borrar del mapa a Salvador Allende, el Che Guevara, el arzobispo de El Salvador, miles de guatemaltecos, como antes habían hecho con el mahatma Gandhi los ingleses.

Y las sentencias fueron ejecutadas puntualmente.

Y todos los condenados dijeron al morir sus Siete Palabras de rigor: Tengo sed, Hijo, ahí tienes a tu madre…Padre, perdónales porque no saben lo que hacen, Esto se acaba Padre, en tus manos encomiendo mi último suspiro…

——

Pero las gentes del mundo católico siguieron llorando a sus pasos de la Macarena y el Cachorro, y poniendo los ojos en blanco ante el Monumento del Jueves Santo.

Y leyeron y cantaron en polifonía clásica aquel Responsorio de “Mirad cómo muere el Justo, y nadie lo siente en su corazón; mirad cómo nos son arrebatadas las personas honestas, y nadie piensa en ello…De las garras de los malvados fueron arrancados, y serán recordados en paz”

Pero las gentes recordaron al Cachorro y a la Macarena con los tambores de Calanda, con las trompetas y marchas militares de Sevilla, con estruendos y cencerradas.

Y llegó el tercer día, y los que murieron de hambre asesinados por los mercados, y Gandhi, y Allende, y el Che y todos los que habíam muerto asesinados resucitaron, y la tierra entera explotó en una sonora algarabía de aleluyas…

Y los más sabios disertaron doctamente sobre la Resurrección del Resucitado y el sepulcro vacío, como si nadie más hubiese resucitado con el que fue el primero de los inocentes inmolados,  la primicia de los resucitados.

Y al igual que el pueblo de Jerusalén, frente a la eterna Semana Santa, frente a la permanente Pasión y Muerte del Hijo de Dios, de tantos Hijos de Dios que son inmolados a millones por la injusticia, la avaricia, los sacerdotes siguieron con sus plegarias y sermones como si nada estuviese pasando, como si la Pasión hubiese terminado aquel Viernes Santo del Año 33; y el personal en sus vacaciones de Semana Santa al sol y al chiringuito de la playa y los baños, y los sabios con sus teologías. Y a la Semana Santa de Sevilla sucedió la Feria de Abril, como si nada hubiese pasado.

32 comentarios

  • Buenos días, Javier:
     
    Nuestras posturas están claras, y por ello no dejo de admirarme por la fuerza con que expones tus puntos de vista, tus ideas. No siempre coinciden con mis planteamientos, y ni que decir que con la doctrina de la Iglesia católica.
     
    Así que prefiero quedarme con esa apuesta que pretendes formular en tus últimas reflexiones -y en general, en todas las tuyas- por la vida: siempre a la vida. Un sí, entiendo, que es mucho más que el sí conservador católico contrario al aborto, por ejemplo. Intuyo o conjeturo que tu sí a la vida es algo así como un deseo de reconciliación radical y plenamente consciente con la tierra, con esta vida que nos es dada.
     
    Completamente de acuerdo con esa afirmación vitalista tuya. Y más cuando uno de los períodos de la historia de la Filosofía que más me apasionan es el que inauguran filósofos vitalistas como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche… Esto es, la centralidad del hombre, con toda su problemática equívoca, confusa, contradictoria, la centralidad de ese hombre de carne y hueso en la reflexión filosófica. Y más me parece estar de acuerdo con ese sí a la vida tuyo cuando creo haber sufrido en mi propia vida un auténtico atraco (sin armas, no atraco a mano armada, pero sí atraco ruin e hipócrita) perpetrado por la hipocresía eclesiástica de la Iglesia en España, y así pues  no solo en mi diócesis de origen -ya ven ustedes, vuelvo a sacar el asunto de mis cuitas-.
     
    Y sin embargo, sigo creyendo en la fe de la Iglesia. Quizá porque, como sugiera cariñosa y amablemente una bloguera que me vista en mi propio blog, tengo sobrados motivos para estar resentido contra la Iglesia católica, cierto, pero a la vez mi fe no debe ser tan endeble: no he roto con la Iglesia. Ella misma, esa bloguera a que me refiero, lo aventura: “No debe ser nada despreciable tu fe, pues conozco casos de fieles católicos que, por mucho menos de lo que te han hecho a ti los eclesiásticos de turno, se han acabado apartando de Cristo y de su Iglesia, y tú con todo no”.
     
    Reconozco, Javier, que abuso de la paciencia de Antonio Duato coordinador de Atrio y de la paciencia de los lectores de este portal al reiterar hasta la obsesión el episodio mortificante de mis cuitas con la Iglesia católica, pero es que lo que me han hecho me parece un atentado tan canalla, diabólico, hipócrita, injusto y miserable contra mi vida, que no puedo dejar de aprovechar todo resquicio que se me ofrece para denunciarlo. Procurando, esto sí, que no me afecte demasiado lo ocurrido -que igual sí me sigue afectando, puesto que me acuerdo mucho de ello, como que no pareciera que lo he superado…-, pues mi sí a la vida, a la que tú mismo das tanta importancia, exige valor, el esfuerzo de sobreponerme, el esfuerzo de no mirar tanto atrás…
     
    Saludos. Buen día.

  • Javier Renobales Scheifler

    Yo también agradezco tus comentarios Luis,
     
    Vaya por delante que yo, si me ves metido a dar lecciones, es algo más peligroso que un mono con un revólver, como no sean lecciones de cómo meter la pata. Pero no me asusto: aparto los errores una vez detectados, y me quedo con los aciertos, que haberlos haylos.
     
    La crisis que dices, es de fe si hay crisis de fe en la vida, no de fe en el imaginario dios (sea el dios que sea, el de Jesús –o sea, el del Reino de dios-, sea el de la ICR, sea Alá, o el de cualquier religión). El problema no está en dios. Mejor que vivamos como si no existiera, pues él lo hace, no interviene en nuestras vidas, que son autónomas y tienen todo lo necesario para luchar por la salvación aquí y ahora, por la felicidad que necesita nuestra naturaleza humana.
     
    Fijémosnos en el título del post que nos brinda Honorio Cadarso: la resurrección es a esta vida que vivimos ahora. Esta vida que vivimos es autónoma, no dependiente de dios, del imaginario dios, en cuya existencia creemos porque queremos.
     
    Por poner un ejemplo del daño que hace la fe católica en el imaginario dios: la confesión católica ningunea a las víctimas de las ofensas que cometemos a diario. Lo cual es totalmente inmoral e inhumano.
     
    Pecado (es un término propio de la religión), en castellano significa, según el diccionario, “Falta cometida con conciencia contra la ley de Dios o de algún precepto de la doctrina, en algunas religiones.”
     
    La fe católica llama pecados a esas ofensas contra las víctimas, y con ello pretende y consigue que lo importante es que ofenden a dios, al imaginario dios, al cual atribuye la fe católica cualidades antropológicas, tomando como base la arcaica y obsoleta creencia, que sacan literalmente de la biblia, de que ‘dios nos hizo a imagen y semejanza de dios.

    Cuando lo que sucede es que hemos construido a ese imaginario dios a imagen y semejanza nuestra: el dios de los católicos es un constructo meramente humano, muy errado.
     
    El dios católico es un constructo humano, pero la víctima de las ofensas no. Ningunear a las víctimas es inhumano, inmoral, y la confesión católica lo hace sin pudor alguno, para meter por medio al cura y arrogarle un poder imaginario de perdonar o no en nombre de dios (¡qué aberración!).
     
    Entonces los jóvenes pasan de la ICR, visto el tinglado inhumano que se ha montado ésta, que le ha llevado a la corrupción y deshumanización que asola a su jerarquía dirigente, defectos que Bergoglio no va a cambiar más que en una pequeña parte que afecta a la imagen, manteniendo lo esencial del tinglado de la ICR.
     
    Una vez ninguneadas las víctimas para poner en su lugar al imaginario dios, “el materialismo, el egoísmo, el desamor, la insolidaridad, el hedonismo, el individualismo, la falta de ideales y de principios vinculantes o imperativos y hasta el escepticismo cínico –PARA CON LAS VÍCTIMAS-, inmoralidades tan abundantes en la sociedad actual, son por desgracia actitudes que están muy presentes también en gentes de la Iglesia” que tú dices, Luis, se propician enormemente.
     
    Porque ya no vemos a las víctimas, y menos como tales víctimas. Sino que trasladamos el problema de las ofensas que cometemos al llamado pecado/ofensa contra dios, centrando la cuestión en la ofensa a dios, que se lava imaginariamente con el invento del sacramento católico de la confesión.

    La ICR (los dirigentes de la religión, evangelistas incluidos)  que se da cuenta de ello, muy astuta en lo que es hacer su negocio, se inventa el poder de sus curas y jerarcas de perdonar los pecados/ofensas en nombre de dios, asegurando que dios perdona al verdugo si el cura le perdona, para con ello ponerle al verdugo al que llama pecador, en la filfa esa que llaman ‘estado de gracia’, y facilitarle así la salvación que le venden para la llamada otra vida.
     
    Esto tampoco lo va a cambiar Bergoglio, que tiene que mantener el negocio. Hacerles la moral a los jóvenes es muy difícil, y se hace esencialmente con el ejemplo, no con sermones ni prédicas ni evangelios ni poniendo a Jesús como modelo, pues es un hombre de hace 2.000 años en unas situaciones muy diferentes de las de hoy, con una religión y una cultura y una posición social muy diferentes de las de los jóvenes, sobre todo de los que no son o no quieren quedarse en marginados (Jesús lo fue, una marginado, pobre por tanto).
     
    Hay que resucitar a esta vida que vivimos, no a la religión, que ya vemos lo dañina que es –por eso los jóvenes se apartan de ella y hacen bien- ni a la vida eterna, que ahora no importa ni aporta un pijo, si no lo opiante que dice Oscar Varela, el opio del pueblo que decía Marx.
     
    A mí me ha venido estupendamente tomarme distancias respecto de la ICR; me alegro un montón de haberme dado de baja de la ICR.
     
    Desde luego tú no eres ningún loco, Luis. Quien te trate de ello o pretenda hacerte aparecer como loco o desequilibrado, es un necio. Saludos cordiales y vamos adelante.

  • Gracias por tu comentario, Javier:
     
    Buenos días. Intentaré aplicarme algunas de las “lecciones” que aportas en tu comentario. Con todo, ya sabes que un punto de fricción entre nosotros es la acogida o no acogida que damos al Magisterio, respectivamente. Yo lo acepto y tú no; y sobre este particular, puede parecerte una idiotez el que yo lo acepte. Con todo, no voy a pormenorizar sobre este asunto, sobre este particular.
     
    Sí, sobre lo incoherente de una Iglesia que, por boca o iniciativa de sus pastores, predica A y luego hace B. Sin embargo, no lo voy a hacer en este comentario, pues de hecho es lo que hago en casi todas mis intervenciones en Atrio.
     
    Considero que el mal de fondo es la patética y espantosa crisis de fe que asola al Pueblo de Dios. Esto es: el materialismo, el egoísmo, el desamor, la insolidaridad, el hedonismo, el individualismo, la falta de ideales y de principios vinculantes o imperativos y hasta el escepticismo cínico, tan abundantes en la sociedad actual, son por desgracia actitudes que están muy presentes también en gentes de la Iglesia. A todos los niveles, en mayor o menor medida.
     
    Ya sé que para ti no tiene mayor importancia, o puede que no la tenga, pero para mí, quizá por ingenuidad, quién sabe, es dramático que la inmensa mayoría de la gente joven pase de la Iglesia católica; y es más, no es menos preocupante que, de entre la minoría de gente joven que no pasa de la Iglesia, la mayoría sí pase del Magisterio. Hasta el extremo de que creo conocer a algunos de estos jóvenes católicos que, a pesar de vivir en lo profesional gracias a la Iglesia, pasan de su Magisterio.
     
    Tales hipocresías e incoherencias son perfectamente conocidas por los pastores, por los jerarcas, y sin embargo yo al menos no capto que se haga realmente algo por cambiar tal situación. Al contrario: algunos de esos jóvenes a que me refiero, cuando les aprietas las tuercas sobre la contradicción tremenda existencial en la que viven inmersos, lo que hacen para defenderse es atacarte a ti, atacarlo a uno, a base incluso de acusaciones: difamador, resentido, odiador, cátaro, fanático…
     
    Y la cosa es tan grave en la Iglesia católica, que en efecto como no tomes distancia de toda esa problemática, lo vas a pasar mal: casi nadie te va a prestar ni la más mínima de las atenciones, y puede incluso que se dediquen a sembrar la leyenda de que uno es un loco de atar, como sé que han tratado de hacer conmigo.
     
    Nada más. Saludos y buen sábado.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis. Henríquez,
    Veo el resto de tu comentario, muy entrañable, que te agradezco, amigo.

    Sólo a unos tipos, papas y jerarcas, con gran dosis de inhumanidad, tabúes sexuales y espíritu de negocio (este espíritu es el que sopla, y fuerte, en la jerarquía católica) se les puede ocurrir prohibir la relación amorosa de pareja a quienes quieran el sacramento del orden.

    A los católicos que se casan, esos cabritos les prohíben los anticonceptivos y les dicen: tened cuantos hijos os mande dios; y a los curas les prohíben las relaciones sexuales y el amor de pareja, que es lo más natural y necesario, y todo para ahorrar costes eclesiales y tenerlos disponibles para el negocio eclesial católico cuanto más. Así han hecho el inmenso patrimonio que acumulan para su negocio, los jerarcas católicos.
     
    Siento en el alma los errores que te indujeron los eclesiásticos católicos; mejor no relacionarse con ellos. Pero a lo hecho pecho, amigo.
     
    También de los errores se aprende, así es nuestra naturaleza.Pero hay que mirar adelante.  Tenemos toda la vida por delante, y la vida es maravillosa. NO sirve pensar en lo que podía haber sido (lo cual nunca sabremos) sino en lo que vamos a hacer que sea de ahora en adelante.

    Es una perogrullada, pero somos animales de costumbres y conviene repetirlo hasta hacer de ello un pensamiento automático, una costumbre automática.
     
    Creo Luis que a quien debes estricta fidelidad y entrega amorosa 100% es a ti mismo, sobre todo y en primer lugar, y no a ese magisterio católico de célibes machos obligatorios, desviado de medio a medio, interesado en su negocio eclesial, al servicio del cual ponen su doctrina de magisterio.
     
    No te debes ni a ese magisterio ni a su ICR, sino a ti mismo y a las personas cercanas a las que puedes ayudar con tu contacto humano, entorno del que recibes mucho sin duda.
     
    Sólo queriéndote a ti mismo tienes amor para dar, por eso el mensaje de Jesús es ama al prójimo como a ti mismo y como yo os he amado. Esa es toda la buena nueva que nos dijo Jesús, el evangelion.
     
    A Jesús lo buscamos sobre todo dentro de nosotros, porque era una persona como nosotros, no un dios.
     
    Un abrazo, amigo Luis.

  • Javier Renobales:
     
    Creo que eres una persona muy inteligente. Quiero decir que, casi siempre por tus respuestas, demuestras una perspicacia muy aguda, penetrante, muy audaz. De verdad que lo siento así; y es por ello, estimo, por lo que me resultan sugerentes tus comentarios, incluso, ni que decirlo, cuando discrepo de ellos.
     
    Tengo poco tiempo ahora mismo, pero prometo que trataré de volver mañana sábado a este artículo o post. Con todo, sí querría decir que no quiero entrar a comentar nada de lo que dices sobre cómo ves tú la Iglesia católica, su Magisterio, o por qué te sientes condenado eternamente por ella, por la Iglesia. Porque lo que me interesa destacar -sobre lo cual espero poder entrar con más pormenor o detalle mañana- es la permanente incoherencia de una Iglesia católica que predica A y hace B, que predica C y hace D, que predica E y hace P…
     
    Cierto que no toda la Iglesia es así, puesto que testimonios entusiasmantes de tomarse en serio el Evangelio, tampoco faltan en este alborear del siglo XXI en que nos toca vivir, pero sí que no es menos cierto que la Iglesia -y ahora que digo Iglesia me refiero sobre todo a sus pastores, a sus autoridades, a su jerarquía- parece haberse especializado en lo que acabo de decir, en decir A y hacer B. Y como yo además creo haberme sentido engañado, manipulado, estafado, vapuleado y puteado por el conglomerado hipócrita e incoherente de la Iglesia -que sin embargo me ofrece la posibilidad de la salvación, según creo yo que me la ofrece, a la luz del mensaje de Jesucristo-, no hay dios que me pueda hacer tragar y comulgar con lo contrario.
     
    Dicho de otra manera: en su momento yo fui sincero, transparente, ingenuo, idealista y a pecho descubierto fui con respecto a la Iglesia católica; esta ha sido para conmigo -obviamente, un pequeño sector de la misma-, hipócrita, ruin, miserable, canallesca. De modo que cuando creo advertir en tus críticas a la Iglesia católica, Javier, que pones el dedo en la llaga de toda esa podredumbre eclesial, yo me siento identificado, comprendido, acogido, respaldado. ¿Entiendes?
     
    Mañana más, Dios mediante -tranquilo, es una expresión al uso: una vez se demoró en explicar todo esto en magistral conferencia nada menos que Gregorio Salvador Caja, en el Aula Magna de la Universidad de La Laguna, hace de esto ya 20 años-.

  • Javier Renobales Scheifler

    Ahora tengo que ir al curro, Luis, trataré de segir contestando tu comentario en otro momento.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis . Henríquez,

    (dejando al margen al bueno de Pascual, que se habría hecho tirabuzones con sus pelos por lo extenso de tu comentario, si lo leyera)
     
    Yo creo, Luis . Henríquez, que cuando se parte del axioma o dogma (mayoritario en este foro Atrio) de afirmar que Jesús es dios (como hacen los que tú citas), entonces no se le permite al pobre hombre Jesús, por axioma o dogma también (o sea porque sí), ni desesperación ante la inminente muerte bajo horribles torturas, ni lo que tú llamas falta de fe, (que no lo es, pues no es sino un error más de Jesús: creer que dios intervendría para traer el Reino; y como es evidente e indiscutible: no intervino dios, y Jesús lo percibió con toda claridad, y por eso dijo padre por qué me has abandonado, porque lo percibió hasta la médula de su ser).
     
    Perdona Luis: Bergoglio no recibe la ICR, sino que es precisa y exactamente al revés: sois los católicos los que le recibìs a Bergoglio como papa, o mejor dicho, como obispo de Roma, al decir de Bergoglio -con el cual tienes obligación de estar en comunión, Luis-.

    La diferencia respecto de quien es el que recibe a quien es muy importante, esencial.
     
    Te digo perdona, Luis, porque me resulta infantil la concepción que dices, según la cual la ICR iría transmitiéndose de papa a papa (y tiro porque me toca), de uno a otro como si fuera propiedad del papa, como si fuera el papa el que hace la ICR, cuando es todo lo contrario: hay ICR sin papa y no al revés, no hay papa sin ICR. 
     
    Bergoglio no sería papa sin vosotros los católicos, y sí al revés, vosotros sí seríais católicos, y mejores aún, sin el nefasto papado romano. Os tienen comido el coco, Luis, os han lavado el cerebro desde que os bautizaron de recién nacidos o de niños, cuando aún no podíais defenderos.
     
    En cuanto a la condena al Infierno para toda la eternidad que impone tu ICR a mi persona, por estar yo a sabiendas fuera de tu ICR, es una condena clara e indiscutible. Y estúpida y malintencionada, para aterrorizar al personal que se deje asustar por esos hechiceros.
     
    ¿Me dices de verdad, Luis, que vuestros jefes os hacen rezar por nosotros los librepensadores? Rebélate, Luis, exígeles que te enseñen a pensar libremente, que es imprescindible para ser persona feliz ser librepensador.
     
    Bueno, tus jefes no pueden enseñarte a eso, pues va contra su esencia, que es falsaria. Debe liberarte tú mismo y pensar libremente por ti mismo, sin dogmas.

    Un librepensador es una persona que forma sus opiniones sobre la base del análisis imparcial de hechos y que es dueño de sus propias decisiones, independientemente de la imposición dogmática de alguna institución, religión, tradición especifica, tendencia política o de cualquier movimiento activista que busque imponer su punto de vista ideológico o cosmovisión filosófica. (de la wiki)

     

     
    No necesito vuestras inútiles oraciones, Luis, que son hipócritas, pues es la doctrina de tu magisterio con los que tú estás en comunión la que pretende condenarme al Infierno eterno, y tú lo aceptas.

    No le pidas pues a dios que me libre de la condena que tú me infliges: quítamela tú, joder, que dios no interviene, no te olvides.

    Y tú ganarás con ello, Luis.

  • “3.   La frase  ‘Padre por qué me has abandonado’ tiene un sentido claro, y más cuando está Jesús a punto de morir torturado y asesinado por querer traer el Reino de los pobres” (…)

    Esto es algo que afirmas en tu último comentario, Javier; sin embargo, como ya adelanté en uno mío en respuesta a alguno tuyo, la exégesis común o consensuada de la Ecumene, se entiende que cristiana, afirma que esa imprecación de Jesús en la cruz, en El Gólgota, Jesús en plena agonía, no expresa esa desesperación que tú señalas, esa pérdida de la fe en Dios y en su propia misión mesiánica. Sin duda, es una imprecación tremenda, angustiosa, mortalmente angustiosa, que parece desesperada, gravísima, pero no es expresión de ateísmo y de desesperación sin remedio, irredenta. Y es esta la explicación en la que yo sigo creyendo.

    Es más: los estudiosos están de acuerdo en señalar que se trata del primer verso del salmo 22, muy conocido de todo el Salterio, muy estudiado y rezado, invocado por el pueblo de Israel desde siempre, y obviamente muy conocido por el propio Jesús.

    El papa Francisco es original en formas y gestos, es humilde y austero, espiritual y da muestras, de palabra y de obra, de estar muy sensibilizado con la causa de los pobres (por todo ello y por más, bendito sea Dios y bienvenido el papa Francisco): sin embargo, el papa Francisco está pastoreando una Iglesia universal que él recibe de su antecesor Benedicto XVI y este a a su vez recibió de Juan Pablo II y este… Mas en todo caso, ningún papa se “inventa” la fe, la saca de la chistera de su originalidad; cierto que cada uno imprime su sello, pone el acento en tal o cual aspecto del depósito de la fe, pero no se inventan una Iglesia a su gusto.

    Y por último, en lo tocante al número 847 del Catecismo de la Iglesia Católica, cito: “Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero con corazón sincero buscan a Dios e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de los que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna”.

    Cierto que la cita se refiere a los creyentes que no conocen a Cristo ni a su Iglesia, no a ateos o a agnósticos o resto de toda clase de librepensadores. Sin embargo, la liturgia de la Iglesia universal se acuerda de agnósticos, ateos y librepensadores de toda clase en la oración de los fieles en la Vigilia Pascual. Y tiene palabras de esperanza para estos: “Recemos también por los que no creen en Dios, en Jesucristo ni en su Iglesia,  para que, de alguna manera misteriosamente iluminados por Dios en fidelidad a la propia conciencia, alcancen también la salvación”, etcétera.

    Sin embargo, Javier Renobales, la Iglesia católica está conformada por pecadores, circunstancia que yo mismo he reconocido por activa y por pasiva aquí mismo en Atrio. Hasta el extremo de que una cosa o un plano en efecto es la teoría, la doctrina, el ideal, el testimonio de vida de tantos miles y miles de santos, santas, mártires y confesores de la fe, y otra, la triste realidad de una institución a menudo hipócrita, mundana, nepotista, llena de arrivistas, trepas, vividores, burócratas y enchufados; y que a mí mismo, como he tenido ocasión de confesar en Atrio -con el efecto de ya aburrir, con la cita de mis cuitas, al personal que me lee-, me ha jodido mucho mucho la vida, hasta el extremo de estar convencido de que el gran error de mi vida, a enorme distancia del segundo, fue el que cometí entre los años 2001 y 2002. Un error que fue cuatro errores juntos, cuatro errores en uno, como fases de un mismo movimiento: a) renunciar al amor de una chica que me quería (feminista y a la vez muy femenina, excelente profesional, ya funcionaria a los 28 años, deseosa de ser madre…), b) renunciar a mi trabajo de profesor de Secundaria, c) autoexcluirme de las listas de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias (quemar las naves por idealista y por gilipollas), d) ingresar en el Seminario Diocesano de Canarias.

    Casi 12 años después de aquella toma de decisiones fatal para mi vida posterior, y salvo los tres años de permanencia en el Seminario -que son como una burbuja, como vivir en una burbuja- y el año de transición posterior, del 2004 al 2005 -en que trabajé brevemente en una cárcel de menores, en la que conocí a dos chicos que estaban en ella por delitos de sangre-, he transitado por ocho años últimos de mi vida que han sido, con diferencia, los peores de mi existencia, sin comparación alguna con otros períodos de mi vida. Y han sido los peores no solamente por mi impericia, por la crisis que nos golpea y angustia, o porque no haya sabido ser lo suficientemente audaz, metódico y hasta arriesgado en la toma de ciertas decisiones, sino que han sido así y siguen siendo así en no poca medida por lo que yo llamo hipocresía eclesiástica: porque los responsables de la Diócesis de Canarias, los muy hipócritas, a los que insistentemente he pedido ayuda, comprensión, auxilio, SOS, algo humano -en vista de mi trayectoria, de mi formación, de mis renuncias en su momento, de mi identificación pese a todo con el Magisterio, oh ingenuo de mí, oh infelice-, miserablemente han pasado de mí, no han querido saber nada de mí, me han dicho un “Ahí te pudras, botarate”.

    Hasta el extremo de que ni tú, Javier, con todo lo crítico que eres con la Iglesia católica -y yo, créeme, aprendo no poco de tus críticas, o eso me creo-, ni imaginarte puedes el sentimiento de rabia contenida que experimento ante la sola visión de esos eclesiásticos hipócritas que conmigo se han portado como auténticos Pilatos, lavándose las manos, o sea, desentendiéndose totalmente de mis justas reivindicaciones. Con decirte que lo mínimo que pienso de los tales es que son tan ruines, o que lo han sido conmigo, que no merece la pena que yo me ocupe de ellos. Aunque ulteriormente los muy hipócritas me vengan replicando con que he de perdonar…

    Nada más. Saludos.

    Postdata:
    Como ves, Javier, sigo creyendo en la fe de la Iglesia católica, por más que estoy convencidísimo de que del retraso de lustros que sufre actualmente mi vida (en lo profesional, lo afectivo, lo económico…), tienen no poca culpa los hipócritas eclesiásticos que miserablemente han pasado de mí  desde hace ya ocho o nueve años: oídos sordos y entrañas duras a todos mis ruegos y reclamaciones. A todos. Mientras, esto sí, hacen campañas para “reclutar” alumnos y alumnas para las clases de Religión católica en la escuela pública, para cuya docencia suele colocar, el obispo de turno, por enchufe, y no por la calidad docente, militante o testimonial del profesor o profesora de turno -salvo loables excepciones, que yo también conozco-.

    Y esta es también la Iglesia católica que tenemos, Javier Renobales: nepotismo y burocratismo antimilitante por un tubo, a granel. Como comprenderás, ningún “favor” profesional puedo esperar ya de una institución a la que me permito criticar en sus enormes hipocresías e incoherencias.

  • Santiago

    Javier,  lo que tu pretendes es hacer otra Iglesia..y otra religion,  porque tu no crees en los Evangelios…por lo tanto lo que tu propones es un Jesus imaginado por ti…de la manera que “tu” crees que debió ser…con todo lo que tu crees que es la lógica humana mas acabada…algo asi parecido a los gnósticos que se apartaban del Jesus de los Evangelios e imaginaban “revelaciones personales”…y de hecho has ido creando en tu mente un “imaginado” Jesus…pero esto si que esta en tu reverberante imaginación mental…
    Pero aparte de Plinio el Joven y algunos otros documentos de la epoca judeo-romana, las fuentes con verdadero valor histórico están en los Evangelios…que no son inventados, ni estan desfasados, ni pasados de moda…sino que relatan la fisonomía de Cristo tal y como ellos la percibieron, pues estan escritos por contemporáneos y testigos, a pesar de que lo niegues…Ya se como piensas….pero yo prefiero basarme en ellos, que en la “deconstrución” que tu pretendes hacer con la figura de Jesus..Por otro lado, no hay “motivo” ni tiempo, ni circunstancias..No existe un “motivo” válido ni ganancia verdadera …para hacer del cristianismo una comedia…Uno no hace una falsificación para dar la vida por ella…sabiendo que es falso…a menos que estés demente…Ni mucho menos cuando existe multiplicidad de martirios por una misma causa.
    Por lo demas, tu idea de Dios es tan pequeña que escribes Su nombre  con d…PERO profundizando en la idea de la velocidad de la tierra junto con las galaxias y el Universo entero llegarías a la conclusion MISMA de Isaac Newton de que solamente una sabiduría y un poder infinito serían capaces de dar lugar al Universo…y porque no se necesita ser teólogo para creer en un ser a la vez superior y trascendente que se encuentra por encima de todo…inclusive de toda definición…aunque nos diera la capacidad de la inteligencia y con ella de poder pensar en su existencia y tan siquiera percibir  una “chispa” de sus atributos..Hasta un niño de estos de ahora, “índigos” es capaz de expresar este conocimiento…Pero ya se que eres agnóstico y existencialista…Siento que no puedas, y no quieras remontarte y abrirte un poco mas a la posibilidad de un conocimiento mas amplio…donde no haya tantas resistencias mentales…y admitas algo mas que la nebulosidad e indiferencia y frialdad que ofrece el mero panteísmo de los pseudo-científicos
    un abrazo    de Santiago Hernández   

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis. Henríquez,
     
    1.     Bergoglio tiene todo el derecho a creer lo que quiera creer, y a cambiar de opinión y de creencias cuando le parezca bien hacerlo. Parece que él se quiere ver/presentar más como obispo de Roma que como Jefe del Estado Vaticano, diga lo que diga el magisterio católico al que tú te sometes.
     
    2.     La condena (nada menos que a la condenación eterna, figúrate si es estúpida en alto grado) a los que estamos fuera de vuestra ICR figura expresamente en el catecismo de Wojtyla/Ratzinger (inmediatamente antes del nº 846, creo recordar así de memoria), catecismo que por ahora Bergoglio mantiene incólume.
     
    3.   La frase  ‘Padre por qué me has abandonado’ tiene un sentido claro, y más cuando está Jesús a punto de morir torturado y asesinado por querer traer el Reino de los pobres, en cuya tarea Jesús estaba convencido de que dios le iba a ayudar interviniendo dios para traer el Reino a Israel por encima del poder imperial romano.
     
    Lo que es claro no requiere interpretación: hemos pues de estar al sentido claro de las palabras de Jesús, (si es que las dijo, si creemos al evangelista), rechazando cualquier manipulación. El propio cura Azurmendi en el post ‘opina un cura gipuzkoano opuesto a Munilla’ nos recomienda leer el evangelio sin glosas.
     
    Claro que si la ICR aceptara que Jesús, cuando estaba ya casi muerto, se sintió abandonado por dios, porque es evidente que dios no intervino para traer el Reino, cuando Jesús tenía plena fe en que sí intervendría dios, a la ICR se le acaba el negocio.
     
    Porque si dios no interviene en nuestras vidas, los sacramentos no infunden ninguna gracia divina, ni dios perdona ni deja de perdonar cuando el cura en vuestra confesión católica dice ‘ego te absolvo’, y no hay ni indulgencias, ni encarnación de dios en Jesúsdios, ni fecundación de la virgen por diosespíritusanto, ni  milagros (con los que la ICR fabrica sus santos) … etc. etc. etc. Montones de cosas innecesarias para la vida humana, pero imprescindibles para el negocio de la ICR.
     
    Los exégetas de la ICR, los que necesitan que dios intervenga en nuestras vidas, están por lo tanto interesadísimos en decir que a Jesús, en los últimos estertores de su vida, ya medio muerto o más muerto que vivo, se le ocurrió ponerse a recitar un salmo.
     
    Salmo cuyas palabras no significan lo que con toda claridad significan; y ello con tal de no admitir el sentido claro y directo de esas seis palabras tan sencillas y directas, de un hombre a quien cree que le ha dejado en la estacada abandonado, que el evangelista dice que dijo Jesús.

  • olga larrazabal

    Querido Honorio:  A tu artículo se le podrían agregar varios  decretos  posteriores concernientes  a la usurpación de los bienes comunes por parte de las transnacionales en los países de América,  con la consecuente condena  a la pobreza o desaparición de pueblos, entre ellas algunas en el país natal de Francisco en que hay millones de Há plantadas de soja transgénica para alimentar las vacas del primer mundo, y no se ve trigo ni vacas por ningún lado para hacerse un churrasco.
    Además los poderes financieros apuestan a las cosechas de alimentos como si estuvieran en el Casino y les suben los precios artificialmente. Y los Sumos Sacerdotes que tienen acciones en la bolsa temen decir nada para frenar esta orgía porque si baja la Bolsa, quizás tiemble su Banco.

  • Javier Renobales:
     
    1) O el papa Francisco cree en verdad en Jesucristo según la doctrina de la fe de la Iglesia, o es un mentiroso.
     
    2) No es cierto que la escatología de la Iglesia condene a las personas ateas, por el mero hecho de ser ateas. Cierto que durante siglos se puso el acento, manipuladoramente, en advertir del peligro que conllevaba el ateísmo para la condenación eterna de las personas. En este sentido, se cometieron excesos y barbaridades sin número, en lo referente a sembrar el miedo a la muerte, a la condenación eterna, a la libertad de las conciencias, etcétera. Y puede que incluso en la actualidad persistan resabios, en la conciencia colectiva, de todo ello. De hecho, una de las oraciones de exequias reza “por el eterno descanso de Fulanito de Tal, cuya fe solo Tú conociste”. Así que me parece que no es exactamente así como dices, aunque ciertamente las comunidades cristianas de la Cristiandad toda han acentuado una cierta “amenaza”, digámoslo así, hacia los ateos, hacia el fenómeno del ateísmo.
     
    c) Conozco la interpretación que dan otros exégetas a ese verso que pronuncia Jesús en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” En realidad, argumentan tales exegetas, Jesús lo que está es citando dos versos de un salmo; como cito de memoria y ahora no puedo contrastar el dato, no recuerdo qué salmo es, pero con pinchar en Google, se sale de duda. De modo que esos versos serían una suerte de oración petitoria de Jesús en la cruz, más que una confesión de haber perdido la fe en la misericordia de Dios. Claro que en esta explicación exegética más “ortodoxa” por cristológica, puede creerse o no.
     
    Saludos.

  • Javier Renobales Scheifler

    Los evangelios, Luis, son de hace diecinueve siglos aprox., escritos para personas de hace diecinueve siglos, con una cultura diferente de la nuestra.
     
    La vida, en la que te digo de tener fe, evoluciona. No así los evangelios.
     
    Jesús estuvo sometido a un exacerbado pensamiento mágico, en una sociedad teocrática, en la que creían que dios intervenía en todo.
     
    Eso en el tercer milenio comprobamos que no es así. El pensamiento mágico es meter imaginarias fuerzas sobrenaturales a intervenir en nuestra vida.
     
    Si despojamos a Jesús de su pensamiento mágico (él mismo se dio cuenta al final de su vida de que dios no interviene en nuestra vida (¿padre, por qué me has abandonado?), nos queda el Jesús persona, no dios, de la vida humana como la nuestra.
     
    A tu ICR se le acaba el negocio, si abandona el pensamiento mágico y se queda en la fe en la vida. Por eso su Jesúsdios es falso, inventado, un cristo de la fe católica.
     
    Sólo haciendo lo que ha hecho hasta ahora tu ICR (tu magisterio católico, sus concilios, su credo, su multinacional católica y la iglesiainstitución que dicen algunos), ha podido acumular el inmenso patrimonio que ha acumulado mientras medio mundo muere de hambre y miseria.
     
    Ese negocio es buena prueba de que es falso su planteamiento, cristológico, teológico, pastoral, y en todos los aspectos.
     
    La reforma de Bergoglio, tendría que ser de tal calado, que en mi modesta opinión es imposible.
     
    Bergoglio cambiará algo, parece que así será, pero no si no cambia lo esencial, si se queda en el magisterio católico y en los evangelios, como si todo lo que dicen fuera palabra de dios, no hay solución, la ICR seguirá en lo esencial tan mal como ahora.
     
    Claro que la fe que te digo, en la vida, no cuenta con un seguro (falso) como el de tu ICR, basado en la infalibilidad de tu magisterio católico. Me parece pueril pensar que unos hombres son infalibles, lo mismo que pensar que dios gobierna vuestra ICR y elige papa a Bergoglio, al papa de turno.

  • Javier Renobales Scheifler

    Ya Luis, pero fíjate que, aunque tú digas que te parece magnífico el ejercicio de mi libertad de rechazar, no creer y  desestimar la fe católica y la ICR, tu ICR en libre ejercicio de su fe católica me condena a mí, a mi persona, necia ICR,  a la condenación eterna, por rechazar esa fe católica y esa ICR.
     
    ¿NO te hace pensar esa brutalidad inhumana (persistente por siglos y siglos) de tu ICR, que quien así necesita amenazar y condenar a quien como yo no se le somete, anda muy errada en su doctrina?
     
    La fe en la vida que te digo, la de Jesúspersona ‘yo soy la vida’, no necesita condenar a nadie a la condenación eterna.

  • Javier Renobales Scheifler

    El grave problema que tiene la fe en la vida,Luis, en la vida humana, es que se centra precismanente en la vida de las criaturas, sobre todo de las humanas, sin distraerse con fes en dioses, iglesias, religiones, Jesúsdios, ni similares.

    Y en medio de las criaturas vivas, de las personas, te quemas, te abrasas, Luis. Las personas humanas y sus necesidades te consumen, como te lo tomes en serio.

    Entonces ‘el diablo’ te tienta a pasarte a la fe en dioses y reiligiones, que se diluyen infinitamente en ritos, oraciones misas y demás sacramentos, iglesias de todo tipo y similares. Y así la persona queda olvidada, queda en una mera mercancía que manejan las religiones como mejor les conviene.

  • Javier Renobales:
     
    Tu visión de Jesús no se corresponde con la visión cristológica de la Iglesia católica; es más, no se corresponde ni con la visión que sobre Jesucristo presenta la gran mayoría de las Iglesias, iglesias y sectas cristianas; ergo, o por ende, no es ni siquiera compatible con la visión que de Jesús de Nazaret incorporan los Evangelios.
     
    Esto que meramente señalo está ya suficientemente estudiado, en la Ecumene cristiana, aunque no es materia agotada. Y como además yo no soy cristólogo, no voy a perpetrar la temeraria osadía de ponerme aquí y ahora a explicar la fundamentación neotestamentaria de la cristología. Pero esta existe, aunque tú libremente -lo cual me parece un magnífico ejercicio de libertad por tu parte- no la crees, la desestimes, o la rechaces.
     
    Saludos.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis,

    La fe en la vida es la misma para un ateo que para un creyente en la religión que sea.

    Es la fe más universal que hay, hoy por hoy, más universal que la católica.

    es una fe muy sencilla, que no necesita en esta vida ni de teologías, ni de ilgesias ni de dioses ni de religiones ni de jerarcas.

    Jesús no necesitó de ninguna de esas cosas.

    Sí bueno, de diospadre sí hablaba, pero lo cierto, si hemos de creer al evanglista, es que al final se dió cuenta de que en esta vida no hay diospadre que valga (Padre ¿por qué me has abandonado?), que dios no interviene en nuestra vida, que no es necesario en esta vida, que si existe, es cosa de la otra vida, de la del más allá, si es que la hay.

  • Javier Renobales Scheifler

    Será vana vuestra fe católica, si Jesús no resucitó, Luis.Henríquez.
     
    La fe en la vida nunca es vana, la vida humana tiene sentido pleno por sí misma, sin necesidad de dios ni de religión, ni de resurrección, ni de vida de ultratumba, que no vienen a cuento en esta vida.
     
    Jesús se definió o nombró o explicó a sí mismo como la vida, si hemos de creer al evangelista. Yo soy la vida, dice el evangelista que dijo Jesús.
     
    La resurrección nunca puede ser un hecho histórico, pues la resurrección, si la hay, es a la vida del más allá, no a esta vida.
     
    La resurrección de Jesús que pretende el evangelista es mera cuestión de marketing, un invento del evangelista para apuntalar la comunidad cristiana primitiva a la que dirigía ese concreto evangelio.
     
    Lo único que hace el Jesús supuestamente resucitado en esta vida, según el evangelista, es exhibirse a algunos de los seguidores de Jesús, para apuntar una fe que andaba por los suelos, tras la tortura y el asesinato impunes de Jesús como a un perro, como a un crucificado cualquiera.
     
    Puro marketing, pura inventiva imaginaria que nunca tuvo lugar, como todo eso de que la tierra tembló, el velo del templo se rasgó y el centurión dijo verdaderamente este era el hijo de dios.
     
    Si Jesús resucitó en esta vida, como un hecho histórico de la vida humana ¿por qué no continuó Jesús resucitado con su causa de traer el Reino de los pobres, de la justicia, de dios, que es a lo que dedicó su vida?

    ¿Para qué tuvo que largarse al cielo, si estaba vivito y coleando, dejando aquí, en la Tierra, el trabajo sin hacer?

    ¿Por qué no se presentó a Pilato y le dijo:no se te ocurra volver asesinarme, porque resucito cuantas veces me mates, así que déjame hacer mi trabajo en paz?

    La respuesta es clara: porque no resucitó en esta vida. Es mera cuestión de fe creer/imaginar que resucitó en la vida del más allá.

    Jesús no resucitó en esta vida, no es un hecho histórico su resurrección, el catecismo de los papas católicos miente, lo mismo que el evangelista.
     
    La resurrección de Jesús es un pura cuestión de fe, imaginaria. Yo no tengo incoveniente en creer que resucitó, pero en esta vida no me preocupa lo más mínimo, pues en esta vida lo que importa es esta vida, no ninguna otra imaginaria del más allá.
     
    La vida del más allá, la resurrección de Jesús o la nuestra misma, no es cuestión de esta vida, aquí y ahora no tiene la menor importancia, ni sirve más que para engañar al personal y venderle parcelas en el cielo, o sea, una estafa.
     
    No estaría mal releer el libro ‘La fe y la estafa’ de Enrique de Castro, cura católico.

  • En su última catequesis, el papa Francisco reafirma la doctrina católica tradicional: la resurrección de Cristo es un hecho histórico: los evangelistas narran un hecho que realmente sucedió, en el sentido tradicional que la fe de la Iglesia o la doctrina de la fe ha sostenido.
     
    Como no podía ser de otra manera, el papa Francisco se sitúa en la línea más ortodoxamente paulina: “Si Jesús no resucitó, vana es nuestra fe”.

  • Antonio Vicedo

    ¿Hemos sido testigos, o actores semiconscientes, del comportamiento de los niños al percibir sufrimientos en sus madres y padres captando la trasmisión dolorosa de los mismos que  ellos vivencian hasta su propio sufrimiento, miedos y lloros?
     
    Pues no más crecidas suelen parecer nuestras gentes en lo religioso, cuando en las vidas los condicionan tantos miedos y apuros e impulsados por ellos sienten dolor con las imagenes representantes del sufrimiento y lloran con el lloro que en ellas ven representado y en el que encuentran, a su modo, motivos de consuelo y de esperanza.
     
    ¿Esta moviendo esto a los responsables de presentar el testimonio y mensaje de Jesús y su Madre,  como la BUENA NOTICIA escondida baja las palabras IGLESIA , LITURGIA, EUCARISTÍA y EVANGELIO, para cualquier pobreza humana (Y las hay de muchas clases)?
     
    ¿Por qué dar prevalencia de asombro, o queja sobre lo que las gentes hacen, incluso como sinrazones religiosas por el infantilismo en que los paternalismos jerárquicos y clericales han promovido, cultivado y mantenido durante milenios?

    ¿Acaso no se da atención preferida con sobreabundancia de medios a las imágenes inertes de Jesús, María su Madre, l*s Sant*s que a L*S HERMAN*S MÁS PEQUEÑ*S en quienes Jesús dice que nos espera?

  • pepe blanco

    El problema, Oscar Varela, es que las relaciones que pretenden describir las leyes físicas están ahí, actuando. Siempre han estado y siempre estarán. Absolutamente siempre (salvando, claro está, la posibilidad que consideran algunos científicos de que esas leyes puedan variar a lo largo del tiempo). Pero, constantes o mudables, están ahí. Aunque nadie las nombre. Nosotros pasaremos y tal vez ya nadie las nombre, pero ellas permanecerán. No puede ser de otra manera.
     
    No veo nada claro que nuestra vida humana pueda sustraerse a sus efectos.

  • ana rodrigo

    Me equivoqué al colgar este comentario en otro hilo. Su sitio es éste.
    ana rodrigo
    03-Abril-2013 – 20:01 pm

    Oscar, estamos acostumbrados a la lectura literal-tradicional de los textos. Si se le dan otras lecturas, como la metafórica, sí pueden tener sentido.

    Estos autores parten de la base de que Pablo, el creador de la teología cruz-resurrección, creía firmemente en el Dios del que hablaba Jesús.

    El tema de Dios, sería otra cuestión. Aquí yo trataba de seguir el hilo del post: muerte y resurrección para quienes lo viven y lo entienden de una manera determinada-tradicional. Y, se acepte o se rechace, la adhesión religiosa a un credo hay que darle el mayor sentido posible como referente vital. Todo lo que ayude a humanizar el individuo y la sociedad, es válido. La fe en Dios es otra cosa que, para quien la viva, mis respetos, y para cómo se viva mis opiniones.

  • oscar varela

    Hola ana!
     
    Primero y ante todo: Gracias por la humorada de que lo que pasó hace 916 años es “muy reciente”!
     
    Con ese talante, pasemos a ver las 3 cositas que nos dicen esos teólogos:
     
    1.- “Dios resucita al Asesinado”
     
    Un “tal” Dios así, para mí: no tiene ningún “talante” de conversación. Se las corta solito. Es un producto del “miedo-que-siente-ese-ser-humano-de-ese-tiempo”: -“¡Acá estoy yo y hago lo que se me canta ¿Alguien tiene o se atreve a decir otra cosa?”-
     
    Parece que desde la centuria que va del 1500 al 1600, empieza a aparecer (en Occidente) otro tipo humano que dice: -“¡Pare la manito, don Dios-sin-orejas, y escuche un poco, de lo contrario –corriendo el tiempo, lo vamos a mandar al Carajo ¿me entiende?!”-
     
    Nuestro Problema consiste en que ya no podemos comprender nuestra vida en libertad con una imaginería teologal de ese tipo. O logramos vivir de una manera (en libertad) que logremos pensar a Dios de modo diferente … o la flagelación sigue teniendo Sentido.
     
    2.- “ … la muerte y resurrección”- etc., etc.
     
    Ya sabes que el asuntito de “resurrección” da para el guitarreo teo-religioso y para su rechazo a carcajadas de los griegos en tiempos de don Pablo. Carcajadas que no han parado y resuenan cada vez más potentes hasta nuestros días.
     
    Apliquemos acá, también, la comprensión para aquellos a quienes les “hace sentido” en el Argumento de sus vidas.
     
    3.- “La Pasión de Jesús fue la Pasión de Dios”.
     
    Sigue andando por las cabecitas un Dios que a n/tiempo le resulta difícil de digerir.
     
    Y con el agregar que ese Dios es “Amor”, no veo cómo se arregla el pasticho teológico de un Dios que todo lo puede …pero … en fin … algunas cositas: ¡no!.
    ……………………
     
    La interpretación de que “una persona muere por otra
     
    Solo puede comprenderse como “resultado secundario o consecuente”, pero no como “sentido primario” de la vida de quien sea.
     
    Se muere por otra persona cuando ese “morir-por-la-otra-persona” le hace sentido al que ejecuta ese acto de morir. Se muere, en primera (o última) instancia por fidelidad a uno mismo, e.d., por aquello (sea lo que sea; en este caso “por-el-otro”) que le hace MÁS Sentido.
    ………………….
     
    Por último: pedir “más conocimiento” del tipo “teológico” o “exegético”:
     
    * es una buena cosa
     
    * pero, hasta ahora, no parece ser sino el  hartamente prolongado recurso a “más de lo mismo” … “y el pescado sin vender” –dicen en mi Barrio.
     
    ¿Vamos todavía? – Oscar.

  • ana rodrigo

    Voy a explicar con un poco de atención algo sobre la cuestión de la cruz y la resurrección en el crsitianismo.
     
     La teología de que Cristo murió por nuestros pecados tal como se entiende en el momento actual y basado en Pablo, es muy reciente, fue la interpretación de Anselmo de Canterbury en 1097, y que ha arraigado como la clave de la teología, según M.J. Borg y J.D. Crossan, pero que no se ha interpretado bien desde la teología y se ha asumido por el pueblo creyente, ese que sale a las calles en Semana Santa haciendo una exaltación del dolor por el dolor, con ansias de salvación del alma, sin que estos conceptos estuviesen en la mente de Pablo.

     
    Según estos autores, esta teología olvida tres cosas: una que a Jesús lo mató el Imperio romano, y fue una evidencia de su violencia, y por eso fue una consecuencia de ese poder y su violencia, y por eso, Dios le resucitó, es decir dijo no al Imperio, a los poderes de este mundo.
     
    Segundo, la muerte y resurrección implica una participación de la vida en Cristo, es decir supone una nueva identidad y forma de vida, un cambio radical en la vida de quienes sigan a Jesús. Supone como el trasplante de un nuevo espíritu, de una nueva manera de ver y vivir la vida. De lo contrario las creencias y los ritos son materia muerta.
     
    Y tercero, Pablo, autor de  hasta cien veces la expresión de morir y resucitar con Cristo, partía del convencimiento de que Jesús fue la revelación definitiva de Dios, y, por tanto la pasión de Jesús fue la pasión de Dios, nos indica cuál es el carácter de Dios, cómo es Dios: Dios como amor, apasionado por el mundo.
     
    “Cuando decimos que una persona muere por otra, raramente entendemos que muere en lugar de ella. Más bien queremos decir que muere en beneficio de ella, aún a costa de su propia vida” Significaría que se muere por amor a otro o a un pueblo o por la pasión de un mundo diferente.
     
    Por tanto, para quienes participan en la Semana Santa y para la mayoría de los creyentes cristianos, nos falta conocimiento teológico y exegético, y para los teólogas y las teólogas, es su deber hacer una exégesis adecuada a la sociedad actual, y redimir palabras como expiación, redención, sacrificio, y volcar estos conceptos sobre aspectos liberadores y compromiso de vida.

  • oscar varela

    Hola ana!
     
    Te leo el final casi trágico:
     
    – “no creo que nadie pueda con esta cuestión”-
     
    Y, sin embargo, pienso que es muy simple.
    (lo que ocurre es que el “conocimiento científico y filosófico nos está ocultando las “razones” por las que vivimos y, entonces, no nos deja “pensar” por cuenta propia).
     
    Repito lo que ya dije:
     
    La vida humana es “tener sentido” (comprender y ser comprendido)
     
    SEA LO QUE SEA
    QUE HAGA SENTIDO
    A ALGUIEN
    Eso es y en ello consiste “SU-VIDA”
     
    Tocarle a ese Alguien ESO (repito: SEA LO QUE SEA) es como arrancarle las telas del corazón (como le pasó al Cid cuando –en su retiro al exilio- tuvo que dejar a su Jimena).
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • oscar varela

    Hola pepe blanco!
     
    La gravitación, el electromagnetismo, la termodinámica … las “fuerzas nucleares”, y toda otra cosa que nombramos, tienen, precisamente un “nombre”. Tienen que llevar sobre sus espaldas “el nombre que le pusimos”.
     
    Si nos preguntamos ¿qué es eso de que las “cosas” tengan un “nombre”. El nombre que nosotros, los humanos, le hemos ido “poniendo”.
     
    Más aún, si nos preguntáramos ¿por qué “necesitamos” nombrar las cosas que atopamos?
    …………………
     
    No te voy a dar la lata con filosofías; solo te alerto para orientarte en estas cositas tontas y de Perogrullo.
     
    Si le otorgas algo de verosimilitud a lo que te dije, verás cómo la frase “nada de eso es invención ni laburo humano” se revertiría lúcidamente en lo contrario, que es lo que expreso (en construcción sintáctica negativa) al decir: Nada hay en la vida humana que no sea un invento y laburo humano.
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Real como la vida misma, querido Honorio. Sufrimiento real y sufrimiento imaginero, sufrimiento en carne y hueso y sufrimiento de madera y yeso, sufrimiento sangrante y sufrimiento escapista.
     
    Hace muchos años que me pregunto porqué masas enteras de población les conmueven y se estremecen más, en cuerpo y alma, con el sufrimiento imaginero que con los sufrientes muertos en vida. Y no tengo respuesta.
     
    Tampoco tengo respuesta a porqué cuando terminan “los días de dolor”, toda esa multitud de cofrades, terminan su semana santa, la resurrección importa poco, la mayoría se desentiende. Nunca he entrado en profundidades de sentimientos de los cofrades, pero, si no pueden sacar a su “santo”, lloran con tanto desconsuelo, que me desconciertan.
     
    Sobre este fenómeno socio-religioso, yo sólo tengo preguntas. Y lo único que veo es que la gente es fiel a esta tradición como a nada en su vida, y creo que sus emociones son reales, y, hasta ahí llego.
     
    ¿Será humanizador este fenómeno socio-religioso? ¿Será una catarsis colectiva? ¿Será fe en que el dolor de alguien pueda ser nuestra salvación? ¿Será que vale la pena sufrir para ayudar a alguien? No sé, pero entre folklore y tradición, entre costumbre y religiosidad, algo hay, para algo les servirá. Y, a pesar de que a mí no me gusta esta exhibición de dolor y, de forma tan fuera de lugar, pero no creo que nadie pueda con esta cuestión.

  • pepe blanco

    4 – Nada hay en la vida humana que no sea un invento y laburo humano. Todo tiene EDAD: empieza – Acné – y Pasa.
     
    Bueno, yo no estaría tan seguro del acierto de esa frase. La vida humana está sujeta, al menos, a las leyes físicas: a la gravitación, al electromagnetismo (parece ser que bastante o muy importante en el funcionamiento del sistema nervioso), a la termodinámica. Eso, por lo menos. Tal vez también las fuerzas nucleares jueguen su papel en las biografías humanas. Y nada de eso es invención ni laburo humano.
     
    Incluso podríamos teorizar que cualquier invención o laburo humano son consecuencias de esas leyes, u otras. Claro que eso conduciría a un “determinismo” radical, aparentemente muy triste y muy negador de la libertad y de todas esas cosas.
     
    Sin embargo, podríamos hacer otra lectura de ese “determinismo”.
     
    Si ese “determinismo” al actuar sobre el universo, sobre las galaxias, las estrellas, los agujeros negros, las supernovas, para crear los materiales de la vida nos parece algo espléndido y maravilloso; si ese “determinismo” al actuar sobre moléculas orgánicas para crear lo que llamamos “vida” nos parece algo maravilloso; si ese “determinismo” al actuar sobre la vida ha engendrado los seres humanos, con su voluntad, con su razón, con su mística, con su poesía,
     
    ¿Por qué ese mismo “determinismo” al actuar sobre el ser humano tiene que ser necesariamente algo trágico?
     
    ¡Hombres de poca fe!

  • Javier Renobales Scheifler

    Ahí has dado en el centro de la diana, Oscar:
     
    4 – Nada hay en la vida humana que no sea un invento y laburo humano. Todo tiene EDAD: empieza – Acné – y Pasa.”
     
    En esta vida:
     
    No hay un dios creador de la vida humana, ni dando el ser a cada persona.
     
    No hay un diosprovidencia velando por la vida y el bienestar de unas personas, y acabando con la vida de otras tras largo o corto malestar de malvivir.
     
    No hay un diosrevelador que inspira a unos evangelistas lo que han escrito en los evangelios, ni revelando nada a nadie, ni los diez mandamientos ni nada, ni apareciéndose a nadie, ni insuflando gracias sacramentales a nadie, ni hablándole a nadie, ni perdonando nada a ninguna persona.
     
    No hay un diosespíritusanto soplando ni interviniendo en nada en las vidas de ninguna persona, ni llamándole a nadie a ninguna vocación, ni poniendo pruebas a nadie, ni hablándole a nadie
     
    No hay un diosencarnado en Jesúsdios, ni que trazó ningún plan para nuestras vidas, la de Jesús incluida como uno más, que ya murió y ya no vive entre nosostros, lo mismo que yo cuando me muera.
     
    Ese dios que pretenden los católicos que hace todas esas cosas es un puro invento humano, inventado por unos hombres y desarrollado el invento por otros que se han montado el negocio a cuenta de ese inventodios. ‘La religión (relación con dios) la inventó un listo para tener más poder’ (Enrique de Castro, cura católico en Entrevías en el barrio de Vallecas, en Madrid, España)
     
    No por ello nos perdemos nada, sino que ganamos que nos dejen en paz de tal dios y de cualquier dios: somos parte de la vida, mientras vivimos; y, cuando morimos, la vida continúa en el planeta Tierra sin los muertos, que polvo eran y en polvo se han de convertir.
     
    Así es en esta vida.
     
    ¡Ah! que ¿hay otra vida después de ésta? Ni lo sé yo ni lo sabe nadie, ni me importa un pito si la hay o no. En esta vida.
     
    Si hay otra vida, ya nos ocuparemos de ello en esa imaginaria otra vida, tras esa imaginaria resurrección, que por ahora no es más que otro invento humano más, como el dios que pretenden los católicos, el cual no es cosa de esta vida, salvo un invento, una idea inventada, una pura imaginación.

  • oscar varela

    Gracias honorio!
     
    Sigamos tratando de entender-y-nos:
     
    Te leo:
    1.-  “la Pasión de Jesús sigue ocurriendo ante nosotros y en nosotros y entre nosotros”-
     
    La frase queda muy linda. Es un “lugar común cristiano”.
     

    Pero ¿qué significado serio tiene para el ser humano –fuera del “religioso”, que cada vez satisface menos?, pienso yo.

     
    2 – para ellos fe en la resurrección al parecer no tuvo ningún efecto “opiante”
     
    Me alegro por ellos. A mí no me dice más que hay gente sí les dice y “hace Sentido” (anti-opiante).
     
    Por lo tanto, veo que el parecerme bien atiende más bien al “Hacer-Sentido-a-Alguien” (sea eso lo que sea).
    ………………
     
    3 –“todo aquel que valora la causa de la justicia y de la solidaridad más que su propia vida, cree en que hay una vida superior inalienable, trascendente, en una vida que es más verdadera que esta que hoy creemos tener…“
     
    Acá diría dos cositas:
    * El valorar una causa (sea la que sea) … esa es su propia vida.
    * A eso llamo yo “una vida superior, inalienable, trascendente, más verdadera”; estimar que hay otra “que hoy creemos” es, para mí, lo “opiante”.
    ……………
     
    4 – Nada hay en la vida humana que no sea un invento y laburo humano. Todo tiene EDAD: empieza – Acné – y Pasa.
     
    Ante ello no necesito alarmeame apagando luces. Solo comprender eso. Es sencillito.
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • h.cadarso

    Hola, Oscar. Tu comentario enriquece y abre  y ensancha el tratamiento del tema que propongo.
    Iba a decirte que lo de la resurrección ni quita ni pone para lo que busco en mi discurso o razonamiento: me importa sobre todo decir que la Pasión de Jesús sigue ocurriendo ante nosotros y en nosotros y entre nosotros, y la Semana Santa busca precisamente recordarnos este hecho siempre vivo a lo largo de la historia, y nos llama a implicarnos en su desarrollo.
    De todos modos, como mínimo me atrevo a decir que creer o no creer en la resurrección no implica “pasar” o no pasar del drama de la Pasión. Luther King creyó en la resurrección, y se implicó en el drama de la Pasión de Jesús; lo mismo hizo Dietrich Bonhoeffer, lo mismo Monseñor Romero, lo mismo Gandhi, y tantos otros. O sea, que para ellos fe en la  resurrección al parecer no tuvo ningún efecto “opiante”.
    Aún más; me atrevo a decir que todo aquel que valora la causa de la justicia y de la solidaridad más que su propia vida, cree en que hay una vida superior inalienable, trascendente, en una vida que es más verdadera que esta que hoy creemos tener…Y digo creemos por aquello de Calderón de la Barca de que “La vida es Sueño, y los sueños sueños son”…
      Dices que la resurrección: 1) es un invento; y 2) es opiante desde hace dos siglos. Bueno, si es un invento, apaga y vámonos…Y si es opiante desde hace dos siglos, ¿qué era antes de estos dos siglos?
      Pero bueno, tampoco me preocupan excesivamente estos detalles que te apunto. Me preocupa que el personal viva la Pasión tal como hoy está ocurriendo en nuestro planeta.
       

  • oscar varela

    Hola honorio!

    Te leo:

    – “Y todos los que habían muerto resucitaron”-

    Y también te leo:

    – “la religión es el opio del pueblo”-

    ¿Cómo compaginas ambos decires?

    ¿Es un “opio” la “resurrección”?
     
    ¿Cuán claro lo tienes?
     
    Te digo lo que pienso: -La “resurrección” es un invento, que desde los últimos 2 siglos es “opiante”.
     
    (notarás que suelo hacer referencia a los tiempos históricos, y que no juzgo de personas)
     
    Sigo ¡Yendo todavía! – Oscar.