¿Qué está pasando a partir del 13-3-3013? ¿Un ataque de papitis aguda? ¿Una hábil operación lampedusiana de marketing para maquillar la ICR y conseguir que nada cambie, aunque parezca que cambia todo? ¿Una revlución con trascendencia mundial? No lo sabemos aún. Perro hoy ofrecemos tres opiniones de lo que se cosidera izquierda católica disidente, empezando por la de un perdiodista exreligioso, Juan Arias, que se ha caracterizado por ser extremadamente crítico de la Iglesia. Son significativas las imágenes con que acompaña el texto en su blog Vientos del Brasil.
La Iglesia ha sido más rápida que el mundo político. Ambos estaban hasta ayer en profunda crisis de identidad. La Iglesia hundida en sus escándalos vaticanos y convertida en un “fósil”, en expresión dura del teólogo brasileño Leonardo Boff, con sus iglesias vendidas para convertirlas en salas de fiestas nocturnas y los confesionarios en muebles bar.
Y el mundo político se encuentra perdido en una profunda crisis, no sólo económica sino también de valores, huérfano de liderazgo, en plena revuelta civilizatoria sin saber por donde tirar.
Ambas instituciones, la religiosa y la laica, se arrastran sin horizontes para sus jóvenes generaciones, dando palos de ciego. En ese panorama, la Iglesia, con sus dos mil años de historia, sus santos y demonios, sus inquisiciones y sus mártires de la caridad, ha conseguido encontrar un líder mundial cuando empezaba a resbalar por el barranco de la desesperanza.
Y lo ha hecho a través de un puñado de cardenales, la mayoría ancianos y conservadores, reunidos durante dos semanas en Roma, sin grandes alharacas y revestidos de misterios y secreto, pero que se dieron cuenta que el eje del mundo ha cambiado, ya no es Europa, sino que se ha trasladado a los países emergentes.
La Iglesia acabó viéndolo y se fue a buscar el nuevo líder a las Américas. “Me buscaron muy lejos”, subrayó significativamente el papa Francisco al aparecer en el balcón la tarde de su elección.
El papa Francisco, que sigue llamándose sacerdote y obispo, no papa, se ha convertido, en menos de un mes al mando de la nave Iglesia, en el personaje más en vistas del planeta, como un día lo fueron un Gandhi o un Luther King.
Con un puñado de gestos simbólicos, ha dado rienda suelta a una auténtica revolución religiosa y política que empieza a resonar más allá de la misma Iglesia.
¿Y el mundo político qué está esperando?
Una vez Stalin preguntó cuantos ejércitos tenía el papa de Roma.
Hablaba de armas, pero la Iglesia es un ejército con otras armas en sus manos, que empezaban a oxidársele
Es una institución, a pesar del peso de errores que arrastra, de las mejor organizadas del mundo, que cuenta con la friolera de mil doscientos millones de fieles, un ejército de más de un millón de sacerdotes y religiosos, con 114.736 instituciones asistenciales en el mundo; 5.246 hospitales; 74.000 dispensarios y leproserías; 15,208 residencias de ancianos incurables; 1.046 universidades; 205.000 colegios; 70.000 asilos nido con 7 millones de alumnos; 687.282 centros sociales y 131 centros de personas con sida en 41 países.
Una vez el líder comunista italiano Enrico Berlinguer, que no era creyente pero acompañaba los domingos a misa, a su mujer e hijos que si lo eran, a los que esperaba en la puerta de la Iglesia, solía decir: “Si nosotros los comunistas tuviésemos a un millón de mujeres y hombres, como las monjas y religiosos católicos, con voto de obediencia y dispuestos a cualquier sacrificio, haríamos una verdadera revolución social”.
Y es esa revolución social la que el nuevo papa Francisco ha empezado a llevar a cabo en la Iglesia y que el mundo político parece incapaz de hacerla, sumergido en sus recetas de sacrificios y recortes a los más débiles, mientras se multiplica como una cizaña maligna, la corrupción de políticos y banqueros.
Si al mundo de hoy le falta un gran líder, capaz de devolver esperanza y abrir nuevos horizontes a una sociedad desencantada y en ruinas, la Iglesia parece haberlo encontrado.
Y no un líder místico, encerrado en sus rezos, con una visión arcaica y autoritaria de la fe, sino alguien que ha pedido a los soldados de ese ejército hoy bajo su mando, que dejen de ser “coleccionadores de antigüedades” y cultivadores de “teologías narcisistas” y se vayan a manchar sus pies con el barro “de las periferias del mundo”, donde se encuentran los más explotados por el poder.
Un jesuita que posee “racionalidad y fe”, como afirman quienes le conocen de cerca, que además de teología ha estudiado psicología y literatura, y que al mismo tiempo ha escogido como símbolo papal un “corazón franciscano”, puede llegar a ser más que un mero líder espiritual de una Iglesia.
Sus antecedentes como arzobispo y cardenal de Buenos Aires y sus primeros gestos de desapego a las apariencias y símbolos del poder vaticano para poner su énfasis en una Iglesia que debe ser “pobre y para los pobres”, lo están ya convirtiendo también en una referencia política y social del mundo.
Es justamente el mundo el que está entendiendo – de ahí la perplejidad y hasta miedo de ciertos políticos – que el papa Francisco, no es sólo un religioso que se contentará con lavar los píes a los pobres y visitar favelas.
Los poderosos han empezado a entender que apostar por los desheredados de la Tierra, por la escoria del mundo, por los desahuciados, no sólo para consolarlos, sino también para elevarles social y culturalmente, para despertar en ellos la fuerza de su dignidad como personas, sus derechos y su espíritu crítico, equivale a una nueva revolución mundial. Y que su mentor puede acabar siendo más que un mero líder espiritual.
El papa Francisco le dice al rabino judío argentino Skorka, en su libro Entre el cielo y la tierra que a él “le gusta la política”, concebida como “la fuerza responsable del bienestar de la gente”.
Le cuenta que cuando se encuentra con agnósticos y ateos “no les habla de Dios”, sino que les pregunta si están dispuestos a empeñarse en la lucha contra las injusticias perpetradas contra los más desamparados del sistema, ya que eso le basta. “Sólo les hablo de Dios si ellos me hablan”, comenta.
A una madre que desesperada, se le quejaba, en Buenos Aires, de que su hijo joven había abandonado la fe, el entonces cardenal Bergoglio, le preguntó: “?Sigue su hijo siendo una buena persona que se interesa por los demás?” La mujer le dijo que sí. “Entonces quédese tranquila. Su hijo sigue creyendo en lo que debe creer”, la consoló.
Un líder así, puede crear esperanza en unos y temores en otros, ya que está pidiendo a una Iglesia anquilosada y en buena parte aburguesada, que salga de la retaguardia para ir a combatir a la primera línea del frente, puede acabar convirtiéndose en una referencia mundial de lo que el teólogo Boff llama “un liderazgo no autoritario, de valores universales en el que lo importante no es ya la institución Iglesia sino la humanidad y la civilización que hoy pueden ser destruidas”.
Como un día surgieron líderes capaces de sacudir al mundo como Gandhi, Luther King o Mandela, entre otros, es posible que a esa lista de líderes contra la violencia y contra las discriminaciones de los diferentes, haya que añadir pronto al papa Francisco.
Eso si le dejan actuar en paz, sin blindarle en los palacios vaticanos, que por ahora ha descartado, impidiéndole de acercarse y de escuchar demasiado a la gente.
En Brasil, para el viaje a Río del papa, el próximo julio, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, las autoridades le han preparado un blindaje de 750 policías civiles y militares para proteger su vida, y que le acompañarán día y noche.
No será fácil, sin embargo, blindar del todo a un papa que ha pedido a los sacerdotes del mundo entero que no tengan miedo de “perder la propia vida”, si su empeño social y religioso se lo exigiera.
Jesús fue crucificado con poco más de 30 años. Los primeros cristianos, apóstoles, obispos y papas acabaron todos mártires de su fe y de su desobediencia al poder que les pedía que se arrodillase ante él.
El viernes santo pasado, el papa Francisco se echó en la Iglesia de bruces al suelo en adoración no a los poderes del mundo. Lo hizo en señal de fidelidad a aquel Jesús que predicaba que “quién defiende la propia vida la perderá” y que los “que se humillan serán ensalzados”.
Los cobardes, al final, son ya vivos muertos, como decía Gandhi.
Castillo ha dicho que no sólo los gestos: los zapatos, etc… ¿Qué teología le hará poner en orden tantas cosas por la mantenida hasta ahora?
Tengo que darle la razón a Ildelfonso
A mí me parece inconcebible que se pretenda revivir y concluir el proceso de canonización de Wojtila, después de toda la información que ya se tiene sobre el papel que jugó personalmente en el encubrimiento de Marcial Maciel. Parece, sin embargo, que tal movimiento sorprendente está a semanas de ocurrir.
Profeta, que estás hecho un profeta, Ilde.
¿Podrías concretar un poco a qué cosas veredes Sancho, te refieres cuando nos profetizas que las veremos dentro de unas semanas?
¿De qué y de cuántas semanas nos hablas, Ilde? ¿En el mes de abril corriente? ¿En el de mayo próximo?
Si el profeta no concreta no es posible que la pata meta.
Así cualquiera, Ilde
Dentro de unas semanas veremos cosas sorprendentes si no interrumpen la primavera con una tragedía semejante al papa de la sonrisa Luciani.
Hay Gestos, Gestitos y Gestazos. Estos, para que sean efectivos, se debieran traducir en Actitudes y Acciones de diferente alcance, para que sea vea su efecto sobre la sociedad mundial. Por lo pronto el Obispo de Roma está haciendo Gestitos.
El que se mandó un Gestazo de aquellos, fue Obama, que acaba de darle poder a la transnacional Monsanto, la dueña de las semillas transgénicas que inundan el mundo, para pasar por sobre los dictámenes de las cortes federales de Justicia en USA. Eso significa que si una corte de Justicia dictamina que cierto quimico está envenenando a la población y ordena su retiro, la Monsanto dice NO y se queda de lo más contenta. Esto si que es un Gestazo que afecta la sociedad.
Si un líder de 1200 millones de personas se queda en Gestitos para lidiarcontra los poderes que acogotan al mundo, la emoción beatífica va a pasar luego, y seguiremos cuesta abajo en la rodada.
Hola!
A la figura de LIDER le corresponde “LIBERAR DE UN ADVERSARIO-OPRESOR”
Es verdad que estoy yendo al oculista,
pero no veo, todavía, inquietarse siquiera,
a los que la Gente estima “OPRESORES”.
Por el contrario, veo a varios de ellos frotándose las manos.
Pienso que Bergoglio no se va a dejar cooptar por ellos;
Pero de ahí a verle pinta de Lider …
Me parece que a don Arias se le ha ido la mano ¿no?
¿Cuánto hay que esperar en tiempos de pocas pulgas?
¿Pobre tipo, no? A ciertas edades es un poco infantil tener esas dependencias de liderazgos.
¡Voy todavía! – Oscar.
Me he acordado de mi santa madre q.e.p.d. y que de oír me estas cosas del Papa con el que estaría entusiasmada me diría:”tu eres hipercrítico…”.Para que no se piense que yo me meto por meter voy a decir lo que yo consideraría una revolución.Por ejemplo,que el obispo de Getafe,al que no le han faltado redaños con ocasión de Eurovegas y su enfrentamiento con el presidente de la Comunidad de Madrid,se personara en un escarche en Madrid en la sede de un diputado del PP.Accion directa y transparente de Gandhi.Pero claro a lo mejor algún banco le hacía un “escrache diferido” al IOR retirando los depósitos…El “escrache diferido” es un concepto cospedaliano que describe las reuniones a puerta cerrada de los bancos con la cúpula del PP para comunicarles que va a ocurrir con las condonaciones de deuda bancaria del PP como modifiquen en profundidad la legislación hipotecaria.O sin ser tan idealista ¿no sería revolucionario que un obispo español llamara la atención al gobierno por llamar filoetarras a la Plataforma contra los Deshaucios?.
Este Juan Arias ve visiones.Yo no veo por ningún lado la “revolución política” que han generado los gestos simbólicos del Papa.Aqui en España seguimos igual de jodidos por los que nos mandan,no digamos en otras partes del mundo…
Menudos ejemplos le pone Juan Arias a Bergoglio, para ilustrar el artículo de Juan Arias: dos asesinados por su lucha por la justicia y los derechos humanos, Gandhi y Luther King, los dos baleados.
Y un preso político que ha estado preso decenas de años, Mandela. Sí que podría correr peligro la vida de Bergoglio, si de verdad llegara a hacer de la ICR una iglesia pobre y de los pobres.
Una vez fortalecida la imagen de su ICR, que es lo que han pretendido quienes han puesto a Bergoglio de papa, la derecha vería con buenos ojos que quitaran de en medio a Bergoglio, y vuelta otra vez a los papas habituales, que han mantenido el sistema capitalista.
Rajoy es católico, como Bergoglio; el rey Juan Carlos también es católico, como por sistema lo son todos los reyes de España; los dos son Jefes de Estado, el español y el argentino. Pero el argentino lidera un negocio multinacional, la fenomenal organización multinacional que dice Juan Arias.
En el terreno económico, que es internacional, mundial, y es donde se cuecen los garbanzos, un Bergoglio social no creo que tenga mucha influencia.
No creo que a Rajoy –con mayoría absoluta-, ni menos al cazador rey Juan Carlos, vitalicio por ‘democracia’ española, les vaya a inspirar nada un Bergoglio social. España es feudo ultracatólico de Rouco, amigo del fracasado Ratzinger, quien por suerte sigue bien callado dedicado a sus plegarias (según dijo Ratzinger).
Todo lo contrario, recortes en lo social a tope, es la política de Rajoy ordenada desde Europa.
Hola!
Pienso que un “modo de ser humano” -entre otros que hubo y hay-, es el reconocido “occidental” (con el agregado de “cristiano“, a mi parecer, merecido, guste o no).
Pienso tambien que una de las mayores ofertas radicales y profundas que ha impregnado y configurado ese “modo o moda humana” la ha hecho la experiencia cristiana.
Si me pregunto cuál es esa oferta, me inclino por la denominación de “DEDICACIÓN” de la vida personal-en-convivencia social.
La Dedicatio es el máximo exponente de una excelecia ÉTICA (comportamiento motivado, que da cuenta y razón).
Alguna vez ya lo señalé en Atrio cuando traté el Asunto del “MARTIRIO” (dar Testimonio o “poner los huevos/ovarios sobre la mesa o jugarse la vida a una carta).
No me extrañaría que Pancho invite a esta Ética … “cristiana”.
Pienso que esa postura ante la Vida tiene fruto -sobre todo en tiempos de Crisis- no tanto por ser “crietiana” sino por ser acorde al esfuerzo evolutivo de la Vida humana (Persona y Mundo).
El “cristianismo” ha sido y está en esa línea evolutiva. Llega el momento en que hay que madurar la Vida dejando de adolescer (cruces “agregadas en adornos dolorosos, pero adornos al fin).
¡Voy todavía! – Oscar.
Los líderes lo son cuando en ellos converle el testimonio y el mensaje sin que el orden altere necesariamente el resultado.
Y precisamente por esa convergencia, al darse en la realidad, es cuando el liderazgo ya esta de sobra y, por regla natural, desaparece simplemente o las fuerzas a él opuestas lo hacen desaparecer para que en la solidaridad despertada cunda aquella realidad expresada por Jesús al afirmar:
-“Os conviene que yo me vaya, porque, si no me voy no vendrá EL ESPÍRITU“, quien os hará ser igualmente líderes un*s de otr*s”, sin que nadie quede minimizado, ni siquiera por el poder del liderazgo humano.
Porque lo humanamente humano, se da solo cuando a nadie sobre la tierra se le da consideración de padre, o con tal nombre se le identifica.
El liderazgo auténtico, como la “parentalidad” humana, son y deben ser meramente funcionales en orden a la promoción individual y colectiva de los seres humanos, pues es la comunión de hermandad, el dest¡no y la plenitud de lo humano, en proceso hacia la unidad plural en la inmersión de todo en el TODO ABSOLUTO.
Por eso el fruto del liderazgo en la ICAR es bien venido y necesario, si llega a ser pronto, por una u otras causas innecesario, al conseguir que, en ella, las deficiencias de infancia se conviertan en realidades de hermandad adulta.
Demasiado tiempo en la ICAR ha permanecido el patriarcado paternalista productor y protector de los infantilismos escondidos bajo ignorancias, sumisiones y obediencias.
La muerte, resurrección y partida de Jesús, dejando su prometida presencia viva no experimentable en l*s más pequeñ*s de sus herman*s, bajo la misión de su Espíritu plurálmente derramado, es culminación terrena de su misión mesiánica para que el proyecto divino de la Humanidad Humana llegue a ser real.
Francisco parece apuntar a hacer real la misión por Jesús cumplida y a todos confiada.
Mientras él estrena liderazgo universal, ayudémosle a no necesitarlo más de la cuenta, promocionando nuestra condición fraterna, pues esta tarea no admite ajenas suplencias.