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Valió la pena

Lula chavezLuiz Inácio Lula da Silva ha escrito en la prensa mundial este autorizado artículo sobre Hugo Chávez. ATRIO se une al adios que el pueblo venezolano y latinoammericano está dando a esa gran y discutida persona. Y junto a este artículo de un líer político publica hoy sábado 9 de marzo otro del teólogo español Benjamín Forcano. En la selección de los artículos ATRIO muestra una línea de opinión. Pero eso no quiere decir que haga suyas todas las afirmaciones de los autores o que no se acepten opiniones contrarias en los comentarios, siempre que estén razonadas y expuestas con respeto y estilo dialogal.

La muerte del compañero Chávez, para la política de América del Sur, para América latina y diría que para el mundo, es una pérdida irreparable. Chávez era un hombre 80 por ciento de corazón y 20 por ciento de razón, como creo que deben ser todos los grandes hombres del mundo. Chávez pensaba mucho en su pueblo y, sobre todo, en las personas más pobres.

Tuve el placer de conversar con Chávez muchas veces. Lo conocí en los tiempos del Foro de San Pablo. Después tuve la oportunidad de conocerlo mejor cuando él ya era presidente y yo había sido electo también presidente, pero aún no había asumido, para atender un pedido de petróleo de Venezuela, en ocasión de una huelga de los trabajadores de Pdvsa.

A partir de mi aporte establecimos una relación muy fuerte porque teníamos muchas afinidades. Si teníamos divergencias ideológicas, teníamos muchas afinidades políticas, coincidíamos en el papel que debía jugar la relación estratégica entre Brasil y Venezuela, compartíamos la relación estratégica que debíamos tener con los países de América latina y comprendíamos el papel de los países pobres, sobre todo los de América del Sur, en el enfrentamiento construido con los países del Norte, sobre todo en la cuestión comercial y política.

Eso hizo que un día, en 2007, pasáramos a tener una relación, más que entre dos presidentes, entre dos compañeros. Es decir que para evitar que hubiese cualquier problema en la relación entre Brasil y Venezuela, acordamos con Chávez que podríamos organizar tres o cuatro reuniones bilaterales por año: un encuentro en Brasil, otro en Venezuela para que pudiésemos generar una asociación que permitiese equilibrar el comercio entre nuestros países. De ahí surgió la idea de instalar una refinería en Berlinda.

Mucha gente dice que Chávez era un hombre polémico y era bueno que él fuera así, porque Chávez hacía que las reuniones de Unasur y de los encuentros en los que hemos participado fueran siempre muy intensos, donde había mucho debate.

El no permitía que las personas paralizaran una reunión. Incentivaba el debate con temas polémicos. Lo que importaba era que él estaba ahí presente, vivo, discutiendo los intereses de Venezuela y de América latina y, sobre todo, discutiendo los intereses de los pueblos más pobres.

Pienso que no basta un siglo para producir un hombre de las cualidades de Chávez. No se ve todos los días a un país que elige a una persona que tiene un compromiso diferente con su pueblo. Chávez sabía que las razones para estar en el gobierno eran hacer que el pueblo de Venezuela se sintiese orgulloso, que pasase a tener derechos, trabajo, salud y la posibilidad de estudiar.

Obviamente, enfrentó una oposición muy férrea, como todos enfrentamos en América latina. Todos los gobiernos progresistas se enfrentan a muchas adversidades. Pero creo que el paso del compañero Chávez por el gobierno de Venezuela valió la pena.

Valió la pena no sólo por las conquistas; valió la pena por el símbolo de lo que hizo en defensa de su país: recuperó la autoestima de un pueblo, de los niños, y provocó que su pueblo pasase a creer que Venezuela era mucho más grande de lo que las elites intentaron hacerles creer.

Creo que las ideas de Chávez, como las Bolívar, perdurarán por mucho tiempo, porque América latina vive un momento excepcional y Chávez tiene mucho que ver con eso, en la creación de la Unasur, la Celac, el Consejo de Defensa de la Unasur, el Banco del Sur y tantas otras ideas que volcábamos en un papel y debatíamos, cuestiones que hemos ido concretando de a poco.

Espero que el pueblo venezolano comprenda que en este momento se necesitan mucha paz, madurez, tranquilidad y unidad porque Venezuela no puede retroceder. El pueblo de Venezuela aprendió a confiar en su gobierno, el pueblo de Venezuela aprendió a sentir orgullo de su país y eso representa un valor inestimable que no se puede olvidar. Hay divergencias políticas que continuarán existiendo, pero eso debe ser menor en la relación de los partidos políticos y de las fuerzas políticas para construir un clima de paz y mucha tranquilidad, porque Venezuela necesita continuar creciendo, generando trabajo, riqueza y mejorando la vida de su pueblo.

¡Que Dios cuide de Chávez como él lo merece! Tuve el placer de compartir con él ocho años de presidente y siento el orgullo de haber compartido con él la construcción de tantas cosas positivas.

Y también guardo la tristeza de no haber hecho más. De cualquier forma, valió la pena. ¡Compañero Chávez: si usted no existiera, debería volver a nacer porque el mundo necesita dirigentes como usted! ¡Que Dios lo bendiga!

* Ex presidente de Brasil.

5 comentarios

  • Javier Pelaez

    Hablando de las reacciones de los medios neoliberales  a la muerte de Hugo Chávez ,Antonio Orejudo en diario.es hace una interesante reflexión sobre el odio de estos medios a lo que ellos llaman “populismo” y Antonio Orejudo el “pueblo”.Es cierto que estos medios,por ejemplo,EL PAÍS tienen verdadero miedo al pueblo.Infame su actitud con la famosa foto de Chávez,un episodio escandaloso.Como quiera que hemos sido permanentemente “desinformados” sobre la ejecutoria de Chavez,no tengo opinión sobre ella.Parece que el pueblo le aprecia y según algunos con razón.Yo me barruntó que si le llaman populista los de EL PAÍS,como al Grillo italiano,debe ser un tío cojo nudo.Los neoliberales son así a los que les provocan miedo los insultan.Pongamos este repentino miedo del sistema al Grillo o avque aparezca un “payaso populista”,como lo llaman en estos medios,en España.Miedo absurdo donde los haya en un país,como España,presidido por un completo mamarracho en que sería de agradecer la aparición de un “mamarracho competidor”.El bipartidismo española es una pelea aburrida sima entre dos “peleles de la Merkel” y cuando digo peleles me refiero al cuadro ese de Goya que vuela un pelele tirando de la manta en este caso diversos alemanes.En fin,que todos estos neoliberales son bastante previsibles llamando “populista” a todo lo que les da miedo.

  • mª pilar

    Tengo una pregunta que dejo en el aire:

    ¿Se han denunciado alguna vez, el “apoderamiento” de los puestos en el “poder” de cuantos familiares han querido; cuando han dirigido las ideas conservadoras, dueñas hasta de las vidas y deseos de sus pueblos? (De los pobres claro… ellos estaban en atesorar)

    En España ¡no! ¿Y en Venezuela?

    Sinceramente ¡¡¡Tampoco!!!

    Si les hubiese importado la pobreza, el analfabetismo, la salud etc…

    Le hubieran puesto remedio ¿verdad?

    ¡No lo hicieron!
     
    Se mataba igual o más, aumentaban los pobres los abandonados, mientras un pequeño grupo, engordaba sus bienes hasta límites verdaderamente…:

    ¡¡¡Vergonzosos!!!

    ¿Eso es lícito?
     

    ¿Por qué no lo cuentan también? Ellos tuvieron durante muchos más años el poder ¿por qué no lo hicieron?

    Estaban muy preocupados por engordar sus bolsillos, sus haciendas, su prestigio a cualquier precio.

    Deberían sentir vergüenza y dolor de tanto mal causado, en lugar de tirar por tierra el bien que el Sr. Chávez ha hecho.

    Solo… para pensar un poquito.

    mª pilar

  • juanito

    Eugenia,como elPP  con el exceso de libertad en el periodismo.

  • Todos manipulan, como Chavez lo hizo con los venezolanos, les dio pescado de baja calidad, como esa educación deficitaria, pero no caña de buena calidad para pescar, pero fíjense que hizo con sus familiares, casi todos en los gobiernos de provincias, pdvsa, y ministerios, aprovechándose del poder, Lula puede hablar como estadista, con mucha corrupción cerca, en sus dos mandatos en Brasil, por eso no habla ni de los crímenes ni de la conculcación de libertades en Venezuela, infórmense como está el periodismo en el país, como está la justicia, como persiguen al que piensa distinto,

  • oscar varela

    Hola!
     
    Aunque ya conocido, tal vez conviene no olvidar algunas cositas elementales
     
    Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática
     
    Noam Chomsky

    1. La estrategia de la distracción.
    El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

    2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.
    Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

    3. La estrategia de la gradualidad.
    Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

    4. La estrategia de diferir.
    Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

    5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
    La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

    6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
    Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

    7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
    Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

    8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
    Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

    9. Reforzar la autoculpabilidad.
    Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, ¡no hay revolución!

    10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
    En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.