Muchas son las declaraciones colectivas y los artículos sobre la actual situación de la Iglesia Católica . Estaremos alerta para ir publicando las principales. A quienes les parezca obsesión eclesiástica les decimos que es para facilitar un movimiento amplio de opinión con voluntad de rodear u ocupar el Cónclave. Podría hacerse con los actuales medios de comunicación. Otros, y en concreto el Opus, estarán desde hace tiempo buscando la estrategia para manejar los 117 votos que decidirán.. 160 teólogas y teólogos de todo el mundo redactaron esta Declaración sobre la Autoridad en la Iglesia. Estos días sale al público. Y saldrán otras. Se puede consultar la lista y curriculum en de los 160 (varios españoles y españolas). Hay allí posibilidad de añadir la firma a los 2.000 que ya lo han hecho. Esta acción puede ser, junto con otras, algo que incline la balanza de los, por el momento, inevitables electores. Por lo menos hacer difícil que salga rápidamente, como en 2005, la mayoría conservadora de dos tercios. Y que se tenga que pactar uno de consenso. Personalmente creo que conseguir un pasito hoy en la línea de parar la restauración y volver al Vaticano II, que es lo que esta declaración pide, sería bueno para todo el mundo. Y una estrategia, por radical que sea en sus fines, puede empezr por conseguir un papa abierto a oír voces como esta. AD.
Con ocasión del 50º aniversario del Concilio Vaticano II (1962-1965), invitamos a todos los miembros del Pueblo de Dios, a evaluar la situación de nuestra Iglesia.
Muchos de los temas clave del Vaticano II todavía no han sido implementados, en absoluto, o lo han sido sólo parcialmente. Esto ha sido debido a la resistencia de algunos sectores, pero también a una cierta dosis de ambigüedad que se dejó pasar en algunos de los documentos conciliares.
La principal causa del actual estancamiento radica en su incorrecta interpretación y la mala aplicación en lo que concierne al ejercicio de la autoridad en la Iglesia. Concretamente, los siguientes temas requieren una corrección urgente:
- La función del papado necesita ser redefinida claramente en la línea de la intención de Cristo. Como supremo pastor, unificador y principal testigo de la fe, el Papa contribuye sustancialmente a la buena salud de la Iglesia universal. Sin embargo, su autoridad no puede oscurecer, disminuir ni suprimir la autoridad auténtica otorgada directamente por Cristo a todos los miembros del Pueblo de Dios.
- Los obispos son vicarios de Cristo, no vicarios del papa. Tienen una responsabilidad inmediata de sus diócesis, y una responsabilidad, compartida con los otros obispos y el papa, respecto a la comunidad de fe mundial.
- El Sínodo de los obispos debe asumir un papel más decisivo en la planificación y en la orientación del mantenimiento y el crecimiento de la fe dentro de nuestro complejo mundo actual. Para llevar a cabo esta tarea, el sínodo de los obispos necesita ser dotado de unas estructuras apropiadas.
- El Concilio Vaticano II ordenó que debía haber colegialidad y corresponsabilidad en todos los niveles. Esto no ha sido llevado a cabo. Como estableció el Concilio, los consejos presbiterales y los consejos pastorales, deben involucrar a los creyentes más directamente en las tomas de decisión concernientes con la formulación de la doctrina, la gestión de la pastoral y la evangelización de la sociedad secular.
- El abuso de nombrar para puestos directivos de la Iglesia a candidatos de una única forma de pensamiento, debe ser erradicado. Se debe establecer nuevas normas, y una supervisión sobre su cumplimiento, para asegurar que las elecciones para tales puestos sean llevadas a cabo de una manera limpia y transparente, y en cuanto sea posible, democrática.
- La Curia romana requiere una reforma más radical, en la línea de las instrucciones y la visión del Concilio Vaticano II. La Curia debería continuar existiendo por sus útiles servicios administrativos y ejecutivos.
- La Congregación para la Doctrina de la Fe debe ser asistida por comisiones internacionales de expertos, que han de ser escogidos de forma independiente, sobre la base de su competencia profesional.
Estos no son, ciertamente, todos los cambios necesarios. Somos conscientes de que la puesta en marcha de estas reformas estructurales deberá ser elaborada con detalle, según las posibilidades y limitaciones de las actuales y futuras circunstancias. Sin embargo queremos destacar que estas siete reformas sugeridas son urgentes y que su puesta en marcha debe comenzar inmediatamente.
El ejercicio de la autoridad de nuestra Iglesia debe emular las normas
- de transparencia,
- de rendición de cuentas y
- de democracia que son practicadas en la sociedad moderna.
La autoridad en la Iglesia debe ser percibida
- como honesta y digna de confianza,
- inspirada por un espíritu de humildad y de servicio,
- mostrando preocupación por la gente más que por las reglas y la disciplina,
- transparentando a un Cristo que nos hace libres, y
- escuchando al Espíritu de Cristo que habla y actúa a través de cada persona.
Agradezco mucho esto artículos sobre la situación de la iglesis, la elección de un nuevo Papa, es una forma de mantenerme informado que me parece muy util.
Hola!
Escribí: -“¡Vamos todavía!“-
Firme apoyando el cambio de rumbo.
Ok! – ¿Y ahora?
………………….
Me falta agregar el Título de un Artículo no escrito en letras de molde,
sino en mi perspectiva:
“EL SANEDRIN BUSCA SU REFORMULACIÓN”
¡Tal vez! ¿no”
……………….
Ahora sí -ya un poco más completado- repito ¡Vamos todavía! – Oscar.
En repetidas ocasiones recogidas por los cuatro evangelios, Jesús atendió y valoró el modo como diversas gentes sencillas, no pertenecientes a los sabios y entendidos, expresaban, en su respuesta de fe, la consecuencia de lo que Él proclamó como especial y predilecta revelación del Padre a unos y ocultada a los otros.
Aduzco esto, porque considero que, la labor de los teólogos y profesionales de las ciencias, ha de ser prioritaria respecto a las gentes para que, quienes ejerzan el carisma del magisterio y las gentes, adquieran los conocimientos necesarios que les liberen de cualquier ignorancia o falsedad sobre lo que puede saberse científicamente sobre Jesús, su testimonio vital y su claro y consecuente mensaje.
Cumplida esta específica tarea, ellos mismos y los que asuman el carisma del servicio como les encargue la Comunidad, deberán contar con la respuesta responsable de las gentes fieles, tanto para confirmar en la Fe a l *s herman*s, como para reconocerles prácticamente la participación responsable en los modos de estructuración comunitaria, que permitan el mejor y más simple servicio para las vivencias individuales y comunes de la Fe y la práctica, en coherencia con el testimonio y mensaje de Jesús.
Porque, si no hay cauce posible y fácil para que el Pueblo de Dios en su conjunto aporte lo que a él le corresponde aportar de libertad responsable individual y colectívamente, la Comunidad de Discipul*s de Jesús, nunca podrá llegar a ser tal y como tal ser percibida por los aún no evangelizados; con el agravante de que estará expuesta a todos los ataques desviacionistas aportados por cualesquiera intentos de manipulación absolutista monárquica u oligárquica.
Puede que esto entrañe dificultades serias en su aplicación, pues en teoría no sólo no presenta dificultad, sino gran facilidad y normal necesidad (: “A nadie consideréis ni llaméis padre sobre la tierra, pues uno solo es vuestro Padre Celestial”), pero lo contrario entraña más dificultades, por no decir imposibilidad, para que la Iglesia de Jesús sea la hermandad comunitaria global coherente con aquella unidad por Él deseada en Ju. XVII, 21: -“Que sean todos uno, como tu, Padre, estás conmigo y yo contigo; que también ellos estén con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.”
¡Vamos todavía!