El Foro de Curas de Bizkaia se moja por la igualdad de las mujere en la Iglesia
Gesto acogido con agradecimiento por EUCLERIA
Carta abierta del Foro de Curas de Bizkaia al Arzobispo Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, sobre el sacerdocio de la mujer
Ante las recientes medidas adoptadas por la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe contra los partidarios de la ordenación sacerdotal de las mujeres, la Asamblea del Foro de Curas de Bizkaia queremos manifestarle lo siguiente:
- 1.- Lamentamos que a lo largo de estos últimos decenios se haya olvidado la línea propositiva abierta por Juan XXIII cuando sostuvo en la apertura del Concilio Vaticano II que la Iglesia “querría salir al paso de las necesidades del mundo actual no tanto pronunciando condenaciones, sino dando prueba del vigor de su enseñanza” (22.X.1962)
- 2.- Siguiendo el criterio propuesto por el Papa Roncalli, queremos expresarle nuestra disconformidad (por inconsistentes) con los argumentos aducidos en la Carta Apostólica“Ordenatio sacerdotalis” (1994) por la que se reserva el ministerio sacerdotal exclusivamente a los varones:
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- 2.1.- Si bien es cierto que “Cristo escogió sus apóstoles sólo entre varones”, también lo es que con su comportamiento y predicación puso las bases para el reconocimiento de la igualdad de la mujer, incluida la posibilidad de acceder al ministerio ordenado. La misma Comisión Bíblica Internacional ya sostuvo en su día que “por el testimonio del Nuevo Testamento solo” no “puede deducirse que una eventual ordenación sacerdotal de la mujer lesiona el plan de Jesucristo sobre el ministerio apostólico” (1976)
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- 2.2.- La historia de la Iglesia muestra –como se sostiene en la Carta Apostólica“Ordinatio sacerdotalis”- que la “ordenación sacerdotal” ha estado reservada “exclusivamente a los varones”. Pero también que no ha sido una decisión pacíficamente asumida: así lo atestiguan las reiteradas condenas por ordenar mujeres y los repetidos posicionamientos de la jerarquía católica al respecto. En cualquier caso, es difícilmente cuestionable la existencia en los primeros tiempos de comunidades domésticas con matrimonios anfitriones encargados de dirigirlas. No consta que las mujeres no presidieran, si fuera preciso, la mesa compartida.
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- 2.3.– Permítasenos dudar, al menos metodológicamente, sobre que “la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de Dios para su Iglesia”. Semejante duda no nos lleva a negar la incuestionable importancia del Magisterio en la vida de la comunidad cristiana, sino a reclamar su armonización (cada día más urgente) con el “sensus fidelium” y con la investigación teológica como ha sucedido, por ejemplo, con el sacramento de la reconciliación. Sólo así contaremos con un Magisterio que, además de ser legítimamente autoritativo, sea acogido y respetado por su calidad teológica, por su sintonía eclesial y por tener claro que el único absoluto que se le impone es el de atender debidamente a su misión.
- 3.- Deseamos y esperamos que la Jerarquía católica recupere –como se propuso en el Vaticano II- no sólo una mayor colegialidad episcopal y corresponsabilidad bautismal para este y otros asuntos, sino también un concepto y una praxis de Tradición Viva y que preste, por ello, más atención a la necesidad de actualizar en el presente lo que Jesús dijo e hizo de modo que sea una anticipación de la fraternidad plena que nos aguarda. Ello pasa por articular creativamente DV 10 (“el Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio”) con DV 9 (“la Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza acerca de todo lo revelado”), por escuchar a los diferentes consejos eclesiales ya existentes en éste y en otros asuntos y por no sofocar autoritariamente el parecer de los bautizados y de las comunidades cristianas.
- 4.- Finalmente, proponemos que la posibilidad de que las mujeres puedan acceder al ministerio sacerdotal sea algo decidido en un concilio ecuménico y que, mientras tanto, se dejen abiertos el discernimiento eclesial y la investigación teológica de tal manera que nadie vuelva a ser condenado por ello, y que los sancionados sean repuestos en sus responsabilidades y estado.
Bilbao, 11 de febrero de 2013
Al Arzobispo Gerhard Ludwig Müller
Congregación para la Doctrina de la Fe
Piazza Del S. Uffizio, 11
00193 Roma
Italia
olvidé el link, con tanto hijo de sobrino y tanta vida
http://lapenalinguistica.blogspot.com.es/2008/07/discriminar.html
Ana,
No quiero aburrir al personal con el significado de discriminar que constituye maltrato, pero adjunto el link que explica la evolución del significado de discriminar y cómo ha incluido en la discriminación el significado de maltratar.
Es una mera cuestión de significado de las palabras, nada más; explicadas, no hay problema que vaya a ninguna parte.
A veces el idioma va evoluciona a una velicidad que nos puede pillar desprevenidos. No signfica más que eso, lo que estamos discutiendo y tanto te repugna. No problemo. Abrazos cariñosos Ana, y no te cabrees, porfa, que para ser feliz hay que vivir contrariedades, es ley de vida ¿no?
(y enhorabuena por la nietuca, que he visto la foto en un hilo en el que no había entrado a leer nada; yo tuve el sábado un recién nacido de una sobrina, pero todavía no he podido ir a verle. En mi familia a mis sobrinos les han ido naciendo ya bastantes hijos … la vida continúa, gracias a … la vida -Santiago diría que a dios, pues sin su dios no es nada, nuestro amigo Santiago, eso cree él, pero sí es-).
Ana,
Por ejemplo,
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/03/actualidad/1333448813_382405.html
“El Tribunal de Derechos Humanos condena a España por maltrato religioso
Los magistrados de Estrasburgo sentencian por unanimidad que se ha discriminado a los pastores evangélicos respecto a los curas católicos”
Discriminar es maltratar, Ana, esa es la realidad que se expresa así en castellano, en español, como hace el periodista de el País en el link que te he puesto.
En todo caso la diferencia entre lo que tú dices y lo que digo yo, es de mero significado de la palabra maltrato. No va a ninguna parte, una vez aclarado el significado.
Tú, cuando te discriminan, no te sientes maltratada. Bueno, por algo será. Quizá es que no te importa mucho esa discriminación. No lo suficiente como para sentirte maltratada por ello.
Es como cuando no te gusta que te diga ‘tu ICR’ ‘tu papa’ ‘tu magisterio católico’ ‘tus jerarcas’. Dado que eres católica, miembra de la ICR, es tu ICR y son tus jerarcas. No te gusta. Bueno, pero no por eso podemos cambiar el idioma, Ana.
Es como si me niego a que me digan que mi sociedad, de la que formo parte, es hipócrita, y como no me gusta exijo que digan ‘la sociedad’ y no ‘mi sociedad’. En el fondo estaría eludiendo reconocer que yo también soy hipócrita. Faltaría a la verdad con ello: pues no estoy exento de hipocresía, como es obvio.
Y eso tiene que ver con que mi sociedad –de la que formo parte- sea hipócrita.
(Están sacando por Tv en 24 h. unos ostentosos jardines vaticanos, mientras dicen que el papa se albergará en un convento de monjas del Vaticano?) Repugna, a mí me repugna, me refiero, que un papa así –como los demás papas- sea presentado por la ICR como pretendido representante de Jesús y de dios.
Es parte de la hipocresía de vuestra ICR, Ana, y de nuestra sociedad católica española, impregnada de catolicismo.
Es un grave maltrato para los pobres que pasan hambre y frío –y lo seguirán pasando, no nos quepa la menor duda- que los que dirigen vuestra ICR se gasten el dinero en hacer y mantener esos carísimos jardines.
El periodista los saca por Tv, mientras habla de dónde va a vivir el papa ahora que se retira (abdica de monarca absoluto católico) y se queda de divo en el Vaticano -al parecer entre monjas que le serviran en las tareas propias de su sexo, lavar, planchar, hacer la limpieza, y esas cosas-, precisamente para mostrar esa hipocresía del papa, de vuestra ICR y de nuestra sociedad.
Esa grave hipocresía es maltrato de/hacia/contra los pobres.
En mi modesta opinión.
Javier, me repugna hasta náusea esto que me dices, ”
“Lo agresivo es el maltrato que te infligen tus jerarcas, Ana, el mismo que ingligen a las demás mujeres católicas.
Con caricias (náuseas insoportables), ese maltrato pasa desapercibido, como bien has mostrado. La agresividad, en una cierta dosis y bien controlada, es buena (más náuseas).”A mí nadie me maltrata, ¿te queda claro? Yo no aspiro a desempeñar función ni directiva ni sacerdotal en la Iglesia, me solidarizo con las mujeres que quisiera, y me repugna en la misma mediad esta discriminación, pero ¡¡¡no es maltrato!!!Ah, y te dije que sólo me dirijo a ti cuando tú te diriges a mí, y, por eso te leo, porque no me gusta que me digas cosas a mi persona que no acepto.
Javier, me repugna hasta náusea esto que me dices, ”
“Lo agresivo es el maltrato que te infligen tus jerarcas, Ana, el mismo que ingligen a las demás mujeres católicas.
Con caricias (náuseas insoportables), ese maltrato pasa desapercibido, como bien has mostrado. La agresividad, en una cierta dosis y bien controlada, es buena (más náuseas).”
A mí nadie me maltrata, ¿te queda claro? Yo no aspiro a desempeñar función ni directiva ni sacerdotal en la Iglesia, me solidarizo con las mujeres que quisiera, y me repugna en la misma mediad esta discriminación, pero ¡¡¡no es maltrato!!!
Ah, y te dije que sólo me dirijo a ti cuando tú te diriges a mí, y, por eso te leo, porque no me gusta que me digas cosas a mi persona que no acepto.
JAVIER: aunque no hubiese querido descubrir mi “pecado” al público, que no lo considero así, por supuesto, te diré que aún siendo monja misionera de Jesús, dentro de un grupo de hermanas que no quisimos aprobarnos canónicamente, yo llevo años que no voy a misa, ni me confieso…Sólo voy cuando tengo que acompañar y “comulgar” con mi gente, en ocasiones puntuales, porque de acuerdo con Ana, creo que debemos respeto a quienes piensan distinto o aún no les ha llegado la hora del cambio.
No he dado por hecho que sois tontas, ni sumisas, ni irracionales. Pero sí que el asunto no os preocupa mucho, pues no os afecta mucho: estáis acostumbradas las mujeres católicas a que os traten así vuestros jerarcas y curas, durante decenas de años ya.
Los católicos no pintáis nada en vuesta ICR, porque no tenéis capacidad de levantaros contra la opresión de los jerarcas católicos. Y menos de hacerlo organizadamente.
Nada pues vais a cambiar a este respecto en la ICR, por desgracia. Es mi impresión, que por ahora se está cumpliendo al 100% ¿no?
Luis GM ha anunciado que algo se mueve en el seno de la ICR. Creo que se equivoca. Por ahora tengo razón yo, pues los hechos son que nada ha cambiado al respecto. No hay ninguna acción organizada de las mujeres católicas al respecto.
Antonio Duato ha hablado de una mayoría y yo pregunto que dónde está esa mayoría, pues yo no la veo por ningún lado.
¿Dónde está? Eso es demasiado triste, es mejor olvidarse de vuestra ICR.
Lo agresivo es el maltrato que te infligen tus jerarcas, Ana, el mismo que ingligen a las demás mujeres católicas.
Con caricias, ese maltrato pasa desapercibido, como bien has mostrado. La agresividad, en una cierta dosis y bien controlada, es buena. Jesús repartía latigazos, si hemos de creer al anónimo evangelista. Repartir latigazos es mucho más agresivo que lo que escribimos por aquí.
Y según el evangelista Jesús se indignaba porque ‘habían convertido la casa de su padre en cueva de ladrones’
Aquí hablamos de algo mucho más grave que de un templo, un edificio, unas piedras organizadas; o un dios: se trata de vuestra dignidad de mujeres católicas.
MariPilar,
En cuanto al modo de lucha de las mujeres negándose a ir a misa, no va a suceder.
Atrio podría propugnar un modo de acción así, proponerlo en Redes Cristianas y en más lugares de la ICR: negativa de todas las mujeres católicas a ir a misa hasta que que sean admitidas a los cargos de responsabilidad en la ICR en igualdad de condiciones que los hombres católicos (sacerdotes y jerarcas, bien entendido).
No se propondrá. Si se propusiera, ni se notaría descenso alguno de asistencia de mujeres a las misas católicas.
¿Dejaríais de ir a misa, Ana Rodrigo y MariPilar, hasta que no os trataran en condiciones de igualdad con los sacerdotes para acceder a los cargos de responsabilidad en la ICR?
Eso supondría que no volveríais a ir a misa en toda vuestra vida ¿no?
Paciencia, dice Ana, el cambio no va a venir en pocos años, la historia de la ICR lo evidencia, por desgracia.
Creo que, por desgracia, esa lucha no se toma en serio por las mujeres católicas.
Parole, parole, parole, dice la canción. Al tiempo.
Los curas del foro de Bizkaia son curas, puestos por su obispo del papa. De ahí no puede venir pues el cambio, el vicio es de origen.
Está todo atado y bien atado, es una férrea dictadura, vuestra ICR.
Lo de desbocado lo dije por lo del maltrato, Javier, y considero que nadie se mete con mi persona ni nadie me agrede a mí personalmente, puesto que mal trato se hace directamente a una persona no a un genérico. Yo me solidarizo con todas las mujeres que nos sentimos discriminadas, pero no maltratadas. Sigo pensando que no es lo mismo un concepto que otro.
Tu forma de personalizar los problemas de la iglesia en las y los individuos, con expresiones tan despectivas y dando por hecho que somos tontas, sumisas e irracionales, me resulta bastante agresivo.
MariPilar,
Corrígeme si me equivoco: el máximo cargo dirigente en la ICR, y el único cargo que reúne todos los poderes en su mano, es el de papa.
Y sólo un macho puede ser papa, nunca puede serlo una mujer, en vuestra ICR.
Los cardenales pueden elegir papa a cualquier persona macho, como he dicho: si no es católico el macho elegido, ha de ser bautizado y ordenado cura, para poder ser papa católico. Lo único que no puede ser es mujer: tiene que ser macho ineludiblemente, tiene que tener sexo masculino.
Creo que es así, y no puedo mirar ahora si me equivoco o no.
Estamos hablando del derecho de las mujeres a tener cargos de responsabilidad en la ICR en igualdad con los hombres. No de otra cosa.
Es un hecho que todos los cargos de responsabilidad en la ICR son ocupados por sacerdotes. Los cargos técnicos, como por ejemplo el gerente del banco vaticano, los ponen a dedo sacerdotes (el papa) y son controlados directamente por sacerdotes, que siempre tienen que ser machos.
Si las mujeres católicas no queréis ser sacerdotes, hoy por hoy no queréis cargos de responsabilidad en vuestra ICR. Así de claro.
O estáis hablando de una ICR imaginaria, que no es real, de otra ICR diferente de la que tenemos/padecemos. Así que tenéis que pisar tierra, para hablar en serio.
Quizá un poco de crispación os haría pisar tierra, pues todo esto es demasiado indignante como para dejarlo pasar con una sonrisa, y es además una blasfemia, en términos de Antonio Duato y Ana Rodrigo.
La crispación, controlada, existe para ayudar y es buena; es normal la crispación controlada cuando no se trata de un simulacro, y lo que te traes entre manos es muy importante.
Ana,
Maltratar es tratar mal.
Si se maltrata atentando contra un derecho fundamental, el maltrato adquiere cualificación más grave.
El maltrato puede ser físico o psicológico. Puede ser puntual o permanente, quotidiano. Discriminar es maltratar, también si la discriminación es católica (así la ha calificado Antonio Duato, a esta discriminación de la que estamos hablando Ana).
Estamos hablando de un maltrato concreto, que Antonio Duato ha calificado de bofetón a la dignidad de la persona humana (de las mujeres católicas –se entiende, Ana, de ti misma, pues-), bofetón a tu derecho irrenunciable a la igualdad, un bofetón en la cara a todas las mujeres, a ti también, Ana, una discriminación católica. Son términos de Antonio Duato.
Es un maltrato psicológico y permanente, el que te inflige a tí tu jerarquía católica. Puede ser papa cualquier persona hombre. Si no es católico y es elegido papa por los cardenales del papa, ha de ser bautizado de inmediato, y ordenado sacerdote.
Si no estoy mal informado, lo único que no puede ser el elegido para papa es mujer, pues vuestro sexo con vagina, por ser femenino, no puede -por su propia naturaleza, pues- acceder a vuestro papado católico, cuya esencia es de macho, machista a tope, Ana: así de irracional y estúpida es la ICR.
No es posible no calificar eso de maltrato, Ana, aunque Antonio no haya usado el término maltrato: tú misma lo has calificado de grave ofensa a la persona: a tu persona pues, Ana, a tí misma.
En castellano eso siempre se califica de maltrato, es inevitablemente un maltrato en todo caso, no puede eludirse el término maltrato, aunque Antonio no lo haya usado.
¿Cómo lo precisarías tú mejor? Tú que dices ahora que no te sientes maltratada, tú que dices que a ti no te maltrata nadie: vaya que sí te maltratan tus jerarcas Ana.
Claro, son tus jerarcas de tu ICR: entonces no te sientes maltratada y así dices que a ti no te maltrata nadie; te ciega que se trate de tu ICR, te maltratan y no quieres verlo. Muy católico; es lo que hace la inmensa mayoría de las mujeres católicas, que no se sienten maltratadas por ese maltrato, que viene de personajes tan santos e iluminados por el espíritusanto (el pensamiento mágico siempre dañando, fíjate hasta qué punto, que no te sientes maltratada).
Así no vais a cambiar nada en la ICR, negando la evidencia, negando que te maltratan cuando te están maltratando, Ana, tú que dices que “el término maltratar hay que utilízalo con mayor y mejor precisión”.
Dices: “a mí no me maltrata nadie, nadie”. Falso Ana, te están maltratando tus jerarcas en tu ICR, y te niegas a verlo.
P.D. Los insultos que utilizó Jesús (sepulcros blanqueados y raza de víboras y similares tienen que ver con el calificativo desbocado que me has aplicado, al decirme que estoy desbocado. Desbocado como Jesús, te he respondido.
Los mejores comentarios son los que aseveran que la mayoria de las mujeres pensantes, no quieren ser sacerdotes, porque el sacerdocio es un elemento del antiguo testamento. Jesús estuvo en contra del Sacerdocio, del Templo y del Culto sacrificial.
Además como dices, muy crispado, Javier , nadie que vea el gran desvío de la Iglesia con respecto a Jesús, un auténtico revolucionario y saltador de la Ley de Moisés, cuando se trata de defender a la persona humana y sus derechos, querrá meterse en esa estructura piramidal, que nos impide ser herman@s., el único mandamiento que nos dejó Jesús. Pero no me extraña tu crispación. También yo lo suelo sentir con bastante frecuencia y lo manifiesto. Sin embargo, creo que Ana tiene un sentido común que hace más llevadera la transición porque ese cambio de la igualdad de hombre y mujer con sus matices propios, va a llevar mucho tiempo, por lo menos mientras viva esa gerontocracia vaticana. Yo, en mi pequeño círculo no suelo perder la ocasión de protestar esa exclusión de la mujer en la Iglesia, lo cual entre otras cosas, la llevará a su muerte segura.
Agradezco el manifiesto de los curas de Vizcaya, pero creo que están muy lejos de lo que pensamos y sentimos las mujeres, que no queremos ser sacerdotes. Pero me parece muy buena la idea de que las mujeres no sigan frecuentando las iglesias, ni las misas ni los sacramentos. Eso, Javier, es una forma de lucha de las mujeres
Javier, el término maltratar hay que utilízalo con mayor y mejor precisión, y no sé qué tiene que ver esto con los sepulcros blanqueados y las víboras.
Si la discriminación de la ICR hacia vosotras las mujeres católicas no te maltatra, todo seguirá igual, Ana.
Tú estás bien así, y los jerarcas católicos también. No cambiaréis la ICR, como me suponía.
¿Paciencia, dices? Es hablar nada más, Ana: no hace falta paciencia, no hay nada que esperar. Seguiréis manteniendo vuestra ICR como está.
Los derechos fundamentales y todo eso, sí, bueno, es hablar, tú estás bien así, no te sientes maltratada.
El maltrato lo sufren otras, pero tú no: por eso sigues siendo católica en esa ICR maltratadora de las mujeres. No tienes problema, como la inmensa mayoría de los católicos.
¿Desbocado yo? Vaya, mujer ¿te suena lo de sepulcros blanqueados y raza de víboras …etc?
Jesús estába desbocado, indignado. Pero algún evangelista quiso vender a sus contemporáneos que era manso y humilde de corazón, le convino ponerlo en su evangelio, y quedó seleccionado como evangelio canónico, muy adecuado para la finalidad de esos evangelios.
Mantendréis vuestra ICR como está; a tí no te maltrata, dices, ni a la inmensa mayoría de los católicos les parece que les maltrate. Para vosotras está bien así, aunque criticarla un poco queda mono.
Pero sin pasarse, criticar lo justo para que nada cambie.
Bueno, sería inútil reflotar ese Titanic que es la ICR, no hay prisa, paciencia, que el tiempo es largo; sobre todo el geológico (el de las piedras … sobre esta piedra … yesos cuentos)
No me esperaba otra cosa Ana, ya conozco Atrio. Y ví el film ‘la vida de Brian’, varias veces. Dió en el clavo, ese film.
Uf, Javier, qué fuerte lo que dices…. Sólo decirte que a mi no me maltrata nadie, nadie, yo vivo mi vida con dignidad y lucho para que todo el mundo pueda vivirlo. ¡Estás desbocado…!
Dame cifras, por favor, Ana, de mujeres católicas enfrentándose contra la discriminación odiosa de la sois/somos objeto en la ICR
¿Es agotador leerme? Nadie te obliga a leerme, amiga; quizá es que no te gusta lo que me lees. Es que me he vuelto crítico con Atrio, por algo será, quizá es por Atrio y no por mí, quién sabe.
Más agotador debe resultarte luchar por ¿cómo se dice? ah, sí, purificar la ICR. Esa sí que es una tarea para cíclopes míticos. Pero como dices, no tenéis prisa, paciencia, paciencia. Yá. Yá ya.
Deberíais tener prisa, amiga mía, mucha prisa, y no dejar pasar ni una en esto.
Vamos al grano, Ana: lo que sucede es que no os respetáis lo suficiente, las mujeres católicas que seguís dentro a pesar del maltrato despectivo que os impone vuestra ICR, a pesar del cual seguís formando parte, como miembros (deberíais ser miembras, pero no llegáis a ese nivel) de la ICR.
Porque permanecer dentro de una ICR que os maltrata de esa despreciable forma, supone más fidelidad a la ICR que a vosotras mismas, Ana querida, más fidelidad a la ICR que a vuestras personas, que son lo mejor del mundo, lo primero a respetar, por encima, muy por encima, de un tinglado como la ICR.
Por mucho menos de eso me tuve que ir yo de vuestra ICR. Por necesidad de respetarme, de no asfixiarme, de sentirme yo mismo.
Un tinglado que os maltrata así, Ana, es una mierda. (La tiranía sólo alberga el fracaso, dicen ahora por Tv –es un peli, claro-)
Siempre puedes volver a ese tinglado cuando os respete. Pero bien sabes que eso tú no lo verás en tu vida.
¿Necesitas morir en la ICR? ¿Para salvarte? Me temo que sí. Menos pensamiento mágico, porfa,
libérate ya mismo amiga mía.
No me vengas con historietas.
¿Cómo te quedas dentro de un tinglado que os maltrata de esa forma por el mero hecho de ser mujeres?
Joder, que rabia e impotencia, amiga Ana, esos machos célibes obligatorios, jerarcas del corrompido papa de turno, que os maltratan así …
Yo no tengo coño sino pito, y tú coño y no pito ¿Eso es lo que marca la diferencia? Mierda de ICR, tiradla a la basura de una puta vez, Ana, al menos hasta que no os trate como personas. (con perdón que pido a las queridas putas, por este lenguaje que utilizo, llevado por esta mierda de maltrato católico)
Santiago, ¡calla eh! ¡¡no me vengas ahora con hipocresías kikas católikicas!! Maltratáis la hostia a Ana y demás mujeres católicas, como para aguantar ahora más hipocresías.
¿No ves Ana que utilizan el pensamiento mágico para discriminaros? ¿Lo ves o no, Ana?
Mientras, la violencia de género contra las mujeres, propiciada por la discriminación que la jodida ICR hace siglo tras siglo con las mujeres católicas hasta impregnarde esa maldita discriminación la cultura de sociedades católicas como la española, sigue arrasándolas en España, a ritmo de 60 o 70 asesinadas cada año a manos de sus parejas.
Que el diablo –que no existe, pues sois vosotros- no os confunda y os lleve con él, jerarcas católicos
Dispongo de poco tiempo par leeros con detenimiento y escribir con sosiego, pero entre chupete y chupete, mi nieto me regala algunos ratitos libres.
Javier, desgraciadamente las grandes cuestiones de la humanidad se consiguen con mucha paciencia, pero con mucha insistencia. La Declaración de los DDHH se consiguió tras centenas de milenios de la historia de la humanidad, el movimiento ecologista parecía una quimera cuando se inició, y el feminismo parecía cuestión de unas cuantas mujeres chaladas. A pesar de que intelectualmente y explícitamente son hechos aceptados teóricamente, estamos muy lejos de que en todos los países y lugares, en todos los pueblos y culturas, se acepten de facto.
Pues con el reconocimiento de la igualdad y paridad de las mujeres en la iglesia ocurre lo mismo, esto se ha puesto en marcha y no hay quien lo pare. Javier, lo que a ti te pasa, creo, es que te gustaría una varita mágica o un elemento fumigador de las realidades que no nos gusten y transformar la realidad en un pris pras. La historia no funciona así.
Por otra parte, tomando el símil de la levadura, estos movimientos actúan silenciosamente y, sin embargo, eficazmente. Quizá ni tú, ni el otro lo podremos ver, pero hay que luchar para que pueda ser, como dejó cantado Labordeta. Yo te aconsejo, si así me lo permites, Javier, que descanses un poco de patalear por patalear contra imponderables que llevan su curso y su ritmo. Aunque reconozco que cada cual tiene su manera de luchar por otra realidad. Además de que la realidad no es uniforme y monolítica, hay muchos matices. La mujeres católicas no somos sumisas ni tontas en bloque, los y las creyentes católicos no somos idiotas e irracionales, hay matices, y así sucesivamente.
Es agotador leerte tanto desprecio y tanta crítica global sobre un colectivo tan inmenso y tan variado como es la ICR. Ya te he dicho en muchas ocasiones que comparto tus criterios en muchos aspectos, pero no comparto tanto desprecio hacia tantísima gente que, dentro de sus circunstancias, son gente estupenda que no se merece esos ataques constantes. Yo tengo familiares muy cercanos, con unas prácticas y creencias religiosas que yo no comparto, pero, no sólo no se me ocurriría despreciar o ridiculizar su situación, sino que me merecen todo el respeto y cariño, porque no todas las personas partimos de las mismas circunstancias. Pues lo mismo pienso en la cantidad de lectores y lectoras de atrio que se encuentran decenas y decenas de desprecios a tuti ple y todos los días y varias veces al día. Y no confundo esto con lo que es la denuncia, la crítica y el análisis un poco más serio de una realidad. Ya sé que me vas a rebatir todo lo dicho, y quizá hasta te pueda haber molestado lo que te digo, por lo que te pido disculpas por adelantado.
Y no me hagas trabajar demasiado porque ando muy ocupada. Sabes que no suelo dirigirme a ti a no ser que tú lo hagas conmigo, como es el caso.
Antonio ha dicho dos cosas importantísimas: una que se trata de derechos humanos, y otra del derecho, y añado yo, la necesidad, de que las mujeres estén en los órganos de decisión.¿Cómo se puede comprender en sociedades democráticas que solamente hombres pueden elegir a una persona de tanta influencia mundial y especialmente, el que va a marcar el destino de la Iglesia? ¿Es que las mujeres no sabemos pensar ni decidir? Y no solamente en decidir quién va a regir la iglesia, sino toda la cantidad de decisiones que se han de tomar una organización mundial como la iglesia católica. Efectivamente, Antonio, es un escándalo y una blasfemia, además de una grave ofensa a la dignidad de la persona.
¿Dónde está esa mayoría de católicos, o de mujeres católicas, que saldrían a defender ese derecho fundamental, a la igualdad con los hombres, en el trato que reciben las mujeres católicas en la ICR?
Sois 1.200 millones de católicos; la mitad mujeres: son 600 millones de mujeres católicas.
Luis GM dice que algo se mueve en ‘el seno’ de la ICR. Ya, ya, que te crees tu eso, Luis: para empezar, en tu comentario sólo citas el nombre y cargo de dos hombres, que además son dos jerarcas de alto copete.
Menudo Movimiento, Luis: las mujeres católicas ¿se mueven también? ¿dónde, cómo y cuántas? NO, no: desgracadamente no se mueven nada de nada.
Me temo que por desgracia son muchas muchísimas infinitas más las mujeres católicas que aceptan la actual situación, que las que protestan algo o se mueven algo en el seno de la ICR para cambiarla en esto, o en algo.
Decir que se condena esa discriminación, con ser algo, es demasiado poco.
El tema es viejo, y la negativa del papa ha sido de lo más rotunda, poniendo a dios por testigo y autor de esa discriminación. De eso hace ya algunos años, creo recordar. Y no ha pasado nada, ni antes ni después de la afirmación rotunda del papa.
Todo ha seguido igual, las mujeres eran, son y desgraciadamente seguirán siendo la inmensa mayoría de las personas católicas que acuden a las misas católicas en todo el mundo católico.
Sólo con que las mujeres católicas dejaran de ir a misa mientras no se corrija del todo esa intolerable discriminación, se les pondrían los pelos de punta a los jerarcas (al papa Ratzinger ya no, a ese, que le quiten lo bailado, ahora que se retira como un divo en su Estado Vaticano –separación Iglesia/Estado en el Vaticano ¡ya mismo, por ‘dios’!-)
Pero ni siquiera la consideran discriminación, así tienen el cerebro.
Los disidentes católicos, Luis GM incluído, podrían liderar en bloque esa acción ya mismo: mujeres católicas no vuelven a pisar una iglesia ni asisten a una misa hasta que no se les admita en igualdad de trato en el sacramento del orden y en la jerarquía –mismo número de obispas que de obispas-, claves para ocupar puestos dirigentes en la ICR y en el Estado Vaticanesco.
La cosa por tanto es muchísimo más grave de lo que el comportamiento del pueblo católico muestra: me temo que por desgracia la inmensa mayoría de los católicos, no sólo de las católicas, acepta la situación sin pestañear, sin inmutarse, e incluso niegan que haya discriminación alguna (el consabido truco de afirmar que las buenas mujeres católicas lo aceptan líbremente, al ser esa la voluntad del señor –de dios, quiero decir-, sin sentirse discriminadas de ninguna forma ante semejante exclusión, porque dios dirige sus sentimientos y se los mantiene en la paz del señor, paz y bien y esas cosas.
Seguro que el amigo Santiago no admite que haya en esto exclusión ni discriminación de ninguna clase ¿no Santiago?; creo haber tenido esta discusión ya en Atrio contigo sobre esto hace años).
Por el contrario, cuando el papa decide gastar 50 o 100 millones de euros en darse una vuelta por su feudo España (por ejemplo en las últimas JMJCatólicas), entre kikos, opus, legionarios, comunión y liberación, y similares etc, etc reúnen con facilidad más de un millón de personas para dar culto a la personalidad del papa, que es el causante directo (y no dios, que no tiene nada que ver ni interviene para nada en nada) de esa intolerable discriminación de las mujeres.
Quizá así centremos un poco mejor el penoso espectáculo que da la ICR, imagen penosa que queda totalmente disfrazada, ante la inmensa mayoría de los católicos que se ven por Tv, disfrazada digo esa imagen de la ICR de bondad, caridad, intervención de dios que asiste a los dirigentes de la ICR y a los asistentes a esos espectáculos de afirmación patriótica, salvación y demás caretas similares que utilizan constantemente los dirigentes católicos para ofrecer una imagen de exitosa obra divina, que es como se presenta la ICR ante el mundo.
En estos días la Conferencia Episcopal alemana está celebrando en Trier la reunión de la primera parte del año, teniendo como tema de estudio “El papel de la mujer en la Iglesia Católica”.
El Cardenal Karl Lehmann, actual arzobispo de Mainz y que fue durante muchos años presidente de la Conferencia Episcopal alemana exhortó a la Iglesia a aprobar una iniciativa para la ordenación de las mujeres. Según las noticias de las agencias, el Cardenal afirmó que después de años de investigación llegó el momento de tomar una decisión “buena y vinculante”. Según el Cardenal Lehmann, es necesario encontrar para las mujeres posiciones de trabajo convincentes que impliquen también la bendición sacramental, por lo que pidió al Vaticano comprobar esta posibilidad
De todas formas, el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Robert Zollitsch descartó que se llegara a plantear la propuesta de ordenar a mujeres como sacerdotes.
Pero, como véis, algo se mueve en el seno de la Iglesia.
Lo que sucede en la ICAR atañe a toda la humanidad pues es la mayor agrupación religiosa organizada del mundo.
Y lo que está pasando en ella es que una minoría ultraconservadora está marcando el rumbo, impidiendo todos los cambios que habían solo empezado en el Vaticano II.
A lo que más se resiste esta minoría en el poder de la ICAR, en contra del mayoritario sentido de los católicos, es a permitir la igualdad de la mujer en la Iglesia. Solo por defender ese derecho a la igualdad están hoy todavía excomulgando. Véase el caso Bourgeois.
No se trata del sacerdocio de la mujer. Se trata del derecho de las mujeres a asumir responsabilidades de gobierno en su asociación religiosa en plena paridad con los varones. Ahí no cabe lo de “eres libre, lo tomas o lo dejas”. Se trata de derechos humanos irrenunciables.
El que en la Iglesia Católica Romana se mantenga una discriminación de hecho y de derecho a las mujeres es un bofetón a la dignidad de la persona humana que no podemos seguir soportando como personas, pues un bofetón en la cara a todas. Y si además uno es creyente en Dios y en Jesús es una blasfemia contra el nombre de Dios. ¡Basta ya!
Otra cosa es que con conceder la posibilidad de acceder al sacerdocio y al episcopado no se resuelva todo si se mantiene una estructura clerical y absolutista del poder. Pero la experiencia muestra que si se diera ese paso, aún con dificultades, otras cosas cambiarían también. Como en el caso de la obispa alemana Margot de que hablamos en ATRIO en otra ocasión.
Y esta ocasión histórica de un cónclave muy especial es el momento para incedir la opinión pública mundial con un ¡Basta ya a la discriminación católica a la mujer! que pueda llegar a la conciencia de algunos de los 117 inevitables electores (inevitables hoy) e influya en elegir un papa abierto al diálogo, que es por ahora lo único que podemos esperar.
También está el problema en la mujer católica, Ana; y en los hombres católicos, no sólo en el sacerdocio como tú pretendes.
No es normal que la mujer sea por ser mujer radicalmente excluida del acceso a la dirección de cuanto hay en el grupo (en este caso la ICR) al que se supone pertenece libremente –en muchísimos casos no es libre esa pertenencia, pues les lavaron el cerebro poco a poco desde que las bautizaron cuando no podían defenderse-, y sigan las mujeres formando parte de ese grupo sin tensión ni protesta alguna (por poner un ejemplo cercano en Atrio, Virginia; hay muchísimas Virginia en la ICR).
Los términos usados por los machos que manejan todo en ese grupo (la ICR) son muy adecuados para describir lo que sucede desde hace demasiados siglos: ovejas, redil, pastores infalibles inspirados e iluminados por dios, por el espíritu de dios, y por la virgen y un ejército de santos y ángeles… que habitan un mundo imaginario con demonios y con infierno y todo.
Todo ese poder de esos machos y su nefasta doctrina católica viene de un machismo exacerbado, el de la sociedad en la que vivió Jesús hace dos milenios, machismo que perpetúa la ICR interesadamente, lo mismo que perpetúa interesadamente el pensamiento mágico que padecía la sociedad en la que vivió Jesús, y el mismo Jesús.
La perversión, o depravación, o desviación, o como se le quiera llamar –no me resulta fácil dar con el término más adecuado- que perpetúa la ICR, por puro interés de su negocio eclesial católico, es de lo más dañino para la sociedad entera, no sólo para las víctimas/fieles de esa ICR; y es muy difícil de erradicar, entre otras cosas porque la ICR es muy poderosa y lleva demasiados siglos especializada en enraizar su poder en la sociedad civil.
Es muy poderosa la ICR, también porque ha lavado y sigue lavando el cerebro a demasiadas personas; la ICR es muy experta en lavar el cerebro a ‘sus fieles’, sus ovejas (súbditos obedientes, terminología católica del catecismo), para lo cual manipula constantemente la idea de dios, manipulación en la que se ha convertido también en una experta profesional, tras tantos siglos de especialización en todo ello.
Así, las víctimas (los fieles, mujeres y hombres) colaboran eficazmente en todo ello con su verdugo, la dirección de la ICR, la jerarquía y sus curas, convencidos crédula e ingenuamente que eso ‘es la voluntad/ley de dios’, falacia/escándalo que tira de espaldas, pero que está ahí y pasa desapercibida a casi todos los católicos, porque los han hecho católicos y siguen siendo católicos, no se pueden salir de todo ese tinglado, aunque ellos creen que sí pueden y que no quieren, claro.
El sacerdocio fue denunciado rotundamente por Jesús, al cual los sacerdotes hábilmente han manipulado totalmente, convirtiéndolo en su primer sacerdote, con la inestimable colaboración de la mujer católica.
También es pues el problema el sacerdocio, profesión clave en el negocio eclesial católico, pero no en menor grado es también el problema la mujer católica. Y el hombre católico, sacerdote o simplemente fiel católico.
Fíjate no más, querida amiga Ana, cómo González Faus –nada sospechoso de ser un enemigo de la ICR-, en el link que nos ha puesto en-red en la columna de la izquierda ‘¿a dónde vas, Pedro?’, recoge al final aquella frase: “no pareces sucesor de Pedro, sino de Constantino”.
Se refiere a todos los papas, sucesores de Constantino y nombradores de todos los obispos, de todo el magisterio, los que hacen la doctrina católica y todo en la ICR; se carga toda la llamada sucesión apostólica, pues afirma que los papas son de hecho –quitados los disfraces- sucesores de Constantino, no de Pedro; y tiene razón.
Y la frasecita la repite el propio Ratzinger, el que os excluye sin pudor alguno a las mujeres por el mero hecho de serlo, como hacen todos los papas, diciendo que esa es la voluntad de dios.
El problema es pues muy profundo, Ana, y no es sólo del sacerdocio, como tú pretendes: la ICR está corrompida hasta el tuétano desde hace demasiados siglos y aumentando, y eso llega hasta el tuétano de los católicos, mujeres y hombres, que la mantenéis y la percibís bajo el disfraz de santa y protegida por dios, soñando ingenuamente con ‘purificarla’.
Y eso nos afecta profundamente a toda la sociedad civil, no es un problema privado, de puertas a dentro de vuestra ICR, ni exclusivo de vuestra ICR.
Cambiar el sacerdocio (lo cual además no es posible en la ICR, nadie lo va a cambiar, bien lo sabes, Ana) es cambiar la mayor parte de la ICR, papas y magisterio incluidos, su doctrina … Y no bastaría.
Ni suprimirlo sería tampoco suficiente, aunque sí un paso adelante en el buen camino de liberación. Es imprescindible acabar con el pensamiento mágico, pero los sacerdotes lo impiden, pues se quedan sin negocio, si nos libramos del pensamiento mágico.
Lo mejor, con nuestras escasas fuerzas y grandes limitaciones, es ponerse a salvo de esa ICR, pero es muy poderosa, está profundamente implantada, y su sombra es demasiado alargada.
Lo último que yo desearía es que una mujer fuese sacerdotisa en este tipo de sacerdocio, como casta apartada de la comunidad, y, encima, disfrazados de romanos etc. etc. Pero sí condeno el que a una mujer se le impida acceder a algo, por el hecho de ser mujer, como si quiere vestirse de lagarterana… El problema está en el sacerdocio, no en la mujer.
Olga querida,
Un concilio ecuménico es una asamblea celebrada por la ICR con carácter general a la que son convocados todos los obispos del papa para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla.
Dado que todos los obispos los han puesto a dedo los papas involucionistas Wojtyla y Ratzinger, ya sólo por ello de un concilio ecuménico no puede salir ninguna doctrina que contradiga la de esos papas.
Si los obispos los eligiera el pueblo, como fue al principio, podría salir algo bueno de un concilio ecuménico: pero en esa dictadura católica no puede salir nada bueno de un concilio, todo seguiría igual o peor que antes del concilio.
Además no hay ninguna conclusión en un concilio si no lleva la firma del papa: con lo cual el cerrojo es doble, está todo atado y bien atado, es una dictadura de doble/múltiple cerrojo.
Para la validez de los ‘acuerdos’ de un concilio ecuménico es preciso, como condición sine qua non, la sanción (la firma, el placet, el visto bueno) del Sumo Pontífice Romano.
Incluso aunque los obispos dejaran de serlo del papa y empezaran a serlo del pueblo, elegidos democráticamente por el pueblo entre los que mejor se parecieran a Jesús, hoy el pueblo en la ICR es en su inmensa mayoría ultraconservador. Elegirían obispos del opus de Escribá, legionarios de Maciel, kikos de Argüello y similares: con lo cual ninguna posibilidad de cambio a mejor se daría.
Ya sería un avance que el pueblo eligiera democráticamente a los llamados obispos: pero hoy el pueblo católico es en su inmensa mayoría ultra como sus papas.
Los disidentes católicos son muy pocos, no están organizados y no tienen ningún plan ni estrategia para intentar cambiar la nefasta organización/estructura dictatorial de su ICR.
Así que proponer “que la posibilidad de que las mujeres puedan acceder al ministerio sacerdotal sea algo decidido en un concilio ecuménico” me parece irrisorio.
Y además (otro cerrojo dictatorial más) si hubiera la más mínima posibilidad de que un concilio ecuménico estableciera la posibilidad de que las mujeres puedan acceder a ser curas y jerarcas, el papa, que es el único que puede convocar un concilio ecuménico, no lo convocaría, y asunto concluido.
Creo que hoy un concilio ecuménico llevaría a la ICR más hacia la ultraderecha aún, atravesarían la pared para llegar a más ultraderecha todavía (si los límites del universo lo permitieran).
No veremos ningún concilio ecuménico que establezca la posibilidad de que las mujeres puedan acceder al sacramento del orden, ni al magisterio católico, ni a la jerarquía ni al papado; seguirán las mujeres, monjas o similares, eso sí, limpiando los aposentos de los jerarcas católicos, haciendo las tareas propias de su sexo en la ICR al servicio de los machos sacerdotes según la doctrina católica.
Salvo excepciones que confirman la regla, las mujeres católicas asumen sin chistar ser un segundo sexo en su ICR.
Que el foro de curas de Bizkaia ponga a las mujeres que quieran, o se pongan ellas mismas si se atreven, a celebrar misas, a consagrar hostias, a confesar dando la absolución perdonando en nombre de dios.
Mientras lo hagan en pisos particulares sin que nadie se entere, no pasará nada (es la hipocresía propia de la jerarquía católica).
Pero en cuanto lo hicieran en locales con cierta audiencia pública, o saltara a los medios la iniciativa práctica de esas mujeres (apoyadas por esos curas del foro, que ellas solas …) las excomulgarían de inmediato, junto con los curas del foro que las hubieran apoyado, ayudado o inducido.
Hola!
Yendo en la línea de Sergio Zalba, los brasileros tienen una forma muy bonita de decir lo que yo pienso en torno al “sacerdocio” mismo, sea de mujeres o de varones.
Acerca de las “razones” aludidas, dicen los brasileros
– “¡Usted tiene razón!
– Mas, esa razón que Ud. tiene, es poca cosa!
– Y eso poco ¡no vale nada!”-
………….
Porque yo me pregunto: ¿Sacerdocio de qué cosa “sagrada”?
¿Me explico? ¡Voy todavía! – Oscar.
Antes de que la mujer acceda al sacerdocio, habría que reformularlo por completo. Sería una verdadera pena que también haya mujeres proponiendo y defendiendo un sistema clerical completamente ajeno al evangelio de Jesús, como el actual.
Querido Javier: ¿Por qué supones lo peor? Si solo fuéramos a hacer los gestos de protesta y oposición solamente cuando tuviéramos la fuerza, no haríamos nunca nada. Yo creo que aunque no les hagan ni caso, está bien que lo hagan, o si no las feligresas los matan o los tiran al mar, como hicieron en Bermeo las sardineras con una división de italianos de mano larga. Estas emakumeak se las traen.
Estos curas del foro de curas de Bizkaia están en babia:
“4.- Finalmente, proponemos que la posibilidad de que las mujeres puedan acceder al ministerio sacerdotal sea algo decidido en un concilio ecuménico …”
Pero bueno, ¿acaso estos curas no saben que en un concilio ecuménico votan los jerarcas -que han sido todos puestos a dedo por los papas de la involución, y cualquier decisión que aprueben, si no lleva la firma/referendo del papa, no sirve para nada?
¿Es que no saben que todos los obispos lo ha puesto a dedo el papa?
¿Qué van a votar unos obispos y cardenales puestos a dedo por el papa? Pues evidentemente lo que quiera el papa, o sea, lo que hay hoy
Cuánto paripé.
Y por si acaso el dictador Jefe del Estado Vaticano se reserva el poder de no aceptar, si le sale, lo que voten los jerarcas en un concilio … pues para eso led hace decir que él, el papa, es infalible.
Lo dicho: la ICR no tiene arreglo posible, no hay modo de purificarla, de podrida a tope que está.
Los curas de ese foro de curas sin duda saben que un concilio ecuménico, que se celebra con/por obispos y demás jerarcas nombrados todos a dedo por los papas de la involución Wojtyla y Ratzinger, nunca podrá admitir que esos ‘seres secundarios’ que dice falsamente la biblia que dios creó de una costilla de un macho, las mujeres, puedan acceder al ministerio sacerdotal, si no es para lo que ahora hacen: limpiar, hacer camas, y demás tareas domésticas al servicio de los del llamado sacramento ‘del orden’ que, falsamente, dicen que no han venido a ser servidos sino a servir …
Así va la ICR. …
De verdad, que no quieren que la ICR cambie, pero sí fingirlo un poco …
P.D. José Ignacio Ardid: la ICR ya es una secta
http://search.mywebsearch.com/mywebsearch/GGmain.jhtml?searchfor=la+Iglesia+la+mayor+secta+del+mundo&id=XPxdm049YYes&ts=1361456951175&ptnrS=XPxdm049YYes&n=77DE8857&ss=sub&st=hp&ptb=FB978820-3BD7-4B59-9295-E9409EEA8EC1&tpr=sbt&si=61531
¡Paz a todos!
Esta carta como el mensaje que nos aporta no es más que un signo más del cambio de paradigma que está acaeciendo en estos tiempos dentro y fuera de la Iglesia.
La aceptación de la Jerarquía, si no quiere que la Iglesia acabe siendo una secta, no es más que una cuestión de tiempo. Algunos mantienen la esperanza que el nuevo Papa será aperturista y ayudará a entender y promover estos cambios. Uno piensa que debe ser desde la base el lugar donde vayan surgiendo estos nuevos vientos que renueven los viejos edificios.
Saludos,