Dos pequeñitas cosas,
pajarillo y ramito con hojas,
llenan el horizonte de belleza
con fondo de luz de aurora.
¿Será presagio de esperanza,
el que los pequeños puedan
limpiar de basura la tierra,
llenándola de vida y belleza?
Nada poderoso ni fuerte
en el panorama apunta,
por ello, sin duda,
este entorno amoroso,
a nuestra razón, la subyuga.
Delicado equilibrio, levedad del aire entre las plumas y los ligeros huesos del pajarillo que no logra doblegar la fina rama del rosal.
También para cantar, Jaume.
Del silencio, que es presencia, surgen las más variables formas armónicas sobrecogiéndonos.
A nuestro siempre querido Sarri, desde eso que compartimos.
Bonita y hermosa foto.
El pájaro se sustenta en la Presència que la de convicción para volar con seguridad, certeza.
Dos pequeñitas cosas,
pajarillo y ramito con hojas,
llenan el horizonte de belleza
con fondo de luz de aurora.
¿Será presagio de esperanza,
el que los pequeños puedan
limpiar de basura la tierra,
llenándola de vida y belleza?
Nada poderoso ni fuerte
en el panorama apunta,
por ello, sin duda,
este entorno amoroso,
a nuestra razón, la subyuga.
¿Es posible que esto hable de vida,
Cuando todo en ella entraña muerte?
Fondo sublime que preludia la noche,
Tonos suavizantes cantan a la ausencia.
Hojas que se desprenden de su tersura,
De enmudecidos colores presienten
Sus aires dignamente envejecidos,
En la docilidad del tallo que les sostiene.
Cada día es distinto su semblante,
Tan rápido y lento su cambio,
Que no pierde sabor en belleza,
Gran momento de paz y descanso.
Ahora más que nunca no hay temor.
Y como una pluma acariciante,
Que se aproxima sin lastimarse,
El pajarillo deja sentirse en su peso.
Vida y muerte en el rosal se aparejan,
Se renuevan en un beso unificante,
Donde el ser ya no es olvido,
Y se hace en lo diverso penetrante.