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Nos llega un grito desde Birmania

Ante tanta catástrofe propia,  en la que el empobrecimiento de la población se extiende, los desahucios se cuentan por miles, y el Gobierno manifiesta mantener impasible el ademán, y otros tantos problemas internacionales candentes, Birmania (Myanmar) se ha ido desdibujando como problema y como noticia.

Hace varios meses que los medios de comunicación españoles no nos hablan de Birmania, aunque hace unos días lo hicieron algunos con motivo de un terremoto que dejó varios muertos y heridos y numerosos daños. Y llega también ahora la gran noticia de que, por primera vez, un Presidente de los Estados Unidos visita Birmania y se entrevista con la Premio Nobel de 1991, y ahora parlamentaria birmana, Señora Aung San Suu Kyi,  durante tantos años encarcelada y en arresto domiciliario.

Es evidente que esta visita no sería  posible sin el conocimiento y cierta aquiescencia del Gobierno Chino. El gran vecino de Birmania, China, cuya influencia  en el país es especialmente decisiva, vive  momentos de relevo en su cúpula dirigente y en los Estados Unidos, como es sabido, acaba de producirse también la reelección de  Obama como Presidente.  Deseamos ardientemente que ambos hechos contribuyan a enmarcar el proceso económico-político  de Birmania hacia un futuro de paz, de respeto a los derechos fundamentales de las personas, de desarrollo político hacia la democracia plena (sabiendo que la democracia es un proceso vivo que nunca alcanza su plenitud)  y de fortalecimiento de la sociedad civil.

El 12 de noviembre de 2010 Aung San Suu Kyi fue librada de su arresto. En abril de 2012, en las elecciones parciales al Parlamento birmano, Suu Kyi y varios de sus seguidores obtuvieron escaño. Posteriormente el 16 de junio de 2012 pudo acudir a Oslo a recoger el Premio de Nobel de la Paz que le había sido concedido en 1991. A los pocos días el 20 de junio acudió a recoger el doctorado honoris causa que le había concedido  la Universidad de Oxford en 1993.

Fue mucha la ilusión producida por la política de cambios del Gobierno de Birmania que desembocó en la liberación de la Premio Nobel de la Paz y la de cientos de prisioneros políticos, en la legalización del partido de Suu, la Liga Nacional para la Democracia (N.L.D), y la obtención  de escaño parlamentario por algunos de sus miembros.

Pero frente a estas señales de esperanza, se cernía la convicción de que no es fácil salir de una dictadura tan férrea y cruel como la que asoló Birmania desde el golpe de estado de Ne Win (1962) hasta nuestros días. Y eran, y son, muchos los temores e incertidumbres: la evidencia de la persistencia  de estructuras militares y políticas no concordes con los principios democráticos; el temor cierto a que los comportamientos de abuso de los derechos humanos no son fácilmente reconducibles y que se necesita mucha convicción, mucha fuerza política, mucha educación y mucho coraje para cambiar comportamientos de abuso asentados en el ejército y en grupos de poder desde hace décadas.

Pero pese a los temores sobre lo duro y largo que podría ser el camino de Birmania hacía la democracia y de la previsible endeble fuerza que, dentro de el país y ante el poder militar, podría tener la voz de Suu Kyi y la Liga Nacional para la Democracia, pese a esos temores, decimos, cierta apatía informativa (aventada por el propio oscurantismo del régimen),  sigue cerniéndose sobre la realidad birmana.

En esta tesitura, entre el miedo y la esperanza, entre las contradicciones de las palabras conciliadoras y los abruptos hechos que muchas veces las desmienten nos llega también ahora, como para despertarnos de la molicie, la voz desgarrada de un grito de dolor y de angustia que clama justicia, la historia de NGWA MI (nombre ficticio pero persona real), violada en comandita,  en los locales de una iglesia del Estado birmano de Kachin

Fue el 1 de mayo de este año de 2012, los soldados del Ejército Birmano encontraron  a NGWA MI,  de 48 años, resguardada sola en una iglesia del Estado Kachin, al Norte de Birmania. Muchos otros vecinos del lugar habían huido de la zona por miedo al ataque. Unos diez soldados  la golpearon con las culatas de sus rifles, la apuñalaron con cuchillos, la desnudaron y, desnuda, la violaron en cuadrilla durante un periodo de tres días en la iglesia.

Este abuso fue presenciado por otro lugareño, YU TA GWI, de 59 años, que fue capturado mientras cuidaba de su esposa paralizada. Él estuvo atado en el recinto de la iglesia fue pateado y apuñalado por las tropas birmanas. Una vez que las tropas se fueron el 4 de mayo él y NGWA MI fueron encontrados semiconscientes por algunos vecinos  de Kachin y llevados al hospital de Pang Wa. NGWA MI, una abuela con 12 niños, se pudo reunir con su familia pero está ahora mentalmente trastornada.  Todo ello de acuerdo con el relato que Burma Campaign UK, organización de apoyo a Birmania en el Reino Unido que ha publicado en un pequeño díptico sobre el tema.

La violación en grupo y la tortura de NGWA MI no es un caso aislado, sigue informando Burma Campaign UK. El ejército birmano ha incrementado el uso de la violencia y la violencia sexual contra las mujeres de diversa etnia, pero la comunidad internacional sigue ignorando este horrible abuso contra los derechos humanos.

Estos hechos, que por desgracia se dan también en otras partes de mundo, no pueden ser silenciados ni minusvalorada su importancia por la circunstancia   desgraciada de su cotidianeidad en zonas de guerra , de conflicto, dictaduras o simplemente despobladas

¿Qué hacer? Burma Campaign UK propone intentar hacer visible tan dolorosa realidad: Hacer visible lo que permanece desconocido y oculto por mor de muchos intereses en juego y por la vorágine de los problemas que la crisis y el devenir político, ha traído a las naciones y a los pueblos. Por ello ha propuesto que se escriban cartas a la atención de William Hague MP Secretario de Estado para lo Asuntos Extranjeros y de la Commonwealth del Reino Unido o a la propia sede de Burma Campaign UK, 28 Charles Square. London N1 6HT, en Inglaterra, solicitando que se dé conocimiento de estos hechos  y violaciones al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y se tomen las medidas y acciones adecuadas para detener los ataques impunes contra las personas, vulnerando los derechos humanos básicos.

Por nuestra parte podríamos hacerlo también al Ministro de Asuntos Exteriores de España, y quede aquí constancia de la solicitud.  Aunque sinceramente pienso que, en la actualidad, no es fácil llevar adelante desde España  esta iniciativa, porque no existe una opinión pública suficientemente sensibilizada para ello. Pero sí debemos hacernos eco en los medios de comunicación y en nuestros grandes o pequeños círculos de relación de estas dolorosas realidades.

Pienso que, pese a la visita del Presidente Obama que marcará probablemente un antes y un después, el camino a seguir será largo y proceloso y el pueblo birmano seguirá necesitando de las voces libres que puedan hacerse eco de sus venturas y desventuras en el camino incierto hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos básicos.

Hoy (20-11-2012) podemos leer en la prensa diaria las palabras cautelosas de Suu Kyi: “El momento más difícil en cualquier transición es cuando pensamos que el éxito está a la vista. Tenemos que tener mucho cuidado parar no ser atraídos por un espejismo de éxito”.

ANEXO:

VERSIÓN DEL MODELO DE CARTA QUE (EN INGLÉS) FACILITA BURMA CAMPAIG U.K.

Pese a algunos bienvenidos cambios políticos en Birmania, incluyendo la libertad de prisioneros políticos de alto perfil, cientos de prisioneros políticos permanecen en las cárceles de Birmania y detenidos en condiciones inhumanas. El gobierno de Birmania niega oficialmente la existencia de prisioneros políticos.

La comunidad internacional no debe olvidar a los prisioneros políticos birmanos. Debe formarse una Comisión Internacional, con la participación de Naciones Unidas para investigar como muchos prisioneros políticos permanecen en las cárceles de Birmania y procurar su liberación .

También se han incrementado los abusos contra los derechos humanos en Birmania, incluyendo violencia sexual y violaciones por parte del Ejército Birmano contra mujeres pertenecientes a otras etnias. No puede permitirse que esto continúe.

Las Resoluciones 1325 y 1850 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tienen por objeto establecer el final de las violaciones y la violencia sexual contra las mujeres en áreas de conflicto violencia. Sin embargo ninguna acción se ha emprendido en relación a Birmania.

Usted debe asegurarse en primer lugar de que el Consejo de Seguridad de naciones Unidas se da por enterado de lo que sucede en Birmania y consecuentemente emprende acciones eficaces para detener estos ataques.

  • Enviar a : Ministro de Asuntos Exteriores. Plaza de la Provincia, 1 – 28012 Madrid.
  • Con copia a: Burma Campaign UK, 28 Charles Square. London N1 6HT, Inglaterra
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