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La iglesia privilegiada

Una de las cosas que más están dando que hablar, en nuestro calamitoso tiempo de crisis y en esta España de tantos problemas y tantas corrupciones, es el hecho de que la Iglesia Católica sea una de las pocas instituciones que no han sufrido recortes, ni económicos, ni legales, ni fiscales. La Iglesia, dicen ahora algunos medios, quizá tendenciosamente, “no tiene que apretarse el cinturón”. ¡Hombre!, decir esto, así, sin más, resulta tendencioso.

Porque los hombres de Iglesia (y las monjas), a fin de cuentas, son españoles. Y aquí no hay ni un solo español que no esté sufriendo las consecuencias de la crisis. Lo que pasa es que, como bien sabemos, no todos los españoles estamos cargando con las consecuencias de la crisis por igual. Y, en este sentido, es evidente que las “personas consagradas” están siendo también, en asuntos de bastante peso, “personas privilegiadas”.

Yo sé que es desagradable hablar de este asunto. Lo que ocurre es que, si uno mira hacia atrás, y se pone a recordar lo que dicen los evangelios sobre el tema del dinero, se queda pasmado. Porque es tremendo el lenguaje de Jesús sobre este asunto. No, ciertamente, sobre la “producción” de bienes de uso y consumo, sino sobre la “distribución” de la riqueza. Parece bastante claro que Jesús se dio cuenta de que el afán por el dinero, legitimado y justificado como medio o instrumento para hacer apostolado, es uno de los engaños más peligrosos que padece el clero. Jesús mandó a los apóstoles que fueran a evangelizar, ordenándoles que no llevaran ni calderilla. Que se fueran a la tarea con lo puesto y nada más. A juicio de Jesús, el dinero es un estorbo, si lo que se pretende es hacer presente en este mundo el Reino de Dios.

No digo estas cosas como perorata para exhortar a la ejemplaridad. El problema es mucho más grave. Lo que está en juego no es la “ejemplaridad”, sino la “autenticidad” de quienes pretenden hacer presente, en este caos de miserias e injusticias, el recuerdo de Jesús. La crisis se ha hecho ingobernable porque la corrupción y la desvergüenza han llegado a donde no podíamos imaginar. Así las cosas, esto no se arregla sino mediante una regeneración ética del tejido social, empezando por quienes en él tienen mayores responsabilidades, sobre todo en cuanto se refiere a responsabilidades de orden moral y de integridad ciudadana. Y en esto, es evidente que los responsables de la Iglesia tendrían que ser los primeros en aparecer como los más y mejor dispuestos a afrontar una forma de vida, que sea transparente y que se convierta en un reclamo para todos los que buscamos más nuestra ganancia que remediar las desigualdades sociales y el sufrimiento de los que peor lo están pasando. Y quiero dejar constancia –antes de seguir con el tema– que en mi vida he tenido la suerte de conocer, y muchos conocen, obispos que son hombres ejemplares, que han dado y siguen dando lo mejor de sí mismos, algunos de ellos hasta dar la propia vida y, por supuesto, con una integridad y una ejemplaridad que jamás podré olvidar. Así lo he palpado, en no pocos casos, lo mismo en España que en otros países de Europa y en América Latina.

En todo caso, y dejando claro y firme lo que acabo de decir, no creo que sea demagogia barata afirmar que me encantaría ver el día en que la Conferencia Episcopal Española tome la decisión de que todos los obispos conviertan sus palacios en centros culturales al servicio de la gente, que se vayan a vivir como cualquier vecino en cualquier casa o piso alquilado (como ya he visto en más de un caso), que se despojen de mitras, báculos y ornamentos dorados, que viajen en los autobuses urbanos o de línea, como todo ciudadano que no pretende ir por la vida como un notable, que cada año den cuenta detallada del dinero que ingresan y del dinero que gastan, que sean amigos de sus sacerdotes, que renuncien a todo lo que sean privilegios, que vivan con sencillez. Y, sobre todo lo demás, que las grandes preocupaciones de cada obispo fueran las mismas que se palpan en cada página del Evangelio: la preocupación por los pobres, por los que sufren , por los enfermos, por lo que preocupa a quienes se ven peor tratados por la vida. Ese día, esta Iglesia empezaría a tener una fuerza de transformación en la sociedad que ahora mismo, por desgracia, no tiene. Si es que de verdad tenemos fe –en este año de la fe que ha proclamado el papa–, ¿no estaríamos viendo el renacer de una Iglesia, que sería levadura en la masa, como dijo el Señor?

63 comentarios

  • Santiago

    gracias Iñaki por tu interés y por tus palabras. Yo tambien admiro a Juanel en sus oportunos comentarios sobre todos estos temas existenciales y universales.
    No cabe duda que has dado “en el clavo” en lo que constituye lo fundamental del amor, que consiste no solamente en dar, sino en “darse” uno mismo, y sentirnos mas aun felices cuando conseguimos hacerlo. Sin embargo, esto es una consecuencia del amor de Cristo, de donde proviene la verdadera caridad. Porque para poder nosotros ser “dioses” ese “amor universal de Dios que envuelve el Universo” es el que nos quiso traer aquí, quiso nuestra existencia terrestre, la mantiene, la sostiene, la anima, la defiende y finalmente la dirige hacia una felicidad perpetua. Y como dices esa “capacidad nuestra de recibir y dar amor” en las mas dificiles circunstancias de esta vida es “la evidencia” práctica de la “omnipotencia e inmortalidad” del Dios que es PURO amor. Te he “scored” muy alto por tu comentario que posee un alto contenido humano y al mismo tiempo espiritual, querido hermano Iñaki.
    Por otro lado, no creo que tu fe sea menos que la mía, ni la de mi amigo Juanel. La fe es meritoria en cuanto supone el trabajo que se realiza en un “claro-oscuro”. La fe ya no será necesaria despues de nuestra muerte, pues entonces solo existirá la claridad de la visión. Pero la prueba de la fe corresponde a un acto de la voluntad, claro, con una base de evidencia y de razones, pero en su misma naturaleza, la fe  no implica necesariamente una certeza absoluta como en la vision de la gloria, sino mas bien nos ofrece el mejor camino hacia “la luz” que se nos presenta como posible y como verdadera. Por otro lado, tanto el que cree, como el que no cree, tiene momentos en que puede decir: “quizas” podría la tesis contraria ser cierta. Esta oscilacion impide que tanto el creyente como el ateo se “cierren” en sus propios mundos y precisamente es la duda la que se convierte en una avenida para la necesaria comunicación humana. Parece como si el camino basico de la existencia humana, que permitiera encontrar un propósito a la propia vida, se desenvolviera entre la duda y la fe, entre la tentación y la certeza.
    En cuanto a lo incomprensible que a veces nos parece los designios de Dios, hay que recordar que lo basico de la Creación es la libertad. Dios creó la libertad y en esa libertad, Cristo, el Hijo, aceptó por amor todas las consecuencias que esa libertad implicaba. Nadie forzó a nadie.Y por eso “murió por nuestros pecados” porque sin necesidad alguna, optó por aceptar el sacrificio de la Cruz en la libertad, amándonos, como dice su discipulo Juan, “hasta el extremo”. De la Resurreccion la evidencia reside en los testigos de ella que prefirieron dar su vida a decir que era una mentira o un invento. La unanimidad de la muerte de todos los Apostoles de Cristo defendiendo la causa de la fe -principalmente en que el Crucificado verdaderamente había resucitado- es un hecho muy significativo de la Iglesia primitiva, el principal “kerygma”, de que aquel hecho fue verdadero y que constituye la base fundamental de la expansion del cristianismo.    un abrazo    de Santiago Hernández       

  • Iñaki S:S,

    Amigos Juanel y Santi, ya veis que sigo vuestro interesante diálogo sobre el amor, la culpa, la muerte, la resurrección, la felicidad. No cabe duda de que estáis  bien anclados en vuestra robusta fe cristiana. La mía no debe de ser tan fuerte, porque no deja de tambalearse ante el acoso de una razón que no deja de plantarle cara. ¡Dichosa batalla entre razón y fe!.  Por ejemplo:
    Refiriendose a Jesús de Nazaret, la  fe dice: “murió por nuestros pecados y resucito”.
    La razón histórica al parecer dice: “Murió porque se enfrentó a los poderes   políticos, económicos y religiosos de su época, para defender a la pobre gente de los abusos de los privilegiados”.   De la resurrección la historia parece que no dice nada.  En este punto manda la fe en determinados testimonios.
    Volviendo a la fe, nos encontramos con un Dios-Padre omnipotente y amoroso ofendido  por unas insignificantes  criaturitas a las que El mismo ha dado vida. ¡Ya estamos con la culpa y ademas infinita!. Naturalmente, para borrarla las personas no tenemos  categoria suficiente. Entonces, el Padre amoroso en su afán de perdonarnos, de justificarnos, de redimirnos, etc.  envía al sacrificio a su Hijo unigénito, con la misma naturaleza de Dios pero hecho hombre, condenándole  a una ignominiosa muerte en la cruz. ¡Mira que es complicado este misterio de la Trinidad!. Para un padre y abuelo que ama con locura a sus hijos y nietos, este esquema o construcción teológica resulta difícil de entender.
    Dejemos tranquilita a la culpa, al pecado original etc., y concentrémonos en el amor. Disculpas si no soy capaz de hacerme entender y la lío mas aún.
    Lo que nadie discute es que el Jesús de la historia amó a la gente sencilla y necesitada. Podemos entender  que lo dió todo, hasta su vida,  por  aliviar las penas de pobres y desamparados. ¿Cómo lo hizo?. A mi modo de ver recorriendo un camino que pone la felicidad al alcance de todos, sin coartar la libertad interior de ninguno.  Yo me quedo con que a mi me ha descubierto la inmortalidad del amor y la posibilidad de ser feliz,  sin esperar a otra vida. Es como si el Dios que envuelve al universo fuera un Amor inmortal que se trasmite en cadena, de generación en generación. Un amor capaz de acercarnos, de algún modo elReino de Dios, a la Tierra. Un amor que alguien nos da, nosotros lo recibimos y a nuestra vez  lo devolvemos. Lo importante en la cadena es que quien recibe amor sea capaz de captar la felicidad de quien se lo da, se deja inundar por ella y la devuelve por desbordamiento. La omnipotencia e inmortalidad del Dios-Amor se pone en evidencia cuando se ve cómo las personas pueden llegar a ser felices, en las peores circunstancias, por su capacidad de recibir y dar amor.
    Amigo Santi, lo importante, siempre a mi modo de ver, no es precisamente el amor de Cristo-Jesús, sino el que captemos la felicidad que entraña el  dar,  (esto sería la prueba de haberlo recibido), y   alcancemos nuestra propia felicidad devolviéndolo.
    Amigo Juanel, estoy contigo en que el mensaje de Jesús tiene mucho que decirnos sobre amor y felicidad.

  • Santiago

    Juanel,  cuando hablo de los que “vacían” y “cambian” el sentido de la tradición apostólica no me estoy refieriendo a ti, sino a aquellos que intentan acomodarse un Cristo hecho a la medida. Pero la realidad es que Cristo no es el de los gnósticos, ni el que cede siempre ante el imperativo de la lógica humana sino es el Cristo del Evangelio, el que proclamó el amor del Padre, aunque este amor no lo entendamos completamente pues nos trasciende absolutamente.
    Pero creo coincidir contigo en que yo tampoco considero el sufrimiento como meta o gol final. Pero el sufrimiento es universal. Cristo con su ejemplo nos enseñó a aceptarlo con amor -en el amor del Padre-que misteriosamente lo permitió y EL voluntariamente accedió a esta inevitable de la injusticia. Y murió encomendando su espíritu al El, poniendose pues en las manos de su Padre. Entonces es que el sufrimiento cobra un sentido, pues este mismo sufrimiento y esta misma muerte no es pues un final, sino el comienzo de esa PLENITUD completa. Por eso sin la Resurreccion de Cristo, nuestra esperanza es vana. Entenderíamos muy poco de las miserias de esta vida puesto que hay mucho que sufren cada dia y continuamente. Y sin cesar. Pero este sufrimiento se acabará algun dia pero la muerte no sera su final, sino el comienzo de la “vida verdadera”.
    Tratar de salir de el sufrimiento lo mas rapido que se pueda, pues, estoy de acuerdo. Si puedo hacerlo yo solo, mejor. Pero siempre tendré la gracia que me ayuda en las graves depresiones y en los mas horribles acontecimientos. Pablo decía que “nada” podría arrancarnos del amor de Cristo. Nada, ni nadie. Puesto que este amor si es nuestro gol principal y en esto consiste nuestra felicidad permanente.
    Hay un equilibrio en el Evangelio. Porque existe entre nuestra libertad y nuestra responsabilidad. No hay que inventar culpas que no existen pero mis derechos terminan cuando los del “otro” empiezan. No debo hacerme daño a mi mismo, ni a los demas. Porque del cumplimiento de la moral depende el bien de todo el mundo. Dios que es el bien supremo no puede menos que buscar el bien de todos y en esa libertad que nos dio es que debemos llegar hasta EL a traves de la practica del bien. Esta es su voluntad. Que nos alejemos del mal y que le busquemos a EL como el mayor bien.      un saludo cordial    de Santiago Hernandez     

  • Juanel

     
    Mi preocupación Santiago, no es cambiar el sentido de lo que se dice en el NT, Padres Apostólicos y de la Iglesia, Concilios Ecuménicos, Dogmas, ….., sino poner todo el acento y la fuerza que indudablemente tiene el mensaje de Jesús desde el principio como liberador del hombre y disminuir todo cuanto me sea posible lo que también tiene de carga, culpa, castigo, pena, sacrificios, renuncias, …. ¿Por qué? Pues porque es una estrategia que se ajusta mejor al ambiente hedonista en el que nos movemos. Si lo que se busca hoy es el placer, la felicidad, el amor ….. el mensaje de Jesús también tiene algo que decir y mucho en este sentido. Es más el nivel que propone Jesús para estas cosas es el máximo posible, la plenitud. La carga y la culpa no quedan por ello eliminadas sino en el nivel justo en que las podamos soportar y asumir sin perder la paz y la felicidad de vivir en Cristo junto con los demás. Por ello insisto en que las leyes morales y los mandamientos no pueden tomarse como de obligado cumplimiento, sino como directrices u orientaciones de nuestro comportamiento. Con lo que no podemos soportar ni asumir lo que debemos hacer es dejarlo para más adelante, tenerlo presente pero sin cargarnos con un exceso de culpa, y es mejor que dejemos ese exceso en manos de Dios. No perdamos nuestra paz por culpabilizarnos al creernos mejores de lo que somos.
     
     
    En mi opinión ni el sufrimiento ni las miserias humanas pueden transformarse en algo positivo, ni siquiera aceptándolas con resignación cristiana como nuestra cruz. Lo que hay que hacer con ello es salir lo más rápidamente posible de ahí. Cuando por ejemplo tenemos la tragedia de la muerte de un ser querido y parece que el mundo se nos ha roto, no es bueno ni saludable permanecer mucho tiempo en el sufrimiento resignados y hundidos, sino que lo mejor es levantar cabeza lo antes posible para volver a gozar de la vida y retornar a la paz. El sufrimiento de una enfermedad o el asociado al envejecimiento no es para mí tampoco nada positivo. Hay que luchar contra él con todos los medios a nuestro alcance (y si no podemos solos pidamos ayuda a especialistas), para vivir con el máximo de calidad posible teniendo en cuenta las limitaciones que impone esas circunstancias. Lo que hay que ser es realista y asumir las limitaciones, dejando de sufrir por ellas sin añoranzas de un pasado mejor. El ejemplo está en los numerosos discapacitados para los que sus limitaciones no los hunde, sino que no les impide ni vivir ni ser felices. La vida no acaba antes de que termine. Todo ello me lo digo a mí mismo pues tengo tendencia a dejarme hundir, pero el sufrimiento que me produce no lo considero como cruz cristiana, sino estupidez y debilidad mía en tiempos bajos que debo controlar para vivir feliz y en paz.
     
     
    La cruz de Cristo está más bien en mi opinión en NO resignarnos con lo que se nos viene, sino en enfrentarnos a las dificultades y sufrimientos para seguir avanzando en el seguimiento a Jesús de Nazaret, cada uno en su medida, capacidad, posibilidades, circunstancias…. Jesús dice: “El que no tome su cruz y me siga, no es digno de mí” (Mt 10,38) evidentemente es una frase de sus seguidores no de Jesús pues hace referencia a la muerte en cruz de Cristo. Y la muerte en cruz de Jesús no le llega por soportar la vida, sus dificultades y sufrimientos, sino por su fidelidad al mensaje del Padre que él nos legó.
     
    Saludos cordiales, amigo Santiago

  • Santiago

    gracias Juanel por tu comentario y por insistir sobre “la forma” de expresar lo que escribo. En cuanto a esto, creo que es importante que usemos “la forma” que mejor convenga y segun la audiencia. A un teólogo no le puedes hablar de la misma manera que a un científico. Y por supuesto podemos cambiar la forma para que sea entendible “en estos tiempos” y lo mas efectivamente posible. Tampoco creo que debemos renunciar completamente al modo de escribir “por ejemplo” de los Padre Apostolicos. Lo que importa es “traducir” a la mente actual “la esencia” de lo que ellos vieron como auténtico en la fe del cristianismo, pues ellos recogieron la pura tradición de los que siguieron a Jesus mas íntimamente. (De la misma manera que Hipócrates y su escuela recogieron “lo fundamental” del saber médico de aquellos tiempos). El “gran reto” es poder hacer esta “traduccion” de verdades “antiguas” pero esenciales sin que pierdan su verdadero sentido y que por el contrario recobren todo el esplendor que Jesus les infundió, principalmente despues de Su Resurrección. No podemos “vaciar” el sentido del cristianismo verdadero, ni mucho menos sustituir con símbolos distintos el realismo sacramental del Pueblo de Dios, por el que Cristo se mantiene presente entre nosotros.
    POR LO DEMAS, tampoco yo hablo de que nos “echemos” una Cruz que no tenemos. La aceptacion de lo “personal” que ya tenemos pues somos muy imperfectos, es para la mayoría de nosotros suficiente para “seguir” al Maestro. El nos mandó a tomar esta cruz genérica, la que sea, de nuestro caracter, de nuestro temperamento, de nuestros defectos, de nuestro trabajo, de nuestra familia, etc. etc. -y dilo- estas miserias humanas y “transformarlas” en algo mas constructivo, siguiendole paso a paso, pues el sufrimiento cobra un sentido solo en la Cruz de Cristo. Sufrir por sufrir es un contra-sentido. Nos aleja de nuestro gol final que es precisamente lo contrario, es decir, nuestra felicidad perpetua y completa.

  • Juanel

     
    Sin duda lo importante, Iñaki, es seguir a Jesús de Nazaret como persona humana tal cual, verdadera como tú dices. Pero para ello no basta tomar como lema el “AMOR al prójimo” que resume su mensaje, sino que además hay que concretarlo con el máximo de detalle para dilucidar de qué amor se trata y hacer tal como él, pues el lema es en realidad “amaos los unos a los otros como yo os he amado”. ¿Verdad? Por ello es tan importante estudiar a Jesús el hombre, tanto en el NT como durante los tres primeros siglos de la Iglesia. Después las cosas se complican con Constantino y el poder. Pienso como tú, que las personas por el amor somos un poco Dios y más aún lo seremos al esperarnos a todos sin exclusiones la Plenitud. Alguien dijo: “cuanto más humano más divino”, pues eso, por que tan humano como Jesús sólo puede serlo Dios.
     
     
    Dices: “Eso de la salvación recibida, la revelación gratis, la dependencia de Dios en TODO” … no lo veo en mi opinión falso, sino que el error se debe a una interpretación sesgada que lleva a la culpa como tu indicas. Lo mismo puede decirse mediante una interpretación liberadora. Si quieres te la cuento. Lo que pasa es que algunos están muy interesados en mandar a todo el mundo al Infierno, al proclamar la culpa y la corrupción de la humanidad por lo que sólo la Iglesia y su sacramento del perdón tiene la llave para salvarlos de él. Y esto implica un desprecio brutal al hombre (g) al que dicen amar.
     
     
    Centrarnos en Jesús en mi opinión no lleva a dejar de ocuparnos, al menos a unos cuantos con tiempo e interés teológico, en temas como la encarnación o la Trinidad. Esta ocupación no incide en nada con respecto al seguimiento a Jesús, en la práctica del amor humano tal como él lo hizo que es el centro de nuestra fe, pero a algunos nos inquietan ciertas preguntas. ¿Cómo es posible que un hombre como nosotros sea también divino? ¿de dónde le viene su condición divina? etc. Por ello gastamos tiempo y esfuerzo en Teología, y no por esto seremos más humanos o mejores cristianos, sino simplemente lo que intentamos es dar respuesta a nuestra inquietud, por si a alguno más le sirve.
     
     
    Santiago, no dudo de que tu posición sea evangélica fundamentada en lo que está escrito y en el Magisterio de la Iglesia, lo que critico de ello es no sólo la forma de expresarlo y su lenguaje sino sobre todo su intención. Pone el acento en la obligación moral y la culpa, en el sufrimiento y la cruz, intentando pasar por encima de la libertad y el respeto a las personas imponiendo verdades sin discusión ni razón. Sin duda que hay sufrimiento y cruz en el seguimiento de Jesús, no sería cristiano negar la cruz de Cristo no sólo racionalmente sino sin asumirla en el vivir. Pero es que la cruz de Cristo no es algo que nos echemos encima sobreimpuesto a nuestra vida por imitar a Cristo o acompañarlo en su pasión y muerte cruz, o por aceptar el sufrimiento como algo positivo con el cual creemos salvarnos por su mediación, sino que al vivir la vida siguiendo a Jesús nos encontramos con la oposición no sólo de nuestras cosas o carácter sino sobre todo por ir a “contracorriente” como tú dices. Si claudicamos ante las dificultades por huir del sufrimiento, es entonces cuando rechazamos la cruz y abandonamos el seguir a Cristo. Jesús no lo hizo.
     
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Iñaki,   tambien yo te doy las gracias por tu paciencia al seguir el diálogo.  Por un lado, me preocupa que, a veces, yo pueda intranquilizarte, pero pienso , como tu afirmas, que mi amigo Juanel pueda compensar estas “imprudencias” teológicas y literarias que cometo, a veces. De todas maneras, mi teología es principalmente evangélica -o al menos trata de serlo- pues si lees toda mi trayectoria por aquí verás que todo está centrado en la PALABRA VIVA de Jesus de Nazaret, tal y como yo lo percibo. Por lo demas, a menos que tu padezcas de la enfermedad de la personalidad que se llama “sociopatía”, donde no existe responsabilidad y conciencia ante el dolor nuestro y el de nuestros semejantes, creo que cada uno de nosotros, los seres humanos, llevamos dentro, en mayor o menor grado, “la cruz”, que forma parte de la misma vida. Y asi cayó en la cuenta Teresa de Avila al describir la vida como “una mala noche, en una mala posada”. Podremos tratar de usar mecanismos psicologicos para negar la cruz (como dicen los americanos: caer en “denial”), y rechazarla o podemos tratar de suavizarla, aceptándola y  transformándola,  pero no podemos escapar de ella. Forma parte de nosotros. Cristo no vino precisamente a librarnos de ella, sino a ayudarnos a aceptarla, pues EL voluntariamente aceptó el sufrimiento, y lo usó para redimirnos y elevarnos a un grado eminente de santidad… por supuesto,si seguimos “su camino”…puesto que “si le seguirmos en la pena, tambien le seguiremos en la gloria” como intuía  el gran Iñigo de Loyola. Yo tambien Iñaki creo que el AMOR es el motor principal de todo. El impulsó a Cristo a tomar su cruz y por amor a EL, toda la legión de apostoles,  martires y santos siguieron su ejemplo durante todos los siglos. El mensaje es evangélico, y esta escrito. Solamente tenemos que ponerlo en práctica.     Te agradezco tu atención y tu amabilidad, y espero esta vez no asustarte demasiado    un abrazo  sincero   de Santiago Hernández     

  • Iñaki S:S,

    Amigo Juanel, sigo estando mucho mas cerca de ti que de nuestro amigo Santiago. Precisamente al leer el último comentario suyo, ( de Santi), a quien respondes con tanta claridad, me surgieron algunas preguntas.
    ¿Eso de la salvación recibida, la revelación gratis, la dependencia de Dios en TODO, etc. no nos retrotrae al  “oh feiz culpa”?
    ¿Por qué no vamos a ser las personas humanas un poco Dios, si todo el que ama conoce al Padre y es precisamente ese amor el que le hace UNO con EL?.
    ¿Quienes son, hoy en día, los testigos que nos transmiten el ejemplo y obras del Jesús de Nazaret histórico?. Por supuesto, puede haber alguno entre quienes nos hablan de cosas tan abstractas como el Verbo, la Palabra  o el Cristo de la fe. Ahora bien, me cuesta encontrarlos entre los jerarcas de una Iglesia Católica Romana, obsesivamente clerical,  rica y poderosa. A estos personajes podemos concederles toda clase de títulos , ….menos el de mártires. Ami me parecen mas bien “ovejas perdidas”.
    Desde mi laicismo, llamémosle universalista, que en ningún caso me parece peor que el clericalismo con tintes sectarios, no puedo entender a algunos predicadores. Por ejemplo, a quienes se empeñan en escrutar el misterio del “Verbo divino que se hizo carne y habitó entre nosotros”, es decir de la Trinidad, en lugar de dedicar su tiempo y conocimientos en aprender mas y mas cosas de la vida real de Jesús, pero como verdadera persona humana.  Una vida que no parece tener nada de misteriosa y, por eso mismo, es perfectamente inteligible en cualquier confín del planeta Tierra.
     
     
     
     
     

  • Juanel

     
    Gracias Iñaki por seguir interesado en este diálogo que mantengo con Santiago, en el cual haces de cuando en cuando aportaciones que son bienvenidas. Me agrada que mis palabras te tranquilicen. Coincido contigo en que hablar de carga y yugo por seguir a Jesús en lugar del amor, la salvación, la esperanza,… es poner el acento en las dificultades del seguimiento a Jesús, que sin duda las tiene y hay que contar con ellas, y no en lo positivo: “venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré”.
     
     
    Santiago, claro que entiendo perfectamente lo que dices porque he estudiado Filosofía clásica y medieval en la Facultad y me he informado lo suficiente en teología, para seguir tu lenguaje sin ninguna dificultad. Este lenguaje no sirve hoy, no porque los que lo escuchan no tengan preparación suficiente para entenderlo, sino porque las filosofías en el que se apoya están obsoletas, han sido ampliamente superadas y dejadas como parte de la Historia de la Filosofía para explicar cómo fue rebatida y en dónde nos encontramos hoy.
     
     
    Insistes en lo del Logos, Palabra, o Verbo de Dios. ¿Te resulta comprensible y explicable palabra alguna, cualquiera que sea, fuera del contexto humano? ¿por qué entiendes mejor que sea un ente como el Logos, o Palabra el que está junto a Dios como Hijo y no como lo humano en plenitud? ¿Por qué sólo su Palabra y no todo lo humano de Jesús? ¿En Jesús de Nazaret es sólo su palabra lo divino o más bien toda su persona corporal, psíquica, mental e incluso espiritualmente igual a nosotros excepto en el pecado? Lo que está junto a Dios como Hijo no es la Palabra o Logos (como ente metafísico), sino un hombre en plenitud y como tal habla y obra, y por tanto también su palabra. Si lo que preocupa es la pre-existencia del Hijo antes de nacer Jesús de Nazaret, a mi modo de ver las cosas, es mucho más fácil entender que la Plenitud Humana desde siempre y para siempre ha estado, está y estará con Dios/Padre como Hijo (su componente humano y humanizador) que como ente metafísico, el Logos. Jesús asume la Plenitud Humana como primicia, el hombre que tiene como condición propia la plenitud, el primogénito de toda plenitud humana y del cual depende. Y digo hombre en sentido concreto no genérico por que me refiero a Jesús de Nazaret expresamente.
     
     
    No he dicho que la salvación provenga “de abajo” del hombre (genérico,g), sino que la experiencia de salvación por seguir a Jesús (no otra forma cualquiera ideada por los hombres (g) como parece que piensas que sea la teología “desde abajo”) que nos hace caer en la cuenta de que es Dios el que salva, porque el modo de salvarnos que lleva a lo eterno sólo puede deberse a Dios. No podemos comenzar enseñando que Dios quiere salvarnos por su infinita bondad, por que las preguntas se acumulan sin dar respuestas claras y sin conseguir interpelar a las personas ni implicarlas. Empezar por lo humano en la experiencia de salvación, es plantear la Soteriología, la Teología de la salvación, “desde abajo” para alcanzar lo “de arriba” como consecuencia y no como principio. Y esto es importante por que empezar por lo “de arriba” implica plantear las cosas con la Verdad por delante sin discusión, que lleva a la imposición de obligaciones por encima de la libertad de conciencia y raciocinio de las personas.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Juanel,   si lo que importa es el fondo y el contenido, como yo escribí en uno de mis comentarios de abajo -y tu repetiste- no es necesario borrar el LOGOS absolutamente,  pues es una palabra griega mucho mas precisa, que revela y explica mas exactamete lo que significa CRISTO pues en el Evangelio Jesus se identifica con el Cristo, el Mesías, la Palabra de Dios , el Verbo divino encarnado. Cristo es principalmente “función” y “actualidad”. Es la Palabra que nos trasciende aun en el dia de hoy. Su palabra cobra vida a traves de los siglos y no es distinta en el siglo I que en el siglo XXI. Cristo no es, pues un mero profeta de la antigüedad como Isaias, ni un predicador pacifista como Gandhi en la epoca moderna. ES la Palabra trascendente que nos salva para siempre. Es esta “unica identidad” por la que Jesus es un reto para el mundo. No estuvieramos hablando tanto de EL si hubiera mostrado  otra identidad.  
    DE otra manera, podemos partir de “abajo”, de nuestra experiencia salvífica, para llegar hasta el Padre, sin olvidar nunca que la salvación no es estrictamente merecida, sino que es fundamentalmente “recibida” -como nuestra misma vida- no precisamente de “abajo” sino de “arriba” y la Revelacion es una gracia “gratis” que no proviene de los que pisamos este suelo sino que tambien -como el VERBO- nos trasciende desde “lo alto”. Por otro lado, fue el mismo Dios el que decidió “bajarse” hasta asumir nuestra humanidad. Y no lo contrario. Nosotros no somos DIOS sino que dependemos de EL en TODO, aunque como dices tu, no entendemos perfectamente sus misteriosos designios…sin embargo, esto no es obstáculo para que intentemos llegar a EL y escrutar el misterio, para que queramos comunicarnos con el Padre como el mismo Cristo quiso que hiciéramos empezando a llamarle mas familiarmente como ABBA, (papá), y no con el nombre bíblico de YAHVE o ELOHIM.
    Juanel, para poder seguir a Jesus, el Cristo, solamente hace falta CREER en su Palabra, no en una fabricacion nuestra, sino de la manera en que el LA EXPRESO. Si seguimos a lo que nos trasmitieron los testigos de SU PALABRA, que murieron por defenderla, y ponemos la ponemos en practica, entonces estaremos en el camino del cristianismo. El relativismo solo tiene sentido cuando se proyecta absolutamente en Cristo. Entonces encontraremos TODAS las respuestas….Y estas estan ya escritas….un saludo  cordial….(si hablo de esta forma es porque presumo que vuestra cultura es suficientes para entenderme)   de Santiago Hernandez   

  • Iñaki S:S,

    Si que te explicas bien, amigo Juanel. Precisamente, con los pies en el suelo, he leido varias veces  a nuestro amigo Santiago, anotando algunas frases: lo de…misterio inescrutable de su amor salvífico…..Dios es EL QUE ES  y EL QUE ESTA….Al Padre solo le conoce el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo…la locura de la cruz…adhesión a la persona de Cristo… Pues bien, después de leerte me he quedado mas tranquilo, sin necesidad de dar demasiadas vueltas al tema. Me congratulo, de todos modos, al ver que nuestro amigo ha hecho referencia a Jesús de Nazaret, aunque haya sido para decirnos que su yugo es suave y la carga de seguirle ligera.  No acabo de ver claro la necesidad de ligar el amor y la felicidad a la cruz. Yo me quedo con que no se puede ser feliz sin amar.

  • Juanel

     
    Vamos a ver si logro explicarme, Santiago. Para decir que “Cristo es la expresión del Padre en lo humano” no se necesita el concepto metafísico del Logos, sino justamente lo que se dice. Emplear el término Logos es una interpretación que encajaba bien en la filosofía griega clásica pero que la filosofía actual no usa. Lo importante es el fondo, el sentido y significado de lo que se dice y no la forma o fórmulas de expresión de lo que se quiere decir. Dices hablando de la Biblia como
    la historia de la Revelación de Dios que en su inmanencia amorosa quiso darnos a conocer -a través de nosotros mismos- el misterio inescrutable de Su amor salvífico”
    De entrada esta frase nos pone en aviso de que el que nos la comunica no lo entiende y el que escucha tampoco lo va a entender por que se trata de un misterio y además inescrutable por si no nos ha quedado claro. Dios nos salva pero no sabemos porqué. En mi modo de ver las cosas suceden a la inversa. Parte de la experiencia de salvación, de que somos salvados por seguir la huellas de Cristo, entusiasmados/as por sus palabras y obras, por abrirnos la esperanza de futuro. Fíjate que no partimos “desde arriba” Dios se revela al hombre porque quiere, sino “desde abajo” de nuestra experiencia de salvación, y luego como consecuencia de ello podemos caer en la cuenta, como dice T.Queiruga, de que este modo de ser salvados sólo puede hacerlo Dios.
     
     
    En el mismo párrafo quizás para explicar el misterio inescrutable, pero que en realidad no apunta precisamente a resolverlo o a hacerlo más razonable, sino a empantanarlo todo lo posible para acentuar el misterio de Dios, dices
    PORQUE ES esto lo que EL quiso para darse a conocer, al revelarse como el Dios que no solamente ES EL QUE ES, sino ES EL QUE ESTÁ y permanece siempre con nosotros” .
    Aquí dices expresamente que sabes lo que Dios quiere, lo que es, dónde está y lo que hace, nada menos, claro todo ello envuelto en una atmósfera de misterio ininteligible. Yo invierto otra vez lo que dices de que “Dios permanece siempre con nosotros” porque tan humano como lo es Jesús no puede serlo sino Dios y en consecuencia Dios tiene un componente humano y humanizador, como dice González Faus, que en Jesús se manifiesta y revela. Y esto encaja mejor con lo que al final del párrafo siguiente dices sobre Jesús
    el Dios personal quiso revelarse concretamente a través del Hijo, ya que es mucho mas fácil acercarse al misterio a través de lo que es humano como nosotros. Y esta es la fuente de nuestra fe, manantial que sacia todo el anhelo de conocer al Padre.”
    Por tanto dejemos de especular sobre lo que quiere, lo que es, dónde está y lo que hace en y por sí mismo Dios/Padre, y busquemos en Jesús la respuesta revelada y manifestada sobre estas cuestiones.
     
     
    Cuando me refiero a colocarnos en nuestro mundo relativista, nihilista, hedonista, consumista…… no lo hago para dejar de lado los valores cristianos sino para apoyarlos desde sus mismos principios en los que se fundamentan y no en las consecuencias interesadas que resultan en valores anticristianos. Apoyo los mismos valores que tú tales como indicas
    nuevos cristianos que nadaron ”contra corriente” predicando los valores de Cristo: la humildad contra la arrogancia, la castidad contra la lujuria, largueza contra la avaricia, contra la desmedida gula, templanza, y contra la cultura pagana de la muerte, la cultura cristiana de la vida”
    Sin embargo, no los apoyo en la ley de Dios, o en la ley moral, sino en el seguimiento liberador de Jesús. Y esto puede hacerse siendo relativista o no, hedonista o no, nihilista o no, incluso consumista o no, etc., tal como hoy nos entendemos. La pregunta es ¿se tiene necesariamente que renunciar al relativismo, etc.,….., para poder seguir a Jesús?
    Saludos cordiales

  • Santiago

    En mi comentario debe decir: “Dios nos habla “en humano” pero no “Dios no habla “en humano”. Pido disculpas. Vale   SH

  • Santiago

    Juanel,   sin duda alguna la Biblia no es un libro científico experimental. Sin embargo, el tema de ella no se reduce a contar historias y a narrar aconcetimientos mas o menos interesantes. Desde tiempo inmemorial la Escritura ha sido, para el Pueblo de Dios, la historia de la Revelación de Dios que en su inmanencia amorosa quiso darnos a conocer -a traves de nosotros mismos- el misterio inescrutable de Su amor salvífico. Por lo tanto, el acto de fe que se profesa en ella escapa lo simplemente natural y lo trasciende todo, puesto que el mismo Dios esta sobre toda naturaleza humana. Pero en la Biblia Dios no habla “en humano” y “a traves de los humanos”. PORQUE ES esto lo que EL quiso para darse a conocer, al revelarse como el Dios que no solamente  ES EL QUE ES, sino ES EL QUE ESTÁ y permanece siempre con nosotros.
    Por supuesto, que cada uno de nosotros puede expresar su pensamiento y su fe de la manera que le parezca mas apropiada, mientras que esta expresión de la fe no se deforme y se convierta “en otra cosa”. Yo puedo aprender a ser abogado y creer en el Derecho mientras yo haya “recibido” en la escuela “lo esencial” de lo que consiste la carrera de leyes.Para eso hay que ir a las fuentes, al origen de la disciplina, pues si no, seré cualquier cosa, menos abogado. Y asi el Dios personal quiso revelarse concretamente a traves del Hijo, ya que es mucho mas fácil acercarse al misterio a traves de lo que es humano como nosotros. Y esta es la fuente de nuestra fe, manantial que sacia todo el anhelo de conocer al Padre.
    No es de extrañar que existiera -y exista- esa “helenización- de que hablas. Palestina en tiempos de Cristo era, por lo menos, tri-lingüe. (Hoy en dia Suiza es penta-lingüe). Siendo el griego el idioma de la cultura de entonces, fue apropiado para el cristianismo empezar a manifestarse usando esa lengua, a pesar de no ser la exclusiva, ni la primitiva. Pero hay que pensar que el pensamiento original fue Semítico y los que escribieron los Evangelios no fueron griegos, sino semitas que traducían su pensamiento del arameo y del hebreo, al griego. Por eso el LOGOS no fue meramente una corrupción de la realidad del Mesías sino que expresó la identidad real de Jesucristo. Cuando estudiamos el N. Testamento en su totalidad vemos que el concepto de LOGOS, no empezó desde el helenismo, ni fue producto de el, y asi se lee: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre; y al Padre nadie le conoce sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo” (MATEO 9, 27). Y a la pregunta inquisitiva de Cristo: “Pero vosotros ¿quien decís que soy yo”….Respondió Simon Pedro y dijo: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (MATEO 16,15-16)
    Y Jesus dice: “En verdad en verdad os digo, que el Hijo no puede hacer nada por si, si no lo viere hacer al Padre. Pero cualquier cosa que el (el Padre) haga , el Hijo la puede hacer de igual manera…PORQUE el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que el hace..para que VOSOTROS os admiréis”..”El Padre no juzga a nadie, sino que el juicio lo ha dado todo al Hijo, para que honren al Hijo, como honran al Padre que LO HA ENVIADO. En verdad, en verdad os digo, que quien escucha MI PALABRA y CREE EN EL QUE ME HA ENVIADO, tiene la vida eterna, y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida” (Juan 5, 19-24)
    Por eso el LOGOS es la verdadera identidad de Cristo porque EL está en funcion de la PALABRA, el Verbo de Dios. No importa en que idioma se exprese puesto que Cristo es la expresión del Padre en lo humano, ya que EL ha asumido nuestra propia naturaleza. 
    De acuerdo, Juanel, que estamos en un mundo difícil de cristianizar. Tambien fue dificilisimo cristianizar el mundo pagano de la Roma Imperial. Pero los mártires murieron por defender “una locura”, la locura de la Cruz. Pero Tertuliano decía que esos martirios eran la semilla para nuevos cristianos que nadaron “contra corriente” predicando los valores de Cristo: la humildad contra la arrogancia, la castidad contra la lujuria, largueza contra la avaricia, contra la desmedida gula, templanza, y contra la cultura pagana de la muerte, la cultura cristiana de la vida. NO debemos volver a la Edad Media, claro está, pero el cristianismo requiere la adhesion a la Persona de Cristo -no a la de un humano cualquiera- y en esta vida el único camino que conduce al amor y a la felicidad es “tomar la Cruz y seguir a Jesus” porque su “yugo es suave y su carga ligera” (Mateo 9,30)
    Te agradezco tu paciencia….un abrazo    Santiago Hernández
       
     

  • Juanel

     
    Santiago, en la Biblia por ninguna parte ni en el AT ni en el NT aparece nada parecido a una Ciencia Física, Bilógica, Geológica, Cosmológica, etc., para informarnos acerca del Universo, del mundo real, de la vida, y menos de un mundo sobrenatural, preternatural, que nunca se describen sino que se nombran dado el contexto cultural en el cual se escribieron los libros. Nada hay revelado acerca de cómo son esos supuestos mundos sobre o preternaturales y menos elevados a la categoría de dogma. ¿Existen? ¿o simplemente son conceptos e imágenes propios de una cultura que no es la nuestra? Si estoy en un error me gustaría que me dijeras en qué libro y capítulo puedo encontrar algo en este sentido.
     
     
    En la Biblia lo que abunda es la descripción de la vida de personas humanas y la historia del pueblo de Isarel, junto a sus distintas concepciones de Dios a lo largo del tiempo y su acción en ellos. Si la Iglesia desde los primeros tiempos se apropió de la filosofía helenista para expresar su fe, no quiere decir que no se pueda expresar de otros modos la misma fe, al dirigirse apostólicamente a gentes que tienen otras filosofías. Entiéndeme lo que quiero decir: prefiero explicar mi fe a base de ciencia ficción y nuevas tecnologías si con ello consigo credibidad o al menos que me entiendan, que echar mano de conceptos filosóficos obsoletos e ininteligibles para los que me escuchan. No necesitamos para nada hablar del Logos, que es un concepto helenístico, para comunicar nuestra fe, el mensaje de Jesús y su seguimiento al optar por el Reino. El Dios que a mí me interesa es el de Jesús de Nazaret y no el Dios de la filosofía clásica griega y su prolongación en el medioevo, que era el mundo donde se movían los apóstoles y sus seguidores.
     
     
    Hoy nuestra labor apostólica se mueve en un mundo hedonista, relativista, nihilista, agnóstico, consumista,……., y es el que debemos hacer nuestro para poder expresar la misma fe apostólica sin alterarla, tal como ellos hicieron en su mundo helenístico, que incluso se hicieron a sí mismos más escépticos o estoicos que los propios greco-romanos de su tiempo. No tenemos que enseñar previamente la filosofía clásica griega, o procurar que manejen con soltura el griego o latín, para poder explicarnos con propiedad nuestra fe. Al contrario, tenemos la obligación de hacerlo sin esas cargas innecesarias, embebidos en nuestro sistema de comprensión incluido el científico-tecnológico y las filosofías descafeinadas posmodernas. Negar nuestro mundo como malvado exigiendo una marcha atrás imposible, es lisa y llanamente desertar de nuestras obligaciones apostólicas. Anclarse en el pasado romano y medieval de la Iglesia, es deserción y cobardía, al refugiarse en las masas ultraconservadoras de sus fieles más reaccionarios/as.
     
     
    Y es que no sólo la ilustración y modernidad se han ninguneado en la Iglesia conservadora, resaltando sus errores que los tiene, sino que el futuro tecnológico se nos echa encima tanto que se predice una nueva edad en la inmediata historia, en la que hay que seguir dando respuestas de fe ¡creíbles! Por ello necesitamos con urgencia nuevas teologías que expliquen razonablemete la fe, en las coordenadas en las que estamos y las que se nos vienen de un futuro que ya está aquí.
     
    Saludos cordiales

  • Juanel

     
    Iñaki, ¿por qué dices que no estás a la altura? Lo que dices lo veo razonable y argumentado. Así que leo con interés y atención tus opiniones, y espero que las sigas dando, claro si te apetece. Me vienen bien. Hablas de culpabilidad. Mi opinión es que es muy sano tener cierta culpabilidad, pues de lo contrario significaría que estamos muy a gusto con nuestros fallos y no queremos seguir avanzando. Otra cosa distinta es que se nos imponga una ley moral que no es la nuestra, que no hemos aceptado ni asumido, y que la moral conservadora impuesta nos haga cargar con una enorme culpa, mediante un listado enorme de pecados para sostener la necesidad de redención mal entendida. Es como si la Iglesia trentina no hubiese leído la Carta a los Romanos de Pablo. Casi toda ella se dirige a los judíos para liberarlos de la Ley, que según Pablo está muerta precisamente por la cruz de Cristo, por la redención. Redención en el sentido liberador en la progresión del Reino y no en el culpabilizador agustiniano como indicas. Pablo dice que el cristiano está libre de la Ley y en consecuencia no produce ninguna carga de culpa el transgredirla.
     
     
    La culpa nace de nuestras propias opciones morales que hemos aceptado y asumido, pues a pesar de ello nos comportamos de modo incoherente y contrario a ellas por las circunstancias o simplemente por nuestros defectos y errores. Alguien me dijo hace mucho tiempo que si me creía un superhombre para soportar el exceso de culpa que descubría en mi conciencia y que buscase en el orgullo. Mano de santo, la culpa desde entonces se rebajó lo suficiente para verla como algo positivo en mi progreso personal, en lugar de ser una carga. Si el nivel moral que aceptamos y asumimos está muy por encima de nuestras posibilidades nos llevará al sufrimiento, a sacrificios inútiles, a lo que se añade entender la redención como una carga en lugar de tomarla como liberadora. Jesús arremetió contra doctores de la Ley que imponían al pueblo cargas insoportables.
     
     
    Los conservadores morales se quejan de que hoy la conciencia de culpa y pecado de los fieles ha desaparecido por influencia del relativismo moral. Me indigna que quieran culpabilizar a todo el mundo sean fieles o no de la Iglesia. Y esto lo basan en una supuesta ley moral universal impresa o innata en todos los hombres (genérico) indemostrable e insostenible. Nada de libertad ante la ley, nada de respeto a la libertad de conciencia de las personas.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Juanel,    no creo que hay “multiples” y “distintas” teologías. Existen, claro, especialidades “dentro” de la teología. Hay pluralidad de métodos pero hay un “reductio in mysterium”, puesto que la UNIDAD teológica es solamente Dios. Siempre existirá este encuentro entre FE y RAZON y este diálogo siempre ha existido y existirá puesto tanto fe y razon son necesarias puesto que la fe que rechaza la razon cae en el fanaticismo y la razon que rechaza la fe falla puesto que no puede llegar al verdadero conocimiento en altura. Por tanto, no se puede hablar de una teología conservadora y otra liberal puesto que las 2 parten, o deben partir, de la misma unidad, Dios, y de su Verbo Cristo Jesus. Luego la teologia actual debe expresar en terminos actuales e inteligibles el legado de Cristo que es único, debe recoger ese LOGOS para hacerlo mas inteligible sin reducirlo a reconstrucciones acomodadas a “nuestro parecer” ya que la COMUNIDAD CRISTIANA PRIMITIVA segun los Hechos de los Apostoles “se dedicaba a la enseñanza de los apostoles y a su compañía, a la fraccion del pan y a la oración (Act. 2:42). En ese breve y sintetico pasaje del Nuevo Testamente se encuentra nuestra regla de oración, nuestra regla de fe, y nuestra regla de vida. Cuanto mas nos apartemos de este sentido apostólico del cristianismo, tan mas nos alejaremos del verdadero mensaje de Cristo que es el objeto central de la teología catolica. Ahora en los ultimos tiempos, los que han impuestos dogmas son los que combaten con fiereza al cristianismo, com absurdo. Parten “a priori” del dogma de la imposibilidad de la existencia de lo que esta sobre la materia, de lo que no podemos experimentar y reproducir, lo cual es un dogma absurdo puesto que hay un mundo real y sobrenatural y preternatural en la vida que aunque no se pueda experimentar -por definicion es un imposibilidad- forma parte de la vida y de este Universo. La teologia actual esta abierta a cualquier movimiento de la ciencia en general, siempre que no atente directamente con el legado cristiano “recibido” ya que consta que Cristo lo mandó para su “perpetua memoria” hasta el fin de los tiempos. De otra manera, la Iglesia sobraría, dejaría de existir lo es una imposibilidad. No solamente a una “filosfia perenne” sino que tambien la teologia es “perenne”.
    Por lo demas, no es un mito la existencia del mal. Es una experiencia. No hace falta ser teologo para darse cuenta de que las consecuencias de las acciones malas son desastrosas. Aceptarlas como una realidad es de logica porque no tenemos mas remedio. Pero esto viene de malas decisiones humanas. Decir esta creencia es anticuada y no tiene sentido hoy en dia, no resuelve el problema, sino que lo agrava. Como tu decias existe la “resposabilidad”. Tenemos que aprender a crecer y darnos cuentas de las consecuencias de nuestras acciones. Solamente con este criterio el mundo mejorará. Lo demas quiere decir “no luchar”. Y esto -estamos de acuerdo- es lo que tenemos que evitar…un saludo   de Santiago Hernández  

  • Iñaki S:S,

    Amigo Juanel, probablemente no estoy a la altura como para inmiscuirme en el diálogo que mantenéis Santiago y tu, pero la ignorancia es siempre atrevida. Lo evidente es que creo entenderte mejor a ti que a él. Casi incapaz de sentirme ofendido, no puedo entender una relación de Dios con cualquier persona humana, definida por la culpa. Una relación en la que se habla insistentemente de deudas, sacrificios, penitencias, súplicas etc.. Y sin embargo, me imagino a nuestro amigo Santiago y a toda la curia vaticana cantando con alegria, al Dios que se les manifiesta en el Cristo de la fe, aquello tan agustiniano de…”oh feliz culpa que nos merece tan gran Redentor”. ¿Será posible que sea una suerte reconvertirse en “oveja pardida”?. ¿Es esa la fórmula mas segura de obligar al Buen Pastor a acercarse a nosotros, para que nos rescate de la culpa?. Esta teología conservadora debe de ser muy tranquilizante para algunas conciencias pero…¿cuanto tiene de real y verdadera?. El mensaje que transmite lo poco que sabemos de la vida y obras del Jeus de Nazaret histórico, parece querer decirnos algo distinto. Se trataría de dejarse de cilicios y volcarse mucho mas en un amor solidario que  haga presente el Reino de un Dios verdadero, aquí en la Tierra. No estoy como para lanzar la primera piedra contra nadie. De todos modos,  con todas las limitaciones que se quiera, trato de practicar un poquito lo que “predico”.

  • Juanel

     
    Lo más probable Santiago, sea cual sea el modo que tenga de explicarme y argumentar, no cambiará en nada tus planteamientos teológicos y me parece bien. No intento que los cambies por que a ti te sirven y eso es lo importante. Me meto con la Iglesia conservadora que a ti te viene bien y asumes, pero que no dejan a otros que disienten busquen otros modos distintos de sostener y expresar la misma fe. Lo que intento es que entiendas que hay otros modos de hacer teología que no son los medievales o trentinos (de C. de Trento ¿se dice así?). ¿Por qué hay que hacer otra teología? Pues porque esa teología se basa en filosofías superadas que no tienen en cuenta en nada la ilustración y modernidad. Como dice Iñaki, la teología conservadora institucional ningunea a Freud, Nietzche, Marx, Darwin, etc., como si la filosofía aristotélica- tomista o platónica-agustiniana tuviesen hoy la misma vigencia que antaño. Y esto no es sostenible, en particular en su antropología.
     
     
    Dices con otras palabras que la naturaleza humana fue creada en la bondad, con tendencia al bien, pero por el uso de la libertad humana entró la maldad en ella corrompiéndola. Así que nos encontramos con dos tendencias: un angelito o semilla del bien, y un demonio o semilla del mal que luchan en el hondón de nuestra alma. Esto es imposible de explicar y menos demostrar en antropología. Platón lo explicaba de forma parecida por ser razonablemente sencillo para entender nuestro comportamiento moral. Las religiones bíblicas lo apoyan en un mito del Génesis. Sin embargo, hoy la cuestión es bastante más compleja y estos planteamientos mitológicos o surgidos de cierto sentido común, no pueden sostenerse en una antropología informada.
     
     
    Ir al origen de nuestra especie para decir que en el principio el ser humano era bueno y que luego se corrompió por que al ser libre pudo escoger el mal, es una tesis insostenible. No existe ningún dato que pueda corroborar que partimos de un paraíso de bondad en los primeros pasos del hombre (genérico). Al contrario, partimos de unos grupos reducidos de primates que luchaban por su supervivencia cuyos comportamientos están bastante alejados de lo que entendemos hoy por moralidad.
     
     
    Sólo un apunte. Si hemos asimilado y aprendido por imitación comportamientos altruístas de cooperación, ayuda mutua, acogida,…….., se deben más bien a las ventajas adaptativas que obtiene el grupo humano con ello y son seleccionadas en la evolución, que a la presencia de algo tan esotérico como la tendencia al bien que supones nos pertenece. Tenemos células y circuitos neuronales especializados en la empatía, en la capacidad de colocarnos en la piel del otro, para responder con comportamientos altruístas. También tenemos áreas cerebrales que entran en actividad cuando se pone en juego nuestra supervivencia que nos llevan a defendernos, por lo que surgen comportamientos egoístas. Ni el bien ni el mal son entidades que nos pertenecen ni la tendencia a hacer uno u otro tampoco, sino que son consecuencia de la valoración de nuestras actividades y comportamientos, según nuestros particulares y sobre todo sociales juicios morales.
     
     
    Como a la teología conservadora no le interesa éstos u otros planteamientos de la “moderna” antropología, pues simplemente la ningunea y permanece sorda. Diga lo que diga la Ciencia a ellos no les importa, por que tienen la verdad revelada que les dice cómo es el ser humano sin necesidad de estudiarlo, se los dice nada menos que Dios mismo. (Recuerda no me meto contigo sino contra el Magisterio ultraconservador de mi Iglesia).
     
    Iñaki, no considero ninguna “paliza” tu comentario lo encuentro muy cercano a mis ideas. Gracias.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Juanel,    lo “innato” no se refiere a que nosotros seamos perfectos, en el bien o en el mal…Sino que el ser humano “tiende” a buscar lo bueno primordialmente, como la paz, la justicia, la compasión desde su comienzo. Se puede enseñar a ejecutar actos buenos. Pero la bondad y la compasión no estan sujetos a enseñanza alguna, las llevamos dentro. Podemos imitar a otros en actos buenos (o malos) pero lo que sentimos y a lo que tendemos, que es a lo bueno, es nuestro, pertenece a nuestra herencia e idiosincracia  desde nuestra niñez  ¿Quien no puede ver la bondad de un niño? Por supuesto, tambien desde el comienzo hay un “elemento” desordenado en nosotros..Tambien existe una tendencia al mal…Pero el mal no es sino un defecto del bien. Tambien el niño comete travesuras…Pero es por  nuestra  imperfeccion y por eso estamos todos dentro una curva donde los extremos son excepciones…En el ser humano predomina la tendencia al bien…a pesar de los males que existen en este mundo…Por eso S. Pablo decía “hago el mal que no quiero”..Porque racionalmente reconocía que su primer impulso era dirigirse a lo bueno, pero su flaqueza humana le conducía a ceder ante el mal. Y esto se repite en cada ser humano. Dios quiso que le escogiéramos LIBREMENTE pero corrió el riesgo de que podíamos no escogerle a EL y entonces nos decidiéramos por el mal que estamos cotemplando a diario. Pero “en el principio” no fue así y aun en la pre-historia, el ser humano tenía compasión y trataba de ayudar a los demas, existía la medicina y la cirugía prehistorica, rudimentaria, pero muchas veces efectiva, sobre todo los procedimientos quirúrgicos y existían los ritos funerarios desarrollados por cuanto el ser humano cuidaba de sus seres queridos aun despues de la muerte, lo que implicaba un amor que trascendia el mero instinto animal y que significaba el gran valor de la vida y de la bondad. Tendía desde entonces a ser bondadoso, compasivo, humano.
    Por otro lado, lo que me dices del “lenguaje” teologico en el mundo actual te diré que al buscar nuevas expresiones se cae en el peligro del “reduccionismo”. Es una argucia de la “nueva teología” para alejarse -y alejarnos- de la trascendencia. No puede ser una recomendacion seria. Si Dios no es meramente el Dios de los”filosofos” sino el Dios que “ES y el que ESTÁ con nosotros” NO es lógico poner restricciones a “poder pensarlo” porque si los “humanos” filosofamos de todo, y por todo, hablando hasta por los codos ¿Por que nos vamos a detener ante Dios? ENTONCES esta “teología de novo” esta tambien “dogmatizando” e “imponiendo” su manera propia de pensar, que es negativa y reduccionista y parcial. PARA SER “creíble” y “aceptable” y “seria” la metodología teologica ha de estar abierta a TODAS las corrientes de pensamiento que nos lleve a la verdad que buscamos. Y mientras mas nos alejemos de los valores absolutos y trivialicemos y relativicemos todo, incluyendo la moral y al mismo Dios,.. iremos cayendo mas profundamente en el escepticismo, el agnosticismo y en el puro racionalismo que conducen todos los “ismos” como el existencialismo, nihilismo, monismo que como el marxismo niegan toda trascendencia. PERO NUESTRO DIOS no es un mito, una “mera” abstraccion, ni una idea descabellada. Sus huellas estan presentes en todo. Y EL lo sostiene y lo fundamenta todo. Y sin EL la vida es un completo absurdo sin sentido existencial. ¿Y aun asi queremos ignorarle y suprimirle porque nos molesta? Pero EL ES el Dios nuestro que no solamente es personal, que nos ama y que desea estar con nosotros perennemente, empezando aqui, para llevarnos de manera voluntaria a la otra vida, que es la verdadera….Lo importante “no es el lenguaje” sino lo que significa para nosotros…..un abrazo   de Santiago Hernandez  

  • Iñaki S:S,


    El pasado mes de agosto le envié este comentario sobre la actitud crítica de los viejos en general,  a nuestro común amigo Antonio Duato,  y por la circunstancia que sea no vió la luz. Me he sentido tan bien dialogando en este post que me he permitido colarlo. Disculpas por la paliza!
    Ovejas discrepantes

    Si algo caracteriza a la tercera edad es el encuentro con el estrechamiento de los “horizontes mundanos”. Un cuerpo cada vez menos vigoroso ensombrece toda fantasía ligada al éxito profesional y al afán de conquista amorosa. Quienes han acumulado un poco de dinero y poder se resignan con más dificultad. A menudo tratan de alargar su agonía a un precio quizá excesivamente caro. No les envidio y prefiero gastar mis escasas energías en la búsqueda de nuevos horizontes. ¿Hacia dónde dirigir los pasos tras haber pateado durante mas 7 décadas entre el mundanal ruido?. Una posibilidad podría ser el intentar progresar en el cultivo de la mente. Por lo general su ritmo de decrepitud suele ser mas lento que el del cuerpo. Es un hecho que nos anima a asomarnos al interior de nosotros mismos, por simple instinto de supervivencia. Se trata de mantener vivo nuestro “yo” más íntimo, por un tiempo añadido. El truco está en la habilidad de cada uno para penetrar sin complejos en el mundo llamémosle del espíritu. ¿Por qué no intentarlo si, a pesar de su intangibilidad, puede que sea tan real como el físico y material?.
    Si a la experiencia de la mayoría de personas mayores sin poder político, económico o religioso, le añadimos unas gotas de conocimiento, el producto final suele ser la figura del discrepante contumaz. Y esto ocurre en cualquiera de los ámbitos en los que podamos desarrollar las capacidades que nos van quedando. A los viejos, con mas o menos razón, nos brota el escepticismo y la crítica con bastante facilidad. Cuando están en juego el dinero o el poder se nos suele hacer muy poquito caso. Movernos en el campo de la filosofía del ser, cuando la madre tierra nos atrae cada vez con mas fuerza, puede darnos mas posibilidades de enredar un poco. ¿Por qué no dedicar parte de nuestro tiempo a re-ubicar nuestras creencias, por ejemplo, en función de las experiencias personales y la evolución de nuestro entorno social?.
    Los cristianos inmersos en la cultura occidental y empeñados en pensar, a partir de nuestra larga experiencia mundana, no lo tenemos nada fácil. Aunque entendamos mas bien poco del tema, parece que no se pueden pasar por alto las corrientes filosóficas de los siglos XVIII y XIX. El pensamiento de Marx, Freud, Nietzsche, etc. más o menos superado o actualizado, sigue estando presente en los albores del siglo XXI. Gracias a ellos se ha avanzado mucho en el conocimiento racional de la persona humana. ¿Por qué la teología Católica romana oficial no ha querido saber nada de ellos?. ¿Por qué han sido sistemáticamente arrinconados los teólogos mas vanguardistas conscientes de la necesidad de un “aggiornamento”?. ¿Cómo entender el alejamiento de la Jerarquía Católica del pálpito vital del mundo de hoy?. Con este panorama no sorprende que las “ovejas discrepantes” vayamos creciendo en progresión geométrica. Ahora bien, siendo tantos como al parecer somos, además con tan buenas ideas, desconcierta un poco la incapacidad logística de cara a enderezar la situación.

    Desde un punto de vista ideológico no parece haber ningún problema. Con unas palabras u otras todos apostamos por la fraternidad y coparticipación universal. Por la igualdad de derechos, para todas las personas, a la hora de asumir responsabilidades a todos los niveles. Por la valoración positiva de la sexualidad. Por el respeto a un mundo multicultural y a unos derechos humanos de los que nadie debe quedar excluido. Por la defensa del medio ambiente. Por el compromiso a trabajar conjuntamente con cuantos luchan por la justicia social, la paz, la libertad y la felicidad para todos los seres humanos. Etc.
    Desde un punto de vista puramente logístico, avanzar hacia una alternativa al poderoso catolicismo romano y demás religiones proféticas, parece harina de otro costal. ¿Cómo operar desde una fraternal horizontalidad, con estructuras mínimas que eviten la concentración de poder?. Yo no tengo la respuesta, pero ahora que los tiempos cambian a velocidad de vértigo, quizá alguien la encuentre. Solo puedo decir que sigo viendo en la humanidad del Jesús de Nazaret histórico, a un “discrepante consumado” que merece toda nuestra atención. Tal vez sea autosugestión, pero simplemente con intentar seguirle el rastro siento como si estuviera en compañía de alguien. Así, al no encontrarme nunca solo, me resulta mas fácil no perder la esperanza.

  • Juanel

     
    Gracias Ináki, para mí el centro también es Jesús de Nazaret histórico, ese hombre tan impresionante, tan maravillosamente humano como no puede serlo sino Dios, Dios con nosotros. Partir de aquí para hacer teología es lo que algunos llaman “desde abajo”, para diferenciarla de la “desde arriba” que parte de la verdad absoluta revelada. Para mí no tenemos aún la verdad absoluta, quizás sólo aproximaciones más o menos ajustadas, y no la tendremos hasta alcanzar la Plenitud en donde la revelación será completada. Si no la tenemos completa, me parece un error tomar las verdades insuficientes que tenemos como principios, para elaborar una teología coherente.
     
     
    Además el diálogo con personas que exponen la verdad para ser aceptada o negada resulta de entrada viciado, dado que no buscan una razón dialógica sino el lenguaje más sugerente posible, incluso empantanado, rebuscado, oscuro,…, pues no pretende ser entendida sino solamente aceptada. Lo que tratan en el fondo es de imponer “la verdad” al número máximo de oyentes posibles, la entiendan o no la entiendan. Eso casi les da igual, pues muchas de las cosas que exponen tampoco ellos las entienden. Mucho se ha escrito de que la razón es incapaz de alcanzar las verdades de la fe, que si las verdades de fe fuesen racionales no se necesita la fe, etc., y de aquí se sigue la aceptación de verdades irracionales. Esto es algo que veo inhumano puesto que la razón es una de las principales cualidades humanas y por tanto si se niega la razón se niega lo humano. Me niego a descartar la razón en lo más importante de mi vida. Necesito todas mis capacidades y sentidos para dar al menos una posibilidad de razonabilidad en lo que afirma mi fe.
     
     
     
    Santiago, todo eso que nos cuentas de que Dios nos creó libres dotados de conciencia moral, autor de la Ley, que nos dio a su Hijo Unigénito para que accedamos a Él, etc., tiene un sabor añejo como dice Iñaki, cosas por otra parte que no niego pero que les busco cómo enraizarlas a una cierta razón que me sea sostenible. Conscientemente y con esfuerzo me he apartado de ese lenguaje porque me resulta imposible encontrar en él alguna posibilidad de racionalizarlo. Me resulta además pretencioso porque se coloca de entrada en la posición de Dios, Dios hace, Dios dice, Dios quiere,…… Mi pensamiento cambió con el CVII y la Teología de la Liberación que parte de la oferta de seguimiento al Jesús histórico, y de él al Cristo de la fe, y luego al Dios de Jesús que lo asumo como propio. Hacerlo a la inversa me di cuenta hace bastantes años de que resultaba no sólo pretencioso, sino también irracional e incoherente.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Iñaki,   gracias por tus palabras y por tu crítica. Esta me ayuda a enmendar lo que puedo para hacerme mas comprensible.
    Ya se -me lo has dicho antes- que me consideras como “anacrónico” e “idealista”. Pero pienso que al leerme y contestarme es porque algo de lo que escribo te queda un poquito, aunque solo sea como un recuerdo del pasado. Pero lo que importa en realidad no es “la forma” sino “el fondo”. Y yo, como tu, y como muchos, intento ir a la fuente principal, a la causa, al meollo de todo este “tinglado” y como el centro es Cristo quiero verlo -de la misma manera que tu- “desde el principio” como un personaje real y no “mítico” que todavía resulta actual. Pero querer ir a la fuente principal no siempre es perjudicial, muchas veces tenemos que hacerlo para que esa figura que buscamos no se haya diluído y oscurecido a traves del tiempo en un lenguaje “demasiado” modernista.  Y asi, para darte un ejemplo, y sin querer de ningun modo compararme yo con semejante fenómeno musical,  cuentan los biógrafos que la célebre soprano dramática de coloratura, María Callas, al principio de su carrera no fue unánimamente aceptada por el público operático de aquel tiempo, expecialmente en la Scala de Milán que se considera aun en dia la meca sagrada de la ópera. ¿Que había pasado? EL PUBLICO de aquel entonces se había acostumbrado a un tipo de voz poco matizada en donde no existía mucho “drama”, con escalas y legatos perfectos, y lo que se iba a oir, no era un teatro cantado, sino mas bien “una acrobacia” en la voz, para ver cual era el cantante que tenía el “tope” mas agudo. Sin embargo, esto no era, ni mucho menos, lo que los compositores originales intentaban pues Rossini, Bellini, Donizetti, escribieron aquellas famosas partituras para una voz como la de la Callas, capaz de expresar el drama y la pasion de la misma manera como el compositor quería. Y fue Callas, la que investigando la historia encontró que una voz imperfecta como la de ella, era capaz de la expresion adecuada para darle vida a aquellas tragedias musicales. Y asi fue como consiguió devolver a la opera su sentido original. Y entonces empezaron muchos cantantes a seguir este camino abandonando esa escuela moderna que limitaba la expresion del cantante pues hay mucho mas en la opera que una voz perfecta: hay pasion, hay accion, hay drama y la voz tiene que expresarlo todo. Esta fue la idea original.
    Po lo demas, yo te admiro por lo que escribes, tambien por tu elegancia y educacion y, por eso me alegro que sigamos en comunicacion.
     un abrazo    de Santiago Hernández
    nota: el que no hable mucho de mi, no quiere decir que yo no tenga los “pies en la tierra”. Como tu, ya tengo bastante experiencia. Vale

  • Iñaki S:S,

    Amigo Santiago,  al leerte siempre me siento transportado a una especie de monasterio virtual envuelto en la celestial música gregoriana. Tu simbiosis con el Cristo de la fe, sobre todo Dios, parece situarte en una atalaya solo para poseedores de la verdad absoluta. Tu construcción teológica es preciosa, pero tiene una pega: está al alcance de muy poquita genta a lo largo y ancho del mundo mundial.  Para quienes llevamos mas de siete décadas pateando la calle envueltos en el mundanal ruido, el discurso de Juanel se hace mucho mas cercano e inteligible. Mi inquietud por penetrar en el misterio del Jesús de Nazaret histórico, sobre todo hombre, me sitúa mas cerca de él. De todos modos, os agradezco a los dos la elegancia con la que intercambiais ideas, permitiéndonos a los demás aprender un montón.

  • Juanel

     
    Pero Santiago, ¿no adviertes la contradicción en lo que dices? Primero afirmas que en lo más hondo de la conciencia humana existe el deseo innato del bien, de la justicia, …… y no lo contrario, y además añades que existe en todos los pueblos y edades, independientemente de las condiciones o circunstancias. Al suponer esto como verdad universal, le das la categoría de principio básico para toda ética social, derecho o ley. Luego más abajo dices que sin la ley moral el ser humano es incapaz de lograr un equilibrio psíquico y social, su confusión será cada vez mayor y caerá en una cultura que tiende a destruirse…….presa de tanta inmoralidad y tanta corrupción hedonística. Entonces, ¿dónde queda el deseo innato del bien? Parece más bien que sostienes la cordura, el equilibrio, el orden social,… más en las LEYES morales que en el supuesto deseo innato del bien. Sin la ley moral dices que las consecuencias son la inmoralidad y la corrupción hedonística, y como estas cosas se dan, son un hecho, pregunto ¿de dónde salen? Para mí es evidente que surgen también de la conciencia y del deseo humano (¿innatos?). ¿Por qué razón consideras innato el deseo de bien y no el deseo de inmoralidad y corrupción que se dan con alta frecuencia como tu mismo reconoces?
     
     
    No es posible demostrar que nacemos con el deseo del bien ni tampoco con el deseo del mal. Nacemos con nuestras características biológicas de nuestra especie, pero no se heredan las culturales, las aprendemos. Heredamos la supervivencia y para ello en nuestra tierna infancia necesitamos ser acogidos por alguien que nos alimente y cuide (por lo común los padres). Nos va la vida en aprender rápidamente que es lo “bueno”, es decir, lo que aprueba y produce en nuestros padres la sonrisa acogedora y lo “malo” aquello que nos reprende con enfado y castiga. Esto es demostrable, basta ver lo que enseñan y toman por “bueno” los hijos de padres al margen de la ley civil. Si no se enseña la moralidad a los hijos de ninguna manera surge de modo espontáneo, de su bagaje innato. No existe lo que se llamó el “buen salvaje”. El bien hay que enseñarlo y eso lo sabe cualquier padre o madre, teniendo en cuenta las característica personales de cada hijo/a.
     
     
    La cualificación de “innato” al deseo de bien es un principio interesado en sostener un sistema moral concreto que apela a un ente superior Dios, que impone a la humanidad unas leyes de obligado cumplimiento. En realidad esas leyes morales, situadas por encima de la libertad humana, son impuestas por un determinado grupo interesado en mantener un orden social con leyes fundamentales inapelables e indiscutibles. ¿Son leyes morales surgidas del deseo innato de bien aquellas que discriminan a la mujer, a los homosexuales, a los negros, etc., etc.? En la historia reciente las hay en abundancia y no digamos si retrocedemos un poco.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Juanel,    por supuesto que no me refiero al determinismo de las abejas que forzosamente tienen que hacer de sus celdas perfectos hexágonos. Me refiero, en primer lugar, a la libertad de Dios, que pudo crear o no, pues no necesitó de nosotros , y que al hacerlo, en Su amor, no solamente nos dio la vida, sino tambien nos dio -como dices tu-” la capacidad de decisión”  de una manera consciente y racional, no inconsciente e irracional como la de los animales. Esta es la gran diferencia, “el gran gap” -digamos-  que reside en nuestra conciencia que nos dice que existen cosas buenas y cosas malas.  Principio universal de todos los pueblos, aun de los mas primitivos y salvajes. Principio universal que nos distingue del resto de la creación. Nosotros somos los” únicos seres” capaces de poseer una moralidad consciente y racional.
    Yo creo que el mal existe -lo he dicho- como realidad humana, no como una idea fantástica y relativa,  y que, por tanto, se traduce en acciones malas, puesto que si el mal es una abstracción, las acciones malas producen efectos malos que son parte -como dices- de una experiencia, desgraciadamente, muy frecuente. PERO, de la misma manera que tu, YO no juzgo, ni condeno, al ser humano que se decide a ejecutar la obra mala. Eso, por supuesto, no me corresponde a mi, ya que aquí estamos solamente exponiendo   “principios morales” y estos solamente son una guía para la conducta humana, no una condena.
    El hecho de que exista hoy en día un relativismo moral mas acentuado, no quiere decir que el ser humano no posea la capacidad para querer hacer el bien y evitar el mal. Porque tambien es verdad que en todos los siglos ha habido muchas mas personas que han seguido -a pesar de los obstáculos y las oscuridades y las limitaciones de la mente- a su conciencia que les dicta que es mejor lograr el bien, que realizar el mal. Porque si fuera la contrario, si el bien no hubiera prevalecido  en detrimento del mal, seguramente nos hubiéramos ya extinguido como especie, y tampoco hubiéramos alcanzado el progreso que hemos logrado. El mal hubiera -al fin- triunfado. Pero existe -en lo mas hondo de la conciencia humana de todos los tiempos- el deseo innato del bien, de la verdad, de la justicia, de construir, de lograr la paz, de procurar el bien a nosotros y a los otros…..y no lo contrario. La experiencia así lo enseña universalmente. Y este profundo deseo es independiente de mi sexo, de mi estado social, de mi nacionalidad, y de todas mis circunstancias. Existe en todos los pueblos y esto ha existido en todas las edades, y esta es la base de toda ética social y de todo el derecho, y de toda ley.
    Pero si las leyes civiles y penales son necesarias para el orden social y para el bien común, con mayor razon son necesarias las leyes morales porque sin ellas -sin la clarificación que ellas ofrecen- tampoco se puede lograr el orden y el bien individual. Pues unas son reflejo de las otras. El ser humano -sin esta guía- es incapaz de llegar a un equilibrio psiquico y social. Su confusion será cada vez mayor y caerá en una cultura que tiende a destruirse, en una cultura que conduce a la desintegración. Asi ha pasado con los pueblos, asi pasó con el Imperio Romano, que segun la historia, una de las causas fundamentales de su desaparición  fue que tanta  inmoralidad y que tanta corrupción hedonistica dieron al traste con la misma base donde se asentaba todo su poder. Y asi pueden citarse otros ejemplos.Y por supuesto, tambien puede pasar – y quizas está pasando- en el momento actual. Un deterioro moral y social.
    Por supuesto que nosotros no podemos IMPONER la ley moral. Solamente Dios puede pedir el ser humano su cumplimiento, ya que Dios mismo es el autor de la ley, ya que EL es tambien el autor de nuestra vida y de nuestra libertad, y ES EL que se nos revela. Nos da acceso de poder llegar a EL con nuestra razón, se nos acerca mucho mas al asumir nuestra humanidad y nos da a su Hijo unigénito, el Verbo de Dios, como prueba de su extraordinario amor hacia nosotros y nos da a entender y nos muestra que nuestra verdadera vocación es el camino del bien porque siguiéndolo llegaremos a nuestro gol final verdadero que es la felicidad en el amor del Padre. Lo contrario se reduce a la cultura de la muerte, que estamos contemplando y experimentando. PERO los que hemos percibido -de alguna manera a Cristo- votamos -no por la destruccion de la muerte- sino por la vida, y esta es eterna, pues EL tiene la vida en si mismo    Un saludo cordial  y gracias por tu paciencia……Santiago Hernández     
     

  • Juanel

     
    Gracias a ti Santiago por leerme y contestarme, por que me da pie para seguir expresando mis planteamientos personales a partir de los tuyos que son muy distintos. Dices que la estructura fundamental de la creación es la libertad, bueno es un modo de expresarlo. Es verdad que todo cuanto sucede desde la materia-energía, pasando por los seres vivos hasta nosotros, presentan grados de libertad variable en cuanto que el suceso siguiente a uno dado puede tener varias posibilidades de realización con diversa probabilidad, de las cuales “se filtra” una que es la que sucede. Los grados de libertad del hombre (genérico) tienen una mayor diversidad que las de cualquier otro “sistema” natural, al menos conocido. Quizás te refieres a nuestra capacidad de decisión, pero ésta no nos viene “de novo” sino que los animales también la tienen con la diferencia que la nuestra tiene mayor amplitud.
     
     
    Dices Dios nos creó “libres”, yo corrijo diciendo que podemos, vamos, estamos siendo libres por nuestras capacidades heredadas como seres vivos de nuestra especie surgidas de su particular evolución. Todo ello no disminuye en nada nuestras responsabilidades al decidir, pues de ello resultan acciones malvadas, neutras, buenas o excelentes, y sus consecuencias. No reúno el conjunto de acciones malvadas en un ente, el Mal, y menos aún cualifico de malvado/a al hombre o a la mujer que ha decidido realizar ese tipo de acciones. Simplemente el Mal se da como consecuencia de acciones malvadas decididas por personas en determinadas circunstancias. Y claro que es una realidad que se da con demasiada frecuencia, una frecuencia excesiva.
     
     
    Dices que cualificar las acciones en orden moral no es relativo, ni subjetivo, ni situacional, sino que debe ser objetiva. Quizás debería de serlo pero en realidad no lo es. Para cualificarlas necesitamos primero los criterios de cualificación basados en ciertos principios. La pretensión de los que opinan como tu lo haces es que esos principios que informan los criterios de cualificación moral son universales válidos para todos. ¿Cuál es el principio que pueda tomarse como universal? Discutámoslo. Principios universales no sólo no se dan, sino que es falsa su pretensión y además imposible. Tú mismo lo dices el relativismo moral hoy se extiende de modo imparable, por lo que es evidente que los principios morales no son universales como un hecho dado y claro desde tu perspectiva lanzas contra él todos los demonios, la fuente de todo mal. ¿Por qué? Pues porque es mucho más fácil disponer de un código moral único, que puede derivarse en leyes, que puedan a su vez IMPONERSE a todo el mundo, que dejar actuar libremente a las persona tal como hayan decidido.
     
     
    Las leyes son necesarias para una convivencia pacifica, que provienen del consenso entre los que quieren convivir. Pero pretender un código moral único, es una imposición que atenta contra la libertad de las personas. Los Mandamientos del Sinaí no son leyes de obligado cumplimiento sino dirección moral a la que apunta lo que quiere Dios del hombre (genérico) para alcanzar su meta, el Bien, la Plenitud Humana. Y este Bien como llamada a la humanidad, no es un sello o marca indeleble en la consciencia de todo ser humano, de la cual la maldad o debilidad humana lo apartan culpabilizándolo, sino una oferta que a la libertad del hombre se le puede presentar según las circunstancias de su vida particular y que puede ser tomada como horizonte de vida.
     
     
    Para nosotros que hemos escogido libremente el Bien, la Plenitud, como horizonte de nuestra vida, sería una incongruencia que no luchemos con todo nuestro esfuerzo contra los deseos o tendencias que se oponen a lo que hemos elegido. Pero EXIGIR a los que no tienen nuestro mismo proyecto los mismos valores morales resulta como poco un contrasentido.
     
    Saludos cordiales

  • Juanel

     
    Exacto Iñaqui, es eso lo que digo, “La existencia y demostración de omnipotencia de un Dios estaría, entonces, en que hace posible que se pueda alcanzar la Plenitud, partiendo de condiciones de miseria extrema.” Y no sólo la de la miseria extrema, sino la nuestra, la de todos, por que es una evidencia palpable que no la merecemos en absoluto. A los ateos y agnósticos les cuesta creer en el triunfo final del Bien. Muchos trabajan para mejorar las condiciones presentes incluso a medio plazo, pero al prolongarlo a sus últimas consecuencias a la meta final de la humanidad pierden la esperanza. El futuro individual y colectivo lo encuentran cerrado en destrucción y muerte. La omnipotencia de Dios lo abre en la Plenitud, sin alterar la coherencia histórica, sin milagros ni magias divinas.
     
     
    Dios abre la posibilidad de Plenitud suscitando un colectivo de personas que son la “sal” y la “luz” del mundo, que van colocando a la humanidad en la dirección de la Plenitud como centro atractor de la historia. Y esto se tiene necesariamente que hacer paso a paso, dar tiempo al tiempo, por que si de pronto ese colectivo aumentase su número masivamente por acción de Dios, o peor aún suprimir de un plumazo nuestros males, injusticia y sufrimientos, sería algo formidable y revelador sin tapujos del poder de Dios, pero también milagroso y rompería desde ese punto el curso natural y coherente de la historia.
     
     
    Estos planteamientos me permiten diluir el problema de la persistencia del mal y la omnipotencia de Dios. Me permiten responder a la pregunta de porqué si Dios puede hacerlo no acaba de una vez por todas con tanto sufrimiento. Dios se limita a sí mismo para que el curso de la vida y de la historia siga un proceso coherente, sin saltos, milagros o magias divinas. Pero no descuida para nada ni en ningún momento su obra, que consiste esencialmente en la Plenitud Humana, el fin y la finalidad de la historia.
     
     
     
    En la sorprendente y maravillosa sonrisa de una criaturita famélica tu ves la cercanía de Dios en él, ¿cierto? Bueno, eso está bien. Si lo pasamos en términos de Plenitud como me indicas, pues no creo que esa criaturita pueda tener conciencia de Plenitud, lo que sí tiene es alegría de vida a pesar de sus miserias, sufrimientos, enfermedades….., está contento de vivir. Y esto apunta ciertamente a la plenitud de la vida y por tanto a la Plenitud Humana.
     
    Saludos afectuosos.

  • Santiago

    Juanel,  gracias por tu comentario y por estar otra vez por aquí. Es muy interesante lo que escribes y disfruto leyéndote.
    En cuanto a tus preguntas, te diré que aunque creo que existe lo puramente preternatural como explicó modernamente Paulo VI, sin embargo, en lo que escribí no me refería completamente a esto.
    Si lees mi comentario detenidamente verás que, en el contexto, hablo de la libertad. Y esta libertad de Dios es como la estructura fundamental de la creación. Es una libertad creadora que fue donada por EL a nosotros. Sin embargo, la elección que Dios hizo por amor de hacernos tambien a nosotros libres, con capacidad para decidir, implica necesariamente el riesgo de poder hacer el mal. Mi punto principal es que el mal existe, no solo preternaturalmente, sino que existe como una realidad humana. Basta ver TV o leer la prensa para darse uno cuenta de las terribles consecuencias de esta decisión. El enorme cúmulo de desgracias humanas que trae esta mala decision al escoger un objeto  malo en si mismo. Y me refería por tanto que hay objetos que en si presentan  una malicia de tal grado que si yo los escojo libremente y directamente siempre encierran el mal. Tal caso del homicidio directo y de la calumnia, por citar solamente dos. 
    Por eso la moral no puede ser subjetiva, ni relativa, ni situacional sino que debe ser objetiva, porque de ella dependen el orden individual y social. Las consecuencias de este relativismo moral están a la vista. El deterioro moral de la sociedad cada día progresa mas mientras vamos buscando una sociedad hedonística que sea permisiva en mi subjetividad pues de acuerdo con esto todo está permitido mientras “yo”, mi persona, lo quiera ejecutar y que yo sea el único árbitro de mi conducta y “nadie mas”. 
    Pero tanto, el mal “heredado” como dices tu, la tendencia al mal que sentimos dentro, como el preternatural que sobrepasa nuestras fuerzas naturales, NO son omnipotentes. Podemos luchar y podemos dedicarnos a salir de el, y lograr transformarnos para el bien, que fue el propósito de nuestra venida a este mundo    un abrazo  y bienvenido   Santiago Hernández   

  • Iñaki S:S,

    Me ha gustado tu comentario, amigo Juanel. Retengo esta frase. “La vida del que nace en condiciones de miseria extrema es tan importante como la del que nace en la abundancia, porque ambos alcanzan la Plenitud”.
    A ver si te he entendido bien. Estoy contigo en que la intervención divina tiene un límite: la coherencia de nuestra historia biológica evolutiva. La existencia y demostración de omnipotencia de un Dios estaría, entonces, en que hace posible  que se pueda alcanzar la Plenitud, partiendo de condiciones de miseria extrema. ¿Será eso lo que hay detrás de la sonrisa de cualquier criaturita famélica?.

  • Juanel

     
    ¿A qué te refieres Santiago que el mal, la injusticia, el sufrimiento,…. es un asunto intrínseco y no relativo? ¿propio de nuestra “naturaleza” humana, o quizás te refieres a Satanás o al Demonio? Si es cosa de nuestra “naturaleza” pues pudiera estar de acuerdo contigo pues su origen para mí deriva de nuestra historia biológica evolutiva, es decir, del origen de nuestra especie Homo sapiens, y también de cómo han ido las cosas en nuestra historia humana de unos 200 mil años. El Mal es un mal heredado y por tanto está en nuestras manos el poder remediarlo y acabar con él.
     
     
    Si por el contrario te refieres a que el Mal no es relativo por que su origen se debe a Satanás, es decir, que proviene de un orden superior al nuestro, tales como las Fuerzas del Mal, los malvados demonios, los espíritus malignos,….., entonces no hay acuerdo. En este caso vencer al Mal no es asunto nuestro sino de Dios y entonces lo único que podemos hacer es aceptarlo sumisamente y con resignación, a un paso de decir que Dios lo quiere así por causas que se nos escapan de nuestra medida de comprensión. Esto es lo que he entendido que has dicho. ¿Pero qué Dios es éste que juega con nosotros de esa manera tan inhumana y terrible?
     
     
    Dios nos da la vida y nos la mantiene en coherencia con nuestra historia humana, en las condiciones y circunstancias de nuestros padres y madres, del medio y del momento histórico en el que viven. No es que Dios coloque a uno en la clase privilegiada en la abundancia y derroche, y a otros por el contrario los sitúe en las peores condiciones posibles para ver como se desenvuelven, entreteniéndose con los que lo pasan bien y gozan de la vida y practicando su compasión y misericordia divina con los que ha colocado en condiciones de necesidad. Esto no es así, la coherencia histórica marca y yo diría que hasta limita su modo de hacer.
     
     
    Por otro lado ¿cuál sería la razón de impedir el nacimiento de seres humanos que no tengan las condiciones necesarias y suficientes para una vida satisfactoria? ¿Tendría que romper el curso de la vida? ¿practicaría Dios la eutanasia? Dios no hace estas cosas. La vida del que nace en condiciones de miseria extrema es tan importante como la del que nace en la abundancia, por que ambos alcanzan la Plenitud. Depende de nosotros y de nuestra responsabilidad individual y colectiva que las condiciones de miseria en la que viven millones de personas sea erradicada.
     
     
    ¿Dónde queda la justicia? Bueno, creo que como siempre me he extendido demasiado y este tema lo dejaré para algún otro comentario posterior, si se tercia.
     
    Saludos cordiales desde Tenerife.

  • Santiago

    Hacia el final de mi comentario debe decir: “mensaje salvífico de amor” en vez de “mensaje salvíco”. Gracias. Vale    SH

  • Santiago

    Iñaki,  me parecen muy oportunas y actuales tus preguntas. No es sorprendente que nos las hagamos, pues con el paso del tiempo nuestra realidad se desvela cada vez mas. Sin embargo, las respuestas a esas preguntas de la existencia no pueden siempre encontrarse en esta vida. Nosotros solamente abarcamos una ínfima parte de la realidad y aunque tenemos el privilegio, dado y recibido, de “poder pensar” nuestro mundo interior no es exclusivo sino inclusivo, porque existe mucho  mas dinamismo fuera de nosotros mismos.
    El sufrimiento humano y la injusticia universal no tienen sentido propio y en si mismos desde nuestro punto de vista terrestre. NO queremos sufrir por sufrir, ni queremos pensar que vinimos aquí principalmente para sufrir, ni tampoco podemos pensar que la injusticia no tenga un castigo que conduzca a la justicia.
    Solamente Dios penetra y satura la realidad completamente. Nosotros tenemos el estrecho panorama de unos cuantos años. Dios tiene ante El el panorama completo de todos los siglos. Nosotros pesamos y medimos los acontecmientos humanos segun sus causas PRÓXIMAS y sus efectos INMEDIATOS, pero DIOS los ve de otra manera, en sus CAUSAS MAS LEJANAS Y PROFUNDAS y los MIDE en sus mas LEJANOS EFECTOS. El quiso crear libremente,  y en su libertad nos legó tambien parte de ella, como seres creados que somos. Pues aunque dependemos de EL en todo, al mismo tiempo somos libres para decidir. Y dentro y fuera de la Iglesia podemos decidir remediar la injusticia o, por el contrario, crear y contribuir mas, con nuestro comportamiento, a perpetuarla. 
    No debemos extrañarnos. La Iglesia no es una comunidad de seres impecables y confirmados en gracia. El carisma de Cristo está presente en ella pero nosotros somos libres de aceptarlo o rechazarlo de alguna manera. Siempre, a traves de los siglos, el mal ha conseguido infiltrarse sutilmente dentro de las filas de los fieles; y afirman muchos que dentro de los clérigos las tentaciones son mayores y mas difíciles de superar. Y como decía un santo: “Has pensado en hacer bien a tu alrededor, prepara entonces tu alma para la tentación”. Por lo tanto, pensemos que ya seamos papas, obispos, presbíteros, diaconos o simple fieles, TODOS, estamos sujetos a una continua lucha denodada para ver quien -en definitiva- es quien gana. Pues el mal existe, es intrínseco y no relativo, y es el responsable de la desgracia del mundo.
    Por eso la Iglesia es para TODOS. No podemos pensar que nuestra iglesia “local” o “nacional” representa la Iglesia Universal. Los “grados de caridad” no son iguales, no solamente entre los individuos, sino tambien en las comunidades, porque dependen de nuestra libertad y asi tenemos que junto a Papas indignos como Rodrigo Borgia (Alejandro VI) existio tambien un Angelo Roncalli (Juan XXIII) y que Santa Juana de Arco fue quemada viva por miembros de la Iglesia y que Santa Teresa de Avila fue perseguida por la Inquisición y que Juan de la Cruz fue puesto en prisión por sus mismos hermanos de religión. 
    Esto nos dice que la Iglesia es solamente un regalo, y un camino que nos puso Cristo. Podemos rechazarlo, aun estando dentro del cuerpo de de Ella, o podemos recorrer el camino  con amor practicando el mensaje salvíco de amor propuesto por Cristo. El nos llama individualmente. Seamos pobre o ricos, sanos o enfermos, creyentes o no, clérigos o seglares,  para seguirle en nuestras circunstancias “particulares”. El “modeló cada corazón y conoce nuestros mas secretos pensamientos y deseos. Por otro lado, los clérigos que actúen contra e el Evangelio de Cristo tambien van a ser juzgados en el amor. Pero esto, su mal ejemplo, no es excusa para justificarnos. Porque nosotros vamos al médico para “curarnos” aunque el galeno no haga exactamente lo que el nos aconseja. Nuestro gol es el Cristo del Evangelio que nos dejo su presencia sacramental en la Iglesia. Todo lo demas es consecuencia de este portentoso milagro. Y perdonando la extension, me despido con un saludo cordial    de Santiago Hernández 
     

  • Juanel

     
    Insisto, yo creo que Dios/el Padre está implicado, comprometido, ocupado, preocupado ….. por el triunfo del Bien, por la progresión del Reino de Dios en la historia de la humanidad. El Reino crece por la adhesión, el empeño, el esfuerzo y entusiasmo de los hombres y mujeres que ponen su trabajo y su vida en la dirección de hacerlo realidad hoy, mañana y en el futuro, en múltiples y diversas formas y opciones. Dios/el Padre está con toda esa gente. Cuando éstos dan de comer al hambriento, visten al desnudo,….., lo hacen ellos sin duda, pero yo creo que Dios está con ellos, que también es Dios quien lo hace. Muchos son ateos, anti-iglesias y anti-religiones, incluso enfrentados o en contra de Dios, pero eso parece que a Dios no le preocupa en absoluto. Él hace llover sobre buenos y malvados, les sostiene por igual sus vidas. Y además según Jesús, esa gente entregada a la causa del Reino son los primeros que serán recibidos por el Padre, sus benditos, sus hijos, sus manos.

    Supongo que aún me podrás objetar Iñaqui, que hay millones que pasan hambre, miseria, enfermedades,……., de los que nadie se ocupa, simplemente se mueren cargados de sufrimientos. Sin duda es nuestra responsabilidad. No acusemos a Dios de la injusticia humana. Son nuestras estructuras, nuestros sistemas de producción y obtención de recursos,…. los que las producen. No existe el suficiente interés social ni político-económico, para que esto no suceda.
     

    Mi posición va un poco más allá. Pienso que Dios no actúa en ningún caso al margen del hombre (genérico). Actúa con él, por él y para él. Y claramente Dios está con los que yo llamo los campeones de la caridad. Esa gente formidable, con un empuje increíble, incansables, inagotables, que expanden a su alrededor un entusiasmo contagioso, con mirada serena, profunda, apacible……, entregada a la causa del Reino incluso sin expresarlo. Algunos añaden que no saben ni pueden hacer otra cosa que lo que hacen. Para mí son la imagen que veo más clara de “Dios con nosotros”. Esto no quiere decir que sean “santos”, “perfectos”, (como lo es Dios), no, tienen defectos como todo el mundo, a veces patéticos, pero ello no obscurece la imagen.
     

    Si Jesús pone el acento en la grandeza del hombre (genérico) “la vida más que el alimento, el cuerpo más que el vestido” a mi modo de ver no es para sublimarlo, para colocarlo en un nivel digamos “superior”, digamos “espiritual” “una partícula de Dios”, sino que le basta y le sobra ser humano para darle esa grandeza, sea de la condición que sea o estado en que se encuentre. ¿Por qué? Pues porque la vida humana no nos fue dada para destruirla o aniquilarala, sino para alcanzar la Plenitud, la de todos sin exclusiones. La del niño en la miseria hambriento y enfermo, la del malvado extorsionador corrupto y asesino, la del miedoso o indiferente, la del campeón de caridad…. la de todos. Nadie sobra, nadie falta en la Plenitud, y de aquí la grandeza de todo ser humano cualquiera que sea.
     

    El contraste con la Iglesia y sus jerarcas, la apabullante riqueza de todo cuanto rodea al culto, sus modos de vida, etc.,etc., etc., resulta doloroso y escandaloso, salvo contadas excepciones. El Reino en la Iglesia está relegado a un asunto marginal, a la Palabra o más bien palabrería vana. Su dedicación primera es el culto sacramental y esto lo han hecho y hacen con gran eficacia.
     
    Saludos cordiales desde Tenerife.

  • Iñaki S:S,

    Me sumo con un comentario colateral, a este interesante diálogo:

    De pajarillos, lirios y pobres
    Incluso en nuestra opulenta Euskadi, en tiempos de crisis los pobres se nos multiplican a ojos vista. Todavía no parece llegado el momento de ver a la gente desnuda o muriéndose de hambre, como por esos mundos de Dios, pero sí pasándolo realmente mal. Ante la magnitud del problema, imposible para un cristiano el no hacerse preguntas. ¿Por qué la inmensamente rica Iglesia Católica de los pobres, descarga su responsabilidad en manos de la “divina providencia”?. ¿No sería conveniente que practicara lo que predica, mostrando un poco mas de sensibilidad ante los problemas de tantas y tantas personas necesitadas?. ¿Cree suficiente el refugiarse bajo los pañitos calientes de Caritas diocesana?.
    Al visualizar la miseria material en amplios sectores de nuestro Mundo mundial, cuesta entender frases evangélicas tan contundentes como estas:
    “No os afanéis por vuestra vida, por lo que comeréis o beberéis, ni por vuestro cuerpo, cómo os vestiréis. Mirad los pajarillos del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y , sin embargo, los alimenta vuestro Padre celestial. Y por el vestido, ¿de qué os afanáis?. Observad cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan, pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió jamás como uno de ellos”.
    ¿Como interpretar estos textos, (Mateo 6, 25-34), cuando en el día a día se ve lo que se ve?. Por ejemplo, que la Jerarquía romana que se nos ha mostrado en todo su esplendor, en el reciente Sínodo, si que viste incluso mejor que Salomón. Pero, que yo sepa, con trajes cosidos por sastres especializados, con tarifas solo al alcance de bolsillos privilegiados. Y hablando de hambre, me gustaría conocer el menú de los ágapes que preparan los cocineros al servicio de los príncipes de la Iglesia. Claro, porque todos estos santos varones también necesitan que se les dé de comer y probablemente bastante bien.
    De todos modos, limitarme a la crítica y la denuncia me desasosiega. La sensación de no estar solo ni en las peores circunstancias, me obliga a seguir dándole vueltas al misterio del Padre celestial. ¿Qué significa eso de…”la vida vale mas que el alimento y el cuerpo mas que el vestido”?. Yo sé cómo me preocupo de mis hijos y nietos. ¿Pero cómo lo hace el Dios/Padre que conoce tan bien las necesidades de quienes se mueren de hambre y frío?. ¿Qué tipo de alimento y vestido inmaterial les proporciona, para que puedan resistir chapoteando en la miseria más absoluta?.
     
     
    Me siento incapaz de resolver el enigma. Y sin embargo, me cuesta creer que las personas que conformamos la Humanidad nos dediquemos a inventar historietas, con la única intención de eludir nuestras propias responsabilidades. ¿Que se esconde tras la sonrisa de esas criaturitas que, siendo mucho mas que pajarillos y lirios, sobreviven en condiciones infrahumanas en demasiados rincones del planeta Tierra?.


     

  • Juanel

     
    Primero una corrección. Quien dice “mi fe no es la mía sino la fe de la Iglesia” no es luis a. hernández sino luis a. pizarro. Disculpas. De este comentario de l.a.pizarro me llaman la atención varias cosas. Pero lo importante a mi modo de ver es que al poner la meta y la razón de ser de la Iglesia en la santidad y reducir todo lo demás a medios, obliga a mirar las “cosas de arriba”, como si al mirar las “cosas de abajo” hubiésemos perdido la orientación. No he leído nada más que este comentario de l.a.pizarro y por ello no sé si interpreto bien lo que quiere decir. Si lo que dice es que las “cosas de arriba” están detrás de las “cosas de abajo” como horizonte, pues nada que objetar. Pero si su intención es que dejemos en segundo plano las “cosas de abajo” por que lo importante es “lo de arriba” y que “las de abajo” todo lo más serán simples consecuencias de aquellas, entonces no puedo estar de acuerdo.
     

    La eficacia de la Iglesia es evidente en lo sacramental, pero con respecto a la santidad su eficacia merma sensiblemente. No aporta ningún visado de santidad ser hombre o mujer de Iglesia con una practica religiosa elevada si ello no se refleja en un alto grado o nivel en lo humano, precisamente en las “cosas de abajo”. Ya lo dice Pablo en 1Co,13, ya puedo tener en mi haber muchas misas, comuniones, oraciones, meditaciones, desprendimientos, purificaciones, devociones, sacrificios hasta entregar mi cuerpo a las llamas,….. si no tengo caridad de nada me sirven.
     

    Lo primero es la caridad y todo lo demás, incluidos los sacramentos están en función de ella. Sin caridad no hay santidad. Si los sacramentos no me sirven para aumentar en ella, de nada me sirven.
     

    En consecuencia mirar hacia “las cosas de abajo” en primer lugar y preferente, no es perder la orientación en absoluto, sino todo lo contrario. El Cielo, el Paraíso,…… no es un asunto del “otro mundo” algo mágico y maravilloso dispuesto por Dios por su poder sin que la humanidad tenga nada que ver en ello, sino algo profundamente humano el “Reino de Dios” en el cual la humanidad alcanzará su Plenitud. Sin duda es una labor humana, y los que creemos en Jesús de Nazaret “sabemos” o “creemos” que será una realidad y definitiva, al estar Dios implicado hasta el final en ello y de qué modo tan sorprendente y escandaloso, ¡hasta la muerte en cruz!
     

    Saludos cordiales

  • Gracias a todos por los comentarios, no se trata de ser superiores al “otro” en cuanto al tema de la Iglesia. A cada uno el Espiritu Santo da su don. Asi lo ha establecido SU fundador. No todos somos cabeza ni todos somos manos. De alguna manera todos construimos el Cuerpo de Cristo como tambien podemos destruirla. Pero, bien o mal, sea anunciado Jesucristo, lo dice Pablo, pero sin destruir al “otro”.
    En Cristo
    Lucho

  • Juanel

     
    Mi fe es para mí también, como dice luis a. hernández, la fe de la Iglesia y no la mía. Proclamo el Credo sin reservas en mi comunidad. Entiendo no sólo la necesidad del Magisterio sino que comparto su legitimidad en comunión con el Papa. En el núcleo central de la fe de la Iglesia mi adhesión es plena sin fisuras, pero basta que nos separemos un poco de él para que me sitúe en la frontera y más allá al surgir numerosas incoherencias con respecto al núcleo de la fe y lo que el Magisterio dice. Hay evidentemente una jerarquía de principios y valores, unos cuantos son fundamentales pero la gran mayoría son supuestamente derivados de ellos.
     

    El primer orden en jerarquía para la Iglesia es el sacramental por que ese orden la constituye y yo lo comparto. Pero el segundo es en todo semejante a éste, el amor al prójimo tal como Jesús lo hizo. Éste no es prioritario en la Iglesia precisamente por centrarse en el orden sacramental, con todos sus derivados litúrgicos y sus accesorios, antes de ocuparse del segundo en igualdad al primero. Se ocupa y preocupa de que los sacramentos puedan seguirse dando a los fieles, mientras relega el principio del amor a un asunto marginal de caridad mal entendida interesadamente como beneficencia.
     

    Lo sacramental es objetivamente manejable o controlable y por ello la Iglesia lo hace, pero el amor o la caridad bien entendida (1Co, 13) no lo es, no es patrimonio de la Iglesia y menos exclusiva de ella, sino que está implicado en lo humano y es para todos en la dirección que marca Jesús. La Iglesia defiende eficazmente lo sacramental (20 siglos) y yo lo acepto incluso apelando a su autoridad y legitimidad, pero también lo hace a base de derechos, privilegios, intereses, poder….que en mi opinión sobran. Sobran por que con excesiva frecuencia resultan contrarios a la caridad o amor.
     

    Por ello la autoridad y credibilidad de la Iglesia y su Magisterio en relación a la moral resultan como poco incoherentes y contradictorios. Lo que dicen los simples párrocos, los jerarcas e incluso el Papa, en este campo les pongo “sordina” porque a menudo me avergüenzan o escandalizan. Desde tragar y disimular con los clérigos suyos incluso delitos comunes civiles, hasta excluir y ultrajar a sus fieles laicos por causas tan leves que resultan mezquinas. ¡Qué poco madre acogedora es la Iglesia! ¡Qué falta de sensibilidad, de comprensión, de caridad, …. cuando intuyen levemente que pueden ponerse en juego sus intereses internos por nimios que sean!
     

    Saludos cordiales
    (Hace algún tiempo que no entraba en Atrio por circunstancias que no vienen al caso. Espero tener tiempo para poder hacerlo al menos durante una temporada. Gracias, por mantener este magnífico portal a pesar de las dificultades)

  • Santiago

    Luis,   estoy de acuerdo contigo en tu “análisis” que es mucho mas positivo que el de mi gran amigo Javier. Es mucho mejor reformar lo “deformado” desde “dentro”, con una actitud positiva y constructiva versus  la destruccion total de las estructuras y sistemas etc. etc. La Iglesia “per se” tiene el carisma de Cristo a pesar de las graves deficiencias y pecados que existen en sus miembros pues Cristo “quiso” y “llamó” específicamente al núcleo de los 12, hombres pecadores, no simplemente para la santidad, sino para el ministerio, (“Os haré pescadores de seres humanos”). Indudablemente, aun en su humanidad, Cristo sabía de sobra los graves problemas  que existirían en la libertad que tenía cada miembro de este colegio apostólico y a pesar de ello consta, sabiéndolo a ciencia cierta por experiencia, que quiso darles el poder suficiente para que “Su presencia sacramental salvífica” en este mundo durara hasta el fin de los tiempos, y que su auténtico mensaje de amor fuera “transmitido” por sucesión hasta el final de los tiempos. Por lo tanto, mi pertenencia a la Iglesia no debe basarse en el grado de perfeccion que veamos en los fieles -sean clérigos o seglares- sino en la vida sacramental que ofrece la Iglesia a TODOS ya que Dios “está hasta en los pucheros”, presente en lo individual mas que en lo colectivo, en lo mas mínimo, mas que en lo grandioso. Ya que este camino que ofrece Cristo en su Iglesia es el  mejor y mas seguro para llegar al amor del Padre.
    Entonces debemos empezar “la reforma” por nosotros mismos primero, para despues poder crearla alrededor nuestro, hasta donde podamos llegar en esta breve vida, que es como un sueño, “una vela nocturna” y que nos está pasando vertiginosamente.
    Todo lo demas, fuera del mensaje de amor de Cristo, tiende a desaparecer. Lo único que perdurará, como dice S. Pablo, será este amor que procede del Padre a traves del Hijo     un saludo cordial de Santiago Hernández 

  • luis a. henríquez

    Javier Renobales:
     
    No comparto la oportunidad ni la razón de ser de esa condecoración a la figura de la Virgen. Tampoco me gustan los desfiles militares detrás de imágenes de Cristo, la Virgen, o santos y santas.
     
    La fe de cada cual, pues es complicado analizarla, ponderarla, juzgarla. Los males y pecados de la Iglesia católica, a la vista están, son muchos. Pero a diferencia acaso de tu análisis eclesial, el mío me informa de que no todo en la Iglesia católica es malo, malísimo, nefando y demagogo y falso; mucho de bueno, justo, generoso, noble y humano ha habido en 2.000 años de historia del cristianismo.
     
    Es lo que creo. Es parte de mi credo.

  • Toda la vida terrena del Resucitado está dedicada a “fundar la Iglesia”. Este comienzo y este crecimiento se han perennizado a través del tiempo. La existencia de la Iglesia se debe totalmente a la entrega que Cristo hizo de sí mismo en la cruz. Quiero decir que la iglesia se debe a la cruz.
    Para nosotros, la cruz es nuestra “única esperanza”. Cuando hablo de la cruz me refiero a esos brazos extendidos que simboliza una realidad que Jesús ha prometido: “Atraeré a todos hacia a mí”.
    La cruz de la Iglesia es siempre la ignominia de sus miembros pecadores donde todos estamos metidos. Por eso en el Credo de la Iglesia no hacemos profesión de “creer” en la Iglesia para no confundir a Dios con sus obras.  Y entre sus obras está la reconciliación entre nosotros.
    Me impresiona su  fidelidad a la Iglesia del obispo de Shanghái Ignatius Gan Pin-Mei quien por su FIDELIDAD al Papa había tenido que pasar treinta y dos años en prisión. ¿Cuál fue su “pecado”? Su fidelidad a la Iglesia de Roma y al Papa. A sus 87 años sólo pedía una cosa: “Orad por mí para que permanezca fiel en la fe hasta el fin”.
    Dice la Liturgia de la Iglesia: “Señor no mires NUESTROS PECADOS, sino la fe de tu iglesia”. En vista de los grandes peligros a los que nuestra fe está expuesta desde dentro y desde fuera, ponemos nuestra mirada en la fe de la Iglesia. Nadie puede creer solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros. Claro que MI fe, no es la mía, sino LA FE DE LA IGLESIA.
    Durante mucho tiempo, sobre todo los marxistas, han criticado a la Iglesia acusándole de que los cristianos consolamos a la gente con la idea del “más allá”, con la idea de una felicidad después de la muerte, en vez de “combatir” las desdichas que se padecen antes de la muerte en vez de eliminar la pobreza y el sufrimiento. Precisamente esto demostraría que la religión es el “opio del pueblo”.
    Hoy a los cristianos se les ha ido de la mano el cielo. Apenas de se habla del cielo; de la “patria celestial”. Da la impresión que hemos perdido la ORIENTACION. Nos hemos olvidado que somos peregrinos (muchos de nuestros amigos ya no están) y que nuestra meta es el cielo. Quiero decir que ya no sentimos el anhelo del cielo, ya no buscamos “las cosas de arriba”  y creemos que lo más natural es llegar a él.
    Nos estamos olvidando estas palabras de Pablo: “deseo la muerte para estar con Cristo, que es mucho lo mejor”. Este anhelo profundo y apremiante no tiende a ninguna “vida” después de la muerte, sino que su deseo es “estar con Cristo”, vivir con EL, habitar junto al Señor.
    Es grande quitar la tentación de esperar que llegue algún día en que la Iglesia, acá en la tierra, no tenga que llevar ya el yugo de su condición de peregrina. El yugo no será quitado de sus hombros, sino que únicamente se le hará más LLEVADERA, porque es el yugo de Cristo. Pero esto no significa que la Iglesia no tenga interés por esta tierra. Los cristianos no somos vándalos.
    La Iglesia es inseparablemente ambas cosas: COMUNIDAD ESPIRITUAL y ORGANISMO VIVISBLE aquí en la tierra. En esta comunidad existe una estructura que permanecerá hasta la consumación del Reino. La Iglesia no se fundamenta sobre el ministerio. Su estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. La jerarquía, pues, pertenece al ORDEN DELOS MEDIOS. La finalidad de todos los medios es y debe ser únicamente LA SANTIDAD, que es el Misterio de la Iglesia.
    Llama la atención que ni siquiera los discípulos no eran “alumnos ejemplares” en la escuela del maestro. Los evangelios hablan de las fallas y la incomprensión de sus discípulos. Del ESTAR-CON-JESUS de inicios, con Pablo se inaugura al ESTAR-EN-CRISTO, y esto requiere un largo camino.
    Decía monseñor Christoph Schonborn: ¡Cuantas veces somos nosotros, los apóstoles y sus sucesores, los que impedimos que la gente venga a Jesús¡
    El Señor sabe TAMBIEN que ellos, tuvieron y tienen la VOLUNTAD de perseverar, a pesar de todos sus fallos. Precisamente, en la hora en que todos los apóstoles se iban a descarriar y abandonarLE; Jesús confirma a Pedro en su ministerio. Y Jesús sale a favor de Pedro y le dice que su “fe no vacilará”.
    La roca es ante todo la fe en que Jesucristo es el Hijo del Dios vivo. La roca es Cristo mismo. Tan solo por el poder y por la palabra de Jesus, es Pedro también la roca.

    Saludos

  • Javier Renobales Scheifler

    Será fe católica, como tú la llamas Luis a. Henríquez, la de esos ‘incondicionales’ (que son quienes se creen y hacen incondicionalmente lo que les manden sus jefes).
     
    Pero esa fe católica incondicional no es fe en Jesús ni como la de Jesús, que es la que debe importar al seguidor de Jesús. Esa fe que dices es sólo una fe católica.
     
    La fe católica incondicional que dices, Luis, es parecida a la llamada ‘fe del carbonero’, la del sumiso que obedece y se cree lo que sea que le mande el magisterio, con tal de sentir que tiene segura ‘su salvación’, que es lo que le importa.
     
     Es una fe impersonal, impuesta y aceptada con sumisión cobarde e inhumana, una fe egoísta y perjudicial para el desarrollo humano, que adula al magisterio y a la ICR, pero no sirve para seguir a Jesús.
     
    Una fe impersonal es un teatrillo, no vale nada humanamente; en realidad no es fe, sino pura sumisión. La fe es personal, o no es fe.
     
    Jesús no tuvo nada que ver con la sumisión a ningún magisterio, sino que fue todo lo contrario, su fe fue desafecta respecto de los sacerdotes de su Iglesia judía; la fe de Jesús fue heterodoxa, existencial, personal, no aceptó ningún magisterio, como debe de ser una fe humana.
     
    Poner una condecoración militar a una virgen es una aberración desde el punto de vista del seguidor de Jesús, es una manipulación -puro marketing militar- de la virgen, la cual en su vida como judía -que fue siempre la virgen hasta su muerte-, padeció a los militares invasores romanos, ladrones y asesinos.

    Los militares guerrean y matan, nada que ver con Jesús, ni con la virgen, sino todo lo contrario.
     
    Así que me río yo de esa fe católica incondicional que dices, Luis, pus esa fe no tiene nada que ver con el seguimiento de Jesús, el que vivió en Galilea y Jerusalén hace dos mil años.
     
    Esa fe católica incondicional es un producto de la ICR, un invento de la ICR que no sirve para seguir a Jesús adecuadamente. Sin ánimo de ofender lo digo, Luis.

  • Secundino Pérez

    Cuando se vive muy requetebién al lado del poder, influyendo en él, obsesionados con él, dominados por él, dominantes con él, es raro que haya alguien de dentro del poder que renuncie a ello y así se teje una madeja de obispos, arzobispos y demás ispos, tan serviles como silenciosos y no precisamente con el silencio del que hablaba Melloni en la entrevista aquí publicado, sino con el silencio de los cómplices de los desmanes del poder.
     

  • luis a. henríquez

    Gestos como este de condecorar a la Virgen con los más altos honores militares, me parece a mí que lo que provocan es esto: la fe católica de unos pocos “incondicionales” experimentará un subidón; la fe más o menos tibia, crítica, desafecta, heterodoxa, existencial, personal, que es la de muchos -yo diría que la mayoría del Pueblo de Dios-, sufrirá otro pequeño revés, otro pequeño batacazo.
     
    Me parece. Sin ánimo de ofender a nadie lo digo.

  • Antonio Vicedo

    -Si al mensaje de Jesús se le quita o esconde su testimonio vital y relacional, ya toda la divergencia e incoherencia de lo eclesial hacia Él queda  explicado y aún con posible justificación.
     
    Es lo que pasó con el AT, haciendo imprescindible la acción profética correctora de la interpretación y práxis del sistema teocrático.
    El mensaje “revelado“, siempre moldeado por quienes lo reciben sin referencia concreta testimonial de Aquel a  Quien se atribuía,  fácilmente se distorsionaba por la misma  conceptualización de la Divinidad Arcana y la falta de coherencia teórico-práctica, necesitaba de la acción profética e incluso de  duras lecciones circunstanciales, entendidas como castigos, o pruebas.
     
    El mismo Jesús, asumió humanamente este talante profético llevado a su mayor nivel en tanto HIJO DEL HOMBRE e HIJO DE DIOS, pero anonadando esta primordial y trascendente  condición para que fuera su TESTIMONIO HUMANO, respaldo ineludible de su MENSAJE.
    En Jesús, testimonio y mensaje se identifican de modo que las incoherencias respecto a uno, lo son ineludiblemente respecto del otro. (“Si no creeis en mis palabras, ¿tenéis alguna razón para no creer en mis obras?”)
     
    Por eso lo suyo es BUENA NUEVA que no anula todo lo precedente, pero tampoco lo asume, sobre todo, en lo que falsea la grandeza y dignidad de todo ser humano tal como lo exige la creación (“A imágen y semejanza NUESTRA) y la filiación con la que aquella primera creación es llevada a plenitud (El Sábado es para la Humanidad, y no esta para aquel; o ¿como cualquiera puede decir que cree en, y ama a, Dios a quien no ve  y no ama a su hermana/o  a quien ve?)
     
    Y aquí esta el problema fundamental eclesial, como lo está el de toda religión. estructurada primordialmente sobre mensajes:  “Porque dicen y no hacen”, situándose en las antípodas de Jesús que: Empezó a hacer y como consecuencia, a decir.
     
    Por eso  al discipulado que se quiera considerar suyo nos reta con este encargo: “Ejemplo os he dado, para que como yo me he comportado con vosotros, vosotros os comportéis mutuamente.”
     
    Nunca será la Iglesia Doctrinaria y Magisterial la privilegiada comunidad del discipulado cristiano, sino la Testimonial que actualice en lugares y tiempos el HACER  de Jesús previo al de adoctrinar. llámese evangelizar (vocablo que esconde lo de: “Dar un Buena Nueva o Noticia“) o catequizar que conlleva casi todo lo de adoctrinar ideológica e idolátricamente.
    La Iglesia privilegiada seguirá siendo aquella que levantaba en su entorno aquella admiración y deseos de adhesión: -¡.Miradlos como AMAN!

  • ana rodrigo

    Lo de la condecoración a la Virgen del Pilar es vergonzoso, irracional, absurdo y vomitivo. Vomitivo por la utilización de la misma para justificar todo lo que la guardia civil ha hecho y hace, especialmente lo que nunca debería haber hecho( me refiero a la violencia ejercida) en cuya actuación únicamente es responsable el propio cuerpo de dicha institución.

  • pepe sala

    Ma han mandado éste mensajhe a mi correo. Supongo que se acoplará bastante bien en el tema que se trata aquí.
    Vaya, pues:
     
    —-
    La Virgen del Pilar, condecorada por el ministro del Interior

    28/09/2012 – 06:00h

    Si entráis en la página oficial de La Moncloa-Consejo de Ministros-Referencias, y dándole a la ruedecita del ratón avanzáis por Reales Decretos, Acuerdos, Informes, Proyectos de leyes y demás literatura oficial, llegará un momento en que pensaréis que habéis atravesado el espejo de Alicia y que os encontráis al otro lado de la realidad, en el país de las Maravillas. O bien que un hacker ha atacado la página de Moncloa y la ha suplantado por una del diario satírico El Jueves.

    En ese país de las Maravillas, en esa realidad inventada y fantástica, encontraréis de pronto un lugar llamado CONDECORACIONES/Interior, en el que se lee lo siguiente: “REAL DECRETO por el que se concede la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil a la Virgen del Pilar, Patrona del Cuerpo”. Repetid, por favor en alto lo que acabáis de leer, a poder ser aguantando la risa o la ira, y enviadlo a vuestros amigos y allegados, gritadlo por el patio de luces, escribidlo en vuestras pancartas de la próxima manifestación, es decir la de mañana, contádselo a vuestros hijos y nietos, porque estamos en un momento histórico, quizá irrepetible: el español consejo de ministros, de ministros meapilas y talibanes cristianos, le concede una cruz a la supuesta madre de un dios que murió en la cruz.

    Pero ¿qué había hecho de extraordinario la Virgen del Pilar para merecer de pronto esta condecoración? Pues, al parecer, por llevar cien años justos patroneando el benemérito cuerpo sin rechistar, bendiciendo a golpistas ilustres como el coronel Tejero, lo que ya es mérito más que suficiente para una virgencita que vive forrada de oro y pedrería, aupada en una columna de jaspe. Y eso no es todo. También es patrona del Cuerpo de Correos, del Cuerpo de Secretarios, Interventores y Depositarios de Administración Local, de la Sociedad Mariológica, y del Consejo Superior de Misiones, cuerpos y organismos que ya estarán preparando sus grandes cruces en las que crucificarnos a todos en el Gólgota de la crisis.
    Horas antes, el titular de ese ministerio, Jorge Fernández Díaz, miembro supernumerario del Opus Dei, había felicitado a la policía por la actuación “muy profesional” que había llevado a cabo, sembrando de terror y heridos la ciudad de Madrid en las manifestaciones del 25-S. Toda España contempló irritada cómo la policía se cebaba a porrazos en la cabeza de manifestantes arrastrados por el suelo, inmovilizados por botas militares en la garganta mientras sangraban por las cejas y oídos, policías con las placas de identificación ocultas para que no se les distinguiese de los delincuentes, a quienes su jefe, el devorador de hostias supernumerario, había dado carta blanca para repartir alegremente las hostias que a él no le había dado tiempo a tragar en misa por la mañana.
    Alguien con tal carencia de sentido de la proporción está incapacitado para comprender que concederle a la imagen de la Virgen del Pilar la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil influye más en que suba la prima de riesgo que todas las necedades de Rajoy juntas en la sede de Naciones Unidas. Porque los mercados no son tontos. Saben que los españoles, arrodillados a sus pies con tal de calmar su furia depredadora, estamos aborregados, dispuestos a soportar sin rechistar que nos bajen las pensiones y los pantalones, nos suban el IVA, nos recorten la paga de Navidad, amenacen nuestras libertades civiles y desmonten nuestro estado de derecho.
    Todo eso lo saben los mercados. Lo que no podían imaginar es que España estuviese gobernada por gente con las facultades mentales tan mermadas que serían capaces de condecorar, mediante Real Decreto, a imágenes de la Virgen. Y eso a los mercados les intranquiliza mucho más, porque la locura es impredecible.
    Una España sumergida de nuevo en la edad media, que saca a los santos y vírgenes para implorar la lluvia, y que honra con la máxima condecoración de la Guardia Civil a la madre de dios es Cristo. Con un ministro del Interior incapaz de ver la brutalidad de sus policías, aunque le pongan las imágenes del abuso una y otra vez ante sus narices, pero que cree firmemente en que existe una virgen-madre que está en los cielos velando por las almitas de la Guardia Civil.
    Acojona, ¿a que sí?
    —————

  • antonio rejas

    Los deseos que expresa José Mª en el último párrafo son los míos y de una inmensa  multitud. Y, además de la transparencia, también pediría un recorte notable en el presupuesto utilizando lo sobrante para la comunicación de bienes en cualquiera de las muchas formas posibles. Pero a mí, sinceramente, me parece un imposible metafísico.   

  • ana rodrigo

    Hay poco que hacer con esta iglesia, opio del pueblo y autoengañándose con eso del fervor popular y de que es esto lo que el pueblo pide. Y es cierto, es el pueblo el que está conforme con esta iglesia de boato y grandes manifestaciones populares, es a este pueblo al que satisface, y se retroalimentan mutuamente. Somos las gentes de frontera y fuera de la frontera quienes pedimos, exigimos y deseamos otra iglesia.
     
    Por eso los distintos gobiernos no se atreven a quitarle privilegios, porque el pueblo se les echaría encima, y, además, perderían votos. La iglesia española tiene muchísimo más poder del que nos imaginamos.

  • h.cadarso

      En las circunstancias en que nos encontramos, con un poder civil decidido a llevarse bien con la Iglesia, tan bien o mejor que los gobiernos anteriores,  ¿qué posibilidades existen de que la Iglesia Católica  en España adopte la línea de conducta que propone nuestro amigo Castillo?
      La batalla contra la crisis no está a las puertas del templo, a las puertas del templo están los menesterosos pidiendo limosna, y eso es todo.
      La batalla contra la crisis está en la calle, en potenciar la protesta y la revuelta contra un gobierno que  está vendido al capitalismo más chapucero y caciquil.
      A mí la iglesia me sirve para reunirme con los creyentes a la hora de la oración en común. Para lo demás, mis compañeros de lucha no son los que van a misa, amigo Castillo.
      Creo que nos estamos pasando de conversaciones de sacristía…