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No tengáis miedo

La crisis económica que padecemos se puede definir, con toda razón, como la crisis del miedo. El miedo es el instrumento más eficaz que utiliza el poder para someter a la gente. En este asunto, los hombres de la religión somos expertos. A fin de cuentas, en la experiencia religiosa, el miedo ha sido siempre determinante. Con razón, el  historiador J. Delumeau ha escrito un estudio monumental sobre “El pecado y el miedo”. Dos grandes volúmenes que no son sino un análisis de textos  tomados de los sermonarios de predicadores eclesiásticos de los ss. XIII al XVIII.

Pues bien, los políticos, sea cuales sean sus creencias (si es que las tienen), han salido buenos discípulos de los curas. Antiguamente, cuando la gente llenaba las iglesias, los propagandistas del miedo y de la sumisión eran los clérigos. Ahora, cuando el centro de las preocupaciones se ha desplazado de los templos a los bancos, los portavoces del miedo y del sometimiento son los políticos. Y la consecuencia lógica de este cambio a la vista está. Si antes, liderados por las sotanas, no sabíamos a dónde íbamos, ahora, liderados por nuestros parlamentarios, ya sabemos a dónde vamos: derechos a un precipicio sin fondo.

¿Tiene esto remedio? ¿Qué se puede hacer? Lo primero, por supuesto, no seguir por donde vamos. Porque si con la política de antes y la economía de antes hemos acabado donde estamos, ¿somos tan estúpidos como para pensar que, siguiendo con la misma política y la misma economía, vamos a salir del pozo en el que esa política y esa economía nos han metido? Hemos cambiado de “políticos”, pero no hemos cambiado de “política”. Antes eran los del PSOE, ahora son los del PP. Pero, el fondo del asunto es el mismo. Porque, en definitiva, lo que está en juego, en la mentalidad de muchos políticos, no es el “bien común” de todos los ciudadanos, sino el “triunfo” de un partido sobre el otro. Por eso, yo me pregunto si, en una situación de emergencia grave, como la que estamos viviendo, no sería lo más lógico tomar soluciones de emergencia. Quiero decir, dejarse de diferencias partidistas y unirnos todos en un mismo proyecto. Lo que nos va a sacar de esta situación no va a ser el poder de unos que se impone a la debilidad de los otros, sino unir las aportaciones de unos y otros para que todos podamos superar la angustia en que vivimos. ¿Que hay que  modificar la Constitución, en lo que sea necesario?. Se modifica. Y se hace lo más rápido posible. No se hizo al hombre para someterse a las leyes, sino que son las leyes las que deben asegurar y defender los derechos fundamentales del hombre. Con las leyes que tenemos, hemos acabado donde estamos. Pues, que se cambien las leyes. Al ritmo que van las cosas, este país no aguanta hasta final de año.

Y que nadie nos venga metiendo miedo con la amenaza de los mercados, de la prima de riesgo, etc, etc. El Gobierno sabe cuáles son las necesidades básicas que todos los ciudadanos tienen derecho a cubrir: alimentación, vivienda, sanidad, educación. En este país hay dinero para garantizar que todos los ciudadanos tengan esos derechos cubiertos. Lo que pasa es que el dinero hay que sacarlo de donde está. El Gobierno tiene medios para enterarse de dónde está. Y puede dar leyes para que ese dinero cumpla la función que tiene que cumplir, que no es acallar el miedo de unos o la codicia de otros, sino los derechos fundamentales de todos.

Yo sé que más de uno, al leer estas cosas, dirá que no tengo ni idea de política o de economía. ¿De qué política? ¿de qué economía? ¿de las  que nos han metido donde estamos? De todo eso, prefiero no saber nada. Y en cualquier caso, por favor, ¡que no nos metan más miedo! El Evangelio, que, antes que un libro de religión es un proyecto de vida, repite de principio a fin: “¡No tengáis miedo!” (Mt 10, 26. 28. 31; Mc 5, 36; Lc 5, 10; Lc 12, 15; Mc 6, 50; Mt 17, 7; 28, 5. 10). El miedo genera esclavos y parásitos. El día que superemos el miedo, superamos la crisis.

6 comentarios

  • ¡¡¡¡totalmente de acuerdo¡¡¡¡. gracias le doy al Espiritu de  Dios por manifestarnos a través de los hermanos que estan atentos a la escucha el perenne aliento de su Gracia: NO TENGAIS MIEDO. El está en medio de nosotr@s. Estos momentos son, humildemente, momentos de pedir que me se a concedida la conversión del corazón y de la mente, de la voluntad y de la vida para saber seguir en el cuidado amoroso de Dios Padre/Madre. el Reino de Dios sigue su caminar silencioso, en medio de tanto “griterio”, la semilla de mostaza está transformandose en hortaliza acogedora de todos los pájaros que han de seguir haciendo la travesía del desierto hacia la tierra nueva. que la paz y el bien acompañen tus dias, José Mª, hasta el banquete del cielo

  • Iñaki S:S,

    Pocas pero siempre sabias palabras, amigo Sarri. Me corriges si me confundo al deducir de ellas mi tésis, antítesis y síntesis:
    -Los arreglos políticos se logran con la ejemplaridad de un sector suficientemente amplio de la sociedad.
    -Los católicos somos un sector suficientemente amplio de la sociedad.
    -Los católicos, olvidándonos del Evangelio, nos hemos dejado embaucar por la propaganda liberal capitalista y nuestra falta de ejemplaridad impide lograr los arreglos políticos que requiere la situación actual.
    Apunto una fantasiosa  solución.  Si las numerosas familias católicas que dan su voto al PP, se preocuparan un poco menos de la vida de los fetos y un poco mas de las vidas de las personas hechas y derechas, con su ejemplo y su abundante dinerito podrían arreglar la situación económica en un pis-pas. ¡Y la ICAR mirando hacia otro lado!.
     
     

  • Asun Poudereux

    Hay miedo a la pérdida de poder y de credibilidad, por incompetencia, en los mismos políticos y nos dispersan con bombardeos de todo tipo para que no se nos ocurra el quid de la cuestión, y que todo siga igual.
     
    Me parece clave y urgente pedir por parte de la ciudadanía, antes que cualquier otra resolución, el cambio de sistema electoral en listas abiertas y por circunscripciones concretas y bien delimitadas, como puede ser el sistema francés, por ejemplo, porque implica un cambio estructural profundo, una clausura del actual sistema de listas cerradas y de poder centrado en los partidos, y como hemos ido soportando, nunca en los votantes y ciudadanos, como debe ser en toda democracia real.
     
    Se han de eliminar las corrupciones y abusos de poder en la clase política y en sus ramificaciones. Para ello el control y la confianza tienen que fluir en ambos sentidos, hacia los políticos, y lo más importante,  lo que da confianza y control de poder a la adultez del ciudadano de a pie, cuando se le deja ejercer  pleno poder y control democráticos.
     
    ¿Por qué está costando tanto a los grandes partidos y a la clase política dar este paso de madurez democrática? ¿Qué oscuros intereses se esconden en hacer que las cosas cambien sin que de fondo se cambie nada?
     
    Porque si no ¿En qué multitud de casos encontramos “con la Iglesia hemos topado” la política impermeable de nuestros políticos, cuyos dirigentes son los que dan la confianza y someten a su vez a disciplina interna, con todo lo que eso implica, a sus representantes en listas cerradas?   

  • sarrionandia

    Lógica y sicología no siempre van de la mano y pretender corregir problemas sicológicos (que son los problemas políticos) con reflexiones lógicas no tiene mucho sentido; más que con consideraciones el arreglos político se logra con la ejemplaridad de un sector suficientemente amplio de la socieadad y eso es lo que ha sido mermado por la propagsnda liberal capitalista.

  • ELOY

    Dice el artículo:

    “Antes eran los del PSOE, ahora son los del PP. Pero, el fondo del asunto es el mismo. Porque, en definitiva, lo que está en juego, en la mentalidad de muchos políticos, no es el “bien común” de todos los ciudadanos, sino el “triunfo” de un partido sobre el otro.”.

    Yo no creo que el PP y el PSOE sean lo mismo. 
    Aunque ninguno esté libre de defectos, pero el discurso y la práctica distan mucho.

    El PP está desmontando sin rubor el estado del bienestar, como consecuencia no sólo de la crisis sino de su ideología liberal.  

    Por otra parte cabría añadir que algunos políticos no solo buscan el poder por el poder en política, sino también el propio e injusto (sea legal o no) enriquecimiento personal.

  • Antonio Vicedo

    El miedo de los débiles  es el medio con el que cuentan quienes también son  realmente débiles para, con esa complicidad, conseguir y mantener su falso poder.
     
    Contrarrestar esa falsedad real del poder con la verdad de la igualdad solidaria y la unión que con ello se puede y se debe conseguir, es el camino de la LIBERACIÓN personal, fruto de cambiar la dependencia insuperable por la mutua ayuda tan al alcance de los seres humanos adultos, realmente  complementarios.
     
    La FALSA mater-paternidad convertida en mater-paternalismo , solo tiene solución superadora con la salida del INFANTILISMO, en tanto situación fustrante y falseadora de la REALIDAD HUMANA.
     
    Sigue siendo  necesidad y verdadera posibilidad  el que es LA VERDAD lo único que aporta real LIBERTAD