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La última columna de Carlos Fuentes

Esta tarde ha muerto, a los 83 años, por un problema cardiaco, Carlos Fuentes, periodista y escritor mexicano. Este este mismo martes el diario Reforma publicó un artículo del escritor mexicano Carlos Fuentes titulado “Viva el socialismo. Pero… (2)” en que habla de los retos que enfrentará el nuevo presidente de Francia, Francois Hollande. Como el mejor homenaje a este exquisito hombre de izquierdas, sugerimos la lectura de esta última columna suya.

Al final del texto, Fuentes critica a los candidatos mexicanos a la Presidencia, quienes, señaló, están alejados en debatir temas cruciales y más preocupados en encontrarse defectos.

Aquí el artículo íntegro:

Nadie ha explicado la continuidad de la historia de Francia mejor que Francois Mitterrand. Nunca fui partidario de Charles De Gaulle, explicó una vez. Pero siempre rehusé ser su enemigo, afirmó. ¿Por qué? porque existía. Porque sus actos lo creaban, convencido de que él era Francia, a la cual, añade Mitterrand, De Gaulle quería con un amor visceral, exclusivo. Es más: De Gaulle afirmaba la presencia francesa en todos los frentes a la vez. Exigía admiración y lealtad. Un viejo chiste propone que De Gaulle, ante su gabinete, decidió un día invadir la Unión Soviética.

-¡Dios mío! -exclamó un ministro.

-No exagere -le contestó De Gaulle.

Si evoco este pasado, es para acercarme al presente que enfrenta el recién electo Francois Hollande y para contrastar el gran talento político de De Gaulle, tan admirado por su opositor Mitterrand, con la pequeñez del antecesor inmediato de Hollande, Nicolas Sarkozy. Presidente de un solo período, Sarkozy lo inició con frivolidad: cenas suntuosas, viajes en yacht, relojes de setenta mil dólares, bikinis y un profundo desprecio por la gente de la calle: “cállate, pendejo”, le dijo a un ciudadano opositor. Confieso mi antipatía. El año de México en Francia fue cancelado por la exigencia de Sarkozy: cada acto del centenar previsto debía comenzar con la defensa de la encarcelada Florence Cassez: cine, arte, arqueología, literatura mexicanas, pero primero, defensa de Cassez. La exigencia de Sarkozy dinamitó el año de México en Francia.

A la postre, la realidad europea e internacional redujo a Sarkozy al papel de socio menor de la canciller Angela Merkel. Pero era Francia, al cabo, el ente secundario.

Francois Hollande hereda todo lo que llevo dicho. La idea de la grandeza nacional que encarnó De Gaulle. Las posibilidades de la reforma social en régimen capitalista, que fue la apuesta de Mitterrand. La posición de Francia en la comunidad europea y la relación con la Alemania Federal, que fue el problema de Sarkozy. Y algo más: la respuesta de Francia al gran desafío de la sociedad civil y que pone en entredicho a todos los gobiernos. Desploma a los autoritarismos pétreos de Egipto, Libia y Túnez. Desnuda al ya bastante encuerado Berlusconi en Italia. No se contenta con Zapatero ni con Rajoy en España. Multiplica la oposición en Gran Bretaña y le resta poder electoral a Cameron sin dárselo del todo al jefe laborista Edward Miliband. En los EE.UU., se separa del Partido Republicano, disminuye y ridiculiza al “Tea party” y sólo le dará una victoria condicionada a Obama en noviembre. Son los “Ocupantes”.

¿Cómo responderá Francois Hollande a este nuevo desafío, el de una sociedad que al cabo no se reconoce en ninguna de las tribus políticas tradicionales: izquierda, centro o derecha? Conocemos algunas de sus respuestas, todas ellas adecuadas a la situación que describo. Hollande quiere un gobierno que se defina menos por su perfil tecnocrático y más por lo que los franceses entienden por “humanismo”, y esto significa una preocupación mayor -como la tuvo Mitterrand- por la calidad del trabajo, la remuneración salarial y la descentralización administrativa. Más empleo, mejor vivienda. ¿Más austeridad? Hollande ha declarado que la austeridad no puede ser una fatalidad. ¿Cómo convertir la austeridad no sólo en virtud, sino en motor del crecimiento? ¿Y es más, en convicción colectiva?

Los desafíos a Hollande son inmensos. La inmigración del mundo musulmán, parte de ella ya instalada en Francia, reclama no ser tratada como la llamó Sarkozy: “la basura”. Hollande debe darle al inmigrante norafricano diálogo y un horizonte en la política de inclusión social y creación de empleo que es la suya. El inmigrante de África del norte debe sentir que es parte de esta política, no mero accidente adjunto de la misma. Hollande deberá dialogar con norafricanos y afroeuropeos para alcanzar, con todos, maneras de tratar el conflicto social y racial con las comunidades que exigen derechos y una situación manumitida. Lo que haga Hollande en este renglón tendrá una repercusión europea y global. El trabajo migratorio no puede ser, a la vez, necesario y castigado. Si ya hay libertad para el capital, la inversión y el cambio, debe haberlo también para el trabajo. Se trata, ni más ni menos, de revertir la política sarkoziana de proteccionismo y en contra de la inmigración.

El gran desafío del nuevo presidente de Francia consiste en poner en marcha una política de crecimiento contraria a la política de rigor sin crecimiento dictada por Merkel. Que existe un acuerdo franco-germano es cierto. Hollande deberá convencer a Merkel -cosa difícil- de cambiar los términos de la relación. O al menos, de añadir un apéndice sobre la necesidad de crecer, sin engañar a nadie con políticas proteccionistas y subsidios a la ineficiencia. El socialismo en el poder debe presentarse como una affectio societatis que concierne no sólo a la empresa o al trabajo, sino al conjunto social.

No será fácil. Pero Mitterrand demostró que, dentro de los límites, el socialismo puede hacer lo que la derecha ni siquiera piensa en hacer. “La austeridad no puede ser una fatalidad” -explica Hollande-. Y darle una nueva dimensión a la construcción europea. Y decírselo cuanto antes a Europa y a Alemania. Crecimiento con disciplina. Tal es la propuesta de Hollande. Ojalá que tenga tiempo y éxito. La impaciencia de los “ocupantes”, la sociedad civil emergente, es muy grande.

Nota mexicana.- Me preocupa e impacienta que estos grandes temas de la actualidad estén fuera del debate de los candidatos a la presidencia de México, dedicados a encontrarse defectos unos a otros y dejar de lado la agenda del porvenir.

Carlos Fuentes.

Publicado hoy en Reforma.

5 comentarios

  • olga larrazabal

    ¿Digamos que Hollande va a resultar un bluff como Obama?

  • Carmen (Almendralejo)

    Otra vez, el funcionariado se lleva el varapalo de la izquierda mediocre, junto a los mediocres de izquierda de Andalucia…
    En Cataluña irán a la calle, en otros nos matan y llevan a las puertas de caritas.

    Mientras los políticos corruptos se llevan miles de millones de nuestros bolsillos, y los complices políticos (corrupto tambien) miran para otro lado, por lo cual según el codigo penal, son igual de corruptos.

  • Gabriel Sánchez

    Dios sabe que respeto, valoro y quiero a quienes han dado opiniones muy. como dice Honorio poeticas de Hollande, pero debo, justamente basado en el cariño que les tengo, expresar lo que pienso-siento y creo, que me cuesta entender como se tropieza con la misma piedra tantas veces, el social liberalismo…o como se autodenominan en Europa Socialismo…por esto lados esa palabra parece significar algo diferente…Por eso para expresar lo que pienso, voy a tomar prestado un trabajo realizado por un francés que  tiene una mirada muy parecida a la mia (salvando las enormes diferencia a su favor) y que conoce mucho más a fondo que este inutil servidor,  la realidad francesa y que da y no da Hollande y el socialismo frances….”Hollande ha sido pues elegido presidente, cuando no ha mostrado ni un momento su voluntad de situarse en el terreno del mundo del trabajo, de la justicia social, por otro reparto de las riquezas, por nuevos derechos sociales. Su programa no es la ruptura, sin embargo necesaria, con la orientación de su predecesor. No se ha comprometido siquiera a echar atrás las contrarreformas de Sarkozy, empezando por la de las jubilaciones. Al contrario, inscribiéndose plenamente en la política de los socialistas europeos y de la Unión Europea, gestores leales de la crisis, la elección de Hollande anuncia una política de austeridad para las categorías populares, en nombre del rigor y del equilibrio presupuestario. Ha aparecido hasta tal punto como garante del sistema que un hombre de derechas como Bayrou no se ha equivocado votando por él.
    Tenemos pues que prepararnos para llevar nuevas batallas, para federar las resistencias contra medidas y políticas que no serán sino una austeridad de izquierdas.
    Es la ambición del NPA: queremos construir amplios marcos unitarios para hacer converger las luchas contra la austeridad…
    En esta situación el objetivo del NPA es construir una verdadera oposición a todas las políticas de austeridad tanto de derechas como de izquierdas. En esta oposición queremos también por nuestra parte encontrar las vías para avanzar en el reagrupamiento de los anticapitalistas. También para defender esta perspectivas, el NPA presentará candidatos y candidatas en las elecciones legislativas.
    Más que nunca, es necesario hacer vivir un proyecto anticapitalista (
    Con cariño Gabriel

    Philippe Poutou- Union Sindical Solidaires)”

  • Iñigo

    Carlos Fuentes uno de los pocos buenos escritores que quedaban, recuerdo su libro Terra Nostra, alegato en favor de la libertad personal en una sociedad tan controlada y dependiente como la nuestra, descanse en paz.

    Es positivo y esperanzador que nuevas ideas y nuevas personas se impliquen en arreglar todo este gran lío que tenemos. Aunque Hollande no parece que más allá de sus ponderadas promesas pretenda aplicar un plan keynesiano de gasto público y social, ni que tenga intención de retar al capital financiero, le veo más inmerso en la “real politik”. Más extremo en su discurso fue Francois Mitterrand, que en la crisis de los años 80 y ante la huida de capitales, devaluación del franco y un enorme desempleo se parapetó en la disciplina presupuestaria y en legislar unas leyes restrictivas en cuanto al control del gasto, que nunca llegó a platear su antecesor Giscard d’Estaing, liberal conservador que hacia política socialdemócrata. Lo mismo sucede en Alemania, la política actual es consecuencia del gran programa de reformas socioeconómicas del Canciller Gerhard Schröder, que no llegó a protagonizar porque perdió las lecciones, y que ha realizado el CDU de la actual Canciller Angela Mercker, en la primera legislatura en coalición con los socialdemócratas del  SPD y ahora con sus apoyos en el Bundestag. Es difícil distinguir entre ambas tendencias en cuanto acciones políticas y de gobierno, aunque sí lo puedan ser en cuanto acción propagandística.

  • h.cadarso

      Dos temas dedicados a François Hollande en un tono poético-patriótico, este de Carlos Fuentes, y el de Arregui…Muy bonitos, pero quizá el tema reclama más bien un análisis riguroso y racional que poético-romántico-patriótico.Ya sabemos lo que da de sí la socialdemocracia europea, y sab emos de la crisis de la izquierda europea. A Hollande no se le podrán pedir milagros, tendrá que peleaar con todo el realismo posible con el hueso duro de la Fraulein-Kaiser-Fuhrer y todo el capitalismo alemán que le dice a la señora lo que tiene que hacer. Menos mal que los votantes alemanes se están escorando hacia la socialdemocracia…Pero a la señora aún dicen que le queda más de un año de gobernar, y los banqueros alemanes no le van a permitir salirse del guión.
    Yo, seráfico Arregui, llorado Carlos Fuentes, sería muy prudente en mis previsiones…Y me olvidaría de una puñetera vez de cualquier asomo de patriotismo en un tema en el que solo cuenta la pasta gansa…Ya habrán oído y leído ustedes cómo va la prima de riesgo y el Ibex…