José Manuel Vidal acaba de publicar en Religión Digital Que den la cara los obispos y teólogos promotores del “aviso” a Torres Queiruga. Tiene toda la razón. Él da los nombres de todos los que han participado en los órganos colectivos –la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe y la Comisión Permanente del Episcopado– tras los que se respalda la Notificación.
José Manuel se refiere en general a los teólogos que deben haber actuado como asesores, aunque no cita a ninguno. Dice que sería conveniente que defendieran públicamente y con sus nombres –como ha hecho únicamente el defensor Martín Gilabert– las razones en las que apoyan su juicio sobre la teología de Torres Queiruga.
Xavier Pikaza, también en su blog de Religión Digital, habla extensamente y con cariño del obispo de Almería, presidente de la Comisión, y se atreve a darle algún consejo. Allí publica también la lista de todos los teólogos asesores de la Comisión.
Pero yo me atrevo a dar el nombre de un teólogo que, sin estar en esa lista oficial, nos consta que ha tenido mucho que ver con el origen y la tramitación de este expediente contra los libros de Torres Queiruga. Se trata de Olegario González de Cardedal. Nos gustaría que él dijera en público todo lo que piensa sobre la teología de Andrés y sobre la reciente Notificación.
Porque, sobre Torres Queiruga, Olegario ya publicó unas duras páginas en su obra El quehacer de la Teología (Sígueme, 2008, pp. 472-474). En ellas, de una manera indirecta y sibilina, Olegario deja caer sobre Queiruga la sospecha de si no estará haciendo, como Morel, una “deconstrucción del cristianismo [que] expresa lo que queda cuando se ha «salido” de él”.
Andrés, muy dolido por este juicio infundado de un teólogo que se sabe tiene mucho predicamento en la jerarquía española, le contestó directamente, argumentando en un artículo escrito en Iglesia Viva y que es accesible a quien quiera leerlo: Aclaración sobre mi teología. Respuesta a un diagnóstico de Olegario González de Cardedal. (Iglesia Viva, 235, Julio-septiembre 2008, pp. 103-114).
Recomiendo leer con atención este artículo de hace tres años y medio, cuando se empezaban a presentir los nubarrones.
- ¿Contestó Olegario a este artículo de Torres Queiruga? En absoluto. Seguramente él se siente demasiado alto como para descender a contestar a estas fundadas quejas de Andrés por la lectura sesgada de sus libros.
- ¿Contestará ahora, exponiendo lo que piensa de la teología de Torres Queiruga y de la Notificación que de alguna manera él sin duda a propiciado? ¡Ojalá! En ATRIO estaríamos encantados de acoger su escrito sobre ello.-
Si bien muchas veces la confrontación entre los argumentos de los BUSCADORES, puede tomar un carácter apasionada y se infiere cosas que tal vez en frió, no se sienten… Es preferible, esa confrontación, que lo mejor sería (según nuestro modesto entender) que sea despersonalizada, en cuanto a calificaciones y adjetivaciones personales… haciéndose como ya he dicho como hermanos, que BUSCAN, basándonos, el la praxis y en la argumentación teológica…Que la descalificación hecha desde arriba, desde la superioridad, esta confrontación que en la medida de lo posible debe ser igualitaria, respetuosa del otro…y del Espíritu, que obra en la BÚSQUEDA DEL OTRO, SIN VIOLAR SU HUMANIDAD Y SU PROCESO PROPIO (TRÁTESE DE PROCESOS PERSONALES Y COLECTIVOS), confrontar, argumentos, o si fuera el caso complementar, matizar, enriquecer…arrojan LUZ AL PUEBLO DE DIOS, la mera descalificación desde arriba…NO GENERA LUZ.. eso entiende este torpe servidor…Con cariño, desde un Montevideo que paso de lluvioso a soleado sin solución de continuidad, para todos…Gabriel