La nueva cosmología, derivada de las ciencias del universo, de la Tierra y de la vida, viene formulada en el arco de la evolución ampliada. Esta evolución no es lineal. Conoce paradas, retrocesos, avances, destrucciones en masa y nuevas recuperaciones. Pero, mirado desde atrás, el proceso muestra una dirección: hacia delante y hacia arriba.
Somos conscientes de que renombrados científicos se niegan a aceptar una direccionalidad en el universo. Simplemente no tendría sentido. Otros, como el conocido físico inglés Freeman Dyson, cito solo a uno, afirma: «Cuanto más examino el universo y estudio los detalles de su arquitectura, tantas más evidencias encuentro de que él, de alguna manera, debía haber sabido que estábamos en camino».
Mirando retrospectivamente el proceso evolutivo que tiene ya 13,7 miles de millones de años, no podemos negar que hubo una escalada ascendente: la energía se volvió materia, la materia se cargó de informaciones, el caos destructivo se hizo generativo, lo simple se hizo complejo, de un ser complejo surgió la vida y de la vida la conciencia. Hay un propósito que no puede ser negado. Efectivamente, si las cosas en sus mínimos detalles no hubiesen ocurrido como ocurrieron, no estaríamos aquí para hablar de ellas.
Con razón escribió el conocido matemático y físico Stephen Hawking en su libro Una brevísima historia del tiempo (2005): «Todo en el universo parece haber sido ajustado muy finamente para permitir el desarrollo de la vida. Por ejemplo, si la carga eléctrica del electrón hubiera sido un poco diferente, se habría alterado el balance entre las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias en las estrellas, y o bien habrían sido incapaces de convertir hidrógeno en helio, o bien habrían explotado». De una u otra manera la vida no podría existir.
¿Cómo emerge Dios en el proceso cosmogénico? La idea de Dios surge cuando nos planteamos esta pregunta: ¿qué había antes del big bang? ¿Quién dio el impulso inicial? ¿La nada? Pero de la nada nunca sale nada. Si a pesar de eso aparecieron seres es señal de que Alguien o Algo los llamó a la existencia y los mantiene en el ser.
Lo que podemos sensatamente decir es: antes del big bang existía el Incognoscible y estaba presente el Misterio. Sobre el Misterio y el Incognoscible, por definición, no se puede decir literalmente nada. Por su naturaleza, ellos están antes de las palabras, de las energías,de la materia, del espacio y del tiempo.
Pues bien, el Misterio y el Incognoscible son precisamente nombres que las religiones, también el cristianismo, usan para significar lo que llamamos Dios. Delante de él es mejor el silencio que la palabra. No obstante, puede ser percibido por la razón reverente y sentido por el corazón como una Presencia que llena el universo y hace surgir en nosotros el sentimiento de grandeza, de majestad, de respeto y de veneración.
Situados entre el cielo y la tierra, cuando vemos la noche cuajada de estrellas, nos quedamos sin respiración y nos llenamos de reverencia. Surgen naturalmente las preguntas: ¿Quién hizo todo esto? ¿Quién se esconde tras la Vía-Láctea? Como dijo el gran rabino de Nueva York, Abraham Heschel: «En nuestros despachos climatizados o entre las cuatro paredes blancas del aula de clase podemos decir cualquier cosa y dudar de todo. Pero en medio de la complejidad de la naturaleza y empapados de su belleza no podemos callar. Es imposible despreciar la aurora del amanecer, permanecer indiferentes cuando se abre una flor o no quedarse pasmado al contemplar a un recién nacido». Casi que espontáneamente decimos: fue Dios quien puso todo en marcha. Él es la Fuente originaria y el Abismo alimentador de todo.
Otra pregunta importante es esta: ¿qué quiere expresar Dios con la creación? Responder a esto no es solo preocupación de la conciencia religiosa, sino de la misma ciencia. Sirva de ilustración lo que dijo también Stephen Hawking en su conocido libro Breve historia del tiempo (1992): «Si encontramos la respuesta de por qué nosotros y el universo existimos, tendremos el triunfo definitivo de la razón humana; porque entonces habremos alcanzado el conocimiento de la mente de Dios». Hasta hoy los científicos están buscando el designio escondido de Dios.
Desde una perspectiva religiosa, sucintamente podemos decir: El sentido del universo y de nuestra propia existencia consciente parece residir en el hecho de poder ser el espejo en el cual Dios se ve a sí mismo. Crea el universo como desbordamiento de su plenitud de ser, de bondad y de inteligencia. Crea para hacer participar a otros de su superabundancia. Crea al ser humano con conciencia para que pueda oír los mensajes que el universo nos quiere comunicar, para que pueda captar las historias de los seres de la creación, de los cielos, de los mares, de los animales y del propio proceso humano y religar todo a la Fuente originaria de donde proceden.
El universo todavía está naciendo. La tendencia es acabar de nacer y mostrar sus potencialidades escondidas. Por eso, la expansión significa también revelación. Cuando todo se haya realizado, entonces se dará la completa revelación del designio del Creador.
[Traducción de MJG]
Hola Oscar: DicesLa EVOLUCIÓN, mientras la dejan, hace la plancha.
La HISTORIA, por el contrario, si no braceás: ¡te hundís!
De ahí que que en mi familia decían “que Dios perdona los pecados…pero no las equivocaciones” esas las pagas con intereses altísimos.
Hola pepe blanco!
No estás desacertado.
Mística o también Misterio tiene dos acepciones
(nada nuevas sino antiquísimas)
De tanto en tanto Occidente (Medio Oriente incluido)
recibe la avalancha invasora (¿?) de Oriente.
(no es propiamente “invasión” sino que el trajín = in-quietud del estilo “occidental”
entra en fatiga, se cansa y baja los brazos produciendo un “vacío” social,
que aspira llenarse de sabiduría, fascinándose por Oriente milenario)
Esa es la acepción de tipo “meditativo” (Hoy: los Lamas, K. Wilber y otros)
················
La otra vertiente del Misterio o Mística es la que aporta lo Occidental a la Cultura humana.
Se trata de una revolucionaria noción del tiempo humano; e.d. de la Historia.
(fijate que “amen” es una expresión de confianza en el futuro
en base a lo acontecido en el pasado.
Su correcta traducción no es “así sea” sino “así será” -en futuro.)
En esta acepción el énfasis está puesto no tanto en un cierto des-conocer
sino en una cierta e in-quietante “in-certidumbre” ¿Qué será de mí?
Y esto es más propio de la Vida humana;
(aunque no hay que desconocer ni descuidar el otro aspecto)
Está bien “mirarse el ombligo”
pero siempre ha de ser para no andar en “Babia”
(que queda por ahí, por España arriba)
porque a la vida “hay que ponerle el pecho”
¿Te parece?
¿Vamos todavía! – Oscar.
Hola Oscar Varela, ¿pensarás que estoy completamente equivocado si te manifiesto mis sospechas de que todo tu discurso sobre la vida humana es de naturaleza profundamente mística?
El problema, una vez más, es de acotación del contenido de las palabras. En este caso, el problema es a qué decidimos llamarle mística.
¡Celebremos esas místicas Josignacio!
Gracias – Oscar.
Gracias, Oscar Varela, por tu esfuerzo inteligente y honesto; sólo que no veo las místicas, necesariamente, como abandono del mundo de las cosas concretas; no, no; hay místicas que son inmersión de ida y vuelta en lo concreto, inmersión a tumba abierta y sin muletas o banquito en el rincón, y, a la vez, expectativa-confianza de que “algo” muy íntimo y último en ellas las haga VIDA de forma tan insospechada como inenarrable. Así lo veo casi siempre.
Un gran saludo
Hola!
La Vida humana tiene la extraña característica de ser “la de cada cual”.
Nadie puede hacer la vida del otro.
Cada cual tiene que inventársela y apechugarla.
Por eso muchas veces he dicho que el verbo “vivir” (humano)
* es el más in-transitivo de todos
* solo se conjuga –propiamente- en 1ª persona
* no soporta esperas ni postergaciones de “kalendas griegas”.
* es un tiro a quemarropa en el que te encontrás disparado
* o un naufragio en el que tenés que bracear-te-la: la vida.
* un personaje al que estás con-vocado (vocación).
… en fin: c/u tiene que “hacer” (en sus “que-haceres”): su HISTORIA.
El boxeador peso pesado Ringo Bonavena lo expresaba maravillosamente:
“Cuando subís al ringside estás solo – te sacan hasta el banquito”
················
Todo eso y mucho más está expresado en el vocablo “CON-CRETO”
[cum-cretum = “cum-junctum” lo que estaba “cribado” (separado)]
················
Lo Moderno (la Modernidad) es el in-vento de Descartes (1596-1650).
Acá resalto su “lógica interna”, que es la del Cogito:
* en-cadenamiento claro y distinto de las ideas formando series in-terminables al infinito.
* nacimiento del ANÁLISIS (distingo-separación exhaustiva hasta los ¿últimos? elementos)
* Por eso aparece el ÁLGEBRA sobre la Aritmética, y un montón de etcéteras.
················
Las MÍSTICAS coinciden en ese “Método” de irse des-nudando de con-cresiones.
Son una formidable zambullida y giro copernicano,
que abandona (le da el traste) al mundo de las cosas concretas del trato vital
para contemplar el ombligo de su intimidad o “conciencia”.
Válidas como Tácticas de IDA;
pero la Vida Concreta es trato con las Cosas
y hay que volver el Camino de la VUELTA.
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Tal vez por ahí vaya mi pensamiento.
¡Iré más todavía! – Oscar.
“Estoy de acuerdo con Sarrionandia … al final sólo nos queda la mística -o como quiera llamársele- para encontrarnos con Dios en lo hondo de todas las cosas”, dice Quiel, y creo que acierta.
Oscar Varela, sin embargo, dice que “desde principios del siglo XX, la Vida Humana es paradigma de lo Concreto” y entonces concluye (¡supone!) que “la Mística” ya no es de “la Vida Humana”. Pero, ¿cómo lo sabe? Lo sabe porque primero define el paradigma moderno como padadigma de lo concreto; pero, esto es un círculo vicioso, ¿no?
Mejor decir: en el paradigma moderno, paradigma de lo concreto, no ha lugar para la Mística. Eso sí, tal vez el paradigma moderno sea demasiado estrecho para lo la vida humana, para la realidad humana. ¿Quién lo sabe? Nos atenemos a él, para pensar la vida en una perspectiva. ¿Hay otras? El paradigma moderno de lo concreto no lo niega; sólo dice que él no lo puede corroborar.
Así lo veo.
Saludos
Hola Juanel y Quiel!
Es muy posible que vuestros razonamientos
tengan “Cohesión interna”.
También es “lógico” que
“en última instancia” termine envuelto en una “Mística”.
La cosa no es nueva.
Más aun: eso es Descartes
(postulando a Dios)
·············
Lo que, desde principios del siglo XX, no resiste
es una “Auditoría externa”: la de la Vida humana,
que es el paradigma de lo Concreto.
¿Podrá haber algo de esto?
¿Vamos todavía? – Oscar.
La teología tradicional sobre la Trinidad afirma que el Espíritu como tercera persona está en ella procedente del Padre y del Hijo. Tanto el Padre como el Hijo está claro que son personas, pero ¿cómo entender la persona del Espíritu? Leí en cierto teólogo (no recuerdo quien) que la persona del Espíritu somos todos nosotros, los hijos de Dios. Esta proposición me gustó porque mete a la comunidad humana en plenitud desde siempre en Dios, participando de la propia dinámica interna de la Trinidad. Si resulta evidente en esta dinámica trinitaria que el Hijo se dotó de una vida humana en el tiempo de la historia, con una identidad y biografía propia la de Jesús de Nazaret (y opino que el Padre hizo lo propio), lo que le está ocurriendo al Espíritu es el mismo proceso de dotarse de una múltiple y diversa identidad y biografía con la espiritualización de todos nosotros. Si esto es así nosotros pertenecemos desde siempre al ámbito de Dios y participamos de la misma dinámica trinitaria. Como ves Quiel no pienso que Dios esté en soledad nunca, sino metido de lleno en la dinámica trinitaria.
Según esto ¿somos dioses, estamos en la Trinidad o ámbito de Dios? Lo somos, pero aún no. Estamos justo en el proceso de la diversificación del Espíritu. De ser uno y simple en el Padre, fue duplicado cuando le fue dado al Hijo (engendrado), y luego pasó a ser múltiple y diverso al darse a cada uno de nosotros. Es una dinámica interna de la Trinidad a-temporal y por tanto mítica. Mito no como mera leyenda, fantasiosa, falsa, … sino como expresión de una imagen de Dios y como tal impropia. La condición previa para la espiritualización de la humanidad es la plenitud, hasta que no alcance la plenitud toda la comunidad humana sin exclusiones al final de la historia, no podrá ser espiritualizada por el Espíritu. Por tanto todavía no somos dioses, no tenemos espíritu, pero lo tendremos para entrar en el ámbito de Dios. Y es que la comunidad humana en plenitud unida por el amor al haber vencido todo el mal y sufrimiento, sí puede pensarse en relación directa con Dios. Jesús de Nazaret en su vida humana es exactamente un hombre como nosotros, sin espíritu ni divinidad, sólo hay una diferencia él nunca dejó de tener su condición de plenitud, nosotros en cambio, sólo la adquiriremos al final de la historia. Por ello Jesús es el Hijo, el primogénito de todos.
Dios en mi opinión no creó nada en el sentido común que se le da al término creación. En todo caso el término creación se puede emplear para la formación de la plenitud humana de tal modo que creación y encarnación signifiquen lo mismo. Entiendo que no es propio de Dios crear un mundo como el nuestro con tremendos fallos, es demasiado imperfecto para Dios. Ni siquiera el mundo humano puede ser obra de Dios, hay en él demasiados, males, sufrimientos, injusticias, muertes… Todo esto tampoco es propio de Dios. Sin embargo, para mí Dios sí puede hacerse cargo de la plenitud humana para sus planes. Y en sus planes está en hacerse con lo que no es propio de él a través del ser humano. Propio en el sentido de Dios-Absoluto-Trascendente. Sin embargo, si Dios es también a la vez Dios-Relativo-Inmanente como corresponde a la totalidad, entonces el hacerse no es la palabra adecuada sino que desde siempre la plenitud humana está en el ámbito de Dios y con ella todo su entorno natural o Realidad Física Temporal-Relativa.
Para mí el Cosmos deriva de un campo cuántico con fluctuaciones (hipótesis provisional y no verificable) que puede extenderse tanto como se quiera. El campo origina por sí mismo sin intervención externa alguna multitud de universos muy diversos en constantes y leyes, más o menos estables, siendo uno de ellos el nuestro. Dios aquí no tiene ningún papel o función que desempeñar. El campo primordial puede considerarse un cuasi-infinito, un cuasi-eterno. Sin embargo, no estoy dispuesto a considerarlo un Absoluto, como lo único que existe desde siempre, por sus consecuencias en el género humano y por el sentido de la vida humana.
Saludos cordiales
Juanel, estaba preparando un comentario hasta que leí tu exposición, y utilizaré la misma para continuar cierto ápice de tu línea argumental que luego cae, según creo, en contradicción. Diré que das en el punto clave cuando tomás el tema de la temporalidad; es este el tema central cuando hablamos de Dios y de creación. ¿Podemos otorgarle fecha de caducidad al cosmos? Tal vez sí a nuestro mundo, a la raza humana ¿pero a la creación en su totalidad? ¿podemos hablar de la finitud del cosmos, tanto del principio como del fin del mismo?
Racionalmente podemos llegar a la existencia de un Dios, y, sintetizando, decir que es Dios el fundamento óntico de toda realidad. El universo precisa de un creador, de un qué fundamental, del necesario -dirá alguno-. La característica primordial, y tal vez de las pocas características que podamos otorgar a este creador, es su eternidad, su infinitud. Esto nos lleva a establecer, entonces, la intemporalidad de Dios. Ahora bien, pensar en un inicio temporal del cosmos es pensar de forma antropomórfica la creación. Es utilizar nuestros parámetros temporales para ubicar en tiempo y espacio -el tiempo precisa de espacio- a la creación. Preguntémonos sino ¿antes da la creación qué? ¿Dios y la más absoluta soledad, que en un momento -temporal- hastiado de esa soledad decide llevar a cabo la creación? Esto resultaría completamente ilógico. No es posible establecer momentos temporales en la infinitud, Dios es la intemporalidad, lo que no precisa que lo muevan diría Aristóteles, justamente el tiempo es movimiento -o la medición del mismo-. Pero él no creía en la infinitud del cosmos, pues para él lo corpóreo es siempre finito. Pero no encuentro nada ilógico en pensar la infinitud del cosmos, justamente, como dije, lo ilógico sería lo contrario; si Dios es infinitud, los “momentos” no existen en lo intemporal. De esto resulta lo infinito -e intemporal- del cosmos en su totalidad No deja de ser Dios el necesario, pero cambian las características de lo contingente. No es posible pensar a Dios, entonces, sin la creación, lo uno y lo otro se identifican, pero, claro está, no son la misma cosa; es el uno el fundamento de lo otro.
Teniendo en cuenta la intemporalidad de Dios, es ahí donde entra la contradicción en tu discurso. Lo relativo, como lo llamás, es tan sólo parámetro del hombre, lo temporal existe en el modo en que la realidad se le presenta al hombre; con espacio y movimiento. Somos finitos, nacemos y morimos, existe el tiempo para nosotros, pero no para Dios. Por este motivo Dios no puede intervenir en la historia, porque no hay historia para Dios, como no la hay para el cosmos en su totalidad. Es por todo esto que no existe “el tiempo de la Parusía” porque no existe tal fin de los tiempos.
Por otro lado, admitir a lo divino y lo humano juntos en Dios no es algo en sí mismo contradictorio, de la misma forma que comprender lo divino y lo humano en Jesús, pues es Dios el fundamento óntico de toda realida, como dije. Lo que sí es contradictorio es admitir que Jesús es Dios hecho hombre. ¿Pues qué mayor intervención que esa?
Estoy de acuerdo con sarrionandia (¿cómo va tanto tiempo?), al final sólo nos queda la mística -o como quiera llamársele- para encontrarnos con Dios en lo hondo de todas las cosas.
Saludos para todos
En mi opinión el discurso que sigo sobre Dios, religión, ser humano y su entorno, no tiene fallos de coherencia interna, al menos no los sé ver, su fallo es de credibilidad. Comprendo que es difícil sustituir la intervención de Dios y su modo de estar presente en nuestro mundo, “Dios con nosotros”, por la comunidad humana en plenitud que nos incluye a todos sin exclusiones. Pero a mí me parece que no estoy diciendo cosas distintas a la fe cristiana. Cuando decimos los cristianos que Dios tiene un componente humano y humanizador en sí mismo, consecuencia de la fe “en” Jesús, estamos admitiendo lo divino y lo humano juntos en Dios, es decir, algo contradictorio.
Mi esfuerzo e intención es tratar de hacer que esa contradicción sea lo más comprensible que pueda para mí, y comunicar lo que voy encontrando a los demás por si a alguien le sirve.
Saludos cordiales
A la pregunta sobre nuestro mundo o Universo, su constitución y estructura, su origen sostenimiento, evolución e incluso final, son mejores las explicaciones científicas que la de Dios, la cual no explica nada y menos que pueda verificarse. Haríamos bien quitando de Dios su uso explicativo. A la pregunta sobre el para qué o sentido tiene, en mi opinión sólo es una cuestión humana y no de nuestro mundo en sí mismo, que no tiene ninguna finalidad ni sentido. Dios trascendente no interviene en nada de la Realidad Física porque los problemas que se asocian a su intervención son irresolubles.
El Mundo o Universo no se formó para dar origen a los seres humanos, que no son ni el centro ni la cúspide de la evolución, sino al revés, según mi fe fue Dios quien escogió al género humano para sus planes de incluir lo relativo-temporal en su ámbito divino. Podría haber esperado a que la evolución diese otra especie con mejores cualidades, pero creo que le fue suficiente si a lo largo de la historia el género humano logra alcanzar la plenitud.
Aunque los humanos no seamos centro ni cúspide del Mundo, sí que nuestro entorno forma parte esencial de nosotros mismos, no podemos comprendernos sin él, y por tanto si nosotros según mi fe seremos llevados al ámbito de Dios, nuestro entorno viene necesariamente con nosotros. De aquí me parece que se tiene un buen punto de partida para desarrollar una Teología de la Naturaleza como es el intento de L.Boff y la importancia que tiene la ética ecologista.
Saludos cordiales
Si creo en el triunfo final del bien, vencida toda enfermedad y sufrimiento, el mal y la muerte, en nuestra historia y ello debido al empeño y esfuerzo del género humano, y no por la intervención mágica de Dios, estoy diciendo que de esa última generación humana depende nuestro futuro y el sentido de la historia. Los conocimientos acumulados les permitirán el control completo de la Realidad Física, cumpliendo el mandato del Génesis: “dominad la Tierra”. Si atribuimos a Dios intervenciones en nuestro mundo, sin duda los que estarán capacitados para ello serán los humanos de esa última generación, en cierto sentido son las manos de Dios, y saco también del Génesis: “Dios ha dispuesto todas las cosas bajo el dominio del hombre (genérico)” se cumplirá entonces. Le estoy asignando a la comunidad humana unida por el amor del final de la historia, la sabiduría y el poder de Dios en nuestro mundo. Estoy interpretando libremente a Jesús cuando dice que Dios “ha apostado” por el género humano desde el principio, tanto que los hace sus iguales “hijos/as de Dios”. Por tanto esa comunidad de la plenitud humana es “Dios con nosotros”, la forma que escogió Dios-Absoluto Trascendente para colarse e intervenir en nuestro mundo relativo y temporal, y hacerse a sí mismo Dios-Relativo Inmanente para ser totalidad con todas sus consecuencias.
¿Qué le falta a la comunidad humana en plenitud para formar parte del ámbito de Dios? Sólo una cosa la permanencia o eternidad. Nuestro mundo temporal tiene fecha de caducidad. Nuestra permanencia implica que tengamos necesariamente que salir de él, conservando nuestras características personales, identidad y biografía, pero transformados por el Espíritu en el tiempo de la Parusía. Sería absurdo que no se conservaran estas características nuestras después de terminar con éxito todo el proceso de formación de la plenitud. Si esta transformación hacia lo Eterno no tiene lugar es que en realidad no llegaremos a ser “hijos de Dios” y vana sería nuestra esperanza y fe.
¿Resulta contradictorio que el género humano con todo el entorno que lleva consigo (la Realidad Física temporal relativa sin la cual no podemos comprendernos a nosotros mismos) en sus conocimientos, memoria, sabiduría y poder, transformados por el Espíritu, permanezca junto a Dios, en el ámbito de Dios? Quizás lo sea desde nuestras coordenadas relativas de las que no podemos salir. Por esto para diluir la contradicción la reafirmo pensando que lo Absoluto y lo Relativo han estado, están y estarán en el ámbito de Dios desde siempre y para siempre. Lo que nosotros desde nuestras coordenadas vemos y estamos inmersos es la realización del proceso de la formación de la plenitud humana en el tiempo de lo Relativo antes de su transformación por el Espíritu, y lo que está en el ámbito de Dios desde siempre sea la comunidad humana en plenitud espiritualizada y divinizada fuera de las coordenadas temporales.
Si esto es así las consecuencias para la práctica religiosa son desde mi punto de vista muy importantes, se ven con una perspectiva muy diferente, pero no la eliminan.
¿Hay falta de coherencia interna en mi discurso? No es la crítica de Oscar Varela la primera y única que me hacen en este sentido, cuando me la hacen procuro disolverla dado que si persiste mis propuestas no carecerían de validez pues apelarían a simples creencias condicionales, pero sí perderían mucho de su valor.
Saludos cordiales
Confusión entre inteligencia y coherencia.-
Afirma Boff que …Hay un propósito que no puede ser negado …y que viceversa podrá ser afirmado pq …Todo en el universo parece haber sido ajustado muy finamente para permitir el desarrollo de la vida, por ejemplo, si la carga eléctrica del electrón hubiera sido un poco diferente, se habría alterado el balance…. de forma que (esto lo digo yo) estaríamos en otro universo.
Si hay el tal propósito tendrá que haber la voluntad que se proponga y la inteligencia y las manos de un buen mecánico ajustador (¡velaí!: otro oficio del dios,además de relojero) que realice el ajuste fino.
Pero en el estado actual del conocimiento no se ven esas voluntad e inteligencia. Lo que se ve es que tiene que haber coherencia entre la carga del electrón y el universo: a este universo pertenecen estos electrones; fuesen otros los electrones, también otro sería el universo.
No se niega aquí que haya tal voluntad e inteligencia. Se afirma que no parece necesaria. Que lo necesario es la coherencia de las partes y sus relaciones con las leyes que las gobiernan.
Cuando Epicuro nos mete en el lío de su conocido dilema, ¿qué es lo que hace?. Todo lo que el pillo hace es fijarse en las contradicciones entre atributos del dios para acabar preguntándose: entonces ¿pq le llaman dios?. Buena pregunta. Ahora completo yo la pregunta: ¿pq llaman dios a quien no lo es?. ¿Puede dios tener contradicciones internas?. Yo diría que no, que si las tiene no es Dios.
Esto nos pasa por construirnos imágenes de Dios: ídolos. También las imágenes mentales. Y estábamos avisados. Parece como si los necesitáramos.
Este es un tema que nos sobrepasa a todos y no le veo mejor salida que la mística. Los problemas científicos al respecto podrían tratarse en un blog especial, creado a propósito para que entren todos los que tienen interés en ello. Porque el “encuentro entre lo profano y lo sagrado” no debe, por màs que pueda, entrar en tan discutibles análisis.
Juanel: ¿Cómo tu hipótesis o cualquier otra hipótesis humana puede incluir (entender, contener, abrazar,…) lo Absoluto, lo Infinito, lo Eterno, el Ser, el Todo y la Nada? (15.V, 10:31). ¿Cómo consigues de-finir lo Infinito y lo Eterno, entender el Ser, abrazar el Todo y la Nada?. Pregunto pq yo no consigo más que borrosamente evocarlos; y en algún caso -la Nada- ni eso, que todo lo que consigo ante ella es asustarme.
Otra más: sabemos ya por experiencia que toda imagen de Dios que mentalmente nos fabriquemos tiene fecha de caducidad. Su utilidad -en este caso antónimo de vanidad- es limitada en el tiempo. Pasado su tiempo útil para nosotros como hipótesis tapahuecos, se convierte en inutil, rechazable, vana. Esto ya se ha hablado.
En la carrera del conocimiento tenemos muchos huecos y los tapamos como podemos para que no se nos escape lo poco que hay dentro. Tapahuecos son los inteligentes poderes superiores que nos inventamos, actuantes de distintas maneras entre nosotros para nuestro bien y/o nuestro mal (depende), y también algunas palabras, como p. ej. “esencia”. En este sentido los tapahuecos son útiles.
Pero, no te lo pierdas: cuando hablamos de un dios resulta ser un dios coyuntural y contingente, lo cual es imposible, a no ser que…no sea un dios….
Gracias por la información sobre el electrón. Creo que viene a decir medido y pesado, como debe ser, lo que yo decía especulando: si cambio la carga del electrón, tengo que cambiar el universo y si tengo 10 elevado a 30 universos posibles para cambiar, prefiero quedarme quieto en el que estoy.
Leyendo a Ludovico que escribe muy bien, aunque no coincida con el…me di cuenta que la mayoria de las herramientas de trabajo que convocas como verdades cientificas, estan hoy en su mayoria superadas por la misma ciencia… o mejor, puestas en entredicho…
Voy a volver machaconamente sobre la teoria del caos y la necesidad de darnos cuenta que la ciencia es una construcción, una herramienta que el ser humano usa para tratar de comprender el universo, en esa aventura ha descubierto que el caos, es los suficientemente extenso, como para impedirle usar las misma leyes de la fisica y de la quimica en todas las regiones del universo y en todas las condiciones, eso hace que nuestras elaboraciones, hipotesis, axiomas y leyes, SEAN RELATIVAS…la realidad es algo mucho más complejo (en mi humilde opinión) y tiene aspectos que somos capaces de conocer y abordar y otros tal vez no…Por eso, definir lo absoluto, cientificamente es una tarea contradictoria…y yo diria que invoca a un criterio poco cientifico…las hipotesis de trabajo, que constantemente la realidad nos olvida a cambiar y que llamamos leyes naturales de la ciencia…son unos lentes multifocales que nos dejan ver, aquello que pueden abarcar de la realidad… Por lo que deberíamos ser más humildes en nuestras afirmaciones.- (Creemos muy humildemente) Gabriel
X Gundin, la precisión de la carga del electrón como en otras de las 14 constantes físicas que no derivan unas de otras resulta sorprendente. A mi hermano que es físico ésta es una de las causas por la que Dios podría ser posible declarándose agnóstico (no sabe nada acerca de Dios). Y es que la precisión es abrumadora. Se trata de una cifra y una coma seguida de 40 cifras intocables, es decir, una precisión de 40 grados de magnitud.
Sin embargo, se ha ensayado universos posibles variando las 14 constantes teniendo en cuanta las leyes físicas fundamentales, y salen nada menos que 10 elevado a 30, un uno seguido de 30 ceros, de posibles universos distintos, si a ello se unen las repeticiones pues nos encontramos que las posibilidades son innumerables. Si no hay razones suficientes para pensar que nuestro universo es el único sino que hay multitud de ellos, la asombrosa precisión del nuestro desaparece.
Saludos cordiales
Cierto Oscar, el resumen de mi propuesta en el comentario anterior es ejemplo característico de “deus ex machina”. Disculpas, fue debido a precipitación, a poner de entrada mis cartas en la mesa colocando un resumen del epílogo saltándome todos los capítulos intermedios. Aquí no es el lugar de exponerlos, pero intentaré explicar las líneas de mi pensamiento a grandes trazos.
Comienzo por un presupuesto previo: Dios es totalidad. Sobre esta proposición no hay prueba o demostración que lo puedan verificar o falsar. No es aseverativa sino una proposición condicional. Teniendo en cuenta que se trata de un condicional, puedo seguir mi discurso siempre que el condicional no se resuelva en falsedad o imposibilidad.
Lo que entiendo por totalidad resulta contradicctorio, al incluir lo Absoluto y lo Relativo, como expuse en mi resumen, pero esta contradicción no supone la demostración de su falsedad, imposibilidad, o su no existencia. Sólo que resulta para nosotros incomprensible al basarse nuestros conocimientos en el principio de no contradicción.
Me resulta evidente que sobre lo Absoluto el discurso se detiene, porque no pertenece a nuestras coordenadas o marco de existencia. Sin embargo, sobre lo Relativo sí que podemos hablar porque corresponde a nuestro mundo. Entonces la pregunta consecuente es ¿cómo está o es presente en nuestro mundo relativo? Las propuestas en este sentido son múltiples y diversas, y adelanto que la que más me convence es la cristiana. Está presente como humano en plenitud.
Puedo eliminar de entrada todas las propuestas que admiten lo Absoluto en lo Relativo haciendo una mezcla entre ambos ámbitos. Y la razón es que si es o está en lo Relativo lo tiene que ser con todas sus consecuencias, es decir, finito, temporal, contingente….. También elimino todas las propuestas que hacen referencia a un principio metafísico o filosófico, o bien como valor tales como el bien, la belleza, el amor,….. porque no son entidades presentes o bien son sólo características que presentan ciertos seres de nuestro mundo. Tiene que ser un ente real en nuestro mundo relativo, un ser del mismo, para que podamos considerarlo incluido en él con todas sus consecuencias y circunstancias. Y entonces la pregunta es ¿qué ser real de nuestro mundo puede cumplir con la característica de totalidad asignada a Dios como presupuesto previo condicional?
Se han hecho también aquí muchas proposiciones diversas: sustrato de lo real de nuestro mundo, sustancia que impregna todo, fuerza o energía impulsora, espíritu consciente iluminador, etc. Habrá que discutirlas con detenimiento y este no es el lugar. Mi propuesta es lo humano en plenitud porque por la conciencia, memoria, acumulación de conocimientos….. características de los seres humanos, puede reunir las cualidades exigibles al presupuesto de totalidad. Y esto trayendo la vieja idea de que el hombre en plenitud sí puede recapitular todas las cosas que son o están o sucedieron, función que otras propuestas atribuyen a Dios.
Cierto, me apresuré “recurriendo” a la encarnación provocando tu acertada crítica. No sé si aún queda algo de ello, si es así pues si lo crees oportuno indícame en donde incurro en incoherencia interna del discurso y si puedo intentaré aclararlo.
No X Gundin, en mi opinión no es vano intentar hacer entendible lo que creemos, teniendo en cuenta que las imágenes de la divinidad como tal hay que desecharlas por impropias, pero no por ello hay que dejar de proponerlas.
Gracias Sarronandia pero no te pases que se me sube el orgullo.
Saludos cordiales
Hay modos de razonar ante los que uno debe ponerse en guardia.
Dice Boff que Hawking dice; resumo a mi manera procurando mantener el significado:
…Hay un propósito que no puede ser negado….Todo en el universo parece haber sido ajustado muy finamente para permitir el desarrollo de la vida….Por ejemplo, si la carga eléctrica del electrón hubiera sido un poco diferente, se habría alterado el balance …. en las estrellas, y o bien habrían sido incapaces de convertir el hidrógeno en elio o bien habrían explotado. De una u otra manera la vida no habría podido existir.
Me pongo en guardia cuando me ponen delante un razonamiento que me hace saltar del plano real, que puedo medir, pesar y confrontar yo, a otro ideal que me dan medido y pesado por otro y no me permiten la confrontación.
Idem. cuando se razona en términos de “que habría pasasado si no hubiera pasado lo que pasó y pasara algo distinto“, que viene a ser lo mismo.
Del razonar que Boff pone en boca de Hawking sólo se puede decir que si la carga del electrón hubiera sido otra, otro sería el universo, pero no sabemos cual. Es muy atrevido pontificar sobre la existencia de vida -¿qué clase de vida?- en un universo que desconocemos por completo.
El ejemplo en el plano ideal (un universo ideado, imaginado,del que desconocemos todo y nada podemos conocer) parece como si sirviese para hacer que la premisa en el plano real (Todo en el universo (nuestro, real) parece haber sido ajustado muy finamente para permitir el desarrollo de la vida) se demuestre a si misma y quedemos inevitablemente de acuerdo en que Hay un propósito que no puede ser negado.
En fin, en fin…Si fuese el caso yo pediría o verificación o, mejor aún, retirada de tal razonar.
Para tener razón inventamos cualquier cosa.
Nadie ha creado el Cosmos de La Nada, pq antes del Cosmos había el Caos, no La Nada (Génesis). O (Física) antes del big bang no había la nada, sino “una singularidad”. Hsta aquí Génesis y Física concuerdan lo bastante.
Sabiendo que no hubo una creación desde La Nada rechazaremos logicamente la idea -¡nuestra!- de un dios omnipotente (omnipotencia= condicción necesaria para sacar algo de La Nada): jubilaremos al “Deus es machina” omnipotente.Y 1) tal vez queramos substituir aquella nuestra representación ideal de dios por otra más actualizada , o 2) tal vez por ninguna: agnosticismo, ateismo o sumisión, o 3) tal vez nos debatamos en la turbulencia resistiendonos simultaneamente a ser tragados y a flotar: contradicción a resolver en el tiempo.
En el caso 1): para la transformación habida desde el Caos hasta el Cosmos necesitamos un dios menos potente, de contemporánea función orientadora, directora e inspiradora desde dentro, un dios fermento, a diferencia del épico anterior, que con esfuerzo sobrenatural creaba desde fuera y antes. Esto funciona hasta que…..
…de nuevo se mete la Física por el medio y nos dice que no, que para pasar del Caos al Cosmos no hace falta ninguna inteligencia directora, pues ese paso está asegurado por las propias capacidades internas o leyes de la naturaleza. ¡Y otra vez toda la construcción a la porra!.
De igual forma que llegó a ser innecesario el primer dios, aquel que omnipotente creaba de la nada, imagen de tiempos épicos, de gente que se pintaba heroica, tambien se hace supérfluo el segundo dios, el suave orientador y fermento, más propio de blanditas clases medias. Ambos dioses distintos para distinta gente, pero de igual función “ex machina” (=¿para dar coherencia a nuestras vidas?).
Esos dioses eran (son) nuestras imágenes mentales de Dios. Tan imágenes como las talladas en madera o piedra. Prohibidas imágenes en Biblia y Corán.
Al final es vana toda imagen de Dios que nos hagamos. Los Deus ex machina no hacen más que recular.
Sólo podemos buscar. No sabemos responder/representar, ¿pq pues tentamos sin tregua?. ¿No aprendemos de la experiencia que nos dice que -al final- es vana cualquier imagen nuestra de Dios?. No incompleta, sino vana, nada, humo que se disipa ante el siguiente avance del conocimiento.
Sólo preguntar podemos ¿Adonde te escondiste amado/ y me dejaste con gemido/como el ciervo huiste/habiendome herido/salí tras ti, clamando, y eras ido. Y querer -no explicar, sino amar- al amado en la noche sosegada/al par de los levantes de la aurora/la música callada/la soledad sonora/la cena que embriaga y enamora.
Felicito a Juanel por su radiografía personal y cultural. Vale como ejemplo para eruditos y analfabetos, para bulliciosos y concisos, para todos y para algunos….
Hola!
Juanel, te leo:
1º) “… ocuparnos de nuestro mundo de lo Relativo-Temporal…. en el que Dios como totalidad tiene que estar presente. ¿Cómo lo hago si en el párrafo anterior lo he sacado de aquí?”
2º) “Recurro a la teología cristiana de la Encarnación. Dios se encarna en la plenitud humana precisamente para estar presente en el mundo, en lo Relativo-Temporal… como le corresponde a su totalidad”
·················
¿No te parece que ese “recurso” concuerda a las mil maravillas con el “Deus ex-machina”?
Preguntale a Manolo (al decir amical de Antonio), al Manolo de Pinamar.
[Mientras tanto, vos Gaby, andá leyendo inteligentemente, que para vos es decirte: pausadamente;
no te atolondres: el que está en Pinamar es Manolo, no yo, que ando con la pata colgada ¿me entendés?
Y ya sabemos que vos sos un siervo sufrido de la gleba oprimida ¿a qué proclamarlo, no te parece?]
¡Vamos todavía! – Oscar.
Por mi historia personal, biólogo investigador en neurociencia y docente, trato de ser humano con el rumbo cristiano seguidor de Jesús y además católico. (pongo mis cartas en la mesa y no me guardo el as en la manga como dice a menudo Oscar Varela). Mi fe no puede establecerse de modo irracional incoherente con mis conocimientos sobre ciencia, ni puede dividirse en dos compartimentos independientes entre sí, fe y religión, sino que tienen que estar conjuntados sin fisuras. Necesito por tanto de una teología liberadora, (sin verdades dogmáticas que se me impongan de donde proviene el poder nefasto de la jerarquía eclesiástica) como es el interés de J.I.Calleja y como él dice tampoco no puedo sacarme a Dios de la manga (deus ex machina) y colocarlo en el lugar que me convenga de nuestro entorno natural y humano, sin tener en cuenta lo que la ciencia dice. Y lo que la ciencia nos dice es que la hipótesis de Dios es INÚTIL para explicarnos a nosotros mismos y al mundo en cuanto a su origen, sostenimiento, evolución, ….. incluso su fin. Por tanto tengo que quitar la hipótesis de Dios tanto del ser humano como del mundo que nos rodea y no por ello pongo en peligro mi fe.
Dios emerge de la historia humana, de nuestra emergencia, como función de coherencia de la Vida humana (Oscar Varela). Pero aunque reconozco que ese es su origen, junto a la conciencia de muerte y de dependencia, mi fe me dice que Dios no puede ser una mera función. No puedo compartir esta hipótesis. Mi hipótesis sobre Dios hace referencia a la totalidad, tremendamente contradictoria y por tanto incomprensible. Si hace referencia a la totalidad incluirá lo Absoluto y lo Relativo, lo Infinito y lo Finito, lo Eterno y lo Temporal, el Ser y el No-Ser, el Todo y la Nada…….. en todos sus grados y niveles. ¿Cómo decir algo más de algo tan contradictorio? Pues separando lo Absoluto-Eterno….. que está fuera de nuestras coordenadas y posibilidades de colarnos en ese ámbito, y ocuparnos de nuestro mundo de lo Relativo-Temporal…. en el que Dios como totalidad tiene que estar presente. ¿Cómo lo hago si en el párrafo anterior lo he sacado de aquí?
Recurro a la teología cristiana de la Encarnación. Dios se encarna en la plenitud humana precisamente para estar presente en el mundo, en lo Relativo-Temporal… como le corresponde a su totalidad. Y esa encarnación se realiza con todas sus consecuencias. No se trata de una energía o sustrato de la Realidad Física, ni tampoco de un Ser Supremo o Divino Todopoderoso en nuestro mundo, dirigiendo o gobernándolo, diseñándolo, sosteniéndolo o construyéndolo como arquitecto, sino como un ser contingente sujeto a la finitud, temporalidad, etc. de nuestro mundo. Se encarna exactamente como uno de nosotros, con la única diferencia de estar siempre en plenitud de lo humano. De lo humano, no divino. De este modo saco a Dios no sólo de la Naturaleza sino también de nuestra especie tanto en su origen como en su desarrollo y evolución. Y es que lo único que consigo ver, con posibilidades de acceso a la divinidad, es la comunidad humana unida por el amor de toda la humanidad sin exclusiones en el punto final de nuestra historia. Y la plenitud humana no se construye por la varita mágica de Dios, sino por el empeño y esfuerzo del género humano a lo largo del tiempo, con lo cual la historia humana cobra todo su sentido.
Esta es mi hipótesis en resumen sobre Dios, que sólo es una hipótesis provisional y en continua revisión, y que probablemente esté llena de errores. Pero me permite al menos por ahora tener cierta coherencia entre mis conocimientos de ciencia y mi fe. Hasta que alguien no me demuestre su falsedad o su imposibilidad la seguiré manteniendo por la importancia en mi vida de seguir manteniendo mi fe y práctica religiosa.
Saludos cordiales. Gracias a Atrio por publicar este artículo y los sustanciosos comentarios que los han sugerido.
Hola!
¿Cómo emerge Dios en el proceso evolutivo?
Muy simple:
Emerge de NUESTRA “EMERGENCIA”.
En cuanto te descuidás un poquitín nomás
¡Zás! ¡te hundís!
La EVOLUCIÓN, mientras la dejan, hace la plancha.
La HISTORIA, por el contrario, si no braceás: ¡te hundís!
·················
¿En qué se diferencia la Pantalla de la TV
de la Pantalla de la Compu?
En que:
* mientras la TV te achica el cerebro y te agranda el traste
(no hay que hacer NADA para que “ande”)
* la Compu te activa bocho y manos.
(si no hacés NADA, no “anda” nada)
··············
Dios es la FUNCIÓN de coherencia de la Vida humana:
es decir: cierra la praxis del AMOR humano.
Y así ¡Vamos yendo todavía! – Oscar.
Pregunta O. Varela: ¿Qué hacemos con Dios?
Si se refiere al “ex machina”, todo lo que hay que hacer es jubilarlo.
Si se refiere al que
“Mil gracias derramando/ paso por restos sotos con presura/ y yendolos mirando/ con sola su figura/ vestidos los dejó de hermosura”.
Poco más podemos hacer que escuchar su silencio sonoro y su música callada. Y disfrutar su libertad.
En cursiva lo dicho por Boff, resumido:
La idea de Dios surge cuando nos planteamos esta pregunta: ¿qué había antes del big bang?. ¿Quien dio el impulso inicial?. ¿La nada?. Pero de la nada nunca sale nada….
Lo que podemos sensatamente (!, admiración mía) decir es: antes del big bang existía lo Incognoscible y estaba presente el Misterio…
Pues bien, el Misterio y lo Incognoscible son precisamente nombres que las religiones, también el cristianismo, usan para significar lo que llamamos Dios….
Traduzco reordenando para poder entender Creo que Boff dice:
Dios, Misterioso e Incognoscible, dio el impulso inicial del big bang (el fulminante de la gran explosión). Así debio ser, pues antes del big bang sólo había la nada y de la nada nada sale.
¿Pq pensará Boff que antes del big bang había nada?.
Ni el mito del Génesis, ni la Física actual sostienen esa afirmación.
El primero habla del caos preexistente que los actos de la creación transforman en cosmos. Antes de que apareciese el universo creado o cosmos, habría, s/ Génesis, el caos y no La Nada.
La Física viene cambiando su idea de lo anterior -que yo recuerde- fue cambiando su suposición de que fue lo que explotó: se habló primero de un punto de masa, temperatura y presión altísimas, se habla ahora de una singularidad. En cualquier caso, algo y no La Nada.
Me parece que quienes se enredaron con La Nada fueron los viejos filósofos de la naturaleza griegos. De eso hace ya tiempo.
Y dado que el Universo que conocemos -que es del que hablamos, y no de otro- en ningún caso surge de La Nada, para nada se necesita un Deus ex machina que haga brotar el cosmos ¡de la nada!. dios -¡esa idea nuestra de dios!- no es más necesario. No necesitamos más esa referencia ideal. Podemos jubilar a ese dios, se ha merecido el descanso.
Me parece quew Boff debería actaulizar esas ideas.
Antonio, dices: “-Más que la cosmología, podrían hoy las neurociencias cuestionar mi fe.”
¿Es que cualquier ciencia ha condicionado (lo que se considera y es realmente condicionar) tu fe?
¿No la has entendido, desde siempre, como ACTITUD LIBRE, si quieres motivado por el saber, pero siempre en el campo de tu relativa LIBERTAD, en tanto sujeto que admite o niega una realidad trascendente, sin capacidad ni poder para poderla probar y demostrar?
¿No está en ese deslinde la verdadera y real problemática entre lo radical y esencialmente humano y lo que las religiones han pretendido deshumanizar por el interés de respaldar su relativismo deficiente con la representatividad del Absoluto para apropiarse esa grandeza y poder justificando el deber de dependencia de l*s otr*s?
¿No es desde esa falsedad y mentira, de donde emanan todas las reales carencias de libertad en la comprensión de nuestro propio ser, y de las relaciones interpersonales?
¿No está en el trasfondo de esta cuestión el simbolismo arquetípico del ARBOL PARADISÍACO del bien y del mal, cuya fruta no es comible, sino bajo amenaza de frustración humana?
¿Por qué no contentarnos con el inmenso bién del entero Paraiso Natural (YO y TOD*S con TODO) respetando el límite por el que somos limitados?
¿No es esa la misión confiada a JESÜS, en su HUMANIDAD, y por Él confiada a quienes quieran ser enviad*s como HUMAN*S a “humanizar” LO DESHUMANIZADO?
¿No será por eso que el saber y la técnica no salvan ni liberan, de suyo, y sólo la PRACTICA; CONCRECIÓN de la VERDAD, es la que LIBERA, si es BIEN, y nos castiga , si es MAL, ya en el mismo arquetípico PARAISO de lugar y tiempo concretos?
La escolástica dice: «Dios creó el mundo de la Nada»
Hawkings dice: «El mundo se creó de la Nada»
Si Dios es Ser (dana, en euskera) “científicamente” dios es nada: hipótesis inútil!
Hagamos el juego de los pronombres indefinidos: todo, algo, nada. Personalizando, de nada proviene nadie, de algo alguien, pero de todo no proviene todien -pequeño detalle gramatical que impide acercarse al “ser absoluto” en el que se distinguirian, epistemológica que no ontológicamente, el positivo alguien y el negativo nadie. Se trata de un juego de palabras, pero que tiene mucha miga para amasar realidades y apariencias!
(continuación)
Lo que sea Dios en su SER, creo que nada ni nadie nunca conocerá. Reflexiones, teorías, hipótesis, etc., todas las que se quiera, pero ahí tendremos que quedarnos desde el punto de vista de la razón. Otra cuestión, muy, muy diferente es la fe y las creencias religiosas que nada tienen que ver con la ciencia, aunque sí con la razón práctica y ética.
Desde la arqueología de restos humanos más antiguos, hasta el repaso por toda la historia, nos encontramos con el hecho de que en todos los grupos humanos, en todas las culturas y en todas las civilizaciones, se ha buscado una explicación a la existencia más allá de la razón y, paradójicamente, utilizando la razón, convirtiendo en razonable eso que conocemos como trascendencia. Como dice Gonzalo Haya, quizá este tema sea más una intuición que un derivado de la razón, pero a mí siempre me ha llamado la atención este hecho históricamente constatable.
Si bien es cierto que en la medida en que ha ido avanzando la ciencia y la emancipación del ser humano de la carga mágica de las creencias religiosas, cada vez más los individuos y grandes colectivos humanos prescinden totalmente de creencias religiosas y de Dioses varios. Por tanto, y por “la prueba del nueve”, la historia pasada no nos aporta una teoría exacta sobre la existencia de las religiones y sus creencias en dioses “fuera de” lo humano y, por tanto fuera de la razón. Rastrear la historia de las religiones, nos daría mucha luz para entender el fenómeno “Dios”.
Muchos pensadores religiosos actuales no intentan poner la fe por encima de la razón, sino como hecho paralelo razonable. Y todo aquel que intenta demostrar científicamente, por tanto desde la razón, la existencia de Dios, termina desvariando, cuando no, diciendo tonterías.
También es cierto que la consolidación de las religiones, incluyendo siempre, como es lógico, a algún dios, ha sido muy útil a la cohesión de las sociedades, teniendo como consecuencia más aceptable la aplicación ética en la vida del individuo y de las sociedades. Siempre se ha proyectado sobre los dioses la bondad tan anhelada y, por otra parte, tan frágil y escasa de los seres humanos, de ahí ciertas teorías de que ha sido el ser humano el que ha creado a dios, y no a la inversa.
Y, si Dios es un misterio, pienso que el origen del universo, al llegar a cierto estadio en su averiguación, también lo será.
Leonardo nos recuerda que “su” pensamiento ya está generalizado porque somos “legión” los que opinamos lo mismo y nuestra fe vive identificada con la ciencia; es más, veneramos la Biblia sin problemas e incluso con asombre por sus imágenes coincidentes. Gracias a los contertulios, porque siempre aportan “su” luz. Pascual aporta el de Teilhard en Los escritos en tiempos de guerra; Taurus 1966, pág. 183. “No es sólo que a Dios se le alcance através del cristal del mundo; El es el vidrio”.
Creo que Dios es un postulado razonable pero no es demostrable. Desborda nuestras plabras y nuestros conceptos. Esto ya es archisabido, sin embargo tenemos necesidad de nomrarlo y explicarlo de alguna manera. Yo diría que se trata de una percepción más intuitiva que racional. Para mí predomina ahora la idea de Dios como energía lúcida que se manifiesta en estructuras cada vez más evolucionadas hasta la autoconciencia, y quizás hasta la conciencia de la unidad total.
Más importante que estos intentos de explicac iones lógicas, sería la vía ética. Creo que existen unos valores éticos objetivos (explotación y abuso de niños, torturas, graves perjuicios sociales causados por avaricia…) y razonablemente esto exige un fundamento convincente. ¿Por qué es mejor la solidaridad que el egoísmo? También me parece importante la vía mística, aunque más fácilmente puede ser tildada de subjetiva, pero al menos sería una confirmación de la vía ética.
¡ Ay!!… Ningún Papa noi cardenal, obispo, cura, etc admitirá que la RAZON debe prevalecer ante el concepto FE.
Es obvio, pues, que la CIENCIA deba estar bajo la tutela de los artífices de la FE ( según aseguran las encciclicas, conferencias y ciertas universidades). Y, ante el empuje imparable de la CIENCIA ( RAZON) los artífices de la FE ponen a trabajar todos y cada uno de sus recursos ( incluidos los seculares-laicos) PARA FRENAR EL AVANCE DE LA RAZÓN TODO CUANTO MÁS CONSIGAN FRENAR.
Si ya lo dicen por Argentina…:
“”Mirar televisión, leer los diarios, escuchar radio hoy exige un ejercicio cotidiano ( leer en ATRIO, jejeje). La guerra entre propagandistas está desatada. Desde las sombras, detrás de tanta retórica y frases hechas, se están disputando el negocio propio y el de sus aliados. Para ellos, no conviene debatir, no hay lugar para la polémica. Para ellos, pensar es peligroso.””
Venturosamente las aguas se van calmando. Los teólogos con formación científica saben que los sofismas que se atribuyen a la Iglesia, a la religión en general, van arruinándose en su propia limitación. Dos de esos son harto conocidos: la fase famosa de Freud del desplazamiento de los centros: la teoría copernicana quitó a la Tierra de su lugar central en el cosmos, la teoría darwinista quitó al hombre de su papel central entre los seres vivos, y la teoría psicoanalista suya quitó a la razón, a la conciencia, de su función central en la vida del hombre. Otro tópico muy difundido es el que sostiene que la religión ha ido batiéndose en retirada a medida que progresaba la ciencia. Los neurocientíficos dan ahora un paso más ahora y se adentran sin pestañear en terrenos que se suponía, dicen, exclusivos de la filosofía, como la conciencia, el libre albedrío, etcétera.
Venturosamente digo, porque son numerosos los centros dedicados ahora a la relación ciencia y fe. En Norteamerica y en Europa. Más de un lector de Atrio conocerá sin duda el Ian Ramsey, de Oxford. La propia Sante Sede hace años incoó una serie de libros dedicados al plan de Dios y la ciencia: neurociencia, biología molecular, física cuántica, cosmología… Existen varias revistas, desde la clásica Zygon hasta Theology and Science. Simposios, conferencias y cursos. Como los dados en la Gregoriana con colaboración de las demás universidades eclesiásticas romanas. Incluso en España hay esfuerzos notables, como los de los jesuitas de Comillas (con Udías al frente) o la Universidad de Navarra (con un elenco excepcional).
Estos teólogos distinguen perfectamente el quehacer y el contenido de la ciencia de la metodología y el contenido ´dogmático. Ninguno hubiera suscrito la exposición de Bolff, sin negarle a éste voluntad en su empeño. Por ejemplo, la evolución carece, desde el punto de vista biológico, de finalidad alguna. La causa final no existe en ciencia. El propio fundador de la teoría del big bang, el canónigo Lemaître, aquel “joven curilla” al que tanto respetaba Einstein, le indicó a Pio XII que no había razón alguna para asociar el instante del big bang con la creación.
A mi juicio, Manuel I. Santos, incurre en vario pre-supuestos no probados y, por ello, insuficientes:
Puesto que las Iglesias definen “la Revelación” y su valor como “Palabra” en términos de “Deus ex Machina”, – concluye como supuesto -, éste es el único modo de entenderlas, y, en consecuencia, es un modo inaceptable y falso para la razón humana.
Pero, a mi juicio, la pregunta es ¿por qué reconoce en vía de principio este derecho epistemológico de las Iglesias a la Revelación como Verdad, si él no está obligado por la ortodoxia? ¿Hay algún otro modo de historización y encarnación de “la revelación” que permita alguna teología liberadora, en los límites de la experiencia humana integral? Ésta sería la cuestión para él, y no si cabe en el concepto eclesial de “revelación” en la razón humana. Son dos cuestiones distintas y las resuelve juntas.
Que la gramática y el discurso racional sea “el único del que disponen “sus criaturas” (de Dios), merece, por tanto, una segunda explicación de qué significa este concepto “racional” y “único”. Puede que aquí haya mayor discusión epistemológica, – filosófica, y no teológica -, que en el significado de “revelación”. Y el problema lo da por resuelto y universalmente aceptado. No es así.
Y del anterior dilema, cuya solución ha dado por “supuesta”, – a mi juicio -, se deriva que cualquier teología sea por sí misma “dominadora”, y nunca un servicio liberador.
Por tanto, tiene que aclarar su concepto de qué es “el discurso racional único”, de si acoge y cómo la experiencia integral del ser humano, o si la cercena en una dirección epistemológica, y si algún modo de hacer teología puede responder liberadoramente a esa experiencia integral del ser humano. Pero debe hacerlo, ¡para mí es difícil, lo sé!, sin facilitarse la respuesta a partir de lo que dicen las iglesias como “deus ex machina”.
Evidentemente, yo trabajo con la hipótesis de que es posible una teología liberadora, pero antes, hay que responder a esas preguntas de otro modo.
Paz y bien
En definitiva lo que dice Boff es lo clásico de la ICR: Dios interviene en absolutamente todo pues sostiene a cada instante absolutamente todo lo creado y así también todo lo que nos concierne, incluso lo que pensamos, lo que amamos, lo que somos, lo que imaginamos, y también nuestra capacidad de ser, amar, imaginar …etc. y todo lo imaginable.
Me parece que así estamos como antes, cambiando algunas palabras pero sin que nada cambie.
Ayer viernes Leonardo Boff publicó la misma columna en varios medios y en varios idiomas. Es admirable la constancia de este periodismo de altura (desinteresado totalmente) que le sitúa a la altura de los grandes pensadores y escritores que nunca rehuyeron la cita periódica con los lectores (vease Ortega). Y admirable es también el trabajo oculto de colaboradores y traductores que hacen posible esta múltiple presencia semanal.
Pero yo me pregunto: ¿en cuántos medios de los que publicaron ayer su columna habrá obtenido Boff el eco y el nivel de discusión que ha obtenido en ATRIO y que está únicamente empezando?
***
Y tomo la palabra, agradeciendo sobre todo el magnífico comentario de Manuel Ignacio Santos, viejo y querido amigo. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Manolo, e intentaré expresarlo a mi manera, si puedo, con las menos palabras posibles.
Esta progresiva e inacabada retirada de la fe ante la razón, reforzada día a día por los progresos de las ciencias y éstas a su vez por los de las técnicas, no debe ser considerado como algo estratégico o propio del creyente vergonzante, sino como necesaria purificación y rechazo de cualquier idolatría de imágenes, conceptos y raciocinios en los que fuimos religiosamente engendrados.
Efectivamente, Hawking , en el último libro escrito con Mlodinow, El gran diseño –que estoy acabando de leer con detención y esfuerzo– , se distancia mucho de cómo dejaba las cosas en Historia del tiempo, aunque ya entonces dijo que tal vez el Big Bang podía no ser sino la explosión tras la previa implosión de otro universo en latido constante. Las modernas teorías cuánticas o teoría M, a la que se refiere Juanel, dejan sin sentido la progresión temporal y la cuestión del origen.
Hace ya más de veinte años me quedó cerrada la puerta a cualquier emergencia cosmológica de Dios con otro libro que leí con atención, Qué es dios y Quién es Dios. Sé que García Bacca es un filósofo crítico materialista, apoyado entonces sólo en la física de Einstein, pero me convenció: todo es, yo soy, objetivamente, pura materia y energía.
Pero queda la consciencia y libertad del sujeto que soy –desde esta posición privilegiada de observador del universo en el siglo XXI– para preguntarme por el Quién, haciendo poesía como Machado o Juan de la Cruz –y no teorías generales–, buscando mi yosoidad de la mano de Ken Kilber o afirmando la fe en mí mismo, como apuesta radical, con Marcel Légaut, a pesar de la carencia de ser que se me impone.
Más que la cosmología, podrían hoy las neurociencias cuestionar mi fe. Pero me apasiona esa exploración biomolecular y física del cerebro y deseo que progrese sin que nos quiten la alegría de la vida cotidiana, con capacidad de asombro y de compasión, que nos hace sujetos y no sólo objetos del devenir.
Tampoco Boff, lo mismo que Hawking, plantea expresamente la posibilidad de billonadas, ni siquiera de varios, universos.
Pero la cuestión (o una de las cuestiones) del post sigue siendo la misma:
– por un lado la solución clásica de Boff, del reloj que presupondría necesariamente la existencia de un relojeroDios (añadiendo el anexo de que el relojeroDios actuó por amor al crear el universo, como desbordamiento de su plenitud de ser, de bondad y de inteligencia, para hacer participar a otros de su superabundancia –o sea Todopoderoso-. Vamos, que Dios crea al ser humano, y en consecuencia nos espera al término de nuestra vida –resurrección-).
Y añadiendo expresamente el otro anexo que emplea a Dios en una ‘Creación constante’, (para no dejarlo en paro y no desaprovechar lo de Todopoderoso y que no puede morir como el relojero una vez cumplida sus función creadora, que le imaginamos), ocupándolo así en sostener constantemente tooooodo lo creado (¿creacionsimo?), el universo y nuestras seres (y ya puestos, nuestro amor y todo lo imaginable, destacando así hasta el paroxismo que necesitamos de Dios para existir a cada instante y para que resucitemos y seamos eternos como Dios, lo cual viene de perlas a los que se han dotado de un representante de Dios en la Tierra y hasta en la sopa, e infalible que certifica la verdad absoluta de sus dogmas y demás. Aunque ahora resulta que la BibliaPalabradeDios miente hasta por los codos, incluso en lo del éxodo del guía Moisés, y su pueblo ‘elegido’ -otra mentira de la biblia- judío).
– O, por otro lado, la solución que propone Hawking yque Boff ha omitido ‘expresamente’ en su post, la de la innecesariedad de imaginar la existencia de un relojeroDios porque el universo (el reloj, o los universos) se autocrea a sí mismo de ‘la nada’
¿Es Dios el que emerge en el proceso evolutivo (título del post)? Parece que es todo lo contrario, Boff está diciendo, en contra de la apariencia que ha querido dar a su título, que es el proceso evolutivo el que emerge del imaginario e indemostrado Dios.
A nosotros los animales humanos, como somos mera consecuencia de ese proceso que constatamos evolutivo, nos parece que ese proceso evolutivo muestra a simple vista una dirección: hacia delante y hacia arriba, una escalada ascendente. Este parecer forma parte de esa evolución, es un poquito de esa evolución.
El universo ‘sabía’ que nosotros estábamos en camino, dice al parecer el citado Dyson (como también una madre sabe que el hijo está en camino, y así seguimos con la estructura mental padre/hijos –en definitiva así seguimos con la misma idea de necesitar meter a Dios en el proceso, para no sentirnos desamparados-)
Para mí lo más grande, lo que más me maravilla, son/somos las personas, las de siempre, no el universo ni las estrellas ni la energía ni la interminable materia cósmica.
La novedad en este tema me sigue pareciendo lo que propone Hawking, y lo que dice Boff me sigue pareciendo lo de siempre, la solución clásica ¡creacionista?
Yo pienso que Dios ES el proceso evolutivo, ES la energía inteligente, que se autorganiza de formas infinitas, de donde emerge materia, forma, vida, conciencia y quizás cuantos grados evolutivos más. Y somos parte de EL. Y nuestra humilde experiencia se agrega al proceso infinito del SER de Dios. Tengo una prima encantadora, y todas las mañanas dice: “Yo quiero ser parte de la conciencia de Dios acerca de lo que es una mujer feliz” Y trata de ser lo más feliz posible, y trata a todo el mundo bien y alrededor de ella hay un campo de paz y felicidad.
Boff nos ayuda a pensar seriamente, es maestro en la superación de tantos “idola mentis” (que diría Bacon), sobre todo de los de origen social que nos han acostumbrado a admitir como verdades lo que sólo serían opiniones (doxa, no episteme) por así decirlo, a nivel de charla de café. La ciencia nos va descubriendo que el universo material es mucho más complejo de lo que era posible concebir en otros tiempos. Naturalmente, admitir que el pensamiento científico pueda ayudar a mejorar la reflexión filosófica exige superar otro dogma infundamentado: el de la separación exclusiva entre Razón y Fe, entre conocimiento natural y conocimiento basado en presuntos mensajes “revelados” que la ciencia (a la investigación tradicional bíblica se añadió la toma en consideración de los influjos históricos, o la valoración de lo que la Arqueología va descubriendo – como que no hubo nunca un Exodo mosaico — que además habría llevado a los hebreos a otra provincia egipcia). Boff me maravilla por su honestidad mental, me recuerda la de Bonnhoeffer. Y yo diría que un Teilhard de Chardin estaría entre sus predecesores. Así, en un horizonte que deja atrás la ideología de que el creyente puede prescindir del conocimiento científico, si pensamos en los procesos evolutivos el hecho de que un universo material llegue en seres capaces de lenguaje y pensamiento a plantearse la cuestión del origen de todos esos posibles multiversos (no hay prueba alguna de que el nuestro sea el único y hay muchas razones para pensar en que sólo somos uno de billonadas de universos), entonces, y ahí Hawkins ni entra a tratar la cuestión, lo que constatamos es que la Realidad material no sólo genera en si vida, sino también en ella llega a tomar conciencia de sí misma. Los polvos estelares, la materia negra etc. “no piensan”, pero nosotros sí que nos planteamos la pregunta por lo que somos. Una pregunta que un escéptico radical diría ser necia presunción, pues aunque uno se quede en la posición del Agnóstico (que sabe que no sabe..) en esa misma afirmación, uno la llamaría moderna “teología negativa”, ya se admite que hay un horizonte de “sentido” de todo.
Naturalmente, un agnóstico o teólogo negativo mira con bastante distancia a todas esas teologías (sobre todo en el Cristianismo se especuló demasiado sobre lo que en principio no es cognoscible por ser superior a nosotros), pero quizá así se acerque a las vivencias de aquellos que llegaron a experiencias místicas y que al volver abajo, a tener que hablar en la jerga de los juegos de lenguaje generados para actuar acá abajo, en trabajo o en convivencia humana, sólo decía que lo experimentado era “inefable”, es decir, no verbalizable.
Quizá el pensamiento post-dogmático vaya abriéndose paso y pronto olvidemos dogmas y anatemas como algo tan condicionado por sus circunstancias que sólo habrá tenido valor como fase propedéutica a una actitud más humilde ante lo último, ante lo que está en el transfondo o base de la realidad total. Y ahí no hace falta querer “temporalizar” nada, ni buscar un origen temporal de los universos. El tiempo es en sí, según la ciencia va perfilando desde Einstein, una de las dimensiones inmanentes de la realidad. Si hay algo más allá de esas realidad no será pues un Antes – ni tampoco un Después, un final apocalítico (o un fin a lo calendario maya – mal interpretado según investigadores serios). Ni el Génesis ni el Apocalipsis pueden entenderse en ese sentido ingenuo. La “desmitologuización” que proponía Bultmann fue ya un paso en esta línea en que nos anima Boff a pensar.
Osquitar, puedo firmar contigo lo de Boff y de paso lo tuyo, me ahorro el tener que explicar que si existe la gravedad, existían muchas otras cosas más…Vamos que podemos, así que en Pinamar, que Vacan que sos, yo haciendo otoño en Montevideo laburando y con medio jodido…Un abrazo Gabriel
Hola Manuel I. …!
Excelente! ¿Dónde hay que poner la firma de adhesión?
¿En Pinamar? ¡Lindos Otoños ¿no?!
Bueno: ¿Y ahora qué hacemos con “Dios”
¿Qué hiciste vos?
¿Dónde lo pusiste… o te lo pusieron cuando chico?
¿Habrá que construir una “nueva” Teología:
que tenga en cuenta por dónde anduvo, anda y qué esta haciendo el tal “Dios”,
tan afamado (se ha fablado y se sigue fablando de él)?
¿Vamos todavía? – Oscar.
El paralogismo ‘Deus ex machina’ del Teólogo Prof. Leonardo Boff
Salvo un pequeño (tal vez, no tan pequeño) detalle, concuerdo con el comentario crítico de Juanel sobre esta nota de Leonardo Boff, viciada del razonamiento falso (paralogismo), del que bajo el nombre de ‘deus ex machina’ nos enseñaron a guardarnos en nuestros razonamientos lógicos allá en las clases de Lógica Formal de la Escolástica.
¿Qué es el paralogismo ‘deus exmachina’?
Wikipedia lo define muy justamente así:
“Deus ex machina”
‘Deus ex machina’ (lat. AFI: [ˈdeːus eks ˈmaːkʰina]) es una expresión latina que significa «dios surgido deuna máquina», traducción de la expresión griega «απò μηχανῆς θεóς» (apò mēchanḗs theós).
Se origina en el teatro griego y romano, cuando una grúa (machina) introduce una deidad (deus) proveniente de fuera del escenario para resolver una situación.
Actualmente es utilizada para referirse a un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna. Desde el punto de vista de la estructura de un guión, “Deus ex Machina” hace referencia a cualquier evento cuya causa viene impuesta por necesidades del propio guión, a fin de que mantenga lo que se espera de él desde un punto de vista del interés, de la comercialidad, de la estética o de cualquier otro factor, incurriendo en una falta de coherencia interna.
No es necesario investigar demasiado en los guiones para encontrar ejemplos de “Deus ex Machina”. Bien sea la llegada del héroe en el último momento, la inesperada carga de caballería, el oportuno eclipse o la sorprendente necedad del villano perdiendo el tiempo al contarle los planes a los protagonistas, es muy difícil evitar la aparición de estos elementos. El motivo en general es simple: en muchos guiones, la trama es el hilo primario de creación al que se tienen que adaptar todos los demás elementos.
El principal problema de este tipo de eventos es que, al percibirse la falta de coherencia interna, puede producir incomodidad, ya sea entre lectores, espectadores o actores, dependiendo de la obra.
La cantidad justa de causalidad impuesta por la narración es un ingrediente difícil de manejar para el guionista: por una parte, es un método fácil para obtener la trama deseada, pero también puede hacer que el conjunto no resulte creíble, haciendo que se note “forzado” o que incluso roce en el surrealismo.
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A la luz de esto, me pregunto: En la trama y drama de nuestro ‘Theatrum Mundi’, del que somos actores, no solo espectadores, ¿es posible alguna teología, razonamiento o discurso humano al fin, que salve a Dios de aparecer ’emergiendo’, en la trama y el drama (el ‘hacerse’) del Universo y la Vida humana, ya no como un dios narciso (como muy bien objeta Juanel ), sino como un ‘deus’ (conejo, paloma, héroe, salvador omnipotente o lo que se quiera), salido de la galera de un prestigitador, falsificador en verdad, de discursos y razonamientos?
Para que esto no suceda, creo que hay que cambiar radicalmente el ‘guión’ de esta trama y este ‘drama’. Y, más que cambiar el guión, hay que liberar y recuperar la potencia del pensamiento humano, potencia hecha a un mismo tiempo de materia-pasión y mente-razón?
Porque, que yo sepa, esos son los únicos medios que tiene el hombre, cualquier hombre, todo hombre, para llegar a la verdad.
Todo lo demás, si Dios emerge antes del Big-Ban o después de él, me suena a juego de prestidigitación discursiva “paralógica”, trágica: al parecer, algunos elegidos tienen acceso, por otra vía distinta del razonamiento humano, al conocimiento y la ‘palabra’ (discurso) sobre Dios y ‘todo lo divino y lo humano y, una vez ‘apoderados’ de ese supuesto conocimiento y esa supuesta palabra, la transforman en palabra revelada, única autorizada, de Dios sobre la verdad del Hombre, el Universo, la Vida, la Realidad y Dios mismo.
A la impotencia y al Silencio de Dios, porque ignora las reglas de la gramática y del discurso racional, único del que disponen sus “criaturas”, la teología le ha prestado y subrogado la elocuencia y la retórica, especialmente la retórica de la Palabra y el Discurso.
Para mí, cualquier ‘teología’, que se interponga, aunque sea bajo el disfraz o la máscara de una función “mediadora” supuestamente necesaria, entre la (potencia de la) razón humana y Dios, es en sí misma, y no solo históricamente, un discurso dominador o al servicio del Poder de unos sobre otros, jamás un discurso liberador o al servicio de la libertad.
Manuel I. Santos Santórum
Pinamar. Prov. de Buenos Aires
Argentina
1º.- Así que el hecho de existir la gravedad fue suficiente para que el universo se crease a si mismo de la nada. Existía la gravedad = ya había pues algo y no Nada. Con esto nada demuestro, tampoco que exista Dios. Sólo quiero poner el punto sobre la i.
2º.- La Nada.- Pues estamos siempre en relación con algo, ninguno de nosotros tiene -no podemos tener- experiencia propia de lo que es La Nada. ¿Cómo podemos imaginar algo de lo carecemos de cualquier experiencia?. Invito a intentar imaginarse La Nada. Yo lo intente y retrocedí rápido, ¿tal vez por falta de inaginación?.
Es más, me pregunto si puede haber tal cosa como La Nada; pues – aparte ahora de que yo no haya sido capaz de asomarme a ella- si existiese ya habría algo…. y no soy yo capaz de deshacer esa contradicción.
3º.- Se me ha perdido otro punto sobre otra i:…. Por ejemplo, si la carga eléctrica del electrón hubiera sido un poco diferente….sería causa de un montón de cosas horribles. ¿Pq habría -debería, ¿podría?- de ser diferente la carga eléctrica del electrón?. ¿No tendrá que ser esa carga coherente con su entorno y las leyes que lo gobiernan ?. ¿Se puede -en ciencia- hacer suposiciones incoherentes?…..suposiciones que carga el diablo.
4º.- Yo no niego que ….la materia se cargó de información….lo simple se hizo complejo…etc. Eso es cierto en el tiempo pasado hasta ahora. Pero lo que me cuentan es que el destino final del Universo es la plena descomposición (descomplejización). Toda la materia estará descompuesta, con sus partículas sueltas y frías (en el nivel del cero absoluto, supongo), sin capacidad para volver a componerse. Dicen que el Universo es entrópico y que la entropía va sólo en una dirección. Así, pues, para mejor considerar la hermosa visión contemplativa de Boff habrá que abrir más la variable tiempo.
La visión del universo con toda su complejidad en movimiento no es más que el reflejo de nuestras incertidumbres mentales. Es cuestión de perspectiva. En universo no existe (espacio y tiempo); exiate el Ser (sinónimo de Dios) cuyo Amor generante irradia la vida que no puede desprenderse de El y Eso somos nosotros con todos los animales, con toda la vegetación y toda la materia y toda la energía. Dicho lo cual huelga toda explicación, porque explicar el misterio del ser es contradecir la limitación de nuestro ser vivo e inteligente.
No puedo estar más en desacuerdo con este comentario de L.Boff, que pretende tomar en cuenta la evolución y sacar de ella las conclusiones que le da la gana para su conveniencia.
Que algunos científicos opinen por cuenta propia que el proceso evolutivo tiene una dirección hacia la complejidad cuya cúspide es la vida y la conciencia es sólo fruto de un antropocentrismo feroz, que nada tiene que ver con la Ciencia, mientras que la evolución sí es teoría científica. La evolución cosmológica no va dirigida a la formación de planetas con vida ni ésta a la emergencia del ser humano y su conciencia. Basta la simple observación de los miles de millones de galaxias, muchas con miles de millones de estrellas, las inmensas distancias de nuestro Universo, para destronar al hombre y su sobrevalorada consciencia, de ser el centro de la Realidad Física, herencia histórica de nuestra cultura que se resiste a desaparecer. Es que el orgullo del género humano es muy persistente.
Dice que Dios emerge del punto inicial antes del Big Bang, que según él es la Nada Absoluta. En ningún caso puede probarse que antes del Big-Bang nos topamos con la Nada. Lo que origina el Big-Bang no es la Nada sino una singularidad, un superagujero negro que encierra toda la energía no sólo de una galaxia sino de todas las galaxias y todo el espacio-tiempo de nuestro Universo. Lo que dice Hawking es que ese superagujero tiene una inmensa gravedad, la cual es responsable del origen de nuestro Universo. Ese superagujero está contenido y contiene un campo cuántico multidimensional (teoría M) con fluctuaciones por el principio de incertidumbre. Ese campo cuántico puede pensarse tan inmenso y perdurable en el tiempo como se quiera. ¿Dónde colocamos a Dios?
Que el sentido de la creación del Universo sea el espejo dónde Dios se ve a sí mismo, me resulta chocante puesto que resulta un Dios increíblemente presumido. Y añade que lo creó para hacer participar a otros de su abundancia ¿A quienes? ¿a los que él mismo crea?
L.Boff se pregunta al quedarse maravillado en la comtemplación de cuanto le rodea ¿quién hizo todo esto? Ese asombro expectante ante el Misterio lo comparto, pero en absoluto su pregunta y menos aún su respuesta. Las preguntas las prefiero más científicas, menos emocionales y las repuestas también. Si respondemos que Dios lo hizo, la cuestión de la relación de la trascendencia con el mundo físico es irresoluble. Y si pensamos con L.Boff que todo está impregnado de trascendencia entonces todo es Dios, y se coloca en una posición panteísta que no comparto en absoluto.
Dios emerge de los problemas del género humano, de nuestra historia personal y colectiva. Buscarlos en la Naturaleza es lo que hacían las generaciones pasadas cuando desconocían prácticamente todo sobre ella y sus procesos, llenándolo todo de dioses y espíritus. Hay una nueva teología que hacer con respecto a la Naturaleza, pero desde luego no comparto nada de cuanto L.Boff toma como principios de la misma, en mi opinión no es ese el camino.
Saludos cordiales
Todo VERBO y también el verbo HACER ,hasta en su forma reflexiva HACERSE, puede y debe distinguirse de su propio SUJETO.
En nuestra humana existencia nos encontramos con VERBOS casi todos expresión de una acción activo o pasiva de los que conocemos y experimentamos sus sujetos, que en realidad son objetos o acciones, si eso de la energía y la materia se identifica.
Pero cuando esto de la energía y materia lo consideramos VERBO, y de él no conocemos ni tenemos experiencia directa de SU PROPIO SUJETO, nos quedamos con LA ACCIÓN cuyo SUJETO ¿? no está a nuestro alcance.
El problema, del que un factor principal no tenemos ni la menor experiencia ni idea, lo tenemos en enfrentarnos necesariamente a la realidad del VERBO HACER=HACERSE. Sobre ambos avanza la ciencia y seguirá avanzando buscando relaciones y explicaciones, pero parece ser que no está accesible para nuestra REALIDAD HECHA el acceso al SUJETO QUE HACE con evolución, a veces, y sin ella, en otras, a no ser que EL HACERSE, en parte, sea también solo parte, que nos implica, perceptible del SUJETO.
Hola!
¡Bien Javier R. Sch.!
Mientras no se salga de navegar
por las aguas de la “EVOLUCIÓN”
y no se aventen términos “pseudo-científicos”
como “conciencia y espíritu”
no se accederá a navegar
“mares nunca d’antes navegados”
cual es el de lo propio de la Vida humana:
la HISTORIA.
La EVOLUCIÓN explica mucho-casi-todo
de “las-cosas-de “la Vida humana”
Pero no aborda -ni tiene por qué-
“la Vida humana” que
* no es COSA
* ni “evoluciona” (como una semillita)
Sino que que es:
* una práxis dramática
* que llamamos HISTORIA.
¡Vamos todavía! – Oscar.
De la nada nunca sale nada, afirma rotundo Boff, que es muchísimo más listo y preparado que yo, obviamente. Lo afirma en contra de lo que al parecer ahora afirma Stephen Hawking, del que cita Boff sólo las opiniones de éste de 1992 y 2005
Así ¿no seguimos en una de las viejas vías tomistas? La prueba del reloj necesariamente hecho por una persona, supone necesariamente la existencia previa de esa persona, un relojero. El cual relojero además mantiene la existencia del ser del reloj, diríamos si seguimos a Boff, una vez fabricado el reloj por un relojero.
La realidad es que el relojero muere, y el reloj sigue por siglos siendo mercancía de un anticuario, museo o similar, sin que el relojero sostenga nada del reloj que fabricó.
¿Un relojero y varios relojeros? ¿Un Dios y muchos Dioses? ¿Un universo y muchos universos?
¿Se extinguió Dios, una vez ‘creado’ el universo o universos, terminada ya su función creadora? Nadie lo sabe.
¿Está comprobado, sí, que de la nada nunca sale nada, o es nuestro tan limitado raciocinio lo único que sustenta esta afirmación?
¿Se han hecho pruebas con la nada, en algún laboratorio quizá, y de ellas resulta que de esa nada nunca puede salir nada de nada? ¿o las pruebas se han hecho con el vacío?
Parece que Stephen Hawking dice en 2011 algo nuevo, que es diferente de lo que cita Boff que decía Hawking en 1992 y en 2005. Como si Hawking hubiera avanzado algo más, lo cual Boff, por lo que él sabrá, no dice en este post.
Supongo que es lícito citar lo anterior de Hawking sin mencionar lo nuevo de Hawking, pensando en que todos sabemos que Hawking ha añadido en 2011 algo nuevo a lo que decía antes.
Pero sería más claro que Boff lo hubiera explicitado. Y mejor aún si lo hubiera comentado, ya que es Boff quien elige citar lo anterior de Hawking.
http://el-mundo-insolito.blogspot.com.es/2011/05/stephen-hawking-dice-que-dios-no-creo.html
Stephen Hawking afirma: “No es necesaria la existencia de Dios para explicar el origen del universo. Por el solo hecho de existir la ley de gravedad, es una consecuencia inevitable que el universo se cree a sí mismo de la nada. Suponer que hubo un Dios que encendió la mecha de esa gran explosión es redundante.”