Me he enterado esta misma mañana. Estoy consternado por lo que esto representa. Y no solo por la amistad que me une desde hace años con Andrés y por todo lo que conozco sobre su prudencia y empeño en mantenerse dentro de la ortodoxia. Sabía que se le había incoado un expediente en España y en Roma, pero esperaba que dominaría la cordura y se respetaría el trabajo teológico creativo, repensante, del mejor teólogo que hoy tenemos en España quien, desde una profunda fe y un deseo explícito de no fomentar rupturas, está sosteniendo la fe y la permanencia en la Iglesia de muchísimas personas.
Al final, seguramente, lo que ha pasado es que Roma (la Congregación Defensa de la Fe, cuyo Secretario Ladaria es persona conocedora de las nuevas tendencias teológicas) ha devuelto el asunto a los obispos españoles para que ellos decidieran, como pasó en el caso muy parecido de Pagola. Y estos han aprobado y publicado ayer una Notificación muy dura, diciendo que en los libros recientes de Torres Queiruga se contienen afirmaciones que no concuerdan con la lo que sobre la fe de la Iglesia dicen El catecismo de la Iglesia Católica, algunas declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe (sobre todo la Dominus Iesus) y otras de Juan Pablo II o de la Conferencia Episcopal Española (sobre todo la desdichada Teología y Secularización en España). Eso ya lo sabíamos. ¡Pero no se atreven a declararlo hereje, por más que les gustaría!
En resumen. Andrés Torres Queiruga debe ser exaltado y apoyado hoy más que nunca por quienes estamos implicados en que el tesoro de sabiduría que encierran las tradiciones religiosas y la causa de Jesús se trasmita a las nuevas generaciones. Dejemos a los muertos enterrar a los muertos y quedemos con lo positivo de este incidente. Yo recomiendo la lectura de la nota de los obispos pero en la versión subrayada por mí que se puede abrir aquí.
Ahí se podrán ver, resaltados en verde, los textos de Torres Queiruga que son contrapuestos por los obispos a otros de la doctrina más conservadora y fundamentalista (fisicista respecto a la intervención de Dios en el mundo) que puede uno omitir. Imagino que la mayoría de los lectores experimentarán un acuerdo personal profundo con lo que dice Andrés. Eso es lo importante.
También allí se citan los tres libros de Andrés Torres Queiruga de donde se han tomado esos párrafos y que tenemos que recomendar vivamente a quien quiera proteger su verdadera fe cristiana de esta ola de fundamentalismo que nos invade. Estos honorados libros son:
- – Repensar la revelación. La revelación divina en la realización humana, Trotta, Madrid 2008, 574 pp.
- – Dialogo de las Religiones y autocomprensión cristiana, Sal Terrae, Santander 2005, 151 pp.
- – Repensar la resurrección. La diferencia cristiana en la continuidad de las religiones y de la cultura, Trotta, Madrid 2005, 3ª edición, 374 pp.
Y una última nota final para sacarme una espina.
Era el otoño de 1969 y yo fui invitado a dirigir el Colegio Mayor de Santiago Apóstol en Salamanca. En la primera reunión de rectores de los Colegios que tenían alumnos en la Facultad de Teología se habló de lo mal que se enseñaban muchas asignaturas, por profesores anclados a la escolástica más tradicional, sin apertura a las nuevas visiones e ideas del Concilio. Se decía que esto representaba un grave peligro para la fe de los alumnos y que había que hacer algo. Como rectores, dirigimos una carta a los obispos responsables, pero sin conseguir nada. Pero de los mismos teólogos-alumnos de Teología- nació un “movimiento del 3 de diciembre”, la fecha en la que empezaron una huelga indefinida en la Facultad de Teología que consiguió una visita apostólica (del arzobispo Javierre, después cardenal) y la renovación del claustro de la Facultad, retirando a varios de los antiguos profesores. A mí me costó dejar el rectorado a fin de curso, pues consideraron que en mi colegio se había cuajado el movimiento reivindicativo. Efectivamente, en El Salvador se solía reunir el comité de los cuatro teólogos que promovían la huelga. Y con esa ocasión conocí a uno de ellos, Adolfo González Montes, el obispo que firma el documento.
Con el derecho que me dan estos antecedentes, me atrevo a preguntarle a Adolfo, cuarenta y dos años después de aquellos hechos: ¿Crees de verdad que las afirmaciones contenidas en los libros de Torres Queiruga son peligrosas para la fe del pueblo de Dios o más bien ayudan a mantenarla a quien se hacen las preguntas de su tiempo? ¿O es que temes que oponerte a firmar este documento y defender a tu amigo Andrés te acarrearía problemas con la tendencia conservadora que hoy se ha vuelto a instaurar en el Iglesia y que está especialmente activa en la Conferencia Episcopal Española?
NO SE TRATA y no es una cuestión de autoridad ad personam…La exégesis bíblica, en particular la del Nuevo Testamento, no se basa en la autoridad o reputación de UNA persona..Porque hasta los mejores especialistas se han equivocado alguna vez…han ido por un camino erróneo…ni tampoco se trata del que sepa mas ARAMEO, sino del exégeta que pueda encontrar el CONTEXTO verdadero en la tradicion que no lo da una sola perícopa sino una serie de ellas…que confirman EL VERDADERO SENTIDO con que lo escribió el evangelista…En este caso la autoridad y autenticidad de Mateo 16,17, segun los especialistas, desde el punto de vista de la crítica textual es hoy universalmente reconocida..dice el exégeta protestante Oscar Cullman refiriendose a la promesa del Primado: “es EVIDENTE que Jesus se estaba refiriendo a Pedro, al quien el llama ROCA. Nomina EL a Pedro, el impulsivo, entusiasta pero que no es un hombre constante en el grupo (apostólico) para ser el fundamento de Su ecclesia (iglesia)”. En ese sentido es la exégesis católica la correcta y todos los esfuerzos hechos por el protestantismo para evadir esta interpretacion (en contra) debe ser rechazada” (Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Oscar Cullman “Tu eres Pedro”, 6:108, traduccion del ingles, edit Kittel and Friederich, Grand Rapids, Michigan)…Pedro es la “roca”, y lo que se le da es una “función”, se les da pues las “llaves” del reino y entonces puede “atar y desatar” que en el lenguaje jurídico de entonces se refería a prohibir (atar) y desatar (permitir)…LUEGO Cristo le pide 3 veces a Pedro que “apaciente sus ovejas” (Juan 21, 15 y sig)..que sea el verdadero PASTOR de su REBAÑO que es el Pueblo de Dios, la ecclesia, la iglesia de Cristo
No cabe duda de la Primacía de Pedro en la escritura…Pedro siempre va a la cabeza de cada lista de los apóstoles.Es el primero de los 3 discipulos preferidos por Cristo en su círculo íntimo. Pedro siempre es mencionado por su nombre cuando a los otros se les llama “los discípulos” o “los once”. Siempre Pedro se levanta como el líder, el vocero y “el primero entre iguales”. Los nombres de Pedro, Simon o Cephas (KEFÁ) son usados 191 veces en el Nuevo Testamento. Exceptuando al mismo Cristo, no otra persona recibe la atención “bíblica” que recibe Pedro en el N. Testamento.
Pedro preside el Concilio de Jerusalen junto y con el Colegio de los Apóstoles y EL junto con el Colegio envía una nota a los Gentiles diciendo:” Porque ha parecido bien al Espiritu Santo y a NOSOTROS no imponerles (a vosotros) mas mandamientos que los necesarios” (con referencia a que la circuncisión no era necesaria para ser cristiano) (Hechos 15-1,6-7,12-15,28)..TODA la tradicion reconoce el primado de Pedro…y esta presente en Clemente Romano, Policarpo de Esmirna, Ignacio de Antioquía, Papías,Gaius, Tertuliano, Orígenes, Eusebio, Clemente de Alejandría etc. etc. etc.El Primado fue dado por Cristo a Pedro y trasmitido unánimamente a la iglesia de Cristo hasta el siglo XXI…Podemos tranquilamente no someternos a su jurisdiccion..lo que no se puede negar en su historicidad que esta sustentada por el testimonio incólume de la tradicion desde los primeros siglos..Tergiversar el sentido de la tradición unánime no es una exégesis seria…porque choca con el principio elemental de toda ella que es el encontrar y descubrir la verdad..Y esa es la verdad como está escrita en la historia….un saludo cordial de Santiago Hernández
Siguiendo mi reflexión del pasado día 4, en la que intentaba desde mi punto de vista establecer la diferencia Ontológica que separa el acusado del inquisidor quisiera ahondar ahora un poco más en ella
La diferencia, a mi modo de ver se encuentra precisamente en que el inquisidor, en efecto, no ha superado aún el dualismo medieval de la realidad. Todo lo más entendiéndola a modo de síntesis kantiana en donde, aunque Kant vio el problema de esta dualidad, su filosofía no dejó de moverse entre el mundo de lo sensible y el mundo de lo inteligible con lo cual la unidad primaria de esa síntesis fue el objeto fenoménico.
Pero, para una mentalidad cuántica, postmoderna, en la que se supone que se ha superado la síntesis kantiana que es donde en mi reflexión sitúo a Queiruga, no hay dos mundos sino que lo sentido cósmicamente es lo inteligido mundanalmente. Por tanto no se trata de una síntesis, es decir, de unidad de objeto sino de unidad real.
Es la realidad con su componente de libertad y no el objeto en su cerrazón lo que posibilita y nos abre, a mi modo de ver, al hecho mismo del repensar. El repensar es posterior al hecho de inteligir. Inteligir no deja de ser tan sólo un acto humano como lo son los actos en el orden del yo de la ejecutividad orteguiana. Lo que ocurre es que Kant identificó inteligir con conocer y claro a este nivel no hay conocimiento.
En mi opinión, el re-pensar y refiriéndome otra vez en términos orteguianos, cae dentro del ámbito de la “razón vital”
Gracias Santiago, y gracias a Antonio Duato por permitirme mis comentarios a pesar de no ir en la línea de Atrio..
Juan Mateos sabía tanto arameo que el propio Cristo, estuvo varios años estudiando en Jerusalén todo lo necesario para poder traducir el NT con garantías suficientes de fiabilidad; decir que quiso ignorar….etc., Juan Mateos no “daba puntada sin hilo” y, si alguien quiere saber exégesis y hermenéutica desde Juan Mateos, puede estar tranquilo/a, que, como ya he dicho, de los idiomas antiguos sabía mucho, y su traducción es de fiar.
De hecho, la Notificación (eufemismo de moda, detrás del cual hay más cobardía que ciencia) de la CEE fue por los comentarios, no por la traducción.
Hola Santiago!
Me dices:
– “Oscar, pero Juan Mateos quiso ignorar que el idioma primario de Cristo era el arameo…”
Yo no sé si “quiso ignorar” o “no quiso ignorar” o “le salió así de ignorante”.
Me parece que a un tipo de ese calibre no le caben bien esas calificaciones;
sino todas las contrarias; ¿no te parece?
Tampoco sé si eso de “guijarro arrojadizo” o “roca basamental” o “inaguantable chinchudo pesado”
es la comprensión correcta del Texto en cuestión.
No que no me importe. Todo lo contrario.
Porque me importa es que opto por una de ellas;
¿Cuál?
Ahí está el intríngulis (en Argentina decimos “¡Ahí está la madre del borrego!” por la que tanto éste lloraba.)
Opto por aquella que hace y da sentido en mi vida,
y me hace obrar como obro y pensar como pienso.
¿hay, acaso, otra opción honesta y auténtica?
Todo otro modo se me aparece como un “cuento chino” “engañifa” o “ñanga pichanga” decían mi vieja y mis tías.
Yo te agradezco que me repitas lo que ya hemos considerado
(¿hasta el cansancio?)
cuando se trató el asunto en una Exégesis que hacía Salvador
siguiendo, por lo que veo, a Juan Mateos.
Un abrazo y ¡Voy todavía! – Oscar.
Hola!
La “Notificación” muestra un enfrentamiento entre
DOS MODOS DE PENSAR:
1- El Notificante tiene sus “razones”
2- El Notificado tiene, también sus “razones”.
Nuestro problema es ¿por cuáles optar, no?
Yo diría que nunca se opta por “razones”,
sino por un “sentimiento” que haga sentido a la propia vida.
··············
En los últimos Comentarios de Olga Larrazábal aparecen tres cosas interesantes:
1ª) Nos cuenta su optar por de-construir la piel institucional que sentía asfixiante.
(la Iglesia Institucionada)
2ª) Nos cuenta su re-construir una habitabilidad en libertad
(Auto-estima)
3ª) Nos cuenta el ocasional método constructivo
(la Teología de la Liberación)
Y además Olga llama a comprender lo de Jesús y la Samaritana,(Jn.4,4-45).
Me parece que en ese “contar” de Juan aparecen esos tres pasos.
¿Puede verse el 3º) –ocasional método constructivo- en los vv 39-42?:
“Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en El por la palabra de la mujer que atestiguaba:
– Me ha dicho todo cuanto he hecho.
Pero así que vinieron a El le rogaron que se quedase con ellos; y permaneció allí dos días y muchos más creyeron al oírle. Decían a la mujer:
– Ya no creemos por tu palabra, pues nosotros mismos hemos oído y conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.”
················
¿Habrá algo de esto?
En todo caso, repito lo ya tantas veces dicho:
“Si dos miran lo mismo; no ven lo mismo;
y cada uno aportará sus “visiones o razones”.
Pero lo que siempre decide es “dónde se está parado en la vida”;
e.d. cómo vive y trata las cosas y a uno mismo.
Así seguiremos ¡Yendo todavía! – Oscar.
Mª Pilar, podemos felicitarnos mutuamente al haber conocido y habernos enriquecido con la persona y la sabiduría del gran maestro Juan Mateos. Yo conviví von él muchas semanas a lo largo de varios años junto a las comunidades de base de Murcia, y, tengo que confesar, que ha sido una de la grandes experiencias de mi vida.
Era sabio, había estudiado a fondo lo que enseñaba, era humano en grado máximo, tenía una fe muy fundamentada en el conocimiento de Jesús y una experiencia religiosa muy profunda. Y todo ello configuraba una personalidad no muy frecuente.
Así y todo, la Conferencia Episcopal le apercibió, le calificó de arriano, y quisieron que se retirase de la venta el NT por las notas que Juan Mateos había puesto en una traducción muy trabaja por él mismo. Nadie le hizo caso a los obispos y ahí está su NT que se sigue vendiendo sin que nadie haya perdido esa fe que temen los obispos vayamos a perder por buscar otras fuentes de formación y de información que no sean las suyas.
Un abrazo Mª Pilar desde esta experiencia común.
El pasado 2 de Abril mi comentario, a modo de objeción lo enfoqué, pensando en el del Oscar del día anterior por cómo en el punto 19 del texto condenatorio, dando su opinión, metía en el mismo saco ontológico, acusado e inquisidor.
Esta consideración no me sorprendió en absoluto pues noto que cuando se habla de la “realidad” de cualquiera de ellas en este caso de la realidad de la resurrección, me da la sensación de que Oscar tiende a pensar que se trata de la realidad en sí de ahí, pienso, que dijera luego aquello de que ni uno ni otro han superado la categoría de “COSA”
Por supuesto que el inquisidor se mueve en la categoría de cosa hablando de la resurrección a los fieles y manejándola a su antojo sometiéndola a una doctrina fija y para siempre
Pero por el hecho de repensar la resurrección, a mi modo de ver, T. Queiruga abandona la cosa y nos deja frente a una realidad que se experimenta en una praxis ética de vida en la que el mismo actuar en ella libera la realidad que somos y nos trasciende. El objetivo que pretende Queiruga no reside en el más allá sino en el aquí y ahora.
Por el contrario si nos atenemos en el primer caso, que es en donde yo sitúo al inquisidor, como para Kant no somos libres para acceder a un conocimiento de la realidad nouménica sólo nos será posible acceder a ella mediante la experiencia moral, es decir, no por una experiencia natural, vital, sino a través de explicaciones teóricas pues al no ser libres, dirá Kant hemos de pensarnos como libres.
Puede verse ahora la gran diferencia ¡no?
Hola Pepe: Jesús le dio por las narices a sus compatriotas, cuando lo mejor del judaismo, su llamado constitucional a la misericordia, lo metaforizó en Samaria. Quizás una profunda meditación sobre esta parábola nos de las claves. En lo que a mi respecta, solo encontré el mensaje de Jesús cuando no solo me fui, sino que deconstruí toda la parafernalia. Y ahí me encajo este Maestro dentro de los maestros universales, y nos amigamos y pude reconstruirlo. Porque Jesús, dentro de las iglesias, no encaja psicológicamente. A mi entender, por lo menos. Si lo sacas, adquiere una personalidad única, incontaminada que empieza a crecer en sabiduría y una piensa ¡Que hombre tan inteligente para captar la realidad y a la vez simplificarla!
Para aclarar mi comentario anterior:
Respaldaba el comentario de Oscar Varela sobre:
¡Juan Mateos!
mª pilar
Tuve la suerte de ¡¡¡Escuchar!!!
Durante varios años, los textos salidos de sus manos; era una maravilla, cada año nos explicaba a un evangelista, después los Hechos.
Era un hombre seguro de si mismo, de su experiencia; después de largos años de estudios, compartiendo los rollos más recientes en aquellos años, aparecidos como fuente Q. Junto a Rabinos, Maestros ortodoxos etc.
Su voz clara, serena; su calma, nos llenaba de paz y nos daba seguridad en aquello que nos comunicaba.
Hablar de comunidades de base… era sencillamente espectacular, y desmontaba toda palabrería de lo que:
“Nosotros hacemos…”
Tenía una humanidad y sencillez arrolladora, alto, grande, y sobre todo:
¡¡¡Cercano y convencido… sin avasallar!!!
¡¡¡Gracias Juan Mateos, por cuanto nos entregó!!!
En Zaragoza, nunca hubo problemas para encontrar su A.T. y N.T. tengo la suerte de poseer los dos, leídos hasta la saciedad, que nunca acaba.
mª pilar
Hola Olga Larrazabal, me alegra que coincidamos en esa apreciación que para mí es importante.
A partir de lo que he leído estos días en Atrio con motivo de la condena a Queiruga, y recordando el curso de Leaners y otras muchas cosas, se me ocurre plantearme si de verdad es posible reformular la mística que subyace en el cristianismo con un lenguaje actual, que entienda la gente de hoy y de tal forma que pueda seguir siendo “cristianismo”.
A lo mejor es cierto que el camino de la deconstrucción -y posterior reconstrucción- de todo el edificio dogmático cristiano, conduce, en el “mejor” de los casos a lo que queda del cristianismo cuando se ha salido de él, parafraseando la cita de O .G. de C. que cita Antonio en otro post.
Sé que la capacidad para hacer reconstrucciones dialécticas desde la mística es todo lo grande que uno quiera: la plasticidad de las palabras es para ella infinita. Pero entiendo que algunos piensen que no toda reconstrucción es cristianismo.
No sé, a lo mejor, lo que pasa es que para quedarse con lo valioso del cristianismo, hay que salirse de él.
José Carlos, te agradezco tu impresionante aporte a la fé católica y a la historia cristiana. Creo que tu blog es digno de atención por la claridad, la profundidad y coherencia que presenta, y por tu esfuerzo en enseñar la verdad pues la fe no necesita de tergiversaciones para conocer la verdadera identidad de Cristo que se presentó ante nosotros con una identidad dual: en el misterio de la union verdadera entre lo humano y lo divino en una SOLA PERSONA..Y de eso se ha tratado desde el primer siglo, desde que Cristo empezó su vida terrena, pues ha sido el signo de contradiccion predicho por Simeon en el Tempolo y objeto de todas las controversias a traves de todos los siglos…y que supongo perdurarán hasta el final…O creemos en SU verdadera identidad o lo rechazamos para siempre…..bienvenido por aquí….saludos de Santiago Hernández
Oscar, pero Juan Mateos quiso ignorar que el idioma primario de Cristo era el arameo…y al cambiarle el nombre a Simón por el de Pedro..Jesús uso la palabra aramea KEPHÁ que equivale a ROCA GRANDE y sin embargo no empleó EVNA que en arameo es guijarro o piedra pequeña..DE HECHO en el texto primitivo del griego Mateo, el evangelista usa EXPRESAMENTE “Kephá” en ARAMEO 2 veces para referirse a Pedro..ESTO funcionaba bien en ARAMEO porque equivale a decirle a Simón: “Tu eres KEPHÁ y sobre esta KEPHÁ edificaré mi Iglesia” PERO el griego es un idioma DISTINTO al arameo y los sustantivos SI tienen género y la palabra griega para “roca” es PETRA que está en femenino, por tanto, no podía ser utilizado como NOMBRE PROPIO de varón para designar a Simon..Al irse generando con el tiempo copias del evangelio de Mateo muchos decidieron TRADUCIR (los traductores era semitas con conocimiento limitado del griego) el arameo KEPHÁ por PETROS, creando, por asi decirlo, el masculino de PETRA, por la misma razon de que a un varón no le “pega” el nombre de Josefina, sino de José…PERO el SENTIDO ORIGINAL del texto vino del arameo que expresaba su verdadero sentido de “roca firme” como fundamento…Aqui, em Mateo 16,16 solamente se narraba la promesa de Cristo pero mas adelante la promesa fue realizada cuando Cristo le pide a Pedro que apaciente sus “ovejas” y ademas porque el Primado de Pedro esta bastante claro no solo en el Nuevo Testamento sino en toda la tradición apostólica…Por eso, no hay que recurrir a artimañas para evadir la verdad de la historia…simplemente y honestamente pueden decir los que lo deseen que NO aceptan esa jurisdiccion personal del lider de los Apóstoles y sus sucesores…y prefieren otra cosa que se acomode “a su manera” de pensar…Pero no se puede volver a escribir para evadir los hechos narrados por testigos fidedignos de la historia máxime cuando hubo un consenso general sobre la primacía petrina desde los primeros siglos de la Iglesia…con mi mejor saludo para ti…de Santiago Hernández
¡Caramba!qué animado está ésto, sin una nota a pie de página de Tamayo en Cáceres… o de su entrevista para El Periódico Extremadura (dos páginas centrales de respuestas más que interesantes)… ¿nos hemos vuelto exquisitos o cunde más la envidia?
Estoy harta de tanto cateto político y religioso.
Un tal Felipe escribió un comentario en el que se refería a mí y a lo que había escrito al final de mi artículo sobre el obispo de Almería.
Le contesté a la dirección e-mail que nos daba, ofreciéndome a publicar su comentario y poner mi contestación en público. Pero devolvieron mi correo, porque la dirección puesta no era válida.
Que no crea que hay censura o mala educación. En definiitva su comentario ponía en duda que Adolfo González Montes pudiera ser “teólogo” el curso 1969-70, cuando aún no estaba ordenado. Me he dado cuenta que yo no ponía expresamente que quienes protagonizaron esa huelga en la Facultad de Teología eran “alumnos de teología”, que en el lenguaje de aquella época eran simplemente “teólogos” como filósofos eran los que estudiaban filosofía. ¿no? He añadido un parénteis en el texto para evitar confusión.
Y le decía en mi contestación, que no ha recibido Felipe por su culpa, la gran admiración que tenía yo entonces por el coraje que demostraron aquellos 4 jóvenes, coordinadores de una huelga que duró varios meses, entre los que se encontraba Adolfo. No se dejaron intimidar por las presiones que recibieron entonces de la auténtica jerarquía, que eran los obispos de la Comisión de Seminarios, con Mons. Fernández Conde a la cabeza.
Vivo fuera de España y cada vez que me entero de alguna de estas noticias, se me encoge el corazón. Me había hecho a la idea que con el Vaticano II estas cosas no se darían nunca más. ¡Qué pena tan grande la Iglesia española!
Mi respeto y afecto para Andrés Torres Queiruga, con quien hablé varias veces y al que agradezco muchísimo su trabajo tan positivo.
Condenar a Queiruga es como levantarse un día al amanecer y ponerse a condenar la luz del Sol. Mira que llevamos ya años, cuatrocientos años desde que los fuertes del siglo XVI empezaron a hablarnos de la luz de Dios no solo en las estrellas y en el Sol sino en la inteligencia y en la razón de la humanidad, de las mujeres y de los hombres. La furia de la iglesia se levantó contra aquel nuevo humanismo. El Concilio de Trento puso su doctrina escolástica como la única fe. Paulo III estableció la inquisición para los nuevos herejes.
Andrés Torres Queiruga ha sabido poner el dedo en la llaga: la fuerza de Dios en la creación, la fuerza de Dios en el hombre y e en la razón humana. ¿Qué hay que condenar ahí? Pues eso: ellos, los obispos y el papa, se sienten amenazados donde más les duele: perderían su protagonismo y su poder, que les viene de querer ser los únicos dueños de toda verdad divina y humana.
Gracias por seguir derramando luz, Andrés, como te diría tu madre desde niño: “eres un sol”, en esa “miña terra galega donde el cielo es siempre gris”.
Héctor Rodríguez Fariña