Escribo desde Mendoza, Argentina. Gusto en saludar a esta familia de ‘altar universal’ con la que vengo caminando y creciendo hace algunos años.
Esta vez opté por pasarme a la otra vereda. Y decidí escribir algo. Hace unos días, un tío mío, un comerciante de mi pueblo muy querido, se quitó la vida. Quedamos desconcertados.
Con el pasar de los días me sentí obligado a tomar la palabra y una vez más, a confesar mi fe.
Saben que antes de enviarlo a Atrio, se lo compartí a un gran número de amigos y compañeros de la vida, y me sorprendió recibir muchísimas respuestas contándome de una vivencia similar. Me di cuenta que ‘el suicidio’ es una herida social constante, tapada, y que no deja de supurar. Quizá ustedes puedan darle otro rostro a éste ‘tío Flaco’ del cual hablo. Quizás no. Ojalá.
En todo caso, que estas palabras sirvan para reflexionar.
Les dejo mi abrazo.
* * *
‘QUIERO HABLAR’
Sobre el suicidio de un ser querido
Hace ya algunos años que mi día a día es acompañado por la Agenda Latinoamericana. Hija de la Iglesia de nuestro continente identificada con la opción por los pobres, ella se ha tornado en mi vida, compañera y espejo de mi propia identidad. Me ayuda, entre otras cosas, a sostenerme en la ‘esperanza’ de otra mundialidad posible. Cada mañana, reviso la memoria martirial que me acompañará en la jornada, breves reseñas de hombres y mujeres que hicieron de su propia vida, ofrenda para una nueva humanidad.
Cada 10 de agosto, la memoria del día reza: ‘Fray Tito de Alencar, dominico, torturado hasta el suicidio, 1972, Brasil’. Siempre me llamó la atención la extraña frase de ‘torturado hasta el suicidio’ aunque nunca profundicé en esa historia. Me detengo generalmente en aquellas que han sido más significativas en mi vida de militante y creyente.
Tras el suicidio de mi tío Alberto (nuestro querido ‘tío flaco’), y con el pasar de los días, no pude impedir que esa frase retornara a mí. Y esta vez sí sentí el deseo de comprenderla. Me di entonces el tiempo necesario para conocer y contemplar la vida de Fray Tito. ‘Quizás esa frase -pensé- pueda darle sentido a mi desconcierto’.
Me resultó apasionante y estremecedora a la vez.
Siendo apenas un novicio de la orden de los dominicos y como estudiante de filosofía, fue arrestado durante la dictadura brasileña por primera vez en 1968. Acusado de subversivo por su compromiso estudiantil, fue detenido nuevamente en 1969 y brutalmente torturado: colgado de una parrilla, le practicaron durante días enteros golpizas tremendas y sesiones de picana. Sin parar. Al final, casi moribundo, lo revistieron con ornamentos litúrgicos y le hicieron abrir la boca ‘para recibir la hostia sagrada’ mientras le producían descargas eléctricas. Las incesantes torturas no lograron abrir su boca, pero sí le marcaron el alma. ‘Si no habla -había dicho el jefe del operativo- quedará igualmente quebrado por dentro, porque sabemos hacer las cosas sin dejar marcas visibles. Si sobrevive, jamás olvidará el precio de su silencio’.
Todavía detenido, escribió en la prisión sobre su tortura y el documento corrió por el mundo transformándose en símbolo de la lucha por los derechos humanos. Meses más tarde Fray Tito quedó incluido en la lista de presos políticos canjeados por el embajador suizo Giovanni Bucher, secuestrado por la Vanguardia Popular Revolucionaria. Desterrado del Brasil y ya ubicado en Francia, jamás pudo recuperar su armonía. Atormentado por sus fantasmas interiores, Tito se volvió ausente. En cada rincón de la capital francesa, ‘veía’ el espectro de sus torturadores. Transferido al convento de L’Arbresle, en las afueras de Lyon, se estremecía a los gritos por los recuerdos del campo de detención. Mujeres a los gritos colgadas en el ‘palo de arara’, hermanos electrocutados. Muerte y podredumbre. Bajo el peso de los recuerdos, todo se volvió sombrío para él. Su mente naufragaba en delirios. El exilio no pudo recuperarle su paz interior. Le quedó secuestrada.
Un sábado 10 de agosto del año 74′, un hermano fue a visitarlo. Golpeó la puerta. Insistió. No hubo respuesta. Un profundo silencio se hizo latente esa mañana. Nada se movía. Entre el cielo y la tierra y bajo la copa de un álamo, se balanceaba el cuerpo de Fray Tito, colgado en una cuerda. Tenía 28 años. En su Biblia dejó escrito: ‘es mejor morir que perder la vida’.
Conocer sobre la vida de Fray Tito, tan densa y profunda, me ayudó a comprender algo del ‘porque’ de su desenlace. Me resultó difícil de beber el cáliz de su muerte. En ella experimenté la complejidad del corazón humano, a veces tan misterioso como el Dios de quien somos imagen.
Con el rostro ‘torturado hasta el suicidio’ de este hermano pensé de nuevo en mi tío Alberto. El era un hombre bueno. Un samaritano de misericordia y generosidad infinita. Tenía motivos para vivir. Pere quizás a él también, aunque de otro modo, la vida se le hizo una tortura. Mi mamá, que lo quería como a un hermano, lo venía notando de hacía tiempo en su mirada. ‘Flaquito…esos ojos tristes…, le decía’. No pudo seguir. El también prefirió morir a perder la vida. Eligió partir a la fuerza, adelantando el viaje.
Dicen quienes lo conocieron a Fray Tito, que el suicidio fue su gesto de protesta y de reencuentro. Del otro lado de la vida encontró la unidad que aquí en la tierra ya no pudo hallar.
Me pregunto si en la decisión de mi tío no hubo algo de eso. Algún reclamo por la bondad del mundo perdida. En tal caso, quiero arrodillarme ante su rostro y contemplarlo en silencio. Mirándolo a él, quiero volver a recuperar lo más ‘sagrado’ de nuestra humanidad. Se nos ha escapado de las manos lo más bello de la vida.
Sé que estás entre nosotros tío Flaco. De otra manera y a la espera. Fumándote un pucho y cantando ‘la copa de vino’ con todos aquellos que nos antecedieron y que ya son eternidad.
Sé también que estas junto a Dios.
Porque con amor viviste la vida.
Y amor con amor se paga.
Y DIOS ES AMOR.
Que Jesús fuera lo que fue (un hombre y no Dios), no quita nada a la fe en Jesús.
Y sí quita mucho al poder insano de lo sjerarcas católicos que se arrogan tan dañinamente representar a Dios en la Tierra.
Quitarles ese poder a los jerarcas católicos es bueno para todos. Es la jerarquía católica la que necesita por encima de todo el dogma de la divinidad de Jesús: porque su poder y su negocio se basan en esa divinización de Jesús, propia de una religiosidad infantil, arcaica.
MariPilar Zugarramurdi lo dice con gran acierto: “ese Dios no puede identificarse con una persona, sino con la vida misma”.
http://www.atrio.org/2012/03/el-bautista-y-jesus-esos-dos-tipos-tan-raros-iii/
También Salvador Santos lo decía el otro día: “2. La frase “…y al Espíritu bajar como paloma hasta él” tiene un sentido más cercano y sencillo del que se le atribuye. Veámosla término a término: a. Espíritu equivale a Vida.”
Oscar Varela 28-Marzo-2012 – 21:51 pm alude a ‘toda la Mística’. Pues bien, un místico dice: “No es nuestra vida la que vivimos, es la vida de Dios”
“Con la promesa de salvación de las religiones reprimimos el hecho de que nuestro yo es una ilusión que se disolverá. La muerte del yo es el último tabú que ninguna religión se atreve a tocar.
Y eso que reprimir la muerte del yo equivale a reprimir a Dios” (‘En cada ahora hay eternidad’ Willigis Jäger -benedictino-, Desclée 2004 págs. 132 y 133).
Y sigue el benedictino: “… , el jugador del universo no está sentado en ningún sitio en el exterior, no hace que tiemble la tierra, ni que vengan mareas destructoras. Pensar así es producto de una religiosidad infantil.
Lo que llamamos Dios se lleva a cabo como el ir y el venir. Y el tsunami de Asia se reveló como marea y como la desaparición de muchas personas. Dios murió en las muchas personas que perecieron.
Pero únicamente muere el envoltorio humano. La vida en sí prosigue. No sabemos en qué forma ni de qué manera. Jesús entró en una nueva forma de ser, dicen las Escrituras. Eso vale también para las personas que murieron en el tsunami, en el terremoto. La vida de Dios no puede morir.
Somos expresión, manifestación, encarnación de aquello que denominamos divinidad, Reino de Dios, Realidad Primera, Vacío o lo Numinoso. El miedo de la disolución del yo es el umbral que nos impide la experiencia de nuestra naturaleza verdadera (experiencia de Dios).” (‘La vida no termina nunca’ Desclée 2007 Willigis Jäger pag. 116)
Para lo único que sirve divinizar a Jesús es para dar poder a la jerarquía católica (algo dañino, pues el poder corrompe), y estamos viendo en España repetidamente desde hace siglos que la jerarquía católica es la extrema derecha política/económica.
Anoche creí colgar esta aportación que no veo aparecida. Puede que me fallara el envío La reenvio ahora.
Respetando vuestros razonamientos y planteamientos que también yo en lo compartible he compartido y comparto, yo no tengo esa valoración de la fe en mi vida, ni en la que he contemplado en muchas gentes sencillas, que no por ser poco leídas, si tenían un alto grado de libertad y una práxis de generosidad y altruismo solidario, nada condicionado peyoratívamente por su actitud de fe, tanto positiva como negativa respecto a lo trascendente.
Cada día me convenzo más de que es la coherencia en la praxis que nos va ofreciendo oportunidades de mayor compromiso vital y entrega en AMOR, donde este problema combina sus factores en busca de soluciones que se escalonan.
Por ahora, y van casi 84 ya, la fe en sentirme hijo del Padre, fiándome de Jesús, no me ha recortado ninguna de las exigencias humanas que me hacen sentirme SUJETO y considerar a l*s demás de igual condición, por apariencias que para nada inviten a ello. Si tengo vivencia de la exigencia de progresar en adultez, pues entre NOSOTR*S es la universal HERMANDAD la tarea a realizar cada momento.
De corazón he apelado varias veces a aquella corazonada evangélica de ¿? Jesús, reseñada en Mt XI, 25. y, como un espléndido regalo de la vida, la he constatado en vivencias ajenas. Un cálido y fraternal abrazo.
Pienso que la diferencia entre los que llamamos ateos y los creyentes, hay una sutil raya que los separa y que no es de fondo, sino de la forma en que nos han presentado a Dios. Creo que muchos piensan que Dios es un ser, una persona (¡¡¡además varón!!!). Con esta imagen creo que no es posible ser un creyente serio y razonable, después que la ciencia ha descubierto tantas cosas que lo relacionan más con la vida, con un manantial, con la energía que sustenta todo… Los que por aceptar estas últimas realidades consideran que no existe Dios, porque no coincide con lo que se nos ha predicado del Dios persona, es sólo esa raya sutil que nos separa, pero que en el fondo todos podríamos coincidir y algún día coincidiremos, yo creo, pero sustituyendo el Dios persona, con el Dios que nos habita, nos atraviesa y nos envuelve…que es la vida/VIDA. Además, ésta forma de entender a Dios, explica mucho mejor también nuestra transcendencia
Nélida Pinzón, brasilera, decía: “Acojo en el corazón a quienes me infiltraron la incredulidad indispensable para tener FE”. Me identifico totalmente con ella, porque con sólo pasar de un Dios personal a un Dios como decía S. Pablo: “En El vivimos, nos movemos y somos”, ese Dios no puede identificarse con una persona, sino con la vida misma
MariPilar Zugarramurdi
Bueno, parece que yo debo andar equivocado!
Porque Javier R. Sch. reduplica la apuesta de A. Vicedo:
– “Hombre Antonio, creer, lo que se dice creer, se puede uno creer lo que quiera o se le antoje mejor”
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Aunque, por re-duplicarla, pudiera venir a concertar con mi tesis:
que podríamos llamar: “Meditación del ANTOJO”
¿No son los “ANTOJOS” una especie de “¡¡¡Porque sí, hombre, porque sí!!!”
Y no hay RAZÓN que “pueda” hacerlos entrar “en Razón”.
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Para pensar un poco el Asunto, ¿no?
¿Vamos todavía? – Oscar.
Hola Antonio Vicedo!
¡¿Qué estás diciendo?!
Te leo:
“el recurso a la fe, queda abierto y disponible a nuestra libre racionalidad.
…
Nuestro recurso a la libre opción de la fe …”
···············
Ninguna “FE”
* ni la “religiosa”
* ni la “profana”
(ambas tienen el mismo régimen vital)
jamás es un “recurso”;
ni se es “libre de” tener “FE”.
Porque FE -lo que se llama en serio FE- no se puede TENER.
Todo lo contrario:
es ella, la FE, quien NOS TIENE;
quiero decir: nos SOSTIENE.
La FE es ENCANTAMIENTO, ARROBANTE, CAUTIVANTE
e.d., nos hace CAUTIVOS, PRISIONEROS SIN SALIDA;
HIPNOTISADOS, UN ESTADO KATALÉPTICO.
Es un “modo” de encontrarse afectada la Voluntad: prisionera.
A la FE en serio no hay con qué darle;
hay que dejar que se pase la calentura y se esfume solita.
Toda la Mística no es sino una corroboración de eso.
¿Vamos todavía? – Oscar.
Hombre Antonio, creer, lo que se dice creer, se puede uno creer lo que quiera o se le antoje mejor.
La única utilidad que tiene divinizar a Jesús es dar poder a los que lo divinizan, a la Iglesia que lo diviniza, dar poder a la ICR.
Algunos egipcios parece que tenían fe en que su faraón era Dios, era divino.
Y lo mismo les debió suceder a algunos romanos, que creían que su emperador era divino, o sea Dios: el DiosTiberio, a cuyas manos –el delegado de Tiberio, Poncio Pilato, no hacía sino obedecer a Tiberio- fue asesinado JesúsDios: Dios asesinándose a sí mismo.
Bueno, si ya Dios asesinó al ejército egipcio ahogándolo en el Mar Rojo al dejar de separar las aguas tras el paso de Moisés y su pueblo judío para sumergir a los egipcios, ningún problema hay en creer que Dios se mata a sí mismo.
Si ese Dios es capaz de hacer matar a supuesto Hijo, JesúsDios, para perdonarnos nuestros pecados, es capaz de cualquier bestialidad que seamos capaces de imaginar: pues todo eso es mera construcción humana, no tiene nada de divino.
El que quiera y le convenga puede creer también que Franco también era divino, pues fue Caudillo de España por la Gracia de Dios, sobre todo si es de los que con Franco vivía mejor.
El que crea que sólo hay un Dios, creerá que todos esos Dioses son el mismo Dios. El mismo Dios de todas y cada una de las innumerables religiones que los animales humanos hemos construido.
Si tú crees que Jesús es Dios (eterno, sempiterno) querrás que los musulmanes crean que Jesús es Alá, y que los judíos crean que Jesús es Yaveh, y que los que creen en Pachamama crean que Jesús es Pachamama, Odín, Thor … y así sucesivamente.
¿Alá, Yaveh, Pachamama, Odín … etc. son Jesús? Por qué no?
Y ya puestos, también Zeus, y Bacco, y Neptuno, y Siva (bueno, esta es mujer, pero le dejamos, qué caramba, somos así de grandes) y Atenea y Venus (bueno, no hay que pasarse, paremos el carro –espero que no me dirás que esos Diosas son falsos y Jesús es el único Dios verdadero ¿no?-).
Es con ese pensamiento mágico con el que el papa, que se arroga poderes divinos, dice que la ICR de los católicos la gobierna Dios, el cual es precisamente quien le ha elegido a él para papa, dice el papa, y el que le da a él poderes divinos, como la infaliblidad, y conocer la voluntad de Dios para el buen gobierno divino de vuestra ICR.
Son creencias muy dañinas, Antonio. No son racionales y son para someter a las personas.
Me parece imprescindible liberar a la Humanidad de tanto pensamiento mágico cuanto antes, que la retrasa y esclaviza mentalmente a manos de personajes como los papas católicos, tan bien recibidos por otros colegas, todos poderosos Jefes de Estado: el representante de Dios en la Tierra es un poderoso Jefe de Estado.
Es el esperpento, al que inexorablemente conduce la manía/debilidad de divinizar a seres humanos.
Todavía le queda mucho a la Humanidad para liberarse de tanto pensamiento mágico:
http://www.redescristianas.net/2012/03/28/la-religion-opio-la-crisis-condiciona-el-auge-de-la-fejuan-g-bedoya/
“Convive entre la población el rechazo de la religión con un aumento del interés por la religión.
Crece la increencia, pero crece también la credulidad, sostiene el filósofo Heleno Saña.
Subraya cómo el declive de las religiones ha coincidido el pasado siglo con el florecer de grandes pensadores religiosos.
Y recuerda dos ideas.
Una es la advertencia de Teilhard de Chardin, en 1933: “Hemos dejado de ser contagiosos” (se refiere al catolicismo romano).
La otra, 30 años más tarde, es una frase de Emmanuel Mounier: “En los vastos espacios de Occidente moderno la visión cristiana del mundo ha dejado incluso de ser combatida.
Se la acepta como la religión de una época pasada que tendrá que ser tolerada durante cierto tiempo”.
PD: todos los kamikazes se juegan la vida y la pierden por defender sus pretensiones, ideas, pueblo, derechos, o lo que sea en cada caso. El fanatismo llevado hasta la muerte no hace mejores las ideas o creencias del fanático.
Javier Renobales Scheifler 27-Marzo-2012 – 10:55 am .
Hombre, Javier, a estas alturas yo creo que de lo que no tenemos pruebas experimentales y científicas, como la Divinidad de Jesús , a diferencia de las también pocas históricas inmediatas de su humanidad, el recurso a la fe, queda abierto y disponible a nuestra libre racionalidad.
No hay en ello absurdo que lo impida y siendo patrimonio libre de cada uno, lo que nos resta es el máximo respeto mutuo y la tarea de crecer en coherencia con lo que por fe se acepta, tanto positiva, como negativamente.
El que creamos en que Jesús es Dios, en nada restringe su plena condición humana, pues en ello admitimos la gran y misteriosa NOTICIA de la ENCARNACIÓN.
Bien claro se nos dice, por quienes compartieron vida y testimonio con Él, además jugándose sus vidas por SU CAUSA, que “se anonadó en tanto Dios”.
Nuestro recurso a la libre opción de la fe, no nos libera del necesario recurso a ella, si no queremos quedarnos solo en el horizonte contingente y relativo de nuestras experiencia y ciencia.
Muchos de los seguidores de Jesús, Monseñor Romero, Ellacuría y tantos otros que son menos famosos, tenían muy claro que dados los tiempos que corrían, era más que probable que por decir la verdad, y condenar la violencia institucionalizada o la opresión del poder, los iban a eliminar de algún modo. Y fue más fuerte la necesidad de denunciar, y defender ciertos valores, que el miedo a morir, que tiene cualquier ser humano. Y por eso los recordamos, y recordamos sus valores y sus amigos y deudos los lloran.
El querido tío “flaco” se fue humildemente sin decir nada. Y eso también hay que aceptarlo, porque no todo en la vida tiene una explicación pública y compartida. Cada ser humano ES un universo con sus penas y motivaciones, irreductible a estadísticas, números y explicaciones. Y el suicidio es una decisión posible, humana, ante la cual yo suspendo el juicio, y si es mi amigo, lloro.
Lo más entrañable y maravilloso de Jesús es que fue una persona, un hombre, fue meramente humano. Eso es lo mejor de Jesús.
Disfrazarlo de Dios es desanturalizarlo, estropearlo; no es más que una necesidad de los que los disfrazan de Dios, por puros intereses de esos disfrazadores manipuladores de Jesús, pero nunca fue una necesidad de Jesús ser divino y por eso nunca se sintió divino: porque nunca un humano puede ser divino, ni el emperador romano, ni el farón egipcio … Divinizar humanos es una mera invención humana por intereses humanos de los que divinizan a quienes les interesa.
Cuando Jesús decidió no huir y quedar en manos de los que le apresaron, torturaron y asesinaron, decidió muy parecido a un suicida: pues era evidente que si no huía lo iban a asesinar aquellos bestias, pues su bestialidad era por todos conocida, pues así habían forjado el Imperio Romano, asesinando y robando como hacen todos los Imperios que en el mundo han sido.
Jesús aceptaba que lo asesinaran creyendo que poner su vida en juego (con todos los boletos en su mano para perderla) mostraba su inquebrantable fe en que Dios intervendría para traer el Reino a Israel. Aceptaba ir a, no eludir, una muerte segura … algo muy parecido o cercano al suicida …
Jesús fue meramente humano; se equivocó (como humano que fue) al creer que Dios intervendría, y lo comprendió poco antes de su muerte (“¿por qué me has abandonado, Padre?”), cuando vio que definitivamente Dios no intervenía.
A pesar de lo cual Jesús siguió creyendo que Dios intervendría después de su muerte (como creemos los cristianos), y por ello le encomendó su espíritu a Dios (“en tus manos encomiendo mi espíritu“), viendo que moriría en unos breves instantes sin que Dios interviniera.
Sus discípulos creyeron, como creyó Jesús (y parece que era creencia común entonces, desde luego no originaria de Jesús) que Jesús no había muerto para siempre, sino que Dios le resucitaba, como creemos que resucitan todas las personas cuando mueren (como sea que Dios sabrá, que nosotros en esta vida no sabemos nada de todo eso, aunque cada persona puede imaginarse lo que más le guste).
Pero Dios no intervino en la vida de Jesús: por eso se sintió abandonado Jesús, porque creía que Dios iba a intervenir para traer el Reino a Israel, y comprobó con su vida que Dios no intervino.
La persona suicida, lo mismo que cada persona -nadie sabemos si nos suicidaremos-, tenemos nuestra vida a nuestra disposición: se trata de disponer de ella de la mejor forma posible en cada momento, incluso arriesgándola en mayor o menor medida, e incluso decidiendo ponerle término voluntariamente, si es el caso, según las circunstancias.
La vida, interpretada con criterios humanos, puede ser y en muchísimos casos es y parece tener ‘vocación’ de ser, estupenda, admirable, envidiable. Depende de cómo la vivamos cada persona, y de cómo nos dejen/hagan vivirla.
No necesitamos imaginar a Dios ni creer en Dios, ni siquiera necesitamos que haya Dios, para poder vivir una vida estupenda con criterios humanos, tan buena como si existe Dios. Si luego no hay Dios y todo acaba con la muerte, no por eso la vida bien vivida ha sido menos maravillosa, ni ha dejado de merecer la pena/alegría de vivirla
Nuestros criterios siempre son meramente humanos.
Incluso siguen siendo criterios meramente humanos cuando imaginamos un Dios creador, padre … o como cada persona guste imaginarlo, o imaginar que el universo, y la vida que resulta del mismo, es lo que hay ( y lo que haya después de la muerte, entonces veremos, si es que hay algo …)
Gracias, Diego, por compartir con nosotros un sentimiento tan íntimo. Gracias por hacernos reflexionar sobre una realidad concreta, no sobre una teoría. Fray tito y tu “flaco” nos dicen que el suicidio puede ser el final de un mártir. Jesús vino a anunciar la buena nueva del reino de Dios a los que sufren, ya sea como mártires directos por su compromiso con los demás, o por la opresión estructural de nuestra sociedad. Ellos no pudieron disfrutar de la paz del reino en esta vida. También Jesús murió sintiéndose abandonado en su optimismo del reino de Dios ya presente; y sus discípulos comprendieron que Dios no podía abandonar al justo, y que lo había resucitado y constituido en Mesías y Señor.La vida, interpretada con criterios meramente humanos, puede ser trágica; interpretada a la luz de Jesús, es esperanza.
Hola!
¿Complejo el acertijo, no?
…………..
1º) La POSTURA (actitud vito-personal) de Diego me parece “COMPRENSIBLE”
* Trata del SUICIDA en concreto.
2º) El PLANTEO (especulación racional) a que nos impele me parece “OBSCENO”
* Trata del SUICIDIO en abstracto.
···············
Fray Tito se suicidó cuando se identificó con su frase:
“es mejor morir que perder la vida”
La frase no es mala;
pero equivocó el momento.
No la ejecutó cuando “apasionado por un Ideal plenificante”: No alcahuetear a sus Cumpas
Sino cuando en un Vacío de Sentido, deliraba.
A las Antípodas del SUICIDA está el MÁRTIR
-hasta me atrevería a decir que a este último se asimila el HÉROE.-
Ellos son el máximo Paradigma de una ÉTICA EJEMPLAR.
Y cada uno en su medida es un pichón de HÉROE,
pero HÉROE al fin (no un “adaptado”: ideal de la vida para Darwin).
Tenemos nuestros Ideales y vamos dando de la Vida por ellos.
“EL CULMEN DE LA VIDA
ES UNA PASIÓN LIMPIA
Y FINAMENTE DRAMÁTICA”–
¡Vamos todavía! – Oscar.
Si, Olga, “llorar lo que haya que llorar” ya que much*s de l*s que por decisión ¿suya? se van, no pueden llorar lo que tenían que llorar, si llorar pudieran, para no hacer, o no ver, a tr*s llorar.
Sabemos un poco sobre el instinto de aferrarnos a la vida, sin llegar a saber de donde esto arranca, pero no sabemos nada del por qué ese atrape al vivir se afloja y se pierde; y puede que quienes por ello pasan sin poderlo repetir, tampoco lo lleguen a saber con más claridad de la que saben que por ello tienen posibilidad de pasar.
Pertenecen al gran grupo de l*s más peque*s herman*s tal vez formando esa múltiple UNIDAD que le falta a la CENTENA del APRISCO para su PLENITUD.
Y por eso, a la vera de su situación perdida, allí los encuentra el Pastor Bueno para cargarlos sobre sus hombros y, lleno de la alegría que los que lloramos no tenemos, nos la va ofreciendo para que la compartamos, pues ell*s, no siguen perdid*s, sino divinamente encontrad*s.
Estas son vivencias profundas de acontecimientos muy cercanos.
Y lo que queda es, que nadie perdemos, ni nos quitamos la vida, pues, lo que llamamos muerte, es sólo, un cambio en el vivirla.
Querido Diego, un abrazo grande…Gabriel
DIOS es el autor de la vida, pues si no fuese el autor de la vida no podría ser DIOS; y si DIOS no es DIOS estamos ante un absurdo, una mera contradición elemental, una contradicción “in terminis”.
Otra cosa es la acogida y la comprensión que han de ser dispensadas en todo momento a los suicidas, cuya culpabilidad en el suicidio siempre es discutible y desde luego nunca puede ser humanamente conocida del todo. De manera que sería en cualquier caso DIOS el único capaz de comprender con su OjO todo lo relativo a cada caso concreto de suicidio.
Me parece a mí.
La vida de cada persona, es de cada persona, no de Dios, y menos de los que dicen que saben tanto de Dios (dime de qué presumes …).
Nos engañaron cuando hicieron una teología partiendo de Dios, de arriba hacia abajo.
Cada persona sabrá cuándo debe quitarse la vida, si es que considera que debe hacerlo, llegado el momento, según las circunstancias.
Si necesita ayuda para hacerlo … hay que amar mucho para ayudar a tanto, pues te persiguen con el código penal.
La vida humana es lo cierto, la verdad que vivimos.
El amor del DiosPadre, Sarri … El amor nos lo da/permite la vida: esa es la verdad.
Nadie sabe lo que hay después de la muerte, si es que hay algo (si lo hay, no es problema de ahora, de esta vida).
Basta con, y es imprescindible, la fe en la vida.
Me parece que puede ser muy respetable, muy humana, muy acertada, la decisión de quitarse la vida, según las circunstancias.
Por lo demás, no tengo ninguna experiencia cercana (ni lejana) de suicidas ni de intentos de suicidios.
Estoy de acuerdo con lo que dice Olga.
La diferencia entre lo que es y lo que pensamos que es, es algo que, para desaparecer, requiere la eliminación de una de las partes. Lo imperdible es el SER que debe ser rescatado del pensamiento, la REALIDAD cuya esencia no cabe en el marco de ningún pensamiento.
Toda opinión, teoría y prueba chocan contra el misterio existencial de la vida y deben desaparecer completa y absolutamente: ésa y no otra es la redención de la muerte!
Entre las muchas maneras de aceptar o rechazar la vida o la muerte está el suicidio, en que uno se mata a sí mismo. Ahora se habla de la eutanasia. Opiniones y teorías. Nada cierto, salvo el amor del Padre. En cualquiera de los casos, confiando en el amor indestructible del Padre estamos salvados.
No hacen falta explicaciones. Basta con la fe en Dios Amor.
No a todos la vida nos queda igual de cómoda, Nadie sabe lo que pasa en el corazón del otro ni como es su viaje, y el amor consiste en respetar ese misterio en silencio, y llorar lo que haya que llorar.